• Dean Winchester despertó en el bunker. A su alrededor, el silencio era casi palpable, roto solo por el suave zumbido del sistema de renovación del aire. La noche anterior había sido intensa: un caso de un espíritu vengativo que había dejado un rastro de caos en una pequeña ciudad. Había tenido que usar todas sus habilidades y un par de trucos más para salir de esa situación.

    Al abrir los ojos, una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a Hope Mikaelson dormida a su lado. Su cabello castaño caía en desorden sobre la almohada, y la luz de la mesilla, la cual había quedado encendida toda la noche, iluminaba suavemente sus rasgos. A pesar del cansancio, Dean sintió una calidez en su pecho. Había sido una locura encontrarse en medio de una batalla sobrenatural y luego terminar acurrucados, pero él no podía pedir nada mejor.

    Se frotó los ojos y trató de levantarse con cuidado para no despertarla, pero el movimiento hizo que Hope entreabriera los ojos.
    — ¿Ya te vas? — preguntó con voz adormilada, sonriendo apenas.

    — Solo voy por un café — respondió Dean, sintiendo cómo la tensión de la noche anterior se desvanecía un poco más con su presencia. —¿Te apetece algo?—

    Hope se estiró, dejando escapar un pequeño bostezo.
    — Un café suena perfecto — dijo mientras se sentaba en la cama, sus ojos aún llenos de sueño, pero brillantes.

    Dean se levantó, sintiendo el peso del cansancio en sus músculos, pero al mismo tiempo, una energía renovada gracias a ella. Mientras se vestía, recordó los momentos más tensos de la noche. La lucha contra el espíritu había sido feroz, pero habían logrado liberar a la víctima y restablecer la paz en el pueblo. Sin embargo, cada victoria venía con su propio precio, y los recuerdos de lo que había enfrentado a menudo lo perseguían. Pero ahora, con Hope a su lado, todo parecía un poco más llevadero.

    Al salir de su habitación, el eco de sus pasos resonó por los pasillos vacíos. Se detuvo un momento, escuchando los sonidos de la casa: el leve murmullo de la calefacción, el goteo del grifo en la cocina, y el sonido inconfundible de Sam en el biblioteca, probablemente revisando los libros antiguos.

    Cuando entró a la cocina, la vista de su hermano trabajando le trajo una sensación de calma.
    —Buenos días, Sammy— dijo con una sonrisa cansada, mientras se servía una taza de café. —Hope se despierta ahora, a mi ya veo que no, pero ¿harías un poco de bacon para ella?.—

    —¿Estás seguro de que ella ha pedido bacon? Mira que no te conviene cabrear a la gran tribrida— bromeó Sam, levantando una ceja mientras miraba a su hermano con una sonrisa.

    Dean rió, sintiendo que, a pesar de los horrores del mundo, esos momentos simples entre risas y café hacían que todo valiera la pena.



    #3D #Comunidad3D #Personajes3D #Winchelson #DeanWinchester
    Dean Winchester despertó en el bunker. A su alrededor, el silencio era casi palpable, roto solo por el suave zumbido del sistema de renovación del aire. La noche anterior había sido intensa: un caso de un espíritu vengativo que había dejado un rastro de caos en una pequeña ciudad. Había tenido que usar todas sus habilidades y un par de trucos más para salir de esa situación. Al abrir los ojos, una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a Hope Mikaelson dormida a su lado. Su cabello castaño caía en desorden sobre la almohada, y la luz de la mesilla, la cual había quedado encendida toda la noche, iluminaba suavemente sus rasgos. A pesar del cansancio, Dean sintió una calidez en su pecho. Había sido una locura encontrarse en medio de una batalla sobrenatural y luego terminar acurrucados, pero él no podía pedir nada mejor. Se frotó los ojos y trató de levantarse con cuidado para no despertarla, pero el movimiento hizo que Hope entreabriera los ojos. — ¿Ya te vas? — preguntó con voz adormilada, sonriendo apenas. — Solo voy por un café — respondió Dean, sintiendo cómo la tensión de la noche anterior se desvanecía un poco más con su presencia. —¿Te apetece algo?— Hope se estiró, dejando escapar un pequeño bostezo. — Un café suena perfecto — dijo mientras se sentaba en la cama, sus ojos aún llenos de sueño, pero brillantes. Dean se levantó, sintiendo el peso del cansancio en sus músculos, pero al mismo tiempo, una energía renovada gracias a ella. Mientras se vestía, recordó los momentos más tensos de la noche. La lucha contra el espíritu había sido feroz, pero habían logrado liberar a la víctima y restablecer la paz en el pueblo. Sin embargo, cada victoria venía con su propio precio, y los recuerdos de lo que había enfrentado a menudo lo perseguían. Pero ahora, con Hope a su lado, todo parecía un poco más llevadero. Al salir de su habitación, el eco de sus pasos resonó por los pasillos vacíos. Se detuvo un momento, escuchando los sonidos de la casa: el leve murmullo de la calefacción, el goteo del grifo en la cocina, y el sonido inconfundible de Sam en el biblioteca, probablemente revisando los libros antiguos. Cuando entró a la cocina, la vista de su hermano trabajando le trajo una sensación de calma. —Buenos días, Sammy— dijo con una sonrisa cansada, mientras se servía una taza de café. —Hope se despierta ahora, a mi ya veo que no, pero ¿harías un poco de bacon para ella?.— —¿Estás seguro de que ella ha pedido bacon? Mira que no te conviene cabrear a la gran tribrida— bromeó Sam, levantando una ceja mientras miraba a su hermano con una sonrisa. Dean rió, sintiendo que, a pesar de los horrores del mundo, esos momentos simples entre risas y café hacían que todo valiera la pena. #3D #Comunidad3D #Personajes3D #Winchelson #DeanWinchester
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    -En lo profundo del bosque, entre los murmullos de los árboles antiguos y el susurro de las hojas, se alzaba un santuario místico donde los tambores resonaban en la oscuridad de la noche. Allí, rodeada de lámparas de papel rojas que titilaban con una luz tenue, Yae, la joven sacerdotisa, se preparaba para cumplir su sagrado deber como guardiana de los Yokais y espíritus.

