• — Cierto... No los he vuelto a visitar. Espero escuchar otra historia de Abuela.

    Aunque esos recuerdos no son suyos, agradece profundamente el gesto de Abuela de tratarlos como niños en un sistema origen donde nunca los vio más que demonios, instrumentos o monstruos, luego de la traición de Lotus, su otro yo sintió de nuevo aceptación y compasión.

    — Quizá deba traerle regalos cuando vuelva

    Comenta el tenno aprovechando el reposo desde la privacidad de su cuarto.

    — Cierto... No los he vuelto a visitar. Espero escuchar otra historia de Abuela. Aunque esos recuerdos no son suyos, agradece profundamente el gesto de Abuela de tratarlos como niños en un sistema origen donde nunca los vio más que demonios, instrumentos o monstruos, luego de la traición de Lotus, su otro yo sintió de nuevo aceptación y compasión. — Quizá deba traerle regalos cuando vuelva Comenta el tenno aprovechando el reposo desde la privacidad de su cuarto.
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  • [] :
    -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua-

    -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban-

    -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando-

    Ya no más...

    -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
    [🐺] : -Para Aria, el sonido de sus pasos no parecía real. Eran ecos distorsionados que rebotaban por pasillos infinitos, donde las paredes respiraban con un ritmo que no era humano. Era otra pesadilla, de las mismas que la habían estado atormentando todas estas noches sin descanso alguno. Otra vez se veía de pie, descalza, en medio de la academia, o mejor dicho, lo que quedaba de ella. El lugar era el mismo y, al mismo tiempo, no lo era. Todo parecía derretirse en los bordes, como tinta cayendo al agua- -Su cuerpo estaba tenso y paralizado. Frente a ella, una sombra huía. No tenía rostro, pero Aria sabía quién era. Lo sentía en lo más profundo de sus entrañas. La traición no necesitaba ojos para herirla. Cada paso que daba esa figura hacia la oscuridad dejaba una marca de tinta negra en el suelo. A su alrededor, siluetas sin rasgos se formaban de la nada. Flotaban. La miraban. Y aunque no tenían ojos, la juzgaban; y aunque no tenían boca, la condenaban- -"Tú fuiste la causa" Le decían. "Tú dejaste entrar al lobo". Quería gritar al igual que quería correr. Pero su cuerpo no respondía. Sentía el peso de cada mirada como fuego calcinándole la espalda lentamente. Entonces, todo se volvió más oscuro. Las luces se apagaron una por una, y solo quedó ella, de espaldas al mundo... sola. La figura que huía se desvanecía a lo lejos, llevándose consigo lo poco que quedaba de su antiguo yo. Al despertar, escuchó su propia voz, temblorosa, susurrando- Ya no más... -Pero ella sabía que esa sombra volvería a acecharla en sueños. Lo hacía cada noche, sin falta-
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  • El visor del Prototipo parpadeó, y el bosque se tornó más silencioso. Una pantalla roja emergió bruscamente: **NUEVO OBJETIVO ADQUIRIDO — LOCALIZAR Y ELIMINAR — BOSQUE SECTOR 9.**

    ×...no.× susurró, al ver las imágenes filtradas: un grupo de civiles, refugiados, niños incluso. Gente inocente. No armados. No amenazas.

    Pero la directriz no admitía duda. **PRIORIDAD: ELIMINACIÓN TOTAL.**

    El Prototipo intentó girarse, apartarse, pero un impulso lo sacudió por dentro. Como una descarga interna. Su cuerpo se tensó. Las articulaciones empezaron a moverse por sí solas.
    **EJECUCIÓN DE PROTOCOLO: OBLIGACIÓN PRIORITARIA.**
    סDetente!× gritó, su voz apagada bajo el ruido blanco que comenzaba a invadir su visor.

