• Al amanecer, cuando la niebla aún serpenteaba entre los troncos. El crujir de las hojas bajo nuestras botas marcaba nuestro andar mientras nos internamos en el bosque de Galdareth. Éramos seis. Cuatro escoltas, hombres endurecidos por el acero y el silencio, y dos comerciantes que portaban más miedo que mercancía.

    Galdareth no es un simple bosque, es un umbral entre lo civilizado y lo olvidado, los árboles son tan antiguos que sus raíces cuentan historias mas antiguas que cualquier libro. Cada sombra al borde del sendero parecía observarnos, no hablábamos mucho. En tierras como estas, el sonido puede ser una invitación no deseada.

    Por momentos, sentía que algo caminaba paralelo a nosotros, más allá del follaje. Pero nada se mostraba, o por lo menos no en ese momento. Uno de los mercaderes, un joven de rostro delgado llamado Therrik, intentó romper el silencio con historias de su aldea y la paga que recibiría. Le sonreí, yo también pensaba en monedas, aunque no por codicia. Cada pieza me ayudaba a mantener una vida decente.

    Al mediodía, nos detuvimos junto a un arroyo para beber agua. Fue entonces cuando oí el silbido, pero no era el viento, sino de flechas. Una emboscada. Bandoleros, cinco o seis, tal vez más, salieron de entre la maleza como lobos hambrientos. No hubo tiempo para dudas, por lo que desenvaine mi espada en el acto. El combate fue breve pero feroz, por suerte solo uno de los escoltas cayó, y otro resultó herido, pero mantuvimos la formación. Mi acero halló dos gargantas enemigas antes de que la batalla concluyera. Los bandidos huyeron al verse superados, pero no los perseguimos, la misión era proteger, no cazar.

    Al caer la tarde, seguimos nuestro camino, más alertas y más silenciosos. El bosque parecía menos denso tras el combate, parecía reconocer la sangre que ofrecimos. Y entonces sentí de nuevo ese peso en el pecho, a pesar de no conocer mucho a mis camaradas, siempre era dificil ver morir a uno.

    Por la noche ya cruzabamos el umbral del bosque y llegaremos a Mirhollow. Lo logramos sin más sobresaltos. La suerte rara vez camina cerca cuando estoy en medio.
    Al amanecer, cuando la niebla aún serpenteaba entre los troncos. El crujir de las hojas bajo nuestras botas marcaba nuestro andar mientras nos internamos en el bosque de Galdareth. Éramos seis. Cuatro escoltas, hombres endurecidos por el acero y el silencio, y dos comerciantes que portaban más miedo que mercancía. Galdareth no es un simple bosque, es un umbral entre lo civilizado y lo olvidado, los árboles son tan antiguos que sus raíces cuentan historias mas antiguas que cualquier libro. Cada sombra al borde del sendero parecía observarnos, no hablábamos mucho. En tierras como estas, el sonido puede ser una invitación no deseada. Por momentos, sentía que algo caminaba paralelo a nosotros, más allá del follaje. Pero nada se mostraba, o por lo menos no en ese momento. Uno de los mercaderes, un joven de rostro delgado llamado Therrik, intentó romper el silencio con historias de su aldea y la paga que recibiría. Le sonreí, yo también pensaba en monedas, aunque no por codicia. Cada pieza me ayudaba a mantener una vida decente. Al mediodía, nos detuvimos junto a un arroyo para beber agua. Fue entonces cuando oí el silbido, pero no era el viento, sino de flechas. Una emboscada. Bandoleros, cinco o seis, tal vez más, salieron de entre la maleza como lobos hambrientos. No hubo tiempo para dudas, por lo que desenvaine mi espada en el acto. El combate fue breve pero feroz, por suerte solo uno de los escoltas cayó, y otro resultó herido, pero mantuvimos la formación. Mi acero halló dos gargantas enemigas antes de que la batalla concluyera. Los bandidos huyeron al verse superados, pero no los perseguimos, la misión era proteger, no cazar. Al caer la tarde, seguimos nuestro camino, más alertas y más silenciosos. El bosque parecía menos denso tras el combate, parecía reconocer la sangre que ofrecimos. Y entonces sentí de nuevo ese peso en el pecho, a pesar de no conocer mucho a mis camaradas, siempre era dificil ver morir a uno. Por la noche ya cruzabamos el umbral del bosque y llegaremos a Mirhollow. Lo logramos sin más sobresaltos. La suerte rara vez camina cerca cuando estoy en medio.
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Noctis

