• ──Puedes buscar el resplandor y creer que esa luz te dará esperanza, pero no haces más que apreciar esa breve luminosidad en medio del oscuro vacío profundo.
    Casi como si la misma oscuridad te sonriera, previó al momento en el que caes y te conviertes en algo diferente a lo que eras.
    No busques ese resplandor, no lo anheles ni lo desees.
    ──Puedes buscar el resplandor y creer que esa luz te dará esperanza, pero no haces más que apreciar esa breve luminosidad en medio del oscuro vacío profundo. Casi como si la misma oscuridad te sonriera, previó al momento en el que caes y te conviertes en algo diferente a lo que eras. No busques ese resplandor, no lo anheles ni lo desees.
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  • "Invitación del Infierno"

    La casa estaba en penumbra.
    Solo el resplandor tenue de la brasa moribunda de un cigarrillo sobre el cenicero le daba vida al lugar. Afuera, la lluvia golpeaba los ventanales con una cadencia irregular, como si el mundo contuviera la respiración antes de una tragedia.

    Rei había pasado la noche revisando informes de asesinatos, desapariciones y sucesos que desafiaban toda lógica humana. El cansancio se dibujaba en su mirada, hasta que algo en su escritorio lo obligó a detenerse.

    Una carta.

    No recordaba haberla dejado ahí.

    El sobre, negro y de textura aterciopelada, estaba sellado con cera roja marcada con un pentagrama. Un leve aroma a incienso y fuego emanaba de él, acompañado por algo más… una vibración antigua, casi sagrada y profana a la vez.

    Rei ladeó la cabeza, desconfiando. Su instinto gritaba que no la tocara, pero la curiosidad —su más vieja maldición— habló primero.
    Tomó la carta. La cera se quebró sola, como si hubiese estado esperando el roce de su mano.

    El papel era grueso, casi vivo. Las letras negras parecían reptar bajo la luz del escritorio mientras las leía.

    A cada palabra, la temperatura descendía.
    El reloj del despacho marcaba el tiempo con una lentitud antinatural.

    > “Dancing With the Devil.”
    Una noche para perder el alma con estilo…

    —Tch… —murmuró Rei con una sonrisa ladeada—. Big Brother House. Suena como una trampa... o como una broma del infierno.

    Pero sabía que no lo era.

    El aire olía a azufre. Las sombras de las esquinas parecían moverse, observándolo en silencio. Había lidiado con demasiadas entidades como para no reconocer una firma infernal.
    Esa carta no la había traído un mensajero. El sello aún estaba tibio.

    Se levantó. Caminó hacia la ventana.
    La ciudad seguía envuelta en lluvia. Un relámpago iluminó fugazmente una figura en la calle: alta, cubierta por un sombrero, sosteniendo una rosa negra.
    Un parpadeo, y ya no estaba.

    Rei exhaló despacio.
    —Así que me invitas tú… ¿eh? —susurró, deslizando la carta en el escritorio—. Muy bien. Si el diablo quiere bailar, que prepare la pista.

    Apagó el cigarrillo, fue al baño y dejó que el agua fría lo golpeara mientras meditaba. Sabía que no se trataba de una fiesta común.
    Envuelto en una toalla, caminó al vestidor. Entre abrigos, trajes y reliquias de siglos, halló uno que no usaba desde hacía demasiado: un traje azúl oscuro, perfectamente conservado, regalo de una condesa inmortal a la que alguna vez salvó —o maldijo—, según la versión de la historia.

    Mientras se lo colocaba, cada movimiento tenía la precisión ritual de un hombre que se prepara para una batalla elegante.
    Luego, en el fondo del armario, descubrió una máscara dorada. Su superficie parecía respirar una magia antigua, cálida y protectora. La había recibido de una bruja hace siglos, como escudo contra un dios caído.

    Esta noche, la usaría para el mismo propósito…
    y, de paso, como su disfraz improvisado para bailar con el diablo.

    Antes de salir, bebió una pócima que guardaba para casos extremos. El líquido tenía un brillo carmesí, casi sanguíneo.
    Apenas lo bebió, un tatuaje se extendió bajo su piel, emergiendo como fuego negro. Nació en su cuello, recorrió su torso y se ramificó hasta sus manos, con símbolos que pulsaban suavemente, como si respiraran.
    Era una marca de poder.
    Una bendición... y una advertencia.

    Solo podía usarla una vez.

    Frente al espejo, Rei ajustó los guantes y la máscara.
    Su reflejo le devolvió la imagen de un demonio elegante, listo para entrar al infierno con paso firme.

    Tomó su bastón, aquel cuya empuñadura ocultaba una daga de acero espiritual.
    Una sonrisa leve curvó sus labios.

    —Listo —susurró—. Hora del baile.

    La puerta se cerró con un clic seco.
    La lluvia cesó.
    Y sobre el escritorio vacío, la carta quedó un instante antes de arder por sí sola, desvaneciéndose en humo rojo.

    En el aire, como una burla sutil, flotó la frase final:

    > “Todos bailan con el diablo, tarde o temprano…”

