• -Dos días. Dos días en los que ni su sombra se vió por el hotel y aún así, el mismo se sintió más pesado. Más lúgubre, más amenazador...Un silencio tan inquietante que cualquiera podría entrar en la paranoia de sentirse observado todo el tiempo.
    Dos días en los que la radio no sonó y su habitual programación se apagó.

    Sin embargo, al igual como hacía dos días el sonido de las cadenas romperse resonaron de repente, ahora volvieron a juntarse.
    Alastor reapareció en un rincón de la sala del hotel, manteniéndose oculto entre las sombras antes de desaparecer.

    Un pequeño gatito había vuelto a casa, demasiado alegre. Demasiado despreocupado...-

    Husker, te ves más relajado de lo habitual. ¿Acaso es esa una sonrisa sobre tu rostro?

    -Su voz sonaba tranquila. Amigable. Pero sabía bien que su mascota no se trataría el cuento de su aparente amabilidad. El gato lo conocía demasiado bien como para saber, a veces, qué era lo que ocultaba su sonrisa.
    El sonido de las cadenas resonó en la habitación incluso antes de que aparecieran entre sus manos. Verdes. Brillantes. Una prueba latente de la carencia de libertad.-

    Tú y yo, mi pequeño minino, tenemos mucho que hablar

    -Las sombras los envolvieron antes de consumirlos. Como una mera ilusión desvaneciéndose, desaparecieron del lugar.
    Había recuperado lo perdido sin autorización. Pero admitía su culpa al haberse confiado y haberle dado demasiada libertad. Pero era un error que pensaba remediar.

    Él era el pecador más poderoso del infierno. Y ya había tolerado muchas faltas de respeto-
    -Dos días. Dos días en los que ni su sombra se vió por el hotel y aún así, el mismo se sintió más pesado. Más lúgubre, más amenazador...Un silencio tan inquietante que cualquiera podría entrar en la paranoia de sentirse observado todo el tiempo. Dos días en los que la radio no sonó y su habitual programación se apagó. Sin embargo, al igual como hacía dos días el sonido de las cadenas romperse resonaron de repente, ahora volvieron a juntarse. Alastor reapareció en un rincón de la sala del hotel, manteniéndose oculto entre las sombras antes de desaparecer. Un pequeño gatito había vuelto a casa, demasiado alegre. Demasiado despreocupado...- Husker, te ves más relajado de lo habitual. ¿Acaso es esa una sonrisa sobre tu rostro? -Su voz sonaba tranquila. Amigable. Pero sabía bien que su mascota no se trataría el cuento de su aparente amabilidad. El gato lo conocía demasiado bien como para saber, a veces, qué era lo que ocultaba su sonrisa. El sonido de las cadenas resonó en la habitación incluso antes de que aparecieran entre sus manos. Verdes. Brillantes. Una prueba latente de la carencia de libertad.- Tú y yo, mi pequeño minino, tenemos mucho que hablar -Las sombras los envolvieron antes de consumirlos. Como una mera ilusión desvaneciéndose, desaparecieron del lugar. Había recuperado lo perdido sin autorización. Pero admitía su culpa al haberse confiado y haberle dado demasiada libertad. Pero era un error que pensaba remediar. Él era el pecador más poderoso del infierno. Y ya había tolerado muchas faltas de respeto-
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  • No soy de pedir mucho; solo en este dia de reflexión y un poco de soledad, quisiera pedir algo en particular:
    Ser visitada más por mis seres queridos.
    Que me visiten ahora, que estoy en todas mis capacidades mentales.
    Ahora, que aun puedo caminar y no dependo de alguien más.
    Ahora, que aún puedo contarles mis vivencias o darles mis consejos.
    Ahora, que aún tengo autonomía y coordinación motriz en la cocina.
    No me visiten cuando ya esté en cama o cuando digan que mi estado de salud es "reservado'
    No me frecuenten cuando halla perdido alguno de mis sentidos o ya no pueda recordarlos.

