Bienvenidos sean todos está noche, bienvenidos sean al baile con la muerte, bienvenidos sean al terror.
—¡Feliz día de los sustos! —exclamé, recibiendo a los invitados del baile mientras abría las puertas de par en par.
Algunos subieron las escaleras de la entrada con máscaras y disfraces de todos gustos y colores, algunos lindos, algunos escalofriantes.
Todos estaban invitados a la fiesta, para la gente de la universidad, había dejado papeles en casilleros y en el tablón de anuncios, para la gente de la ciudad, había dejado carteles en los postes de luz.
Los disfraces eran obligatorios. Eso sí.
La casa se encontraba al final de la calle principal, en una colina, aunque más que casa, parecía una mansión embrujada, decorada por fuera, con música sonando a todo dar, y dos pisos disponibles para la fiesta.
La mansión de los Gold estaba rodeada por un bosque que se mantenía lugubre y neblinoso todo el año, pero más en otoño.
Había un letrero a la orilla de la carretera al salir de la ciudad y encaminarse a la colina hacia la casa que rezaba:
"Cuidado, peligro."
Había un pequeño letrero a un lado.
"Entre bajo su propio riesgo, el guardabosques hace rondines cada lunes."
"Números de contacto: 2220014..."
Por la cantidad de tiempo que llevaba ese letrero mohoso, los números de ayuda no estaban completos y al dar unos pasos dentro del bosque, la señal era casi nula.
La invitación a la fiesta en la casa de los Gold era sencilla, la había hecho yo misma, escondí todo lo que pudiera ser de valor, y cerré puertas que podrían perder a los desconocidos.
°°°~~°°°~~°°°~~°°°~~°°°~~°°°~~°°°~~°°°~~
¡BIENVENIDOS SEAN TODOS!
Este es un tema que se me ocurrió mientras lo escribía, no tengo nada planeado así que siéntete libre de contestar lo que gustes y rolear en la zona que gustes, ya sea dentro de la casa o en el bosque o en los alrededores.
¡Gracias por leer!
—¡Feliz día de los sustos! —exclamé, recibiendo a los invitados del baile mientras abría las puertas de par en par.
Algunos subieron las escaleras de la entrada con máscaras y disfraces de todos gustos y colores, algunos lindos, algunos escalofriantes.
Todos estaban invitados a la fiesta, para la gente de la universidad, había dejado papeles en casilleros y en el tablón de anuncios, para la gente de la ciudad, había dejado carteles en los postes de luz.
Los disfraces eran obligatorios. Eso sí.
La casa se encontraba al final de la calle principal, en una colina, aunque más que casa, parecía una mansión embrujada, decorada por fuera, con música sonando a todo dar, y dos pisos disponibles para la fiesta.
La mansión de los Gold estaba rodeada por un bosque que se mantenía lugubre y neblinoso todo el año, pero más en otoño.
Había un letrero a la orilla de la carretera al salir de la ciudad y encaminarse a la colina hacia la casa que rezaba:
"Cuidado, peligro."
Había un pequeño letrero a un lado.
"Entre bajo su propio riesgo, el guardabosques hace rondines cada lunes."
"Números de contacto: 2220014..."
Por la cantidad de tiempo que llevaba ese letrero mohoso, los números de ayuda no estaban completos y al dar unos pasos dentro del bosque, la señal era casi nula.
La invitación a la fiesta en la casa de los Gold era sencilla, la había hecho yo misma, escondí todo lo que pudiera ser de valor, y cerré puertas que podrían perder a los desconocidos.
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¡BIENVENIDOS SEAN TODOS!
Este es un tema que se me ocurrió mientras lo escribía, no tengo nada planeado así que siéntete libre de contestar lo que gustes y rolear en la zona que gustes, ya sea dentro de la casa o en el bosque o en los alrededores.
¡Gracias por leer!
Bienvenidos sean todos está noche, bienvenidos sean al baile con la muerte, bienvenidos sean al terror.
—¡Feliz día de los sustos! —exclamé, recibiendo a los invitados del baile mientras abría las puertas de par en par.
Algunos subieron las escaleras de la entrada con máscaras y disfraces de todos gustos y colores, algunos lindos, algunos escalofriantes.
Todos estaban invitados a la fiesta, para la gente de la universidad, había dejado papeles en casilleros y en el tablón de anuncios, para la gente de la ciudad, había dejado carteles en los postes de luz.
Los disfraces eran obligatorios. Eso sí.
La casa se encontraba al final de la calle principal, en una colina, aunque más que casa, parecía una mansión embrujada, decorada por fuera, con música sonando a todo dar, y dos pisos disponibles para la fiesta.
La mansión de los Gold estaba rodeada por un bosque que se mantenía lugubre y neblinoso todo el año, pero más en otoño.
Había un letrero a la orilla de la carretera al salir de la ciudad y encaminarse a la colina hacia la casa que rezaba:
"Cuidado, peligro."
Había un pequeño letrero a un lado.
"Entre bajo su propio riesgo, el guardabosques hace rondines cada lunes."
"Números de contacto: 2220014..."
Por la cantidad de tiempo que llevaba ese letrero mohoso, los números de ayuda no estaban completos y al dar unos pasos dentro del bosque, la señal era casi nula.
La invitación a la fiesta en la casa de los Gold era sencilla, la había hecho yo misma, escondí todo lo que pudiera ser de valor, y cerré puertas que podrían perder a los desconocidos.
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¡BIENVENIDOS SEAN TODOS!
Este es un tema que se me ocurrió mientras lo escribía, no tengo nada planeado así que siéntete libre de contestar lo que gustes y rolear en la zona que gustes, ya sea dentro de la casa o en el bosque o en los alrededores.
¡Gracias por leer!