    Noctis es un joven universitario con la mirada perdida entre libros, auriculares y pensamientos que no siempre comparte. Reservado pero magnético, hay algo en su forma de estar en el mundo que atrapa sin necesidad de esfuerzo. Vive entre clases, playlists cuidadosamente curadas y noches que se sienten más largas de lo que deberían. No siempre habla mucho, pero cuando lo hace, deja huella.


    ㅤㅤㅤㅤㅤ Johnny Storm

    Johnny Storm es fuego en estado puro—literal y figuradamente. Carismático, impulsivo y con una sonrisa que podría encender una sala antes de que use sus poderes. Miembro de los 4 Fantásticos, piloto temerario y celebridad de nacimiento, vive entre el heroísmo y la adrenalina, siempre al borde del siguiente reto… o del siguiente escándalo. Porque cuando eres la Antorcha Humana, apagarte nunca es una opción.


    ㅤㅤㅤㅤㅤ [ripple_salmon_buffalo_662]

    Aurora Salvatore es el rostro implacable detrás de una de las empresas familiares más influyentes del país. Casada con un hombre de poder, madre de dos hijas y CEO por mérito propio, domina el mundo corporativo con elegancia y mano firme. De voz suave pero mirada afilada, no deja nada al azar… salvo alguna que otra invitación que, si despierta su interés, podría aceptar con una media sonrisa y una copa en mano.


    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


    Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil:


    Normas básicas de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines 


    Guías y miniguías para no perderse:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 


    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
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    Directorios para encontrar rol y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS  
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    Consejos para mejorar escritura y narración
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor 


    ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción!


    #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [solar_fuchsia_raven_299] Noctis es un joven universitario con la mirada perdida entre libros, auriculares y pensamientos que no siempre comparte. Reservado pero magnético, hay algo en su forma de estar en el mundo que atrapa sin necesidad de esfuerzo. Vive entre clases, playlists cuidadosamente curadas y noches que se sienten más largas de lo que deberían. No siempre habla mucho, pero cuando lo hace, deja huella. ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [ember_sapphire_octopus_834] Johnny Storm es fuego en estado puro—literal y figuradamente. Carismático, impulsivo y con una sonrisa que podría encender una sala antes de que use sus poderes. Miembro de los 4 Fantásticos, piloto temerario y celebridad de nacimiento, vive entre el heroísmo y la adrenalina, siempre al borde del siguiente reto… o del siguiente escándalo. Porque cuando eres la Antorcha Humana, apagarte nunca es una opción. ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [ripple_salmon_buffalo_662] Aurora Salvatore es el rostro implacable detrás de una de las empresas familiares más influyentes del país. Casada con un hombre de poder, madre de dos hijas y CEO por mérito propio, domina el mundo corporativo con elegancia y mano firme. De voz suave pero mirada afilada, no deja nada al azar… salvo alguna que otra invitación que, si despierta su interés, podría aceptar con una media sonrisa y una copa en mano. 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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  • 𝘗𝘢𝘳𝘦𝘤𝘦𝘴 𝘶𝘯 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘪𝘥𝘰...
    Fandom Harry Potter
    Categoría Acción

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ... ¿𝘕𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤꮪꭲꭺꭱꭲꭼꭱ ꮲꭺꭱꭺ Diego Alejandro De La Vega

    Puede que aquello fuera el karma.
    Había abandonado a Cameron poco tiempo después de prometerse, por puro y duro miedo, y ahora Brandon con quien volvía a estaba prometida, de quien era el anillo que lucía en su mano, estaba cada vez más alejado de ella, mas perdido en su propio mundo, un mundo al que ella al parecer no estaba invitada. Y no sabía cómo hacerle volver.
    Si, claramente podia ser el karma, y si era así, no tenía opción de réplica. Ella había sido una mala persona, se había comportado mal con Keane, y ahora pagaba sus consecuencias.
    Haber actuado así de mal por miedo no la excusaba, y lo sabía.

