• 𝘗𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘰...
    Fandom Harry Potter
    Categoría Acción

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ... ¿𝘕𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤꮪꭲꭺꭱꭲꭼꭱ ꮲꭺꭱꭺ Diego Alejandro De La Vega

    Puede que aquello fuera el karma.
    Había abandonado a Cameron poco tiempo después de prometerse, por puro y duro miedo, y ahora Brandon con quien volvía a estaba prometida, de quien era el anillo que lucía en su mano, estaba cada vez más alejado de ella, mas perdido en su propio mundo, un mundo al que ella al parecer no estaba invitada. Y no sabía cómo hacerle volver.
    Si, claramente podia ser el karma, y si era así, no tenía opción de réplica. Ella había sido una mala persona, se había comportado mal con Keane, y ahora pagaba sus consecuencias.
    Haber actuado así de mal por miedo no la excusaba, y lo sabía.

    Aquel día, otro en el que se despertaba sola en la casa que Birdwhistle y ella compartían, había decidido salir de allí. No iba a quedarse esperando un día mas, no iba a poner sus esperanzas en que Brandon volviera cuando sabía a ciencia cierta que no lo haría. Seguramente ni si quiera estaba en el país. De modo que no tarda en dejar atrás aquella casa vacía, solitaria y fría y presentarse sin avisar en la de sus padres. Allí también podría no haber nadie, también podría estar sola, pero aquella casa era su hogar…

    Al final es su madre quien termina por darle la bienvenida a pesar de que tenía visita. La joven bruja abraza a su madre, sonriendo y ocultando su pesar, y después saluda a Ignacia Salvatierra, una mujer que hacia demasiado tiempo que no veía y la cual estaba realmente encantada de verla.

    — Tu madre y yo nos mantenemos al día cielo, pero siempre es un gusto verte en persona, y no en fotos que no te hacen justicia, estas preciosa, Danielle, querida.

    — Muchas gracias Ignacia, de veras, yo también me alegro de verla.

    — Enhorabuena por cierto, tu madre me ha dicho que estas comprometida… — la mujer más mayor no se corta y toma la mano de la bruja para observar el anillo antes de añadir. — Esperaremos ansiosos la invitación querida.

    Perfecto, ahora tenía como mínimo dos personas más que añadir a una lista de bodas que no hacía más que coger polvo en un cajón de su escritorio ante la inoperancia de Brandon frente a ese tema.

    — Pues claro, estan más que invitados, usted, su marido, y Diego con toda la familia, ¿Qué es de él? ¿Ya es abuela?

    Si la buena Ignacia no tenía ningún tipo de filtro o reparo en meterse en su vida, suponía que ella podia pagarle con la misma moneda, pero el rostro de la mujer se ensombrece en respuesta y Danielle no espera lo que la invitada de su madre le cuenta.

    >> ¿Debería dejar una nota? Suponía que sí. De modo que garabatea en un papel que deja pegado en el frigorífico unas palabras realmente escuetas “M𝑒 𝑣o𝑦 𝑑e v𝑖a𝑗e, 𝑛o𝑠 𝑣e𝑚o𝑠 𝑎 𝑙a v𝑢e𝑙t𝑎. D.F”
    Y sin más preámbulos Danielle desaparece de su casa, con una pequeña maleta en la mano, una dirección en la contraria y la idea de reencontrarse con un viejo amigo.
    El Ministerio de Magia era un caos de personas yendo y viniendo, pero por suerte en poco más de un par de horas (no había demasiadas solicitudes para viajar en ese momento), Danielle estaba frente al traslador que la iba a llevar hasta el departamento homónimo del MACUSA en Estados Unidos.

    Mientras bajaba los escalones de la entrada del MACUSA en su mente repasaba las indicaciones que le habían facilitado para llegar a su destino, y sus pasos no vacilan hasta llegar a frente a la puerta del despacho.
    Por suerte, de nuevo, para ella, llegaba en horario laboral de modo que empuja la puerta.

    — Bienvenida… ¿Cuál es su nombre? ¿Tiene cita?

    — Lo cierto es que no, pero buscaba al señor De La Vega.

    — Lo siento pero el señor De La Vega no atiende sin cita previa.

    — Soy una vieja amiga, no vengo por trabajo…

    — Bueno, pues entonces espere a que termine y listo.

    Danielle fulmina a aquella impertinente bruja con la mirada, no le había caído bien desde un principio, desde que había escuchado su desagradable y aguda vocecilla, de modo que la esquiva, a ella a su mesa, y abre la puerta del despacho de Diego sin ningún preámbulo, llamada o anuncio.

    — ¿No le ha dicho mi secretaria que no atiendo sin cita previa?

    — ¿Ni si quiera a mí, Diego? ¿Esa es manera de tratar a los viejos amigos?


    𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 Hope Mikaelson ‼AU
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ... ¿𝘕𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤꮪꭲꭺꭱꭲꭼꭱ ꮲꭺꭱꭺ [THER0GUEAUROR] Puede que aquello fuera el karma. Había abandonado a Cameron poco tiempo después de prometerse, por puro y duro miedo, y ahora Brandon con quien volvía a estaba prometida, de quien era el anillo que lucía en su mano, estaba cada vez más alejado de ella, mas perdido en su propio mundo, un mundo al que ella al parecer no estaba invitada. Y no sabía cómo hacerle volver. Si, claramente podia ser el karma, y si era así, no tenía opción de réplica. Ella había sido una mala persona, se había comportado mal con Keane, y ahora pagaba sus consecuencias. Haber actuado así de mal por miedo no la excusaba, y lo sabía. Aquel día, otro en el que se despertaba sola en la casa que Birdwhistle y ella compartían, había decidido salir de allí. No iba a quedarse esperando un día mas, no iba a poner sus esperanzas en que Brandon volviera cuando sabía a ciencia cierta que no lo haría. Seguramente ni si quiera estaba en el país. De modo que no tarda en dejar atrás aquella casa vacía, solitaria y fría y presentarse sin avisar en la de sus padres. Allí también podría no haber nadie, también podría estar sola, pero aquella casa era su hogar… Al final es su madre quien termina por darle la bienvenida a pesar de que tenía visita. La joven bruja abraza a su madre, sonriendo y ocultando su pesar, y después saluda a Ignacia Salvatierra, una mujer que hacia demasiado tiempo que no veía y la cual estaba realmente encantada de verla. — Tu madre y yo nos mantenemos al día cielo, pero siempre es un gusto verte en persona, y no en fotos que no te hacen justicia, estas preciosa, Danielle, querida. — Muchas gracias Ignacia, de veras, yo también me alegro de verla. — Enhorabuena por cierto, tu madre me ha dicho que estas comprometida… — la mujer más mayor no se corta y toma la mano de la bruja para observar el anillo antes de añadir. — Esperaremos ansiosos la invitación querida. Perfecto, ahora tenía como mínimo dos personas más que añadir a una lista de bodas que no hacía más que coger polvo en un cajón de su escritorio ante la inoperancia de Brandon frente a ese tema. — Pues claro, estan más que invitados, usted, su marido, y Diego con toda la familia, ¿Qué es de él? ¿Ya es abuela? Si la buena Ignacia no tenía ningún tipo de filtro o reparo en meterse en su vida, suponía que ella podia pagarle con la misma moneda, pero el rostro de la mujer se ensombrece en respuesta y Danielle no espera lo que la invitada de su madre le cuenta. >> ¿Debería dejar una nota? Suponía que sí. De modo que garabatea en un papel que deja pegado en el frigorífico unas palabras realmente escuetas “M𝑒 𝑣o𝑦 𝑑e v𝑖a𝑗e, 𝑛o𝑠 𝑣e𝑚o𝑠 𝑎 𝑙a v𝑢e𝑙t𝑎. D.F” Y sin más preámbulos Danielle desaparece de su casa, con una pequeña maleta en la mano, una dirección en la contraria y la idea de reencontrarse con un viejo amigo. El Ministerio de Magia era un caos de personas yendo y viniendo, pero por suerte en poco más de un par de horas (no había demasiadas solicitudes para viajar en ese momento), Danielle estaba frente al traslador que la iba a llevar hasta el departamento homónimo del MACUSA en Estados Unidos. Mientras bajaba los escalones de la entrada del MACUSA en su mente repasaba las indicaciones que le habían facilitado para llegar a su destino, y sus pasos no vacilan hasta llegar a frente a la puerta del despacho. Por suerte, de nuevo, para ella, llegaba en horario laboral de modo que empuja la puerta. — Bienvenida… ¿Cuál es su nombre? ¿Tiene cita? — Lo cierto es que no, pero buscaba al señor De La Vega. — Lo siento pero el señor De La Vega no atiende sin cita previa. — Soy una vieja amiga, no vengo por trabajo… — Bueno, pues entonces espere a que termine y listo. Danielle fulmina a aquella impertinente bruja con la mirada, no le había caído bien desde un principio, desde que había escuchado su desagradable y aguda vocecilla, de modo que la esquiva, a ella a su mesa, y abre la puerta del despacho de Diego sin ningún preámbulo, llamada o anuncio. — ¿No le ha dicho mi secretaria que no atiendo sin cita previa? — ¿Ni si quiera a mí, Diego? ¿Esa es manera de tratar a los viejos amigos? 𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 [thetribrid]
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    Grupal
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    La oscuridad nunca fue algo que asustara a Joon. De hecho, había aprendido a caminar dentro de ella con paso firme, como si llevarla en los hombros fuera parte del uniforme. Su deber no es huirle a las sombras, sino adentrarse en ellas, encontrar en su centro lo que otros preferían ignorar. Y así, noche tras noche, entre informes, cicatrices y silencios, Joon va construyendo un pacto consigo mismo: ser luz donde nadie más se atreve a mirar.

    Es un hombre que toca la oscuridad sin pertenecerle, que se acerca a los bordes del abismo con la calma de quien ya ha sido probado. La justicia no siempre es limpia, y él lo sabe. A veces se ve reflejado en rostros que ya no puede salvar, en errores que aprendió demasiado tarde. Pero sigue. Porque alguien tiene que hacerlo. Porque aún cree, a pesar del cansancio, que su causa tiene sentido.

    Él no es un héroe. Nunca quiso serlo. Es Joon. Un detective que ama su oficio no porque sea fácil, sino porque, incluso en lo roto, en lo difícil, en lo solitario, eligió creer. No se trata de una esperanza ciega ni de ideales románticos sobre el bien y el mal. Es una decisión áspera, tomada con los dientes apretados después de ver cómo la corrupción se disfraza de orden y cómo la verdad se entierra con silencios bien pagados.

    Un tipo de fe que no necesita testigos ni aplausos; basta con que saber que hizo lo correcto, aun si nadie más lo ve, aun si a veces ni siquiera puede explicarlo. Porque en un mundo donde las líneas se difuminan, alguien tiene que recordar dónde estaba la frontera, aunque sea con los pies hundidos en el lodo.

    #nightfallrevenge
    La oscuridad nunca fue algo que asustara a Joon. De hecho, había aprendido a caminar dentro de ella con paso firme, como si llevarla en los hombros fuera parte del uniforme. Su deber no es huirle a las sombras, sino adentrarse en ellas, encontrar en su centro lo que otros preferían ignorar. Y así, noche tras noche, entre informes, cicatrices y silencios, Joon va construyendo un pacto consigo mismo: ser luz donde nadie más se atreve a mirar. Es un hombre que toca la oscuridad sin pertenecerle, que se acerca a los bordes del abismo con la calma de quien ya ha sido probado. La justicia no siempre es limpia, y él lo sabe. A veces se ve reflejado en rostros que ya no puede salvar, en errores que aprendió demasiado tarde. Pero sigue. Porque alguien tiene que hacerlo. Porque aún cree, a pesar del cansancio, que su causa tiene sentido. Él no es un héroe. Nunca quiso serlo. Es Joon. Un detective que ama su oficio no porque sea fácil, sino porque, incluso en lo roto, en lo difícil, en lo solitario, eligió creer. No se trata de una esperanza ciega ni de ideales románticos sobre el bien y el mal. Es una decisión áspera, tomada con los dientes apretados después de ver cómo la corrupción se disfraza de orden y cómo la verdad se entierra con silencios bien pagados. Un tipo de fe que no necesita testigos ni aplausos; basta con que saber que hizo lo correcto, aun si nadie más lo ve, aun si a veces ni siquiera puede explicarlo. Porque en un mundo donde las líneas se difuminan, alguien tiene que recordar dónde estaba la frontera, aunque sea con los pies hundidos en el lodo. #nightfallrevenge
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  • *“Iori Yagami… ese tipo es como una tormenta con cuerpo.”*

    Terry se encontraba de pie frente al río que cortaba South Town en dos, con el murmullo del agua calmando la ciudad por un instante. Miraba el reflejo del cielo, pero su mente estaba lejos… clavada en un par de ojos color sangre.

