• Aidguar y el Fulgor del Juicio
    Categoría Acción
    Aidguar Drakona

    La brisa era densa y a lo lejos, las nubes parecían girar sobre sí mismas anunciando la cercanía de un vórtice elemental. Miyabi se detuvo en seco en lo alto de la colina envuelta en su capa mientras su cabello oscuro ondeaba como seda al viento. En su mano derecha, un pequeño mapa trazado a mano y marcado con tinta roja: "El Fragmento del Juicio".

    Frente a ella, más allá del abismo de piedra y raíces, yacía la Garganta de Aidguar, un valle quebrado y olvidado por el tiempo donde según antiguos escritos un artefacto elemental dormía bajo la vigilancia de una criatura que habian dicho era imposible.

    Miyabi descendió sin titubear, deslizándose entre formaciones rocosas hasta alcanzar la base del valle. El lugar estaba impregnado de una energía cálida y palpitante, como si el suelo respirara. Fue entonces cuando escuchó un zumbido suave, acompañado de una torpe melodía tarareada sin ritmo alguno.

    Giró la cabeza con cautela, la mano ya rozando la empuñadura de su naginata ceremonial hasta que divisó a Aidguar.

    En su forma reducida no superaba los dos metros de altura pero aún así su presencia ocupaba el claro como si fuese una montaña encarnada. Parecia estar agachado de espaldas intentando colocar cuidadosamente unas flores silvestres alrededor de una roca que resplandecía con un fulgor anaranjado. Miyabi lo observó por un instante. No era lo que esperaba de un guardían ancestral, nada de fuego o escamas relucientes ni rugidos imponentes. Solo una criatura inmensa con ojos blancos y redondos que parecia hablar consigo mismo como un niño regañado por su propia torpeza.

    —Hola . Soy Miyabi y necesito el artefacto ígneo que proteges o que me lo prestes un momento o al menos una parte de él... —dijo finalmente Miyabi, con tono firme aunque sabría que posiblemente no sería tan fácil.
    [shade_titanium_whale_983] La brisa era densa y a lo lejos, las nubes parecían girar sobre sí mismas anunciando la cercanía de un vórtice elemental. Miyabi se detuvo en seco en lo alto de la colina envuelta en su capa mientras su cabello oscuro ondeaba como seda al viento. En su mano derecha, un pequeño mapa trazado a mano y marcado con tinta roja: "El Fragmento del Juicio". Frente a ella, más allá del abismo de piedra y raíces, yacía la Garganta de Aidguar, un valle quebrado y olvidado por el tiempo donde según antiguos escritos un artefacto elemental dormía bajo la vigilancia de una criatura que habian dicho era imposible. Miyabi descendió sin titubear, deslizándose entre formaciones rocosas hasta alcanzar la base del valle. El lugar estaba impregnado de una energía cálida y palpitante, como si el suelo respirara. Fue entonces cuando escuchó un zumbido suave, acompañado de una torpe melodía tarareada sin ritmo alguno. Giró la cabeza con cautela, la mano ya rozando la empuñadura de su naginata ceremonial hasta que divisó a Aidguar. En su forma reducida no superaba los dos metros de altura pero aún así su presencia ocupaba el claro como si fuese una montaña encarnada. Parecia estar agachado de espaldas intentando colocar cuidadosamente unas flores silvestres alrededor de una roca que resplandecía con un fulgor anaranjado. Miyabi lo observó por un instante. No era lo que esperaba de un guardían ancestral, nada de fuego o escamas relucientes ni rugidos imponentes. Solo una criatura inmensa con ojos blancos y redondos que parecia hablar consigo mismo como un niño regañado por su propia torpeza. —Hola . Soy Miyabi y necesito el artefacto ígneo que proteges o que me lo prestes un momento o al menos una parte de él... —dijo finalmente Miyabi, con tono firme aunque sabría que posiblemente no sería tan fácil.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    EPIC BATTLE #01: Sasha Ishtar vs Ibuki Douji

    Título: La Noche del Deseo Carmesí

    Escenario:
    Un reino entre dimensiones, donde el cielo es un abismo estrellado y el suelo está cubierto de runas vivientes. Columnas flotantes giran sobre sí mismas mientras portales demoníacos se abren y cierran. La atmósfera huele a azufre, magia y deseo contenido.

    Sasha Ishtar:
    ☾ Raza: Diosa Súcubo del abismo estelar.

    ✺✺Habilidades✺✺:

    ★ Magia Astral: Proyectiles de energía cósmica que explotan al contacto.

    ★ Dominio de Corrupción: Controla los deseos oscuros de sus enemigos para debilitarlos.

    ★ Invocación de Garras Astrales: Brazos etéreos que desgarran la realidad misma.

    ★ Aura de Ishtar: Seducción hipnótica que desvía la atención del enemigo por breves segundos.


    Ibuki Douji:
    ☯ Raza: Oni ancestral, diosa del caos embriagado.

    ✡✡Habilidades✡✡:

    ♨ Control de Veneno Espiritual: Su aliento y sangre intoxican incluso a los seres inmortales.

    ♨ Fuerza Oni Extrema: Puede destrozar montañas con un solo golpe.

    ♨ Rugido Carmesí: Un grito que quiebra barreras mágicas y mentes débiles.

    ♨ Embriaguez Demoníaca: Mientras más pelea, más poderosa y caótica se vuelve.

    Choque de Poderes:
    Sasha lanza un enjambre de estrellas vivientes que Ibuki destruye de un manotazo cargado de energía carmesí. La oni ríe, girando su lanza hecha de huesos sagrados, y embiste a Sasha con brutalidad. La diosa súcubo se teletransporta justo a tiempo, contraatacando con cadenas astrales que atrapan brevemente a Ibuki.

    Pero Ibuki se libera rugiendo, desatando una onda expansiva de caos. El cielo se parte en dos. Sasha, herida, activa su Forma Estelar Final, envolviéndose en un aura brillante de gemas flotantes.

    Las dos chocan una última vez: puño contra puño, magia contra veneno. La dimensión entera tiembla.

