• Un mago, ¿Eh?
    Un hechicero que puede controlar la gravedad...
    Un mago, ¿Eh? Un hechicero que puede controlar la gravedad...
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    Me siento algo mal, más del estómago, estaré ausente hasta mejorar.
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  • Nada de esto es real.
    Categoría Otros

    El aire era tibio, impregnado de un dulzor floral casi embriagante, tan perfecto y suave como aquellas tardes de primavera que Ephraim solía amar… cuando aún era real. Una brisa cálida le acariciaba el rostro, agitando las hojas de los álamos con una delicadeza que habría conmovido a cualquier poeta. Ante él se desplegaba una escena tan hermosa, tan meticulosamente compuesta, que parecía diseñada no para ser vivida, sino para ser recordada.
    Un sueño. Demasiado perfecto.
    Los colores brillaban con un fulgor imposible, más vívidos de lo que cualquier mente despierta podría tolerar. Las voces eran muchas, y sin embargo, todas hablaban en un mismo tono: armonía, triunfo, paz. Una guerra había terminado, eso decían, una guerra que él no recordaba tener registro en su mente.

    La escena cambiaba sin cesar. Demasiado rápido.

    Ráfagas de alegría le golpeaban sin tregua: niños riendo, banquetes suntuosos en pasillos dorados, jardines en plena floración. Cada imagen estaba cuidadosamente pulida, como si una voluntad desesperada por la paz hubiera borrado todo rastro de verdad y lo hubiese reemplazado con una mentira reconfortante.

    Ephraim cerró los ojos con fuerza. No por nostalgia, sino por agotamiento. El constante cambio de escenario le impedía meditar, pensar, esconderse siquiera en ese rincón mental que sabía que la soñadora jamás buscaría. Era molesto. Dolía en los ojos.

    Las risas le revolvían el estómago.
    Las memorias felices provocaban un hormigueo repulsivo que le recorría la espalda como una corriente fría.

    Avanzó unos pasos, adentrándose en una marea de figuras que se entrelazaban en un banquete. Era hermoso, imposible negarlo. Una pintura viva, un momento de tal perfección que cualquier otro lo habría guardado como un tesoro en la memoria.
    Pero Ephraim sabía leer los sueños, sentía el final aproximarse, lo percibía en la velocidad con que las escenas se desarrollaban, como un teatro a punto de caer el telón.

    Y entonces vio a aquella joven. Por su porte, por la ligereza de sus pasos, supo sin dudarlo: ella era la soñadora.
    La autora inconsciente de ese paraíso artificial.

    Ephraim sintió, como tantas otras veces, el calor hiriente de una envidia antigua apretarle el pecho. No por su corona, ni por su linaje, ni siquiera por esos dragones que a su yo más joven le habrían fascinado estudiar.

    La envidia ardía por una razón más simple y cruel: Ella todavía era capaz de soñar con esperanza.
    —Bendita ignorancia… —murmuró Ephraim, mientras sus pasos lo guiaban hacia ella.

    Porque desde que dejó de ser humano, desde que fue transformado por su amada diosa, los sueños dejaron de ser un refugio. No recordaba la última vez que había soñado algo bello. Algo que no naciera de la desesperación o el dolor.

    Extendió una mano y la posó en su hombro. No con dulzura, sino con demasiada violencia. La hizo girar, obligándola a mirarle el rostro.
    Su sonrisa torcida era una mancha oscura en medio de aquel sueño perfecto.

    —¿Sabes que esto solo es un sueño, verdad?

    Su voz era suave y melodiosa, casi dulce, pero helada. Se deslizaba como una serpiente bajo la piel, cargada de veneno. La risita que escapó de su garganta rasgó el aire, y todo comenzó a apagarse: Las voces se silenciaron, as figuras se desvanecieron, incluso aquellas que la soñadora más amaba. Y la luz… la luz se fue.