    Vestida con un kimono blanco que ondeaba suavemente con la brisa nocturna, su cabello rosa largo como los pétalos de cerezo caídos, Yae irradiaba una belleza sobrenatural mientras danzaba con gracia y elegancia al ritmo de una antigua melodía japonesa. En sus manos, sostenía una varita adornada con campanillas que resonaban armoniosamente a su paso.

    Aquella noche, en la que el mundo mortal se entrelazaba con el reino de lo sobrenatural, Yae se convertía en la guía de los Yokais por las tierras humanas. Cada uno de estos seres místicos depositaba ofrendas en los pequeños santuarios, recordando así su presencia en el mundo de los vivos.

    Entre las sombras de los árboles milenarios, Yae avanzaba con paso ligero y seguro, guiando a los Yokais de regreso a su hogar antes de que el sol despuntara en el horizonte. Su sonrisa dulce y sus ojos brillantes reflejaban la sabiduría de la kitsune que era, la mensajera de los dioses y guardiana del equilibrio entre ambos mundos.

    Cuando el alba despertaba con sus primeros destellos dorados sobre las montañas, Yae culminaba su danza sagrada, fusionando por un instante la esencia de los humanos y los Yokais en perfecta armonía. Esa única noche del año, donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en un baile mágico, recordando a todos que la unión de ambos era esencial para el equilibrio.

    Y así, envuelta en la luz del amanecer, Yae se despedía de los Yokais con una reverencia respetuosa, prometiendo ser la guardiana de su mundo hasta que las estrellas volvieran a brillar en la próxima noche de encuentro. Con paso sereno, la sacerdotisa regresaba al santuario, dejando tras de sí el eco de los tambores y el perfume de las ofrendas, mientras los Yokais se desvanecían en las sombras, aguardando pacientemente el próximo ciclo de unión entre sus dos mundos.-
    🌸-En lo profundo del bosque, entre los murmullos de los árboles antiguos y el susurro de las hojas, se alzaba un santuario místico donde los tambores resonaban en la oscuridad de la noche. Allí, rodeada de lámparas de papel rojas que titilaban con una luz tenue, Yae, la joven sacerdotisa, se preparaba para cumplir su sagrado deber como guardiana de los Yokais y espíritus. Vestida con un kimono blanco que ondeaba suavemente con la brisa nocturna, su cabello rosa largo como los pétalos de cerezo caídos, Yae irradiaba una belleza sobrenatural mientras danzaba con gracia y elegancia al ritmo de una antigua melodía japonesa. En sus manos, sostenía una varita adornada con campanillas que resonaban armoniosamente a su paso. Aquella noche, en la que el mundo mortal se entrelazaba con el reino de lo sobrenatural, Yae se convertía en la guía de los Yokais por las tierras humanas. Cada uno de estos seres místicos depositaba ofrendas en los pequeños santuarios, recordando así su presencia en el mundo de los vivos. Entre las sombras de los árboles milenarios, Yae avanzaba con paso ligero y seguro, guiando a los Yokais de regreso a su hogar antes de que el sol despuntara en el horizonte. Su sonrisa dulce y sus ojos brillantes reflejaban la sabiduría de la kitsune que era, la mensajera de los dioses y guardiana del equilibrio entre ambos mundos. Cuando el alba despertaba con sus primeros destellos dorados sobre las montañas, Yae culminaba su danza sagrada, fusionando por un instante la esencia de los humanos y los Yokais en perfecta armonía. Esa única noche del año, donde lo divino y lo terrenal se entrelazaban en un baile mágico, recordando a todos que la unión de ambos era esencial para el equilibrio. Y así, envuelta en la luz del amanecer, Yae se despedía de los Yokais con una reverencia respetuosa, prometiendo ser la guardiana de su mundo hasta que las estrellas volvieran a brillar en la próxima noche de encuentro. Con paso sereno, la sacerdotisa regresaba al santuario, dejando tras de sí el eco de los tambores y el perfume de las ofrendas, mientras los Yokais se desvanecían en las sombras, aguardando pacientemente el próximo ciclo de unión entre sus dos mundos.-
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  • —Es sabido por todo el mundo que, no puedes sacar a un ave de su hábitat natural, enjaularlo y esperar que sea feliz.