    Aquel día, otro en el que se despertaba sola en la casa que Birdwhistle y ella compartían, había decidido salir de allí. No iba a quedarse esperando un día mas, no iba a poner sus esperanzas en que Brandon volviera cuando sabía a ciencia cierta que no lo haría. Seguramente ni si quiera estaba en el país. De modo que no tarda en dejar atrás aquella casa vacía, solitaria y fría y presentarse sin avisar en la de sus padres. Allí también podría no haber nadie, también podría estar sola, pero aquella casa era su hogar…

    Al final es su madre quien termina por darle la bienvenida a pesar de que tenía visita. La joven bruja abraza a su madre, sonriendo y ocultando su pesar, y después saluda a Ignacia Salvatierra, una mujer que hacia demasiado tiempo que no veía y la cual estaba realmente encantada de verla.

    — Tu madre y yo nos mantenemos al día cielo, pero siempre es un gusto verte en persona, y no en fotos que no te hacen justicia, estas preciosa, Danielle, querida.

    — Muchas gracias Ignacia, de veras, yo también me alegro de verla.

    — Enhorabuena por cierto, tu madre me ha dicho que estas comprometida… — la mujer más mayor no se corta y toma la mano de la bruja para observar el anillo antes de añadir. — Esperaremos ansiosos la invitación querida.

    Perfecto, ahora tenía como mínimo dos personas más que añadir a una lista de bodas que no hacía más que coger polvo en un cajón de su escritorio ante la inoperancia de Brandon frente a ese tema.

    — Pues claro, estan más que invitados, usted, su marido, y Diego con toda la familia, ¿Qué es de él? ¿Ya es abuela?

    Si la buena Ignacia no tenía ningún tipo de filtro o reparo en meterse en su vida, suponía que ella podia pagarle con la misma moneda, pero el rostro de la mujer se ensombrece en respuesta y Danielle no espera lo que la invitada de su madre le cuenta.

    >> ¿Debería dejar una nota? Suponía que sí. De modo que garabatea en un papel que deja pegado en el frigorífico unas palabras realmente escuetas “M𝑒 𝑣o𝑦 𝑑e v𝑖a𝑗e, 𝑛o𝑠 𝑣e𝑚o𝑠 𝑎 𝑙a v𝑢e𝑙t𝑎. D.F”
    Y sin más preámbulos Danielle desaparece de su casa, con una pequeña maleta en la mano, una dirección en la contraria y la idea de reencontrarse con un viejo amigo.
    El Ministerio de Magia era un caos de personas yendo y viniendo, pero por suerte en poco más de un par de horas (no había demasiadas solicitudes para viajar en ese momento), Danielle estaba frente al traslador que la iba a llevar hasta el departamento homónimo del MACUSA en Estados Unidos.

    Mientras bajaba los escalones de la entrada del MACUSA en su mente repasaba las indicaciones que le habían facilitado para llegar a su destino, y sus pasos no vacilan hasta llegar a frente a la puerta del despacho.
    Por suerte, de nuevo, para ella, llegaba en horario laboral de modo que empuja la puerta.

    — Bienvenida… ¿Cuál es su nombre? ¿Tiene cita?

    — Lo cierto es que no, pero buscaba al señor De La Vega.

    — Lo siento pero el señor De La Vega no atiende sin cita previa.

    — Soy una vieja amiga, no vengo por trabajo…

    — Bueno, pues entonces espere a que termine y listo.