    https://ficrol.com/posts/315686
    "Invitación del Infierno" La casa estaba en penumbra. Solo el resplandor tenue de la brasa moribunda de un cigarrillo sobre el cenicero le daba vida al lugar. Afuera, la lluvia golpeaba los ventanales con una cadencia irregular, como si el mundo contuviera la respiración antes de una tragedia. Rei había pasado la noche revisando informes de asesinatos, desapariciones y sucesos que desafiaban toda lógica humana. El cansancio se dibujaba en su mirada, hasta que algo en su escritorio lo obligó a detenerse. Una carta. No recordaba haberla dejado ahí. El sobre, negro y de textura aterciopelada, estaba sellado con cera roja marcada con un pentagrama. Un leve aroma a incienso y fuego emanaba de él, acompañado por algo más… una vibración antigua, casi sagrada y profana a la vez. Rei ladeó la cabeza, desconfiando. Su instinto gritaba que no la tocara, pero la curiosidad —su más vieja maldición— habló primero. Tomó la carta. La cera se quebró sola, como si hubiese estado esperando el roce de su mano. El papel era grueso, casi vivo. Las letras negras parecían reptar bajo la luz del escritorio mientras las leía. A cada palabra, la temperatura descendía. El reloj del despacho marcaba el tiempo con una lentitud antinatural. > “Dancing With the Devil.” Una noche para perder el alma con estilo… —Tch… —murmuró Rei con una sonrisa ladeada—. Big Brother House. Suena como una trampa... o como una broma del infierno. Pero sabía que no lo era. El aire olía a azufre. Las sombras de las esquinas parecían moverse, observándolo en silencio. Había lidiado con demasiadas entidades como para no reconocer una firma infernal. Esa carta no la había traído un mensajero. El sello aún estaba tibio. Se levantó. Caminó hacia la ventana. La ciudad seguía envuelta en lluvia. Un relámpago iluminó fugazmente una figura en la calle: alta, cubierta por un sombrero, sosteniendo una rosa negra. Un parpadeo, y ya no estaba. Rei exhaló despacio. —Así que me invitas tú… ¿eh? —susurró, deslizando la carta en el escritorio—. Muy bien. Si el diablo quiere bailar, que prepare la pista. Apagó el cigarrillo, fue al baño y dejó que el agua fría lo golpeara mientras meditaba. Sabía que no se trataba de una fiesta común. Envuelto en una toalla, caminó al vestidor. Entre abrigos, trajes y reliquias de siglos, halló uno que no usaba desde hacía demasiado: un traje azúl oscuro, perfectamente conservado, regalo de una condesa inmortal a la que alguna vez salvó —o maldijo—, según la versión de la historia. Mientras se lo colocaba, cada movimiento tenía la precisión ritual de un hombre que se prepara para una batalla elegante. Luego, en el fondo del armario, descubrió una máscara dorada. Su superficie parecía respirar una magia antigua, cálida y protectora. La había recibido de una bruja hace siglos, como escudo contra un dios caído. Esta noche, la usaría para el mismo propósito… y, de paso, como su disfraz improvisado para bailar con el diablo. Antes de salir, bebió una pócima que guardaba para casos extremos. El líquido tenía un brillo carmesí, casi sanguíneo. Apenas lo bebió, un tatuaje se extendió bajo su piel, emergiendo como fuego negro. Nació en su cuello, recorrió su torso y se ramificó hasta sus manos, con símbolos que pulsaban suavemente, como si respiraran. Era una marca de poder. Una bendición... y una advertencia. Solo podía usarla una vez. Frente al espejo, Rei ajustó los guantes y la máscara. Su reflejo le devolvió la imagen de un demonio elegante, listo para entrar al infierno con paso firme. Tomó su bastón, aquel cuya empuñadura ocultaba una daga de acero espiritual. Una sonrisa leve curvó sus labios. —Listo —susurró—. Hora del baile. La puerta se cerró con un clic seco. La lluvia cesó. Y sobre el escritorio vacío, la carta quedó un instante antes de arder por sí sola, desvaneciéndose en humo rojo. En el aire, como una burla sutil, flotó la frase final: > “Todos bailan con el diablo, tarde o temprano…” https://ficrol.com/posts/315686
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    Sesión de Modelaje — Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour

    Modelo: Tsunade Senju
    Alias interno: La Emperatriz Dorada de la Fuerza
    Título Honorífico: Dèesse Régale du Sang Divin
    División: Demonic Monarchs Line
    Afiliación: Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour Elite Branch
    Tipo de Belleza: Poder Divino / Fuerza Femenina / Elegancia Bélica

    Apariencia:
    Tsunade Senju irradia una presencia avasalladora. Su cabello dorado, de brillo solar, enmarca un rostro que combina autoridad y sensualidad. Su piel es luminosa, reflejo de la energía vital que domina su cuerpo. Los ojos, de un ámbar profundo, muestran determinación y dominio absoluto.
    En su frente, el diamante azul —símbolo de poder espiritual y sabiduría ancestral— acentúa su conexión divina.

    En la sesión, luce un atuendo tradicional con detalles modernos: una bata de tono verde jade abierta que resalta una silueta impecable, acompañada por un corset gris perlado y un fajín oscuro. Su porte es el de una reina que no necesita palabras para imponer respeto.

    Concepto de Sesión:
    ❁ Título: Golden Dominion – El Imperio de la Fuerza y la Belleza
    ❁ Estilo: Infernal Glamour / Divina Guerrière / Elegancia Bélica
    ❁ Dirección Visual: Combinación de estética tradicional japonesa con matices demoníacos y lujo moderno.
    ❁ Locación: Pabellón Imperial de Nox City, interior estilo tatami con luz roja ambiental, símbolo de deseo y poder.

    Temática y Simbolismo:
    La sesión representa la unión de lo sagrado y lo terrenal. Tsunade encarna a la Dèesse de la Vitalidad Dorada, una de las figuras míticas más reverenciadas dentro de la narrativa Ishtar: mujer que controla la fuerza de la vida, la pasión y la autoridad.
    Su energía vital simboliza el equilibrio entre poder y deseo, entre disciplina y lujuria, representando la faceta más madura y dominante del linaje Ishtar.

    Perfil Profesional:
    ⚜ Rango interno: Emperatriz Ishtar de Quinta Jerarquía
    ⚜ Especialidad de modelaje: Power Aesthetics / Mature Luxury / Commanding Presence
    ⚜ Escenarios preferidos: Set imperiales, baños termales, templos demoníacos, y penthouses urbanos.
    ⚜ Elemento simbólico: Oro líquido / energía vital.
    ⚜ Color representativo: Dorado imperial y jade profundo.
    ⚜ Firma visual: Mirada dominante + postura de mando.

    Descripción Artística:
    La sesión captura la esencia de una mujer que no pide admiración, la exige. Cada pose de Tsunade combina sensualidad disciplinada y un aura de autoridad inquebrantable. Su sonrisa leve y el guiño que domina la lente revelan a una diosa que conoce su poder, y lo comparte solo con quienes pueden soportarlo.

    Las luces ámbar bañan su figura, creando reflejos cálidos que evocan el resplandor de un fuego eterno. Es la encarnación de la belleza que impone respeto, y la fuerza que seduce con solo existir.

    🕯 Frase Oficial de la Sesión:
    “Mi poder no busca aprobación, mi belleza no pide permiso.
    Soy la fuerza que crea y destruye, la llama dorada que nunca se apaga.”
    — Tsunade Senju, Dèesse Régale du Sang Divin