    Es todo lo que deseo en este cumpleaños...
    No soy de pedir mucho; solo en este dia de reflexión y un poco de soledad, quisiera pedir algo en particular: Ser visitada más por mis seres queridos. Que me visiten ahora, que estoy en todas mis capacidades mentales. Ahora, que aun puedo caminar y no dependo de alguien más. Ahora, que aún puedo contarles mis vivencias o darles mis consejos. Ahora, que aún tengo autonomía y coordinación motriz en la cocina. No me visiten cuando ya esté en cama o cuando digan que mi estado de salud es "reservado' No me frecuenten cuando halla perdido alguno de mis sentidos o ya no pueda recordarlos. Es todo lo que deseo en este cumpleaños...
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  • Se quedó mirando al infinito, perdido en sus pensamientos hasta que miró un par de patitos en el lago, sonriendo automáticamente.

    《Robao de Husk
    Se quedó mirando al infinito, perdido en sus pensamientos hasta que miró un par de patitos en el lago, sonriendo automáticamente. 《Robao de [barcat75] 》
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  • The Shadow Beast - Revelations of the Past
    Fandom Original/The Ancient Magus' Bride.
    Categoría Suspenso
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 6 de Diciembre, 2025.

    ⠀⠀La penumbra lucha contra la luz en aquel bosque, se filtra a través de la copa de aquellos árboles, indemnes ante el frío, inmutables tras el paso del tiempo. Así como él, una figura mítica que transitaba la oscuridad con una melena blanca luminiscente, lo más notable del escenario.

    ⠀⠀Su destino, su camino, su vida. Todo era un misterio, su propósito no tenía igual, en su callosa mano, sostenía un envase con una bebida caliente, parecía una infusión, una propia de su gente. Perfecta para estos climas fríos y húmedos, propios del norte.

    ⠀⠀El miedo lo rechazaba, un pie avanzaba con el otro con firmeza. Aun consciente de que algo, o alguien, acechaba en ese bosque rodeado de fuerzas que los humanos lucharon por olvidar.
    ⠀⠀Refugiándose en sus casas, abrazando la tecnología de la modernidad, el internet y las comodidades. Dioses, espíritus olvidados... y demonios, probablemente miraban con rencor a la existencia humana que transitaba.

    ⠀⠀Pero... algo les impedía atacar: miedo. Era plausible al solo verlo, invisible a ojos comunes, un torrente de energía vital que nacía y se perdía en la inmensidad de la bóveda celeste. Mantenían su distancia, y por eso permanecerían existentes en este plano.

    ⠀⠀⸻Tch⸻ Chasqueó su lengua, el camino se veía difuso. Tal vez estaba perdido, consultar el mapa era inútil y su celular no tenía señal. Los fae temían de su presencia y se alejaban de él, esto sería molesto.
    ⠀⠀Rumores lo habían atraído a este sitio, de una bestia, un nacimiento de sangre y sombra que acechaba este bosque. Pero tras una intensa búsqueda de una noche, no vio nada más que hojas y ecos de espíritus acorbardados.

    ⠀⠀Insatisfecho, hasta frustrado, intentó retomar el camino por donde vino, pero en la inmensidad del paisaje de verdes pálidos, ya no encontraba cómo llegar. Probablemente el conjuro de algún ser molesto, no se recordaba tan torpe como para olvidar pautas de orientación básica.
    ⠀⠀Su caminar lo llevó a un páramo, donde los árboles se apartaban cautelosamente. En su centro, una figura que gran porte, mantas negras lo cubrían, podía vislumbrar cabellos rubios lacios cayendo tras su nuca, unos ojos color esmeralda y un porte de etiqueta. ¿Un tipo así, recolectando flores en este sitio? La energía de este prado era extraña también.

    ⠀⠀⸻Hey⸻ Invadió aquel páramo, sacudiendo su esencia con cada paso. ⸻¿Qué es este lugar?⸻ Interrogó, sin mediar más palabras. Su mirada yacía puesta y severa en el ajeno, unos zafiros luminiscentes.

