• —Se había terminado el efecto de la poción volviendo a mi género normal ví que Undertaker dejo una tetera y taza de té con galletas solo atiné agarrar una sin comerlo no me atrevería a comer algo que el preparo tenía que estar alerta
    en mi memte máquinaba un sin fin de posibilidades Pero siempre terminaba mal tenía que haber una brecha para escapar no esperaría a que lo salven esperar eso era una perdida de tiempo —
    —Se había terminado el efecto de la poción volviendo a mi género normal ví que Undertaker dejo una tetera y taza de té con galletas solo atiné agarrar una sin comerlo no me atrevería a comer algo que el preparo tenía que estar alerta en mi memte máquinaba un sin fin de posibilidades Pero siempre terminaba mal tenía que haber una brecha para escapar no esperaría a que lo salven esperar eso era una perdida de tiempo —
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  • - Tomando la poción la sombras me envuelven haciendo que mi cuerpo cambie voy donde ℝ𝕠𝕓𝕚𝕟 utilizando un portal bueno me quedaré lejos de la arena y la esperaré aquí viéndola a lo lejos -

    //Sorry Robin no encontré alguna imagen con traje de baño es lo que hay //
    - Tomando la poción la sombras me envuelven haciendo que mi cuerpo cambie voy donde [Robin] utilizando un portal bueno me quedaré lejos de la arena y la esperaré aquí viéndola a lo lejos - //Sorry Robin no encontré alguna imagen con traje de baño es lo que hay //
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  • Kymsu dejó la carta de renuncia en la pastelería. Pidió disculpas a sus compañeras de piso y empacó sus cosas en preparación a lo que iba a hacer.

    Habían pasado meses desde que cambió a su cuerpo actual, pero, ¿había valido la pena? Por años pensaba que las catames que cambiaban por la aceptación social eran débiles, estúpidas, traicioneras... sin embargo, ella cayó, y mucho peor que caer, se dejó convencer por una bruja que le prometió maravillas, ¡una vida mejor! Pero esa vida fue al costo de lo que profundamente hacía a Kymsu ser ella misma.

    Su arrepentimiento comenzó tras encontrar unas fotografías y los diarios que había escrito mientras trabajaba en el bar de Koray, el bar "Chichonas" donde escribía sobre la libertad de su gente y cómo nunca iba a rendirse.

    — ¡Quiero revertirlo! —Su puño golpeaba la puerta de aquella casa remota, rodeada de un bosque que parecía abrazarla, esconderla de los demás. Ella estaba buscando a la hechicera que la transformó.

    —¿¿Hola??— Su rostro apegado al vidrio de la puerta buscaba a la anciana, pero nadie parecía estar en casa. ¿Estaba ignorándola? Kymsu continuó golpeando la puerta, desesperándose al imaginarse que no había manera de volver a como era antes. —¡¡Por favor!! ¡Necesito su ayuda! —

    Un par de horas habían pasado, el cielo se empezaba a oscurecer y su voz estaba ronca de tanto gritar y sus ojos enrojecidos por tanto llorar. Estaba a punto de rendirse cuando escuchó movimiento aproximarse desde el camino entre los árboles: era ella. Una anciana de menos de metro y medio, cabello rizado blanco que caía como cascada alrededor de su rostro. Parecía contenta y sorprendida de ver a Kymsu.

    — Oh my, la-niña, ¿qué haces aquí? — la señora se movía con tranquilidad, arrastrando un pequeño cesto con ruedas que estaba lleno de frutas, verduras y hojas verdes de todo tamaño. Se detuvo en la entrada, ofreciéndole una mano a la muchacha. Kymsu se puso de pie rápidamente y se limpió el rostro húmedo en lágrimas.

    —... P-pensé que me estaba ignorando. —
    —¡Jajaja! —su carcajada acompañó el campaneo de sus llaves tras adelantarse para abrir la puerta. Su voz era como un cálido abrazo.— Calma esos nervios. Adelante, adelante. Ya que estás aquí, qué tal si me ayudas a guardar las verduras y me cuentas qué buscabas, ¿hm? —

    Kymsu asintió.

    Pasó la tarde con la anciana, haciendo lo que le pedía. De cierta manera había entrado a modo "trabajo" y solamente actuaba por costumbre: barría, limpiaba, recogía, apartaba las sobras que pudieran entorpecer a la hechicera mientras parecía trabajar una poción de color cambiante. Kymsu quería esperar a que terminara de trabajar para pedirle ayuda, pero cayó exhausta en el sofá.

    Y en el estado hipnagogico escuchó a la anciana aproximarse a paso lento. Sostenía una taza con la pócima que había estado preparando.

    — La-niña, toma. Te hará bien—dijo—, te buscaré una cobijita.

    Kymsu no recordó haberse dormido; tras haberse tomado el té de hierbas, su cabeza se sintió pesada y experimentó sueños vívidos bastante extraños. No sabía por cuántas horas había dormido, pero despertó bañada en sudor.