    📸 Sesión de Modelaje — Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour 🩸Modelo: Tsunade Senju 🩸Alias interno: La Emperatriz Dorada de la Fuerza 🩸Título Honorífico: Dèesse Régale du Sang Divin 🩸División: Demonic Monarchs Line 🩸Afiliación: Ishtar’s Demonic Dèesse Infernal Glamour Elite Branch 🩸Tipo de Belleza: Poder Divino / Fuerza Femenina / Elegancia Bélica 💠 Apariencia: Tsunade Senju irradia una presencia avasalladora. Su cabello dorado, de brillo solar, enmarca un rostro que combina autoridad y sensualidad. Su piel es luminosa, reflejo de la energía vital que domina su cuerpo. Los ojos, de un ámbar profundo, muestran determinación y dominio absoluto. En su frente, el diamante azul —símbolo de poder espiritual y sabiduría ancestral— acentúa su conexión divina. En la sesión, luce un atuendo tradicional con detalles modernos: una bata de tono verde jade abierta que resalta una silueta impecable, acompañada por un corset gris perlado y un fajín oscuro. Su porte es el de una reina que no necesita palabras para imponer respeto. 🔱 Concepto de Sesión: ❁ Título: Golden Dominion – El Imperio de la Fuerza y la Belleza ❁ Estilo: Infernal Glamour / Divina Guerrière / Elegancia Bélica ❁ Dirección Visual: Combinación de estética tradicional japonesa con matices demoníacos y lujo moderno. ❁ Locación: Pabellón Imperial de Nox City, interior estilo tatami con luz roja ambiental, símbolo de deseo y poder. 🌹 Temática y Simbolismo: La sesión representa la unión de lo sagrado y lo terrenal. Tsunade encarna a la Dèesse de la Vitalidad Dorada, una de las figuras míticas más reverenciadas dentro de la narrativa Ishtar: mujer que controla la fuerza de la vida, la pasión y la autoridad. Su energía vital simboliza el equilibrio entre poder y deseo, entre disciplina y lujuria, representando la faceta más madura y dominante del linaje Ishtar. ⚜️ Perfil Profesional: ⚜ Rango interno: Emperatriz Ishtar de Quinta Jerarquía ⚜ Especialidad de modelaje: Power Aesthetics / Mature Luxury / Commanding Presence ⚜ Escenarios preferidos: Set imperiales, baños termales, templos demoníacos, y penthouses urbanos. ⚜ Elemento simbólico: Oro líquido / energía vital. ⚜ Color representativo: Dorado imperial y jade profundo. ⚜ Firma visual: Mirada dominante + postura de mando. 💋 Descripción Artística: La sesión captura la esencia de una mujer que no pide admiración, la exige. Cada pose de Tsunade combina sensualidad disciplinada y un aura de autoridad inquebrantable. Su sonrisa leve y el guiño que domina la lente revelan a una diosa que conoce su poder, y lo comparte solo con quienes pueden soportarlo. Las luces ámbar bañan su figura, creando reflejos cálidos que evocan el resplandor de un fuego eterno. Es la encarnación de la belleza que impone respeto, y la fuerza que seduce con solo existir. 🕯 Frase Oficial de la Sesión: “Mi poder no busca aprobación, mi belleza no pide permiso. Soy la fuerza que crea y destruye, la llama dorada que nunca se apaga.” — Tsunade Senju, Dèesse Régale du Sang Divin
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  • 🕯Gala del Reflejo- Noche de Halloween en MIRROR HAUTE COUTURE
    Fandom OC
    Categoría Original
    Evento privado : Solo con invitación física.
    Localización: Salón del Reflejo, Piso 44, MIRROR Headquarters, Seúl.

    La medianoche cayó sobre Seúl envuelta en una bruma espesa, casi líquida.
    El edificio de MIRROR Haute Couture se erguía como un prisma oscuro sobre la avenida vacía, sus ventanales destellando reflejos esmeralda que palpitaban al ritmo del viento.
    Esa noche, la ciudad parecía sostener la respiración.

    No había cámaras. No había prensa.
    Solo un ascensor sin botones, activado por una llave grabada con el emblema del ojo y el espejo entrelazados.
    Quienes poseían esa llave sabían que el acceso no era un privilegio: era una prueba.

    Al abrirse las puertas del piso 44, un corredor alfombrado en terciopelo negro guiaba hasta el Salón del Reflejo, clausurado desde hacía más de una década.
    Dentro, los muros eran espejos antiguos, agrietados en ciertos puntos, cubiertos de símbolos casi imperceptibles. La luz se movía como un organismo vivo: a veces fría, azulada; otras, cálida y dorada.
    El aire olía a incienso, madera quemada y algo metálico, como electricidad contenida.

    En el centro del salón, Yunseok Wang esperaba.
    Vestía un traje de terciopelo oscuro y una camisa negra con detalles metálicos que parecían nacer de su piel. Su mano derecha estaba cubierta por un guante articulado de plata, y una máscara ornamentada plateada, filigranada, ocultaba su expresión, revelando apenas la intensidad de sus ojos.
    Detrás de él, un espejo roto devolvía reflejos fragmentados que se movían con independencia del resto.

    Cuando el último invitado cruzó el umbral, la puerta se cerró por sí sola, sellando el salón con un suave chasquido.
    El silencio fue total.

    —Bienvenidos a la Noche de los Reflejos...

    Anunció Yunseok, su voz grave resonando como un eco contenido en el mármol

    — Una velada donde las máscaras no ocultan… revelan la verdad.

    El humo de incienso verdoso comenzó a elevarse desde el suelo, extendiéndose en espirales que parecían tomar forma. Los espejos vibraron, proyectando imágenes fugaces de los invitados: versiones distorsionadas, futuras, o pasadas. Ninguna idéntica a la que mostraba la realidad.

    —Cada uno de ustedes fue elegido por lo que esconde

    Continuó Yunseok, avanzando entre los presentes con la calma de quien domina la escena

    — Un deseo. Una verdad. Un secreto que aún no ha sido pronunciado.

    Se detuvo frente al espejo principal, tocando con el guante metálico una de sus grietas. La superficie emitió un sonido leve, como un suspiro.

    —Esta noche, el reflejo no miente

    Dijo con una media sonrisa apenas perceptible

    — Pero cuidado… lo que devuelva puede no pertenecerles ya.

    Las luces descendieron de golpe.
    El sonido del cristal quebrándose rompió el silencio.
    Una ráfaga helada recorrió la sala, y por un instante, las sombras sobre los muros parecieron moverse con vida propia.