    Solo quedaron ellos dos. En la nada, rodeados de árboles y flores, demasiado oscuro para poder apreciar lo deformes y extrañas que eran.
    —Me enferma este lugar —susurró Ephraim, la voz teñida de asco—. Todo es demasiado hermoso. Demasiado... tú. Y yo… yo no puedo crear belleza. Solo deformidad.
    ¿Me dejas robarte esto, aunque sea por un momento?





    ⋆˚꩜。 ᴅᴀᴇᴍʏʀᴀ ᴛᴀʀɢᴀʀʏᴇɴ
    El aire era tibio, impregnado de un dulzor floral casi embriagante, tan perfecto y suave como aquellas tardes de primavera que Ephraim solía amar… cuando aún era real. Una brisa cálida le acariciaba el rostro, agitando las hojas de los álamos con una delicadeza que habría conmovido a cualquier poeta. Ante él se desplegaba una escena tan hermosa, tan meticulosamente compuesta, que parecía diseñada no para ser vivida, sino para ser recordada. Un sueño. Demasiado perfecto. Los colores brillaban con un fulgor imposible, más vívidos de lo que cualquier mente despierta podría tolerar. Las voces eran muchas, y sin embargo, todas hablaban en un mismo tono: armonía, triunfo, paz. Una guerra había terminado, eso decían, una guerra que él no recordaba tener registro en su mente. La escena cambiaba sin cesar. Demasiado rápido. Ráfagas de alegría le golpeaban sin tregua: niños riendo, banquetes suntuosos en pasillos dorados, jardines en plena floración. Cada imagen estaba cuidadosamente pulida, como si una voluntad desesperada por la paz hubiera borrado todo rastro de verdad y lo hubiese reemplazado con una mentira reconfortante. Ephraim cerró los ojos con fuerza. No por nostalgia, sino por agotamiento. El constante cambio de escenario le impedía meditar, pensar, esconderse siquiera en ese rincón mental que sabía que la soñadora jamás buscaría. Era molesto. Dolía en los ojos. Las risas le revolvían el estómago. Las memorias felices provocaban un hormigueo repulsivo que le recorría la espalda como una corriente fría. Avanzó unos pasos, adentrándose en una marea de figuras que se entrelazaban en un banquete. Era hermoso, imposible negarlo. Una pintura viva, un momento de tal perfección que cualquier otro lo habría guardado como un tesoro en la memoria. Pero Ephraim sabía leer los sueños, sentía el final aproximarse, lo percibía en la velocidad con que las escenas se desarrollaban, como un teatro a punto de caer el telón. Y entonces vio a aquella joven. Por su porte, por la ligereza de sus pasos, supo sin dudarlo: ella era la soñadora. La autora inconsciente de ese paraíso artificial. Ephraim sintió, como tantas otras veces, el calor hiriente de una envidia antigua apretarle el pecho. No por su corona, ni por su linaje, ni siquiera por esos dragones que a su yo más joven le habrían fascinado estudiar. La envidia ardía por una razón más simple y cruel: Ella todavía era capaz de soñar con esperanza. —Bendita ignorancia… —murmuró Ephraim, mientras sus pasos lo guiaban hacia ella. Porque desde que dejó de ser humano, desde que fue transformado por su amada diosa, los sueños dejaron de ser un refugio. No recordaba la última vez que había soñado algo bello. Algo que no naciera de la desesperación o el dolor. Extendió una mano y la posó en su hombro. No con dulzura, sino con demasiada violencia. La hizo girar, obligándola a mirarle el rostro. Su sonrisa torcida era una mancha oscura en medio de aquel sueño perfecto. —¿Sabes que esto solo es un sueño, verdad? Su voz era suave y melodiosa, casi dulce, pero helada. Se deslizaba como una serpiente bajo la piel, cargada de veneno. La risita que escapó de su garganta rasgó el aire, y todo comenzó a apagarse: Las voces se silenciaron, as figuras se desvanecieron, incluso aquellas que la soñadora más amaba. Y la luz… la luz se fue. Solo quedaron ellos dos. En la nada, rodeados de árboles y flores, demasiado oscuro para poder apreciar lo deformes y extrañas que eran. —Me enferma este lugar —susurró Ephraim, la voz teñida de asco—. Todo es demasiado hermoso. Demasiado... tú. Y yo… yo no puedo crear belleza. Solo deformidad. ¿Me dejas robarte esto, aunque sea por un momento? ⋆˚꩜。 [fable_topaz_zebra_366]
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  • Gods & Sorcerers - Men's Darkest Darkness.
    Fandom Jujutsu Kaisen/Bleach.
    Categoría Acción
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Ciudad de Karakura, 00:33 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Gakuenchō.

