• 𝐘𝐨𝐮 𝐥𝐨𝐨𝐤 𝐥𝐨𝐧𝐞𝐥𝐲... 𝐈 𝐜𝐚𝐧 (𝐧𝐨𝐭) 𝐟𝐢𝐱 𝐭𝐡𝐚𝐭..
    𝐘𝐨𝐮 𝐥𝐨𝐨𝐤 𝐥𝐨𝐧𝐞𝐥𝐲... 𝐈 𝐜𝐚𝐧 (𝐧𝐨𝐭) 𝐟𝐢𝐱 𝐭𝐡𝐚𝐭..
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • [ 𝑶𝒉 𝒎𝒊𝒆𝒓𝒅𝒂... 𝑹𝒆𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒔𝒐. — 𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘 𝐁𝐈𝐑𝐓𝐇𝐃𝐀𝐘. ]





    ||De verdad, muchas gracias por todos esos regalitos. Es muy lindo sentir tanto cariño hacia este infeliz. También gracias por sus buenos deseos para Ryan; de su parte, les manda un enorme abrazo a sus preciosos personajes. Así como le dieron un regalo, él también se los devolverá con uno pronto—espero no tardar demasiado en ello.

    En otras noticias, Ryan ya es oficialmente un treintañero (?). En lo personal, me impresiona la edad a la que ha llegado este personaje; lo tengo desde hace años, y ha sido increíble verlo evolucionar. Pasó de ser un completo bastardo a… bueno, quizás no tanto. Espero tenerlo conmigo por mucho más tiempo y seguir compartiendo más años en este lugar, hasta poder sacarle todo el jugo posible. Y crear lindas historias y dramas encantadores.
    [ 𝑶𝒉 𝒎𝒊𝒆𝒓𝒅𝒂... 𝑹𝒆𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒏𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒃𝒂 𝒆𝒔𝒐. — 𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘 𝐁𝐈𝐑𝐓𝐇𝐃𝐀𝐘. ] ||De verdad, muchas gracias por todos esos regalitos. Es muy lindo sentir tanto cariño hacia este infeliz. También gracias por sus buenos deseos para Ryan; de su parte, les manda un enorme abrazo a sus preciosos personajes. Así como le dieron un regalo, él también se los devolverá con uno pronto—espero no tardar demasiado en ello. En otras noticias, Ryan ya es oficialmente un treintañero (?). En lo personal, me impresiona la edad a la que ha llegado este personaje; lo tengo desde hace años, y ha sido increíble verlo evolucionar. Pasó de ser un completo bastardo a… bueno, quizás no tanto. Espero tenerlo conmigo por mucho más tiempo y seguir compartiendo más años en este lugar, hasta poder sacarle todo el jugo posible. Y crear lindas historias y dramas encantadores.
    Me encocora
    Me endiabla
    Me shockea
    Me gusta
    Me enjaja
    16
    3 turnos 0 maullidos
  • 𝐍𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢𝐚𝐫𝐦𝐞, 𝐬𝐢 𝐥𝐨 𝐡𝐚𝐠𝐨 𝐭𝐚𝐥 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐥𝐚 𝐮𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐯𝐞𝐳, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐦𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧

    𝐓𝐚𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐚 𝐥𝐚𝐬𝐭𝐢𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳
    𝐍𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢𝐚𝐫𝐦𝐞, 𝐬𝐢 𝐥𝐨 𝐡𝐚𝐠𝐨 𝐭𝐚𝐥 𝐯𝐞𝐳 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐥𝐚 𝐮𝐥𝐭𝐢𝐦𝐚 𝐯𝐞𝐳, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐦𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐫𝐚 𝐥𝐚 𝐬𝐨𝐥𝐮𝐜𝐢𝐨𝐧 𝐓𝐚𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧 𝐧𝐨 𝐬𝐞𝐚 𝐥𝐚𝐬𝐭𝐢𝐦𝐚𝐝𝐨 𝐨𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳
    Me encocora
    1
    9 turnos 0 maullidos
  • ⠀⠀⠀Las hojas secas crujieron bajo sus botas, marcando el camino que una vez corrió de niña. En su mente, aún podía escuchar el eco de las risas que se habían vuelto amargas y el sonido de las puertas que se habían cerrado para siempre.

