• En la unica persona que confío y debería de seguir confiando siempre es en mi chico ¿Por que confiar en alguien mas si son mentirosos? Hora de seguir trabajando y esperando a mi chico, solo espero que vuelva
    En la unica persona que confío y debería de seguir confiando siempre es en mi chico ¿Por que confiar en alguien mas si son mentirosos? Hora de seguir trabajando y esperando a mi chico, solo espero que vuelva
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  • «¡Buenas Noches!, somos la familia Wurz, nuestro pequeño cumple años hoy y necesitamos a alguien que le prepare una fiesta sorpresa, la direccion es calle main 324, ¡Y no te olvides de llevar un gorrito de cumpleaños!»

    —Lo que faltaba..

    —Biker tomo su casco y sus cuchillos, se subio a su moto y se dirigio al lugar acordado—


    —Una vez alli, parecia ser una fiesta escandalosa en un almacen viejo, al entrar vio como alguien ya habia llegado antes que el, el lugar estaba lleno de casquillos de balas, cadaveres de miembros de la mafia rusa y un sin fin de agujeros de bala en las paredes, al fondo de todo habia un hombre un poco gordo con mascara de serpiente—

    —???: ¿¡Y TU QUIEN CARAJOS ERES?!

    —¡ESTE ES MI ENCARGO PANZ0N!

    —???: ¡Nah'ah, yo recibi una llamada diciendo que tenia que venir aqui y cumplir con esta estupidez!

    —Biker ya furioso se acerco a paso acelerado y tomo al hombre de la camisa mientras lo sacudia—

    —¡Eres un gordo mentiroso, deberia destriparte a ti aqui y ahora!


    —El otro hombre puso un arma en la entrepierna de biker, el cual al ver el arma lo solo y se alejo—


    —Eres hombre muerto...la proxima vez que te vea en mis trabajos te abrire y te sacare los intestinos como a un pescado

    ???: ¡Te estoy dejando ir con tu "amigo" entero, muestra algo de respeto
    —📞 «¡Buenas Noches!, somos la familia Wurz, nuestro pequeño cumple años hoy y necesitamos a alguien que le prepare una fiesta sorpresa, la direccion es calle main 324, ¡Y no te olvides de llevar un gorrito de cumpleaños!» —Lo que faltaba.. —Biker tomo su casco y sus cuchillos, se subio a su moto y se dirigio al lugar acordado— —Una vez alli, parecia ser una fiesta escandalosa en un almacen viejo, al entrar vio como alguien ya habia llegado antes que el, el lugar estaba lleno de casquillos de balas, cadaveres de miembros de la mafia rusa y un sin fin de agujeros de bala en las paredes, al fondo de todo habia un hombre un poco gordo con mascara de serpiente— —???: ¿¡Y TU QUIEN CARAJOS ERES?! —¡ESTE ES MI ENCARGO PANZ0N! —???: ¡Nah'ah, yo recibi una llamada diciendo que tenia que venir aqui y cumplir con esta estupidez! —Biker ya furioso se acerco a paso acelerado y tomo al hombre de la camisa mientras lo sacudia— —¡Eres un gordo mentiroso, deberia destriparte a ti aqui y ahora! —El otro hombre puso un arma en la entrepierna de biker, el cual al ver el arma lo solo y se alejo— —Eres hombre muerto...la proxima vez que te vea en mis trabajos te abrire y te sacare los intestinos como a un pescado ???: ¡Te estoy dejando ir con tu "amigo" entero, muestra algo de respeto
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  • Estaba en casa, y me aburri asi que me puse a limoiar, y a coxina mientras cantana mi cancion favorita, de la banda quw me gusta wiolash, mientras bailaba

    ☆Hey mucho gusto
    Tu nombre me pregunto
    Hay un rumor
    Que corre por todo el lugar

    Dicen que tú no puedes sentir amor
    Que vives en la obsesión
    Parece que somos dos

