Dean se puso su camisón morado, ese que para él era tan cómodo como una segunda piel. Apenas lo sintió rozar su espalda, se sintió en casa. Sin pensarlo dos veces, salió de su habitación y echó a correr por los fríos y largos pasillos del búnker, no quería que nadie lo viera. Las luces tenues parpadeaban levemente, acompañando el eco de sus pasos.
A cada zancada, su sonrisa se ensanchaba. Sabía exactamente a dónde iba: su "cueva", su santuario personal, un rincón que había transformado con el tiempo hasta hacerlo enteramente suyo. Al llegar, empujó la puerta con entusiasmo y se dejó caer en su mullido sofá, ese que había rescatado de alguna tienda de segunda mano, pero que ahora se sentía como el trono de un rey.
La tele, ya encendida, mostraba alguna repetición de un episodio antiguo de Scooby Doo. En la mesita baja, junto al sofá, estaba su caja de pizza (de la noche anterior), una botella de cerveza a medio terminar y un mando a distancia que parecía hecho a la medida de su mano.
Dean suspiró, estirándose como un gato satisfecho. Aquella habitación, llena de pequeños tesoros personales, discos viejos, revistas de coches y un poster desgastado de una película ochentera, era su refugio en medio de todo el caos que solía rodear su vida. Y, por un momento, mientras el sonido de la televisión llenaba el aire, todo parecía estar en perfecta calma.
#Personajes3D #3D #Comunidad3D Dean se puso su camisón morado, ese que para él era tan cómodo como una segunda piel. Apenas lo sintió rozar su espalda, se sintió en casa. Sin pensarlo dos veces, salió de su habitación y echó a correr por los fríos y largos pasillos del búnker, no quería que nadie lo viera. Las luces tenues parpadeaban levemente, acompañando el eco de sus pasos.
A cada zancada, su sonrisa se ensanchaba. Sabía exactamente a dónde iba: su "cueva", su santuario personal, un rincón que había transformado con el tiempo hasta hacerlo enteramente suyo. Al llegar, empujó la puerta con entusiasmo y se dejó caer en su mullido sofá, ese que había rescatado de alguna tienda de segunda mano, pero que ahora se sentía como el trono de un rey.
La tele, ya encendida, mostraba alguna repetición de un episodio antiguo de Scooby Doo. En la mesita baja, junto al sofá, estaba su caja de pizza (de la noche anterior), una botella de cerveza a medio terminar y un mando a distancia que parecía hecho a la medida de su mano.
Dean suspiró, estirándose como un gato satisfecho. Aquella habitación, llena de pequeños tesoros personales, discos viejos, revistas de coches y un poster desgastado de una película ochentera, era su refugio en medio de todo el caos que solía rodear su vida. Y, por un momento, mientras el sonido de la televisión llenaba el aire, todo parecía estar en perfecta calma.
#Personajes3D #3D #Comunidad3D