    Elías Ainsworth
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 6 de Diciembre, 2025. ⠀ ⠀⠀La penumbra lucha contra la luz en aquel bosque, se filtra a través de la copa de aquellos árboles, indemnes ante el frío, inmutables tras el paso del tiempo. Así como él, una figura mítica que transitaba la oscuridad con una melena blanca luminiscente, lo más notable del escenario. ⠀⠀Su destino, su camino, su vida. Todo era un misterio, su propósito no tenía igual, en su callosa mano, sostenía un envase con una bebida caliente, parecía una infusión, una propia de su gente. Perfecta para estos climas fríos y húmedos, propios del norte. ⠀⠀El miedo lo rechazaba, un pie avanzaba con el otro con firmeza. Aun consciente de que algo, o alguien, acechaba en ese bosque rodeado de fuerzas que los humanos lucharon por olvidar. ⠀⠀Refugiándose en sus casas, abrazando la tecnología de la modernidad, el internet y las comodidades. Dioses, espíritus olvidados... y demonios, probablemente miraban con rencor a la existencia humana que transitaba. ⠀⠀Pero... algo les impedía atacar: miedo. Era plausible al solo verlo, invisible a ojos comunes, un torrente de energía vital que nacía y se perdía en la inmensidad de la bóveda celeste. Mantenían su distancia, y por eso permanecerían existentes en este plano. ⠀⠀⸻Tch⸻ Chasqueó su lengua, el camino se veía difuso. Tal vez estaba perdido, consultar el mapa era inútil y su celular no tenía señal. Los fae temían de su presencia y se alejaban de él, esto sería molesto. ⠀⠀Rumores lo habían atraído a este sitio, de una bestia, un nacimiento de sangre y sombra que acechaba este bosque. Pero tras una intensa búsqueda de una noche, no vio nada más que hojas y ecos de espíritus acorbardados. ⠀⠀Insatisfecho, hasta frustrado, intentó retomar el camino por donde vino, pero en la inmensidad del paisaje de verdes pálidos, ya no encontraba cómo llegar. Probablemente el conjuro de algún ser molesto, no se recordaba tan torpe como para olvidar pautas de orientación básica. ⠀⠀Su caminar lo llevó a un páramo, donde los árboles se apartaban cautelosamente. En su centro, una figura que gran porte, mantas negras lo cubrían, podía vislumbrar cabellos rubios lacios cayendo tras su nuca, unos ojos color esmeralda y un porte de etiqueta. ¿Un tipo así, recolectando flores en este sitio? La energía de este prado era extraña también. ⠀⠀⸻Hey⸻ Invadió aquel páramo, sacudiendo su esencia con cada paso. ⸻¿Qué es este lugar?⸻ Interrogó, sin mediar más palabras. Su mirada yacía puesta y severa en el ajeno, unos zafiros luminiscentes. ⠀ [Elias_Ainsworth]
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  • ────¡Ups! Parece que cierto botón rebelde quería robarse el show antes de tiempo. Solo denme un segundo, ¿okey? Afro regresa en un parpadeo. Y si alguien encuentra el botón perdido, hay recompensa. Quizás algo bonito o la tarta especial de la cafetería, depende de qué tan rápido lo encuentren.
    ────¡Ups! Parece que cierto botón rebelde quería robarse el show antes de tiempo. Solo denme un segundo, ¿okey? Afro regresa en un parpadeo. Y si alguien encuentra el botón perdido, hay recompensa. Quizás algo bonito o la tarta especial de la cafetería, depende de qué tan rápido lo encuentren.
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  • "Dime qué carencia tienes y te diré con que Don serás bendecido."

    1• Primer Códice.

    🀢 - El Códice del Discernimiento

    La Sabiduría y la Claridad Mental.

    Don: Otorga la habilidad para ver a través de la confusión, el engaño y las emociones intensas.

    Con este don, se pueden tomar decisiones basadas en la lógica y la verdad de una situación.