    —¿Nerviosa, Kazuha~? —se preguntó, con un tono ligeramente burlón. Tenía esa costumbre de hablar sola todo el tiempo, después de todo la única persona en la que confiaba era ella misma.

    ⠀⠀⠀Se detuvo frente a la verja de hierro forjado, oxidada por el tiempo y el abandono. Detrás, se alzaba la casa que había sido su hogar en un pasado ya lejano, y que había permanecido abandonada durante muchos años... hasta ahora.

    ⠀⠀⠀Empujó la verja con un chirrido que quebró el silencio del vecindario. Caminó por el sendero de adoquines hundidos, ahora casi devorados por la hierba y la maleza. Subió los escalones de la escalinata que se curveaba hacia el pórtico. La pintura de las paredes ahora estaba resquebrajada, las ventanas no dejaban ver hacia el interior por el polvo y la suciedad. Extendió una mano, pero se detuvo a centímetros de la puerta de roble macizo. ¿Que esperaba encontrar? ¿Fantasmas familiares? ¿El rastro de la niña que fue antes de que todo se pudriera?. La puerta principal cedió. El vestíbulo era vasto y oscuro. Una escalera imperial amplia, llevaba hacia la penumbra del segundo piso.

    ⠀⠀⠀Alzó su mano y deslizó un dedo sobre la superficie de una mesa de madera. La yema de su dedo se ennegreció al instante por la mugre y el polvo.

    —Tsk, parece que nadie ha puesto un pie aquí en muuucho tiempo... —su voz resonó en el vacío, y fue devuelta como un eco.

    ⠀⠀⠀En aquel momento, como respondiendo a su llegada, una mariposa de un rojo casi sanguíneo, vibrante y antinatural, surgió de la nada. Revoloteó a través de las partículas de polvo que flotaban en los rayos de luz filtrados por los vitrales sucios, y se posó con delicadeza sobre su cabello oscuro, como una joya sobre una corona olvidada. 𝘍𝘪𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘢 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘢 𝘴𝘶 𝘳𝘦𝘪𝘯𝘰 𝘦𝘯 𝘳𝘶𝘪𝘯𝘢𝘴.
    ⠀⠀⠀Las hojas secas crujieron bajo sus botas, marcando el camino que una vez corrió de niña. En su mente, aún podía escuchar el eco de las risas que se habían vuelto amargas y el sonido de las puertas que se habían cerrado para siempre. —¿Nerviosa, Kazuha~? —se preguntó, con un tono ligeramente burlón. Tenía esa costumbre de hablar sola todo el tiempo, después de todo la única persona en la que confiaba era ella misma. ⠀⠀⠀Se detuvo frente a la verja de hierro forjado, oxidada por el tiempo y el abandono. Detrás, se alzaba la casa que había sido su hogar en un pasado ya lejano, y que había permanecido abandonada durante muchos años... hasta ahora. ⠀⠀⠀Empujó la verja con un chirrido que quebró el silencio del vecindario. Caminó por el sendero de adoquines hundidos, ahora casi devorados por la hierba y la maleza. Subió los escalones de la escalinata que se curveaba hacia el pórtico. La pintura de las paredes ahora estaba resquebrajada, las ventanas no dejaban ver hacia el interior por el polvo y la suciedad. Extendió una mano, pero se detuvo a centímetros de la puerta de roble macizo. ¿Que esperaba encontrar? ¿Fantasmas familiares? ¿El rastro de la niña que fue antes de que todo se pudriera?. La puerta principal cedió. El vestíbulo era vasto y oscuro. Una escalera imperial amplia, llevaba hacia la penumbra del segundo piso. ⠀⠀⠀Alzó su mano y deslizó un dedo sobre la superficie de una mesa de madera. La yema de su dedo se ennegreció al instante por la mugre y el polvo. —Tsk, parece que nadie ha puesto un pie aquí en muuucho tiempo... —su voz resonó en el vacío, y fue devuelta como un eco. ⠀⠀⠀En aquel momento, como respondiendo a su llegada, una mariposa de un rojo casi sanguíneo, vibrante y antinatural, surgió de la nada. Revoloteó a través de las partículas de polvo que flotaban en los rayos de luz filtrados por los vitrales sucios, y se posó con delicadeza sobre su cabello oscuro, como una joya sobre una corona olvidada. 𝘍𝘪𝘯𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘩𝘢𝘣𝘪𝘢 𝘳𝘦𝘨𝘳𝘦𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘢 𝘴𝘶 𝘳𝘦𝘪𝘯𝘰 𝘦𝘯 𝘳𝘶𝘪𝘯𝘢𝘴.
    Me gusta
    7
    0 turnos 0 maullidos
  • _ੈ✩‧₊˚ 𝑵𝒐 𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒍, 𝒔𝒐𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒂, 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒚 𝒍𝒐 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒐𝒓𝒂𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔
    _ੈ✩‧₊˚ 𝑵𝒐 𝒕𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒏𝒕𝒂𝒔 𝒎𝒂𝒍, 𝒔𝒐𝒚 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒓𝒐𝒔𝒕𝒊𝒕𝒖𝒕𝒂, 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒎𝒊 𝒍𝒖𝒈𝒂𝒓 𝒚 𝒍𝒐 𝒕𝒆𝒎𝒑𝒐𝒓𝒂𝒍 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒐𝒚 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔
    Me entristece
    Me gusta
    Me encocora
    Me shockea
    7
    0 turnos 0 maullidos
  • ╔════════════════════════════════════╗
                     INSERTA   MONEDA             
      (Presiona  l e e r   p a r a  INICIAR  R O L )             
    ╚════════════════════════════════════╝

