• O-oye no deberías hacer eso..

    -Mika sentía el rostro completamente rojo, quizás la vergüenza y el alcohol en su sistema no le ayudaban demasiado además se preguntaba por que razón habían acabado de aquella manera.-
    O-oye no deberías hacer eso.. -Mika sentía el rostro completamente rojo, quizás la vergüenza y el alcohol en su sistema no le ayudaban demasiado además se preguntaba por que razón habían acabado de aquella manera.-
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  • -De nuevo la noche caía en la ciudad, la oscuridad imperaba pero no demasiado, gracias a las luces artificiales multicolores apenas se podían apreciar las estrellas del cielo. Ella en su auto transitaba por los alrededores de la ciudad, dónde se podía acelerar el auto a mas de 100km/h, no sentía la velocidad, ni el peligro, únicamente el viento que entraba por su ventana entreabierta, mientras de fondo tenía una canción antigua que evocaba a la nostalgia. Librando y rebasando los autos que claramente iban más lento que ella ¿Podría chocar? O quizá algún policía de vialidad la detendría, si es que lograban alcanzarla, su auto deportivo era más rápido que cualquiera que usaran ellos y su visión mejorada por la noche la hacía más hábil.-

    https://www.youtube.com/watch?v=fgJ6p5GOCiU
    -De nuevo la noche caía en la ciudad, la oscuridad imperaba pero no demasiado, gracias a las luces artificiales multicolores apenas se podían apreciar las estrellas del cielo. Ella en su auto transitaba por los alrededores de la ciudad, dónde se podía acelerar el auto a mas de 100km/h, no sentía la velocidad, ni el peligro, únicamente el viento que entraba por su ventana entreabierta, mientras de fondo tenía una canción antigua que evocaba a la nostalgia. Librando y rebasando los autos que claramente iban más lento que ella ¿Podría chocar? O quizá algún policía de vialidad la detendría, si es que lograban alcanzarla, su auto deportivo era más rápido que cualquiera que usaran ellos y su visión mejorada por la noche la hacía más hábil.- https://www.youtube.com/watch?v=fgJ6p5GOCiU
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  • Estoy agotado y ni siquiera me he movido de la cama...signos de muerte quizás...
    Estoy agotado y ni siquiera me he movido de la cama...signos de muerte quizás...
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  • #SliceOfLife

    — Ésta biblioteca está muy vacía. En cambio en los antros ni siquiera caben las personas por las multitudes. Me pregunto, ¿Porqué no visitan éstos lugares ahora? Quizás les ayude a desarrollar el potencial de las neuronas que tienen.

    - Se sentó frente a una mesa, observando que habían pocas personas en ese salón lleno de libros. No se retractaba de lo que había dicho en voz alta, incluso se rió luego de eso, pareciéndole graciosa la situación. -

    — Aunque dudo que puedan comprender... ah. Lo voy a olvidar, es mi estrés hablando.

    - Sacó sus cosas para continuar con los detalles de su manga, ya se estaba atrasando con la fecha de entrega de los capítulos. De la presión ni siquiera tenía ganas de "criticar" a la sociedad como siempre. -
    #SliceOfLife — Ésta biblioteca está muy vacía. En cambio en los antros ni siquiera caben las personas por las multitudes. Me pregunto, ¿Porqué no visitan éstos lugares ahora? Quizás les ayude a desarrollar el potencial de las neuronas que tienen. - Se sentó frente a una mesa, observando que habían pocas personas en ese salón lleno de libros. No se retractaba de lo que había dicho en voz alta, incluso se rió luego de eso, pareciéndole graciosa la situación. - — Aunque dudo que puedan comprender... ah. Lo voy a olvidar, es mi estrés hablando. - Sacó sus cosas para continuar con los detalles de su manga, ya se estaba atrasando con la fecha de entrega de los capítulos. De la presión ni siquiera tenía ganas de "criticar" a la sociedad como siempre. -
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  • Caja de una amiga:

