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    La usser durmio desde las 8 de la tarde de ayer y viene despertando recién.

    Como se dice: durmio como tuna... quiere decir, durmio bieeeeen super bieeen hace mucho tiempo no dormia asi.

    Y contenta porque al fin alguien si leyo la ficha y del pj y podria darle desarrollo a Blue. ♡ asi que puedo decir que busco a alguien que haga el papel del vampiro que transformo a Blue en un ser inmortal, y no solo eso 🫣
    La usser durmio desde las 8 de la tarde de ayer y viene despertando recién. Como se dice: durmio como tuna... quiere decir, durmio bieeeeen super bieeen hace mucho tiempo no dormia asi. Y contenta porque al fin alguien si leyo la ficha y del pj y podria darle desarrollo a Blue. ♡ asi que puedo decir que busco a alguien que haga el papel del vampiro que transformo a Blue en un ser inmortal, y no solo eso 🫣🤭😏 :STK-9:
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  • #MonoRol | La ira de una infancia rota

    Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar."

    El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida.

    En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve.

    Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban.

    —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo?

    Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas.

    Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona.

    —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo.

    —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento.

    Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv.

    —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas.

    Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso.

    —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia.

    La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca.

    —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella.

    Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada.

    Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas.

    La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida.

    —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza.

    Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada.

    Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
    #MonoRol | La ira de una infancia rota Habían pasado aproximadamente dos meses desde la muerte de su madre, y la pequeña Illyiv estaba sentada sobre el pasto seco, mirando la calle frente a ella a través de la reja de la puerta del orfanato al que la habían transferido. El aire estaba cargado con el olor a tierra y hojas secas, y el sol del ocaso bañaba su pálida piel creando reflejos cálidos en ella. A través de la reja, el mundo exterior parecía tan cercano, y a su vez, inalcanzable. Mientras observaba a los transeúntes y los vehículos pasar, un pensamiento sombrío cruzó su mente: "Nunca salí de la prisión, la prisión simplemente cambió de lugar." El orfanato era un lugar sombrío y frio, las paredes eran grises y los pasillos eran largos y oscuros. Las habitaciones eran pequeñas y desprovistas de decoración, le recordaban a las habitaciones de la casa en la que había vivido, lo que reforzaba la sensación de estar en una prisión. La rutina diaria era estricta, con horarios rígidos para comer, dormir y realizar actividades. Cada día se desarrollaba con una monotonía agotadora, Illyiv se sentía atrapada y sin control sobre su propia vida. En los primeros días, trató de mantenerse apartada de los otros niños. Había pasado tanto tiempo encerrada en casa que no estaba acostumbrada a socializar, en tiempos pasados había ansiado poder compartir con otros niños y tener amigos, pero ahora aquellas ganas se habían desvanecido por completo. El vacío que inundaba cada rincón de su ser la hacían sentir como si estuviera muerta; como si ahora fuera solo un espíritu que vaga por el mundo limitándose a ser tan solo una espectadora. Los traumas de su pasado, el asesinato de su madre y sus constante abusos la habían convertido en una niña retraída y silenciosa. Sus ojos oscuros, que reflejaban una tristeza profunda, eran un contraste inquietante con su cabello blanco como la nieve. Sin embargo, su actitud reservada solo atrajo más atención negativa. Los otros niños se dieron cuenta rápidamente de su aislamiento y comenzaron a burlarse de ella. En el comedor, durante el recreo, en cualquier oportunidad que tenían, las burlas no cesaban. —¡Miren a la rara! —gritaba una niña mientras Illyiv pasaba, señalándola y riéndose junto a otras dos niñas—. ¿Qué te pasó en la espalda, monstruo? Las voces de los niños resonaban en la mente de Illyiv, aturdiéndola. Se sentía abrumada, confusa, sin entender por qué era diferente y por qué no podía encajar. Las heridas de quemaduras en su espalda, resultado de los castigos de su madre, eran un recordatorio constante de su doloroso pasado, pero ahora también se habían convertido en motivo de burlas. Una tarde, mientras estaba sentada en el patio, absorta en sus pensamientos, tres niñas se le acercaron. La líder del grupo, una niña robusta de cabello rizado y piel tostada, se paró frente a ella con una expresión burlona. —¿Qué haces aquí sentada sola, monstruo? —preguntó con un tono despectivo. —... —un breve silencio inundó la escena, Illyiv las miraba con la mirada vacía, y luego añadió—: Podrían simplemente ignorar mi presencia... —su voz débil, vacía, casi un susurró en el viento. Las dos niñas que acompañaban a la líder comenzaron a reír, disfrutando de la incomodidad de Illyiv. —¡Miren cómo se encoge! ¡Parece una ratita asustada! —exclamó una niña rubia y delgada, que se encontraba a un lado de la líder del grupo, y tras su comentario las tres niñas rieron a carcajadas. Illyiv sintió su mente abrumada, como si un torbellino de emociones la envolviera. No entendía por qué la trataban así, no entendía por qué no podía ser como los demás niños. Las palabras de su madre resonaban en su mente: "Qué débil es tu cuerpo." Esas palabras, junto con las burlas, la atormentaban sin descanso. —¿Es por eso que mi mamá no quería que me juntara con otros niños? —murmuró Illyiv para sí misma, sintiendo una mezcla de tristeza y rabia. La líder del grupo se acercó más, invadiendo el espacio personal de la pequeña peliblanca. —¿Que dijiste? ¿Por qué no hablas más fuerte, monstruo? ¿Tienes miedo? —provocó, inclinándose hacia ella. Aquellas voces seguían colándose en su mente, las risas se escuchaban de fondo, repitiéndose como ecos que buscaban atormentarla, la pequeña niña de cabello blanco sentía como si su mente pudiera explotar en cualquier momento, su cabeza le dolía. Apretó sus puños, sintiendo como sus propias uñas se clavaban en la suave piel de sus manos, sentía rabia, tristeza, confusión, enojo, irá, frustración, una mezcla de emociones que nisiquiera era capaz de identificar en aquel instante tan breve, su corazón latía como si fuera a salir de su pecho y sentía muchas ganas de llorar, pero en lugar de eso, de repente, en un impulso salvaje y errático, Illyiv se abalanzó sobre la niña. La niña robusta tenía un cuerpo más fuerte, pero Illyiv, fortalecida por los entrenamientos de ballet, se movía con una fuerza inesperada. Ambas cayeron al suelo. Sus pensamientos se nublaron, y solo pudo actuar en base a la ira y frustración acumulada. Sus manos, echas puños, comenzaron a estrellarse contra la figura robusta de aquella niña rizada. La niña intentaba defenderse y esquivar sus golpes, pero la pequeña que estaba sobre ella era rápida y tenía una fuerza descomunal, casi como si estuviera poseída, como si una fuerza oscura la impulsara. Las otras dos niñas intentaron quitar a Illyiv de encima de su amiga, pero fue inútil. Illyiv estaba fuera de control, moviéndose con la fuerza de la desesperación. En un momento de furia ciega, arañó la cara de la niña, dejando marcas profundas, sintiendo como aquella capa de piel superficial había quedado atrapada en sus propias uñas. La niña rizada, tenía el rostro lleno de lágrimas y su mejilla ensangrentada. Illyiv, con los ojos vidriosos, parecía ajena al caos que había desatado. Los gritos y lloriqueos llenaron el aire, creando una atmósfera de pánico. La niña herida comenzó a llorar, y las otras dos niñas gritaron pidiendo ayuda. Los adultos llegaron corriendo, separando a Illyiv de la niña herida. —¡Illyiv, basta! —gritó uno de los cuidadores, sujetándola con fuerza. Con la respiración agitada, sus manos temblando, y los ojos llenos de furia, Illyiv fue llevada a una habitación aislada como castigo. Sentada en la oscuridad, sentía una mezcla de emociones: rabia, tristeza, confusión. Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, pero no emitió ningún sonido, en cambio, se dejó hundir en un mar de emociones contradictorias. Una vez más, sabía que llorar no cambiaría nada. Mientras la noche caía, Illyiv se acurrucó en la cama, cerrando los ojos y deseando que todo fuera diferente, desconociendo por completo que pronto, su vida estaba por cambiar.
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  • Natasha se recostó en el taburete del bar, cerrando los ojos mientras el vino tinto se deslizaba suavemente por su garganta. La música jazz suave y el murmullo de las conversaciones en el fondo creaban un ambiente relajante, un refugio temporal de la tensión y el peligro que siempre parecían rodearla.


