• Carmina rara vez tenía la oportunidad de alejarse de la tienda familiar, pero con el cumpleaños de su abuela acercándose rápidamente, sentía que debía encontrar el regalo perfecto. Lucia siempre había sido una mujer elegante, conocida en el vecindario por su buen gusto y su porte refinado. En su juventud, la gente hablaba de ella con admiración y un toque de envidia, mencionando cómo su estilo de vida parecía deslumbrar a todos. Algunos incluso decían que se creía superior a los demás debido a su afición por las marcas de lujo. Sin embargo, Carmina sabía que eso no era cierto. Aunque su esposo a veces le regalaba accesorios o prendas de diseñador, Lucía tenía un talento especial para combinarlos con ropa sencilla que resaltaba su belleza natural.

    Por eso, este año, Carmina había ahorrado cada centavo que pudo, con la esperanza de poder comprarle algo verdaderamente especial a su querida abuela. Con determinación, se dirigió a la parte de la ciudad donde se encontraban las boutiques más elegantes. Era un lugar completamente distinto a su vecindario; las calles estaban adornadas con árboles bien cuidados y las vitrinas exhibían artículos de lujo que brillaban bajo el sol.

    Al entrar en una de las tiendas, Carmina no pudo evitar abrir los ojos en sorpresa ante los precios exorbitantes que se exhibían. Se sintió un poco incómoda, como si los empleados pudieran leer sus pensamientos y notar que claramente no pertenecía a ese entorno exclusivo. Sin embargo, llevaba consigo sus ahorros, y eso le dio un poco de valor.

    Comenzó a recorrer la tienda, revisando cuidadosamente la ropa, los zapatos y los bolsos. Todo era absolutamente hermoso, pero sabía que, a su edad, su abuela no usaría muchas de esas cosas. Después de un rato, desalentada, se dirigió hacia la salida. Pero justo al pasar por el escaparate de una joyería, algo brillante captó su atención.

    ¡Ahí estaban! Un par de aretes de oro, deslumbrantes y elegantes, como solo podían ser. El precio era elevado, pero encajaba perfectamente con lo que había ahorrado. Su corazón latía con emoción mientras se acercaba al vendedor y pedía las joyas del escaparate. Notó la mirada evaluadora del empleado, pero no le importó. Una vez que realizó la compra, se sintió ligera de ahorros, pero llena de alegría y anticipación.

    Al salir de la joyería, algo más llamó su atención. Una joven de cabellos rubios, cuya belleza parecía sacada de una revista de moda, se movía con una gracia deslumbrante. Era, sin duda, de otro nivel. A medida que se acercaba, el rostro de la mujer le resultaba familiar. Después de un momento, Carmina lo comprendió: ¡era ella! Sin pensarlo dos veces, se acercó a la mujer que ya había salido del local.

    —¡Disculpa! ¿Acaso conoces a Flavio?— preguntó, consciente de que su pregunta podía sonar torpe, pero era la única manera que se le ocurrió de indagar sobre la relación de la joven con alguien tan cercano a ella. En ese instante, la ansiedad la invadió, temiendo que podría estar confundiéndola y pasar una vergüenza aún mayor. Pero la curiosidad y el no saber más de aquel que consideraba su amigo, le dieron el valor suficiente para preguntar.