    Abre la puerta
    Endulza las cadenas
    Un poco no bastará

    Que nadie lo sepa
    Serás mi condena
    La sed nunca acabará

    Eres un mentiroso, manipulador, ladrón bueno para nada

    Yo escuché un rumor
    Dicen que te gustan los tipos como yo
    Porque es más fácil romperme el corazón
    Dicen que te gustan los tipos como yo

    Ególatra, narcisista, arruíname la vida, destruye mi autoestima
    Pero hazme parte de ti
    Ignórame, hipnotízame, somos el karma mutuo
    El sufrimiento se siente tan bien

    Abre la puerta
    Endulza las cadenas
    Un poco no bastará

    Eres un mentiroso, manipulador, ladrón bueno para nada

    Yo escuché un rumor
    Dicen que te gustan los tipos como yo
    Porque es más fácil romperme el corazón
    Dicen que te gustan los tipos como yo

    Quiero estar bajo tu hechizo
    Quiero ser tu más grande delito
    Esto no es solo una confesión
    Es el inicio de mi ejecución~☆

    -mientras cantaba, bailaba moviendo mis caderas, sujetandome en el cabello riendo levemente-
    Estaba en casa, y me aburri asi que me puse a limoiar, y a coxina mientras cantana mi cancion favorita, de la banda quw me gusta wiolash, mientras bailaba ☆Hey mucho gusto Tu nombre me pregunto Hay un rumor Que corre por todo el lugar Dicen que tú no puedes sentir amor Que vives en la obsesión Parece que somos dos Abre la puerta Endulza las cadenas Un poco no bastará Que nadie lo sepa Serás mi condena La sed nunca acabará Eres un mentiroso, manipulador, ladrón bueno para nada Yo escuché un rumor Dicen que te gustan los tipos como yo Porque es más fácil romperme el corazón Dicen que te gustan los tipos como yo Ególatra, narcisista, arruíname la vida, destruye mi autoestima Pero hazme parte de ti Ignórame, hipnotízame, somos el karma mutuo El sufrimiento se siente tan bien Abre la puerta Endulza las cadenas Un poco no bastará Eres un mentiroso, manipulador, ladrón bueno para nada Yo escuché un rumor Dicen que te gustan los tipos como yo Porque es más fácil romperme el corazón Dicen que te gustan los tipos como yo Quiero estar bajo tu hechizo Quiero ser tu más grande delito Esto no es solo una confesión Es el inicio de mi ejecución~☆ -mientras cantaba, bailaba moviendo mis caderas, sujetandome en el cabello riendo levemente-
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  • ❝𝑸𝒖𝒊𝒆𝒏 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒂 𝒔𝒐𝒔𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓𝒍𝒐❞
    Fandom Original
    Categoría Original
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ┈─✧ 𝑹𝒐𝒍 𝒕𝒐:
    ㅤㅤ╭─────────────────────╮
    ㅤㅤ╰─► [Littl3Vodka] ✦

    ✧ㅤㅤ•ㅤㅤ.ㅤㅤㅤ✩ㅤㅤ•ㅤㅤ .ㅤㅤ•ㅤㅤ.

    Tras varias semanas de acumular fondos a través de métodos que prefería no detallar, Kazuha regresaba, una vez más, desde la última vez que la había visitado. No a una tienda, sino a una brecha en la realidad que se aferraba a la normalidad como un hongo a la corteza de un árbol. La fachada era un café anodino, de nombre genérico, cuyo interior olía a grano tostado y pastel recién horneado.

    Dentro, nada fuera de lo normal. Solo un café más, ubicado en un callejón que no solía aparecer en mapas. El joven barista, de mirada cansada, la observó al entrar. No hubo saludo. No hacía falta. Ella era un huracán familiar en su rutina. Lo que siguió fue un código susurrado, 'Elowen', la contraseña ya innecesaria pero ritual. Él asintió, un gesto con su cabeza hacia la parte trasera.