    ⠀⠀Era tarde, demasiado para la gente, pero no para los espíritus. El olor de cemento hervido ausente, como si hubiese sido pulverizado, pero que realmente jamás ocurrió, era extraño, pero parecía que ecos de un pasado no acatado recorrían su nariz. Siempre fue bueno para oler lo paranormal, así que su mirada solo podía centrarse en cierta institución, a la distancia, estaba oscurecida por una negrura inexplicable, más allá del manto nocturno que la cubría, en esa escuela, no había una sola estrella por encima.
    ⠀⠀Pero el maleficio era fuerte, algo se formaba, poco a poco. Notaba su movimiento, pero no era una maldición esta vez, o más bien creía que era una especie muy extraña... algo sombrío poco a poco comenzó a tomar forma a sus ojos. Se restregó los párpados, y ya no estaba.

    ⠀⠀En la inmensa oscuridad, sus ojos de un exótico color violeta era lo único que brillaba, adicional a las tenues farolas de calles desoladas.
    ⠀⠀La oscuridad que se instaló en esta ciudad era antigua, pero probablemente nunca tan profunda sino hasta hace poco. Parecían haber vivido algo espantoso, una fisura espiritual que dejó cicatrices, y estaban tardando en sanar.

    ⠀⠀⸻ "Esto es espantoso, no pude encontrar ni un condenado hotel." ⸻ Se acomodó su gabardina, habló solo. Ni siquiera la más minúsculas de las almas se acercaba.

    ⠀⠀Y cuando sintió una anormal presencia detrás de él, notó porqué. No es que estaba solo, algo que no podía percibir con claridad... lo estaba acechando.
    ⠀⠀Natural, su habilidad controlando el maleficio y su sexto sentido para percibir las almas, aquel tenía un ánima jugosa para toda clase de seres oscuros: y este hollow a sus espaldas la codiciaba.

    ⠀⠀Ni lento ni perezoso, la mirada del brujo se enfocó donde sentía la mayor hostilidad. El vacío nocturno, apuntando a la bóveda celeste que yacía apagada, la imagen de la bestia era cada vez más clara a medida que estaba en la cercanía, ¿por qué? Para cuando se dio cuenta, la extremidad difuminada estaba a centímetros de su cara. Y el de ojos malva, esquivó mediante un par de saltos controlados.
    ⠀⠀⸻ "Oh- ¡Bueno, parece que el mago quiere jugar!" ⸻ Arrancó de un salto hacia las alturas.

    ⠀⠀Contra todo pronóstico, el impulso y el impacto del puñetazo que le propinó a aquel hueco fue bien recibido. La máscara se agrietó y el daño en el entorno fue evidente con su caída.
    ⠀⠀Aún no lo veía del todo, pero al descender, se daba cuenta que esta <maldición> era diferente. Cuando la golpeó, como se dijo, él puede sentir el contorno de las almas, e incluso las mismas maldiciones tienen una al ser seres conscientes, sin embargo, cuando hizo contacto, sintió un alma <humana>, esto lo confundía aún más.

    ⠀⠀El hollow comenzó a llorar, y sus llantos llegaban a los oídos del extranjero, era estridente.
    ⠀⠀⸻ "¡¿En serio vas a llorar?!" ⸻ Ya no sabía cómo reaccionar. Pero le estaba irritando.