    Estás?
    Estás dormido?
    Lo siento mucho por hacerte sentir, que soy cortante y fría.
    Me cuesta explicar y ... Siento raro el corazón cuando muestras un interés sincero debido a ello.
    Y no raro de malo, no es mi intención sonar como una víctima y evito hablar de mis sentimientos.
    Yo no soy una persona perfecta... Yo tengo muchos defectos, todos por los cuales me odio y has visto en mi Y duele..
    Duele mucho
    Me arde, me quema... No te imaginas cuanto, cuanto, cuanto me duele.
    Es tan complicado hablar de esto, sin pensar en que... Merezca todo lo malo por conductas que a veces hago y no entiendo... O quizá por como me ven que soy y yo no puedo ver como soy y lo toman como algo horrible.
    Me hacen sentir... Tan... Tan... Horrible.
    Y me duele... Me duele mucho.
    Por eso mejor me callo, antes de cagarla más por estupideces.
    Porque me lastimo mucho. No sabes cuanto... No puedes imaginarte cuanto.
    Y por preferencia callo.
    No es tu culpa, todas las cosas que me has dicho y yo lo tomo como... No sé, demaciado importante.
    Soy quizá.. demaciado sensible, también me eh odiado a mi misma por años.
    Y cuando busco tranquilidad... Es porque me cansé de todo lo malo, porque el dolor me agota profundamente.
    Evito tener golpes horribles de depresión
    Porque los pensamientos negativos retumban tanto en mi cabeza cuando los escucho... Me ciegan y me hacen ver como algo horrible, me lastimo...
    Y no quiero volver a sentir que muero.
    Desee tanto en mi pasado no volver a sentir nada, lo desee tanto frente a un espejo mirándome con odio... Porque el dolor físico en el pecho me oprime más que mi propia existencia.
    Y no quiero ver más eso... Solo, quiero ver...
    Quiero ver el valor que me quiero tener
    Quiero ver... Verme mejor.
    Por eso algunos lados me protegen erróneamente ... Aunque odie no saber cómo me equivoco.
    Es mi dolor el que está hablando... Mi furia por tanto dolor..... Y lamento no poder escapar contigo.
    Dijiste... Que serías mi lugar seguro.... Lamento mucho... Que no sea así.
    Porque ibas a serlo... Iba a confiar en ti porque aunque sea dura, te lo estabas ganando.. Pero...
    No sé en qué momento te metiste en mi pecho y después me exprimiste el corazón.
    Que ya no me siento... En un lugar seguro.
    Sabes... A nadie le digo lo que siento.
    Porque nadie tiene permitido escuchar a mi corazón.
    ni siquiera mi papá... Y mi mejor amiga se lleva un poco de ello. Porque mi mejor amiga.. mi mejor amiga realmente es maravillosa.
    Pero fuera de ahí... Con nadie lloro hablando sobre mis sentimientos.
    Y me estoy abriendo contigo con estos mensajes.. Pero, prefiero continuamente tener la caja de Pandora cerrada por siempre.
    Caja de una amiga: Estás? Estás dormido? Lo siento mucho por hacerte sentir, que soy cortante y fría. Me cuesta explicar y ... Siento raro el corazón cuando muestras un interés sincero debido a ello. Y no raro de malo, no es mi intención sonar como una víctima y evito hablar de mis sentimientos. Yo no soy una persona perfecta... Yo tengo muchos defectos, todos por los cuales me odio y has visto en mi Y duele.. Duele mucho Me arde, me quema... No te imaginas cuanto, cuanto, cuanto me duele. Es tan complicado hablar de esto, sin pensar en que... Merezca todo lo malo por conductas que a veces hago y no entiendo... O quizá por como me ven que soy y yo no puedo ver como soy y lo toman como algo horrible. Me hacen sentir... Tan... Tan... Horrible. Y me duele... Me duele mucho. Por eso mejor me callo, antes de cagarla más por estupideces. Porque me lastimo mucho. No sabes cuanto... No puedes imaginarte cuanto. Y por preferencia callo. No es tu culpa, todas las cosas que me has dicho y yo lo tomo como... No sé, demaciado importante. Soy quizá.. demaciado sensible, también me eh odiado a mi misma por años. Y cuando busco tranquilidad... Es porque me cansé de todo lo malo, porque el dolor me agota profundamente. Evito tener golpes horribles de depresión Porque los pensamientos negativos retumban tanto en mi cabeza cuando los escucho... Me ciegan y me hacen ver como algo horrible, me lastimo... Y no quiero volver a sentir que muero. Desee tanto en mi pasado no volver a sentir nada, lo desee tanto frente a un espejo mirándome con odio... Porque el dolor físico en el pecho me oprime más que mi propia existencia. Y no quiero ver más eso... Solo, quiero ver... Quiero ver el valor que me quiero tener Quiero ver... Verme mejor. Por eso algunos lados me protegen erróneamente ... Aunque odie no saber cómo me equivoco. Es mi dolor el que está hablando... Mi furia por tanto dolor..... Y lamento no poder escapar contigo. Dijiste... Que serías mi lugar seguro.... Lamento mucho... Que no sea así. Porque ibas a serlo... Iba a confiar en ti porque aunque sea dura, te lo estabas ganando.. Pero... No sé en qué momento te metiste en mi pecho y después me exprimiste el corazón. Que ya no me siento... En un lugar seguro. Sabes... A nadie le digo lo que siento. Porque nadie tiene permitido escuchar a mi corazón. ni siquiera mi papá... Y mi mejor amiga se lleva un poco de ello. Porque mi mejor amiga.. mi mejor amiga realmente es maravillosa. Pero fuera de ahí... Con nadie lloro hablando sobre mis sentimientos. Y me estoy abriendo contigo con estos mensajes.. Pero, prefiero continuamente tener la caja de Pandora cerrada por siempre.
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  • Si no salgo de esta morire .......