    —La penúltima puerta. La azul brillante —murmuró el joven, deslizando una llave de latón oxidada sobre la barra de madera.

    ¿Era necesario? Absolutamente. Porque la verdadera tienda, era como un fantasma que cambiaba de habitación. Caminó por un pasillo estrecho, flanqueado por puertas de todas las formas y épocas. La 'puerta azul' no era azul realmente, sino de roble negro con un contorno que brillaba con un azul eléctrico y antinatural, como el borde de una herida neón en la realidad. No tenía pomo, solo una cerradura sobre la que alguien había tallado el perfil de una mujer de rostro desconocido y expresión doliente, que sabrá dios quién era.

    .ㅤㅤ. ㅤㅤ•ㅤㅤ•ㅤㅤㅤ˚ ㅤㅤㅤ.ㅤㅤ*ㅤㅤㅤㅤㅤ.
    ㅤ•ㅤㅤ.ㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤ✦ㅤㅤ.ㅤㅤㅤ.ㅤㅤ•ㅤㅤㅤㅤ•
    . ㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ•
    La llave giró. La puerta se abrió sola, sin que nadie la empujara. Y ella entró.ㅤㅤㅤ•
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    •ㅤㅤ. ㅤㅤㅤ✩ㅤㅤㅤ•ㅤ. ㅤㅤ•ㅤ.ㅤㅤㅤ.ㅤㅤ.
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    ✦ㅤㅤ.ㅤㅤㅤ*ㅤㅤㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤ✦
    ·ㅤㅤㅤㅤ·ㅤㅤㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤ✦

    El cambio fue instantáneo. El aire se volvió espeso, con un olor profundo a raíces secas y el dulzor podrido de la magia estancada. Kazuha no miró a la derecha ni a la izquierda, su mirada no se perdió en los estantes que se extendían hacia el techo, y su atención tampoco fue robada por los clientes que observaban con fascinación los objetos. Sus botas negras afligieron el suelo de tablones gastados con una seguridad que solo anunciaba que sabía exactamente lo que quería, y había venido a tomarlo.

    Su silueta menuda, enfundada en una chaqueta de cuero que le quedaba un poco grande, cortó la penumbra, acercándose al mostrador de madera. Claro que ignoró por completo el suspiro exasperado que vino desde detrás del mostrador al fondo, donde un hombre tan arrugado y seco como el pergamino que restauraba, el señor Halmar, miraba su llegada con el entusiasmo de quien ve acercarse a un verdadero dolor de muelas.

    —No —escupió el anciano, sin preámbulos, limpiando sus gafas de carey con un pañuelo— ...no lo tengo. Alguien llegó primero. Y antes de que lo preguntes, no, no acepto duelos a muerte, desafíos de ingenio o cualquier otro drama en mi establecimiento.

    Kazuha se detuvo justo frente al mostrador, bajo la luz sucia que se filtraba por un vitral agrietado. No mostró decepción. Solo una leve inclinación de cabeza, como si estuviera recalculando sus palabras.

    —Tsk, qué mentiroso más poco creativo eres, Halmar —su voz era un canto juguetón, pero sus ojos oscuros, no se apartaban de él— Dame el bolígrafo, prometiste que me lo venderías. Ya tengo tu dinero. Y mi récord de no armar problemas dentro de tu tienda sigue impecable, no lo arruines.

    —Vendo a quien pague primero. Y ella pagó. Con tarjeta —refunfuñó Halmar, guardando sus gafas como si con eso pudiera guardarla a ella también— algo que tú, señorita, pareces haber olvidado que existe.

    —...Pagar con tarjeta es tan aburrido, y el plástico es tan mundano —Kazuha hizo un gesto de desdén— Como pagar multas, o pagar deudas. Cosas tristes, Halmar. Tristes y aburridísimas —cambió el tono de golpe—: ¡Te daré el doble! ¡El triple!

    —No se trata del precio. Se trata del principio. Y mi principio es evitar que conviertas mi tienda en un campo de batalla campal.