    Resultado:
    EMPATE TÉCNICO — Ambas colapsan de agotamiento, sus cuerpos rodeados por cráteres y runas rotas. Sin embargo, en sus ojos brilla el respeto… y una posible alianza oscura en el futuro.
    🌌 EPIC BATTLE #01: Sasha Ishtar vs Ibuki Douji Título: La Noche del Deseo Carmesí ⚔️ Escenario: Un reino entre dimensiones, donde el cielo es un abismo estrellado y el suelo está cubierto de runas vivientes. Columnas flotantes giran sobre sí mismas mientras portales demoníacos se abren y cierran. La atmósfera huele a azufre, magia y deseo contenido. 💠 Sasha Ishtar: ☾ Raza: Diosa Súcubo del abismo estelar. ✺✺Habilidades✺✺: ★ Magia Astral: Proyectiles de energía cósmica que explotan al contacto. ★ Dominio de Corrupción: Controla los deseos oscuros de sus enemigos para debilitarlos. ★ Invocación de Garras Astrales: Brazos etéreos que desgarran la realidad misma. ★ Aura de Ishtar: Seducción hipnótica que desvía la atención del enemigo por breves segundos. 🔥 Ibuki Douji: ☯ Raza: Oni ancestral, diosa del caos embriagado. ✡✡Habilidades✡✡: ♨ Control de Veneno Espiritual: Su aliento y sangre intoxican incluso a los seres inmortales. ♨ Fuerza Oni Extrema: Puede destrozar montañas con un solo golpe. ♨ Rugido Carmesí: Un grito que quiebra barreras mágicas y mentes débiles. ♨ Embriaguez Demoníaca: Mientras más pelea, más poderosa y caótica se vuelve. 💥 Choque de Poderes: Sasha lanza un enjambre de estrellas vivientes que Ibuki destruye de un manotazo cargado de energía carmesí. La oni ríe, girando su lanza hecha de huesos sagrados, y embiste a Sasha con brutalidad. La diosa súcubo se teletransporta justo a tiempo, contraatacando con cadenas astrales que atrapan brevemente a Ibuki. Pero Ibuki se libera rugiendo, desatando una onda expansiva de caos. El cielo se parte en dos. Sasha, herida, activa su Forma Estelar Final, envolviéndose en un aura brillante de gemas flotantes. Las dos chocan una última vez: puño contra puño, magia contra veneno. La dimensión entera tiembla. 🏁 Resultado: EMPATE TÉCNICO — Ambas colapsan de agotamiento, sus cuerpos rodeados por cráteres y runas rotas. Sin embargo, en sus ojos brilla el respeto… y una posible alianza oscura en el futuro.
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  • ---

    **Nombre**: Lyra Sable
    **Edad**: 21 años
    **Ocupación**: Influencer alternativa / Tarotista en línea
    **Lugar**: Su habitación, conocida en redes como “La Cueva de los Sueños Rotos”
    **Ambiente**: Estilo e-girl místico con tintes oscuros y seductores

    ---

    **\[Escena - La reina del espejo]**

    Lyra sostenía el teléfono frente al espejo, observando su reflejo con la precisión de quien conoce cada sombra de su rostro. Las orejas de conejo eran solo parte del show, una máscara simbólica que usaba para atraer, distraer y dominar.

    Su habitación era un santuario caótico: discos pegados a la pared, luces tenues y un peluche gigante al que alguna vez le había llorado encima. Todo en ella era intencional, desde el encaje negro hasta las cintas que adornaban sus caderas.

    Encendió la cámara, en vivo.

    —Buenas noches, criaturas de la noche... —dijo con voz ronca y sensual— hoy es luna menguante, así que vamos a hablar de lo que deberías soltar. Yo, por ejemplo... debería dejar de pensar en él.

    Se acercó al espejo, mirando a la pantalla como si pudiera leer los pensamientos de cada espectador. Su mirada no pedía permiso: exigía atención.

    Y en algún rincón de la ciudad, alguien, alguien muy específico, sabía que ese mensaje era para él.

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    --- **Nombre**: Lyra Sable **Edad**: 21 años **Ocupación**: Influencer alternativa / Tarotista en línea **Lugar**: Su habitación, conocida en redes como “La Cueva de los Sueños Rotos” **Ambiente**: Estilo e-girl místico con tintes oscuros y seductores --- **\[Escena - La reina del espejo]** Lyra sostenía el teléfono frente al espejo, observando su reflejo con la precisión de quien conoce cada sombra de su rostro. Las orejas de conejo eran solo parte del show, una máscara simbólica que usaba para atraer, distraer y dominar. Su habitación era un santuario caótico: discos pegados a la pared, luces tenues y un peluche gigante al que alguna vez le había llorado encima. Todo en ella era intencional, desde el encaje negro hasta las cintas que adornaban sus caderas. Encendió la cámara, en vivo. —Buenas noches, criaturas de la noche... —dijo con voz ronca y sensual— hoy es luna menguante, así que vamos a hablar de lo que deberías soltar. Yo, por ejemplo... debería dejar de pensar en él. Se acercó al espejo, mirando a la pantalla como si pudiera leer los pensamientos de cada espectador. Su mirada no pedía permiso: exigía atención. Y en algún rincón de la ciudad, alguien, alguien muy específico, sabía que ese mensaje era para él. ---
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  • EPIC BATTLE #23: Satoru Gojo vs Sung Jin Woo

    Título del encuentro: "La Límite Infinita contra la Sombra Eterna"

    Satoru Gojo – El Ilimitado
    Vestido de negro absoluto, Gojo se desplaza como un dios entre estrellas. Su técnica de Infinito distorsiona el espacio, haciendo que cualquier ataque sea detenido antes de tocarlo. Sus ojos brillan bajo la venda, listos para desatar la Expansión de Dominio: Vacío Infinito, que paraliza la mente del enemigo en un mar infinito de información.

    Movimientos clave:

    — Cursed Technique Lapse: Azul – aplasta el espacio con fuerza gravitacional.

    — Cursed Technique Reversal: Rojo – explosión devastadora de energía repelente.