    Jugador 1 : ♥♥♡♡♡  
    Jugador 2 : ♥♥♥♥♥  
    Puntos : 000𝟞𝟞𝟞  
    Tiempo : ∞  
    Créditos : ∞

    ░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░

    𝕹oche fatídica: tres lunas descienden sobre la tierra,  
    su luz argéntea enciende en sus ojos un resplandor antinatural.  
    Algo despierta en ella. Algo prohibido.  
    Y en ese despertar surge
    la sed de un vínculo.  

    Es entonces cuando tú apareces.  
    Jugador 2.  
    Invitado sin buscarlo,  
    atado a su partida.  

    Tu vida aún intacta,  
    la suya ya rota.  
    Pero ambos atrapados en un mismo destino.  

    ───────────────────────────────

    CARGANDO...  
    [█████████░] 93%

    ✦ 𝔼ℝℝ𝕆ℝ 𝔻𝔼𝕋𝔼ℂ𝕋𝔸𝔻𝕆  
    ✦ ℝ𝕖𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕚𝕟𝕖𝕤𝕥𝕒𝕓𝕝𝕖  
    ✦ 𝕍𝕚𝕟𝕔𝕦𝕝𝕠 𝕖𝕤𝕥𝕒𝕓𝕝𝕖𝕔𝕚𝕕𝕠

    ───────────────────────────────

    ¿CONTINUAR?   [ SÍ ]  

    ───────────────────────────────

    ✦ 𝔻𝕆ℕ... ✦ 𝔻𝕆ℕ... ✦ 𝔻𝕆ℕ...  
    El eco de campanas rotas resuena en la oscuridad.  
    Cada repique marca el inicio de un destino irreversible.  

