• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Mi princesa no tiene nada de suerte y me apena.
    Mi princesa no tiene nada de suerte y me apena.
    Me entristece
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  • Es ser princesa demostrar educación. Es ser princesa de zapatos un montón. Ir con porte muy gentil, no comer el perejil, ser amena, encantadora y singular. Es ser princesa no poderse despistar. El protocolo respetar, siempre saber que un modo hay de proceder. La mano dar sin apretar y no encorvarse al saludar, siempre mover los guantes como debe ser. Hombros altos, tripa dentro, bien arriba la barbilla, suavemente vuélvete a virar. Es ser princesa buen aspecto presentar. Es ser princesa casi nunca descansar. Para un retrato posará, buenos colchones usará, habla con peso y seso en su conversación.
    Es ser princesa demostrar educación. Es ser princesa de zapatos un montón. Ir con porte muy gentil, no comer el perejil, ser amena, encantadora y singular. Es ser princesa no poderse despistar. El protocolo respetar, siempre saber que un modo hay de proceder. La mano dar sin apretar y no encorvarse al saludar, siempre mover los guantes como debe ser. Hombros altos, tripa dentro, bien arriba la barbilla, suavemente vuélvete a virar. Es ser princesa buen aspecto presentar. Es ser princesa casi nunca descansar. Para un retrato posará, buenos colchones usará, habla con peso y seso en su conversación.
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  • ♥ Estaba intentando recordar que había hecho ayer en la universidad, porque mi mejor amigo me envió un mensaje preguntandome si me habían llamado de la administración para sancionarme ¿Qué? ¿Por qué iban a sancionarme?
    Dando vueltas en mi cabeza, recordé que en el almuerzo un señor pasó a mi lado y me preguntó "¿Es día de jugar a las princesas en el departamento de arte?" Y yo como "¿Perdona? Ya quisieras tu tener está belleza tallada por los dioses, viejo mirón y retrogrado".
    Y resulta ser que era mi profesor de ética haciendome una broma...en mi defensa, ese señor con lentes parece otra persona...y no tenía porque llamarme así...

    Aunque... Si soy una princesa ¿Y qué? ♥
    ♥ Estaba intentando recordar que había hecho ayer en la universidad, porque mi mejor amigo me envió un mensaje preguntandome si me habían llamado de la administración para sancionarme ¿Qué? ¿Por qué iban a sancionarme? Dando vueltas en mi cabeza, recordé que en el almuerzo un señor pasó a mi lado y me preguntó "¿Es día de jugar a las princesas en el departamento de arte?" Y yo como "¿Perdona? Ya quisieras tu tener está belleza tallada por los dioses, viejo mirón y retrogrado". Y resulta ser que era mi profesor de ética haciendome una broma...en mi defensa, ese señor con lentes parece otra persona...y no tenía porque llamarme así... Aunque... Si soy una princesa ¿Y qué? ♥
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  • ──L..la..s or.... orej... orejas de.... U....un el...elfo... N..no s..e to...toc...an...

    Dijo la princesa completamente sonrojada, sus orejas eran muy sensibles aunque no le molestaba del todo que lo hicieras su amado peliblanco

    ── P...per...o...adm...admito que se sie...ente b..bi...ien....

    Daniel Selene


    #SeductiveSunday ⁠♡ ────⁠
    ──L..la..s or.... orej... orejas de.... U....un el...elfo... N..no s..e to...toc...an... Dijo la princesa completamente sonrojada, sus orejas eran muy sensibles aunque no le molestaba del todo que lo hicieras su amado peliblanco ── P...per...o...adm...admito que se sie...ente b..bi...ien.... [Hijo_de_la_luna] #SeductiveSunday ⁠♡ ────⁠
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  • Ya lo quiero volver a ver y con él me siento como una princesa
    Ya lo quiero volver a ver y con él me siento como una princesa
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  • — Madre. — Daemyra la llamó. Había estado viendo a Alicent desde la puerta durante un largo rato. — Necesito hablar contigo.

    Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor.

    ☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello.

    — ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano.

    El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia.
    Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo.

    ☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.
    — Madre. — Daemyra la llamó. Había estado viendo a Alicent desde la puerta durante un largo rato. — Necesito hablar contigo. Alicent se dió la vuelta. Su rostro serio cambió al instante de ver a su hija menor. ☆ — ¿Sí, cariño? — La Reina Verde miró a Daemyra con dulzura y tranquilidad. Sus manos estaban agarradas por delante de su vestido, su cabello cobrizo bien arreglado y su capa verde atada en su cuello. — ¿Por qué siempre tienes esa cara cuando ves a Aegon? Cómo si algo te disgustara, te molestara u odiaras. — Preguntó la joven princesa. — Conmigo no la tienes, y temo que quizá exista un favoritismo que genere odio en mi hermano. El mayor miedo de Daemyra era eso: ser odiada por su propia familia. Ella no podría soportar que su hermano más grande llegara a odiarla por culpa de las miradas de Alicent. Y mucho menos quería que el bando Verde se destruya a sí mismo. ☆ — No, linda. Él no te odiará. Solo lo miro así porque...bueno, sabes que él no tiene los mejores comportamientos. — Y ahí la Targaryen entendió: su madre no detestaba a su hermano, detestaba sus comportamientos mujeriegos y alcohólicos.
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  • Cambio de realidad.
    Categoría Acción
    ● Desembarco del Rey.
    ● 129 d.C (después de la Conquista).

    Daemyra había acabado con sus deberes reales, estaba exhausta de tantos papeles, planes de guerra y, sobre todo, conferencias con nobles.
    Llegó a su habitación y se desplomó en la cama, un suspiro pesado saliendo de sus labios. Habían pasado pocos minutos hasta que ella se quedó dormida, aún con sus ropas finas y elegantes puestas.

    ● ???
    ● ???

    A la siguiente mañana, la joven Targaryen abrió los ojos. La oscuridad en su habitación era más de la que ella recordaba, por lo que apenas podía ver sus ropas. Qué lástima, ahora tendría que mandar a planchar ese vestido.

    Decidió levantarse de la cama y estirarse, pero cuando lo hizo, algo le llamó la atención; esos no eran sus aposentos.
    Daemyra rápidamente buscó rastros de otra persona en su habitación, pero no encontró ninguno. Salió por la puerta, encontrandose con un muy pequeño comedor; éste no era su palacio, no era la Fortaleza Roja.

    El miedo comenzó a aparecer en el cuerpo de la princesa, la cual no llegaba a comprender la situación. Estaba en un lugar desconocido, que contenía cosas demasiado extrañas.

    — Por los Siete...¿Qué está pasando? — Se habló a sí misma por lo bajo.

    Finalmente, se dirigió a la segunda y última puerta que había en aquél lugar y la abrió. Pero lo que encontró no fue agradable para ella; hogares con formas extrañas, perros rondando por todas las calles, bolsas de basura.

    Daemyra se acercó a un auto, no sabiendo exactamente que era. Lo observó detalladamente, mientras comenzaba a sentir el calor del sol chocar con su pálida piel.

    Esa cosa defintiivamente no era normal para ella.

    Y ese no era su mundo.

    Cocó ⱽᴼᴺ ᴱᴿᴿᴼᴿ
    ● Desembarco del Rey. ● 129 d.C (después de la Conquista). Daemyra había acabado con sus deberes reales, estaba exhausta de tantos papeles, planes de guerra y, sobre todo, conferencias con nobles. Llegó a su habitación y se desplomó en la cama, un suspiro pesado saliendo de sus labios. Habían pasado pocos minutos hasta que ella se quedó dormida, aún con sus ropas finas y elegantes puestas. ● ??? ● ??? A la siguiente mañana, la joven Targaryen abrió los ojos. La oscuridad en su habitación era más de la que ella recordaba, por lo que apenas podía ver sus ropas. Qué lástima, ahora tendría que mandar a planchar ese vestido. Decidió levantarse de la cama y estirarse, pero cuando lo hizo, algo le llamó la atención; esos no eran sus aposentos. Daemyra rápidamente buscó rastros de otra persona en su habitación, pero no encontró ninguno. Salió por la puerta, encontrandose con un muy pequeño comedor; éste no era su palacio, no era la Fortaleza Roja. El miedo comenzó a aparecer en el cuerpo de la princesa, la cual no llegaba a comprender la situación. Estaba en un lugar desconocido, que contenía cosas demasiado extrañas. — Por los Siete...¿Qué está pasando? — Se habló a sí misma por lo bajo. Finalmente, se dirigió a la segunda y última puerta que había en aquél lugar y la abrió. Pero lo que encontró no fue agradable para ella; hogares con formas extrañas, perros rondando por todas las calles, bolsas de basura. Daemyra se acercó a un auto, no sabiendo exactamente que era. Lo observó detalladamente, mientras comenzaba a sentir el calor del sol chocar con su pálida piel. Esa cosa defintiivamente no era normal para ella. Y ese no era su mundo. [Coco_VonError]
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    Individual
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    Cualquier línea
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    Disponible
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  • Daemyra utilizaba el color verde con orgullo.

    A pesar que desde pequeña, su color favorito había sido el rojo, ahora no podía evitar rechazarlo con asco. El rojo se mostraba demasiado del lado de los Negros, por lo cual, ella regaló todas sus prendas de aquél color a sus "amigas" nobles.