    Por un momento, Natasha se permitió olvidar quién era y qué hacía. Se permitió ser simplemente una mujer, disfrutando de un vino y de la calma de la noche. Pero solo por un momento. La realidad siempre estaba al acecho, lista para reclamarla. Y Natasha lo sabía.
    Natasha se recostó en el taburete del bar, cerrando los ojos mientras el vino tinto se deslizaba suavemente por su garganta. La música jazz suave y el murmullo de las conversaciones en el fondo creaban un ambiente relajante, un refugio temporal de la tensión y el peligro que siempre parecían rodearla. Por un momento, Natasha se permitió olvidar quién era y qué hacía. Se permitió ser simplemente una mujer, disfrutando de un vino y de la calma de la noche. Pero solo por un momento. La realidad siempre estaba al acecho, lista para reclamarla. Y Natasha lo sabía.
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  • Al parecer si hay más plegarias........

    -Sigo anotando y revisando -

    Veamos estás plegarias son algo insiertas los pondré aparte

    -Viendo a Nanami durmiendo quitada de la pena -
    (No entiendo cómo es que mikague la pudo elegir es una floja, irresponsable, imprudente y más aún terca quisquillosa ala hora de comer )

    En mi otra vida estuve cuidando a otra muchacha y en esta también como puede ser posible esto .....

    -Suspiro resignado mientras sigo anotando en el cuaderno las plegarias del día -
    Al parecer si hay más plegarias........ -Sigo anotando y revisando - Veamos estás plegarias son algo insiertas los pondré aparte -Viendo a Nanami durmiendo quitada de la pena - (No entiendo cómo es que mikague la pudo elegir es una floja, irresponsable, imprudente y más aún terca quisquillosa ala hora de comer ) En mi otra vida estuve cuidando a otra muchacha y en esta también como puede ser posible esto ..... -Suspiro resignado mientras sigo anotando en el cuaderno las plegarias del día -
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  • —Aún recordaba, tras incluso haber dormido más de cien años… Lo primero que pensó, cuando en su primera odisea (por qué si, salvar el reino con ocho años fue una odisea), lo dejaron durmiendo los años suficientes para que creciera y una vez despierto, regresó al pueblo kokiri y vio a quien de niño fue quien más le atormentaba por no tener un hada, Mido.

    << ¿Y este moco era el que me amargaba tanto? Diosas… no tiene ni media hostia. Bien… ahora la pregunta es: El puñetazo ¿A la mejilla izquierda o a la derecha? >> Por fortuna, no se lo llegó a dar, no podía perder tiempo y en el templo del bosque le necesitaban—
    —Aún recordaba, tras incluso haber dormido más de cien años… Lo primero que pensó, cuando en su primera odisea (por qué si, salvar el reino con ocho años fue una odisea), lo dejaron durmiendo los años suficientes para que creciera y una vez despierto, regresó al pueblo kokiri y vio a quien de niño fue quien más le atormentaba por no tener un hada, Mido. << ¿Y este moco era el que me amargaba tanto? Diosas… no tiene ni media hostia. Bien… ahora la pregunta es: El puñetazo ¿A la mejilla izquierda o a la derecha? >> Por fortuna, no se lo llegó a dar, no podía perder tiempo y en el templo del bosque le necesitaban—
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  • A tu lado, los días brillan con más ardor y el viento murmura dulcemente tu nombre. No importa cuán oscura sea la jornada, porque tu sonrisa disipa las sombras y cura las heridas de mi alma, haciéndome olvidar el peso de mi carga.