    ───────────────────────────────

    [⚠] A L G U I E N   T E   H A B L A  J U G A D O R 2 

    —¿Qué hacéis aquí?, debéis irte ahora mismo forastero... 
    ╔════════════════════════════════════╗                  INSERTA   MONEDA                (Presiona  l e e r   p a r a  INICIAR  R O L )              ╚════════════════════════════════════╝ Jugador 1 : ♥♥♡♡♡   Jugador 2 : ♥♥♥♥♥   Puntos : 000𝟞𝟞𝟞   Tiempo : ∞   Créditos : ∞ ░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░░ 𝕹oche fatídica: tres lunas descienden sobre la tierra,   su luz argéntea enciende en sus ojos un resplandor antinatural.   Algo despierta en ella. Algo prohibido.   Y en ese despertar surge la sed de un vínculo.   Es entonces cuando tú apareces.   Jugador 2.   Invitado sin buscarlo,   atado a su partida.   Tu vida aún intacta,   la suya ya rota.   Pero ambos atrapados en un mismo destino.   ─────────────────────────────── CARGANDO...   [█████████░] 93% ✦ 𝔼ℝℝ𝕆ℝ 𝔻𝔼𝕋𝔼ℂ𝕋𝔸𝔻𝕆   ✦ ℝ𝕖𝕒𝕝𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕚𝕟𝕖𝕤𝕥𝕒𝕓𝕝𝕖   ✦ 𝕍𝕚𝕟𝕔𝕦𝕝𝕠 𝕖𝕤𝕥𝕒𝕓𝕝𝕖𝕔𝕚𝕕𝕠 ─────────────────────────────── ¿CONTINUAR?   [ SÍ ]   ─────────────────────────────── ✦ 𝔻𝕆ℕ... ✦ 𝔻𝕆ℕ... ✦ 𝔻𝕆ℕ...   El eco de campanas rotas resuena en la oscuridad.   Cada repique marca el inicio de un destino irreversible.   ─────────────────────────────── [⚠] A L G U I E N   T E   H A B L A  J U G A D O R 2  —¿Qué hacéis aquí?, debéis irte ahora mismo forastero... 
    Me encocora
    Me gusta
    9
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    — 𝙵𝚊𝚟𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚎𝚎𝚛:

    ✤ ┆ Me reservo el derecho de admisión

    ✤ ┆ Si tú agregas, tu inicias la interacción o viceversa

    ✤ ┆ Mis imágenes y estados están disponibles para rol, a menos que haya una mención específica. De ser así, es un rol privado

    ✤ ┆ Mis mensajes privados son para acordar tramas entre usuarios

    ✤ ┆ Soy tolerante con diversas tramas de rol, pero personalmente no me gusta el meta rol. Favor de no usar información de mi personaje indiscriminadamente

    ✤ ┆ No tengo problema con rolear con personajes de otros fandoms

    ✤ ┆ Las ships no son mi prioridad. Prefiero construir una interacción con sustancia. Las situaciones forzadas nunca son agradables.

    ✤ ┆ Soy una persona que suele ocuparse por asuntos irl, por lo que mi tiempo de respuesta es variable. Aunque son libres de comentarme si consideran que me tardo demasiado. Pero favor de no presionarme

    ✤ ┆ Hago limpieza de la cuenta de vez en cuando, no me gusta conservar adornos

    ✤ ┆ Si llego a hacer comentarios fuera de rol, tendrán el siguiente símbolo: // o la misma publicación estará marcada como corresponde