    Entonces, una melodía empezó a sonar: cuerdas, percusión suave, un vals antiguo reimaginado con ecos electrónicos.
    El ritual había comenzado.
    Evento privado : Solo con invitación física. Localización: Salón del Reflejo, Piso 44, MIRROR Headquarters, Seúl. La medianoche cayó sobre Seúl envuelta en una bruma espesa, casi líquida. El edificio de MIRROR Haute Couture se erguía como un prisma oscuro sobre la avenida vacía, sus ventanales destellando reflejos esmeralda que palpitaban al ritmo del viento. Esa noche, la ciudad parecía sostener la respiración. No había cámaras. No había prensa. Solo un ascensor sin botones, activado por una llave grabada con el emblema del ojo y el espejo entrelazados. Quienes poseían esa llave sabían que el acceso no era un privilegio: era una prueba. Al abrirse las puertas del piso 44, un corredor alfombrado en terciopelo negro guiaba hasta el Salón del Reflejo, clausurado desde hacía más de una década. Dentro, los muros eran espejos antiguos, agrietados en ciertos puntos, cubiertos de símbolos casi imperceptibles. La luz se movía como un organismo vivo: a veces fría, azulada; otras, cálida y dorada. El aire olía a incienso, madera quemada y algo metálico, como electricidad contenida. En el centro del salón, Yunseok Wang esperaba. Vestía un traje de terciopelo oscuro y una camisa negra con detalles metálicos que parecían nacer de su piel. Su mano derecha estaba cubierta por un guante articulado de plata, y una máscara ornamentada plateada, filigranada, ocultaba su expresión, revelando apenas la intensidad de sus ojos. Detrás de él, un espejo roto devolvía reflejos fragmentados que se movían con independencia del resto. Cuando el último invitado cruzó el umbral, la puerta se cerró por sí sola, sellando el salón con un suave chasquido. El silencio fue total. —Bienvenidos a la Noche de los Reflejos... Anunció Yunseok, su voz grave resonando como un eco contenido en el mármol — Una velada donde las máscaras no ocultan… revelan la verdad. El humo de incienso verdoso comenzó a elevarse desde el suelo, extendiéndose en espirales que parecían tomar forma. Los espejos vibraron, proyectando imágenes fugaces de los invitados: versiones distorsionadas, futuras, o pasadas. Ninguna idéntica a la que mostraba la realidad. —Cada uno de ustedes fue elegido por lo que esconde Continuó Yunseok, avanzando entre los presentes con la calma de quien domina la escena — Un deseo. Una verdad. Un secreto que aún no ha sido pronunciado. Se detuvo frente al espejo principal, tocando con el guante metálico una de sus grietas. La superficie emitió un sonido leve, como un suspiro. —Esta noche, el reflejo no miente Dijo con una media sonrisa apenas perceptible — Pero cuidado… lo que devuelva puede no pertenecerles ya. Las luces descendieron de golpe. El sonido del cristal quebrándose rompió el silencio. Una ráfaga helada recorrió la sala, y por un instante, las sombras sobre los muros parecieron moverse con vida propia. Entonces, una melodía empezó a sonar: cuerdas, percusión suave, un vals antiguo reimaginado con ecos electrónicos. El ritual había comenzado.
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    Grupal
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  • Mitsuri vs Daki
    Fandom Kimetsu no Yaiba
    Categoría Anime / Mangas
    Durante varios días se han reportado alrededor de 9 desaparecidos, en una pequeña aldea que queda conectada con un gran bosque en el norte de Okinawa, no se ha sabido nada más de esas personas, se decía que esas personas solían salir durante la noche o incluso de gente que trabajaba hasta muy tarde. El caso es que en la Organización de Cazadores de Demonios han sospechado de que se trate de un Demonio que ha provocado esas desapariciones de humanos. Por lo que el patrón Kagaya Ubuyashiki le asignó esta misión a la Pilar Mitsuri Kanroji, dónde en la oscura noche en el norte de Okinawa debe averiguar qué Demonio está ocasionando esa desapariciones. Por unos instantes, corrió un rumor de que una de las Lunes Superiores por alguna razón el cual se desconoce ha resucitado luego de ser derrotada por un Pilar y otros cazadores más, ¿De quién se tratará?. En una reunión entre los Pilares esperan que tal Luna Superior no haya vuelto con más poder del que ya tenía antes de ser derrotada, ya que a más de un cazador experimentado le ha traído varios inconvenientes enfrentarse a las Lunas Superiores.
    Mitsuri llega a la aldea al mediodía, los aldeanos la saludan y le dan una cálida bienvenida, mientras la investigación se pone en marcha. Mitsuri ha hablado con familiares de los desaparecidos, entre esos desaparecidos se encuentran adultos y jóvenes, cinco hombres y cuatro mujeres, en una franja de edad en dónde la persona más joven desaparecida es de 20 años, y la mayor persona que ha desaparecido tenía 45 años (ambas de género femenino).
    Entonces Mitsuri Kanroji decide hospedarse en una de las casas de la aldea, en un lugar ubicado al este de la misma.
    Una vez llegada la noche, Mitsuri se prepara para patrullar por la zona, sabe que está cerca del Demonio que seguramente está detrás de las desapariciones de los aldeanos, sin embargo, un grito desgarrador y de pánico ha provocado la primera alerta de misión, Mitsuri ya preparada con su katana, sale de la casa dónde se hospedaba, y ve a una mujer gritando desesperadamente:

    — Se acaban de llevar a mi hija! — La mujer en lágrimas y desesperada no supo explicar quien se la llevó pero si supo ver por dónde se la llevaban, señaló el bosque que está casi pegado a la aldea.
    Mitsuri le dijo a la mujer y a los aldeanos que estaban ahí:

    — No se preocupe, yo traeré a su hija devuelta! — Con determinación, Mitsuri se dirigió al bosque armada con su katana decidida a rescatar a esa jóven que fué raptada.
    El bosque de la aldea es un tanto oscuro, por lo que no será fácil para Mitsuri, por lo que debe ser lo más cuidadosa posible, si aquel Demonio se trata de una Luna Superior que ha resucitado, entonces no será una misión fácil para ella sola.
    Durante varios días se han reportado alrededor de 9 desaparecidos, en una pequeña aldea que queda conectada con un gran bosque en el norte de Okinawa, no se ha sabido nada más de esas personas, se decía que esas personas solían salir durante la noche o incluso de gente que trabajaba hasta muy tarde. El caso es que en la Organización de Cazadores de Demonios han sospechado de que se trate de un Demonio que ha provocado esas desapariciones de humanos. Por lo que el patrón Kagaya Ubuyashiki le asignó esta misión a la Pilar Mitsuri Kanroji, dónde en la oscura noche en el norte de Okinawa debe averiguar qué Demonio está ocasionando esa desapariciones. Por unos instantes, corrió un rumor de que una de las Lunes Superiores por alguna razón el cual se desconoce ha resucitado luego de ser derrotada por un Pilar y otros cazadores más, ¿De quién se tratará?. En una reunión entre los Pilares esperan que tal Luna Superior no haya vuelto con más poder del que ya tenía antes de ser derrotada, ya que a más de un cazador experimentado le ha traído varios inconvenientes enfrentarse a las Lunas Superiores. Mitsuri llega a la aldea al mediodía, los aldeanos la saludan y le dan una cálida bienvenida, mientras la investigación se pone en marcha. Mitsuri ha hablado con familiares de los desaparecidos, entre esos desaparecidos se encuentran adultos y jóvenes, cinco hombres y cuatro mujeres, en una franja de edad en dónde la persona más joven desaparecida es de 20 años, y la mayor persona que ha desaparecido tenía 45 años (ambas de género femenino). Entonces Mitsuri Kanroji decide hospedarse en una de las casas de la aldea, en un lugar ubicado al este de la misma. Una vez llegada la noche, Mitsuri se prepara para patrullar por la zona, sabe que está cerca del Demonio que seguramente está detrás de las desapariciones de los aldeanos, sin embargo, un grito desgarrador y de pánico ha provocado la primera alerta de misión, Mitsuri ya preparada con su katana, sale de la casa dónde se hospedaba, y ve a una mujer gritando desesperadamente: — Se acaban de llevar a mi hija! — La mujer en lágrimas y desesperada no supo explicar quien se la llevó pero si supo ver por dónde se la llevaban, señaló el bosque que está casi pegado a la aldea. Mitsuri le dijo a la mujer y a los aldeanos que estaban ahí: — No se preocupe, yo traeré a su hija devuelta! — Con determinación, Mitsuri se dirigió al bosque armada con su katana decidida a rescatar a esa jóven que fué raptada. El bosque de la aldea es un tanto oscuro, por lo que no será fácil para Mitsuri, por lo que debe ser lo más cuidadosa posible, si aquel Demonio se trata de una Luna Superior que ha resucitado, entonces no será una misión fácil para ella sola.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
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    Disponible
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  • Hoy quise cocinar algún postre, así que el resultado fue un delicioso pay de limón -el almuerzo fue un poco de lo que cociné ayer, se me acabó la carne, lo cual es un problema-. Además, salí un poco de la costumbre y lo acompañé con un té, en vez de un café oscuro como siempre tomo.