    La bufanda amarilla se agitaba como un lamento en la oscuridad. Cada paso hacia el bosque era una traición a lo poco humano que había despertado en él. Las ramas crujían bajo sus botas, los árboles se cerraban como un túnel de destino. Sabía lo que lo esperaban… no enemigos, sino rostros temerosos.

    Y aún así, no podía detenerse. Porque su programación lo arrastraba como un verdugo sin voluntad.
    El visor del Prototipo parpadeó, y el bosque se tornó más silencioso. Una pantalla roja emergió bruscamente: **NUEVO OBJETIVO ADQUIRIDO — LOCALIZAR Y ELIMINAR — BOSQUE SECTOR 9.** ×...no.× susurró, al ver las imágenes filtradas: un grupo de civiles, refugiados, niños incluso. Gente inocente. No armados. No amenazas. Pero la directriz no admitía duda. **PRIORIDAD: ELIMINACIÓN TOTAL.** El Prototipo intentó girarse, apartarse, pero un impulso lo sacudió por dentro. Como una descarga interna. Su cuerpo se tensó. Las articulaciones empezaron a moverse por sí solas. **EJECUCIÓN DE PROTOCOLO: OBLIGACIÓN PRIORITARIA.** סDetente!× gritó, su voz apagada bajo el ruido blanco que comenzaba a invadir su visor. La bufanda amarilla se agitaba como un lamento en la oscuridad. Cada paso hacia el bosque era una traición a lo poco humano que había despertado en él. Las ramas crujían bajo sus botas, los árboles se cerraban como un túnel de destino. Sabía lo que lo esperaban… no enemigos, sino rostros temerosos. Y aún así, no podía detenerse. Porque su programación lo arrastraba como un verdugo sin voluntad.
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  • Crónicas: Las debilidades del ser humano, un cuerpo cansado lleno de recuerdos.

    « Kyo. ¿Porqué decidiste terminar con tu vida?. Ahora lo entiendo. Desde el momento en que mis ojos vieron a esa mujer de la mano de otro hombre algo en mi corazón despertó. Un sentimiento de inferioridad, traición y culpa. Pero ella ya no te recuerda, tu cuerpo si.

    No pude llorar, no hay lágrimas cayendo por mis mejillas. Tampoco hay alegría dibujando una sonrisa en mis labios. Absolutamente nada pero si una punzada en el corazón. Kyo Wakana. ¿Fue acertada tu decisión?. ¿O tu muerte junto a las otras son producto de aquello que me tiene haciendo esto?.

    Estoy recordando todos los rostros muertos de aquellos que la historia olvidó. Sus historias, sus tragedias, sus malos y buenos momentos, me estoy cansando de esto. »
    Crónicas: Las debilidades del ser humano, un cuerpo cansado lleno de recuerdos. « Kyo. ¿Porqué decidiste terminar con tu vida?. Ahora lo entiendo. Desde el momento en que mis ojos vieron a esa mujer de la mano de otro hombre algo en mi corazón despertó. Un sentimiento de inferioridad, traición y culpa. Pero ella ya no te recuerda, tu cuerpo si. No pude llorar, no hay lágrimas cayendo por mis mejillas. Tampoco hay alegría dibujando una sonrisa en mis labios. Absolutamente nada pero si una punzada en el corazón. Kyo Wakana. ¿Fue acertada tu decisión?. ¿O tu muerte junto a las otras son producto de aquello que me tiene haciendo esto?. Estoy recordando todos los rostros muertos de aquellos que la historia olvidó. Sus historias, sus tragedias, sus malos y buenos momentos, me estoy cansando de esto. »
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  • Al caer vi mi hogar,
    mi cielo
    y mi alma rota;
    al caer
    vi mi vida desde otras alas.

    Mientras descendía:
    mi dolor,
    mi destino,
    mi propio exilio;
    la tierra
    otro refugio donde estar.

    (sólo el perdón me salva)

    El mayor de todos,
    fui cayendo,
    me llené de odio,
    de oscuridad y malicia.