    **Las reglas están sujetas a las modificaciones que yo vea pertinentes

    **Éste post será probablemente modificado
    — 𝙵𝚊𝚟𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚕𝚎𝚎𝚛: ✤ ┆ Me reservo el derecho de admisión ✤ ┆ Si tú agregas, tu inicias la interacción o viceversa ✤ ┆ Mis imágenes y estados están disponibles para rol, a menos que haya una mención específica. De ser así, es un rol privado ✤ ┆ Mis mensajes privados son para acordar tramas entre usuarios ✤ ┆ Soy tolerante con diversas tramas de rol, pero personalmente no me gusta el meta rol. Favor de no usar información de mi personaje indiscriminadamente ✤ ┆ No tengo problema con rolear con personajes de otros fandoms ✤ ┆ Las ships no son mi prioridad. Prefiero construir una interacción con sustancia. Las situaciones forzadas nunca son agradables. ✤ ┆ Soy una persona que suele ocuparse por asuntos irl, por lo que mi tiempo de respuesta es variable. Aunque son libres de comentarme si consideran que me tardo demasiado. Pero favor de no presionarme ✤ ┆ Hago limpieza de la cuenta de vez en cuando, no me gusta conservar adornos ✤ ┆ Si llego a hacer comentarios fuera de rol, tendrán el siguiente símbolo: // o la misma publicación estará marcada como corresponde **Las reglas están sujetas a las modificaciones que yo vea pertinentes **Éste post será probablemente modificado
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    𝗡𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲𝘀 𝘀𝗲𝗿 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝗻, 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝗲𝗻𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗹𝗲𝗲𝗿 𝘁𝘂 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲.





    𝘐 𝘢𝘮 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘪𝘯𝘨
    𝘐 𝘢𝘮 𝘧𝘢𝘥𝘪𝘯𝘨
    𝘐 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘭𝘰𝘴𝘵 𝘪𝘵 𝘢𝘭𝘭
    𝗡𝗼 𝗽𝗮𝗿𝗲𝗰𝗲𝘀 𝘀𝗲𝗿 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝗻, 𝗲𝘀 𝘂𝗻𝗮 𝗽𝗲𝗻𝗮 𝗾𝘂𝗲 𝗽𝘂𝗲𝗱𝗮 𝗹𝗲𝗲𝗿 𝘁𝘂 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲. 𝘐 𝘢𝘮 𝘧𝘢𝘭𝘭𝘪𝘯𝘨 𝘐 𝘢𝘮 𝘧𝘢𝘥𝘪𝘯𝘨 𝘐 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘭𝘰𝘴𝘵 𝘪𝘵 𝘢𝘭𝘭
    Me encocora
    7
    1 comentario 0 compartidos

  • No otra vez...
    😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭 No otra vez...
    Me entristece
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀𝐒 𝐘 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐒𝐀𝐒
    𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬

    El sonido de las flautas y los tambores retumbó en el bosque, entrelazándose con los rezos funerarios. Pero ella los escuchaba distantes, como ecos que pertenecían a otro mundo.

    ────Y ahora derramo estas libaciones para los ancestros y los espíritus guardianes de esta tierra... paz con la naturaleza... paz con los dioses.

    La madre del príncipe se acercó a la pira de madera y derramó el vino, la miel dorada y la gotas blancas de leche que oscurecieron la tierra húmeda al caer.

    Los dedos helados de Afro se cerraron con fuerza alrededor de la antorcha. Inspiró hondo el aire impregnado de neblina; los ojos le escocían y parpadeó varias veces, conteniendo las lágrimas.

    Todas las miradas se volvieron hacia ella. Había llegado la hora.

    Avanzó hacia la pira y el fuego de la antorcha se desató en llamas en la madera y las flores. Las flamas danzantes envolieron el cuerpo del príncipe en su cálido abrazo y lo consumieron. Ella se encogió detrás de su velo.

    Ella misma lo había preparado con cuidado como si temiera romperlo. Le vistió con la túnica que a él tanto le gustaba; la misma que llevó la noche en que escaparon del palacio real y se unieron a la celebración anual en la gran plaza, mezclándose con la multitud cómo dos ciudadanos comunes.

    Ahora las llamas devoraron ese recuerdo, junto a muchos otros: la primera vez que sus miradas se encontraron, su voz llamándola entre risas.

    El humo ascendía, y con él todo lo que vivieron se elevó hacia un lugar que ella no podía alcanzar.

    La urna con cenizas fue colocada frente a la estela con su nombre grabado en piedra. Ella permaneció de rodillas junto a esta, inmóvil, con el corazón destrozado y escuchando cómo los demás se alejaban rumbo al palacio.