    Luego de esto, me pondré a pintar, tengo algunos proyectos pendientes.

    ¿Les gustaría la receta?
    Hoy quise cocinar algún postre, así que el resultado fue un delicioso pay de limón -el almuerzo fue un poco de lo que cociné ayer, se me acabó la carne, lo cual es un problema-. Además, salí un poco de la costumbre y lo acompañé con un té, en vez de un café oscuro como siempre tomo. Luego de esto, me pondré a pintar, tengo algunos proyectos pendientes. ¿Les gustaría la receta?
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  • 🎃 ᴀᴍᴏɴɢ ꜱʜᴀᴅᴏᴡꜱ: ʟᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴅᴇʟ ᴊᴜᴇɢᴏ ꜱɪʟᴇɴᴄɪᴏꜱᴏ
    Fandom Scream x Original
    Categoría Suspenso
    Reglas simples: Nadie revela su identidad, todos usan máscara, y solo uno sabrá la verdad.

    La noche de Halloween cayó con un aire distinto, casi eléctrico. En el antiguo edificio del campus, los estudiantes se reunían bajo un mismo pretexto: Una fiesta exclusiva, un “juego” inventado por la fraternidad más excéntrica del lugar.
    Luces anaranjadas, humo artificial, y un cartel en la entrada que decía en letras rojas:
    “Among Shadows — Solo los valientes entran.”

    A medianoche, la voz del anfitrión resonó en los altavoces:

    “Entre nosotros se esconde alguien. Encuéntrenlo… antes de que él los encuentre a ustedes.”

    Las luces titilaron. Un grito se ahogó entre risas nerviosas.
    Cuando la música volvió, una máscara yacía en el suelo, rota. Nadie supo si era parte del juego o el inicio de algo más real.

    Entre los asistentes, una figura pelirroja observaba desde el fondo.
    Su disfraz: elegante, oscuro, y coronado con una máscara blanca decorada con cristales carmesí.
    Sadie Macher no participaba para ganar. Observaba, medía, analizaba. El miedo era su tablero, y todos los demás, simples piezas.

    —This will be fun, murmuró con una sonrisa apenas visible.

    Reglas del rol:
    — Cualquier personaje puede unirse.
    — Todos deben llevar disfraz.
    — Nadie conoce las identidades reales.
    — Se fomenta el suspenso, la manipulación social y la tensión psicológica.
    — El miedo, la sospecha y el juego mental son el eje principal.

    Bienvenido al juego. No confíes en nadie.
    Reglas simples: Nadie revela su identidad, todos usan máscara, y solo uno sabrá la verdad. La noche de Halloween cayó con un aire distinto, casi eléctrico. En el antiguo edificio del campus, los estudiantes se reunían bajo un mismo pretexto: Una fiesta exclusiva, un “juego” inventado por la fraternidad más excéntrica del lugar. Luces anaranjadas, humo artificial, y un cartel en la entrada que decía en letras rojas: “Among Shadows — Solo los valientes entran.” A medianoche, la voz del anfitrión resonó en los altavoces: “Entre nosotros se esconde alguien. Encuéntrenlo… antes de que él los encuentre a ustedes.” Las luces titilaron. Un grito se ahogó entre risas nerviosas. Cuando la música volvió, una máscara yacía en el suelo, rota. Nadie supo si era parte del juego o el inicio de algo más real. Entre los asistentes, una figura pelirroja observaba desde el fondo. Su disfraz: elegante, oscuro, y coronado con una máscara blanca decorada con cristales carmesí. Sadie Macher no participaba para ganar. Observaba, medía, analizaba. El miedo era su tablero, y todos los demás, simples piezas. —This will be fun, murmuró con una sonrisa apenas visible. 🔪 Reglas del rol: — Cualquier personaje puede unirse. — Todos deben llevar disfraz. — Nadie conoce las identidades reales. — Se fomenta el suspenso, la manipulación social y la tensión psicológica. — El miedo, la sospecha y el juego mental son el eje principal. 🎭 Bienvenido al juego. No confíes en nadie.
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    Hermano gemelo de Yunseok Wang ( avatar: Jackson Wang)
    https://youtu.be/Rhy7_Y15FrI?si=BQ5NOa7GHJfiUO9g

    Estado: Desaparecido desde el nacimiento
    Edad: 30 años
    Nacionalidad: Coreano–china
    Lugar de nacimiento: Hong Kong
    Naturaleza actual: Desconocida (posible híbrido)


    Datos confirmados

    Nació el 16 de Octubre de 1995 junto a Yunseok.
    Fue declarado muerto minutos después del parto,
    pero su cuerpo jamás apareció.
    Zhao Feng Wang, su padre mafioso, lo sustrajo de la clínica
    tras descubrir que el niño portaba el Gen Wang Δ — una mutación que amplificaba la mente…y corrompía el alma.

    Creció en la sombra, lejos del hogar.
    Su paradero es incierto.

    Sus ojos son idénticos a los de Yunseok,
    pero más oscuros.
    Su presencia deja una sensación de frío,
    como si la luz evitara tocarlo.ㅤ

    Perfil psicológico

    Brillante, silencioso, impredecible.
    No conoce el amor, solo la estrategia.
    Su mente razona con precisión mortal,
    mientras el gen malvado distorsiona su humanidad.

    Algunos lo describen como un líder,
    otros, como un eco de Zhao Feng Wang.

    Yunseok lo busca no por justicia, sino por amor.

    "Si el fuego corrompió su sangre,
    seré yo quien lo apague con mis manos.”

    — Yunseok Wang

    Situación actual

    Identidad: No registrada

    Apariencia: Idéntica a Yunseok (cabello oscuro, ojos negros, cicatriz en la sien izquierda)

    Peligrosidad: Alta / emocionalmente inestable

    Hombre (30 años)
    Naturaleza ambigua — humano o híbrido.
    Personalidad oscura, estratégica, emocionalmente fracturada.
    Capaz de amar y odiar con la misma intensidad.
    El vínculo con Yunseok es inevitable.