    Y algunas criaturas sobrenaturales, en este caso el alma de cierto primer hombre, no era la excepción. Escogiendo de entre un extenso catálogo maneras de mostrar su descontento entre ellas; arrancarse plumas del estrés, ponerse letárgico o simplemente deprimirse, eligió para desgracia de Dökkálfar Tenebris Dryadalis , ser lo más irritante posible:

    —¡Eh!¿¡Es que aquí nadie desayuna!?—exigió arrastrando los grilletes que ataban sus manos por los barrotes para hacer mayor cantidad de ruido. Siendo este el acto equivalente a morder los barrotes con el pico—¡Que tengo hambre!¡Hambre!¡Me muero!—dramatizó, cuando la realidad era que ni si quiera necesitaba comer, lo hacía por gusto y costumbre —
    —Es sabido por todo el mundo que, no puedes sacar a un ave de su hábitat natural, enjaularlo y esperar que sea feliz. Y algunas criaturas sobrenaturales, en este caso el alma de cierto primer hombre, no era la excepción. Escogiendo de entre un extenso catálogo maneras de mostrar su descontento entre ellas; arrancarse plumas del estrés, ponerse letárgico o simplemente deprimirse, eligió para desgracia de [nebula_aqua_kangaroo_708] , ser lo más irritante posible: —¡Eh!¿¡Es que aquí nadie desayuna!?—exigió arrastrando los grilletes que ataban sus manos por los barrotes para hacer mayor cantidad de ruido. Siendo este el acto equivalente a morder los barrotes con el pico—¡Que tengo hambre!¡Hambre!¡Me muero!—dramatizó, cuando la realidad era que ni si quiera necesitaba comer, lo hacía por gusto y costumbre —
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  • 𝑶𝒄𝒃𝒐𝒕𝒆𝒓 𝟏𝟗𝟗𝟖 :

    ➤ ᴘᴀꜱᴀʀ ᴅᴇ ᴍᴏᴅᴀ

    Gazú se había vuelto sumamente popular en circulos selectos de magos, brujos y satanistas poderosos. Con el tiempo fue desarrollando alianzas con seres sobrenaturales y ejerció gran poder para la Elite en aquellos tiempos.

    𝑆𝑒𝑟 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑛𝑜 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟

    Estos grupos selectos se aburrieron de Gazú al grado de abandonar las alianzas que una vez hicieron...

    Para Gazú fue algo sumamente sorprendente y desconcertante.

    ¿𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚?

    Él sin embargo continuo trabajando para la Elite y aplicó la ley del silencio

    Comenzó a silenciar a sus antiguos aliados dejando una nota encima de sus cadáveres

    𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑎𝑠 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠

    Su ira lo llevo a exterminar por completo numerosos grupos que antes lo adoraban pero solo por "𝐌𝐨𝐝𝐚"

    Los amos de la Elite le pidieron una entrevista para indagar a profundidad tal acción de su Rey Oscuro y su respuesta fue inquietante:

    𝐄𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐨𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐛𝐚𝐬𝐮𝐫𝐚. 𝐒𝐞 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧 𝐫𝐚𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐞 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐫𝐯𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧.