    Eᥣιsᥲbᥱttᥲ Dι Vιᥒᥴᥱᥒzo
    Carmina rara vez tenía la oportunidad de alejarse de la tienda familiar, pero con el cumpleaños de su abuela acercándose rápidamente, sentía que debía encontrar el regalo perfecto. Lucia siempre había sido una mujer elegante, conocida en el vecindario por su buen gusto y su porte refinado. En su juventud, la gente hablaba de ella con admiración y un toque de envidia, mencionando cómo su estilo de vida parecía deslumbrar a todos. Algunos incluso decían que se creía superior a los demás debido a su afición por las marcas de lujo. Sin embargo, Carmina sabía que eso no era cierto. Aunque su esposo a veces le regalaba accesorios o prendas de diseñador, Lucía tenía un talento especial para combinarlos con ropa sencilla que resaltaba su belleza natural. Por eso, este año, Carmina había ahorrado cada centavo que pudo, con la esperanza de poder comprarle algo verdaderamente especial a su querida abuela. Con determinación, se dirigió a la parte de la ciudad donde se encontraban las boutiques más elegantes. Era un lugar completamente distinto a su vecindario; las calles estaban adornadas con árboles bien cuidados y las vitrinas exhibían artículos de lujo que brillaban bajo el sol. Al entrar en una de las tiendas, Carmina no pudo evitar abrir los ojos en sorpresa ante los precios exorbitantes que se exhibían. Se sintió un poco incómoda, como si los empleados pudieran leer sus pensamientos y notar que claramente no pertenecía a ese entorno exclusivo. Sin embargo, llevaba consigo sus ahorros, y eso le dio un poco de valor. Comenzó a recorrer la tienda, revisando cuidadosamente la ropa, los zapatos y los bolsos. Todo era absolutamente hermoso, pero sabía que, a su edad, su abuela no usaría muchas de esas cosas. Después de un rato, desalentada, se dirigió hacia la salida. Pero justo al pasar por el escaparate de una joyería, algo brillante captó su atención. ¡Ahí estaban! Un par de aretes de oro, deslumbrantes y elegantes, como solo podían ser. El precio era elevado, pero encajaba perfectamente con lo que había ahorrado. Su corazón latía con emoción mientras se acercaba al vendedor y pedía las joyas del escaparate. Notó la mirada evaluadora del empleado, pero no le importó. Una vez que realizó la compra, se sintió ligera de ahorros, pero llena de alegría y anticipación. Al salir de la joyería, algo más llamó su atención. Una joven de cabellos rubios, cuya belleza parecía sacada de una revista de moda, se movía con una gracia deslumbrante. Era, sin duda, de otro nivel. A medida que se acercaba, el rostro de la mujer le resultaba familiar. Después de un momento, Carmina lo comprendió: ¡era ella! Sin pensarlo dos veces, se acercó a la mujer que ya había salido del local. —¡Disculpa! ¿Acaso conoces a Flavio?— preguntó, consciente de que su pregunta podía sonar torpe, pero era la única manera que se le ocurrió de indagar sobre la relación de la joven con alguien tan cercano a ella. En ese instante, la ansiedad la invadió, temiendo que podría estar confundiéndola y pasar una vergüenza aún mayor. Pero la curiosidad y el no saber más de aquel que consideraba su amigo, le dieron el valor suficiente para preguntar. [ElisabettaDV1]
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    4
    2 turnos 0 maullidos 543 vistas
  • - Muy buenos días, el almuerzo estará listo para la hora prevista. Para empezar tenemos Pelmeni, que son empanadillas pequeñas hechas con carne picada, carne de res, hervidos y luego mayormente servidos con crema agria, le pongo también mostaza por si se le apetece. De primer plato; Shchi, es una sopa aparentemente simple con un complejo sabor. Mientras que puede parecer una simple sopa de repollo, es de hecho una sopa liviana, pero potente hecha de chucrut, repollo u otras hojas verdes. Shchi es una parte integral de la cocina rusa y ha sido comida casi a diario durante siglos. Disfrute de un cuenco de shchi con crema agria y una rodaja de pan negro de centeno. De segundo, Esturión, horneado con vegetales o unte algo de caviar negro en pan de salvado o en unos panqueques salados. Y de postre, Pierogi de cerezas. - Comentó educadamente a los presentes de la Mansión de la familia. - Le recuerdo que la reunión de esta tarde la han confirmado. Ahora si me disculpan. - Dijo educadamente para retirarse nuevamente.
    - Muy buenos días, el almuerzo estará listo para la hora prevista. Para empezar tenemos Pelmeni, que son empanadillas pequeñas hechas con carne picada, carne de res, hervidos y luego mayormente servidos con crema agria, le pongo también mostaza por si se le apetece. De primer plato; Shchi, es una sopa aparentemente simple con un complejo sabor. Mientras que puede parecer una simple sopa de repollo, es de hecho una sopa liviana, pero potente hecha de chucrut, repollo u otras hojas verdes. Shchi es una parte integral de la cocina rusa y ha sido comida casi a diario durante siglos. Disfrute de un cuenco de shchi con crema agria y una rodaja de pan negro de centeno. De segundo, Esturión, horneado con vegetales o unte algo de caviar negro en pan de salvado o en unos panqueques salados. Y de postre, Pierogi de cerezas. - Comentó educadamente a los presentes de la Mansión de la familia. - Le recuerdo que la reunión de esta tarde la han confirmado. Ahora si me disculpan. - Dijo educadamente para retirarse nuevamente.
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos 435 vistas
  • — Soltera sin compromiso alguno, mis único compromiso serio es mi banda, cantar, tocar la guitarra y posar para las revistas, lo demás al carajo
    — Soltera sin compromiso alguno, mis único compromiso serio es mi banda, cantar, tocar la guitarra y posar para las revistas, lo demás al carajo
    Me encocora
    Me gusta
    7
    12 turnos 0 maullidos 334 vistas
  • 𝑶𝒄𝒃𝒐𝒕𝒆𝒓 𝟏𝟗𝟗𝟖 :