    2• Segundo Códice.

    🀆 - El Códice de la Primera Voluntad.

    El Valor y la Pasión.

    Don: Este don se activa cuando el portador se enfrenta a una situación paralizante.

    Le da una oleada de coraje, permitiéndole dar el primer paso (enfrentar un miedo, empezar un proyecto, confesar un sentimiento).

    3• Tercer Códice.

    🀛 - Códice de la Provisión

    El Dinero y la Estabilidad.

    Don :Comienza a atraer de forma sutil las "casualidades" o los encuentros que pueden derivar en ganancias financieras o en estabilidad económica a largo plazo (un contacto inesperado, un cambio de empleo que aparece, una inversión que resulta ser exitosa).

    4• Cuarto Códice.

    🂭 - El Códice del Ciclo Cumplido

    El Desapego y la Ruptura.

    Don : Otorga la capacidad de liberarse emocionalmente del pasado.

    Permite al portador dejar de sentirse atado por viejas culpas, amores perdidos o resentimientos, facilitando la curación emocional y el seguir adelante.

    5• Quinto Códice.

    🂾 - El Códice del Mandato Mayor

    La Fuerza y el Liderazgo.

    Don : El portador irradia una autoridad y confianza inusual. Hace que la gente lo escuche, lo respete y confíe en sus palabras.

    Es la fuerza interna manifestada como liderazgo sutil.
    "Dime qué carencia tienes y te diré con que Don serás bendecido." 1• Primer Códice. 🀢 - El Códice del Discernimiento La Sabiduría y la Claridad Mental. Don: Otorga la habilidad para ver a través de la confusión, el engaño y las emociones intensas. Con este don, se pueden tomar decisiones basadas en la lógica y la verdad de una situación. 2• Segundo Códice. 🀆 - El Códice de la Primera Voluntad. El Valor y la Pasión. Don: Este don se activa cuando el portador se enfrenta a una situación paralizante. Le da una oleada de coraje, permitiéndole dar el primer paso (enfrentar un miedo, empezar un proyecto, confesar un sentimiento). 3• Tercer Códice. 🀛 - Códice de la Provisión El Dinero y la Estabilidad. Don :Comienza a atraer de forma sutil las "casualidades" o los encuentros que pueden derivar en ganancias financieras o en estabilidad económica a largo plazo (un contacto inesperado, un cambio de empleo que aparece, una inversión que resulta ser exitosa). 4• Cuarto Códice. 🂭 - El Códice del Ciclo Cumplido El Desapego y la Ruptura. Don : Otorga la capacidad de liberarse emocionalmente del pasado. Permite al portador dejar de sentirse atado por viejas culpas, amores perdidos o resentimientos, facilitando la curación emocional y el seguir adelante. 5• Quinto Códice. 🂾 - El Códice del Mandato Mayor La Fuerza y el Liderazgo. Don : El portador irradia una autoridad y confianza inusual. Hace que la gente lo escuche, lo respete y confíe en sus palabras. Es la fuerza interna manifestada como liderazgo sutil.
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  • No solo le vino a la mente, el aspecto humano de Husk, si no tambien de aquellos que fueron los únicos momentos felices de su vida, aquel tiempo en el que pudieron estar juntos. Siendo solamente un par de idiotas perdidos por el mundo, siendo ellos mismos como nunca podían serlo con nadie.
    No solo le vino a la mente, el aspecto humano de Husk, si no tambien de aquellos que fueron los únicos momentos felices de su vida, aquel tiempo en el que pudieron estar juntos. Siendo solamente un par de idiotas perdidos por el mundo, siendo ellos mismos como nunca podían serlo con nadie.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    // Saludos, he estado un tanto perdido por varios asuntos que no vienen al caso, pero ya estoy mejor, quiero revivir la cuenta e ir retomando los roles poco a poco. Voy a ir poco a poco hasta adaptarme de nuevo.