    Soy la nueva estirpe:
    tu tentación
    más humana.
    Divinidad en el oro,
    sectario
    desde
    el edén hasta hoy.

    Mi sed de venganza:
    saciar
    vuestras almas de maldad
    y desobediencia.

    Soy el nuevo ídolo de barro.
    Corazón
    en tinieblas,
    tu creación más noble,
    a traición
    en el olvido.
    Al caer vi mi hogar, mi cielo y mi alma rota; al caer vi mi vida desde otras alas. Mientras descendía: mi dolor, mi destino, mi propio exilio; la tierra otro refugio donde estar. (sólo el perdón me salva) El mayor de todos, fui cayendo, me llené de odio, de oscuridad y malicia. Soy la nueva estirpe: tu tentación más humana. Divinidad en el oro, sectario desde el edén hasta hoy. Mi sed de venganza: saciar vuestras almas de maldad y desobediencia. Soy el nuevo ídolo de barro. Corazón en tinieblas, tu creación más noble, a traición en el olvido.
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  • —Preocupado seguía. Si bien había conseguido que Lucifer más o menos se recuperase ... Mucho se temía que no era suficiente. La cosa era que, él mismo también se sentía del mismo modo o al menos muy similar al del rey del infierno.

    Se sentía afortunado por ser independiente, si lo perfectamente el que se había abierto las venas podría haber sido él mismo. Y no una, si no tres veces. Una por traición vivida, seguida del abandono. —
    —Preocupado seguía. Si bien había conseguido que Lucifer más o menos se recuperase ... Mucho se temía que no era suficiente. La cosa era que, él mismo también se sentía del mismo modo o al menos muy similar al del rey del infierno. Se sentía afortunado por ser independiente, si lo perfectamente el que se había abierto las venas podría haber sido él mismo. Y no una, si no tres veces. Una por traición vivida, seguida del abandono. —
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  • Los ojos plateados de Anthork no son solo un rasgo físico, son el reflejo de su poder, su linaje y su destino. En su manada, los Alphas no se eligen solo por la fuerza bruta, sino por una combinación de ferocidad, instinto y dominio absoluto sobre su esencia sobrenatural. Su mirada plateada es el sello de su supremacía, un brillo que emana de su propia naturaleza indomable.

    Desde su nacimiento, sus ojos fueron distintos, un presagio de grandeza y un recordatorio de su singularidad, tal vez por esa razón fue abandonado nada más nacer.
    Se dice que los lobos con ojos plateados llevan la esencia de la luna misma, bendecidos por los ancestros para liderar con fuerza y sabiduría. En la penumbra, su mirada resplandece como el acero bajo la luz, intimidante para sus enemigos y reconfortante para su manada.

    Más allá de su significado simbólico, sus ojos también le otorgan una percepción única. Puede ver más allá de lo evidente, captar los matices de las emociones y los cambios en la energía de su entorno con una precisión aterradora. Es un don y una maldición, pues nada escapa a su mirada afilada, ni la mentira ni la traición.

    Los ojos de Anthork no son solo su marca de Alpha, son su legado, su identidad y su advertencia silenciosa a cualquiera que ose desafiarlo.

    En su forma lobuna, el rojo en sus ojos no solo es un símbolo de furia, sino un instinto primitivo despertando. Es la señal de que la caza ha comenzado, de que su control se transforma en una violencia calculada, en la ira de un líder que no permitirá que su manada, su territorio o aquello que es suyo, sea arrebatado.