    #WangLineage #TwinDarkness #YunseokWang #FamilyLore #TheLostTwin #GenDelta #Classified
    Hermano gemelo de Yunseok Wang ( avatar: Jackson Wang) https://youtu.be/Rhy7_Y15FrI?si=BQ5NOa7GHJfiUO9g ㅤ Estado: Desaparecido desde el nacimiento Edad: 30 años Nacionalidad: Coreano–china Lugar de nacimiento: Hong Kong Naturaleza actual: Desconocida (posible híbrido) ㅤ ⚜️ Datos confirmados Nació el 16 de Octubre de 1995 junto a Yunseok. Fue declarado muerto minutos después del parto, pero su cuerpo jamás apareció. Zhao Feng Wang, su padre mafioso, lo sustrajo de la clínica tras descubrir que el niño portaba el Gen Wang Δ — una mutación que amplificaba la mente…y corrompía el alma. Creció en la sombra, lejos del hogar. Su paradero es incierto. Sus ojos son idénticos a los de Yunseok, pero más oscuros. Su presencia deja una sensación de frío, como si la luz evitara tocarlo.ㅤ ⚫ Perfil psicológico Brillante, silencioso, impredecible. No conoce el amor, solo la estrategia. Su mente razona con precisión mortal, mientras el gen malvado distorsiona su humanidad. Algunos lo describen como un líder, otros, como un eco de Zhao Feng Wang. Yunseok lo busca no por justicia, sino por amor. "Si el fuego corrompió su sangre, seré yo quien lo apague con mis manos.” — Yunseok Wang 🕵️‍♂️ Situación actual Identidad: No registrada Apariencia: Idéntica a Yunseok (cabello oscuro, ojos negros, cicatriz en la sien izquierda) Peligrosidad: Alta / emocionalmente inestable 🩸 Hombre (30 años) Naturaleza ambigua — humano o híbrido. Personalidad oscura, estratégica, emocionalmente fracturada. Capaz de amar y odiar con la misma intensidad. El vínculo con Yunseok es inevitable. ㅤ #WangLineage #TwinDarkness #YunseokWang #FamilyLore #TheLostTwin #GenDelta #Classified
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  • 𝐂𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄𝐉𝐎 - 𝐕𝐈
    𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬

    ────Yo, Anquises, hijo de Capis, descendiente Dárdano, presento ahora a mi hijo Eneas ante los dioses para pedir su protección y sus bendiciones.

    Al tercer día, como dictaban las costumbres de los troyanos, Anquises había alzado a su hijo frente al fuego del hogar, en una pequeña ceremonia a la que asistieron algunas de las familias nobles de las ciudades aliadas de Dardania. Luego, se volvió hacia el sacerdote, quién posó su mano sobre la cabeza de su hijo para bendecirlo.

    El sacerdote comenzó a recitar plegarias sagradas para el Portador de Tormentas, pero su voz, vieja y astillada como la corteza de un viejo roble, flotó a un lugar lejano para Afro. Ocupaba su sitio junto al resto de los sirvientes congregados en el patio del palacio, entre las sombras que retrocedían ante el fuego de las antorchas dispuestas a su alrededor. Se refugio bajo el largo velo que caía detrás de su espalda. Aunque era una noche de verano, el aire cargado del dulce aroma del incienso y jazmín estaba bastante fresco.

    ────¡Zeus Cronión! Portador del rayo, centelleante, tonante, fulminante; escúchanos ahora…

    Afro apretó las manos frente a su estómago y observó con cierto anhelo a los nobles aglomerados en el interior. No iba a negarlo: le habría encantado tener un sitio delante de todo ese gran gentío, a un lado de la reina Temiste, presenciando la ceremonia como lo que realmente era: la madre de Eneas. No obstante, estar hasta atrás también tenía sus ventajas; y es que mientras la ceremonia transcurría, Afro había tenido la ocasión de examinar con ojo curioso a los invitados.

    Observó sus ropajes, la calidad de las telas que eran superiores a lo que ella llevaba puesto, los colores, los bordados tan finos hechos con hilos de oro. Un hermoso collar de cuentas de ámbar rodeaba el cuello de una noble, resaltando el color de sus ojos felinos. «Ah, esta sabe perfectamente lo que lleva sobre las clavículas. Es su mejor arma, es obvio que acaparará todas las miradas. Y ya veo algunos cuellos curiosos erguidos en su dirección». Pensó Afro, apenas disimulando una sonrisa.

    En el otro extremo del salón, un hombre de túnica azul oscuro estaba parado a un costado de una columna, Afro arqueó una ceja. No parecía haber recibido la invitación con mucha antelación; había sido uno de los últimos invitados en atravesar las puertas y su sonrisa, aunque amable y cortes, supo ocultar el color en sus mejillas. ¿Habría corrido a toda prisa para llegar hasta el palacio? Una pulsera de diminutas conchas rodeaba su muñeca. Eso le hizo sospechar que quizás el hombre venía de las costas de Licia.

    Pero de todos los invitados, un grupo en particular llamó su atención. Nunca había visto a ninguno, a pesar de que había escuchado sus nombres; hacían compañía a la reina Temiste. La cercanía en su trato, la naturalidad con la que hablaban, tan amena y cercana, le indicó que ya existía confianza entre ellos desde hace un tiempo. Más tarde, Anquises se encargaría de contarle que se trataba de la casa real de Ilión (Troya). El rey Príamo con su corona de lapislázuli que resaltaba sobre la cascada de cabellos negros, llevaba del brazo a la reina Hécuba de mirada vivas y gentil. Y a su lado, se encontraban sus hijos, sosteniendo ramas de olivo y laurel entre sus manitas. Por la forma en que sus dedos jugueteaban con los tallos frescos, era evidente el gran esfuerzo que estaban poniendo en no pelear, ni bostezar.

    Que buenos estaban siendo esos niños, había pensado para sus adentros. Si ella tuviera ese nivel de paciencia, probablemente habría hecho grandes proezas hace mucho. Era un logro que debía reconocerse.

    Y casi como si le hubiera leído las palabras en la mente, la hija pequeña de Príamo giró la cabeza, en su dirección.

    Afro contuvo la respiración cuando esos ojos de obsidiana cruzaron con los suyos. ¿Por qué… esa niña la miraba así? Era la expresión de alguien que había encontrado un cabello en su comida y empieza, meticulosamente, a hacer una lista mental de posibles cabezas sospechosas a quién podría pertenecer esa hebra. Era la primera vez que un niño mortal la observaba de esa manera, con tanta suspicacia, y eso, para su propia sorpresa, le provocó un ligero nerviosismo.

    Forzó una sonrisa, la más amable que sus labios consiguieron esbozar y discretamente levantó la mano para saludarla. Pero su gesto se derritió al instante, como la nieve bajo el sol de primavera. La niña no solo no le devolvió el saludo, sino que su expresión ceñuda se tornó aún más analítica. Tragó saliva, aunque incomoda, Afro no se achicó, ni rompió el contacto visual. Dejó que la niña hiciera su análisis sobre ella, convirtiéndose en el objetivo de contemplación de su estudio. Creyó que la descomponía pieza por pieza, hasta entender cada función, o al menos, eso intentaba ¿Podía culparla? En su edad más temprana, motivada por la curiosidad inocente, Afro habría hecho lo mismo con una ostra y un cangrejo que encontró en las orillas de la playa de Chipre, la primera vez que pisó tierra firme después de su nacimiento en el seno de las profundidades del mar. Los dioses crecían a una velocidad alarmante, así que cuando el oleaje terminó de dar forma a la carne y la sangre celestial de su padre que habían sido arrojados al mar, las olas expulsaron a la superficie a una niña que, aunque frágil, tenía la fuerza suficiente en las extremidades para nadar hasta la costa.