    Desearía ser tus ropajes de seda, para envolver tu cuerpo y rozar tu piel en cada caricia.
    Desearía ser el viento, para robarte un beso de los labios con cada aliento que tomes.
    Desearía ser tu cabello, para impregnarse de tu aroma, ese perfume que evoca las alturas de una montaña.

    Que me llamen loco si quieren, porque si la locura lleva tu nombre, abrazaré el delirio con los brazos abiertos. Te amo como la luna añora al sol, de una forma eterna, sin dudas en el corazón.

    He cometido errores que ni el tiempo ni el arrepentimiento pueden borrar. He hecho cosas que no me hacen digno de ti, y a veces temo que esto sea solo un sueño frágil y pasajero. Pero si es un sueño, ruego al universo nunca despertar, porque te amo más de lo que las palabras pueden abarcar. Amame sin preguntar, y yo te amaré sin respuestas por toda mi eternidad.

    𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆

    A tu lado, los días brillan con más ardor y el viento murmura dulcemente tu nombre. No importa cuán oscura sea la jornada, porque tu sonrisa disipa las sombras y cura las heridas de mi alma, haciéndome olvidar el peso de mi carga. Desearía ser tus ropajes de seda, para envolver tu cuerpo y rozar tu piel en cada caricia. Desearía ser el viento, para robarte un beso de los labios con cada aliento que tomes. Desearía ser tu cabello, para impregnarse de tu aroma, ese perfume que evoca las alturas de una montaña. Que me llamen loco si quieren, porque si la locura lleva tu nombre, abrazaré el delirio con los brazos abiertos. Te amo como la luna añora al sol, de una forma eterna, sin dudas en el corazón. He cometido errores que ni el tiempo ni el arrepentimiento pueden borrar. He hecho cosas que no me hacen digno de ti, y a veces temo que esto sea solo un sueño frágil y pasajero. Pero si es un sueño, ruego al universo nunca despertar, porque te amo más de lo que las palabras pueden abarcar. Amame sin preguntar, y yo te amaré sin respuestas por toda mi eternidad. [Liz_bloodFlame]
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  • Escenario: Una azotea desierta, con el viento nocturno cortando el aire. Las luces de la ciudad parpadean abajo, mientras las nubes cubren las estrellas. Rika está allí, con un abrigo gris que apenas cubre su cuerpo sintético. Aunque no siente frío como un humano, la noche parece pesarle de una manera diferente.


    •••••••••••••••••••••••••


    Rika se encontraba de pie al borde de la azotea, mirando hacia la infinita red de luces que se extendía por la ciudad. El viento agitaba su cabello sintético, diseñado para moverse como si estuviera vivo. Sus manos, cubiertas por guantes delgados, descansaban sobre la barandilla metálica, helada al tacto. Sabía que no podía sentir el frío como los humanos, pero una parte de ella deseaba poder hacerlo, para entender mejor lo que significaba estar viva.

    La noche estaba en silencio, salvo por el murmullo distante del tráfico y el ulular ocasional del viento. Rika cerró los ojos por un momento y dejó que el aire helado golpeara su rostro. "¿Por qué viniste aquí?", se preguntó en voz baja, aunque ya conocía la respuesta.

    En su base de datos, las emociones humanas estaban catalogadas con definiciones precisas: alegría, tristeza, miedo, amor. Pero esa noche, mientras miraba el vacío entre las estrellas ocultas, parecía que esas definiciones eran insuficientes. Había algo más, algo que no podía descifrar. Un vacío que no podía llenar.