    —Ja, principio. ¡Si tuvieras principios cumplirías con tu promesa! Prometiste que guardarías el bolígrafo hasta que yo tuviera el dinero...

    Finalmente, la mirada de Kazuha se desvió hacia la estantería detrás de él. Allí, en un espacio vacío entre un orbe de cristal y un espejo, era donde debía estar. El bolígrafo que obligaba a escribir verdades. Justo lo que necesitaba para un... proyecto personal. Un resoplido exasperado se le escapó. Halmar, por una vez, no parecía estar mintiendo, pero, ¡¿dónde demonios estaba su bolígrafo?!.

    —...Dime, Halmar... —su voz bajó hasta convertirse en un susurro íntimo— ¿Le contaste a esa alma incauta... sobre la cláusula de propiedad no escrita? Esa que los artesanos graban en el alma de los objetos bonitos... La que dice que el verdadero dueño no es quien lo compra, sino... —hizo una pausa, apoyando ambas palmas sobre el mostrador polvoriento, y su voz se alzó, haciéndose audible en todo el local— ¡¿... QUIÉN PUEDA SOSTENERLO SIN ENLOQUECER?!

    Varios clientes volvieron la cabeza, alarmados. Halmar no pestañeó.

    —Baja la voz. Estás asustando a los clientes sensibles —murmuró con serenidad absoluta.

    Los ojos de Kazuha brillaron con un destello de carmesí apenas perceptible.

    —...Porque yo sí puedo sostenerlo —susurró, con una sonrisa que se torció lentamente en sus labios— Y tengo el presentimiento de que quien lo tenga... va a querer arrojarlo por la ventana muy, muy pronto. Pero... ¿Sabes que es lo más curioso, Halmar? ...Aún puedo sentir su esencia. El aura mágica de ese bolígrafo no ha abandonado este lugar. ¿No es así?

    Halmar la miró, y por primera vez, algo parecido a una leve tensión cruzó su rostro arrugado.

    —...No se ha ido, ¿verdad? —preguntó Kazuha— La persona a la que se lo vendiste... aún está aquí.

    Y fue entonces cuando se giró. Su mirada, curiosa, se deslizó por los pocos clientes hasta que se detuvo, por primera vez desde que había entrado, en una figura que permanecía junto a una vitrina de amuletos protectores. Una chica. Rubia.

    —Kazuha —la voz de Halmar fue una advertencia grave— ni se te ocurra fastidiar a la cliente nueva.