    —¿Qué hora es...? —y al intentar buscar su teléfono, sintió que su mano estaba atascada en el sofá. Intentó halar, pero no podía soltarse. Se asustó aún más al notar que escuchaba todo mucho más alto que antes, los colores se veían distintos, y algo le estorbaba en la espalda ¿tenía su cola nuevamente? Se incorporó lo más rápido que pudo, sus garras se habían atascado al mueble. Se sentía torpe en su cuerpo nuevamente, se tropezó en su propia cola al caminar y el sonido de la madera crujiendo mientras caminaba resultaba escandaloso a sus oídos, pero cuando alcanzó a encontrar un espejo, sus ojos se humedecieron, emocionada.

    ¡Volvió a ser una catame!

    Escuchó a la anciana hablar desde la otra habitación.

    —¿Ya te despertaste, la-niña? —
    Kymsu corrió hacia ella y la abrazó con fuerza.

    — ¡G-gracias! —sollozaba de felicidad. La anciana sólo le palmeó la espalda, y agregó, soltándose de su abrazo con delicadeza.

    —Ya... ya, pero váyase pronto, que los gatos me dan alergias. —se rió y tras besar la frente de Kymsu, le dejó ir.
    Kymsu dejó la carta de renuncia en la pastelería. Pidió disculpas a sus compañeras de piso y empacó sus cosas en preparación a lo que iba a hacer. Habían pasado meses desde que cambió a su cuerpo actual, pero, ¿había valido la pena? Por años pensaba que las catames que cambiaban por la aceptación social eran débiles, estúpidas, traicioneras... sin embargo, ella cayó, y mucho peor que caer, se dejó convencer por una bruja que le prometió maravillas, ¡una vida mejor! Pero esa vida fue al costo de lo que profundamente hacía a Kymsu ser ella misma. Su arrepentimiento comenzó tras encontrar unas fotografías y los diarios que había escrito mientras trabajaba en el bar de Koray, el bar "Chichonas" donde escribía sobre la libertad de su gente y cómo nunca iba a rendirse. — ¡Quiero revertirlo! —Su puño golpeaba la puerta de aquella casa remota, rodeada de un bosque que parecía abrazarla, esconderla de los demás. Ella estaba buscando a la hechicera que la transformó. —¿¿Hola??— Su rostro apegado al vidrio de la puerta buscaba a la anciana, pero nadie parecía estar en casa. ¿Estaba ignorándola? Kymsu continuó golpeando la puerta, desesperándose al imaginarse que no había manera de volver a como era antes. —¡¡Por favor!! ¡Necesito su ayuda! — Un par de horas habían pasado, el cielo se empezaba a oscurecer y su voz estaba ronca de tanto gritar y sus ojos enrojecidos por tanto llorar. Estaba a punto de rendirse cuando escuchó movimiento aproximarse desde el camino entre los árboles: era ella. Una anciana de menos de metro y medio, cabello rizado blanco que caía como cascada alrededor de su rostro. Parecía contenta y sorprendida de ver a Kymsu. — Oh my, la-niña, ¿qué haces aquí? — la señora se movía con tranquilidad, arrastrando un pequeño cesto con ruedas que estaba lleno de frutas, verduras y hojas verdes de todo tamaño. Se detuvo en la entrada, ofreciéndole una mano a la muchacha. Kymsu se puso de pie rápidamente y se limpió el rostro húmedo en lágrimas. —... P-pensé que me estaba ignorando. — —¡Jajaja! —su carcajada acompañó el campaneo de sus llaves tras adelantarse para abrir la puerta. Su voz era como un cálido abrazo.— Calma esos nervios. Adelante, adelante. Ya que estás aquí, qué tal si me ayudas a guardar las verduras y me cuentas qué buscabas, ¿hm? — Kymsu asintió. Pasó la tarde con la anciana, haciendo lo que le pedía. De cierta manera había entrado a modo "trabajo" y solamente actuaba por costumbre: barría, limpiaba, recogía, apartaba las sobras que pudieran entorpecer a la hechicera mientras parecía trabajar una poción de color cambiante. Kymsu quería esperar a que terminara de trabajar para pedirle ayuda, pero cayó exhausta en el sofá. Y en el estado hipnagogico escuchó a la anciana aproximarse a paso lento. Sostenía una taza con la pócima que había estado preparando. — La-niña, toma. Te hará bien—dijo—, te buscaré una cobijita. Kymsu no recordó haberse dormido; tras haberse tomado el té de hierbas, su cabeza se sintió pesada y experimentó sueños vívidos bastante extraños. No sabía por cuántas horas había dormido, pero despertó bañada en sudor. —¿Qué hora es...? —y al intentar buscar su teléfono, sintió que su mano estaba atascada en el sofá. Intentó halar, pero no podía soltarse. Se asustó aún más al notar que escuchaba todo mucho más alto que antes, los colores se veían distintos, y algo le estorbaba en la espalda ¿tenía su cola nuevamente? Se incorporó lo más rápido que pudo, sus garras se habían atascado al mueble. Se sentía torpe en su cuerpo nuevamente, se tropezó en su propia cola al caminar y el sonido de la madera crujiendo mientras caminaba resultaba escandaloso a sus oídos, pero cuando alcanzó a encontrar un espejo, sus ojos se humedecieron, emocionada. ¡Volvió a ser una catame! Escuchó a la anciana hablar desde la otra habitación. —¿Ya te despertaste, la-niña? — Kymsu corrió hacia ella y la abrazó con fuerza. — ¡G-gracias! —sollozaba de felicidad. La anciana sólo le palmeó la espalda, y agregó, soltándose de su abrazo con delicadeza. —Ya... ya, pero váyase pronto, que los gatos me dan alergias. —se rió y tras besar la frente de Kymsu, le dejó ir.
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  • Travesura
    Fandom Multifandom
    Categoría Comedia
    Mientras mi madre corta unos ingredientes que necesitamos para una poción bastante complicada de elaborar.
    Estos días estoy ayudándola a preparar un gran arsenal de pociones para una clienta suya, en esta ocasión ha encargado más material que la última vez.
    Mientras Salem juguetea en el medio de la cocina con un nuevo juguete.
    El ruido de la lluvia siempre consigue ayudarme a que me concentré, esta noche se avecina una tormenta.