    — Hollow Purple – colisión de Azul y Rojo, aniquilando todo en su camino.

    Sung Jin-Woo – El Monarca de las Sombras (Tenebrous)
    Vestido con una gabardina oscura, rodeado por un ejército de sombras, Jin-Woo camina con la autoridad de la muerte misma. Con solo una orden, invoca miles de soldados oscuros desde su sombra. Su espada cortaría incluso la esencia de las maldiciones.

    Movimientos clave:

    — Shadow Extraction – convierte a enemigos caídos en aliados.

    — Monarch’s Domain – multiplica su poder y el de sus sombras en área.

    — Kamish´s Wrath – invoca el poder de un dragón legendario.

    — Beru, Igris y Bellion – sus tres élites lideran la carga, imparables.

    El Choque:
    Gojo lanza un Hollow Purple a velocidades imposibles, pero Jin-Woo desaparece en su sombra y contraataca con una horda liderada por Igris. La batalla se convierte en un vals entre el espacio deformado de Gojo y la oscuridad creciente del monarca. Gojo activa su Expansión de Dominio, pero Jin-Woo responde abriendo su propio Reino del Monarca, donde la oscuridad consume incluso el infinito.

    ¿Quién ganará?

    ⚜ Gojo tiene el poder de detener cualquier ataque físico, pero…

    ⚜ Jin-Woo puede multiplicarse, adaptarse, y revivir constantemente desde la sombra.

    Ambos son titanes de su universo. El resultado… solo puede ser escrito por los dioses
    ⚔️ EPIC BATTLE #23: Satoru Gojo vs Sung Jin Woo⚔️ Título del encuentro: "La Límite Infinita contra la Sombra Eterna" 🧿 Satoru Gojo – El Ilimitado Vestido de negro absoluto, Gojo se desplaza como un dios entre estrellas. Su técnica de Infinito distorsiona el espacio, haciendo que cualquier ataque sea detenido antes de tocarlo. Sus ojos brillan bajo la venda, listos para desatar la Expansión de Dominio: Vacío Infinito, que paraliza la mente del enemigo en un mar infinito de información. ✨ Movimientos clave: — Cursed Technique Lapse: Azul – aplasta el espacio con fuerza gravitacional. — Cursed Technique Reversal: Rojo – explosión devastadora de energía repelente. — Hollow Purple – colisión de Azul y Rojo, aniquilando todo en su camino. 👑 Sung Jin-Woo – El Monarca de las Sombras (Tenebrous) Vestido con una gabardina oscura, rodeado por un ejército de sombras, Jin-Woo camina con la autoridad de la muerte misma. Con solo una orden, invoca miles de soldados oscuros desde su sombra. Su espada cortaría incluso la esencia de las maldiciones. 🛡️ Movimientos clave: — Shadow Extraction – convierte a enemigos caídos en aliados. — Monarch’s Domain – multiplica su poder y el de sus sombras en área. — Kamish´s Wrath – invoca el poder de un dragón legendario. — Beru, Igris y Bellion – sus tres élites lideran la carga, imparables. 🔥 El Choque: Gojo lanza un Hollow Purple a velocidades imposibles, pero Jin-Woo desaparece en su sombra y contraataca con una horda liderada por Igris. La batalla se convierte en un vals entre el espacio deformado de Gojo y la oscuridad creciente del monarca. Gojo activa su Expansión de Dominio, pero Jin-Woo responde abriendo su propio Reino del Monarca, donde la oscuridad consume incluso el infinito. 💥 ¿Quién ganará? ⚜ Gojo tiene el poder de detener cualquier ataque físico, pero… ⚜ Jin-Woo puede multiplicarse, adaptarse, y revivir constantemente desde la sombra. Ambos son titanes de su universo. El resultado… solo puede ser escrito por los dioses
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  • Últimamente había tenido una sensación particular, una calidez abrazadora envolvía su cuerpo y de pronto la casa comenzó a oler al perfume que usaba su mamá, ella adoraba los perfumes con olor a mantecada, es decir, a pan de vainilla, lo cual le hizo tener unas inmensas ganar de llorar, en paralelo, Kagehiro salió a unos deberes, no le dijo a cuales. (Ella no sabía pero fue al cementerio.)

    — Mamá. . . ¿Estás aquí? No sé si sea víctima de mi loca imaginación, pero, quiero decirte que me he convertido en una mujer muy feliz. . . —

    Dejó su espejo y su labial: se dirigió al cajón de su vanity, de ahí sacó una foto de ella, la miró mientras le hablaba, con una sonrisa que estaba llena de emociones, nostalgia, pero también alegría de lo que le estaba contando.

    — Encontré al hombre que siempre me decías podría ser el mejor, diligente, trabajador, serio y formal, además de amoroso y cuidadoso. . . Desde que te fuiste dejaste un vacío muy grande en mi, tomé caminos oscuros y espinosos en donde me dañaba a mi misma y dañaba a los demás, pero Kagehiro me encontró, me sal. . . — Iba terminar la palabra pero recordó lo que su novio le había dicho. — Nos salvamos, mamá yo estoy segura que él es el hombre indicado para mi, es perfecto, por favor, ayúdame a que. . . El me mire como más que su novia, como a su compañera de vida, porqué no hay nada que desee más en este mundo que estar con el hasta el final. Si tú me lo mandaste, te lo agradezco, él es como un ángel para mi, pero en la tierra y tú eres mi ángel desde el cielo. —