    - se quedo pensado un segundo mas .-

    Quizas dos veces , la segunada sera que me matara Jeanne por no cumplir mi palabra y ...... si eso creo

    -estaba canzado sin fuerza despues de peliar con ese vampiro su malicion y noe desaparecio, sus ojos se estaban cerrando de lo canzado que estaba.-

    Cuidense amigos.

    -dijo por ultimo a cerrar los ojos.-
    Si no salgo de esta morire ....... - se quedo pensado un segundo mas .- Quizas dos veces , la segunada sera que me matara Jeanne por no cumplir mi palabra y ...... si eso creo -estaba canzado sin fuerza despues de peliar con ese vampiro su malicion y noe desaparecio, sus ojos se estaban cerrando de lo canzado que estaba.- Cuidense amigos. -dijo por ultimo a cerrar los ojos.-
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  • Creo que no le imperte a Freyja que tome esto ..... prestado un rato , quizas me lo quede.
    Creo que no le imperte a Freyja que tome esto ..... prestado un rato , quizas me lo quede.
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  • [Story Mode: Episodio 1]

    [Un perfume y tres chicles de menta, por favor.]

    Con un jadeo pesado deja caer su cuerpo cansado sobre el gastado sofá que rescató de la calle. Le toma unos segundos controlar su respiración agitada, y parpadea repetidas veces para hacer que el agua acumulada en sus ojos se desaparezca. Sus puños cerrados con fuerza aprietan la tela gastada del mueble, y tiene que utilizar cada gramo de energía de su cuerpo para no sollozar. Ya es de medianoche, todos duermen... Menos él.

    — Dios.. Si estás ahí, dame fuerzas, por favor... —

    Siente su cuerpo retorcerse por dentro, sus entrañas luchar contra si mismas. Al rededor de él, los ruidos se agudizan y se hacen intensos. El sonido de los grillos en la medianoche, el viento que mueve y golpea la ventana mal colocada, y los ronquidos que vienen de las habitaciones cercanas. Su propio cuerpo tiembla, suplicando por una pequeña calada.

    Sabe que no debe, que prometió dejarlo. Que ya no le queda ni perfume, ni algún chicle de menta para lidiar con el olor a tabaco. Y Mucho menos, dinero para pagar. Pero... Aún le queda media caja... ¿Sería un desperdicio tirarla, no es así...?

    Con escalofríos recorriendo su cuerpo, se levanta con dificultad del sofá. Tiene que poner cada gramo de voluntad que hay en su cuerpo en dar cada paso, y se dispone a salir...

    — [¿Hmm...? ¿A Donde vas, pa?] —

    Una voz lo detiene. Cuando creyó que los sudores fríos por la abstinencia lo volverían loco, definitivamente se equivocó. En este momento se sentía incluso peor. Maldice internamente al pequeño Leo por levantarse en mitad de la noche, y junta coraje para responder con la mejor voz posible.