    Anne Halliwell AU Hermione Turner
    Mientras mi madre corta unos ingredientes que necesitamos para una poción bastante complicada de elaborar. Estos días estoy ayudándola a preparar un gran arsenal de pociones para una clienta suya, en esta ocasión ha encargado más material que la última vez. Mientras Salem juguetea en el medio de la cocina con un nuevo juguete. El ruido de la lluvia siempre consigue ayudarme a que me concentré, esta noche se avecina una tormenta. [Featherington_cx] AU Hermione Turner
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
    35 turnos 0 maullidos 696 vistas
  • —¡San Valentín está cerca, muy cerca! Tan cerca como yo de que me embarguen la tienda, ¡cómprenme chocolates! (?)

    Son mágicos, mismo efecto que una poción con menor dósis, hechos con mucho cariño y esmero por su servidora, para que regalen o les regalen algo diferente y especial este bonito día. Hasta renté este vestido para hacer la publicidad, por favor, tengo hambre. (??)
    —¡San Valentín está cerca, muy cerca! Tan cerca como yo de que me embarguen la tienda, ¡cómprenme chocolates! (?) Son mágicos, mismo efecto que una poción con menor dósis, hechos con mucho cariño y esmero por su servidora, para que regalen o les regalen algo diferente y especial este bonito día. Hasta renté este vestido para hacer la publicidad, por favor, tengo hambre. (??)
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  • Yo solo deseaba dormir después de esos cuarenta y dos reportes.
    ¿Cómo que hoy es la velada de los brujos?
    ¿por que no puede ser una reunión en pijamas con panecitos y chocolate caliente?
    Hmm.... Todo sería más sencillo si fuese una pijamada de magos y todos llevamos nuestras almohadas y cobijas más cómodas...
    Oh si un concurso de la mejor poción para el sueño.
    Yo solo deseaba dormir después de esos cuarenta y dos reportes. ¿Cómo que hoy es la velada de los brujos? ¿por que no puede ser una reunión en pijamas con panecitos y chocolate caliente? Hmm.... Todo sería más sencillo si fuese una pijamada de magos y todos llevamos nuestras almohadas y cobijas más cómodas... Oh si un concurso de la mejor poción para el sueño.
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  • Como le prometí aquí tiene su poción crece pelo, agente Argent.

    𝐆𝐑𝐀𝐘𝐒𝐎𝐍 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓
    Como le prometí aquí tiene su poción crece pelo, agente Argent. [ThxArgent91]
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  • La poción de Paul Richards 士 había funcionado, aunque me quedé poco tiempo en esta transformación, me di cuenta que soy realmente el hermano gemelo de mi hermano Pith.
    Y yo que creía que era adoptado

    La poción de [IAMPAUL2007] había funcionado, aunque me quedé poco tiempo en esta transformación, me di cuenta que soy realmente el hermano gemelo de mi hermano Pith. Y yo que creía que era adoptado
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  • — ¿Qué? ¿Nunca habías visto que una poción saliera mal? Pfft, ahora resulta que todos son expertos en esto. ¿Y qué si lo hice a propósito? Se ven genial a final de cuentas, ¿no crees?
    — ¿Qué? ¿Nunca habías visto que una poción saliera mal? Pfft, ahora resulta que todos son expertos en esto. ¿Y qué si lo hice a propósito? Se ven genial a final de cuentas, ¿no crees?
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  • Al beberme una poción, fui convertida en una hermosa gatita. Correteando por las calles, sintiendome libre. Pero al ser perseguida por algunos gatos. Empecé a correr desesperadamente chocándome contra una pierna. Ryo Kenji, cayendo de culo y levantando la vista al verlo. Empezando a maullar.
    Al beberme una poción, fui convertida en una hermosa gatita. Correteando por las calles, sintiendome libre. Pero al ser perseguida por algunos gatos. Empecé a correr desesperadamente chocándome contra una pierna. [Ryu_Kenji], cayendo de culo y levantando la vista al verlo. Empezando a maullar.
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