    ➤ ᴘᴀꜱᴀʀ ᴅᴇ ᴍᴏᴅᴀ

    Gazú se había vuelto sumamente popular en circulos selectos de magos, brujos y satanistas poderosos. Con el tiempo fue desarrollando alianzas con seres sobrenaturales y ejerció gran poder para la Elite en aquellos tiempos.

    𝑆𝑒𝑟 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑛𝑜 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟

    Estos grupos selectos se aburrieron de Gazú al grado de abandonar las alianzas que una vez hicieron...

    Para Gazú fue algo sumamente sorprendente y desconcertante.

    ¿𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚?

    Él sin embargo continuo trabajando para la Elite y aplicó la ley del silencio

    Comenzó a silenciar a sus antiguos aliados dejando una nota encima de sus cadáveres

    𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑎𝑠 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠

    Su ira lo llevo a exterminar por completo numerosos grupos que antes lo adoraban pero solo por "𝐌𝐨𝐝𝐚"

    Los amos de la Elite le pidieron una entrevista para indagar a profundidad tal acción de su Rey Oscuro y su respuesta fue inquietante:

    𝐄𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐨𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐛𝐚𝐬𝐮𝐫𝐚. 𝐒𝐞 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧 𝐫𝐚𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐞 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐫𝐯𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧.

    //Esta publicación es mi reflexión personal como #User de lo que está plataforma define como "popular" y de como un día te escriben miles y ahora solo uno o ninguno.
    𝑶𝒄𝒃𝒐𝒕𝒆𝒓 𝟏𝟗𝟗𝟖 : ➤ ᴘᴀꜱᴀʀ ᴅᴇ ᴍᴏᴅᴀ Gazú se había vuelto sumamente popular en circulos selectos de magos, brujos y satanistas poderosos. Con el tiempo fue desarrollando alianzas con seres sobrenaturales y ejerció gran poder para la Elite en aquellos tiempos. 𝑆𝑒𝑟 𝑝𝑜𝑝𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑛𝑜 𝑑𝑒𝑓𝑖𝑛𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟 Estos grupos selectos se aburrieron de Gazú al grado de abandonar las alianzas que una vez hicieron... Para Gazú fue algo sumamente sorprendente y desconcertante. ¿𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐭𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚? Él sin embargo continuo trabajando para la Elite y aplicó la ley del silencio Comenzó a silenciar a sus antiguos aliados dejando una nota encima de sus cadáveres 𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑎𝑠 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠 Su ira lo llevo a exterminar por completo numerosos grupos que antes lo adoraban pero solo por "𝐌𝐨𝐝𝐚" Los amos de la Elite le pidieron una entrevista para indagar a profundidad tal acción de su Rey Oscuro y su respuesta fue inquietante: 𝐄𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚𝐧 𝐥𝐚 𝐦𝐨𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐛𝐮𝐬𝐜𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐛𝐚𝐬𝐮𝐫𝐚. 𝐒𝐞 𝐚𝐛𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧 𝐫𝐚𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐞 𝐢𝐧𝐬𝐞𝐫𝐯𝐢𝐛𝐥𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧. //Esta publicación es mi reflexión personal como #User de lo que está plataforma define como "popular" y de como un día te escriben miles y ahora solo uno o ninguno.
    Me gusta
    Me encocora