    — [Yo... Solo voy a salir a tomar aire. Volvé a la cama, boludin.~] —

    — [Ya voy, ya voy... Paso al baño y vuelvo.] —

    Tras que el pequeño finalmente se fuese, él aprovechó para por fin salir. No dudó más y emprendió su marcha hacia la gasolinera más cercana, para conseguir el suministro deseado. Su cabello hecho un desastre por el sudor, su respiración agitada. Seguramente parecería un drogadicto, pero al menos sabía que en ese sitio lo conocen.

    — U-Uh, buenas noches, eh... —

    — ¿Lo de siempre, no? —

    La cajera lo ve con algo de interés, aunque definitivamente es más en su aspecto desastroso que en algún atractivo. Se resigna con una sonrisa débil y asiente.

    — Si, por favor. Un perfume, y 3 chicles de menta, por favor. —

    — A Tu pedido.. ¿Esta vez si traes dinero? —

    — Quizá.. ¿Siguen sin aceptar la prostitución, no? Ja. —

    — No quieres que responda. —

    — Tú tampoco. —

    — A Este paso tendremos que vetarte de aquí. —

    — Buenas noches. —

    Con un suspiro pesado salió del sitio. Se preguntó si debería sencillamente encender el cigarro ahí para destruir las pruebas de que le debe dinero a la gasolinera. Soltó una risa débil y esperó a haber salido del sitio para encenderlo. Una calada... Y Sintió cada pesar abandonar su cuerpo...

    Solo para ser reemplazado con uno incluso más pesado.

    — Mierda... *Sob* Yo... Soy un estúpido... —

    Dejó salir el humo entre sus labios, y se recostó contra la pared mientras escondía lo mejor posible sus sollozos.

    ...

    Luego de terminar.. Se aplicó algo de perfume, se llevó a la boca uno de esos chicles de menta... Y Emprendió camino de regreso a casa, apenas iluminado por la luz de la luna.
    [Story Mode: Episodio 1] [Un perfume y tres chicles de menta, por favor.] Con un jadeo pesado deja caer su cuerpo cansado sobre el gastado sofá que rescató de la calle. Le toma unos segundos controlar su respiración agitada, y parpadea repetidas veces para hacer que el agua acumulada en sus ojos se desaparezca. Sus puños cerrados con fuerza aprietan la tela gastada del mueble, y tiene que utilizar cada gramo de energía de su cuerpo para no sollozar. Ya es de medianoche, todos duermen... Menos él. — Dios.. Si estás ahí, dame fuerzas, por favor... — Siente su cuerpo retorcerse por dentro, sus entrañas luchar contra si mismas. Al rededor de él, los ruidos se agudizan y se hacen intensos. El sonido de los grillos en la medianoche, el viento que mueve y golpea la ventana mal colocada, y los ronquidos que vienen de las habitaciones cercanas. Su propio cuerpo tiembla, suplicando por una pequeña calada. Sabe que no debe, que prometió dejarlo. Que ya no le queda ni perfume, ni algún chicle de menta para lidiar con el olor a tabaco. Y Mucho menos, dinero para pagar. Pero... Aún le queda media caja... ¿Sería un desperdicio tirarla, no es así...? Con escalofríos recorriendo su cuerpo, se levanta con dificultad del sofá. Tiene que poner cada gramo de voluntad que hay en su cuerpo en dar cada paso, y se dispone a salir... — [¿Hmm...? ¿A Donde vas, pa?] — Una voz lo detiene. Cuando creyó que los sudores fríos por la abstinencia lo volverían loco, definitivamente se equivocó. En este momento se sentía incluso peor. Maldice internamente al pequeño Leo por levantarse en mitad de la noche, y junta coraje para responder con la mejor voz posible. — [Yo... Solo voy a salir a tomar aire. Volvé a la cama, boludin.~] — — [Ya voy, ya voy... Paso al baño y vuelvo.] — Tras que el pequeño finalmente se fuese, él aprovechó para por fin salir. No dudó más y emprendió su marcha hacia la gasolinera más cercana, para conseguir el suministro deseado. Su cabello hecho un desastre por el sudor, su respiración agitada. Seguramente parecería un drogadicto, pero al menos sabía que en ese sitio lo conocen. — U-Uh, buenas noches, eh... — — ¿Lo de siempre, no? — La cajera lo ve con algo de interés, aunque definitivamente es más en su aspecto desastroso que en algún atractivo. Se resigna con una sonrisa débil y asiente. — Si, por favor. Un perfume, y 3 chicles de menta, por favor. — — A Tu pedido.. ¿Esta vez si traes dinero? — — Quizá.. ¿Siguen sin aceptar la prostitución, no? Ja. — — No quieres que responda. — — Tú tampoco. — — A Este paso tendremos que vetarte de aquí. — — Buenas noches. — Con un suspiro pesado salió del sitio. Se preguntó si debería sencillamente encender el cigarro ahí para destruir las pruebas de que le debe dinero a la gasolinera. Soltó una risa débil y esperó a haber salido del sitio para encenderlo. Una calada... Y Sintió cada pesar abandonar su cuerpo... Solo para ser reemplazado con uno incluso más pesado. — Mierda... *Sob* Yo... Soy un estúpido... — Dejó salir el humo entre sus labios, y se recostó contra la pared mientras escondía lo mejor posible sus sollozos. ... Luego de terminar.. Se aplicó algo de perfume, se llevó a la boca uno de esos chicles de menta... Y Emprendió camino de regreso a casa, apenas iluminado por la luz de la luna.
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  • Es confuso… desean a alguien como yo, pero nunca me desean a mí, ¿Qué debo hacer para dejar de ser solo el reflejo de lo que anhelan en otro, y convertirme en la elección que sus manos decidan sostener?
    Siento que estoy condenado a ser el molde de un sueño ajeno,
    la silueta de lo que buscan,
    pero nunca la carne viva que aman...Quizá mi destino sea mirar desde la penumbra,
    ser testigo del amor que se pronuncia en labios ajenos,
    y no aquel a quien le tiembla el alma
    cuando escucha un “te amo”.
    Es confuso… desean a alguien como yo, pero nunca me desean a mí, ¿Qué debo hacer para dejar de ser solo el reflejo de lo que anhelan en otro, y convertirme en la elección que sus manos decidan sostener? Siento que estoy condenado a ser el molde de un sueño ajeno, la silueta de lo que buscan, pero nunca la carne viva que aman...Quizá mi destino sea mirar desde la penumbra, ser testigo del amor que se pronuncia en labios ajenos, y no aquel a quien le tiembla el alma cuando escucha un “te amo”.
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  • El Inicio de un Caos Espiritual parte 1