    https://www.youtube.com/watch?v=RdW0_d4aN8c
    Últimamente había tenido una sensación particular, una calidez abrazadora envolvía su cuerpo y de pronto la casa comenzó a oler al perfume que usaba su mamá, ella adoraba los perfumes con olor a mantecada, es decir, a pan de vainilla, lo cual le hizo tener unas inmensas ganar de llorar, en paralelo, Kagehiro salió a unos deberes, no le dijo a cuales. (Ella no sabía pero fue al cementerio.) — Mamá. . . ¿Estás aquí? No sé si sea víctima de mi loca imaginación, pero, quiero decirte que me he convertido en una mujer muy feliz. . . — Dejó su espejo y su labial: se dirigió al cajón de su vanity, de ahí sacó una foto de ella, la miró mientras le hablaba, con una sonrisa que estaba llena de emociones, nostalgia, pero también alegría de lo que le estaba contando. — Encontré al hombre que siempre me decías podría ser el mejor, diligente, trabajador, serio y formal, además de amoroso y cuidadoso. . . Desde que te fuiste dejaste un vacío muy grande en mi, tomé caminos oscuros y espinosos en donde me dañaba a mi misma y dañaba a los demás, pero Kagehiro me encontró, me sal. . . — Iba terminar la palabra pero recordó lo que su novio le había dicho. — Nos salvamos, mamá yo estoy segura que él es el hombre indicado para mi, es perfecto, por favor, ayúdame a que. . . El me mire como más que su novia, como a su compañera de vida, porqué no hay nada que desee más en este mundo que estar con el hasta el final. Si tú me lo mandaste, te lo agradezco, él es como un ángel para mi, pero en la tierra y tú eres mi ángel desde el cielo. — https://www.youtube.com/watch?v=RdW0_d4aN8c
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  • #ConoceTuPersonaje

    — — — ¿Dónde vive?
    Vivo en el hueco entre el pensamiento obsceno y el deseo que reprimes. En el hambre que no cesa. En la grieta que pretendes ignorar. En las lágrimas que no has derramado. En la sombra que la luz no disipa. Y debajo de tu cama~

    — — — ¿A qué se dedica?
    Soy terapeuta de mentes rotas. Cirujano plástico del alma que aparenta, para mostrarle al mundo lo que realmente eres.

    — — — ¿Cómo es? (Personalidad)
    En una sola palabra; encantador~ En muchas: Sarcasmo, crudeza y placer. Soy la irreverencia que no teme a las consecuencias y la verdad sin filtros. Soy lo que verías al buscar tu reflejo en la superficie de un pantano.

    — — — ¿Cómo es? (Apariencia)
    Alto como el juicio final. Delgado como la esperanza que te sostiene. Piel como cera vieja, ojos como brasas que ya no calientan. Dientes afilados, uñas negras, pelo largo, lacio y oscuro como todo lo que ocultas en tu interior. Muerto, tal y como tu fe en la humanidad.

    — — — ¿Cómo se describiría?
    Soy lo que queda cuando has perdido toda esperanza.

    — — — ¿Cómo lo describirían los demás?
    Algunos me llaman demonio, pesadilla o fantasma. Compañero de travesuras o castigo solapado. Los más lúcidos apartan la mirada y omiten comentarios. Otros dicen que no tengo mucho sentido.

    — — — ¿Cuáles son sus virtudes?
    Persistente. Observador. Inmune al arrepentimiento. Sincero de todas formas~

    — — — ¿Y sus defectos?
    Me aburro demasiado rápido, sobre todo tratándose de personitas vacías más preocupadas por encajar que por ser.

    — — — ¿Quiénes son sus amigos?
    Las ratas, las sombras, los pensamientos suicidas. Y tú, si no le temas a la oscuridad.

    — — — ¿Cómo reacciona cuando se enfada?
    Solo existe una palabra acorde a mi ira; venganza~

    — — — ¿Qué ha perdido?
    Todo lo que alguna vez me pudo haber hecho humano; un lastre que no quiero cargar.

    — — — ¿Quién conoce sus secretos?
    Nadie lo suficientemente cuerdo como para contarlo después.

    — — — ¿Tiene algún sueño recurrente?
    Es recurrente, y reciente. Sueño con el uróboro. Aún intento descifrar de qué se trata.

    — — — ¿A quién ama?
    A nadie. Pero hay miradas que me entretienen. A veces, un corazón desesperado late tan hermoso que casi podría cuidarlo en lugar de romperlo.

    — — — ¿Qué le hace reír?
    El llanto contenido. Las excusas baratas. La prepotencia de los ignorantes. La ironía de que cuanto más intentan ser buenos, más hondo cavan.

    — — — ¿Y llorar?
    La risa, cuando se trata de un chinito ofuscado queriendo mostrar superioridad.

    — — — ¿Qué historias le gustan?
    La que el protagonista niega a contar porque duele demasiado.

    — — — Adicional:
    Sufro una severa alergia a la compasión, solo cuando es genuina.
    #ConoceTuPersonaje — — — ¿Dónde vive? Vivo en el hueco entre el pensamiento obsceno y el deseo que reprimes. En el hambre que no cesa. En la grieta que pretendes ignorar. En las lágrimas que no has derramado. En la sombra que la luz no disipa. Y debajo de tu cama~ — — — ¿A qué se dedica? Soy terapeuta de mentes rotas. Cirujano plástico del alma que aparenta, para mostrarle al mundo lo que realmente eres. — — — ¿Cómo es? (Personalidad) En una sola palabra; encantador~ En muchas: Sarcasmo, crudeza y placer. Soy la irreverencia que no teme a las consecuencias y la verdad sin filtros. Soy lo que verías al buscar tu reflejo en la superficie de un pantano. — — — ¿Cómo es? (Apariencia) Alto como el juicio final. Delgado como la esperanza que te sostiene. Piel como cera vieja, ojos como brasas que ya no calientan. Dientes afilados, uñas negras, pelo largo, lacio y oscuro como todo lo que ocultas en tu interior. Muerto, tal y como tu fe en la humanidad. — — — ¿Cómo se describiría? Soy lo que queda cuando has perdido toda esperanza. — — — ¿Cómo lo describirían los demás? Algunos me llaman demonio, pesadilla o fantasma. Compañero de travesuras o castigo solapado. Los más lúcidos apartan la mirada y omiten comentarios. Otros dicen que no tengo mucho sentido. — — — ¿Cuáles son sus virtudes? Persistente. Observador. Inmune al arrepentimiento. Sincero de todas formas~ — — — ¿Y sus defectos? Me aburro demasiado rápido, sobre todo tratándose de personitas vacías más preocupadas por encajar que por ser. — — — ¿Quiénes son sus amigos? Las ratas, las sombras, los pensamientos suicidas. Y tú, si no le temas a la oscuridad. — — — ¿Cómo reacciona cuando se enfada? Solo existe una palabra acorde a mi ira; venganza~ — — — ¿Qué ha perdido? Todo lo que alguna vez me pudo haber hecho humano; un lastre que no quiero cargar. — — — ¿Quién conoce sus secretos? Nadie lo suficientemente cuerdo como para contarlo después. — — — ¿Tiene algún sueño recurrente? Es recurrente, y reciente. Sueño con el uróboro. Aún intento descifrar de qué se trata. — — — ¿A quién ama? A nadie. Pero hay miradas que me entretienen. A veces, un corazón desesperado late tan hermoso que casi podría cuidarlo en lugar de romperlo. — — — ¿Qué le hace reír? El llanto contenido. Las excusas baratas. La prepotencia de los ignorantes. La ironía de que cuanto más intentan ser buenos, más hondo cavan. — — — ¿Y llorar? La risa, cuando se trata de un chinito ofuscado queriendo mostrar superioridad. — — — ¿Qué historias le gustan? La que el protagonista niega a contar porque duele demasiado. — — — Adicional: Sufro una severa alergia a la compasión, solo cuando es genuina.
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  • The Witch and The Necromancer
    Fandom Original Characters
    Categoría Fantasía
    Rol con: [glow_beryl_bull_179]