    Me entristece
    3
    0 turnos 0 maullidos 538 vistas
  • —Procede a leer la revista: "mi tripa, tus dolores. En el epicentro de la ansiedad" . Si bien siempre ha tenido los mismo problemas, no recordaba que la ansiedad siendo un humano fuera tan terrible —
    —Procede a leer la revista: "mi tripa, tus dolores. En el epicentro de la ansiedad" . Si bien siempre ha tenido los mismo problemas, no recordaba que la ansiedad siendo un humano fuera tan terrible —
    6 turnos 0 maullidos 276 vistas
  • Tras su caída al infierno tras la muerte, no le tomó demasiado encontrar su lugar y volverse una maravilla como la estrella de la más famosa proxeneta en el infierno, para la cual ahora trabajaba.
    Su atractivo no sólo era su cuerpo bien formado, también aquellas majestuosas alas que parecían hipnotizar a todo el que las miraba cuando se presentaba pues, entre demonios que podían llegar a tener alas, ninguno se acercaba ni mínimamente a lo bellas que eran las suyas.

    No hubo cartel, periódico, revista o anuncio que no lo involucrara como la estrella creciente de aquel pozo de libertinaje, haciendo resonar su nombre por todo el círculo del orgullo... Valentino.
    Tras su caída al infierno tras la muerte, no le tomó demasiado encontrar su lugar y volverse una maravilla como la estrella de la más famosa proxeneta en el infierno, para la cual ahora trabajaba. Su atractivo no sólo era su cuerpo bien formado, también aquellas majestuosas alas que parecían hipnotizar a todo el que las miraba cuando se presentaba pues, entre demonios que podían llegar a tener alas, ninguno se acercaba ni mínimamente a lo bellas que eran las suyas. No hubo cartel, periódico, revista o anuncio que no lo involucrara como la estrella creciente de aquel pozo de libertinaje, haciendo resonar su nombre por todo el círculo del orgullo... Valentino.
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos 154 vistas
  • —Aquel fue un día agotador en el estudio. Por qué no, ni para las festividades Val los dejaba descansar y menos aún a él, su fuente inagotable de ingresos. Inagotable por supuesto en cuanto al dinero que generaba, por que la realidad era que estaba exhausto. Y para colmo, a Vox se le ocurrió que para mantener el público enganchado a la prensa rosa sería genial un especial de entrevistas a famosos y por supuesto, no podían faltar ni los V’s, ni modelos famosos y mucho menos él, la estrella cinematográfica más grande del infierno, aunque fuera del cine po.r.no a fin de cuentas ¿Que otras opciones había allí abajo?

    Para colmo, les hicieron ponerse a todos disfraces para que fuera más “divertido” y si, sería genial de no ser por que a él en lugar de un disfraz calentito y cómodo, le había tocado uno de esos que suelen ser los primeros que salen cuando pones cualquier disfraz que se te ocurra y detrás “de mujer”. Es decir, que perfectamente podía llevar el adjetivo “zorrón” detrás, pues los diseñadores parecían ser los mismos que opinaban que para hacer un disfraz en versión femenina de lo que fuera, solo había que quitar prendas de ropa y acortar las demás, cuanta más carne mejor. Así que ahí se encontraba, mostrando sus auténticos dotes de actor por que el modo de ocultar su tedio desde luego le valía para premios de interpretación. Tampoco ayudaba que si bien Tom Trench era agradable, aunque un poco lelo, Katie Killjoy era total y absolutamente insoportable.