    Desde algún punto en que nunca me decidía, nada parecía preocuparme. Siempre me la pasaba cada noche mirando en Vallefresno cerca, justo en los pilotes más olvidados. Un islote donde siempre estaba para tener paz y tranquilidad. Incluso, las veladas en la avanzada de Zorangar son lo más maravilloso que hay en lo que se refiere al muelle cercano.

    Mis noches calaban con el frío hasta el tuétano de los huesos si no estabas bien abrigado, claramente. Pero los árboles de alrededor se ocupaban de que fuera fresco y no se transformase en un gélido infierno. Incluso, los animales también paseaban a plena vista a una distancia considerable. Ninguno era ingenuo como para acercarse... pero tal vez algo faltaba en la noche pesada.

    La luna era enorme y bañaba con su brillo hermoso el lugar, como un recordatorio de que siempre estaría ahí para consolarte. El recio viento suave no hacía más que mecer mi cabello como si de una caricia se tratase, haciendo que me acariciara el pelo por un instinto nato de darme algo de cariño. Pero ha cambiado el rumbo de mi tranquilidad. Las dos lunas restantes saldrían más tarde... pero algo no andaba bien para lo que era común. ¿Un instinto?... ¿Qué era...?

    —La noche está hermosa, aunque el frío no cesa con cada soplido... Es como si un espectro me quisiera hablar —dijo con algo de misterio.

    El calor de la fogata que ardía desde que empezó a caer y desatarse el velo de la noche era reconfortante. Sus manos suaves sostuvieron un cuenco de sopa y sus ojos azules cayeron ahí para mirar su reflejo, el cual era como sentir una caída en el precipicio más alto y sin fin... Algo se sintió tan vacío...

    —Hmmm... —gruñó, y con ello dio un sorbete del caldo que estaba hecho de ricas verduras que reservaba y un par de raíces, acompañado de un poco de carne de jabalí seca—. La sopa sabe amarga cuando no hay nadie con quien compartir...