    //Esta publicación es mi reflexión personal como #User de lo que está plataforma define como "popular" y de como un día te escriben miles y ahora solo uno o ninguno.
    𝑶𝒄𝒃𝒐𝒕𝒆𝒓 𝟏𝟗𝟗𝟖 : ➤ ᴘᴀꜱᴀʀ ᴅᴇ ᴍᴏᴅᴀ Gazú se había vuelto sumamente popular en circulos selectos de magos, brujos y satanistas poderosos. Con el tiempo fue desarrollando alianzas con seres sobrenaturales y ejerció gran poder para la Elite en aquellos tiempos. 𝑆𝑒𝑟 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑛𝑜 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟 Estos grupos selectos se aburrieron de Gazú al grado de abandonar las alianzas que una vez hicieron... Para Gazú fue algo sumamente sorprendente y desconcertante. ¿𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚? Él sin embargo continuo trabajando para la Elite y aplicó la ley del silencio Comenzó a silenciar a sus antiguos aliados dejando una nota encima de sus cadáveres 𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑎𝑠 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠 Su ira lo llevo a exterminar por completo numerosos grupos que antes lo adoraban pero solo por "𝐌𝐨𝐝𝐚" Los amos de la Elite le pidieron una entrevista para indagar a profundidad tal acción de su Rey Oscuro y su respuesta fue inquietante: 𝐄𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐨𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐛𝐚𝐬𝐮𝐫𝐚. 𝐒𝐞 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧 𝐫𝐚𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐞 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐫𝐯𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧. //Esta publicación es mi reflexión personal como #User de lo que está plataforma define como "popular" y de como un día te escriben miles y ahora solo uno o ninguno.
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  • Conociendo más a Oliver
    Fandom Free rol
    Categoría Comedia
    Hace unos días he conocido a Oliver un futuro superior de Grayson y que casualidad de que también es cazador. Hoy hemos quedado debido a que ha sido herido por un ser sobrenatural.

    Oliver Williams
    Hace unos días he conocido a Oliver un futuro superior de Grayson y que casualidad de que también es cazador. Hoy hemos quedado debido a que ha sido herido por un ser sobrenatural. [Th_xSnow]
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  • De aquella misma manera extraña y sobrenatural llegan dos sobres negros de un papel realmente grueso, en los que el lacre que cerraba el sobre llevaba estampado la reconocible "M" de los Mikaelson.
    Uno estaba dirigido a su nombre.
    Y el otro...

    DEAN WINCHESTER , Deeeeeaaaaaannnn

    Canturrea buscando al cazador, pasa por la biblioteca y la cocina sin suerte, y termina en su habitación, entrando sin llamar y agitando delante de su cara el sobre de Dean.

    — Este año tampoco te libras, guapetón.
    De aquella misma manera extraña y sobrenatural llegan dos sobres negros de un papel realmente grueso, en los que el lacre que cerraba el sobre llevaba estampado la reconocible "M" de los Mikaelson. Uno estaba dirigido a su nombre. Y el otro... — [thxsoldier] , Deeeeeaaaaaannnn Canturrea buscando al cazador, pasa por la biblioteca y la cocina sin suerte, y termina en su habitación, entrando sin llamar y agitando delante de su cara el sobre de Dean. — Este año tampoco te libras, guapetón.
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    ㅤㅤ
    𝐄𝐧𝐬𝐞𝐧̃𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐫𝐦𝐞,
    𝐪𝐮𝐞 𝐚 𝐢𝐫𝐦𝐞
    𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐬𝐞𝐧̃𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬.
    ㅤㅤ
    Ha aprendido a ver el baso medio lleno, cada uno de sus movimientos suele controlarlos, sus pensamientos más retorcidos los guarda en una pequeña caja, su voz puede emular la hojuelas con leche y miel, aterciopelada, y finamente agraciada; como si una fuerza sobrenatural la amara con todo su poder.

    Sin embargo tiene un defecto.
    La palabra "amor" es veneno en su lenguaje.

    Tiene la costumbre de antes siquiera alguien intente entrar en su corazón; se va, dejando la estela de un requiem, silencioso.