    Danielle fulmina a aquella impertinente bruja con la mirada, no le había caído bien desde un principio, desde que había escuchado su desagradable y aguda vocecilla, de modo que la esquiva, a ella a su mesa, y abre la puerta del despacho de Diego sin ningún preámbulo, llamada o anuncio.

    — ¿No le ha dicho mi secretaria que no atiendo sin cita previa?

    — ¿Ni si quiera a mí, Diego? ¿Esa es manera de tratar a los viejos amigos?


    𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 Hope Mikaelson ‼AU
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ... ¿𝘕𝘦𝘤𝘦𝘴𝘪𝘵𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘦? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤꮪꭲꭺꭱꭲꭼꭱ ꮲꭺꭱꭺ [THER0GUEAUROR] Puede que aquello fuera el karma. Había abandonado a Cameron poco tiempo después de prometerse, por puro y duro miedo, y ahora Brandon con quien volvía a estaba prometida, de quien era el anillo que lucía en su mano, estaba cada vez más alejado de ella, mas perdido en su propio mundo, un mundo al que ella al parecer no estaba invitada. Y no sabía cómo hacerle volver. Si, claramente podia ser el karma, y si era así, no tenía opción de réplica. Ella había sido una mala persona, se había comportado mal con Keane, y ahora pagaba sus consecuencias. Haber actuado así de mal por miedo no la excusaba, y lo sabía. Aquel día, otro en el que se despertaba sola en la casa que Birdwhistle y ella compartían, había decidido salir de allí. No iba a quedarse esperando un día mas, no iba a poner sus esperanzas en que Brandon volviera cuando sabía a ciencia cierta que no lo haría. Seguramente ni si quiera estaba en el país. De modo que no tarda en dejar atrás aquella casa vacía, solitaria y fría y presentarse sin avisar en la de sus padres. Allí también podría no haber nadie, también podría estar sola, pero aquella casa era su hogar… Al final es su madre quien termina por darle la bienvenida a pesar de que tenía visita. La joven bruja abraza a su madre, sonriendo y ocultando su pesar, y después saluda a Ignacia Salvatierra, una mujer que hacia demasiado tiempo que no veía y la cual estaba realmente encantada de verla. — Tu madre y yo nos mantenemos al día cielo, pero siempre es un gusto verte en persona, y no en fotos que no te hacen justicia, estas preciosa, Danielle, querida. — Muchas gracias Ignacia, de veras, yo también me alegro de verla. — Enhorabuena por cierto, tu madre me ha dicho que estas comprometida… — la mujer más mayor no se corta y toma la mano de la bruja para observar el anillo antes de añadir. — Esperaremos ansiosos la invitación querida. Perfecto, ahora tenía como mínimo dos personas más que añadir a una lista de bodas que no hacía más que coger polvo en un cajón de su escritorio ante la inoperancia de Brandon frente a ese tema. — Pues claro, estan más que invitados, usted, su marido, y Diego con toda la familia, ¿Qué es de él? ¿Ya es abuela? Si la buena Ignacia no tenía ningún tipo de filtro o reparo en meterse en su vida, suponía que ella podia pagarle con la misma moneda, pero el rostro de la mujer se ensombrece en respuesta y Danielle no espera lo que la invitada de su madre le cuenta. >> ¿Debería dejar una nota? Suponía que sí. De modo que garabatea en un papel que deja pegado en el frigorífico unas palabras realmente escuetas “M𝑒 𝑣o𝑦 𝑑e v𝑖a𝑗e, 𝑛o𝑠 𝑣e𝑚o𝑠 𝑎 𝑙a v𝑢e𝑙t𝑎. D.F” Y sin más preámbulos Danielle desaparece de su casa, con una pequeña maleta en la mano, una dirección en la contraria y la idea de reencontrarse con un viejo amigo. El Ministerio de Magia era un caos de personas yendo y viniendo, pero por suerte en poco más de un par de horas (no había demasiadas solicitudes para viajar en ese momento), Danielle estaba frente al traslador que la iba a llevar hasta el departamento homónimo del MACUSA en Estados Unidos. Mientras bajaba los escalones de la entrada del MACUSA en su mente repasaba las indicaciones que le habían facilitado para llegar a su destino, y sus pasos no vacilan hasta llegar a frente a la puerta del despacho. Por suerte, de nuevo, para ella, llegaba en horario laboral de modo que empuja la puerta. — Bienvenida… ¿Cuál es su nombre? ¿Tiene cita? — Lo cierto es que no, pero buscaba al señor De La Vega. — Lo siento pero el señor De La Vega no atiende sin cita previa. — Soy una vieja amiga, no vengo por trabajo… — Bueno, pues entonces espere a que termine y listo. Danielle fulmina a aquella impertinente bruja con la mirada, no le había caído bien desde un principio, desde que había escuchado su desagradable y aguda vocecilla, de modo que la esquiva, a ella a su mesa, y abre la puerta del despacho de Diego sin ningún preámbulo, llamada o anuncio. — ¿No le ha dicho mi secretaria que no atiendo sin cita previa? — ¿Ni si quiera a mí, Diego? ¿Esa es manera de tratar a los viejos amigos? 𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 [thetribrid]
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  • Mistorioso ser
    Fandom cualquiera
    Categoría Slice of Life
    Había paz… pero de la frágil. De esa que se sostiene con clavos torcidos y rezos a medias. Heracles lo notó en cuanto pisó la aldea. Nadie gritaba. Nadie reía. Solo miradas bajadas y puertas entrecerradas. Ese silencio no era descanso. Era miedo.