    ⠀⠀Y luego... otra presencia, obviamente tampoco una maldición, pero ni siquiera era parecida a la que acaba de agredir. Mostró una sonrisa torcida, provocativa.
    ⠀⠀⸻ "¿Vienes a ayudar a tu amiguito?" ⸻ Miró hacia el cielo otra vez, ahora el contorno era femenino, y portaba un extraño kimono negro. No podía percibir maleficio de ella, esto era muy extraño.

    ⠀⠀Sabía que esta ciudad era foco de actividad paranormal extraña, pero vamos, ¿qué eran estos seres...?

    Rukia
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Ciudad de Karakura, 00:33 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Gakuenchō. ⠀ ⠀⠀Era tarde, demasiado para la gente, pero no para los espíritus. El olor de cemento hervido ausente, como si hubiese sido pulverizado, pero que realmente jamás ocurrió, era extraño, pero parecía que ecos de un pasado no acatado recorrían su nariz. Siempre fue bueno para oler lo paranormal, así que su mirada solo podía centrarse en cierta institución, a la distancia, estaba oscurecida por una negrura inexplicable, más allá del manto nocturno que la cubría, en esa escuela, no había una sola estrella por encima. ⠀⠀Pero el maleficio era fuerte, algo se formaba, poco a poco. Notaba su movimiento, pero no era una maldición esta vez, o más bien creía que era una especie muy extraña... algo sombrío poco a poco comenzó a tomar forma a sus ojos. Se restregó los párpados, y ya no estaba. ⠀⠀En la inmensa oscuridad, sus ojos de un exótico color violeta era lo único que brillaba, adicional a las tenues farolas de calles desoladas. ⠀⠀La oscuridad que se instaló en esta ciudad era antigua, pero probablemente nunca tan profunda sino hasta hace poco. Parecían haber vivido algo espantoso, una fisura espiritual que dejó cicatrices, y estaban tardando en sanar. ⠀⠀⸻ "Esto es espantoso, no pude encontrar ni un condenado hotel." ⸻ Se acomodó su gabardina, habló solo. Ni siquiera la más minúsculas de las almas se acercaba. ⠀⠀Y cuando sintió una anormal presencia detrás de él, notó porqué. No es que estaba solo, algo que no podía percibir con claridad... lo estaba acechando. ⠀⠀Natural, su habilidad controlando el maleficio y su sexto sentido para percibir las almas, aquel tenía un ánima jugosa para toda clase de seres oscuros: y este hollow a sus espaldas la codiciaba. ⠀⠀Ni lento ni perezoso, la mirada del brujo se enfocó donde sentía la mayor hostilidad. El vacío nocturno, apuntando a la bóveda celeste que yacía apagada, la imagen de la bestia era cada vez más clara a medida que estaba en la cercanía, ¿por qué? Para cuando se dio cuenta, la extremidad difuminada estaba a centímetros de su cara. Y el de ojos malva, esquivó mediante un par de saltos controlados. ⠀⠀⸻ "Oh- ¡Bueno, parece que el mago quiere jugar!" ⸻ Arrancó de un salto hacia las alturas. ⠀⠀Contra todo pronóstico, el impulso y el impacto del puñetazo que le propinó a aquel hueco fue bien recibido. La máscara se agrietó y el daño en el entorno fue evidente con su caída. ⠀⠀Aún no lo veía del todo, pero al descender, se daba cuenta que esta <maldición> era diferente. Cuando la golpeó, como se dijo, él puede sentir el contorno de las almas, e incluso las mismas maldiciones tienen una al ser seres conscientes, sin embargo, cuando hizo contacto, sintió un alma <humana>, esto lo confundía aún más. ⠀⠀El hollow comenzó a llorar, y sus llantos llegaban a los oídos del extranjero, era estridente. ⠀⠀⸻ "¡¿En serio vas a llorar?!" ⸻ Ya no sabía cómo reaccionar. Pero le estaba irritando. ⠀⠀Y luego... otra presencia, obviamente tampoco una maldición, pero ni siquiera era parecida a la que acaba de agredir. Mostró una sonrisa torcida, provocativa. ⠀⠀⸻ "¿Vienes a ayudar a tu amiguito?" ⸻ Miró hacia el cielo otra vez, ahora el contorno era femenino, y portaba un extraño kimono negro. No podía percibir maleficio de ella, esto era muy extraño. ⠀⠀Sabía que esta ciudad era foco de actividad paranormal extraña, pero vamos, ¿qué eran estos seres...? ⠀ [illusion_amethyst_frog_150]
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  • Oigan ¿y ustedes usan despertador o se despiertan con la luz del sol ? ||(no juzgo si su estómago/vejiga los despierta porque ya estan viej@s) :D?
    Oigan ¿y ustedes usan despertador o se despiertan con la luz del sol ? ||(no juzgo si su estómago/vejiga los despierta porque ya estan viej@s) :D?
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  • Pronto será la hora del té, Wolfram podría prepararle una rica merienda, le apetece mucho unos éclairs de crema o de nata.