    ¿La nueva? ¿Quién era ella? ¿Por qué no la había visto antes, y por qué tenía su preciado bolígrafo en sus manos? Kazuha no dijo nada. Solo la miró. Y en esa mirada no había enfado, ni siquiera rivalidad. ¿Exasperación? Si, un poco de eso. Pero lo más notable, lo más evidente, era solo una pura y genuina curiosidad.
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ┈─✧ 𝑹𝒐𝒍 𝒕𝒐: ㅤㅤ╭─────────────────────╮ ㅤㅤ╰─► [Littl3Vodka] ✦ ✧ㅤㅤ•ㅤㅤ.ㅤㅤㅤ✩ㅤㅤ•ㅤㅤ .ㅤㅤ•ㅤㅤ. Tras varias semanas de acumular fondos a través de métodos que prefería no detallar, Kazuha regresaba, una vez más, desde la última vez que la había visitado. No a una tienda, sino a una brecha en la realidad que se aferraba a la normalidad como un hongo a la corteza de un árbol. La fachada era un café anodino, de nombre genérico, cuyo interior olía a grano tostado y pastel recién horneado. Dentro, nada fuera de lo normal. Solo un café más, ubicado en un callejón que no solía aparecer en mapas. El joven barista, de mirada cansada, la observó al entrar. No hubo saludo. No hacía falta. Ella era un huracán familiar en su rutina. Lo que siguió fue un código susurrado, 'Elowen', la contraseña ya innecesaria pero ritual. Él asintió, un gesto con su cabeza hacia la parte trasera. —La penúltima puerta. La azul brillante —murmuró el joven, deslizando una llave de latón oxidada sobre la barra de madera. ¿Era necesario? Absolutamente. Porque la verdadera tienda, era como un fantasma que cambiaba de habitación. Caminó por un pasillo estrecho, flanqueado por puertas de todas las formas y épocas. La 'puerta azul' no era azul realmente, sino de roble negro con un contorno que brillaba con un azul eléctrico y antinatural, como el borde de una herida neón en la realidad. No tenía pomo, solo una cerradura sobre la que alguien había tallado el perfil de una mujer de rostro desconocido y expresión doliente, que sabrá dios quién era. .ㅤㅤ. ㅤㅤ•ㅤㅤ•ㅤㅤㅤ˚ ㅤㅤㅤ.ㅤㅤ*ㅤㅤㅤㅤㅤ. ㅤ•ㅤㅤ.ㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤ✦ㅤㅤ.ㅤㅤㅤ.ㅤㅤ•ㅤㅤㅤㅤ• . ㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ• La llave giró. La puerta se abrió sola, sin que nadie la empujara. Y ella entró.ㅤㅤㅤ• .ㅤㅤㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤ•ㅤㅤㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤㅤ• •ㅤㅤ. ㅤㅤㅤ✩ㅤㅤㅤ•ㅤ. ㅤㅤ•ㅤ.ㅤㅤㅤ.ㅤㅤ. ㅤㅤ.ㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤ.ㅤㅤㅤㅤ. ✦ㅤㅤ.ㅤㅤㅤ*ㅤㅤㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤ✦ ·ㅤㅤㅤㅤ·ㅤㅤㅤㅤ˚ㅤㅤㅤㅤ✦ El cambio fue instantáneo. El aire se volvió espeso, con un olor profundo a raíces secas y el dulzor podrido de la magia estancada. Kazuha no miró a la derecha ni a la izquierda, su mirada no se perdió en los estantes que se extendían hacia el techo, y su atención tampoco fue robada por los clientes que observaban con fascinación los objetos. Sus botas negras afligieron el suelo de tablones gastados con una seguridad que solo anunciaba que sabía exactamente lo que quería, y había venido a tomarlo. Su silueta menuda, enfundada en una chaqueta de cuero que le quedaba un poco grande, cortó la penumbra, acercándose al mostrador de madera. Claro que ignoró por completo el suspiro exasperado que vino desde detrás del mostrador al fondo, donde un hombre tan arrugado y seco como el pergamino que restauraba, el señor Halmar, miraba su llegada con el entusiasmo de quien ve acercarse a un verdadero dolor de muelas. —No —escupió el anciano, sin preámbulos, limpiando sus gafas de carey con un pañuelo— ...no lo tengo. Alguien llegó primero. Y antes de que lo preguntes, no, no acepto duelos a muerte, desafíos de ingenio o cualquier otro drama en mi establecimiento. Kazuha se detuvo