• — aaa...tengo sueño...que noche de..—

    Dormido camina tambaleándose
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    https://vm.tiktok.com/ZMSxwwE1Q/
    Solo dormí 2 horas y ver esto se me quitó el sueño otra vez XDDD no puedo con esto
    -Colapza callendo al piso -

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  • 𝑈𝑛 𝑠𝑢𝑒𝑛̃𝑜 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑟𝑟𝑒𝑛𝑡𝑒
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    — 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐫 𝐚𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨

    La verdad es que arder intensamente entre llamas plateadas no era algo nuevo para Nesta Archeron, pero arder dentro de un sueño, tal vez sí lo era.

    Nesta había caído en lo profundo de un lago, la armadura le había imposibilitado subir a la superficie así que su espalda tocó el fondo de aquel oscuro lugar.

    Abrió los ojos bajo el agua y pudo ver leves rayos de luz atravesando la superficie, era hermoso, verdaderamente hermoso, era como captar una aurora boreal dentro del agua.

    La alta fae sintió como sus pulmones comenzaban a quedarse sin aire y supo en aquel momento que iba a morir, que allí acababa todo, allí perecía la valkyria.

    Los primeros pensamientos fueron sobre Cassian, luego Azriel y las Valkyrias, seguidamente vino la imagen del rostro de Elain junto a Nyx en el jardín, y por último Rhysand, Amren y Feyra.

    La última bocanada de aire se escapó de su boca y todo se volvió negro y espeso, todo se apagó a su alrededor. La Alta fae abrazó aquel momento, lo hizo suyo, pues como dama de la muerte no le tenía miedo, sabía que no merecía que nadie llorase aquella pérdida, tampoco se perdía tanto ¿Verdad?

    A sus espaldas retumbó una voz: "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜.", Nesta reconoció aquella voz que había estado en su mente desde la primera vez que se encontró cara a cara con él, Lanthys, era la maldita voz de Lanthys. "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑦 𝑐𝑎𝑏𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑐𝑒𝑟𝜄́𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑗𝑒, 𝑏𝑟𝑢𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝑂𝑜𝑟𝑖𝑑." Ordenaba aquella voz, y entonces sintió una mano en su cintura, otra en su hombro, como la mano de la cintura se deslizaba entre las cintas de su armadura de Valkyria, y como buscaba lo que había bajo aquellas telas, su piel.
    Nesta se revolvió cerrando los ojos con fuerza y todo su cuerpo estalló en llamas plateadas alejando aquellas manos que la tocaban, alejando al agua, alejando a todo aquello que la molestaba. La mujer buscó desesperadamente en su cintura el mango de su fiel compañera, Ataraxia, su espada y alzándola hacia aquellos rayos de luz que se entreveían en la superficie del lago se impulsó hasta salir.

    Fue en ese momento donde Nesta Archeron se despertó empapada en sudor con un libro en la mano, jadeando, verdaderamente despeinada, a la sombra de uno de los árboles de Velaris ¿Era acaso parte del futuro? Ella no era vidente como su hermana, pero si podía encontrar cosas relacionadas con el Tesoro del Terror, y teniendo en cuenta que todavía quedaba uno por encontrar... ¿Sería en aquel lago donde lo encontraría?