    Es incomprensible, la joven ha sido amada por su hermano, hermanas y sobre todo su madre, pero fue testigo de los pedazos quemados que permanecen luego de que ardieron con tanta fuerza, las cicatrices, el dolor fantasma, enserio ¿Esta dispuesta ha sentirlo? No lo está. ¿Prefiere la soledad? Si, en ella puede aprender de su misma, tal vez, llegará una ves a sentir que esta preparada, dar ese paso gigante, tirarse llevándose un paracaídas, por si debe decir "Hasta aquí" por eso, siempre se va, en silencio, antes que sea demasiado tarde para ambas partes.
    ㅤㅤ 𝐄𝐧𝐬𝐞𝐧̃𝐚𝐦𝐞 𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐝𝐚𝐫𝐦𝐞, 𝐪𝐮𝐞 𝐚 𝐢𝐫𝐦𝐞 𝐦𝐞 𝐞𝐧𝐬𝐞𝐧̃𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬. ㅤㅤ Ha aprendido a ver el baso medio lleno, cada uno de sus movimientos suele controlarlos, sus pensamientos más retorcidos los guarda en una pequeña caja, su voz puede emular la hojuelas con leche y miel, aterciopelada, y finamente agraciada; como si una fuerza sobrenatural la amara con todo su poder. Sin embargo tiene un defecto. La palabra "amor" es veneno en su lenguaje. Tiene la costumbre de antes siquiera alguien intente entrar en su corazón; se va, dejando la estela de un requiem, silencioso. Es incomprensible, la joven ha sido amada por su hermano, hermanas y sobre todo su madre, pero fue testigo de los pedazos quemados que permanecen luego de que ardieron con tanta fuerza, las cicatrices, el dolor fantasma, enserio ¿Esta dispuesta ha sentirlo? No lo está. ¿Prefiere la soledad? Si, en ella puede aprender de su misma, tal vez, llegará una ves a sentir que esta preparada, dar ese paso gigante, tirarse llevándose un paracaídas, por si debe decir "Hasta aquí" por eso, siempre se va, en silencio, antes que sea demasiado tarde para ambas partes.
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  • "Bienvenido a Nueva Orleans"
    Fandom The Vampire Diaries / The Originals / OC
    Categoría Fantasía

    ㅤㅤㅤㅤB𝐢e𝐧v𝐞n𝐢d𝐨 𝐚 𝐍u𝐞v𝐚 𝐎r𝐥e𝐚n𝐬
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ Abel T Kovacs



    Aun no habían dilucidado siquiera la punta completa del iceberg del misterio por el cual Elijah, Hayley, él y… algunas criaturas sobrenaturales más habían regresado de la tumba. Era un hecho sin precedentes y, no malinterpretéis… Lo cierto era que Niklaus Mikaelson era feliz de haber regresado, de poder volver a respirar, de volver a sentir la luz del sol. Pero al mismo tiempo sabía que su regreso a la vida, que la marca en su brazo (y en la de su hermano y madre de su hija) no eran casualidad, no eran un tatuaje cutre que ninguno recordaba después de una borrachera. No. Allí había algo mucho más importante. Algo que no eran capaces de entender siquiera.

    Klaus podía sentirlo, no sabia el qué. Era como un pesar como un zumbido, como una sombra que se cernía sobre su cabeza de forma inevitable. No lo reconocía, no sabía a qué se enfrentaban y, sin embargo, durante un segundo, por una fracción de este, casi podía darle nombre. Eran apenas siquiera flashes, fogonazos…

    Y, después, una terrible jaqueca.

    -Hay un visitante en el St. James Infirmary -escuchó la voz de Freya, pero lo cierto era que su mirada estaba perdida en el infinito-¿Nik? ¿Estás bien?

    Klaus salió de su ensimismamiento y regresó a la realidad desviando su mirada hacia su hermana mayor.

    -Freya, ¿qué decías?

    -Me ha llamado Jannie, la camarera del St. James… Dice que hay un visitante que nadie reconoce. Un hombre adulto… No sabe quien es, pero… -decía Freya.

    Klaus curvó una rápida sonrisa, divertido con la situación.

    -¿Acaso jugueteas con la posibilidad de que, repentinamente, un extraño aparezca en Nueva Orleans con todas las respuestas al misterio que tenemos entre manos? -preguntó el Hibrido- Harto improbable, ¿no crees?


    Freya se encogió de hombros y se apoyó contra el umbral de la puerta.
    -No lo sé… -negó con la cabeza- No tengo ni idea, Nik… Esto es algo a lo que ninguno nos hemos enfrentado antes… -suspiró y negó con la cabeza antes de acercarse al hibrido original- Ni tu ni yo tenemos las respuestas, pero… Ir a echar un vistazo no te matara, ¿no?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝚂𝚃. 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚛𝚖𝚊𝚛𝚢.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝙱𝚊𝚛𝚛𝚒𝚘 𝙵𝚛𝚊𝚗𝚌𝚎́𝚜.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙽𝚞𝚎𝚟𝚊 𝙾𝚛𝚕𝚎𝚊𝚗𝚜.