justo frente al mostrador, bajo la luz sucia que se filtraba por un vitral agrietado. No mostró decepción. Solo una leve inclinación de cabeza, como si estuviera recalculando sus palabras. —Tsk, qué mentiroso más poco creativo eres, Halmar —su voz era un canto juguetón, pero sus ojos oscuros, no se apartaban de él— Dame el bolígrafo, prometiste que me lo venderías. Ya tengo tu dinero. Y mi récord de no armar problemas dentro de tu tienda sigue impecable, no lo arruines. —Vendo a quien pague primero. Y ella pagó. Con tarjeta —refunfuñó Halmar, guardando sus gafas como si con eso pudiera guardarla a ella también— algo que tú, señorita, pareces haber olvidado que existe. —...Pagar con tarjeta es tan aburrido, y el plástico es tan mundano —Kazuha hizo un gesto de desdén— Como pagar multas, o pagar deudas. Cosas tristes, Halmar. Tristes y aburridísimas —cambió el tono de golpe—: ¡Te daré el doble! ¡El triple! —No se trata del precio. Se trata del principio. Y mi principio es evitar que conviertas mi tienda en un campo de batalla campal. —Ja, principio. ¡Si tuvieras principios cumplirías con tu promesa! Prometiste que guardarías el bolígrafo hasta que yo tuviera el dinero... Finalmente, la mirada de Kazuha se desvió hacia la estantería detrás de él. Allí, en un espacio vacío entre un orbe de cristal y un espejo, era donde debía estar. El bolígrafo que obligaba a escribir verdades. Justo lo que necesitaba para un... proyecto personal. Un resoplido exasperado se le escapó. Halmar, por una vez, no parecía estar mintiendo, pero, ¡¿dónde demonios estaba su bolígrafo?!. —...Dime, Halmar... —su voz bajó hasta convertirse en un susurro íntimo— ¿Le contaste a esa alma incauta... sobre la cláusula de propiedad no escrita? Esa que los artesanos graban en el alma de los objetos bonitos... La que dice que el verdadero dueño no es quien lo compra, sino... —hizo una pausa, apoyando ambas palmas sobre el mostrador polvoriento, y su voz se alzó, haciéndose audible en todo el local— ¡¿... QUIÉN PUEDA SOSTENERLO SIN ENLOQUECER?! Varios clientes volvieron la cabeza, alarmados. Halmar no pestañeó. —Baja la voz. Estás asustando a los clientes sensibles —murmuró con serenidad absoluta. Los ojos de Kazuha brillaron con un destello de carmesí apenas perceptible. —...Porque yo sí puedo sostenerlo —susurró, con una sonrisa que se torció lentamente en sus labios— Y tengo el presentimiento de que quien lo tenga... va a querer arrojarlo por la ventana muy, muy pronto. Pero... ¿Sabes que es lo más curioso, Halmar? ...Aún puedo sentir su esencia. El aura mágica de ese bolígrafo no ha abandonado este lugar. ¿No es así? Halmar la miró, y por primera vez, algo parecido a una leve tensión cruzó su rostro arrugado. —...No se ha ido, ¿verdad? —preguntó Kazuha— La persona a la que se lo vendiste... aún está aquí. Y fue entonces cuando se giró. Su mirada, curiosa, se deslizó por los pocos clientes hasta que se detuvo, por primera vez desde que había entrado, en una figura que permanecía junto a una vitrina de amuletos protectores. Una chica. Rubia. —Kazuha —la voz de Halmar fue una advertencia grave— ni se te ocurra fastidiar a la cliente nueva. ¿La nueva? ¿Quién era ella? ¿Por qué no la había visto antes, y por qué tenía su preciado bolígrafo en sus manos? Kazuha no dijo nada. Solo la miró. Y en esa mirada no había enfado, ni siquiera rivalidad. ¿Exasperación? Si, un poco de eso. Pero lo más notable, lo más evidente, era solo una pura y genuina curiosidad.
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  • En algún lugar en el tiempo te encontraré y te acecharé de nuevo.
    Como el viento barre la tierra.