    La madre del príncipe se detuvo a su lado. Con un gesto contenido, posó la mano sobre su hombro, tan cálida y familiar.

    ────Hija de la espuma y el cielo, su espíritu ha partido con honor. Esta tierra resguardará su nombre. Mientras el fuego de este reino permanezca encendido, él seguirá con nosotros.

    Entonces, inclinándose apenas hacia ella, su tono se suavizó.

    ────Él te amó y yo lo sé. Guárdalo y llévalo contigo. Porque ni las llamas, ni la muerte pueden arrebatárleto.

    El peso de su mano fue firme, a pesar del suave temblor que advirtió en su agarre. Luego se retiró en silencio, dejándole el espacio que ella necesitaba.

    Una sonrisa frágil asomó en los labios de Afro, entre la humedad de sus lágrimas.Tenue, pero sincera. Siempre había admirado eso de ella: incluso en la adversidad, se levantaba con la frente en alto. Con la espalda recta, los hombros firmes y esa mirada desafiando al mundo, con la fuerza de quién ha enfrentando mil batallas y era capaz de sostener el mundo sin vacilar.

    En ese instante, la diosa quiso beber de esa fortaleza.

    Los dedos de Afro rozaron la cerámica aún tibia. Eso... eso era lo único que quedaba del príncipe Anquises en el mundo.

    Apoyó su frente contra la estela y susurró plegarias sagradas que se mezclaron con el humo y la bruma. Con cuidado, colocó una corona de laurel y flores que ella misma había hecho y vertió una última libación de vino, dejando que el líquido humedeciera la piedra como un puente entre los vivos y los que ya no lo eran. Rozó la estela con un beso, un último beso de despedida, sellando su memoria en ese lugar.

    Cada paso que arrastraba, alejándola del bosque sagrado, se sentía tan irreal, un sueño del que no podía despertar. La procesión se desvanecía tras ella, entre cánticos apagados y el humo del incienso que se perdía en la neblina. El sendero de tierra cubierto de hojas la condujo de regreso al palacio, sus torres y murallas pálidas parecían más pesadas que nunca. Al cruzar sus puertas, el silencio se hizo más hondo que en el bosque.

    La ciudad estaba en luto por la pérdida de su príncipe. Ella lo estaba por algo más profundo: había perdido a quién había sido su confidente, su amigo, el hombre que la diosa había escogido. Con quién había compartido secretos, risas y sueños que ahora parecían evaporarse en el aire. Cada rincón del palacio, cada recuerdo que contenía en sus paredes, dolía como un eco que retumbaba sin parar.

    Se enjuagó las lágrimas con el puño y pese al dolor que la atravesaba, volvió a encarnar su papel de nodriza, el papel que el deber le exigía y que le ofreció un ancla en medio de la marea de la tormenta.

    Lo encontró sentado en las escaleras; el pequeño príncipe Eneas jugueteaba distraídamente con una figura de madera que tenía entre sus manos, balanceaba las piernas como si estuviera sumergido en el agua; un hábito que al observarlo, había aprendido que era su forma de manifestar nerviosismo.

    ────Hola, mi príncipe... –dijo ella suavemente, con una sonrisa tenue para diluir el luto– ¿Puedo acompañarte?

    Eneas levantó la vista. Sus ojos grandes y enrojecidos buscaron a su nodriza entre la bruma de las lágrimas. Por un instante vaciló y luego asintió con la cabeza, apoyando la figura de madera sobre el peldaño.

    ────Sí... me... me gustaría que te quedaras.

    Ella se sentó a su lado y juntos permanecieron en silencio, dejando que este se transformara en un refugio compartido. Eneas se abrazó a su cintura, rompiendo en llanto y la diosa acarició sus cabellos con suavidad, con ternura maternal.