    Así que si eres alguien que tiene algún rol pendiente conmigo o quiere empezar, déjame saber, contestaré cuando se me sea posible, de antemano lamento los inconvenientes y agradezco la paciencia.
    // Saludos, he estado un tanto perdido por varios asuntos que no vienen al caso, pero ya estoy mejor, quiero revivir la cuenta e ir retomando los roles poco a poco. Voy a ir poco a poco hasta adaptarme de nuevo. Así que si eres alguien que tiene algún rol pendiente conmigo o quiere empezar, déjame saber, contestaré cuando se me sea posible, de antemano lamento los inconvenientes y agradezco la paciencia.
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  • 𝙀𝙡 𝙢𝙪𝙘𝙝𝙖𝙘𝙝𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙤𝙟𝙤𝙨 𝙩𝙧𝙞𝙨𝙩𝙚𝙨
    Fandom OC
    Categoría Drama
    R./W 𝐂𝐇𝐔𝐂𝐊 𝐒𝐇𝐔𝐑𝐋𝐄𝐘
    "¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙨𝙚 𝙛𝙪𝙚 𝙮 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙢𝙪𝙧𝙞ó.
    ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙚𝙡 𝙎𝙚ñ𝙤𝙧 𝙢𝙚 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙩ó?
    𝙎𝙚 𝙝𝙖 𝙞𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 𝙮 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙧 𝙞𝙧 𝙮𝙤
    𝘿𝙚𝙗𝙤 𝙩𝙖𝙢𝙗𝙞é𝙣 𝙨𝙚𝙧 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤."
    — 𝙇𝙤𝙨 𝘼𝙥𝙨𝙤𝙣 (1964)

    —Trece vueltas de marea habían pasado desde que los medios neoyorkinos anunciaron la muerte de Joseph Conor Reagan, el honorable policía, hijo del comisionado en turno.

    Ese suceso fue devastador para la familia. Todos lo adoraban, era el tipo de persona modelo, un hombre que buscaba siempre hacer el bien sin mirar a quien; razón por la cual los Reagan no comprendían el porque había muerto. Trataron de hacerlo, refugiándose en su fe católica inculcada desde la infancia, con frases paliativas como: "Era su momento." o "Dios lo necesitaba en su reino." Esa última era la que más ponía a pensar a Jamie, en especial ahora que era consciente de la divinidad de Chuck.

    Para la familia Jamie era quien había llevado mejor el duelo (aparentemente). No obstante, aunque por fuera parecía el mismo joven afable y sonriente, por dentro traía consigo mismo una lucha interna, misma que estaba centrada en un duelo que no hallaba la manera de superar, que lo carcomía, igual que las termitas a la madera. La herida estaba ahí, abierta como el primer día y no era para menos.

    Habían sido cuatro hermanos. Danny era muy apegado a Erin, después de todo eran los mayores. Por otro lado, Joe tenía un vínculo único con Jamie, uno que solo la muerte logró romper. Cuando él partió Jamie no solo había perdido un hermano, también se había ido un amigo, un confidente, una persona que lo comprendía como nadie, que lo apoyaba, que estaba siempre para él, justo como un buen hermano mayor lo haría. Con eso en cuenta "¿Cómo es que Dios pudo llevárselo? ¿Acaso no sabía el dolor que eso me iba a causar? ¿Cuál es su plan en todo esto?" Por suerte para él, por primera vez en años, conocía a quien de manera directa le podía dar las respuestas.

    De tal modo que, después de pasar a dejar unas flores al panteón donde reposaban los restos de Joe, se fue directo a un bar que solía ser catalogado como "De policías" más que nada por la afluencia de estas personas en el recinto. Mientras caminaba se hacía a la idea respecto a que tan bueno era tratar el asunto con Chuck, no quería molestarlo pero llevaba tanto tiempo ansiando una respuesta que la posibilidad de esto desvío toda duda naciente.