    Por fortuna, la entrevista pasó y pudo perder de vista aquel plató horteramente decorado, y de paso alejarse un poco de su jefe, quien había estado especialmente encímalo durante todo el programa, seguramente como estrategia para incendiar los medios de cotilleos con rumores. Suspiró, se fue a una de las mesas de catering a por un café y allí escuchó de nuevo a la reportera renegar por “verse obligada a trabajar con un actor po.r.no cuando ella a los gays ni los tocaba” y que, en resumidas cuentas se estaba muriendo del asco. Angel, al escuchar esto enarcó una ceja, dejó la taza de café, y sacó su tercer par de brazos, acercándose a la mujer y empezando a pincharla con sus dedos índices, con todos ellos, haciendo que la mujer no solo se sobresaltase si no saliera corriendo. Obviamente, la araña la persiguió y siguió tocándola de aquel modo,solo por joder. Finalmente Katie terminó desmayándose de la ira, desplomándose en el suelo mientras Tom, dejaba presente una vez más que era su lame culos oficial, abanicándola y lloriqueando. Solo entonces, Angel se tomó ya no un café si no una deliciosa bebida de calabaza y canela, sonriendo con satisfacción.—

    #inkfest #dia3
    —Aquel fue un día agotador en el estudio. Por qué no, ni para las festividades Val los dejaba descansar y menos aún a él, su fuente inagotable de ingresos. Inagotable por supuesto en cuanto al dinero que generaba, por que la realidad era que estaba exhausto. Y para colmo, a Vox se le ocurrió que para mantener el público enganchado a la prensa rosa sería genial un especial de entrevistas a famosos y por supuesto, no podían faltar ni los V’s, ni modelos famosos y mucho menos él, la estrella cinematográfica más grande del infierno, aunque fuera del cine po.r.no a fin de cuentas ¿Que otras opciones había allí abajo? Para colmo, les hicieron ponerse a todos disfraces para que fuera más “divertido” y si, sería genial de no ser por que a él en lugar de un disfraz calentito y cómodo, le había tocado uno de esos que suelen ser los primeros que salen cuando pones cualquier disfraz que se te ocurra y detrás “de mujer”. Es decir, que perfectamente podía llevar el adjetivo “zorrón” detrás, pues los diseñadores parecían ser los mismos que opinaban que para hacer un disfraz en versión femenina de lo que fuera, solo había que quitar prendas de ropa y acortar las demás, cuanta más carne mejor. Así que ahí se encontraba, mostrando sus auténticos dotes de actor por que el modo de ocultar su tedio desde luego le valía para premios de interpretación. Tampoco ayudaba que si bien Tom Trench era agradable, aunque un poco lelo, Katie Killjoy era total y absolutamente insoportable. Por fortuna, la entrevista pasó y pudo perder de vista aquel plató horteramente decorado, y de paso alejarse un poco de su jefe, quien había estado especialmente encímalo durante todo el programa, seguramente como estrategia para incendiar los medios de cotilleos con rumores. Suspiró, se fue a una de las mesas de catering a por un café y allí escuchó de nuevo a la reportera renegar por “verse obligada a trabajar con un actor po.r.no cuando ella a los gays ni los tocaba” y que, en resumidas cuentas se estaba muriendo del asco. Angel, al escuchar esto enarcó una ceja, dejó la taza de café, y sacó su tercer par de brazos, acercándose a la mujer y empezando a pincharla con sus dedos índices, con todos ellos, haciendo que la mujer no solo se sobresaltase si no saliera corriendo. Obviamente, la araña la persiguió y siguió tocándola de aquel modo,solo por joder. Finalmente Katie terminó desmayándose de la ira, desplomándose en el suelo mientras Tom, dejaba presente una vez más que era su lame culos oficial, abanicándola y lloriqueando. Solo entonces, Angel se tomó ya no un café si no una deliciosa bebida de calabaza y canela, sonriendo con satisfacción.— #inkfest #dia3
    Me enjaja
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos 928 vistas
  • — "¡Hey, Ippo! ¿Ya viste el nuevo ejemplar de "Fans del Boxeo"? "—