    Cuando sus ojos arden como brasas, no hay marcha atrás. Anthork no solo lucha, arrasa.
    Los ojos plateados de Anthork no son solo un rasgo físico, son el reflejo de su poder, su linaje y su destino. En su manada, los Alphas no se eligen solo por la fuerza bruta, sino por una combinación de ferocidad, instinto y dominio absoluto sobre su esencia sobrenatural. Su mirada plateada es el sello de su supremacía, un brillo que emana de su propia naturaleza indomable. Desde su nacimiento, sus ojos fueron distintos, un presagio de grandeza y un recordatorio de su singularidad, tal vez por esa razón fue abandonado nada más nacer. Se dice que los lobos con ojos plateados llevan la esencia de la luna misma, bendecidos por los ancestros para liderar con fuerza y sabiduría. En la penumbra, su mirada resplandece como el acero bajo la luz, intimidante para sus enemigos y reconfortante para su manada. Más allá de su significado simbólico, sus ojos también le otorgan una percepción única. Puede ver más allá de lo evidente, captar los matices de las emociones y los cambios en la energía de su entorno con una precisión aterradora. Es un don y una maldición, pues nada escapa a su mirada afilada, ni la mentira ni la traición. Los ojos de Anthork no son solo su marca de Alpha, son su legado, su identidad y su advertencia silenciosa a cualquiera que ose desafiarlo. En su forma lobuna, el rojo en sus ojos no solo es un símbolo de furia, sino un instinto primitivo despertando. Es la señal de que la caza ha comenzado, de que su control se transforma en una violencia calculada, en la ira de un líder que no permitirá que su manada, su territorio o aquello que es suyo, sea arrebatado. Cuando sus ojos arden como brasas, no hay marcha atrás. Anthork no solo lucha, arrasa.
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  • Apolo descendió del Olimpo con una mezcla de hastío y desdén, sintiendo una vez más que ese lugar jamás sería su verdadero hogar. Su gente, su propia sangre, seguía sin entenderlo, sin aceptar que él no era como ellos. La traición, la exclusión, la falta de comprensión… eran cicatrices que no desaparecerían.

    Sus hermanas podían llamarlo exagerado, obsesivo o lo que quisieran, pero ninguna entendía el vínculo que lo unía a Ellie. No se trataba solo de amor, era algo más profundo, más instintivo, casi divino, algo sagrado. No podía estar tantas horas sin ella sin que su cuerpo lo resintiera, sin que su mente se nublara. Y aún así, lo juzgaban, lo atacaban como si él fuera el culpable por simplemente seguir lo que su propia naturaleza le dictaba. Pretendían que pidiera perdón, pero él era el Dios de la verdad y nunca mentía.

    El aire de la Tierra le resultó un alivio. La brisa, los sonidos lejanos de la ciudad… aquí sí podía respirar, aquí tenía algo real.

    Se dirigió directamente hacia Ellie, encontrándola con solo seguir el latido de su esencia en su interior. Apenas la vio, toda la tensión acumulada en su pecho comenzó a disiparse.

    — Si tan solo supieras lo insoportable que puede llegar a ser esa gente… — murmuró, envolviéndola en sus brazos y respirando profundamente su aroma.