    Por dentro, la pena la consumía como un fuego imposible de apagar, tentándola a ceder, a desbordarse. Pero por más que quisiera, no podía hacerlo. Debía mantenerse en su papel de nodriza. Debía mantenerse fuerte. Por Eneas. Por Anquises.

    Levantó la vista al brumoso cielo blanco fluorescente más allá de la ventana. En su pecho algo se mantuvo intacto: el recuerdo de Anquises y... esperanza. Ahora tenía una promesa que mantener, cuidar de su hijo. Por él, por ella, por ambos. Porque cuidar de su hijo, también era un acto de amor hacia su príncipe que partió.

    Mientras lo abrazaba, comprendió que proteger a Eneas, enseñarle, sostenerlo y estar para él en los momentos de dolor, era honrar la memoria de Anquises.

    La diosa del amor acompañó a su hijo, sin palabras. No las necesitaban.

    Mientras lo sostenía en sus brazos, sintió que la esperanza permanecía firme y luminosa. Un hilo invisible que unía el pasado, el presente y todo lo que aún estaba por venir.

    Afro sonrió.

    Tenía esperanza.
    𝐃𝐄𝐒𝐏𝐄𝐃𝐈𝐃𝐀𝐒 𝐘 𝐏𝐑𝐎𝐌𝐄𝐒𝐀𝐒 🌸 𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡é𝐫𝐨𝐞𝐬 𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬 El sonido de las flautas y los tambores retumbó en el bosque, entrelazándose con los rezos funerarios. Pero ella los escuchaba distantes, como ecos que pertenecían a otro mundo. ────Y ahora derramo estas libaciones para los ancestros y los espíritus guardianes de esta tierra... paz con la naturaleza... paz con los dioses. La madre del príncipe se acercó a la pira de madera y derramó el vino, la miel dorada y la gotas blancas de leche que oscurecieron la tierra húmeda al caer. Los dedos helados de Afro se cerraron con fuerza alrededor de la antorcha. Inspiró hondo el aire impregnado de neblina; los ojos le escocían y parpadeó varias veces, conteniendo las lágrimas. Todas las miradas se volvieron hacia ella. Había llegado la hora. Avanzó hacia la pira y el fuego de la antorcha se desató en llamas en la madera y las flores. Las flamas danzantes envolieron el cuerpo del príncipe en su cálido abrazo y lo consumieron. Ella se encogió detrás de su velo. Ella misma lo había preparado con cuidado como si temiera romperlo. Le vistió con la túnica que a él tanto le gustaba; la misma que llevó la noche en que escaparon del palacio real y se unieron a la celebración anual en la gran plaza, mezclándose con la multitud cómo dos ciudadanos comunes. Ahora las llamas devoraron ese recuerdo, junto a muchos otros: la primera vez que sus miradas se encontraron, su voz llamándola entre risas. El humo ascendía, y con él todo lo que vivieron se elevó hacia un lugar que ella no podía alcanzar. La urna con cenizas fue colocada frente a la estela con su nombre grabado en piedra. Ella permaneció de rodillas junto a esta, inmóvil, con el corazón destrozado y escuchando cómo los demás se alejaban rumbo al palacio. La madre del príncipe se detuvo a su lado. Con un gesto contenido, posó la mano sobre su hombro, tan cálida y familiar. ────Hija de la espuma y el cielo, su espíritu ha partido con honor. Esta tierra resguardará su nombre. Mientras el fuego de este reino permanezca encendido, él seguirá con nosotros. Entonces, inclinándose apenas hacia ella, su tono se suavizó. ────Él te amó y yo lo sé. Guárdalo y llévalo contigo. Porque ni las llamas, ni la muerte pueden arrebatárleto. El peso de su mano fue firme, a pesar del suave temblor que advirtió en su agarre. Luego se retiró en silencio, dejándole el espacio que ella necesitaba. Una sonrisa frágil asomó en los labios de Afro, entre la humedad de sus lágrimas.Tenue, pero sincera. Siempre había admirado eso de ella: incluso en la adversidad, se levantaba con la frente en alto. Con la espalda recta, los hombros firmes