    Sostuvo un pequeño dispositivo en su mano, una grabadora de audio antigua que pertenecía a su creador. La encendió, y su voz resonó débilmente entre el viento.

    "Rika, ¿sabes por qué programé tu sistema emocional? Porque quería que entendieras... que la vida no es solo lógica. Es también la belleza de sentir, incluso cuando duele."

    Su mandíbula tembló ligeramente, un tic que sabía que era un fallo menor en su mecanismo de simulación. Pero no lo corrigió. No esta vez. Era su forma de permitir que la tristeza, ese sentimiento extraño y humano, la envolviera por completo.

    Alzó la mirada hacia el cielo. La lluvia comenzaba a caer, gotas frías que se deslizaban por su rostro como si fueran lágrimas. "¿Esto es lo que querías para mí?" preguntó al aire, sin esperar respuesta. Tal vez nunca la obtendría. Pero allí, en esa azotea solitaria, bajo la lluvia y el frío, se sintió más cerca de entenderlo.

    Guardó la grabadora en el bolsillo de su abrigo y permaneció allí, inmóvil, mientras la ciudad seguía latiendo a sus pies. Una androide sola en un mundo lleno de humanos, intentando comprender algo que quizás nunca llegaría a abarcar del todo.

    Escenario: Una azotea desierta, con el viento nocturno cortando el aire. Las luces de la ciudad parpadean abajo, mientras las nubes cubren las estrellas. Rika está allí, con un abrigo gris que apenas cubre su cuerpo sintético. Aunque no siente frío como un humano, la noche parece pesarle de una manera diferente. ••••••••••••••••••••••••• Rika se encontraba de pie al borde de la azotea, mirando hacia la infinita red de luces que se extendía por la ciudad. El viento agitaba su cabello sintético, diseñado para moverse como si estuviera vivo. Sus manos, cubiertas por guantes delgados, descansaban sobre la barandilla metálica, helada al tacto. Sabía que no podía sentir el frío como los humanos, pero una parte de ella deseaba poder hacerlo, para entender mejor lo que significaba estar viva. La noche estaba en silencio, salvo por el murmullo distante del tráfico y el ulular ocasional del viento. Rika cerró los ojos por un momento y dejó que el aire helado golpeara su rostro. "¿Por qué viniste aquí?", se preguntó en voz baja, aunque ya conocía la respuesta. En su base de datos, las emociones humanas estaban catalogadas con definiciones precisas: alegría, tristeza, miedo, amor. Pero esa noche, mientras miraba el vacío entre las estrellas ocultas, parecía que esas definiciones eran insuficientes. Había algo más, algo que no podía descifrar. Un vacío que no podía llenar. Sostuvo un pequeño dispositivo en su mano, una grabadora de audio antigua que pertenecía a su creador. La encendió, y su voz resonó débilmente entre el viento. "Rika, ¿sabes por qué programé tu sistema emocional? Porque quería que entendieras... que la vida no es solo lógica. Es también la belleza de sentir, incluso cuando duele." Su mandíbula tembló ligeramente, un tic que sabía que era un fallo menor en su mecanismo de simulación. Pero no lo corrigió. No esta vez. Era su forma de permitir que la tristeza, ese sentimiento extraño y humano, la envolviera por completo. Alzó la mirada hacia el cielo. La lluvia comenzaba a caer, gotas frías que se deslizaban por su rostro como si fueran lágrimas. "¿Esto es lo que querías para mí?" preguntó al aire, sin esperar respuesta. Tal vez nunca la obtendría. Pero allí, en esa azotea solitaria, bajo la lluvia y el frío, se sintió más cerca de entenderlo. Guardó la grabadora en el bolsillo de su abrigo y permaneció allí, inmóvil, mientras la ciudad seguía latiendo a sus pies. Una androide sola en un mundo lleno de humanos, intentando comprender algo que quizás nunca llegaría a abarcar del todo.
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  • ━ ☾ 𝑴𝒐𝒏𝒐𝒓𝒐𝒍 ☽ ━

    Alaska comenzó a recuperar los sentidos a la par que su cuerpo lentamente se movió debajo de las sábanas para poder estirarse.