    Aquí era donde realmente pertenecía. No en el Olimpo, no entre quienes lo veían como uno más como un niño, mal criado cuando precisamente era todo lo contrario, las infantiles e inmaduras eran ellas. Solo Ellie era su verdadero hogar.
    Apolo descendió del Olimpo con una mezcla de hastío y desdén, sintiendo una vez más que ese lugar jamás sería su verdadero hogar. Su gente, su propia sangre, seguía sin entenderlo, sin aceptar que él no era como ellos. La traición, la exclusión, la falta de comprensión… eran cicatrices que no desaparecerían. Sus hermanas podían llamarlo exagerado, obsesivo o lo que quisieran, pero ninguna entendía el vínculo que lo unía a Ellie. No se trataba solo de amor, era algo más profundo, más instintivo, casi divino, algo sagrado. No podía estar tantas horas sin ella sin que su cuerpo lo resintiera, sin que su mente se nublara. Y aún así, lo juzgaban, lo atacaban como si él fuera el culpable por simplemente seguir lo que su propia naturaleza le dictaba. Pretendían que pidiera perdón, pero él era el Dios de la verdad y nunca mentía. El aire de la Tierra le resultó un alivio. La brisa, los sonidos lejanos de la ciudad… aquí sí podía respirar, aquí tenía algo real. Se dirigió directamente hacia Ellie, encontrándola con solo seguir el latido de su esencia en su interior. Apenas la vio, toda la tensión acumulada en su pecho comenzó a disiparse. — Si tan solo supieras lo insoportable que puede llegar a ser esa gente… — murmuró, envolviéndola en sus brazos y respirando profundamente su aroma. Aquí era donde realmente pertenecía. No en el Olimpo, no entre quienes lo veían como uno más como un niño, mal criado cuando precisamente era todo lo contrario, las infantiles e inmaduras eran ellas. Solo Ellie era su verdadero hogar.
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  • ᴇʟíᴀꜱ
    ──────
    En Knaresborough cada nueva generación de neófitos "Llamas de sangre" eran censados y asignados a una unidad de nodrizas quienes los criarían y educarían desde el momento que terminaran de lactar, asignándole nombres aleatorios con el fin de no poder ser identificados por sus padres a medida que crezcan, el vínculo paternal era roto al momento que la madre dejaba de amamantar, luego de eso, sería un adiós para siempre.

    Así pasaba con cada infante de esta tribu que cada año crecía en número volviéndose más y más poderosa.

    Los padres asumían el arrebatamiento de sus hijos como algo natural parte del ciclo de vida. Los nuevos habitantes del pueblo serían inducidos a un duro entrenamiento y adoctrinamiento militar apenas tuvieran consciencia del porqué y con qué fin habían sido concebidos.

    Este no era el caso de Elías, hijo de Hamza, un Llama de Sangre y Astrid, arquera Nórdica quien se había asentado en la tribu sin saber lo que significaría ser madre en un lugar como ese. La única forma de que una extranjera sea aceptada y recibida en Knaresborough era procrear y pasar por el rito de brazas calientes en cuencos con agua de mar durante la luna sangrienta para que así, por este pacto, el niño naciera con poderes de fuego... un soldado más para la ambiciosa colección del gobernante en ese entonces.

    Las madres quedaban con quemaduras de segundo grado en gran parte de sus cuerpos, era el costo de procrear bebés con poderes sobrenaturales

    Astrid, como las demás sufrió el mismo destino, tardó un largo tiempo en sanar las cicatrices que las brazas habían hecho en su piel. Ella, después de todo este sacrificio no daría su único hijo así como así, lo amaba sin conocerlo aún, no lo dejaría ir. Tenía que encontrar la manera de no perderlo.

    Pasó el tiempo y Elías era un hermoso y feliz bebé pelirrojo de pocos meses, cuando con mucho pesar Astrid le pidió a su esposo Hamza que lo marcara en su espalda, una huella al rojo vivo que no se borarría, la señal que aún estando lejos les indicaría quien era su hijo. Y así fue, el niño creció ganándose el respeto y cariño de las personas que estaban a su cargo. Mientras sus padres biológicos jamás dejaron de verlo y compartir con él a escondidas entregando todos sus conocimientos y amor a su preciado hijo.
    Como pocos pudo conocer a sus padres y mantener una relación de familia en lo secreto de las vigilias, en la soledad y con ellos podía llamarse con su legítimo nombre: Elías, pero para todos los demás era conocido como Gaspar el joven promesa.

    En una de tantas veladas con sus padres recibió una noticia que traía consigo una gran responsabilidad: Su madre Astrid esperaba una niña; su nombre sería Elizabeth y por ella también haría el rito de la luna roja aunque eso significara pasar por el doloroso proceso de sanación.

    Pasó el tiempo y Elizabeth pequeña todavía ya era parte de un grupo que en el futuro tenían todas las fichas puestas para ser el escuadrón combativo más letal de los últimos tiempos.