    Se quitó el manto, sacudido por la escarcha, y lo colgó en la viga del albergue. Su silueta imponente llenó el marco de la entrada mientras caminaba al fuego común. Nadie habló, pero más de un niño lo observó desde detrás de los brazos de sus madres.

    Una anciana le ofreció pan. Él asintió, lo tomó con respeto y se sentó, sin palabra alguna. Su presencia no era ruidosa, pero pesaba como una promesa.

    —Dicen que eres Heracles —murmuró un joven herrero, finalmente, desde una esquina—. Que derrotaste a la hidra… que has caminado por el Inframundo y vuelto.

    Heracles alzó la mirada. Sus ojos no tenían soberbia. Solo cansancio, paciencia… y una voluntad inquebrantable.

    —He hecho muchas cosas. Pero ahora estoy aquí. ¿Qué amenaza esta tierra?

    Un anciano se aclaró la voz. —Hay algo… en los bosques. Algo que no teme ni al fuego ni al acero. Ha estado acechando el límite del valle. Nos quita animales. A uno le quitó el hijo.

    El héroe asintió con calma. No pidió más detalles. Se puso de pie, y al tomar su maza, el silencio de la sala se hizo reverente. Él no necesitaba jactarse. Su sola decisión de ayudar hablaba más que cien gestas.

    —Si aún vive, lo traeré. Si no... haré que no vuelva a ocurrir.

    Caminó hacia la salida, la niebla empezando a abrirse con sus pasos.

    Pero se detuvo.

    Giró levemente la cabeza, como si hubiera notado algo. Alguien.

    Sus ojos se clavaron en quien acababa de llegar. Un rostro nuevo entre tanta sombra.

    —¿Tú también has venido a ayudar… o solo a mirar cómo me adentro solo en la oscuridad?

    Su tono no fue hostil. Fue una invitación. Un reconocimiento.