    *“Nunca supe si llamarlo enemigo, aliado, o algo peor.”*

    Había peleado contra monstruos, criminales y asesinos, pero Iori… era distinto. No peleaba por dinero ni justicia. No por gloria ni venganza. Lo suyo era más primitivo. Más visceral.

    *“El tipo odia a Kyo… pero a veces parece que se odia a sí mismo aún más.”*

    Lo había visto en el ring. Implacable. Violento.
    Pero también lo había visto detenerse antes de destruir a alguien.
    Y en esos momentos, Terry supo que dentro del fuego, aún quedaba un pedazo de hombre… perdido, quemado, pero ahí.

    *“Yagami es una herida abierta que nunca deja de sangrar.”*

    Terry apretó los puños. No lo admiraba… pero tampoco lo despreciaba. Sabía que el poder del Orochi lo estaba consumiendo desde dentro. Y aún así, seguía peleando. Seguía caminando.

    *“No confío en él. Pero si alguna vez cae el mundo… sé que va a estar ahí, en medio del fuego, mordiéndose la rabia.”*

    Porque en el fondo, Terry entendía algo muy claro:
    **A veces, los demonios también luchan contra la oscuridad.**

    Y Iori Yagami… era prueba de ello.



    https://www.youtube.com/watch?v=Smd_-xfkae4
    *“Iori Yagami… ese tipo es como una tormenta con cuerpo.”* Terry se encontraba de pie frente al río que cortaba South Town en dos, con el murmullo del agua calmando la ciudad por un instante. Miraba el reflejo del cielo, pero su mente estaba lejos… clavada en un par de ojos color sangre. *“Nunca supe si llamarlo enemigo, aliado, o algo peor.”* Había peleado contra monstruos, criminales y asesinos, pero Iori… era distinto. No peleaba por dinero ni justicia. No por gloria ni venganza. Lo suyo era más primitivo. Más visceral. *“El tipo odia a Kyo… pero a veces parece que se odia a sí mismo aún más.”* Lo había visto en el ring. Implacable. Violento. Pero también lo había visto detenerse antes de destruir a alguien. Y en esos momentos, Terry supo que dentro del fuego, aún quedaba un pedazo de hombre… perdido, quemado, pero ahí. *“Yagami es una herida abierta que nunca deja de sangrar.”* Terry apretó los puños. No lo admiraba… pero tampoco lo despreciaba. Sabía que el poder del Orochi lo estaba consumiendo desde dentro. Y aún así, seguía peleando. Seguía caminando. *“No confío en él. Pero si alguna vez cae el mundo… sé que va a estar ahí, en medio del fuego, mordiéndose la rabia.”* Porque en el fondo, Terry entendía algo muy claro: **A veces, los demonios también luchan contra la oscuridad.** Y Iori Yagami… era prueba de ello. https://www.youtube.com/watch?v=Smd_-xfkae4
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  • Si vas a juzgarme hazlo ahora... Antes de que me tome la justicia por mi mano.
    Si vas a juzgarme hazlo ahora... Antes de que me tome la justicia por mi mano.
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  • “Hay maldad… y luego está Rugal.”

    Terry caminaba solo por un callejón de South Town, donde las sombras parecían más largas cuando recordaba ciertos nombres. Se detuvo frente a una pared agrietada, la misma que años atrás había sido testigo de una emboscada que casi le cuesta la vida.

    *“Ese hombre no pelea por orgullo… ni por justicia. Él pelea por placer.”*

    Rugal no era como Geese, con su código retorcido y su fachada de control. Rugal era otra cosa:
    **frialdad envuelta en poder absoluto.**
    Un monstruo de elegancia brutal. Cada movimiento suyo parecía calculado no solo para derrotarte… sino para quebrarte.

    Terry tragó saliva al recordar la primera vez que lo enfrentó.
    La presión en el aire.
    La sensación de insignificancia.
    La certeza de que estaba peleando contra algo más allá de lo humano.

    *“Con él no hay honor. No hay gloria. Solo supervivencia.”*

    Recordó la mirada de Rugal —esos ojos vacíos, como si observara insectos arrastrándose.
    Recordó a los peleadores que no volvieron.
    Recordó el rugido de Omega Rugal y el olor del humo tras la explosión en la última batalla.

    *“No es un rival… es un aviso de lo que pasa cuando el poder pierde el alma.”*

    Terry ajustó su gorra y siguió caminando.
    Sabía que si Rugal alguna vez regresaba del infierno…
    **él estaría listo para mandarlo de vuelta.**


    https://youtu.be/iwUSeNGAwxI?si=C5RdbMOKsSZY2rPV
    “Hay maldad… y luego está Rugal.” Terry caminaba solo por un callejón de South Town, donde las sombras parecían más largas cuando recordaba ciertos nombres. Se detuvo frente a una pared agrietada, la misma que años atrás había sido testigo de una emboscada que casi le cuesta la vida. *“Ese hombre no pelea por orgullo… ni por justicia. Él pelea por placer.”* Rugal no era como Geese, con su código retorcido y su fachada de control. Rugal era otra cosa: **frialdad envuelta en poder absoluto.** Un monstruo de elegancia brutal. Cada movimiento suyo parecía calculado no solo para derrotarte… sino para quebrarte. Terry tragó saliva al recordar la primera vez que lo enfrentó. La presión en el aire. La sensación de insignificancia. La certeza de que estaba peleando contra algo más allá de lo humano. *“Con él no hay honor. No hay gloria. Solo supervivencia.”* Recordó la mirada de Rugal —esos ojos vacíos, como si observara insectos arrastrándose. Recordó a los peleadores que no volvieron. Recordó el rugido de Omega Rugal y el olor del humo tras la explosión en la última batalla. *“No es un rival… es un aviso de lo que pasa cuando el poder pierde el alma.”* Terry ajustó su gorra y siguió caminando. Sabía que si Rugal alguna vez regresaba del infierno… **él estaría listo para mandarlo de vuelta.** https://youtu.be/iwUSeNGAwxI?si=C5RdbMOKsSZY2rPV
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  • Desde pequeña, ella había observado a su padre empuñar los rayos como si fueran meros hilos de luz entre sus dedos. Eran salvajes, magníficos, llenos de autoridad. A ella no le hacían daño —nunca lo hicieron— pero tampoco se sometían a su voluntad. Su pequeña mano se alzaba en el aire, imitando el gesto del rey del Olimpo, y los rayos chispeaban en la distancia, burlándose tal vez. No le obedecían. No respondían a su llamado.