    ** Una vez supo que le fue concedida su audiencia, aquel ilustrado y pulcro doctor se hizo presente ante la sala donde seguramente encontraría a quien quizás sea la hechicera más poderosa de todos los tiempos: Morgan Le Fae. Una figura legendaria que es conocida por orquestar la caída de aquel Reino al que muchos llamaban "Perfecto".

    Las puertas se abrieron de par en par, al menos no completamente, tan solo el espacio necesario para poder dejar pasar al delgado hombre ataviado de un elegante traje oscuro, mismo del que sobresalia su larga y rubia cabellera.

    Se aproximó hasta estar ante ella, a una distancia prudente. Manteniendo el debido respeto por la mujer ante él. Dobló su cuerpo en una sutil pero marcada reverencia, extendiendo además sus brazos.

    — ¡Le saludo su Alteza!
    ¡Oh señora que trae justicia con su mano dura y firme! Mi nombre es Dee... Doctor John Dee. Y es un honor poder tener una audiencia con usted. —
    Había requerido de un suave tono, pero claro y audible para ella. Su acento resaltaba con un inconfundible y marcado británico, aunque más contemporáneo.

    — Quisiera solicitar de usted un gran favor y que, si resulta de gran interés, ambos podemos llegar a un mutuo beneficio.—
    Declaró de manera directa, esperando a la respuesta. **
    Rol con: [glow_beryl_bull_179] ** Una vez supo que le fue concedida su audiencia, aquel ilustrado y pulcro doctor se hizo presente ante la sala donde seguramente encontraría a quien quizás sea la hechicera más poderosa de todos los tiempos: Morgan Le Fae. Una figura legendaria que es conocida por orquestar la caída de aquel Reino al que muchos llamaban "Perfecto". Las puertas se abrieron de par en par, al menos no completamente, tan solo el espacio necesario para poder dejar pasar al delgado hombre ataviado de un elegante traje oscuro, mismo del que sobresalia su larga y rubia cabellera. Se aproximó hasta estar ante ella, a una distancia prudente. Manteniendo el debido respeto por la mujer ante él. Dobló su cuerpo en una sutil pero marcada reverencia, extendiendo además sus brazos. — ¡Le saludo su Alteza! ¡Oh señora que trae justicia con su mano dura y firme! Mi nombre es Dee... Doctor John Dee. Y es un honor poder tener una audiencia con usted. — Había requerido de un suave tono, pero claro y audible para ella. Su acento resaltaba con un inconfundible y marcado británico, aunque más contemporáneo. — Quisiera solicitar de usted un gran favor y que, si resulta de gran interés, ambos podemos llegar a un mutuo beneficio.— Declaró de manera directa, esperando a la respuesta. **
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  • Akane frente al espejo
    (2 días después del conflicto)

    La noche era densa, pero Akane no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, el ardor en su pecho se intensificaba, como si su propio poder estuviera rebelándose, descontrolado dentro de un recipiente dañado.

    Se acercó al espejo y lo que vio casi no lo reconoció. La mitad de su cabello ahora era plateado. No un cambio gradual, sino una línea clara, como una cicatriz de magia pura que partía su identidad en dos. Y debajo de sus ojos, dos sombras oscuras, no solo de cansancio, sino de algo que la estaba drenando lentamente.

    "Esa mujer me hirió peor de lo que esperaba..." murmuró sin voz, sintiendo una punzada de algo que no era odio, pero tampoco perdón.

    "Mi torrente... ¿se quebró?"

    Sintió un estremecimiento, no por frío, sino por una ausencia: la conexión con algo más grande, ese flujo espiritual que siempre había sentido recorrerla, era ahora errático, quebrado como un río que ha cambiado de cauce.

    Tal vez “esa mujer” no buscaba matarla. Tal vez buscaba algo más profundo. Un castigo. Una advertencia. O una ruptura irreversible.

    El reflejo en el espejo parpadeó. Akane retrocedió un paso, sintiendo que la habitación se volvía más estrecha, sofocante. El mundo a su alrededor se oscureció. De pronto ya no estaba en su casa.

    Estaba de pie otra vez sobre el campo de batalla, envuelta en sombras deformes. Todo era familiar… pero torcido. El cielo estaba teñido de rojo oscuro. La figura delante de ella, esa mujer, no tenía rostro al principio. Solo una silueta alargada, con los ojos encendidos como brasas contenidas.

    La voz llegó distorsionada, como si viniera desde el fondo de un pozo: "Eres una híbrida."

    Pero no sonaba como una acusación, ni siquiera como una advertencia. Sonaba como una sentencia, una condena.