    Además es un extraño día de verano, tiene una extraña sensación en el estómago como si fuera a pasar algo malo.
    Pronto será la hora del té, Wolfram podría prepararle una rica merienda, le apetece mucho unos éclairs de crema o de nata. Además es un extraño día de verano, tiene una extraña sensación en el estómago como si fuera a pasar algo malo.
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  • Cercherò di fermare il tempo per un attimo Ruberò il tuo amore come un mago, ti sorprenderò E forse a distanza di anni ricorderemo con nostalgia quanto accaduto e per te sarò l'angelo che si prenderà cura dei tuoi sogni.
    Cercherò di fermare il tempo per un attimo Ruberò il tuo amore come un mago, ti sorprenderò E forse a distanza di anni ricorderemo con nostalgia quanto accaduto e per te sarò l'angelo che si prenderà cura dei tuoi sogni.
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  • https://youtu.be/s5lIuS8SQaY?si=LYXngCG0olznpmZ0

    Jajajaja jajajaja jajajaja jajajaja jxjxjxjx se pasan mi estómago me duele
    https://youtu.be/s5lIuS8SQaY?si=LYXngCG0olznpmZ0 Jajajaja jajajaja jajajaja jajajaja jxjxjxjx se pasan mi estómago me duele 🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
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  • *Estaba Ace en el establo de caballos en donde pudo refugiarse de la lluvia, la cual no paraba y por eso sabía que pasaría la noche ahí.
    Muchas veces ha hecho eso mismo, dormir en la paja con los caballos... Pero eso le hace recordar una cierta ocasión... Y suspira.*

    —Los recuerdos pueden ser hermosos, ¿Cierto? Pero no pueden llenar tu estómago...

    *La lluvia no para, y lo cierto es que el hambre comienza a hacerse presente...*

    —Tendré que salir aunque esté lloviendo...
    *Estaba Ace en el establo de caballos en donde pudo refugiarse de la lluvia, la cual no paraba y por eso sabía que pasaría la noche ahí. Muchas veces ha hecho eso mismo, dormir en la paja con los caballos... Pero eso le hace recordar una cierta ocasión... Y suspira.* —Los recuerdos pueden ser hermosos, ¿Cierto? Pero no pueden llenar tu estómago... *La lluvia no para, y lo cierto es que el hambre comienza a hacerse presente...* —Tendré que salir aunque esté lloviendo...
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  • 𝑬𝒍 𝒂𝒏𝒐𝒏𝒊𝒎𝒂𝒕𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏𝒂 𝒎𝒂́𝒔𝒄𝒂𝒓𝒂 𝒚 𝒆𝒍 𝒓𝒆𝒇𝒖𝒈𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒔𝒐𝒎𝒃𝒓𝒂𝒔
    Fandom Dungeons And Dragons, Fantasyverse
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    En la Alta Ciudad, se celebraba un gran baile de máscaras uno de los más lujosos que podías haberse celebrado en aquella época del año, no escatimaban los recursos de los magos que hacían que la temperatura del lugar fuera agradable, ni la música de los bardos, ni tampoco el espectáculo de los contorsionistas que llamaban la atención a los ojos de los invitados, tampoco se había escatimado en el dinero empleado en las bebidas que allí había, al menos una veintena de camareros se paseaban por el gran salón de baile con una bandeja de copas con diferentes licores; champange, licor de mandrágora, licor de moras, vodka, hidromiel, y demás. Menos aún se había escatimado en el dinero y esfuerzo invertido en la comida de la fiesta, pequeños canapés de ostras, pato laqueado, vieiras, bogavante, jamón, tartar de algún pescado, salmón, carnes rojas y poco hechas... aquel lugar era un estimulo entero para la vista, el gusto, el olfato y el oído pero... ¿Y el tacto?