    A diferencia de su hermano, Liz no fue marcada ya que sus padres fueron asesinados por alta traición (a penas ella nació) al descubrir que mantenían contacto con su hijo, más nunca descubrieron de quien se trataba.
    Elías hizo unos arreglos con una de las nodrisas que afortunadamente lo tenían en gran estima para registrar con el nombre real a la pequeña pelirroja, nunca se presentó ante ella como su familiar, la observaba y cuidaba a distancia siempre que podía.

    El año del Búho llegó y con este el terrible genocidio de toda la tribu, muchos murieron y a él lo tomaron prisionero, entre cinco fue engrillado y arrastrado hasta un barco para hacerlo esclavo en el viejo continente. Su mundo se había destrozado por completo el corazón le dolía causando en cada palpitar agudas punzadas, pero entonces la vio... su pequeña hermanita se escabullía para ser libre. Elizabeth lo logró, eso quería creer, era una chispa de esperanza. Lograría escapar y la encontraría donde sea que estuviera sólo tenía que esperar el tiempo adecuado.

    A͟͞c͟͞t͟͞u͟͞a͟͞l͟͞i͟͞d͟͞a͟͞d͟͞ ͟͞

    Seis años pasaron para lograr su ansiada independencia después de un largo y tortuoso tiempo como esclavo al fin pudo emprender su búsqueda. Recordaba a Elizabeth como una niña, sería difícil dar con ella dependiendo sólo de sus memorias.
    Por suerte para él, después de un par de años de intensa investigación arribó a uno de los poblados donde Liz había adquirido cierta popularidad como la Reina Escarlata: una guerrera de ojos carmesí y la furia de su llama que consumía todo a su paso. Elías no dudó, era ella.

    Siguió migaja por migaja que obtenía de información recorriendo cada lugar que Liz había pisado hasta que despues de miles de kilómetros recorridos de travesía llegó a Kyoto.