    "No abrazas tu legado… la sangre de los Ishtar fluye por ti como un veneno inútil..."

    La Akane de la visión intentó moverse, gritar, reaccionar… pero no pudo. Sus pies estaban clavados al suelo, su cuerpo se deshacía en hilos de energía blanca y plateada que se desvanecían en el aire.

    "No fue así," pensó con desesperación. "No lo dijo con ese odio. ¿O sí?"

    La silueta de su hermana se acercó, y por un instante, su rostro se definió. Tenía lágrimas en los ojos… o quizás era sangre.

    "Si no te doblegas, te romperás."

    Y entonces su mano atravesó su costado como una espada una vez más, pero esta vez Akane sintió cómo algo dentro de ella estallaba, como un cristal que se parte sin remedio.

    Volvió en sí, jadeando, de rodillas frente al espejo. El pecho ardía como un horno sellado.

    "¿Fue mi mente... o fue ella quien deseó romperme de verdad?". La pregunta quedó suspendida, como ceniza en el aire.
    Akane frente al espejo (2 días después del conflicto) La noche era densa, pero Akane no podía dormir. Cada vez que cerraba los ojos, el ardor en su pecho se intensificaba, como si su propio poder estuviera rebelándose, descontrolado dentro de un recipiente dañado. Se acercó al espejo y lo que vio casi no lo reconoció. La mitad de su cabello ahora era plateado. No un cambio gradual, sino una línea clara, como una cicatriz de magia pura que partía su identidad en dos. Y debajo de sus ojos, dos sombras oscuras, no solo de cansancio, sino de algo que la estaba drenando lentamente. "Esa mujer me hirió peor de lo que esperaba..." murmuró sin voz, sintiendo una punzada de algo que no era odio, pero tampoco perdón. "Mi torrente... ¿se quebró?" Sintió un estremecimiento, no por frío, sino por una ausencia: la conexión con algo más grande, ese flujo espiritual que siempre había sentido recorrerla, era ahora errático, quebrado como un río que ha cambiado de cauce. Tal vez “esa mujer” no buscaba matarla. Tal vez buscaba algo más profundo. Un castigo. Una advertencia. O una ruptura irreversible. El reflejo en el espejo parpadeó. Akane retrocedió un paso, sintiendo que la habitación se volvía más estrecha, sofocante. El mundo a su alrededor se oscureció. De pronto ya no estaba en su casa. Estaba de pie otra vez sobre el campo de batalla, envuelta en sombras deformes. Todo era familiar… pero torcido. El cielo estaba teñido de rojo oscuro. La figura delante de ella, esa mujer, no tenía rostro al principio. Solo una silueta alargada, con los ojos encendidos como brasas contenidas. La voz llegó distorsionada, como si viniera desde el fondo de un pozo: "Eres una híbrida." Pero no sonaba como una acusación, ni siquiera como una advertencia. Sonaba como una sentencia, una condena. "No abrazas tu legado… la sangre de los Ishtar fluye por ti como un veneno inútil..." La Akane de la visión intentó moverse, gritar, reaccionar… pero no pudo. Sus pies estaban clavados al suelo, su cuerpo se deshacía en hilos de energía blanca y plateada que se desvanecían en el aire. "No fue así," pensó con desesperación. "No lo dijo con ese odio. ¿O sí?" La silueta de su hermana se acercó, y por un instante, su rostro se definió. Tenía lágrimas en los ojos… o quizás era sangre. "Si no te doblegas, te romperás." Y entonces su mano atravesó su costado como una espada una vez más, pero esta vez Akane sintió cómo algo dentro de ella estallaba, como un cristal que se parte sin remedio. Volvió en sí, jadeando, de rodillas frente al espejo. El pecho ardía como un horno sellado. "¿Fue mi mente... o fue ella quien deseó romperme de verdad?". La pregunta quedó suspendida, como ceniza en el aire.
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  • Recuerdos de un zorro

    Kuragari: La oscuridad creciente (Parte 1)

    //Estas son crónicas del pasado de Kazuo. Ocurrieron alrededor de mil años atrás.//

    “No quiero herir con lo que siento. No quiero herirme con lo que muestro.”



    No siempre hubo luz en aquellos ojos de un azul tan puro y etéreo.
    Hubo un tiempo en el que su brillo fue devorado por su propia alma.

    “Demasiado dolor para una sola alma que calla.
    Araña las paredes de mi mente. Me siento exhausto.”


    No lo vio venir. Su cuerpo se había convertido en un recipiente lleno de odio, amargura, tristeza… y un deseo de venganza insaciable.
    Los hombres le habían causado demasiado dolor. Nada bueno le fue concedido por ellos. Y su madre, su diosa, en aquel entonces parecía mirar hacia otro lado.
    “Una forma retorcida de castigarme por aquello que pienso y callo”, pensó.

    Aquella vorágine de sentimientos comenzó a tomar forma. Era como si su alma se hubiera dividido en dos.
    Por un lado, la bondad y la pureza que luchaban por no ser consumidas.
    Por el otro… Él.

    Lucía como Kazuo, pero al mismo tiempo era algo completamente distinto.
    Su cuerpo era más delgado, con las mejillas hundidas, como si algo le devorase por dentro. Su belleza estaba distorsionada, como una burda copia mal interpretada.
    Su piel, tan blanca, dejaba ver unas venas del color de la noche, que serpenteaban bajo la superficie. Y sus ojos… negros; Tan oscuros que parecía que se habían tragado todo atisbo de luz; unos ojos capaces de arrebatarte lo poco que te quedase de cordura.

    Todo lo malo y oscuro que Kazuo albergaba en su corazón había tomado forma hecha carne.
    Sus miedos.
    Su ira.
    Sus deseos más viscerales.
    Su sed de sangre.

    Kuragari. El anochecer que no se va.

    Le susurraba al oído cada noche, llenando su mente de tanta maldad que habría preferido estar muerto.
    Manipulaba sus pensamientos, convenciéndolo de buscar placer en el dolor ajeno, en el sufrimiento de aquellos que tanto daño le habían hecho.
    Lo seducía con caricias envueltas en un fingido cariño, con promesas de amor y una paz que jamás llegaría.