    Su conocimiento sobre el mundo era limitado y sin nadie quién la supervisara, se dedicó a caminar por la playa desierta. La playa de arenas blancas era enorme, los árboles frondosos que se alzaban a la distancia no le inspiraron el menor deseo de adentrarse en su espesura. Vagó sin rumbo hasta que algo capturó su atención: una ostra. Era liviana entre sus manos y al no oír sonido alguno al sacudirla junto a su oído, la abrió con ayuda de una piedra de punta afilada. Dentro encontró un par de perlas que después convertiría en los pendientes que ahora llevaba puestos.

    Más adelante halló un cangrejo caminando detrás de una roca enorme. Se acuclilló para observarlo, fascinada por esa forma tan peculiar de moverse de lado. Cada vez que intentaba llegar al mar, ella le cortaba el paso con la mano. El pequeño insistía, avanzando primero hacia un lado y luego hacia el otro, y ella, divertida, volvía a interponerse. Un duelo de paciencia que él perdió primero. Entre risas, cuando volvió a bloquearle el camino, el cangrejo esa vez cerró sus pinzas con firmeza alrededor de su dedo.

    Aún recordaba el dolor que aquello le causó, tan vivido y punzante que podría jurar que, después de años, el cangrejo seguía aferrado a su dedo solo para darle una lección de límites. Y vaya que lo consiguió; aquella punzada fantasma bastó para devolverla, de golpe, a la realidad.

    «Está bien. Ganaste esta ronda, amigo crustáceo».

    Hizo una leve mueca, el recuerdo tardío de esas pinzas que, al parecer, aún tenían algo que reclamarle, antes de que el murmullo de la ceremonia la alcanzara en los oídos.

    Moiras santas. Eso... eso dolió bastante...

    Gracias a los dioses, el sacerdote terminó su labor, poniendo fin al análisis de aquella niña troyana. La reina Hécuba tomó de la mano a la niña para conducirla junto a sus hermanos al frente, y fue entonces que Afro descubrió el nombre de aquella chiquilla.

    ────Ven, Cassandra ─le dijo su madre─. Vamos a llevarle nuestros regalos al príncipe.

    Dedicándole una última mirada que prometía continuar con el estudio de su persona más tarde y sin hacer más, obediente, Cassandra dio media vuelta y se perdió entre la multitud de nobles que se amontonaba junto a sus hijos para presentar sus regalos a Eneas. Su familia se situó en el lugar de preeminencia que les correspondía, siendo ellos los primeros en entregar sus obsequios. Solo los hijos mayores de Príamo pasaron al frente para ofrecer las ramitas de olivo y laurel al pequeño príncipe. Claro, Eneas los observaba confundido con sus grandes ojitos. No comprendía lo que estaba ocurriendo. Pero su hijo ya desde bebé era valiente, ninguna sombra de duda o temor cubrió su rostro ante ninguno de esos extraños que se acercaron a darle la bienvenida al mundo.

    El banquete dio inicio y el palacio se llenó de música, cantos y risas. Las antorchas danzaban en los muros y las voces se mezclaron con el sonido de las copas. En lo que restó de la noche, Afro no volvió a saber nada de Cassandra ni de sus analíticos ojos de obsidiana. Por un momento, Afro se sintió como aquel cangrejo en la playa, solo que, a diferencia de él, ella ahora no tenía pinzas con que defenderse.