    En algún lugar en el tiempo cuando no quedan virtudes que defender.
    Caes en lo profundo.

    Yo era un mentiroso en cada debate.

    Yo gobierno las fuerzas que alimentaron tu odio.
    Cuando el frío en mi corazón se vaya llega a su fin.
    En algún lugar en el tiempo te encontraré y te acecharé de nuevo. Como el viento barre la tierra. En algún lugar en el tiempo cuando no quedan virtudes que defender. Caes en lo profundo. Yo era un mentiroso en cada debate. Yo gobierno las fuerzas que alimentaron tu odio. Cuando el frío en mi corazón se vaya llega a su fin.
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  • -el corazon le nyx estaba ciego por la vengaza y dolor el odio que sentia por algo que alavez envidiaba , que se sentia traicionada por unico hombre que amo.-

    Crei , que podria ser mas alla de lo que siento ¿por que? .... te odio! , mentiroso!

    -su odio contra alguien asi o solo odiaba las mujeres que le rodiaba, el deseo de matarlas o hacerlas desaparecer era cada vez mas grande.-
    -el corazon le nyx estaba ciego por la vengaza y dolor el odio que sentia por algo que alavez envidiaba , que se sentia traicionada por unico hombre que amo.- Crei , que podria ser mas alla de lo que siento ¿por que? .... te odio! , mentiroso! -su odio contra alguien asi o solo odiaba las mujeres que le rodiaba, el deseo de matarlas o hacerlas desaparecer era cada vez mas grande.-
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  • ¿Como puede ser que tenga tantas dudas? , ¿en mi cabeza? ...... ¿quizas yo no naci para amar a nadie?, solo soy los que siempre fui un asesino,mentiroso y mas.
    ¿Como puede ser que tenga tantas dudas? , ¿en mi cabeza? ...... ¿quizas yo no naci para amar a nadie?, solo soy los que siempre fui un asesino,mentiroso y mas.
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  • No olvides una cosa no soy
    Un dios como lo demás , soy una asesino , mentiroso , tramposo entre otras cosas ¿Estás seguro que eso quieres?
    No olvides una cosa no soy Un dios como lo demás , soy una asesino , mentiroso , tramposo entre otras cosas ¿Estás seguro que eso quieres?
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  • —Todos los hombres mienten. Pero no lo hacen por maldad. Lo hacen por incompetencia... —mencionó, mientras examinaba sus uñas con desinterés— Ahh, si, prometen mundos que no pueden crear, futuros que no pueden garantizar, y amores que no pueden sostener —se encoge de hombros— No es que sean naturalmente mentirosos, ¡Es que son naturalmente in-com-pe-ten-tes~!
    —Todos los hombres mienten. Pero no lo hacen por maldad. Lo hacen por incompetencia... —mencionó, mientras examinaba sus uñas con desinterés— Ahh, si, prometen mundos que no pueden crear, futuros que no pueden garantizar, y amores que no pueden sostener —se encoge de hombros— No es que sean naturalmente mentirosos, ¡Es que son naturalmente in-com-pe-ten-tes~!
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    Me shockea
    Me entristece
    Me emputece
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  • Sangre de la traición
    Categoría Original
    La piedra estaba fría. Más que eso. Era la clase de frío que se metía bajo la piel, que no se sacudía ni con llamas. Lyra tenía las rodillas pegada al suelo húmedo del calabozo, el cabello desordenado pegado a su rostro, y un hilo de sangre secándosele en el labio.

    Sus muñecas estaban sujetas por cadenas brillantes, pero no solo eso, sino que estaban reforzadas con símbolos grabados que no eran solo decorativos... eran sellos del Clan, usados para reprimir la energía de sangre, para quebrar la voluntad poco a poco. Era irónico. Siempre le dijeron que el poder del clan debía protegerse. Que el linaje era sagrado. Pero su tío lo había tergiversado todo.
    Él no quería proteger el legado… quería ser el único portador de él.

    Y para eso, ella debía morir.

    Lo peor no era el encierro. Ni siquiera el dolor. Era su rostro, el de quien creyó su amigo, aún grabado en su mente cuando la traición se selló con una daga en su costado. Una sonrisa forzada. Una excusa vacía.

    "Perdóname, Lyra… No tuve opción".

    —Mentiroso… —susurró ella, apenas audible, escupiendo al suelo.

    En lo alto, desde una celosía de piedra, se filtraba la luz de la luna llena. Las horas pasaban lentas, insoportables. Sabía lo que venía. El ritual no era rápido. No se conformarían con matarla. Tenían que hacerla parte del mito, convertir su sangre en el catalizador del ascenso de su tío al dominio total del clan. El "Último Vínculo", lo llamaban. Ella era ese vínculo.

    Pasos.
    Uno. Luego dos.
    Luego silencio.