    Porque incluso los héroes más grandes saben cuándo compartir el peso de una causa.
    Había paz… pero de la frágil. De esa que se sostiene con clavos torcidos y rezos a medias. Heracles lo notó en cuanto pisó la aldea. Nadie gritaba. Nadie reía. Solo miradas bajadas y puertas entrecerradas. Ese silencio no era descanso. Era miedo. Se quitó el manto, sacudido por la escarcha, y lo colgó en la viga del albergue. Su silueta imponente llenó el marco de la entrada mientras caminaba al fuego común. Nadie habló, pero más de un niño lo observó desde detrás de los brazos de sus madres. Una anciana le ofreció pan. Él asintió, lo tomó con respeto y se sentó, sin palabra alguna. Su presencia no era ruidosa, pero pesaba como una promesa. —Dicen que eres Heracles —murmuró un joven herrero, finalmente, desde una esquina—. Que derrotaste a la hidra… que has caminado por el Inframundo y vuelto. Heracles alzó la mirada. Sus ojos no tenían soberbia. Solo cansancio, paciencia… y una voluntad inquebrantable. —He hecho muchas cosas. Pero ahora estoy aquí. ¿Qué amenaza esta tierra? Un anciano se aclaró la voz. —Hay algo… en los bosques. Algo que no teme ni al fuego ni al acero. Ha estado acechando el límite del valle. Nos quita animales. A uno le quitó el hijo. El héroe asintió con calma. No pidió más detalles. Se puso de pie, y al tomar su maza, el silencio de la sala se hizo reverente. Él no necesitaba jactarse. Su sola decisión de ayudar hablaba más que cien gestas. —Si aún vive, lo traeré. Si no... haré que no vuelva a ocurrir. Caminó hacia la salida, la niebla empezando a abrirse con sus pasos. Pero se detuvo. Giró levemente la cabeza, como si hubiera notado algo. Alguien. Sus ojos se clavaron en quien acababa de llegar. Un rostro nuevo entre tanta sombra. —¿Tú también has venido a ayudar… o solo a mirar cómo me adentro solo en la oscuridad? Su tono no fue hostil. Fue una invitación. Un reconocimiento. Porque incluso los héroes más grandes saben cuándo compartir el peso de una causa.
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  • Cuando la nieve apaga la magia

    Akane apenas comenzaba a dominar su transformación de Ogresa Demonio. Con ella, ganaba fuerza y resistencia, pero su juventud le impedía sostenerla por mucho tiempo sin agotarse. Sin embargo, su emoción solía nublar su juicio. Cuando recibió la invitación de sus amigos para una reunión, no dudó en aceptar, aunque sus madres Sasha Ishtar y Yuna Qᵘᵉᵉⁿ Ishtar le prohibieron salir debido a la fuerte nevada. Pero, como cualquier niña decidida, Akane no iba a dejar que un poco de frío arruinara sus planes. En cuanto encontró una oportunidad, escapó de casa, confiando en que su transformación híbrida la protegería del clima gélido.

    Al principio, todo parecía ir bien, con cada paso sobre la nieve, sentía que su cuerpo resistía el frío. Pero pronto, la fatiga comenzó a ganar terreno. Sus fuerzas flaquearon, su respiración se volvió pesada, y sin darse cuenta, perdió su transformación. Su cuerpo volvió a su forma infantil, frágil frente al invierno implacable. El frío la envolvió como una sombra helada, y antes de que pudiera reaccionar, sus piernas cedieron y cayó de rodillas en la nieve.

    Con el último aliento que le quedaba, Akane intentó llamar a sus madres, pero su voz apenas era un susurro que se desvanecía con el viento helado. Sus párpados se cerraron lentamente, la nieve cubriendo su pequeño cuerpo mientras el mundo comenzaba a desdibujarse a su alrededor.


    Cuando la nieve apaga la magia Akane apenas comenzaba a dominar su transformación de Ogresa Demonio. Con ella, ganaba fuerza y resistencia, pero su juventud le impedía sostenerla por mucho tiempo sin agotarse. Sin embargo, su emoción solía nublar su juicio. Cuando recibió la invitación de sus amigos para una reunión, no dudó en aceptar, aunque sus madres [SashaIshtar] y [Yuna_Ishtar] le prohibieron salir debido a la fuerte nevada. Pero, como cualquier niña decidida, Akane no iba a dejar que un poco de frío arruinara sus planes. En cuanto encontró una oportunidad, escapó de casa, confiando en que su transformación híbrida la protegería del clima gélido. Al principio, todo parecía ir bien, con cada paso sobre la nieve, sentía que su cuerpo resistía el frío. Pero pronto, la fatiga comenzó a ganar terreno. Sus fuerzas flaquearon, su respiración se volvió pesada, y sin darse cuenta, perdió su transformación. Su cuerpo volvió a su forma infantil, frágil frente al invierno implacable. El frío la envolvió como una sombra helada, y antes de que pudiera reaccionar, sus piernas cedieron y cayó de rodillas en la nieve. Con el último aliento que le quedaba, Akane intentó llamar a sus madres, pero su voz apenas era un susurro que se desvanecía con el viento helado. Sus párpados se cerraron lentamente, la nieve cubriendo su pequeño cuerpo mientras el mundo comenzaba a desdibujarse a su alrededor.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Invitación para el fandom de supernatural.