    Al adentrarse al local saludó con cortesía al cantinero. El hombre ya de por sí lo ubicaba por ser otro de los hijos del comisionado, razón por la cual siempre le reservaba su mesa favorita en la parte trasera del establecimiento. "Hey ¿Qué hay de nuevo, Jamie? ¿Lo mismo de siempre?" Le preguntó en lo que secaba la barra con el trapo gris que traía colgado al hombro. El oficial al escucharlo le sonrió con una notoria sutileza a la par que asentía.—

    Sí, por favor, pero esta vez ponme una copa extra ¿Va? Espero compañía esta noche. —No dio más explicación sobre quién llegaría, en especial porque sabía que, tanto a Chuck, como a él, les gustaba la privacidad y porque al ser hijo de una figura pública de alto rango la gente sería capaz de vender "chisme caliente" con tal de obtener algún dinero.

    Tras dejar la indicación dada se fue a su mesa en el rincón y tomó asiento. Mientras esperaba, sacó del bolsillo de su chamarra negra una pequeña caja que contenía piezas de dominó. Aquel particular juego de mesa era el favorito de Joe y también de Jamie ya que, después de las largas horas patrullando, ambos se ponían al corriente de su día y de sus vidas, entre risas y el "click clak" que generaban las fichas al moverlas.

    Después de su muerte, el hermano menor no dejó de jugar, aunque ahora lo hacía solo. Muchos le dijeron que eso era imposible en una partida de dominó, más él lo volvió posible, a su manera, pero lo logró. Su método era sencillo pero efectivo: luego de revolver las fichas, separaba las suyas y las que serían de su hermano, posteriormente, tiraba una y luego él mismo podía mover al azar alguna otra pero ahora del montón que le habían tocado simbólicamente a Joe. Le resultaba entretenido, era su medio de canalizar el dolor; habia ocasiones en que incluso el mayor le ganaba sin estar presente, cosa que hacía reír a Jamie momentos antes de quebrarse en un llanto que agradecía solo viera el cantinero.

    Por eso elegía la mesa del rincón, no quería compasión, no quería que nadie le viera llorar, lo único que deseaba con toda su alma era poder volver a ver a su hermano, poder abrazarlo y decirle todo lo que había pasado desde que se fue del plano terrenal.

    Y aunque si bien lo volvía a ver en sueños, no era lo mismo, él lo sabía, más que nada porque eran eso, sueños, algo pasajero que terminaba una vez que el reloj empezaba a sonar, una vez que abría los ojos y los volvía a cerrar, pero ahora llenos de lágrimas, rabia y frustración junto con el deseo de poder volver a ese sueño. Más ahora, con Chuck, creía tener un rayo de esperanza en hacer que ese momento de reencuentro se sintiera real y eterno.

    Pasó un par de horas bebiendo y jugando antes de tomar valor suficiente para lanzar la suplica por línea directa al mismo Dios. Muchos lo buscaban en el silencio, en la oración, en las paredes de un templo sacro, pero Jamie lo tenía al alcance de una llamada telefónica. Sabía que en realidad eso era una mera formalidad, con solo cerrar los ojos e invocarlo él sabría que lo estaba buscando; sin embargo, temiendo que lo juzgaran por hablar solo, sacó su teléfono y marcó el número que Chuck le proporcionó.

    Esperó los tres tonos correspondientes y justo cuando oyó que descolgaban la bocina habló. —
    Hola... ¿Chuck? Soy... Soy Reagan, sí, Jamie yo... Tú, bueno, no es relevante... ¡No, en realidad sí lo es! —Traía ya varias copas encima, se notaba, tanto en la incoherencia como en el aliento a alcohol que era capaz de atravesar el otro lado de la línea.— Bueno, olvida eso, olvida todo... Solo quería... Quería verlo, verte a ti ¿Tienes tiempo de venir un momento conmigo? Te diría donde estoy pero tú lo sabes todo... Dios te bendiga, o bueno, te autobendigas, aún no entiendo bien eso.

    —En cuanto terminó la llamada colgó el teléfono. Se quedó contemplando las fichas sobre la mesa, meditando en sus palabras, en lo que había dicho, en si era el momento, en si era lo correcto, más como dice la sagrada escritura: "Lo hecho, hecho está."

    Se frotó una mano por el rostro antes de alzar la mano para llamar al cantinero. A sabiendas de que Chuck llegaría en cualquier momento, pidió un café que le ayudara a regular su estado así como un flan pues su hermana le decía que el dulce era también buena opción en esos casos. Así, al tener lo solicitado solo le quedó esperar, tal vez esa noche sería la primera, en muchas, que podría volver a tener a alguien con quien jugar.—
    R./W [G.0.D] "¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙨𝙚 𝙛𝙪𝙚 𝙮 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙢𝙪𝙧𝙞ó. ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙚𝙡 𝙎𝙚ñ𝙤𝙧 𝙢𝙚 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙩ó? 𝙎𝙚 𝙝𝙖 𝙞𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 𝙮 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙧 𝙞𝙧 𝙮𝙤 𝘿𝙚𝙗𝙤 𝙩𝙖𝙢𝙗𝙞é𝙣 𝙨𝙚𝙧 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤." — 𝙇𝙤𝙨 𝘼𝙥𝙨𝙤𝙣 (1964) —Trece vueltas de marea habían pasado desde que los medios neoyorkinos anunciaron la muerte de Joseph Conor Reagan, el honorable policía, hijo del comisionado en turno. Ese suceso fue devastador para la familia. Todos lo adoraban, era el tipo de persona modelo, un hombre que buscaba siempre hacer el bien sin mirar a quien; razón por la cual los Reagan no comprendían el porque había muerto. Trataron de hacerlo, refugiándose en su fe católica inculcada desde la infancia, con frases paliativas como: "Era su momento." o "Dios lo necesitaba en su reino." Esa última era la que más ponía a pensar a Jamie, en especial ahora que era consciente de la divinidad de Chuck. Para la familia Jamie era quien había llevado mejor el duelo (aparentemente). No obstante, aunque por fuera parecía el mismo joven afable y sonriente, por dentro traía consigo mismo una lucha interna, misma que estaba centrada en un duelo que no hallaba la manera de superar, que lo carcomía, igual que las termitas a la madera. La herida estaba ahí, abierta como el primer día y no era para menos. Habían sido cuatro hermanos. Danny era muy apegado a Erin, después de todo eran los mayores. Por otro lado, Joe tenía un vínculo único con Jamie, uno que solo la muerte logró romper. Cuando él partió Jamie no solo había perdido un hermano, también se había ido un amigo, un confidente, una persona que lo comprendía como nadie, que lo apoyaba, que estaba siempre para él, justo como un buen hermano mayor lo haría. Con eso en cuenta "¿Cómo es que Dios pudo llevárselo? ¿Acaso no sabía el dolor que eso me iba a causar? ¿Cuál es su plan en todo esto?" Por suerte para él, por primera vez en años, conocía a quien de manera directa le podía dar las respuestas. De tal modo que, después de pasar a dejar unas flores al panteón donde reposaban los restos de Joe, se fue directo a un bar que solía ser catalogado como "De policías" más que nada por la afluencia de estas personas en el recinto. Mientras caminaba se hacía a la idea respecto a que tan bueno era tratar el asunto con Chuck, no quería molestarlo pero llevaba tanto tiempo ansiando una respuesta que la posibilidad de esto desvío toda duda naciente. Al adentrarse al local saludó con cortesía al cantinero. El hombre ya de por sí lo ubicaba por ser otro de los hijos del comisionado, razón por la cual siempre le reservaba su mesa favorita en la parte trasera del establecimiento. "Hey ¿Qué hay de nuevo, Jamie? ¿Lo mismo de siempre?" Le preguntó en lo que secaba la barra con el trapo gris que traía colgado al hombro. El oficial al escucharlo le sonrió con una notoria sutileza a la par que asentía.— Sí, por favor, pero esta vez ponme una copa extra ¿Va? Espero compañía esta noche. —No dio más explicación sobre quién llegaría, en especial porque sabía que, tanto a Chuck, como a él, les gustaba la privacidad y porque al ser hijo de una figura pública de alto rango la gente sería capaz de vender "chisme caliente" con tal de obtener algún dinero. Tras dejar la indicación dada se fue a su mesa en el rincón y tomó asiento. Mientras esperaba, sacó del bolsillo de su chamarra negra una pequeña caja que contenía piezas de dominó. Aquel particular juego de mesa era el favorito de Joe y también de Jamie ya que, después de las largas horas patrullando, ambos se ponían al corriente de su día y de sus vidas, entre risas y el "click clak" que generaban las fichas al moverlas. Después de su muerte, el hermano menor no dejó de jugar, aunque ahora lo hacía solo. Muchos le dijeron que eso era imposible en una partida de dominó, más él lo volvió posible, a su manera, pero lo logró. Su método era sencillo pero efectivo: luego de revolver las fichas, separaba las suyas y las que serían de su hermano, posteriormente, tiraba una y luego él mismo podía mover al azar alguna otra pero ahora del montón que le habían tocado simbólicamente a Joe. Le resultaba entretenido, era su medio de canalizar el dolor; habia ocasiones en que incluso el mayor le ganaba sin estar presente, cosa que hacía reír a Jamie momentos antes de quebrarse en un llanto que agradecía solo viera el cantinero. Por eso elegía la mesa del rincón, no quería compasión, no quería que nadie le viera llorar, lo único que deseaba con toda su alma era poder volver a ver a su hermano, poder abrazarlo y decirle todo lo que había pasado desde que se fue del plano terrenal. Y aunque si bien lo volvía a ver en sueños, no era lo mismo, él lo sabía, más que nada porque eran eso, sueños, algo pasajero que terminaba una vez que el reloj empezaba a sonar, una vez que abría los ojos y los volvía a cerrar, pero ahora llenos de lágrimas, rabia y frustración junto con el deseo de poder volver a ese sueño. Más ahora, con Chuck, creía tener un rayo de esperanza en hacer que ese momento de reencuentro se sintiera real y eterno. Pasó un par de horas bebiendo y jugando antes de tomar valor suficiente para lanzar la suplica por línea directa al mismo Dios. Muchos lo buscaban en el silencio, en la oración, en las paredes de un templo sacro, pero Jamie lo tenía al alcance de una llamada telefónica. Sabía que en realidad eso era una mera formalidad, con solo cerrar los ojos e invocarlo él sabría que lo estaba buscando; sin embargo, temiendo que lo juzgaran por hablar solo, sacó su teléfono y marcó el número que Chuck le proporcionó. Esperó los tres tonos correspondientes y justo cuando oyó que descolgaban la bocina habló. — Hola... ¿Chuck? Soy... Soy Reagan, sí, Jamie yo... Tú, bueno, no es relevante... ¡No, en realidad sí lo es! —Traía ya varias copas encima, se notaba, tanto en la incoherencia como en el aliento a alcohol que era capaz de atravesar el otro lado de la línea.— Bueno, olvida eso, olvida todo... Solo quería... Quería verlo, verte a ti ¿Tienes tiempo de venir un momento conmigo? Te diría donde estoy pero tú lo sabes todo... Dios te bendiga, o bueno, te autobendigas, aún no entiendo bien eso. —En cuanto terminó la llamada colgó el teléfono. Se quedó contemplando las fichas sobre la mesa, meditando en sus palabras, en lo que había dicho, en si era el momento, en si era lo correcto, más como dice la sagrada escritura: "Lo hecho, hecho está." Se frotó una mano por el rostro antes de alzar la mano para llamar al cantinero. A sabiendas de que Chuck llegaría en cualquier momento, pidió un café que le ayudara a regular su estado así como un flan pues su hermana le decía que el dulce era también buena opción en esos casos. Así, al tener lo solicitado solo le quedó esperar, tal vez esa noche sería la primera, en muchas, que podría volver a tener a alguien con quien jugar.—
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