    Se pasó la mano por la frente, preocupada, arrastrando el sudor que le corría por el rostro, aquel estúpido sueño no era la primera vez que venía a ella.
    — 𝐒𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞𝐫 𝐚𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨 La verdad es que arder intensamente entre llamas plateadas no era algo nuevo para Nesta Archeron, pero arder dentro de un sueño, tal vez sí lo era. Nesta había caído en lo profundo de un lago, la armadura le había imposibilitado subir a la superficie así que su espalda tocó el fondo de aquel oscuro lugar. Abrió los ojos bajo el agua y pudo ver leves rayos de luz atravesando la superficie, era hermoso, verdaderamente hermoso, era como captar una aurora boreal dentro del agua. La alta fae sintió como sus pulmones comenzaban a quedarse sin aire y supo en aquel momento que iba a morir, que allí acababa todo, allí perecía la valkyria. Los primeros pensamientos fueron sobre Cassian, luego Azriel y las Valkyrias, seguidamente vino la imagen del rostro de Elain junto a Nyx en el jardín, y por último Rhysand, Amren y Feyra. La última bocanada de aire se escapó de su boca y todo se volvió negro y espeso, todo se apagó a su alrededor. La Alta fae abrazó aquel momento, lo hizo suyo, pues como dama de la muerte no le tenía miedo, sabía que no merecía que nadie llorase aquella pérdida, tampoco se perdía tanto ¿Verdad? A sus espaldas retumbó una voz: "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜.", Nesta reconoció aquella voz que había estado en su mente desde la primera vez que se encontró cara a cara con él, Lanthys, era la maldita voz de Lanthys. "𝑇𝑜𝑚𝑎 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑠 𝑡𝑢𝑦𝑜 𝑦 𝑐𝑎𝑏𝑎𝑙𝑔𝑎 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑎 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑐𝑒𝑟𝜄́𝑎 𝑠𝑎𝑙𝑣𝑎𝑗𝑒, 𝑏𝑟𝑢𝑗𝑎 𝑑𝑒 𝑂𝑜𝑟𝑖𝑑." Ordenaba aquella voz, y entonces sintió una mano en su cintura, otra en su hombro, como la mano de la cintura se deslizaba entre las cintas de su armadura de Valkyria, y como buscaba lo que había bajo aquellas telas, su piel. Nesta se revolvió cerrando los ojos con fuerza y todo su cuerpo estalló en llamas plateadas alejando aquellas manos que la tocaban, alejando al agua, alejando a todo aquello que la molestaba. La mujer buscó desesperadamente en su cintura el mango de su fiel compañera, Ataraxia, su espada y alzándola hacia aquellos rayos de luz que se entreveían en la superficie del lago se impulsó hasta salir. Fue en ese momento donde Nesta Archeron se despertó empapada en sudor con un libro en la mano, jadeando, verdaderamente despeinada, a la sombra de uno de los árboles de Velaris ¿Era acaso parte del futuro? Ella no era vidente como su hermana, pero si podía encontrar cosas relacionadas con el Tesoro del Terror, y teniendo en cuenta que todavía quedaba uno por encontrar... ¿Sería en aquel lago donde lo encontraría? Se pasó la mano por la frente, preocupada, arrastrando el sudor que le corría por el rostro, aquel estúpido sueño no era la primera vez que venía a ella.
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    Si ese pinche refrán chino donde dice que uno no puede dormir porque alguien sueña o piensa en uno toda la noche
    Ya Por favor dejame dormir quien quiera que seas no puedo conciliar el sueño ya 3 días (⁠〒⁠﹏⁠〒⁠) pinche insomnio

    -Me pongo la almohada en el rostro y grito -
    Si ese pinche refrán chino donde dice que uno no puede dormir porque alguien sueña o piensa en uno toda la noche Ya Por favor dejame dormir quien quiera que seas no puedo conciliar el sueño ya 3 días (⁠〒⁠﹏⁠〒⁠) pinche insomnio -Me pongo la almohada en el rostro y grito -
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  • Aaaah... Tengo mucho sueño...

    *Elios estaba agotado y somnoliento.*

    Sé que hay sol pero no me importa un cuerno, me voy a dormir... Además ella ya se fue, y va a empezar el juego del calamar en unas horas...

    *Se va a dormir.*
    Aaaah... Tengo mucho sueño... *Elios estaba agotado y somnoliento.* Sé que hay sol pero no me importa un cuerno, me voy a dormir... Además ella ya se fue, y va a empezar el juego del calamar en unas horas... *Se va a dormir.*
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  • Donde el silencio respira

    Habían pasado dos semanas desde que Akane llegó al pueblito cerca de las montañas de las montañas, un lugar que parecía dormido en el tiempo. Las calles empedradas, las fachadas de tejas antiguas y los geranios colgando de las ventanas componían una calma que rozaba lo irreal. Era como si cada rincón exhalara dulces memorias.