    Dijo Kimura, entrando al gimnasio con una revista en la mano. Detrás de él venía Aoki. Regresaban de trotar.

    — "Aparece la entrevista que te hizo Imura-san. Esa reportera habla muy bien de ti. "—

    Comentó Aoki, asomándose sobre el hombro de Kimura para leer el artículo.

    — ¿Ya salió? ¡A ver! —

    Interrumpió la serie de jabs contra el saco de boxeo para ir a echar un vistazo. Sonreía un poco, leyendo el título.

    — "¡Mira tu foto! Casi parece que eres alguien de temer. " —

    Bromeó Takamura, quien apareció por un lado, burlón como siempre. Ippo se quejó, haciendo una mueca.

    —"Pero se le olvidó hablar sobre algo muy importante, tu "Súper Ippo Especial". Después de todo eres un peso pesado de la cintura para abajo, ¡bwajajajaja! " —

    — ¡Deja de hablar de eso! —

    Con la cara enrojecida de la vergüenza, Ippo tomó la revista y la incomodidad se le pasó al ver la foto del artículo, en cuyo pie rezaba "Ippo Makunouchi, Campeón Peso Pluma de Japón".

    Y sonrió.
    — "¡Hey, Ippo! ¿Ya viste el nuevo ejemplar de "Fans del Boxeo"? "— Dijo Kimura, entrando al gimnasio con una revista en la mano. Detrás de él venía Aoki. Regresaban de trotar. — "Aparece la entrevista que te hizo Imura-san. Esa reportera habla muy bien de ti. "— Comentó Aoki, asomándose sobre el hombro de Kimura para leer el artículo. — ¿Ya salió? ¡A ver! — Interrumpió la serie de jabs contra el saco de boxeo para ir a echar un vistazo. Sonreía un poco, leyendo el título. — "¡Mira tu foto! Casi parece que eres alguien de temer. " — Bromeó Takamura, quien apareció por un lado, burlón como siempre. Ippo se quejó, haciendo una mueca. —"Pero se le olvidó hablar sobre algo muy importante, tu "Súper Ippo Especial". Después de todo eres un peso pesado de la cintura para abajo, ¡bwajajajaja! " — — ¡Deja de hablar de eso! — Con la cara enrojecida de la vergüenza, Ippo tomó la revista y la incomodidad se le pasó al ver la foto del artículo, en cuyo pie rezaba "Ippo Makunouchi, Campeón Peso Pluma de Japón". Y sonrió.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos 539 vistas
  • El Ojo de Zaar
    Fandom OC
    Categoría Aventura
    Magnus estaba en su escritorio redactando un artículo para el periódico. Quería buscar a candidatos para una expedición a la selva amazónica.

    "Soy Magnus Wilson, Historiador y Arqueólogo, tengo varias expediciones en mi haber, entre documentos históricos como reliquias o simples investigación sin recompensa más que el conocimiento. Busco a una persona no demasiado mayor, atlética, bien físicamente y que pueda seguirme el ritmo por lugares angostos bajo, posiblemente, condiciones climáticas adversas. Si cuenta con conocimiento en plantas y/o animales mejor, mi conocimiento no está muy extendido aunque me defiendo. Escriban al siguiente correo si están interesados y concertaremos una entrevista. El pago será acordado en el caso de estar interesado."