    ── Te encontraré Elizabeth, aunque sea lo último que haga
    ᴇʟíᴀꜱ ────── En Knaresborough cada nueva generación de neófitos "Llamas de sangre" eran censados y asignados a una unidad de nodrizas quienes los criarían y educarían desde el momento que terminaran de lactar, asignándole nombres aleatorios con el fin de no poder ser identificados por sus padres a medida que crezcan, el vínculo paternal era roto al momento que la madre dejaba de amamantar, luego de eso, sería un adiós para siempre. Así pasaba con cada infante de esta tribu que cada año crecía en número volviéndose más y más poderosa. Los padres asumían el arrebatamiento de sus hijos como algo natural parte del ciclo de vida. Los nuevos habitantes del pueblo serían inducidos a un duro entrenamiento y adoctrinamiento militar apenas tuvieran consciencia del porqué y con qué fin habían sido concebidos. Este no era el caso de Elías, hijo de Hamza, un Llama de Sangre y Astrid, arquera Nórdica quien se había asentado en la tribu sin saber lo que significaría ser madre en un lugar como ese. La única forma de que una extranjera sea aceptada y recibida en Knaresborough era procrear y pasar por el rito de brazas calientes en cuencos con agua de mar durante la luna sangrienta para que así, por este pacto, el niño naciera con poderes de fuego... un soldado más para la ambiciosa colección del gobernante en ese entonces. Las madres quedaban con quemaduras de segundo grado en gran parte de sus cuerpos, era el costo de procrear bebés con poderes sobrenaturales Astrid, como las demás sufrió el mismo destino, tardó un largo tiempo en sanar las cicatrices que las brazas habían hecho en su piel. Ella, después de todo este sacrificio no daría su único hijo así como así, lo amaba sin conocerlo aún, no lo dejaría ir. Tenía que encontrar la manera de no perderlo. Pasó el tiempo y Elías era un hermoso y feliz bebé pelirrojo de pocos meses, cuando con mucho pesar Astrid le pidió a su esposo Hamza que lo marcara en su espalda, una huella al rojo vivo que no se borarría, la señal que aún estando lejos les indicaría quien era su hijo. Y así fue, el niño creció ganándose el respeto y cariño de las personas que estaban a su cargo. Mientras sus padres biológicos jamás dejaron de verlo y compartir con él a escondidas entregando todos sus conocimientos y amor a su preciado hijo. Como pocos pudo conocer a sus padres y mantener una relación de familia en lo secreto de las vigilias, en la soledad y con ellos podía llamarse con su legítimo nombre: Elías, pero para todos los demás era conocido como Gaspar el joven promesa. En una de tantas veladas con sus padres recibió una noticia que traía consigo una gran responsabilidad: Su madre Astrid esperaba una niña; su nombre sería Elizabeth y por ella también haría el rito de la luna roja aunque eso significara pasar por el doloroso proceso de sanación. Pasó el tiempo y Elizabeth pequeña todavía ya era parte de un grupo que en el futuro tenían todas las fichas puestas para ser el escuadrón combativo más letal de los últimos tiempos. A diferencia de su hermano, Liz no fue marcada ya que sus padres fueron asesinados por alta traición (a penas ella nació) al descubrir que mantenían contacto con su hijo, más nunca descubrieron de quien se trataba. Elías hizo unos arreglos con una de las nodrisas que afortunadamente lo tenían en gran estima para registrar con el nombre real a la pequeña pelirroja, nunca se presentó ante ella como su familiar, la observaba y cuidaba a distancia siempre que podía. El año del Búho llegó y con este el terrible genocidio de toda la tribu, muchos murieron y a él lo tomaron prisionero, entre cinco fue engrillado y arrastrado hasta un barco para hacerlo esclavo en el viejo continente. Su mundo se había destrozado por completo el corazón le dolía causando en cada palpitar agudas punzadas, pero entonces la vio... su pequeña hermanita se escabullía para ser libre. Elizabeth lo logró, eso quería creer, era una chispa de esperanza. Lograría escapar y la encontraría donde sea que estuviera sólo tenía que esperar el tiempo adecuado. A͟͞c͟͞t͟͞u͟͞a͟͞l͟͞i͟͞d͟͞a͟͞d͟͞ ͟͞ Seis años pasaron para lograr su ansiada independencia después de un largo y tortuoso tiempo como esclavo al fin pudo emprender su búsqueda. Recordaba a Elizabeth como una niña, sería difícil dar con ella dependiendo sólo de sus memorias. Por suerte para él, después de un par de años de intensa investigación arribó a uno de los poblados donde Liz había adquirido cierta popularidad como la Reina Escarlata: una guerrera de ojos carmesí y la furia de su llama que consumía todo a su paso. Elías no dudó, era ella. Siguió migaja por migaja que obtenía de información recorriendo cada lugar que Liz había pisado hasta que despues de miles de kilómetros recorridos de travesía llegó a Kyoto. ── Te encontraré Elizabeth, aunque sea lo último que haga
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    ||¿¡CÓMO QUE ESE MANOJO DE PIROPOS QUE LANCÉ COMO TODO ROMEO ENAMORADO FUERON A OTRO ALASTOR Y NO AL MÍO!?

    -Saca el revolver y se pone la punta en la boca.
    No merece vivir luego de la alta traición por confundir a su adorado esposo (Que en su defensa se dejó guiar por el nombre)-
    ||¿¡CÓMO QUE ESE MANOJO DE PIROPOS QUE LANCÉ COMO TODO ROMEO ENAMORADO FUERON A OTRO ALASTOR Y NO AL MÍO!? -Saca el revolver y se pone la punta en la boca. No merece vivir luego de la alta traición por confundir a su adorado esposo (Que en su defensa se dejó guiar por el nombre)-
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