    Ella vivía en un pequeño cuarto alquilado en la casa de una viuda de unos 48 años. La mujer, de manos fuertes y voz pausada, no hacía muchas preguntas; simplemente aceptó la presencia de Akane con una mezcla de curiosidad y respeto. En ese hogar silencioso, Akane encontró algo raro: estabilidad. Los ruidos eran suaves, el reloj parecía caminar más lento, y sus sueños no la despertaban tan bruscamente como antes.

    Paseaba a diario por el pueblo, y aunque su juventud destacaba entre la mayoría de los habitantes mayores, nadie la miraba con recelo. Al contrario, los rostros se iluminaban al verla pasar, le ofrecían frutas del mercado, saludos calurosos, e incluso recuerdos de otros tiempos donde el pueblo no estaba tan lleno de canas.

    Su cuerpo, tras tanto desgaste, mostraba señales de sanación. Ya no tenía que sujetarse del marco de la puerta al levantarse por la mañana. Aun así, algo dentro de ella, aquella llama que había conocido como goblina o como ogresa demonio permanecía dormida. No era ausencia, era espera.

    Su cabello ahora completamente plateado, brillaba con una luz suave, casi lunar, que parecía intensificarse bajo el cielo nocturno. Las ojeras aún teñían su mirada, pero menos profundas, como cicatrices que ya no dolían tanto, aunque no podían olvidarse.

    En este lugar detenido en el tiempo, Akane no buscaba nada. Pero quizás, sin saberlo, comenzaba a encontrar algo.
    Donde el silencio respira Habían pasado dos semanas desde que Akane llegó al pueblito cerca de las montañas de las montañas, un lugar que parecía dormido en el tiempo. Las calles empedradas, las fachadas de tejas antiguas y los geranios colgando de las ventanas componían una calma que rozaba lo irreal. Era como si cada rincón exhalara dulces memorias. Ella vivía en un pequeño cuarto alquilado en la casa de una viuda de unos 48 años. La mujer, de manos fuertes y voz pausada, no hacía muchas preguntas; simplemente aceptó la presencia de Akane con una mezcla de curiosidad y respeto. En ese hogar silencioso, Akane encontró algo raro: estabilidad. Los ruidos eran suaves, el reloj parecía caminar más lento, y sus sueños no la despertaban tan bruscamente como antes. Paseaba a diario por el pueblo, y aunque su juventud destacaba entre la mayoría de los habitantes mayores, nadie la miraba con recelo. Al contrario, los rostros se iluminaban al verla pasar, le ofrecían frutas del mercado, saludos calurosos, e incluso recuerdos de otros tiempos donde el pueblo no estaba tan lleno de canas. Su cuerpo, tras tanto desgaste, mostraba señales de sanación. Ya no tenía que sujetarse del marco de la puerta al levantarse por la mañana. Aun así, algo dentro de ella, aquella llama que había conocido como goblina o como ogresa demonio permanecía dormida. No era ausencia, era espera. Su cabello ahora completamente plateado, brillaba con una luz suave, casi lunar, que parecía intensificarse bajo el cielo nocturno. Las ojeras aún teñían su mirada, pero menos profundas, como cicatrices que ya no dolían tanto, aunque no podían olvidarse. En este lugar detenido en el tiempo, Akane no buscaba nada. Pero quizás, sin saberlo, comenzaba a encontrar algo.
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  • —Hubo una vez que... —Un flashazo de una memoria vieja o solo un extraño sueño.-
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  • ~~~~~~~~~~~~Fallen Angel

    No hay forma de regresar, su conciencia se perdia poco a poco, en el mundo de los sueños fue herida..

    Nadie imaginó que hasta los sueño podrían "matar"
    Aunque su cuerpo físico está bien, la herida de su cuerpo espiritual es letal, poco a poco se desmanese convertida en burbujas.