    Kuragari había tomado su propia forma, construyendo una especie de alma nacida del miedo y el silencio del noble zorro.
    Todo lo que Kazuo había callado y encerrado en lo más profundo de su ser, había despertado con voz propia.

    -Nadie te ama. Solo yo te entiendo, mi Kazuo.Déjame enseñarte lo que es ser amado.- Le decía Kuragari en las noches más frías y solitarias.

    Se pegaba a su espalda, con su pecho desnudo, helado y sin vida.
    Sus manos, huesudas, acariciaban su torso, haciendo estremecer al kitsune, haciéndole creer, aunque fuera por un instante, que podía ser amado.

    Cada palabra era pronunciada en un ronroneo pegado a su oído, provocando un escalofrío que le recorría la columna.
    Su lengua bífida deslizándose por el lateral de su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, que mordía con suavidad, de forma seductora, en un intento desesperado por arrastrarlo a una oscuridad sin fin.

    Kazuo suspiraba, dejándose llevar por breves momentos por aquel placer tan fácil… tan inmediato… que casi lograba convencerlo de rendirse.

    -Déjame…- Decía el zorro de forma entrecortada.

    -No te puedo dejar, al igual que tú no puedes dejarme a mí. Soy parte de tu todo, sin mi solo eres alguien incompleto.- Decía mientras una de sus manos se colaba desde su espalda hasta el vientre del zorro.

    Kuragari pasaba sus dedos por todo el abdomen de Yōkai, dejando que sus largas uñas dejasen un recorrido de marcas rojizas. A Kazuo le costaba respirar, como si su simple toque provocase que el aire escapase de sus pulmones.

    No era amor, ni nada que se le pareciera. Era un deseo vacío, uno que Kuragari intentaba despertar. Su mano descendió aún más, llegando a su bajo vientre, hasta quedar a escasos sentimientos de la virilidad del zorro.

    Fue entonces que Kazuo reaccionó. Se volteó, llevando su mano en puño hacia atrás, creando un arco para asestar un golpe certero. En ese momento Kuragari se volvió humo, desapareciendo, dejando una risa maliciosa suspendida en el aire.

    Los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de la ventana de una choza abandonada, que estaba usando como refugio provisional. Estos anunciaban el fin de la oscuridad. Al menos, hasta que la noche volviera a caer, Kuragari se mantendría lejos.

    En aquel entonces, Kazuo era aún joven.
    Apenas había cumplido los doscientos años.
    Un yōkai inexperto.
    Un zorro marcado por un siglo de amargura inconsolable.

    La muerte de quienes había considerado su familia lo dejó anclado en un ciclo perpetuo de tristeza y deseo de venganza.

    Y así nació Kuragari:

    Un ente vengativo y lleno de dolor.
    Una sombra con voz, intentando arrastrar a su creador al mismo abismo del que surgió.

    Pero Kazuo fue más fuerte;
    Recordó la bondad de sus padres, la inocencia de sus hermanos, y el amor verdadero.Un amor que Kuragari no podía ofrecer de forma genuina.

    Entonces comprendió que ese ser nacido de su sufrimiento debía ser detenido.Pero destruirlo no era una opción.Compartían alma.Y si Kuragari era destruido, parte del alma de Kazuo moriría con él, dejándolo incompleto. Una criatura fragmentada vagando por la tierra.

    Lo único que podía hacer con el poder que tenía entonces fue sellarlo.

    “Para siempre.”

    O al menos… eso pensó.