    Terminó de redactarlo y se levantó de su butaca para estirar las piernas. Ahora debía esperar la respuesta de algún candidato. Se asomó a la ventana de detrás la cual estaba completamente empañada de vaho y gotas de lluvia. Fuera caía una cortina de agua, el cielo brillaba iluminado de blanco por los relámpagos, era una noche de las que le gustaban. Apagó el portátil y se dirigió a la ducha.

    Cuando salió, apenas después de secarse se acostó. Y puso en la televisión una sería de comedia con el temporizador para que se apagase sola si se dormía. Momentos después quedó inconsciente. Completamente dormido, bañado por el cambiante brillo del televisor que terminó por apagarse cuando el tiempo llegó a 0.
    Magnus estaba en su escritorio redactando un artículo para el periódico. Quería buscar a candidatos para una expedición a la selva amazónica. "Soy Magnus Wilson, Historiador y Arqueólogo, tengo varias expediciones en mi haber, entre documentos históricos como reliquias o simples investigación sin recompensa más que el conocimiento. Busco a una persona no demasiado mayor, atlética, bien físicamente y que pueda seguirme el ritmo por lugares angostos bajo, posiblemente, condiciones climáticas adversas. Si cuenta con conocimiento en plantas y/o animales mejor, mi conocimiento no está muy extendido aunque me defiendo. Escriban al siguiente correo si están interesados y concertaremos una entrevista. El pago será acordado en el caso de estar interesado." Terminó de redactarlo y se levantó de su butaca para estirar las piernas. Ahora debía esperar la respuesta de algún candidato. Se asomó a la ventana de detrás la cual estaba completamente empañada de vaho y gotas de lluvia. Fuera caía una cortina de agua, el cielo brillaba iluminado de blanco por los relámpagos, era una noche de las que le gustaban. Apagó el portátil y se dirigió a la ducha. Cuando salió, apenas después de secarse se acostó. Y puso en la televisión una sería de comedia con el temporizador para que se apagase sola si se dormía. Momentos después quedó inconsciente. Completamente dormido, bañado por el cambiante brillo del televisor que terminó por apagarse cuando el tiempo llegó a 0.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    50
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos 1114 vistas
  • Aquella joven se apoyó en el mostrador de la tienda de conveniencia, mirando distraídamente hacia la puerta principal. El día avanzaba lento, y la pequeña campana que colgaba del marco no había sonado en horas. El aburrimiento comenzaba a apoderarse de ella, algo poco común en una ciudad donde siempre había personas entrando y saliendo.

    Dio un largo suspiro, sintiendo el peso del silencio que solo se interrumpía por el zumbido del refrigerador y el suave murmullo del aire acondicionado. La tienda, normalmente bulliciosa y llena de movimiento, hoy parecía un desierto. Los estantes, repletos de artículos cotidianos como snacks, bebidas y revistas, le resultaban extrañamente monótonos. Incluso los productos que solían captar su atención, como las coloridas bolsas de dulces y las revistas con portadas llamativas, se veían hoy carentes de vida.

    —¿Dónde están todos cuando se necesita un poco de acción? —murmuró para sí misma, dejando caer la cabeza sobre sus brazos cruzados en el mostrador.

    Para no sucumbir por completo al aburrimiento, decidió dar una vuelta por los pasillos de la tienda. Repasó el inventario con la mirada: galletas, cereales, latas de sopa alineadas con precisión, y una fila de botellas de refresco perfectamente organizadas. Hizo un esfuerzo por encontrar algo que necesitara ser ordenado o limpiado, pero todo parecía estar en su lugar. Incluso los precios en las etiquetas estaban correctamente actualizados.

    Finalmente, se acercó a la caja registradora y sacó un cuaderno de bocetos que tenía guardado debajo del mostrador. Si el día iba a seguir tan aburrido, al menos podría entretenerse un poco dibujando. Abrió el cuaderno en una página en blanco y se quedó mirando el papel por un momento, esperando que la inspiración llegara. Al poco tiempo, su mano comenzó a moverse, trazando líneas y sombras al azar. Dibujaba sin un objetivo claro, permitiendo que sus pensamientos fluyeran con cada trazo.