    —Te falta seguridad, pequeña —decía Zeus con una voz que temblaba la tierra y acariciaba su orgullo a la vez—. Certeza. Fe en ti misma. Y, por sobre todo, debes aprender a reclamar lo que por derecho te pertenece como hija mía.

    En ese entonces, esas palabras le sonaban grandes, pesadas, lejanas. ¿Reclamar? ¿Certeza? ¿Fe en sí misma? Ella solo deseaba correr entre los jardines, recolectar flores que jamás se marchitaban, ofrecer agua de ambrosía a quienes lo necesitaban, y ver sonrisas florecer entre los mortales como brotes nuevos en primavera. No quería que la temieran. No quería imponer su poder. Quería que confiaran en ella… que la amaran.

    Con los siglos, aprendió que su don no estaba hecho para el dominio brutal, sino para la siembra. Ella no era una tormenta, era la primera lluvia tibia después del invierno. No era un grito de guerra, sino el susurro que sana. Y fue entonces que comprendió por qué los rayos no la obedecían: no era miedo lo que inspiraba, era esperanza. Ella no necesitaba someter la voluntad de la naturaleza como su padre. Su fuerza residía en todo lo que florecía sin forzar.

    Y aun así, en la profundidad de su ser, una parte más antigua y oscura de su divinidad comenzaba a despertar. Porque incluso la esperanza tenía su precio. Porque el equilibrio que custodiaba no era sólo dulzura; también era justicia.

    Había comprendido, en sus viajes al mundo humano, que no todos los corazones brillaban. Que algunos deseaban lo imposible, no para bien, sino por vanidad, egoísmo o desesperación corrupta. Por eso, en lo más recóndito de su alma inmortal, había ideado una ofrenda, una trampa silenciosa para los impuros:

    "𝗧𝗲 𝗱𝗮𝗿𝗲 𝗹𝗮 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝘀𝗶 𝗺𝗲 𝗼𝗳𝗿𝗲𝗰𝗲𝘀 𝗮 𝘁𝘂 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗵𝗶𝗷𝗼"

    No era una amenaza. No era malicia. Era el precio que revelaba la verdad más cruda del alma humana. Quienes realmente amaban, jamás entregarían a un hijo. Quienes estaban podridos en lo más íntimo de su ser, caerían por su propia elección. Así equilibraba ella el pecado de querer ser eternamente joven sin haber comprendido jamás el valor del tiempo.

    Porque un hijo, como ella había aprendido incluso en su eterna juventud, es el regalo más puro que el universo puede dar. No importa cómo haya llegado, de qué vientre o cuál historia lo envuelva: una criatura pequeña e inocente es la luz que debe ser protegida, guiada, amada. Ser joven no exime del deber. La belleza no borra las consecuencias.

    Y por eso, aunque su madre, Hera, la abrazara solo a veces —cuando las nubes del orgullo se disipaban lo suficiente para dejar pasar el amor—, había decidido: 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗱𝗶𝗮 𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗰𝗿𝗶𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮 𝗱𝗲𝗽𝗲𝗻𝗱𝗶𝗲𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗲𝗹𝗹𝗮, 𝘀𝗲𝗿𝗶𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝗽𝗿𝗼𝘁𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻, 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗱𝗼, 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝘁𝗲𝗿𝗻𝘂𝗿𝗮. Incluso si el mundo ardía, incluso si el Olimpo colapsaba, esa criatura sería su centro.

    El amor... había sido efímero. Una caricia breve, una brisa entre los dedos. Le había rozado el alma, apenas lo suficiente como para desearlo más. No lo lamentaba, aunque doliera. Porque esa chispa bastó para despertarle el anhelo de compartir su eternidad no con cualquiera, sino con alguien que supiera sostenerla, celebrarla, multiplicarla.

    Y así, en la soledad luminosa de su santuario, donde las flores nacían con su aliento y el tiempo se doblaba para danzar con su risa, entendió algo más:

    𝗘𝗹𝗹𝗮 𝗶𝗯𝗮 𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗲𝗴𝘂𝗶𝗿𝗹𝗼.

    No por capricho. No por venganza. Sino porque cada gesto suyo —cada semilla de esperanza que sembraba sin esperar nada, cada gesto de bondad desinteresada, cada elección por la compasión— era un eco que, tarde o temprano, el universo devolvería. Tal vez en forma de amor. Tal vez en forma de una hija. Tal vez en la risa de un niño que corriera sin miedo hacia ella.

    Porque ella era Hebe.

    𝗟𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝘂𝘁𝗿𝗲. 𝗟𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗿𝗲𝗻𝘂𝗲𝘃𝗮. 𝗟𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗾𝘂𝗶𝗹𝗶𝗯𝗿𝗮.