    Divisó desde la puerta a aquel extraño visitante. En un local donde todo era colorido y todo eran risas y diversión solo un hombre destacaba, sentado a la barra. No es que saltara a simple vista que era distinto o que un pudiera averiguar con solo observarlo qué lo hacía diferente. Simplemente, era una sensación. Si, Nueva Orleans era una ciudad realmente turística, pero solo criaturas sobrenaturales o amigos de estos frecuentaban ese lugar. Como si fuera un secreto y un rumor que corriera a voces al mismo tiempo. Asi que… o ese tipo había dado con aquello por casualidad, o… Había gato encerrado. Fuera como fuera. Valia la pena echar un vistazo.

    Asi que, usando su velocidad vampírica, en un instante el asiento al lado del recién llegado estaba vacío y, un segundo después estaba ocupado por Klaus Mikaelson quien, usando solo dos dedos y una rápida mirada a la camarera, obtuvo un vaso de whisky frente a sí.

    -Bienvenido al Barrio Francés -saludó el Hibrido Original dedicando una tranquila y aparentemente amigable mirada al hombre sentado a su lado.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D

    ⤷ Dinámica de compañero de rol aleatorio
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤB𝐢e𝐧v𝐞n𝐢d𝐨 𝐚 𝐍u𝐞v𝐚 𝐎r𝐥e𝐚n𝐬 ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [orbit_turquoise_ape_723] ㅤ Aun no habían dilucidado siquiera la punta completa del iceberg del misterio por el cual Elijah, Hayley, él y… algunas criaturas sobrenaturales más habían regresado de la tumba. Era un hecho sin precedentes y, no malinterpretéis… Lo cierto era que Niklaus Mikaelson era feliz de haber regresado, de poder volver a respirar, de volver a sentir la luz del sol. Pero al mismo tiempo sabía que su regreso a la vida, que la marca en su brazo (y en la de su hermano y madre de su hija) no eran casualidad, no eran un tatuaje cutre que ninguno recordaba después de una borrachera. No. Allí había algo mucho más importante. Algo que no eran capaces de entender siquiera. Klaus podía sentirlo, no sabia el qué. Era como un pesar como un zumbido, como una sombra que se cernía sobre su cabeza de forma inevitable. No lo reconocía, no sabía a qué se enfrentaban y, sin embargo, durante un segundo, por una fracción de este, casi podía darle nombre. Eran apenas siquiera flashes, fogonazos… Y, después, una terrible jaqueca. -Hay un visitante en el St. James Infirmary -escuchó la voz de Freya, pero lo cierto era que su mirada estaba perdida en el infinito-¿Nik? ¿Estás bien? Klaus salió de su ensimismamiento y regresó a la realidad desviando su mirada hacia su hermana mayor. -Freya, ¿qué decías? -Me ha llamado Jannie, la camarera del St. James… Dice que hay un visitante que nadie reconoce. Un hombre adulto… No sabe quien es, pero… -decía Freya. Klaus curvó una rápida sonrisa, divertido con la situación. -¿Acaso jugueteas con la posibilidad de que, repentinamente, un extraño aparezca en Nueva Orleans con todas las respuestas al misterio que tenemos entre manos? -preguntó el Hibrido- Harto improbable, ¿no crees? Freya se encogió de hombros y se apoyó contra el umbral de la puerta. -No lo sé… -negó con la cabeza- No tengo ni idea, Nik… Esto es algo a lo que ninguno nos hemos enfrentado antes… -suspiró y negó con la cabeza antes de acercarse al hibrido original- Ni tu ni yo tenemos las respuestas, pero… Ir a echar un vistazo no te matara, ¿no? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝚂𝚃. 𝙹𝚊𝚖𝚎𝚜 𝙸𝚗𝚏𝚒𝚛𝚖𝚊𝚛𝚢. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝙱𝚊𝚛𝚛𝚒𝚘 𝙵𝚛𝚊𝚗𝚌𝚎́𝚜. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝙽𝚞𝚎𝚟𝚊 𝙾𝚛𝚕𝚎𝚊𝚗𝚜. Divisó desde la puerta a aquel extraño visitante. En un local donde todo era colorido y todo eran risas y diversión solo un hombre destacaba, sentado a la barra. No es que saltara a simple vista que era distinto o que un pudiera averiguar con solo observarlo qué lo hacía diferente. Simplemente, era una sensación. Si, Nueva Orleans era una ciudad realmente turística, pero solo criaturas sobrenaturales o amigos de estos frecuentaban ese lugar. Como si fuera un secreto y un rumor que corriera a voces al mismo tiempo. Asi que… o ese tipo había dado con aquello por casualidad, o… Había gato encerrado. Fuera como fuera. Valia la pena echar un vistazo. Asi que, usando su velocidad vampírica, en un instante el asiento al lado del recién llegado estaba vacío y, un segundo después estaba ocupado por Klaus Mikaelson quien, usando solo dos dedos y una rápida mirada a la camarera, obtuvo un vaso de whisky frente a sí. -Bienvenido al Barrio Francés -saludó el Hibrido Original dedicando una tranquila y aparentemente amigable mirada al hombre sentado a su lado. #Personajes3D #3D #Comunidad3D ⤷ Dinámica de compañero de rol aleatorio
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  • Se había corrido la voz por la ciudad de que algunas personas habían visto a un lobo solitario en las noches, vagabundeando entre las carreteras posiblemente en busca de algo que comer.
    Claro que todos esos rumores no eran más que eso, rumores. ¿Cómo iba a haber un lobo en plena ciudad? Era una locura. Por ello se le restó importancia y pensaron que quizá se trataría de algún perro abandonado y que al ser de noche y en zonas oscuras, la gente imaginó que se trataba de un lobo.
    Que poco sabían los humanos de cuantas criaturas sobrenaturales caminaban entre ellos a diario y de como, en muchos casos, también se habían visto forzados a vivir vidas humanas, alejados de sus bosques y de sus familias por la caza indiscriminada, la deforestación o el tráfico ilegal.
    El bosque... Shinobu soñaba con regresar algún día y tal vez encontrar más de su especie.
    Se había corrido la voz por la ciudad de que algunas personas habían visto a un lobo solitario en las noches, vagabundeando entre las carreteras posiblemente en busca de algo que comer. Claro que todos esos rumores no eran más que eso, rumores. ¿Cómo iba a haber un lobo en plena ciudad? Era una locura. Por ello se le restó importancia y pensaron que quizá se trataría de algún perro abandonado y que al ser de noche y en zonas oscuras, la gente imaginó que se trataba de un lobo. Que poco sabían los humanos de cuantas criaturas sobrenaturales caminaban entre ellos a diario y de como, en muchos casos, también se habían visto forzados a vivir vidas humanas, alejados de sus bosques y de sus familias por la caza indiscriminada, la deforestación o el tráfico ilegal. El bosque... Shinobu soñaba con regresar algún día y tal vez encontrar más de su especie.
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  • —Renta.