    Sin su espíritu, su cuerpo físico estará en un "sueño eterno."
    ~~~~~~~~~~~~Fallen Angel No hay forma de regresar, su conciencia se perdia poco a poco, en el mundo de los sueños fue herida.. Nadie imaginó que hasta los sueño podrían "matar" Aunque su cuerpo físico está bien, la herida de su cuerpo espiritual es letal, poco a poco se desmanese convertida en burbujas. Sin su espíritu, su cuerpo físico estará en un "sueño eterno."
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  • Recuerdo de las 25 noches...

    El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados, pero algo en su corazón se sentía gris. Una vez más, la melodía de Angel-Damino sonaba en su mente, como un eco distante, como si las olas también la cantaran en susurros.

    Lia se detuvo, mirando el horizonte. Las palabras de la canción se repetían en su cabeza "Tantas noches, te vi en mis sueños...".
    No podía evitarlo, cada vez que escuchaba esa parte, algo en su pecho se apretaba. La misma sensación de cuando todo parecía tener sentido, pero se rompió por algo que ni ella misma pudo descifrar.
    "Lo intente. De verdad que lo hice..." pensó, mirando el agua moverse en círculos. Había sido un amor que se sintió intenso, pero también fugaz. "Si solo tú hubieras dicho algo…" pensaba mientras un suspiro se escapaba de sus labios.

    La imagen de aquel ser cruzó su mente, tan distante ahora, tan diferente. A veces, Lia se preguntaba si la otra parte realmente lo había intentado o si había tomado el camino más fácil. Sin embargo, algo en ella le decía que tal vez todo había sucedido como debía.

    Y él parecía estar bien, había seguido adelante, sin mostrar rastros de tristeza o arrepentimiento.

    "Tal vez fue lo mejor", se dijo en voz baja, dejando que el sonido de las olas arrastrara sus palabras hacia el mar.

    Lia continuó su caminar por la orilla mojándose la ropa, mientras la canción seguía sonando. Quizás las cosas se habían desmoronado, pero el sol seguía poniéndose, el mar seguía existiendo, y ella también.
    Recuerdo de las 25 noches... El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados, pero algo en su corazón se sentía gris. Una vez más, la melodía de Angel-Damino sonaba en su mente, como un eco distante, como si las olas también la cantaran en susurros. Lia se detuvo, mirando el horizonte. Las palabras de la canción se repetían en su cabeza "Tantas noches, te vi en mis sueños...". No podía evitarlo, cada vez que escuchaba esa parte, algo en su pecho se apretaba. La misma sensación de cuando todo parecía tener sentido, pero se rompió por algo que ni ella misma pudo descifrar. "Lo intente. De verdad que lo hice..." pensó, mirando el agua moverse en círculos. Había sido un amor que se sintió intenso, pero también fugaz. "Si solo tú hubieras dicho algo…" pensaba mientras un suspiro se escapaba de sus labios. La imagen de aquel ser cruzó su mente, tan distante ahora, tan diferente. A veces, Lia se preguntaba si la otra parte realmente lo había intentado o si había tomado el camino más fácil. Sin embargo, algo en ella le decía que tal vez todo había sucedido como debía. Y él parecía estar bien, había seguido adelante, sin mostrar rastros de tristeza o arrepentimiento. "Tal vez fue lo mejor", se dijo en voz baja, dejando que el sonido de las olas arrastrara sus palabras hacia el mar. Lia continuó su caminar por la orilla mojándose la ropa, mientras la canción seguía sonando. Quizás las cosas se habían desmoronado, pero el sol seguía poniéndose, el mar seguía existiendo, y ella también.
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  • -Seguía durmiendo ya que no había conciliado el sueño durante la noche y madrugada y Charlie le había pedido que se tomara el día se sentía muy cansado ya que sentía como su energía era drenada -
    -Seguía durmiendo ya que no había conciliado el sueño durante la noche y madrugada y Charlie le había pedido que se tomara el día se sentía muy cansado ya que sentía como su energía era drenada -
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