    Y si se atrevía a sembrar bien… la eternidad le devolvería aquello que más anhelaba: una felicidad real, completa, en cada forma posible que la inmortalidad pudiera ofrecer.
    Desde pequeña, ella había observado a su padre empuñar los rayos como si fueran meros hilos de luz entre sus dedos. Eran salvajes, magníficos, llenos de autoridad. A ella no le hacían daño —nunca lo hicieron— pero tampoco se sometían a su voluntad. Su pequeña mano se alzaba en el aire, imitando el gesto del rey del Olimpo, y los rayos chispeaban en la distancia, burlándose tal vez. No le obedecían. No respondían a su llamado. —Te falta seguridad, pequeña —decía Zeus con una voz que temblaba la tierra y acariciaba su orgullo a la vez—. Certeza. Fe en ti misma. Y, por sobre todo, debes aprender a reclamar lo que por derecho te pertenece como hija mía. En ese entonces, esas palabras le sonaban grandes, pesadas, lejanas. ¿Reclamar? ¿Certeza? ¿Fe en sí misma? Ella solo deseaba correr entre los jardines, recolectar flores que jamás se marchitaban, ofrecer agua de ambrosía a quienes lo necesitaban, y ver sonrisas florecer entre los mortales como brotes nuevos en primavera. No quería que la temieran. No quería imponer su poder. Quería que confiaran en ella… que la amaran. Con los siglos, aprendió que su don no estaba hecho para el dominio brutal, sino para la siembra. Ella no era una tormenta, era la primera lluvia tibia después del invierno. No era un grito de guerra, sino el susurro que sana. Y fue entonces que comprendió por qué los rayos no la obedecían: no era miedo lo que inspiraba, era esperanza. Ella no necesitaba someter la voluntad de la naturaleza como su padre. Su fuerza residía en todo lo que florecía sin forzar. Y aun así, en la profundidad de su ser, una parte más antigua y oscura de su divinidad comenzaba a despertar. Porque incluso la esperanza tenía su precio. Porque el equilibrio que custodiaba no era sólo dulzura; también era justicia. Había comprendido, en sus viajes al mundo humano, que no todos los corazones brillaban. Que algunos deseaban lo imposible, no para bien, sino por vanidad, egoísmo o desesperación corrupta. Por eso, en lo más recóndito de su alma inmortal, había ideado una ofrenda, una trampa silenciosa para los impuros: "𝗧𝗲 𝗱𝗮𝗿𝗲 𝗹𝗮 𝗲𝘁𝗲𝗿𝗻𝗶𝗱𝗮𝗱, 𝘀𝗶 𝗺𝗲 𝗼𝗳𝗿𝗲𝗰𝗲𝘀 𝗮 𝘁𝘂 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿 𝗵𝗶𝗷𝗼" No era una amenaza. No era malicia. Era el precio que revelaba la verdad más cruda del alma humana. Quienes realmente amaban, jamás entregarían a un hijo. Quienes estaban podridos en lo más íntimo de su ser, caerían por su propia elección. Así equilibraba ella el pecado de querer ser eternamente joven sin haber comprendido jamás el valor del tiempo. Porque un hijo, como ella había aprendido incluso en su eterna juventud, es el regalo más puro que el universo puede dar. No importa cómo haya llegado, de qué vientre o cuál historia lo envuelva: una criatura pequeña e inocente es la luz que debe ser protegida, guiada, amada. Ser joven no exime del deber. La belleza no borra las consecuencias. Y por eso, aunque su madre, Hera, la abrazara solo a veces —cuando las nubes del orgullo se disipaban lo suficiente para dejar pasar el amor—, había decidido: 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗹𝗹𝗲𝗴𝗮𝗿𝗮 𝗲𝗹 𝗱𝗶𝗮 𝗲𝗻 𝗾𝘂𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗰𝗿𝗶𝗮𝘁𝘂𝗿𝗮 𝗱𝗲𝗽𝗲𝗻𝗱𝗶𝗲𝗿𝗮 𝗱𝗲 𝗲𝗹𝗹𝗮, 𝘀𝗲𝗿𝗶𝗮 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝗽𝗿𝗼𝘁𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻, 𝘁𝗼𝗱𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘀𝗰𝘂𝗱𝗼, 𝘁𝗼𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝘁𝗲𝗿𝗻𝘂𝗿𝗮. Incluso si el mundo ardía, incluso si el Olimpo colapsaba, esa criatura sería su centro. El amor... había sido efímero. Una caricia breve, una brisa entre los dedos. Le había rozado el alma, apenas lo suficiente como para desearlo más. No lo lamentaba, aunque doliera. Porque esa chispa bastó para despertarle el anhelo de compartir su eternidad no con cualquiera, sino con alguien que supiera sostenerla, celebrarla, multiplicarla. Y así, en la soledad luminosa de su santuario, donde las flores nacían con su aliento y el tiempo se doblaba para danzar con su risa, entendió algo más: 𝗘𝗹𝗹𝗮 𝗶𝗯𝗮 𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘀𝗲𝗴𝘂𝗶𝗿𝗹𝗼. No por capricho. No por venganza. Sino porque cada gesto suyo —cada semilla de esperanza que sembraba sin esperar nada, cada gesto de bondad desinteresada, cada elección por la compasión— era un eco que, tarde o temprano, el universo devolvería. Tal vez en forma de amor. Tal vez en forma de una hija. Tal vez en la risa de un niño que corriera sin miedo hacia ella. Porque ella era Hebe. 𝗟𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗻𝘂𝘁𝗿𝗲. 𝗟𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗿𝗲𝗻𝘂𝗲𝘃𝗮. 𝗟𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗲𝗾𝘂𝗶𝗹𝗶𝗯𝗿𝗮. Y si se atrevía a sembrar bien… la eternidad le devolvería aquello que más anhelaba: una felicidad real, completa, en cada forma posible que la inmortalidad pudiera ofrecer.
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  • Fueron tres guerras que marcaron gran parte de mi adolescencia y los comienzos de mi adultes. La tercera guerra no fue la más cruel, pero sí la más vacía. Ya no luchábamos por recuperar nada. Solo peleábamos para que el silencio no nos tragara por completo. Para no olvidar los nombres.

    Camino entre huesos blanqueados por el sol. Algunos aún llevan restos de estandartes desgarrados, otros nada. Cruzamos este valle hace años. Yo era uno más entre miles. Ahora solo soy uno o quizá alguien mas se salvó. Recuerdo bien la primera. Era joven, torpe aún pensaba que la justicia era una espada brillante y un escudo alto. Creí que luchar era suficiente para proteger. Salí de esa guerra con sangre en las manos y llamas en la mirada.

    La segunda fue peor. Ya no peleábamos por honra, sino por sobrevivir. Vi morir a mi padre con una lanza en el pecho, mientras me gritaba que no lo mirara. No pude obedecerlo.

    Pero fue en la tercera donde realmente morí. Mi reino ya no existía. Sus banderas se habían convertido en cenizas, y sus castillos en polvo. No luchaba por un reino. Luchaba por los fantasmas de uno.
    Me detengo frente a una cruz improvisada. El símbolo de nuestro árbol, tallado torpemente en madera vieja. Mis dedos lo rozan. Aún ardía… aunque ya no quedaba fuego.