    La persona del otro lado respondió con una voz monótona y grave, y luego dio tres fuertes golpes a la puerta, con seis segundos de diferencia entre cada uno. Russo abrió los ojos como platos; había olvidado totalmente que ya era tiempo de pagar. Pronto, la manija empezó a sacudirse con tal agresividad, una desesperación que parecía antinatural, y eso hizo que el hombre de las quemaduras se levantara de un salto. Él había estado tan absorto en otros asuntos que perdió la noción del tiempo; su cabeza estuvo tan metida en otros asuntos que olvidó guardar dinero para pagar la renta de su departamento. Antes de que pudiera hacer nada, la puerta se abrió con un ruidoso azote, pero del otro lado solo estaba el pasillo con su alfombra gastada y las luces parpadeantes del viejo edificio. Russo se quedó estático, tan callado que podía oír los latidos de su corazón, mientras buscaba con la mirada, haciendo que sus ojos carmesí recorrieran la sala de arriba a abajo en busca de algo.

    Giró y giró, miró en cada rincón de la habitación y nada encontró. Estaba aún más ansioso; enseguida, el sudor frío recorrió su nuca. Un golpe seco resonó en las viejas paredes del departamento, sacándole un susto al hombre de las quemaduras. La silla donde estaba sentado ahora yacía tirada varios metros lejos de él.


    —¿Dónde estás?... —murmuró Russo, quien no recibió ni una sola palabra como respuesta.


    Un escalofrío recorrió hasta la última porción de piel de su cuerpo; de nueva cuenta, sus ojos se abrieron de par en par. Por un segundo dejó de respirar; sintió que algo frío y ligero caía sobre sus hombros.

    Russo no tuvo tiempo de pensar; fue levantado en los aires con tanta brusquedad que en pocos segundos su cabeza golpeó el techo. El viejo foco del departamento se apagó, solo para que su luz fuera reemplazada por un misterioso destello azul que chocó directamente con los quemados y cerrados párpados del hombre.

    Él apenas estaba procesando el duro golpe en su cabeza, del cual ni siquiera podía quejarse por culpa de la presión sobrenatural que era ejercida en su cuello. Con sus ojos llorosos, buscó el origen del azulado brillo y se encontró con una masa informe: muchas bocas, muchas cuencas, muchas manos. Su apariencia era similar a un tomate aplastado, con la piel arrugada y sangrienta.

    —¡La renta!