    La fiesta había empezado como de costumbre, música suave poco ritmica, musica con la que se podía conversar, los más extrovertidos eran capaces de hacer nacer una conversación de un suspiro, otros esperaban a que la música se animase para que alguien lo suficientemente valiente se animara a bailar con ellos.

    Aquella noche Anraste portaba una máscara de lobo, de hecho, todos los presentes portaban una mascara, a la feérica mujer le pareció una costumbre tan curiosa como extraña.
    El lobo que simbolizaba su máscara era de color negro, lo cual contrastaba con el vivo color otoñal de su cabello. Su vestido, aunque no le gustaba nada aquel tipo de prenda, era un elegante vestido negro que dibujaba a la perfección aquel aspecto de "lobo" de alguna forma, aunque dibujaba sus curvas de mujer fuerte, tenía ese aspecto salvaje de un lobo que está apunto de salir de caza.

    La mano de Anraste se extendió hasta la copa que un camarero portaba en su bandeja, seguidamente se llevó la copa a la nariz para adivinar qué era aquel licor, no fue difícil con aquel aroma a miel y fruta fermentada, era hidromiel. Y a ella le encantaban las bebidas dulces.
    En la Alta Ciudad, se celebraba un gran baile de máscaras uno de los más lujosos que podías haberse celebrado en aquella época del año, no escatimaban los recursos de los magos que hacían que la temperatura del lugar fuera agradable, ni la música de los bardos, ni tampoco el espectáculo de los contorsionistas que llamaban la atención a los ojos de los invitados, tampoco se había escatimado en el dinero empleado en las bebidas que allí había, al menos una veintena de camareros se paseaban por el gran salón de baile con una bandeja de copas con diferentes licores; champange, licor de mandrágora, licor de moras, vodka, hidromiel, y demás. Menos aún se había escatimado en el dinero y esfuerzo invertido en la comida de la fiesta, pequeños canapés de ostras, pato laqueado, vieiras, bogavante, jamón, tartar de algún pescado, salmón, carnes rojas y poco hechas... aquel lugar era un estimulo entero para la vista, el gusto, el olfato y el oído pero... ¿Y el tacto? La fiesta había empezado como de costumbre, música suave poco ritmica, musica con la que se podía conversar, los más extrovertidos eran capaces de hacer nacer una conversación de un suspiro, otros esperaban a que la música se animase para que alguien lo suficientemente valiente se animara a bailar con ellos. Aquella noche Anraste portaba una máscara de lobo, de hecho, todos los presentes portaban una mascara, a la feérica mujer le pareció una costumbre tan curiosa como extraña. El lobo que simbolizaba su máscara era de color negro, lo cual contrastaba con el vivo color otoñal de su cabello. Su vestido, aunque no le gustaba nada aquel tipo de prenda, era un elegante vestido negro que dibujaba a la perfección aquel aspecto de "lobo" de alguna forma, aunque dibujaba sus curvas de mujer fuerte, tenía ese aspecto salvaje de un lobo que está apunto de salir de caza. La mano de Anraste se extendió hasta la copa que un camarero portaba en su bandeja, seguidamente se llevó la copa a la nariz para adivinar qué era aquel licor, no fue difícil con aquel aroma a miel y fruta fermentada, era hidromiel. Y a ella le encantaban las bebidas dulces.
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