    ☆☆☆☆☆☆

    ☆ A memory ☆

    Una Daemyra de once años se encontraba junto a un Lucerys de doce.
    Ambos estaban en Dragonstone, disfrutando del tiempo libre que Alicent le había brindado a la joven princesa.

    Sus manos estaban juntas, sus dedos entrelazados.
    Las miradas que se dedicaban no eran solo de unos prometidos a futuro de forma política, más bien, de un amor sincero que no veía peligros.

    ☆ — Había extrañado pasear por la playa junto a ti, Myra. — "Myra". Así la apodaba el joven Lucerys desde que tenían memoria. — Eres una gran compañía.

    — He de poder decir lo mismo de ti, Luke. — Daemyra lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Mentía si decía que ella no estaba enamorada de él, a pesar de su corta edad. — Nuestras caminatas siempre se me hicieron placenteras.

    Lucerys de repente se detuvo, soltando la mano de la pequeña Targaryen para posar la suya en la mejilla de ésta. Él dió un paso adelante, dejando sus rostros a tan solo centímetros de distancia.

    ☆ — Estás hermosa hoy. Quiero decir, siempre lo estás, pero... — Lucerys se había puesto nervioso, cosa que hizo que Daemyra suelte una corta risa. — pero hoy lo estás más.

    — Te agradezco, pero, agradecería más que te calles. — Bromeó la peliblanca. Y cuando estuvo apunto de reír, sintió los labios del adolescente Lucerys en los suyos.

    Fue un beso dulce, suave y sincero. Sus labios se movían en un compás tierno pero torpe al mismo tiempo. Pues, era el primer beso de ambos.
    Daemyra utilizaba el color verde con orgullo. A pesar que desde pequeña, su color favorito había sido el rojo, ahora no podía evitar rechazarlo con asco. El rojo se mostraba demasiado del lado de los Negros, por lo cual, ella regaló todas sus prendas de aquél color a sus "amigas" nobles. ☆☆☆☆☆☆ ☆ A memory ☆ Una Daemyra de once años se encontraba junto a un Lucerys de doce. Ambos estaban en Dragonstone, disfrutando del tiempo libre que Alicent le había brindado a la joven princesa. Sus manos estaban juntas, sus dedos entrelazados. Las miradas que se dedicaban no eran solo de unos prometidos a futuro de forma política, más bien, de un amor sincero que no veía peligros. ☆ — Había extrañado pasear por la playa junto a ti, Myra. — "Myra". Así la apodaba el joven Lucerys desde que tenían memoria. — Eres una gran compañía. — He de poder decir lo mismo de ti, Luke. — Daemyra lo miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Mentía si decía que ella no estaba enamorada de él, a pesar de su corta edad. — Nuestras caminatas siempre se me hicieron placenteras. Lucerys de repente se detuvo, soltando la mano de la pequeña Targaryen para posar la suya en la mejilla de ésta. Él dió un paso adelante, dejando sus rostros a tan solo centímetros de distancia. ☆ — Estás hermosa hoy. Quiero decir, siempre lo estás, pero... — Lucerys se había puesto nervioso, cosa que hizo que Daemyra suelte una corta risa. — pero hoy lo estás más. — Te agradezco, pero, agradecería más que te calles. — Bromeó la peliblanca. Y cuando estuvo apunto de reír, sintió los labios del adolescente Lucerys en los suyos. Fue un beso dulce, suave y sincero. Sus labios se movían en un compás tierno pero torpe al mismo tiempo. Pues, era el primer beso de ambos.
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  • Así es como todos deberían de tratar a la princesa sadida.
    Así es como todos deberían de tratar a la princesa sadida.
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  • Al partir su aventura, Amalia tenía trece años y no era más que una princesa nacida en cuna de oro totalmente berrinchuda, mimada y sin experiencia con la vida real.

    Pero, al pasar de los años, la niña sadida —quién poco a poco dejó de ser una niña— aprendió que el mundo no era color de rosas cómo ella imaginaba.

    No.

    Era cruel, hostil y con cientos de adversidades que le orillarían a madurar más rápido de lo que ella hubiera deseado.

    Porque, en el Mundo de los Doce, la felicidad plena era algo demasiado lejano para alguien cómo ella.
    Al partir su aventura, Amalia tenía trece años y no era más que una princesa nacida en cuna de oro totalmente berrinchuda, mimada y sin experiencia con la vida real. Pero, al pasar de los años, la niña sadida —quién poco a poco dejó de ser una niña— aprendió que el mundo no era color de rosas cómo ella imaginaba. No. Era cruel, hostil y con cientos de adversidades que le orillarían a madurar más rápido de lo que ella hubiera deseado. Porque, en el Mundo de los Doce, la felicidad plena era algo demasiado lejano para alguien cómo ella.
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