    Y no las necesitaba.
    𝐂𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄𝐉𝐎 - 𝐕𝐈 🦀 𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬 ────Yo, Anquises, hijo de Capis, descendiente Dárdano, presento ahora a mi hijo Eneas ante los dioses para pedir su protección y sus bendiciones. Al tercer día, como dictaban las costumbres de los troyanos, Anquises había alzado a su hijo frente al fuego del hogar, en una pequeña ceremonia a la que asistieron algunas de las familias nobles de las ciudades aliadas de Dardania. Luego, se volvió hacia el sacerdote, quién posó su mano sobre la cabeza de su hijo para bendecirlo. El sacerdote comenzó a recitar plegarias sagradas para el Portador de Tormentas, pero su voz, vieja y astillada como la corteza de un viejo roble, flotó a un lugar lejano para Afro. Ocupaba su sitio junto al resto de los sirvientes congregados en el patio del palacio, entre las sombras que retrocedían ante el fuego de las antorchas dispuestas a su alrededor. Se refugio bajo el largo velo que caía detrás de su espalda. Aunque era una noche de verano, el aire cargado del dulce aroma del incienso y jazmín estaba bastante fresco. ────¡Zeus Cronión! Portador del rayo, centelleante, tonante, fulminante; escúchanos ahora… Afro apretó las manos frente a su estómago y observó con cierto anhelo a los nobles aglomerados en el interior. No iba a negarlo: le habría encantado tener un sitio delante de todo ese gran gentío, a un lado de la reina Temiste, presenciando la ceremonia como lo que realmente era: la madre de Eneas. No obstante, estar hasta atrás también tenía sus ventajas; y es que mientras la ceremonia transcurría, Afro había tenido la ocasión de examinar con ojo curioso a los invitados. Observó sus ropajes, la calidad de las telas que eran superiores a lo que ella llevaba puesto, los colores, los bordados tan finos hechos con hilos de oro. Un hermoso collar de cuentas de ámbar rodeaba el cuello de una noble, resaltando el color de sus ojos felinos. «Ah, esta sabe perfectamente lo que lleva sobre las clavículas. Es su mejor arma, es obvio que acaparará todas las miradas. Y ya veo algunos cuellos curiosos erguidos en su dirección». Pensó Afro, apenas disimulando una sonrisa. En el otro extremo del salón, un hombre de túnica azul oscuro estaba parado a un costado de una columna, Afro arqueó una ceja. No parecía haber recibido la invitación con mucha antelación; había sido uno de los últimos invitados en atravesar las puertas y su sonrisa, aunque amable y cortes, supo ocultar el color en sus mejillas. ¿Habría corrido a toda prisa para llegar hasta el palacio? Una pulsera de diminutas conchas rodeaba su muñeca. Eso le hizo sospechar que quizás el hombre venía de las costas de Licia. Pero de todos los invitados, un grupo en particular llamó su atención. Nunca había visto a ninguno, a pesar de que había escuchado sus nombres; hacían compañía a la reina Temiste. La cercanía en su trato, la naturalidad con la que hablaban, tan amena y cercana, le indicó que ya existía confianza entre ellos desde hace un tiempo. Más tarde, Anquises se encargaría de contarle que se trataba de la casa real de Ilión (Troya). El rey Príamo con su corona de lapislázuli que resaltaba sobre la cascada de cabellos negros, llevaba del brazo a la reina Hécuba de mirada vivas y gentil. Y a su lado, se encontraban sus hijos, sosteniendo ramas de olivo y laurel entre sus manitas. Por la forma en que sus dedos jugueteaban con los tallos frescos, era evidente el gran esfuerzo que estaban poniendo en no pelear, ni bostezar. Que buenos estaban siendo esos niños, había pensado para sus adentros. Si ella tuviera ese nivel de paciencia, probablemente habría hecho grandes proezas hace mucho. Era un logro que debía reconocerse. Y casi como si le hubiera leído las palabras en la mente, la hija pequeña de Príamo giró la cabeza, en su dirección. Afro contuvo la respiración cuando esos ojos de obsidiana cruzaron con los suyos. ¿Por qué… esa niña la miraba así? Era la expresión de alguien que había encontrado un cabello en su comida y empieza, meticulosamente, a hacer una lista mental de posibles cabezas sospechosas a quién podría pertenecer esa hebra. Era la primera vez que un niño mortal la observaba de esa manera, con tanta suspicacia, y eso, para su propia sorpresa, le provocó un ligero nerviosismo. Forzó una sonrisa, la más amable que sus labios consiguieron esbozar y discretamente levantó la mano para saludarla. Pero su gesto se derritió al instante, como la nieve bajo el sol de primavera. La niña no solo no le devolvió el saludo, sino que su expresión ceñuda se tornó aún más analítica. Tragó saliva, aunque incomoda, Afro no se achicó, ni rompió el contacto visual. Dejó que la niña hiciera su análisis sobre ella, convirtiéndose en el objetivo de contemplación de su estudio. Creyó que la descomponía pieza por pieza, hasta entender cada función, o al menos, eso intentaba ¿Podía culparla? En su edad más temprana, motivada por la curiosidad inocente, Afro habría hecho lo mismo con una ostra y un cangrejo que encontró en las orillas de la playa de Chipre, la primera vez que pisó tierra firme después de su nacimiento en el seno de las profundidades del mar. Los dioses crecían a una velocidad alarmante, así que cuando el oleaje terminó de dar forma a la carne y la sangre celestial de su padre que habían sido arrojados al mar, las olas expulsaron a la superficie a una niña que, aunque frágil, tenía la fuerza suficiente en las extremidades para nadar hasta la costa. Su conocimiento sobre el mundo era limitado y sin nadie quién la supervisara, se dedicó a caminar por la playa desierta. La playa de arenas blancas era enorme, los árboles frondosos que se alzaban a la distancia no le inspiraron el menor deseo de adentrarse en su espesura. Vagó sin rumbo hasta que algo capturó su atención: una ostra. Era liviana entre sus manos y al no oír sonido alguno al sacudirla junto a su oído, la abrió con ayuda de una piedra de punta afilada. Dentro encontró un par de perlas que después convertiría en los pendientes que ahora llevaba puestos. Más adelante halló un cangrejo caminando detrás de una roca enorme. Se acuclilló para observarlo, fascinada por esa forma tan peculiar de moverse de lado. Cada vez que intentaba llegar al mar, ella le cortaba el paso con la mano. El pequeño insistía, avanzando primero hacia un lado y luego hacia el otro, y ella, divertida, volvía a interponerse. Un duelo de paciencia que él perdió primero. Entre risas, cuando volvió a bloquearle el camino, el cangrejo esa vez cerró sus pinzas con firmeza alrededor de su dedo. Aún recordaba el dolor que aquello le causó, tan vivido y punzante que podría jurar que, después de años, el cangrejo seguía aferrado a su dedo solo para darle una lección de límites. Y vaya que lo consiguió; aquella punzada fantasma bastó para devolverla, de golpe, a la realidad. «Está bien. Ganaste esta ronda, amigo crustáceo». Hizo una leve mueca, el recuerdo tardío de esas pinzas que, al parecer, aún tenían algo que reclamarle, antes de que el murmullo de la ceremonia la alcanzara en los oídos. Moiras santas. Eso... eso dolió bastante... Gracias a los dioses, el sacerdote terminó su labor, poniendo fin al análisis de aquella niña troyana. La reina Hécuba tomó de la mano a la niña para conducirla junto a sus hermanos al frente, y fue entonces que Afro descubrió el nombre de aquella chiquilla. ────Ven, Cassandra ─le dijo su madre─. Vamos a llevarle nuestros regalos al príncipe. Dedicándole una última mirada que prometía continuar con el estudio de su persona más tarde y sin hacer más, obediente, Cassandra dio media vuelta y se perdió entre la multitud de nobles que se amontonaba junto a sus hijos para presentar sus regalos a Eneas. Su familia se situó en el lugar de preeminencia que les correspondía, siendo ellos los primeros en entregar sus obsequios. Solo los hijos mayores de Príamo pasaron al frente para ofrecer las ramitas de olivo y laurel al pequeño príncipe. Claro, Eneas los observaba confundido con sus grandes ojitos. No comprendía lo que estaba ocurriendo. Pero su hijo ya desde bebé era valiente, ninguna sombra de duda o temor cubrió su rostro ante ninguno de esos extraños que se acercaron a darle la bienvenida al mundo. El banquete dio inicio y el palacio se llenó de música, cantos y risas. Las antorchas danzaban en los muros y las voces se mezclaron con el sonido de las copas. En lo que restó de la noche, Afro no volvió a saber nada de Cassandra ni de sus analíticos ojos de obsidiana. Por un momento, Afro se sintió como aquel cangrejo en la playa, solo que, a diferencia de él, ella ahora no tenía pinzas con que defenderse. Y no las necesitaba.
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  • El pasado de Loki ~

    El pasado de loki , el dios del engaño y travesuras ~

    En los inicio de valhallan loki era conosido como el dios mas peligroso por su rumores de ser, un dios con un corazon oscuro era cruel por su sangre y poder .
    Solia ser evitado por todo el pantion tanto asi , siempre estaba solitario solo sin nadie mas ,lo demas dioses lo evitaban por ser el y tampoco le dirijian la palabras ya que era por ser temido aun asi parecia que seria siempre siendo evitado por dioses y gigantes por aquellos que lentenia miedo.
    Pero un dia todo cambio para aquel dios , aquel dios nortico llamado loki ......
    Cuando pasaba por alli vio a las valkyrias que estaban tanquilas entre ella , bromiamdo cuando una de ella la mayor de aquellas valkyrias , lanzo una una sandia justo donde esta el , loki la habia atrapado con su boca y la atrapo alli cuando algo inesperado paso ..... algo que no puedo entender a verla con aquella sonrisa frente a el , aquel sentimiento que loki jamas habia sentido.
    El pasado de Loki ~ El pasado de loki , el dios del engaño y travesuras ~ En los inicio de valhallan loki era conosido como el dios mas peligroso por su rumores de ser, un dios con un corazon oscuro era cruel por su sangre y poder . Solia ser evitado por todo el pantion tanto asi , siempre estaba solitario solo sin nadie mas ,lo demas dioses lo evitaban por ser el y tampoco le dirijian la palabras ya que era por ser temido aun asi parecia que seria siempre siendo evitado por dioses y gigantes por aquellos que lentenia miedo. Pero un dia todo cambio para aquel dios , aquel dios nortico llamado loki ...... Cuando pasaba por alli vio a las valkyrias que estaban tanquilas entre ella , bromiamdo cuando una de ella la mayor de aquellas valkyrias , lanzo una una sandia justo donde esta el , loki la habia atrapado con su boca y la atrapo alli cuando algo inesperado paso ..... algo que no puedo entender a verla con aquella sonrisa frente a el , aquel sentimiento que loki jamas habia sentido.
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