    ¿Qué soy ahora? Un caballero sin causa. Un faro apagado. Un recuerdo caminante de una tierra que el mundo decidió olvidar. Pero mientras respire, seguiré nombrando lo que fue. No dejaré que nos borren tan fácil.
    Fueron tres guerras que marcaron gran parte de mi adolescencia y los comienzos de mi adultes. La tercera guerra no fue la más cruel, pero sí la más vacía. Ya no luchábamos por recuperar nada. Solo peleábamos para que el silencio no nos tragara por completo. Para no olvidar los nombres. Camino entre huesos blanqueados por el sol. Algunos aún llevan restos de estandartes desgarrados, otros nada. Cruzamos este valle hace años. Yo era uno más entre miles. Ahora solo soy uno o quizá alguien mas se salvó. Recuerdo bien la primera. Era joven, torpe aún pensaba que la justicia era una espada brillante y un escudo alto. Creí que luchar era suficiente para proteger. Salí de esa guerra con sangre en las manos y llamas en la mirada. La segunda fue peor. Ya no peleábamos por honra, sino por sobrevivir. Vi morir a mi padre con una lanza en el pecho, mientras me gritaba que no lo mirara. No pude obedecerlo. Pero fue en la tercera donde realmente morí. Mi reino ya no existía. Sus banderas se habían convertido en cenizas, y sus castillos en polvo. No luchaba por un reino. Luchaba por los fantasmas de uno. Me detengo frente a una cruz improvisada. El símbolo de nuestro árbol, tallado torpemente en madera vieja. Mis dedos lo rozan. Aún ardía… aunque ya no quedaba fuego. ¿Qué soy ahora? Un caballero sin causa. Un faro apagado. Un recuerdo caminante de una tierra que el mundo decidió olvidar. Pero mientras respire, seguiré nombrando lo que fue. No dejaré que nos borren tan fácil.
    Me entristece
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  • Mi justicia es ciega, más la espada que porto nunca erra.
    Y aunque este ciega, veo el mal que hiciste en esta, en la anterior o próximas eras.
    Pues soy el azote de los corruptos y la esperanza del pueblo, ya que soy
    Juez Jurado y Verdugo
    Mi justicia es ciega, más la espada que porto nunca erra. Y aunque este ciega, veo el mal que hiciste en esta, en la anterior o próximas eras. Pues soy el azote de los corruptos y la esperanza del pueblo, ya que soy Juez Jurado y Verdugo
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ❝ Tara,

    Hoy lo hice, lo tuve frente a mí.
    El hombre al que culpé por tu muerte, el rostro que le puse al infierno que viví desde que te fuiste.
    Y cuando lo tuve esposado, indefenso, sucio en una celda sin salida, supe que no habría marcha atrás; ese era el momento.

    Él intentó hablar. Mintió, como siempre. Negó su mano en tu asesinato, intentó negociar, como si existiera algún trato que me hiciera olvidarte, pero su voz ya no importaba. Lo que dijo, lo que no dijo… ya no valía nada.

    Porque tú estabas muerta.. y él estaba vivo, eso era todo lo que necesitaba.

    Lo hice mirándome a los ojos, sin apuro, sin temblar.
    Sentí cómo la sangre me salpicaba las manos.
    No por odio, no por placer; Lo hice porque tenía que hacerlo.

    Y por un segundo, creí que iba a sentir alivio, que matar al que creí responsable de tu muerte me iba a devolver algo de paz.. pero no llegó.

    El silencio que vino después fue peor que el grito, porque no era el que debía morir, no era él quien sostuvo el cuchillo… y en el fondo, lo sabía.. pero aun así lo hice, porque necesitaba una cara que odiar, porque si no hacía algo, me iba a pudrir por dentro.

    No sé si me miras desde algún lugar, no sé si me odias por lo que me convertí, pero quiero que sepas que tu nombre fue la última palabra en mi mente cuando lo maté.
    No por justicia…
    Por amor.
    Por rabia.
    Por ti.

    Jackson. ❞

    ❝ Tara, Hoy lo hice, lo tuve frente a mí. El hombre al que culpé por tu muerte, el rostro que le puse al infierno que viví desde que te fuiste. Y cuando lo tuve esposado, indefenso, sucio en una celda sin salida, supe que no habría marcha atrás; ese era el momento. Él intentó hablar. Mintió, como siempre. Negó su mano en tu asesinato, intentó negociar, como si existiera algún trato que me hiciera olvidarte, pero su voz ya no importaba. Lo que dijo, lo que no dijo… ya no valía nada. Porque tú estabas muerta.. y él estaba vivo, eso era todo lo que necesitaba. Lo hice mirándome a los ojos, sin apuro, sin temblar. Sentí cómo la sangre me salpicaba las manos. No por odio, no por placer; Lo hice porque tenía que hacerlo. Y por un segundo, creí que iba a sentir alivio, que matar al que creí responsable de tu muerte me iba a devolver algo de paz.. pero no llegó. El silencio que vino después fue peor que el grito, porque no era el que debía morir, no era él quien sostuvo el cuchillo… y en el fondo, lo sabía.. pero aun así lo hice, porque necesitaba una cara que odiar, porque si no hacía algo, me iba a pudrir por dentro. No sé si me miras desde algún lugar, no sé si me odias por lo que me convertí, pero quiero que sepas que tu nombre fue la última palabra en mi mente cuando lo maté. No por justicia… Por amor. Por rabia. Por ti. Jackson. ❞
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  • Neuvia

    GENERAL
    Genshin Impact
    Personaje ||| Personaje
    Navia Caspar ||| Neuvillette

    ¿Canónico?
    Fanón

    Estado de la relación
    Líderes que coordinan/Amistad floreciente

    EN FANDOM

    Tipo
    Het ()

    También conocido como
    Nevia, Navilette, Navillette, Neuvllia, NeuviNavi, NaviNeuvi, ヌヴィナヴィ, ヌヴィレット x ナヴィア, 审玫, 那维莱特 x 娜维娅, 느비예트 x 나비아, ,

    Tropos
    • Pareja alta y perfecta
    • De enemigos a amantes
    • Los opuestos se atraen
    • Pareja inmortal - mortal
    • Pareja poderosa

    Neuvilette a Navia mientras la salva antes de que se disuelva en el Agua del Mar Primordial; Archon Quest Capítulo IV: Acto V - Mascarada de los Culpables.
    Por favor, déjame, señorita Navia, mientras todavía hay tiempo.