    Recuerdos de un zorro Kuragari: La oscuridad creciente (Parte 1) //Estas son crónicas del pasado de Kazuo. Ocurrieron alrededor de mil años atrás.// “No quiero herir con lo que siento. No quiero herirme con lo que muestro.” No siempre hubo luz en aquellos ojos de un azul tan puro y etéreo. Hubo un tiempo en el que su brillo fue devorado por su propia alma. “Demasiado dolor para una sola alma que calla. Araña las paredes de mi mente. Me siento exhausto.” No lo vio venir. Su cuerpo se había convertido en un recipiente lleno de odio, amargura, tristeza… y un deseo de venganza insaciable. Los hombres le habían causado demasiado dolor. Nada bueno le fue concedido por ellos. Y su madre, su diosa, en aquel entonces parecía mirar hacia otro lado. “Una forma retorcida de castigarme por aquello que pienso y callo”, pensó. Aquella vorágine de sentimientos comenzó a tomar forma. Era como si su alma se hubiera dividido en dos. Por un lado, la bondad y la pureza que luchaban por no ser consumidas. Por el otro… Él. Lucía como Kazuo, pero al mismo tiempo era algo completamente distinto. Su cuerpo era más delgado, con las mejillas hundidas, como si algo le devorase por dentro. Su belleza estaba distorsionada, como una burda copia mal interpretada. Su piel, tan blanca, dejaba ver unas venas del color de la noche, que serpenteaban bajo la superficie. Y sus ojos… negros; Tan oscuros que parecía que se habían tragado todo atisbo de luz; unos ojos capaces de arrebatarte lo poco que te quedase de cordura. Todo lo malo y oscuro que Kazuo albergaba en su corazón había tomado forma hecha carne. Sus miedos. Su ira. Sus deseos más viscerales. Su sed de sangre. Kuragari. El anochecer que no se va. Le susurraba al oído cada noche, llenando su mente de tanta maldad que habría preferido estar muerto. Manipulaba sus pensamientos, convenciéndolo de buscar placer en el dolor ajeno, en el sufrimiento de aquellos que tanto daño le habían hecho. Lo seducía con caricias envueltas en un fingido cariño, con promesas de amor y una paz que jamás llegaría. Kuragari había tomado su propia forma, construyendo una especie de alma nacida del miedo y el silencio del noble zorro. Todo lo que Kazuo había callado y encerrado en lo más profundo de su ser, había despertado con voz propia. -Nadie te ama. Solo yo te entiendo, mi Kazuo.Déjame enseñarte lo que es ser amado.- Le decía Kuragari en las noches más frías y solitarias. Se pegaba a su espalda, con su pecho desnudo, helado y sin vida. Sus manos, huesudas, acariciaban su torso, haciendo estremecer al kitsune, haciéndole creer, aunque fuera por un instante, que podía ser amado. Cada palabra era pronunciada en un ronroneo pegado a su oído, provocando un escalofrío que le recorría la columna. Su lengua bífida deslizándose por el lateral de su cuello hasta alcanzar el lóbulo de su oreja, que mordía con suavidad, de forma seductora, en un intento desesperado por arrastrarlo a una oscuridad sin fin. Kazuo suspiraba, dejándose llevar por breves momentos por aquel placer tan fácil… tan inmediato… que casi lograba convencerlo de rendirse. -Déjame…- Decía el zorro de forma entrecortada. -No te puedo dejar, al igual que tú no puedes dejarme a mí. Soy parte de tu todo, sin mi solo eres alguien incompleto.- Decía mientras una de sus manos se colaba desde su espalda hasta el vientre del zorro. Kuragari pasaba sus dedos por todo el abdomen de Yōkai, dejando que sus largas uñas dejasen un recorrido de marcas rojizas. A Kazuo le costaba respirar, como si su simple toque provocase que el aire escapase de sus pulmones. No era amor, ni nada que se le pareciera. Era un deseo vacío, uno que Kuragari intentaba despertar. Su mano descendió aún más, llegando a su bajo vientre, hasta quedar a escasos sentimientos de la virilidad del zorro. Fue entonces que Kazuo reaccionó. Se volteó, llevando su mano en puño hacia atrás, creando un arco para asestar un golpe certero. En ese momento Kuragari se volvió humo, desapareciendo, dejando una risa maliciosa suspendida en el aire. Los rayos del sol comenzaron a filtrarse a través de la ventana de una choza abandonada, que estaba usando como refugio provisional. Estos anunciaban el fin de la oscuridad. Al menos, hasta que la noche volviera a caer, Kuragari se mantendría lejos. En aquel entonces, Kazuo era aún joven. Apenas había cumplido los doscientos años. Un yōkai inexperto. Un zorro marcado por un siglo de amargura inconsolable. La muerte de quienes había considerado su familia lo dejó anclado en un ciclo perpetuo de tristeza y deseo de venganza. Y así nació Kuragari: Un ente vengativo y lleno de dolor. Una sombra con voz, intentando arrastrar a su creador al mismo abismo del que surgió. Pero Kazuo fue más fuerte; Recordó la bondad de sus padres, la inocencia de sus hermanos, y el amor verdadero.Un amor que Kuragari no podía ofrecer de forma genuina. Entonces comprendió que ese ser nacido de su sufrimiento debía ser detenido.Pero destruirlo no era una opción.Compartían alma.Y si Kuragari era destruido, parte del alma de Kazuo moriría con él, dejándolo incompleto. Una criatura fragmentada vagando por la tierra. Lo único que podía hacer con el poder que tenía entonces fue sellarlo. “Para siempre.” O al menos… eso pensó.
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  • El silencio pesaba en la habitación como una lápida recién colocada. Las luces parpadeaban con un zumbido mecánico, reflejándose en las baldosas blancas que ya no eran tan blancas.

    Un charco espeso, oscuro, ajeno al color de la vida, se esparcía bajo el cuerpo aún caliente del detective. Las suelas de sus zapatos negros apuntaban al techo, desordenadas, como si incluso en la muerte hubiese querido levantarse y terminar lo que empezó.

    El disparo había sido limpio. Preciso. Profesional. Pero no bastó para borrar la expresión que se le quedó dibujada en la cara: media sonrisa torcida, como si, incluso con el cañón contra su pecho, hubiera sabido algo que su asesino no. O como si hubiese aceptado, por fin, que su historia no iba a tener final feliz… porque los tipos como él no nacieron para eso.

    Nadie lo encontró a tiempo. Nadie escuchó su última exhalación. Solo quedaron los ecos de pasos pasados, una carpeta con pistas que ya nadie leería… y una taza de café fría sobre el escritorio, con su nombre garabateado a un lado.

    La ciudad seguiría girando. Pero esta vez, lo haría sin él. Y el caso… el caso se cerró solo.

    O eso quisieron creer.




    ⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻

    #Nightfallrevenge - Bad ending ?? Alternative Universe


    Un universo donde "esa" visita en plena madrugada no terminó como Joon se lo imaginaba.

    Revisa los previos # para entenderlo. Me gusta darles un final alternativo a mis OC's con trabajos arriesgados.
    El silencio pesaba en la habitación como una lápida recién colocada. Las luces parpadeaban con un zumbido mecánico, reflejándose en las baldosas blancas que ya no eran tan blancas. Un charco espeso, oscuro, ajeno al color de la vida, se esparcía bajo el cuerpo aún caliente del detective. Las suelas de sus zapatos negros apuntaban al techo, desordenadas, como si incluso en la muerte hubiese querido levantarse y terminar lo que empezó. El disparo había sido limpio. Preciso. Profesional. Pero no bastó para borrar la expresión que se le quedó dibujada en la cara: media sonrisa torcida, como si, incluso con el cañón contra su pecho, hubiera sabido algo que su asesino no. O como si hubiese aceptado, por fin, que su historia no iba a tener final feliz… porque los tipos como él no nacieron para eso. Nadie lo encontró a tiempo. Nadie escuchó su última exhalación. Solo quedaron los ecos de pasos pasados, una carpeta con pistas que ya nadie leería… y una taza de café fría sobre el escritorio, con su nombre garabateado a un lado. La ciudad seguiría girando. Pero esta vez, lo haría sin él. Y el caso… el caso se cerró solo. O eso quisieron creer. ⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻ #Nightfallrevenge - Bad ending ?? Alternative Universe Un universo donde "esa" visita en plena madrugada no terminó como Joon se lo imaginaba. Revisa los previos # para entenderlo. Me gusta darles un final alternativo a mis OC's con trabajos arriesgados.
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