y esa mirada desafiando al mundo, con la fuerza de quién ha enfrentando mil batallas y era capaz de sostener el mundo sin vacilar. En ese instante, la diosa quiso beber de esa fortaleza. Los dedos de Afro rozaron la cerámica aún tibia. Eso... eso era lo único que quedaba del príncipe Anquises en el mundo. Apoyó su frente contra la estela y susurró plegarias sagradas que se mezclaron con el humo y la bruma. Con cuidado, colocó una corona de laurel y flores que ella misma había hecho y vertió una última libación de vino, dejando que el líquido humedeciera la piedra como un puente entre los vivos y los que ya no lo eran. Rozó la estela con un beso, un último beso de despedida, sellando su memoria en ese lugar. Cada paso que arrastraba, alejándola del bosque sagrado, se sentía tan irreal, un sueño del que no podía despertar. La procesión se desvanecía tras ella, entre cánticos apagados y el humo del incienso que se perdía en la neblina. El sendero de tierra cubierto de hojas la condujo de regreso al palacio, sus torres y murallas pálidas parecían más pesadas que nunca. Al cruzar sus puertas, el silencio se hizo más hondo que en el bosque. La ciudad estaba en luto por la pérdida de su príncipe. Ella lo estaba por algo más profundo: había perdido a quién había sido su confidente, su amigo, el hombre que la diosa había escogido. Con quién había compartido secretos, risas y sueños que ahora parecían evaporarse en el aire. Cada rincón del palacio, cada recuerdo que contenía en sus paredes, dolía como un eco que retumbaba sin parar. Se enjuagó las lágrimas con el puño y pese al dolor que la atravesaba, volvió a encarnar su papel de nodriza, el papel que el deber le exigía y que le ofreció un ancla en medio de la marea de la tormenta. Lo encontró sentado en las escaleras; el pequeño príncipe Eneas jugueteaba distraídamente con una figura de madera que tenía entre sus manos, balanceaba las piernas como si estuviera sumergido en el agua; un hábito que al observarlo, había aprendido que era su forma de manifestar nerviosismo. ────Hola, mi príncipe... –dijo ella suavemente, con una sonrisa tenue para diluir el luto– ¿Puedo acompañarte? Eneas levantó la vista. Sus ojos grandes y enrojecidos buscaron a su nodriza entre la bruma de las lágrimas. Por un instante vaciló y luego asintió con la cabeza, apoyando la figura de madera sobre el peldaño. ────Sí... me... me gustaría que te quedaras. Ella se sentó a su lado y juntos permanecieron en silencio, dejando que este se transformara en un refugio compartido. Eneas se abrazó a su cintura, rompiendo en llanto y la diosa acarició sus cabellos con suavidad, con ternura maternal. Por dentro, la pena la consumía como un fuego imposible de apagar, tentándola a ceder, a desbordarse. Pero por más que quisiera, no podía hacerlo. Debía mantenerse en su papel de nodriza. Debía mantenerse fuerte. Por Eneas. Por Anquises. Levantó la vista al brumoso cielo blanco fluorescente más allá de la ventana. En su pecho algo se mantuvo intacto: el recuerdo de Anquises y... esperanza. Ahora tenía una promesa que mantener, cuidar de su hijo. Por él, por ella, por ambos. Porque cuidar de su hijo, también era un acto de amor hacia su príncipe que partió. Mientras lo abrazaba, comprendió que proteger a Eneas, enseñarle, sostenerlo y estar para él en los momentos de dolor, era honrar la memoria de Anquises. La diosa del amor acompañó a su hijo, sin palabras. No las necesitaban. Mientras lo sostenía en sus brazos, sintió que la esperanza permanecía firme y luminosa. Un hilo invisible que unía el pasado, el presente y todo lo que aún estaba por venir. Afro sonrió. Tenía esperanza.
    Me encocora
    Me entristece
    Me gusta
    9
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados