• -Había tomado un baúl donde había ropa de muchas temáticas de conejo ,maid, enfermera, kimono, policía, etc -

    Cielos porque tiene todo esto ? Mmm aunque una vez estaba vestido de pirata jajajajaja que lindo se veía Pero mejor escondamos este baúl no valla ser que le dé ideas locas a mi esposo y lo obligue a usarlos hay no

    -Viendo el sombrero de su esposo y mirándose al espejo teniendo lo puesto le causaba gracia -

    Jajajajajajajaja mejor le da a el jajajajaja
    -Había tomado un baúl donde había ropa de muchas temáticas de conejo ,maid, enfermera, kimono, policía, etc - Cielos porque tiene todo esto ? Mmm aunque una vez estaba vestido de pirata jajajajaja que lindo se veía Pero mejor escondamos este baúl no valla ser que le dé ideas locas a mi esposo y lo obligue a usarlos hay no -Viendo el sombrero de su esposo y mirándose al espejo teniendo lo puesto le causaba gracia - Jajajajajajajaja mejor le da a el jajajajaja
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  • Sentada en la cubierta del Thousand Sunny, con la brisa marina acariciando su rostro, Robin cerró los ojos y dejó que el sonido de las olas la envolviera. La noche era tranquila, la luna se reflejaba en el agua como un espejo que separaba dos mundos. En momentos como este, solía sumergirse en sus pensamientos, en los rastros de su pasado que, aunque difusos, seguían formando parte de ella.

    Recordó la soledad. No la soledad de estar sin compañía, sino la de no tener a nadie en quien confiar. Durante años, había vivido como una sombra, siempre en fuga, temiendo que el día siguiente fuera el final. Su vida se había construido sobre el miedo y la desconfianza, con alianzas efímeras y sonrisas vacías. Había aprendido a ser pragmática, a no esperar nada de nadie, a ser una sobreviviente en un mundo que la quería muerta.

    Pero entonces, llegaron ellos. Los Mugiwara. Un grupo de piratas que parecían desafiar toda lógica, que reían en la cara del peligro y que, contra toda razón, la aceptaron sin condiciones. Al principio, le había costado entenderlo. No podía concebir un mundo donde las personas se ayudaran sin esperar nada a cambio. La idea de que alguien pudiera arriesgar su vida por ella era inconcebible.

    Y sin embargo, lo hicieron.

    Robin abrió los ojos y miró el cielo estrellado. Aún se preguntaba en qué momento exacto había cambiado. Quizá fue en Alabasta, cuando Luffy le extendió la mano sin dudar. Quizá en Skypiea, cuando los vio reír juntos bajo un cielo dorado. O quizá en Enies Lobby, cuando escuchó sus voces gritar que la querían de vuelta, cuando se permitió, por primera vez en muchos años, querer vivir.

    Ya no era la arqueóloga solitaria con un precio por su cabeza y un corazón blindado. Ahora, era una Mugiwara. Tenía un lugar donde pertenecer, personas a las que llamar amigos, un sueño que ya no perseguía sola. El miedo a ser traicionada había sido reemplazado por la certeza de que, sin importar lo que pasara, ellos estarían allí.

    Robin sonrió, con esa expresión serena que solo mostraba cuando se sentía verdaderamente en paz. La noche seguía su curso, el mar susurraba canciones antiguas, y por primera vez en su vida, supo con absoluta certeza que ya no estaba sola.
    Sentada en la cubierta del Thousand Sunny, con la brisa marina acariciando su rostro, Robin cerró los ojos y dejó que el sonido de las olas la envolviera. La noche era tranquila, la luna se reflejaba en el agua como un espejo que separaba dos mundos. En momentos como este, solía sumergirse en sus pensamientos, en los rastros de su pasado que, aunque difusos, seguían formando parte de ella. Recordó la soledad. No la soledad de estar sin compañía, sino la de no tener a nadie en quien confiar. Durante años, había vivido como una sombra, siempre en fuga, temiendo que el día siguiente fuera el final. Su vida se había construido sobre el miedo y la desconfianza, con alianzas efímeras y sonrisas vacías. Había aprendido a ser pragmática, a no esperar nada de nadie, a ser una sobreviviente en un mundo que la quería muerta. Pero entonces, llegaron ellos. Los Mugiwara. Un grupo de piratas que parecían desafiar toda lógica, que reían en la cara del peligro y que, contra toda razón, la aceptaron sin condiciones. Al principio, le había costado entenderlo. No podía concebir un mundo donde las personas se ayudaran sin esperar nada a cambio. La idea de que alguien pudiera arriesgar su vida por ella era inconcebible. Y sin embargo, lo hicieron. Robin abrió los ojos y miró el cielo estrellado. Aún se preguntaba en qué momento exacto había cambiado. Quizá fue en Alabasta, cuando Luffy le extendió la mano sin dudar. Quizá en Skypiea, cuando los vio reír juntos bajo un cielo dorado. O quizá en Enies Lobby, cuando escuchó sus voces gritar que la querían de vuelta, cuando se permitió, por primera vez en muchos años, querer vivir. Ya no era la arqueóloga solitaria con un precio por su cabeza y un corazón blindado. Ahora, era una Mugiwara. Tenía un lugar donde pertenecer, personas a las que llamar amigos, un sueño que ya no perseguía sola. El miedo a ser traicionada había sido reemplazado por la certeza de que, sin importar lo que pasara, ellos estarían allí. Robin sonrió, con esa expresión serena que solo mostraba cuando se sentía verdaderamente en paz. La noche seguía su curso, el mar susurraba canciones antiguas, y por primera vez en su vida, supo con absoluta certeza que ya no estaba sola.
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  • Ella me dijo que le gusta el mar... Y en el pasado yo vivía como un pirata en el mar...
    Por ella... ¿Volvería a salir al mar?
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  • 《 Ella La Diosa Serpiente 》

    "No me compares,con otros Dioses."

    ◇ Diosa vikinga/Pirata
    ♡ Miembro de los Mugiwaras.
    ♤ Hija de Jörmungandr La Serpiente del Midgard.
    ♧ Nieta de Loki & Bisnieta de Odin.

    Multiverso
    Mitológia Nortica
    #RecordOfRagnarok [Oc]
    & #OnePience [Oc]
    《 Ella La Diosa Serpiente 》 "No me compares,con otros Dioses." ◇ Diosa vikinga/Pirata ♡ Miembro de los Mugiwaras. ♤ Hija de Jörmungandr La Serpiente del Midgard. ♧ Nieta de Loki & Bisnieta de Odin. Multiverso Mitológia Nortica #RecordOfRagnarok [Oc] & #OnePience [Oc]
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  • Me gusta esta vestimenta para ser la pirata y soberana de los siete mares.
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  • Tal vez debería convertirme en pirata... los océanos son mi dominio, mi reino. Es muy lógico. Y muy muy bueno
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  • A-Ay!! Pero así te ves mejor! Como pirata!!
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  • Bodega del infierno
    Fandom OC / Piratas
    Categoría Fantasía
    El aire en la bodega era denso, cargado del olor a sal, madera húmeda y el leve rastro de algo más rancio, más agrio. Quizás sangre. Quizás desesperación.

    Galatea yacía en el suelo frío, sus escamas cubiertas por una tela vieja y áspera que no hacía más que recordarle su impotencia. La gruesa cadena de hierro mordía su piel con cada movimiento, y el sonido del metal contra la madera resonaba en la oscuridad cada vez que intentaba acomodarse. No había más luz que la que se filtraba a través de una rendija en la escotilla, apenas suficiente para trazar las sombras de los barriles apilados alrededor.

    No sabía cuánto tiempo llevaba allí. Los días y las noches se mezclaban en una secuencia de hambre, sed y el miedo que nunca abandonaba su pecho. A veces, el barco se inclinaba con el vaivén de las olas, y por un instante su corazón latía con la ilusión de que el mar todavía la llamaba. Pero la madera y el hierro la mantenían atrapada, lejos de todo lo que conocía.

    Encima de ella, los pasos pesados de los piratas retumbaban en la cubierta, risas ásperas y voces llenas de desdén. No podía verlos, pero sabía que estaban allí. Vigilándola. Esperando.

    Y luego, el sonido que más temía: el chirrido de la puerta al abrirse.

    La luz de un farol parpadeó en la penumbra, proyectando sombras alargadas contra los barriles. Unas botas resonaron en la madera con un ritmo lento, deliberado. Galatea no necesitaba alzar la vista para saber quién era.

    El capitán.

    Blackhart.

    Y en su mirada, el mismo brillo cruel de siempre.

    Se puede continuar en comentarios o en privado.
    El aire en la bodega era denso, cargado del olor a sal, madera húmeda y el leve rastro de algo más rancio, más agrio. Quizás sangre. Quizás desesperación. Galatea yacía en el suelo frío, sus escamas cubiertas por una tela vieja y áspera que no hacía más que recordarle su impotencia. La gruesa cadena de hierro mordía su piel con cada movimiento, y el sonido del metal contra la madera resonaba en la oscuridad cada vez que intentaba acomodarse. No había más luz que la que se filtraba a través de una rendija en la escotilla, apenas suficiente para trazar las sombras de los barriles apilados alrededor. No sabía cuánto tiempo llevaba allí. Los días y las noches se mezclaban en una secuencia de hambre, sed y el miedo que nunca abandonaba su pecho. A veces, el barco se inclinaba con el vaivén de las olas, y por un instante su corazón latía con la ilusión de que el mar todavía la llamaba. Pero la madera y el hierro la mantenían atrapada, lejos de todo lo que conocía. Encima de ella, los pasos pesados de los piratas retumbaban en la cubierta, risas ásperas y voces llenas de desdén. No podía verlos, pero sabía que estaban allí. Vigilándola. Esperando. Y luego, el sonido que más temía: el chirrido de la puerta al abrirse. La luz de un farol parpadeó en la penumbra, proyectando sombras alargadas contra los barriles. Unas botas resonaron en la madera con un ritmo lento, deliberado. Galatea no necesitaba alzar la vista para saber quién era. El capitán. Blackhart. Y en su mirada, el mismo brillo cruel de siempre. 🪧 Se puede continuar en comentarios o en privado.
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  • Extraño esoos dia piratas en que viajaaba por los mares , aquellos lugarles increíbles del mundo me sentia libre conmigo.
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  • - Estigia
    Armoniosa

    Vamos por todo y por nada, así de sencillos, nada perdemos todo es experiencia, el gemido de tu voz en mi oído quiero escucharlo como canto perpetuo, en las mañanas, en las tardes, por cada noche, el tiempo que se pueda las veces que quieras, de fuego el Alma y cuerpo hecho de papel, pintamos y marcamos para siempre colores invisibles, existentes en memorias que nos hacen recordar placeres, solo nuestros, el sonido de la cama rechinando, la hermosa melodía de palmas causado por el azote salvaje a tus nalgas, has visto tu cuello en el espejo y sientes aún en tus entrañas y sobre tu piel la fuerza de mis dientes, ha pasado tiempo. pero el cuerpo recuerda de manera permanente, la luna fue testigo, las estrellas cómplices incondicionales de aquellas calurosas noches en el jardín, no somos ayer, ni presente, fuimos desde el principio y seremos hasta el fin, por un momento que valga la vida y en mi muerte quiera recordar, te haré mía, porque si, porque lo mereces y lo deseo yo, te provocare, te haré arder, con una sonrisa me verás y te darás cuenta que lo que yo te ofrezco no se puede encontrar en ningún otro lugar, soy la bestia, el humilde, Dios de la venganza y el Señor de los piratas, tomaré de ti lo que me plazca, te pondré grilletes de locura y un collar en el cuello con el nombre de lujuria, entonces te verás como mi esclava y tu piel sentirá la libertad de ser amada, codiciada al éxtasis, infierno o cielo no importará ninguno, por besos de un momento que conviertan el día en un único recuerdo, valdrá y nos veremos libres en la jungla de cojines y sábanas, a perversidad y dulzura hasta que la vida nos alcance o alguno de los dos se canse .
    - Estigia Armoniosa Vamos por todo y por nada, así de sencillos, nada perdemos todo es experiencia, el gemido de tu voz en mi oído quiero escucharlo como canto perpetuo, en las mañanas, en las tardes, por cada noche, el tiempo que se pueda las veces que quieras, de fuego el Alma y cuerpo hecho de papel, pintamos y marcamos para siempre colores invisibles, existentes en memorias que nos hacen recordar placeres, solo nuestros, el sonido de la cama rechinando, la hermosa melodía de palmas causado por el azote salvaje a tus nalgas, has visto tu cuello en el espejo y sientes aún en tus entrañas y sobre tu piel la fuerza de mis dientes, ha pasado tiempo. pero el cuerpo recuerda de manera permanente, la luna fue testigo, las estrellas cómplices incondicionales de aquellas calurosas noches en el jardín, no somos ayer, ni presente, fuimos desde el principio y seremos hasta el fin, por un momento que valga la vida y en mi muerte quiera recordar, te haré mía, porque si, porque lo mereces y lo deseo yo, te provocare, te haré arder, con una sonrisa me verás y te darás cuenta que lo que yo te ofrezco no se puede encontrar en ningún otro lugar, soy la bestia, el humilde, Dios de la venganza y el Señor de los piratas, tomaré de ti lo que me plazca, te pondré grilletes de locura y un collar en el cuello con el nombre de lujuria, entonces te verás como mi esclava y tu piel sentirá la libertad de ser amada, codiciada al éxtasis, infierno o cielo no importará ninguno, por besos de un momento que conviertan el día en un único recuerdo, valdrá y nos veremos libres en la jungla de cojines y sábanas, a perversidad y dulzura hasta que la vida nos alcance o alguno de los dos se canse .
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