    Algo o alguien se había detenido justo detrás de la reja de su celda. No se oía respiración. No se oía llave.

    —¿Vienes a mirar lo que queda de mí? —dijo Lyra, levantando la cabeza con esfuerzo. Sus ojos, aún brillantes, aún desafiantes, se encontraron con la oscuridad más allá de los barrotes.

    Silencio.

    Entonces, apenas un murmullo. Podía haber sido el viento.

    O una voz conocida.

    —No todo está decidido aún… - La voz de aquel era pausada y con matices oscuros. Ella no se movió. Solo entrecerró los ojos. Su cuerpo estaba roto, pero no su espíritu.

    —Si vienes a redimirme, llegas tarde. Si vienes a matarme, hazlo. Estoy cansada de ceremonias- Susurró, lo mejor era que todo acabe de una vez.

    El visitante, si es que era real, seguía allí. Quieto. Casi expectante. Como si esperara una señal. Una oportunidad. Una chispa.

    Y Lyra, encadenada, sangrante, pero no rendida, sonrió apenas.

    —¿O vienes… a liberar de ese maldito enfermo? -

    // Rol libre. Pueden continuarlo por aquí o en privado. No tengo problema.
    La piedra estaba fría. Más que eso. Era la clase de frío que se metía bajo la piel, que no se sacudía ni con llamas. Lyra tenía las rodillas pegada al suelo húmedo del calabozo, el cabello desordenado pegado a su rostro, y un hilo de sangre secándosele en el labio. Sus muñecas estaban sujetas por cadenas brillantes, pero no solo eso, sino que estaban reforzadas con símbolos grabados que no eran solo decorativos... eran sellos del Clan, usados para reprimir la energía de sangre, para quebrar la voluntad poco a poco. Era irónico. Siempre le dijeron que el poder del clan debía protegerse. Que el linaje era sagrado. Pero su tío lo había tergiversado todo. Él no quería proteger el legado… quería ser el único portador de él. Y para eso, ella debía morir. Lo peor no era el encierro. Ni siquiera el dolor. Era su rostro, el de quien creyó su amigo, aún grabado en su mente cuando la traición se selló con una daga en su costado. Una sonrisa forzada. Una excusa vacía. "Perdóname, Lyra… No tuve opción". —Mentiroso… —susurró ella, apenas audible, escupiendo al suelo. En lo alto, desde una celosía de piedra, se filtraba la luz de la luna llena. Las horas pasaban lentas, insoportables. Sabía lo que venía. El ritual no era rápido. No se conformarían con matarla. Tenían que hacerla parte del mito, convertir su sangre en el catalizador del ascenso de su tío al dominio total del clan. El "Último Vínculo", lo llamaban. Ella era ese vínculo. Pasos. Uno. Luego dos. Luego silencio. Algo o alguien se había detenido justo detrás de la reja de su celda. No se oía respiración. No se oía llave. —¿Vienes a mirar lo que queda de mí? —dijo Lyra, levantando la cabeza con esfuerzo. Sus ojos, aún brillantes, aún desafiantes, se encontraron con la oscuridad más allá de los barrotes. Silencio. Entonces, apenas un murmullo. Podía haber sido el viento. O una voz conocida. —No todo está decidido aún… - La voz de aquel era pausada y con matices oscuros. Ella no se movió. Solo entrecerró los ojos. Su cuerpo estaba roto, pero no su espíritu. —Si vienes a redimirme, llegas tarde. Si vienes a matarme, hazlo. Estoy cansada de ceremonias- Susurró, lo mejor era que todo acabe de una vez. El visitante, si es que era real, seguía allí. Quieto. Casi expectante. Como si esperara una señal. Una oportunidad. Una chispa. Y Lyra, encadenada, sangrante, pero no rendida, sonrió apenas. —¿O vienes… a liberar de ese maldito enfermo? - // Rol libre. Pueden continuarlo por aquí o en privado. No tengo problema.
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