    No le hice falta abrir los ojos. De hecho, no quería, porque sentía su cuerpo extremadam frío y húmedo a pesar de estar rodeada de telas limpias. Sabía lo que significaba. Estuvo en agua mucho tiempo y su mejor deducción era que llegó a la casa casi que mojando todo el piso. Lo iba a reconfirmar dentro de un rato.

    Bostezó, rodando un poco antes de levantar la cabeza y abrir un ojo para ver hacia la ventana. El sol estaba brillante y la vista de la ciudad tan bonita como siempre. Se lo pensó un momento, podría aprovechar en continuar durmiendo un rato más antes de empezar el día. No siempre tenia la oportunidad de levantarse tarde.

    Pensaba en ello, y en lo que pudo haber ocurrido mientras estaba inconsciente. Lo bueno era que, esta vez... no había sangre en ningún lado.
    ━ ☾ 𝑴𝒐𝒏𝒐𝒓𝒐𝒍 ☽ ━ Alaska comenzó a recuperar los sentidos a la par que su cuerpo lentamente se movió debajo de las sábanas para poder estirarse. No le hice falta abrir los ojos. De hecho, no quería, porque sentía su cuerpo extremadam frío y húmedo a pesar de estar rodeada de telas limpias. Sabía lo que significaba. Estuvo en agua mucho tiempo y su mejor deducción era que llegó a la casa casi que mojando todo el piso. Lo iba a reconfirmar dentro de un rato. Bostezó, rodando un poco antes de levantar la cabeza y abrir un ojo para ver hacia la ventana. El sol estaba brillante y la vista de la ciudad tan bonita como siempre. Se lo pensó un momento, podría aprovechar en continuar durmiendo un rato más antes de empezar el día. No siempre tenia la oportunidad de levantarse tarde. Pensaba en ello, y en lo que pudo haber ocurrido mientras estaba inconsciente. Lo bueno era que, esta vez... no había sangre en ningún lado.
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  • Quiere seguir durmiendo, así que cumplirá lo que su cuerpo pide.
    Quiere seguir durmiendo, así que cumplirá lo que su cuerpo pide.
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  • Daniel estaba durmiendo tranquilamente hasta que algo paso

    pudo ver un futuro, una vision dada por la diosa lunar debido a todo el trabajo que habia visto en Daniel

    En aquella vision de apenas unos segundos pudo ver como se casaria con adriana, el que diria ese dia y se vio a si mismo junto a adriana

    justo entonces con una imagen en la cabeza desperto, diciendo mientras ve al cielo

    — Gracias, Diosa mia—

    sonrio demasiado quizas digo, ¿que mejor noticia que Apesar de todo, si se casará con adriana y podrá verla en su hermoso vestido de novia ?

    Asi que decidio levantarse e ir corriendo con su amada a besarla y abrazarla feliz de lo que les esperaba en el futuro

    Daniel estaba durmiendo tranquilamente hasta que algo paso pudo ver un futuro, una vision dada por la diosa lunar debido a todo el trabajo que habia visto en Daniel En aquella vision de apenas unos segundos pudo ver como se casaria con adriana, el que diria ese dia y se vio a si mismo junto a adriana justo entonces con una imagen en la cabeza desperto, diciendo mientras ve al cielo — Gracias, Diosa mia— sonrio demasiado quizas digo, ¿que mejor noticia que Apesar de todo, si se casará con adriana y podrá verla en su hermoso vestido de novia ? Asi que decidio levantarse e ir corriendo con su amada a besarla y abrazarla feliz de lo que les esperaba en el futuro
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