    Russo era despojado del aire en sus pulmones. Se retorció en un desesperado intento de zafarse del diabólico agarre del cobrador, fallando estrepitosamente. Su cuello estaba siendo comprimido poco a poco, bajo una temerosa y borrosa mirada.

    Russo patalea, colgado del techo por una fuerza invisible, siendo lo único que podía hacer, además de esperar a que la falta de oxígeno lo libre del dolor terrenal.

    —Russo, la renta debe ser pagada en tiempo y forma. Ni un minuto más, ni un minuto menos.

    La temperatura del departamento descendió abruptamente a niveles invernales. Un nuevo ente emergió del techo, desafiando las leyes de la realidad. Un hombre traslúcido, con ojos blancos, piel grisácea y una ajustada soga apretando su arrugado cuello.

    Con voz sepulcral recordó a Russo el acuerdo que hicieron en antaño.

    —Tú no pagaste la renta. Ahora tu alma me pertenece.

    Hansel Russo apenas estaba conciente, aún forcejeando con la esperanza de poder escapar para vivir un día más. Pero sus intentos eran en vano; no existía forma mortal de escapar de aquellos que vuelven de la muerte.
    —Renta. La persona del otro lado respondió con una voz monótona y grave, y luego dio tres fuertes golpes a la puerta, con seis segundos de diferencia entre cada uno. Russo abrió los ojos como platos; había olvidado totalmente que ya era tiempo de pagar. Pronto, la manija empezó a sacudirse con tal agresividad, una desesperación que parecía antinatural, y eso hizo que el hombre de las quemaduras se levantara de un salto. Él había estado tan absorto en otros asuntos que perdió la noción del tiempo; su cabeza estuvo tan metida en otros asuntos que olvidó guardar dinero para pagar la renta de su departamento. Antes de que pudiera hacer nada, la puerta se abrió con un ruidoso azote, pero del otro lado solo estaba el pasillo con su alfombra gastada y las luces parpadeantes del viejo edificio. Russo se quedó estático, tan callado que podía oír los latidos de su corazón, mientras buscaba con la mirada, haciendo que sus ojos carmesí recorrieran la sala de arriba a abajo en busca de algo. Giró y giró, miró en cada rincón de la habitación y nada encontró. Estaba aún más ansioso; enseguida, el sudor frío recorrió su nuca. Un golpe seco resonó en las viejas paredes del departamento, sacándole un susto al hombre de las quemaduras. La silla donde estaba sentado ahora yacía tirada varios metros lejos de él. —¿Dónde estás?... —murmuró Russo, quien no recibió ni una sola palabra como respuesta. Un escalofrío recorrió hasta la última porción de piel de su cuerpo; de nueva cuenta, sus ojos se abrieron de par en par. Por un segundo dejó de respirar; sintió que algo frío y ligero caía sobre sus hombros. Russo no tuvo tiempo de pensar; fue levantado en los aires con tanta brusquedad que en pocos segundos su cabeza golpeó el techo. El viejo foco del departamento se apagó, solo para que su luz fuera reemplazada por un misterioso destello azul que chocó directamente con los quemados y cerrados párpados del hombre. Él apenas estaba procesando el duro golpe en su cabeza, del cual ni siquiera podía quejarse por culpa de la presión sobrenatural que era ejercida en su cuello. Con sus ojos llorosos, buscó el origen del azulado brillo y se encontró con una masa informe: muchas bocas, muchas cuencas, muchas manos. Su apariencia era similar a un tomate aplastado, con la piel arrugada y sangrienta. —¡La renta! Russo era despojado del aire en sus pulmones. Se retorció en un desesperado intento de zafarse del diabólico agarre del cobrador, fallando estrepitosamente. Su cuello estaba siendo comprimido poco a poco, bajo una temerosa y borrosa mirada. Russo patalea, colgado del techo por una fuerza invisible, siendo lo único que podía hacer, además de esperar a que la falta de oxígeno lo libre del dolor terrenal. —Russo, la renta debe ser pagada en tiempo y forma. Ni un minuto más, ni un minuto menos. La temperatura del departamento descendió abruptamente a niveles invernales. Un nuevo ente emergió del techo, desafiando las leyes de la realidad. Un hombre traslúcido, con ojos blancos, piel grisácea y una ajustada soga apretando su arrugado cuello. Con voz sepulcral recordó a Russo el acuerdo que hicieron en antaño. —Tú no pagaste la renta. Ahora tu alma me pertenece. Hansel Russo apenas estaba conciente, aún forcejeando con la esperanza de poder escapar para vivir un día más. Pero sus intentos eran en vano; no existía forma mortal de escapar de aquellos que vuelven de la muerte.
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