    Neuvia es el barco heterosexual entre Navia y Neuvillette del fandom de Genshin Impact .

    Canon
    Tres años antes del inicio del Capítulo I de la Búsqueda del Arconte de Fontaine, Neuvillette, Ludex de Fontaine, presidía el caso del padre de Navia, Callas Caspar. Ante la disyuntiva de un juicio o un duelo, Callas optó por batirse en duelo con Clorinde, la entonces Campeona Duelista. Neuvillette no tenía autoridad para detener el duelo, ya que fue decisión de Calla en lugar de un juicio. El duelo resultó en la muerte de Callas.

    La muerte de Callas y su tilde de "Callas el Infiel" arruinaron la reputación de Spina di Rosula. Siendo hija única de Callas y ya una joven adulta en aquel entonces, Navia se convirtió en la siguiente presidenta de Spina di Rosula y desde entonces se esforzó por esclarecer la verdad y brindarle a su difunto padre la justicia que merecía.

    Durante la Misión del Arconte 4.0, Navia expresó su enojo hacia Neuvillette por no haber podido detener el duelo de Callas con Clorinde, que posteriormente resultó en la muerte de su padre. Al final de la misión del Arconte 4.0, Navia se encontró con Neuvillette mientras este visitaba la tumba de Callas bajo la lluvia torrencial. Durante su conversación, Navia se dio cuenta de que Neuvillette era en realidad una persona severa pero amable, con dificultad para expresar sus emociones. Tras su reconciliación, la lluvia cesó, lo que indica que Neuvillette, considerado el Dragón Hidro, siente felicidad y alivio.

    Las interacciones entre Navia y Neuvillette continuaron en la misión de historia de Neuvillette, en la que ella lo ayudó a resolver un caso relacionado con su pasado. En la misión del Arconte de Fontaine, capítulo IV: acto V - Mascarada del Culpable, había llegado a Poisson para verificar la situación después del desastre; sin embargo, se encontró con el Sota con una gran cantidad de provisiones y le dijo que Navia y el viajero estaban ahora mismo explorando las ruinas, y fue directamente hacia ellos. Mientras tanto, Navia se resbaló de un puente y cayó al agua. Estaba a punto de disolverse en el agua marina primordial mientras estaba en su estado de sueño, pero dos Oceánidas la protegieron el tiempo suficiente para que Neuvillette pudiera salvarla con éxito. Cuando Navia despertó, Neuvillette expresó su alivio de que Navia estuviera bien físicamente y le contó sobre las dos Oceánidas que Navia especuló que eran Melus y Silver, ya que aparecieron en su sueño en la corte llena de oceánidas. Al notar que Navia podría emocionarse al saber que Melus y Silver seguirían protegiéndola incluso después de la muerte, Neuvillette apartó al Viajero y a Paimon para darle espacio a Navia. Era evidente que sentía ansiedad hacia Navia; Paimon incluso notó su tensión, considerando que las emociones no son su fuerte.


    Citas
    Perdón por haberme enojado contigo antes. Así que... eres de esos que son fríos por fuera, pero muy considerados por dentro, ¿eh?
    Navia a Neuvilette; Archon Quest Capítulo II: Acto III - Cuando todos regresan a las aguas

    Lo siento. La autoexpresión no es mi fuerte.
    Respuesta de Neuvilette a Navia; Archon Quest Capítulo II: Acto III - Cuando todos regresan a las aguas

    Lamento decir que después de mis diversas interacciones con ella —como cuando la enfadé sin querer y cuando acepté sus disculpas—, e incluso ahora, a pesar de la culpa que sigo sintiendo por lo que le pasó a su padre, me siento... muy distante de ella, como si observara el cielo estrellado desde el fondo de un lago profundo. No es para nada intencional, y también sé que no es algo que pueda compensar fácilmente. A diferencia del agua, las emociones no se calman rápidamente una vez agitadas, ni tienden naturalmente al equilibrio.
    La línea de voz de Neuvilette sobre Navia

    Ah, cómo describir al señor Neuvilette... Es... complejo, en algunos aspectos, pero muy directo en otros. Supongo que una buena analogía serían los arrecifes rocosos del mar: intentar sortear obstáculos invisibles es un camino accidentado, pero si logras comprender cómo funcionan, empiezas a detectar las señales.
    La línea de voz de Navia sobre Neuvilette


    Fanón
    Los fans ven las líneas de diálogo de Navia Neuvillette en el juego como un pareado y concluyeron que el tema de sus líneas es "Distancia". Sus líneas de diálogo resultaron muy poéticas, ya que Neuvillette describe a Navia como si observara un "cielo estrellado" desde el fondo de un lago profundo, mientras que Navia describe a Neuvillette como "arrecifes rocosos en el mar".

    Durante el evento en línea Macaron Melange, los fans especularon que Navia estaba haciendo macarons en la oficina de Neuvillette debido al mismo sofá azul y las mismas flores azules en un jarrón alto detrás de Navitte que se pueden ver en la oficina de Neuvillette. Para deleite de los fans, unos días después, el arte oficial del cumpleaños de Neuvillette y el chibi en su oficina mostraban las mismas flores azules, pero ahora sobre la mesa y el mismo sofá azul en el arte oficial del evento Macaron Melange de Navia.