    —Se siente un ambiente tan solitario... Es como si alguien quisiera manifestarse y con ello hablarme de algo. A lo mejor estoy muy cansado —se dijo una vez más, en cuanto se levantó después de tragar el sorbo del caliente caldo que ayudaría a regular su temperatura corporal.

    Pero eso no era algo que realmente le fuera de tanto interés o necesidad de hacer siempre. A pesar de todo, los orcos eran caracterizados por su resistencia y su piel gruesa, que era capaz de soportar el frío inusual que un humano no toleraría en segundos, o regular el calor que tal vez algún otro ser no haría más que tirar la toalla por el infernal clima flameante. Pero eso no era símbolo de que pudiera caminar sobre lava o vivir en un lugar volcánico.

    Se recompuso y, con sus suaves pasos, aún sostenía su sopa. El delicioso caldo temblaba mientras las ondas chocaban al ritmo de las paredes del tazón. Se sentó en su cama y miró con algo de curiosidad su dibujo en su carpa de pieles: el dibujo de su hermano, Thrall, líder de la Horda. Para él, es más que un tesoro. Era algo más que invaluable en lo que podría decirse del término valioso o de importancia material. Claramente es de un afecto enorme, en el que la familia podría identificarse, al ser lo único que le quedaba... Un lobo sobreviviente a tantas cosas que, aun así, en lo que era el lote de la vida, como un leve camino rocoso y con espinas, quizás trampas mortales, supo salir con vida y estar hasta ahora... lo que conoce como su hermano mayor... y para el otro, su hermano menor...

    Se dignó a contemplar la gracia de sus trazos mientras meditaba un poco con aprecio en silencio, bajo el chasquido de la fogata ruidosa y las velas que iluminaban sutilmente. Entonces se dijo para él, como si hablara con su hermano de verdad:

    —Desde que me alejé de ahí, no hago más que echarte de menos... Pero es difícil creer que preferirías más a otros antes que a tu hermano... Pero... de tal modo... —Hizo una pausa, volvió a mirar su reflejo en la luz tenue y con ello volvió a posar su vista en el dibujo. Su voz pragmática de apatía se tornó en lo que era nostalgia—. Te aprecio y admiro... No quería ponerte a escoger entre yo o la Horda... No hago más que decepcionarte, no te lo dije antes... Pero aun así no dejo siempre de dañar todo lo que está a mi paso...

    El dibujo cayó con una lentitud y una dramática caída lenta. Se sintió más que extraño... Fue un escalofrío lo que se desplegó sobre el joven orco y con ello, el material dibujado se acunó sobre el fuego de una vela cercana y ardió con furia. El instinto tomó el control, aunque muy tarde. El fuego comía el papel con hambre grotesca, mientras que, sin otro remedio, tiré el caldo de mis manos para apagar el fuego. El papel quedó reducido a cenizas. Lo único que sobrevivió fue un trozo del rostro de su hermano sonriendo, pero a media cara.

    El escalofrío recorrió una vez más su columna, sintiéndose más frío, y con ello, salió lleno de adrenalina desde la carpa y miró la luna una vez más, como si buscara la respuesta a lo que le había pasado hace un instante... Su corazón latió con algo más de prisa, como si de algún modo hubiera pasado algo mientras la noche transcurría con su frío desolador...