    Mientras las líneas tomaban forma, su expresión se suavizó. Dibujar siempre había sido una forma de escapar, de evadir la rutina cuando todo a su alrededor parecía detenerse. Pronto, un paisaje urbano empezó a surgir en la página, con calles estrechas y edificios altos que parecían perderse en las nubes. Era un lugar imaginario, lleno de detalles y recovecos, un espacio donde podía perderse cuando la realidad se volvía demasiado predecible.

    Después de un rato, la campana de la puerta finalmente sonó, sacándola de su ensueño. Carmina levantó la vista, sorprendida por el sonido que había roto la calma que envolvía la tienda. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras cerraba el cuaderno de bocetos y lo dejaba a un lado.

    —¡Bienvenido! —dijo con una energía renovada, sintiendo cómo el lugar volvía a llenarse de vida con la llegada de un cliente. Quizá este día aburrido no sería tan aburrido después de todo.
    Aquella joven se apoyó en el mostrador de la tienda de conveniencia, mirando distraídamente hacia la puerta principal. El día avanzaba lento, y la pequeña campana que colgaba del marco no había sonado en horas. El aburrimiento comenzaba a apoderarse de ella, algo poco común en una ciudad donde siempre había personas entrando y saliendo. Dio un largo suspiro, sintiendo el peso del silencio que solo se interrumpía por el zumbido del refrigerador y el suave murmullo del aire acondicionado. La tienda, normalmente bulliciosa y llena de movimiento, hoy parecía un desierto. Los estantes, repletos de artículos cotidianos como snacks, bebidas y revistas, le resultaban extrañamente monótonos. Incluso los productos que solían captar su atención, como las coloridas bolsas de dulces y las revistas con portadas llamativas, se veían hoy carentes de vida. —¿Dónde están todos cuando se necesita un poco de acción? —murmuró para sí misma, dejando caer la cabeza sobre sus brazos cruzados en el mostrador. Para no sucumbir por completo al aburrimiento, decidió dar una vuelta por los pasillos de la tienda. Repasó el inventario con la mirada: galletas, cereales, latas de sopa alineadas con precisión, y una fila de botellas de refresco perfectamente organizadas. Hizo un esfuerzo por encontrar algo que necesitara ser ordenado o limpiado, pero todo parecía estar en su lugar. Incluso los precios en las etiquetas estaban correctamente actualizados. Finalmente, se acercó a la caja registradora y sacó un cuaderno de bocetos que tenía guardado debajo del mostrador. Si el día iba a seguir tan aburrido, al menos podría entretenerse un poco dibujando. Abrió el cuaderno en una página en blanco y se quedó mirando el papel por un momento, esperando que la inspiración llegara. Al poco tiempo, su mano comenzó a moverse, trazando líneas y sombras al azar. Dibujaba sin un objetivo claro, permitiendo que sus pensamientos fluyeran con cada trazo. Mientras las líneas tomaban forma, su expresión se suavizó. Dibujar siempre había sido una forma de escapar, de evadir la rutina cuando todo a su alrededor parecía detenerse. Pronto, un paisaje urbano empezó a surgir en la página, con calles estrechas y edificios altos que parecían perderse en las nubes. Era un lugar imaginario, lleno de detalles y recovecos, un espacio donde podía perderse cuando la realidad se volvía demasiado predecible. Después de un rato, la campana de la puerta finalmente sonó, sacándola de su ensueño. Carmina levantó la vista, sorprendida por el sonido que había roto la calma que envolvía la tienda. Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras cerraba el cuaderno de bocetos y lo dejaba a un lado. —¡Bienvenido! —dijo con una energía renovada, sintiendo cómo el lugar volvía a llenarse de vida con la llegada de un cliente. Quizá este día aburrido no sería tan aburrido después de todo.
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos 590 vistas
Ver más resultados
Patrocinados