    Si desean un espíritu vengativo a que dar caza para una pequeña historia, aquí estoy, hasta ya pensé en la posible trama qué inicia todo.
    Invitación para el fandom de supernatural. Si desean un espíritu vengativo a que dar caza para una pequeña historia, aquí estoy, hasta ya pensé en la posible trama qué inicia todo.
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  • Similia Similibus Percipiuntur
    Fandom OC
    Categoría Otros
             ────────────────────┐
             𝗰𝗼𝗻: Anya Tarasova
           └────────────────────

    El aire olía a sal, metal viejo, y gasolina derramada, mezclado con la notable humedad del puerto nocturno. El cigarrillo a medio consumir entre sus dedos anillados, ardiendo con un brillo tenue cada vez que inhalaba. De pie junto a una de las columnas del almacén, con su figura apenas delineada por el reflejo a contraluz, barría lentamente la zona con la mirada calculada, sin perder detalle.

    Las cajas iban y venían, los muchachos hablaban entre ellos, otro par anotaba stock… como de costumbre. No veía la hora de que operativo acabase rápido, así podría volver a su hotel. Escaneó la escena una vez más antes de acomodar su abrigo. Casi diría que no había nada fuera de lo normal, de no ser por una cara en particular que le llamaba la atención. Entre todas que le resultaban conocidas, era la primera vez que veía la de ella.

    Su olfato le dijo que algo olía raro. Más allá de la lejana peste a alga marina, eran sus movimientos controlados, de precisión quirúrgica, su postura limpia, y esa energía... particular. Supo que lo semejante reconoce lo semejante, y se dedicó a continuar con su turno, observando en silencio. Aún no sabía qué conclusiones sacar.

    Fue recién mientras estaban realizando el conteo final de la mercancía que decidió acercarse. Exhaló con parsimonia, dejando una estela de humo detrás.
    —Primera vez que te veo por aquí —murmuró, su tono plano, sin filo ni cortesía, simplemente una afirmación.

    Sus ojos, oscuros como obsidiana, se posaron fijos en ella, manteniendo una mirada que la estudiaba con tranquilidad. No era su intención darse a entender como amenaza. Retiró su caja medio vacía de cigarrillos fuera del bolsillo interior de su abrigo, extendiéndola en dirección de la dama sin romper el contacto visual.

    —¿Fumas?