    El Inicio de un Caos Espiritual parte 1 Desde algún punto en que nunca me decidía, nada parecía preocuparme. Siempre me la pasaba cada noche mirando en Vallefresno cerca, justo en los pilotes más olvidados. Un islote donde siempre estaba para tener paz y tranquilidad. Incluso, las veladas en la avanzada de Zorangar son lo más maravilloso que hay en lo que se refiere al muelle cercano. Mis noches calaban con el frío hasta el tuétano de los huesos si no estabas bien abrigado, claramente. Pero los árboles de alrededor se ocupaban de que fuera fresco y no se transformase en un gélido infierno. Incluso, los animales también paseaban a plena vista a una distancia considerable. Ninguno era ingenuo como para acercarse... pero tal vez algo faltaba en la noche pesada. La luna era enorme y bañaba con su brillo hermoso el lugar, como un recordatorio de que siempre estaría ahí para consolarte. El recio viento suave no hacía más que mecer mi cabello como si de una caricia se tratase, haciendo que me acariciara el pelo por un instinto nato de darme algo de cariño. Pero ha cambiado el rumbo de mi tranquilidad. Las dos lunas restantes saldrían más tarde... pero algo no andaba bien para lo que era común. ¿Un instinto?... ¿Qué era...? —La noche está hermosa, aunque el frío no cesa con cada soplido... Es como si un espectro me quisiera hablar —dijo con algo de misterio. El calor de la fogata que ardía desde que empezó a caer y desatarse el velo de la noche era reconfortante. Sus manos suaves sostuvieron un cuenco de sopa y sus ojos azules cayeron ahí para mirar su reflejo, el cual era como sentir una caída en el precipicio más alto y sin fin... Algo se sintió tan vacío... —Hmmm... —gruñó, y con ello dio un sorbete del caldo que estaba hecho de ricas verduras que reservaba y un par de raíces, acompañado de un poco de carne de jabalí seca—. La sopa sabe amarga cuando no hay nadie con quien compartir... —Se siente un ambiente tan solitario... Es como si alguien quisiera manifestarse y con ello hablarme de algo. A lo mejor estoy muy cansado —se dijo una vez más, en cuanto se levantó después de tragar el sorbo del caliente caldo que ayudaría a regular su temperatura corporal. Pero eso no era algo que realmente le fuera de tanto interés o necesidad de hacer siempre. A pesar de todo, los orcos eran caracterizados por su resistencia y su piel gruesa, que era capaz de soportar el frío inusual que un humano no toleraría en segundos, o regular el calor que tal vez algún otro ser no haría más que tirar la toalla por el infernal clima flameante. Pero eso no era símbolo de que pudiera caminar sobre lava o vivir en un lugar volcánico. Se recompuso y, con sus suaves pasos, aún sostenía su sopa. El delicioso caldo temblaba mientras las ondas chocaban al ritmo de las paredes del tazón. Se sentó en su cama y miró con algo de curiosidad su dibujo en su carpa de pieles: el dibujo de su hermano, Thrall, líder de la Horda. Para él, es más que un tesoro. Era algo más que invaluable en lo que podría decirse del término valioso o de importancia material. Claramente es de un afecto enorme, en el que la familia podría identificarse, al ser lo único que le quedaba... Un lobo sobreviviente a tantas cosas que, aun así, en lo que era el lote de la vida, como un leve camino rocoso y con espinas, quizás trampas mortales, supo salir con vida y estar hasta ahora... lo que conoce como su hermano mayor... y para el otro, su hermano menor... Se dignó a contemplar la gracia de sus trazos mientras meditaba un poco con aprecio en silencio, bajo el chasquido de la fogata ruidosa y las velas que iluminaban sutilmente. Entonces se dijo para él, como si hablara con su hermano de verdad: —Desde que me alejé de ahí, no hago más que echarte de menos... Pero es difícil creer que preferirías más a otros antes que a tu hermano... Pero... de tal modo... —Hizo una pausa, volvió a mirar su reflejo en la luz tenue y con ello volvió a posar su vista en el dibujo. Su voz pragmática de apatía se tornó en lo que era nostalgia—. Te aprecio y admiro... No quería ponerte a escoger entre yo o la Horda... No hago más que decepcionarte, no te lo dije antes... Pero aun así no dejo siempre de dañar todo lo que está a mi paso... El dibujo cayó con una lentitud y una dramática caída lenta. Se sintió más que extraño... Fue un escalofrío lo que se desplegó sobre el joven orco y con ello, el material dibujado se acunó sobre el fuego de una vela cercana y ardió con furia. El instinto tomó el control, aunque muy tarde. El fuego comía el papel con hambre grotesca, mientras que, sin otro remedio, tiré el caldo de mis manos para apagar el fuego. El papel quedó reducido a cenizas. Lo único que sobrevivió fue un trozo del rostro de su hermano sonriendo, pero a media cara. El escalofrío recorrió una vez más su columna, sintiéndose más frío, y con ello, salió lleno de adrenalina desde la carpa y miró la luna una vez más, como si buscara la respuesta a lo que le había pasado hace un instante... Su corazón latió con algo más de prisa, como si de algún modo hubiera pasado algo mientras la noche transcurría con su frío desolador...
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