    Aunque Navia y Neuvillette comenzaron como dos personas que se malinterpretaban, los fans creen que se están acercando cada vez más tras su reconciliación, su mutuo entendimiento y, en general, con lo sucedido durante las Misiones de los Arcontes de Fontaine. Siguiendo el cliché de enemigos que se convierten en amantes, una amistad creciente y como una pareja de Inmortal y Mortal que son grandes líderes a su manera, los fans no pudieron evitar apoyarlos y esperar que su relación continúe desarrollándose.
    Neuvia GENERAL Genshin Impact Personaje ||| Personaje Navia Caspar ||| Neuvillette ¿Canónico? Fanón Estado de la relación Líderes que coordinan/Amistad floreciente EN FANDOM Tipo Het (♂️➕♀️) También conocido como Nevia, Navilette, Navillette, Neuvllia, NeuviNavi, NaviNeuvi, ヌヴィナヴィ, ヌヴィレット x ナヴィア, 审玫, 那维莱特 x 娜维娅, 느비예트 x 나비아, 🌦️, 💛💙 Tropos • Pareja alta y perfecta • De enemigos a amantes • Los opuestos se atraen • Pareja inmortal - mortal • Pareja poderosa Neuvilette a Navia mientras la salva antes de que se disuelva en el Agua del Mar Primordial; Archon Quest Capítulo IV: Acto V - Mascarada de los Culpables. Por favor, déjame, señorita Navia, mientras todavía hay tiempo. Neuvia es el barco heterosexual entre Navia y Neuvillette del fandom de Genshin Impact . Canon Tres años antes del inicio del Capítulo I de la Búsqueda del Arconte de Fontaine, Neuvillette, Ludex de Fontaine, presidía el caso del padre de Navia, Callas Caspar. Ante la disyuntiva de un juicio o un duelo, Callas optó por batirse en duelo con Clorinde, la entonces Campeona Duelista. Neuvillette no tenía autoridad para detener el duelo, ya que fue decisión de Calla en lugar de un juicio. El duelo resultó en la muerte de Callas. La muerte de Callas y su tilde de "Callas el Infiel" arruinaron la reputación de Spina di Rosula. Siendo hija única de Callas y ya una joven adulta en aquel entonces, Navia se convirtió en la siguiente presidenta de Spina di Rosula y desde entonces se esforzó por esclarecer la verdad y brindarle a su difunto padre la justicia que merecía. Durante la Misión del Arconte 4.0, Navia expresó su enojo hacia Neuvillette por no haber podido detener el duelo de Callas con Clorinde, que posteriormente resultó en la muerte de su padre. Al final de la misión del Arconte 4.0, Navia se encontró con Neuvillette mientras este visitaba la tumba de Callas bajo la lluvia torrencial. Durante su conversación, Navia se dio cuenta de que Neuvillette era en realidad una persona severa pero amable, con dificultad para expresar sus emociones. Tras su reconciliación, la lluvia cesó, lo que indica que Neuvillette, considerado el Dragón Hidro, siente felicidad y alivio. Las interacciones entre Navia y Neuvillette continuaron en la misión de historia de Neuvillette, en la que ella lo ayudó a resolver un caso relacionado con su pasado. En la misión del Arconte de Fontaine, capítulo IV: acto V - Mascarada del Culpable, había llegado a Poisson para verificar la situación después del desastre; sin embargo, se encontró con el Sota con una gran cantidad de provisiones y le dijo que Navia y el viajero estaban ahora mismo explorando las ruinas, y fue directamente hacia ellos. Mientras tanto, Navia se resbaló de un puente y cayó al agua. Estaba a punto de disolverse en el agua marina primordial mientras estaba en su estado de sueño, pero dos Oceánidas la protegieron el tiempo suficiente para que Neuvillette pudiera salvarla con éxito. Cuando Navia despertó, Neuvillette expresó su alivio de que Navia estuviera bien físicamente y le contó sobre las dos Oceánidas que Navia especuló que eran Melus y Silver, ya que aparecieron en su sueño en la corte llena de oceánidas. Al notar que Navia podría emocionarse al saber que Melus y Silver seguirían protegiéndola incluso después de la muerte, Neuvillette apartó al Viajero y a Paimon para darle espacio a Navia. Era evidente que sentía ansiedad hacia Navia; Paimon incluso notó su tensión, considerando que las emociones no son su fuerte. Citas Perdón por haberme enojado contigo antes. Así que... eres de esos que son fríos por fuera, pero muy considerados por dentro, ¿eh? Navia a Neuvilette; Archon Quest Capítulo II: Acto III - Cuando todos regresan a las aguas Lo siento. La autoexpresión no es mi fuerte. Respuesta de Neuvilette a Navia; Archon Quest Capítulo II: Acto III - Cuando todos regresan a las aguas Lamento decir que después de mis diversas interacciones con ella —como cuando la enfadé sin querer y cuando acepté sus disculpas—, e incluso ahora, a pesar de la culpa que sigo sintiendo por lo que le pasó a su padre, me siento... muy distante de ella, como si observara el cielo estrellado desde el fondo de un lago profundo. No es para nada intencional, y también sé que no es algo que pueda compensar fácilmente. A diferencia del agua, las emociones no se calman rápidamente una vez agitadas, ni tienden naturalmente al equilibrio. La línea de voz de Neuvilette sobre Navia Ah, cómo describir al señor Neuvilette... Es... complejo, en algunos aspectos, pero muy directo en otros. Supongo que una buena analogía serían los arrecifes rocosos del mar: intentar sortear obstáculos invisibles es un camino accidentado, pero si logras comprender cómo funcionan, empiezas a detectar las señales. La línea de voz de Navia sobre Neuvilette Fanón Los fans ven las líneas de diálogo de Navia Neuvillette en el juego como un pareado y concluyeron que el tema de sus líneas es "Distancia". Sus líneas de diálogo resultaron muy poéticas, ya que Neuvillette describe a Navia como si observara un "cielo estrellado" desde el fondo de un lago profundo, mientras que Navia describe a Neuvillette como "arrecifes rocosos en el mar". Durante el evento en línea Macaron Melange, los fans especularon que Navia estaba haciendo macarons en la oficina de Neuvillette debido al mismo sofá azul y las mismas flores azules en un jarrón alto detrás de Navitte que se pueden ver en la oficina de Neuvillette. Para deleite de los fans, unos días después, el arte oficial del cumpleaños de Neuvillette y el chibi en su oficina mostraban las mismas flores azules, pero ahora sobre la mesa y el mismo sofá azul en el arte oficial del evento Macaron Melange de Navia. Aunque Navia y Neuvillette comenzaron como dos personas que se malinterpretaban, los fans creen que se están acercando cada vez más tras su reconciliación, su mutuo entendimiento y, en general, con lo sucedido durante las Misiones de los Arcontes de Fontaine. Siguiendo el cliché de enemigos que se convierten en amantes, una amistad creciente y como una pareja de Inmortal y Mortal que son grandes líderes a su manera, los fans no pudieron evitar apoyarlos y esperar que su relación continúe desarrollándose.
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