    La palabra quedó suspendida en el aire denso del almacén mientras aguardaba pacientemente. Era una invitación a tener una charla casual mientras terminaba el operativo, claro que sí. Pero también era una excusa para consentir su curiosidad.
             ────────────────────┐          𝗰𝗼𝗻: [flare_amethyst_wolf_903]        └──────────────────── El aire olía a sal, metal viejo, y gasolina derramada, mezclado con la notable humedad del puerto nocturno. El cigarrillo a medio consumir entre sus dedos anillados, ardiendo con un brillo tenue cada vez que inhalaba. De pie junto a una de las columnas del almacén, con su figura apenas delineada por el reflejo a contraluz, barría lentamente la zona con la mirada calculada, sin perder detalle. Las cajas iban y venían, los muchachos hablaban entre ellos, otro par anotaba stock… como de costumbre. No veía la hora de que operativo acabase rápido, así podría volver a su hotel. Escaneó la escena una vez más antes de acomodar su abrigo. Casi diría que no había nada fuera de lo normal, de no ser por una cara en particular que le llamaba la atención. Entre todas que le resultaban conocidas, era la primera vez que veía la de ella. Su olfato le dijo que algo olía raro. Más allá de la lejana peste a alga marina, eran sus movimientos controlados, de precisión quirúrgica, su postura limpia, y esa energía... particular. Supo que lo semejante reconoce lo semejante, y se dedicó a continuar con su turno, observando en silencio. Aún no sabía qué conclusiones sacar. Fue recién mientras estaban realizando el conteo final de la mercancía que decidió acercarse. Exhaló con parsimonia, dejando una estela de humo detrás. —Primera vez que te veo por aquí —murmuró, su tono plano, sin filo ni cortesía, simplemente una afirmación. Sus ojos, oscuros como obsidiana, se posaron fijos en ella, manteniendo una mirada que la estudiaba con tranquilidad. No era su intención darse a entender como amenaza. Retiró su caja medio vacía de cigarrillos fuera del bolsillo interior de su abrigo, extendiéndola en dirección de la dama sin romper el contacto visual. —¿Fumas? La palabra quedó suspendida en el aire denso del almacén mientras aguardaba pacientemente. Era una invitación a tener una charla casual mientras terminaba el operativo, claro que sí. Pero también era una excusa para consentir su curiosidad.
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  • Decidiste enterrar tus demonios…

    Qué idea tan tierna.

    Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación.

    Para mí.

    Porque no los mataste… solo los concentraste.

    Y yo…

    Escucho los gritos que intentas ocultar.
    Los siento.
    Los saboreo.

    Tus demonios labraron el camino.
    Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo.

    Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel.

    ¿No querías volver a verlos?

    Pues mírame.
    Siénteme.

    Soy todos ellos.

    Y más.
    Decidiste enterrar tus demonios… Qué idea tan tierna. Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación. Para mí. Porque no los mataste… solo los concentraste. Y yo… Escucho los gritos que intentas ocultar. Los siento. Los saboreo. Tus demonios labraron el camino. Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo. Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel. ¿No querías volver a verlos? Pues mírame. Siénteme. Soy todos ellos. Y más.
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  • Esta noche se nota será muy refrescante.... serías tan amabie de aceptar mi invitación, y relajarnos?
    Esta noche se nota será muy refrescante.... serías tan amabie de aceptar mi invitación, y relajarnos?
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  • Ojalá tener tanta suerte como encontrarse una vasija llena de oro de duende.

    Te doy 3 pistas para encontarlas:

    -Tener una buena capacidad de adaptación a los cambios.
    - Ser pacientes y sinceros.
    - Y sobre todo tener un alto gusto por vestir bien.

    ¿Qué tiene que ver todo eso con el oro y el duende?
    Pues esto es una invitación a visitar la tienda Darmer, donde los diseños de ropa son únicos e originales. Al final de tu compra te darán una minimoneda de oro coleccionable traído directo de Irlanda.

    Solo válido a los 10 primeros compradores. No desaproveche la oportunidad de conseguir un amuleto de la suerte.

    Calle San Barquier, 675

    Colección de primavera: Vestido floreado Maggie, abrigo largo de rayas Montero.
    Ojalá tener tanta suerte como encontrarse una vasija llena de oro de duende. Te doy 3 pistas para encontarlas: -Tener una buena capacidad de adaptación a los cambios. - Ser pacientes y sinceros. - Y sobre todo tener un alto gusto por vestir bien. ¿Qué tiene que ver todo eso con el oro y el duende? Pues esto es una invitación a visitar la tienda Darmer, donde los diseños de ropa son únicos e originales. Al final de tu compra te darán una minimoneda de oro coleccionable traído directo de Irlanda. Solo válido a los 10 primeros compradores. No desaproveche la oportunidad de conseguir un amuleto de la suerte. Calle San Barquier, 675 Colección de primavera: Vestido floreado Maggie, abrigo largo de rayas Montero.
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