• El viento helado de las montañas de Sangravah, un rincón remoto del continente, cortaba la piel como cuchillas. Azriel apenas lo sentía. Había perdido la noción del tiempo desde que había dejado Velaris. No quería mirar atrás, no podía. La vergüenza y el peso de sus decisiones lo habían arrastrado a este lugar, lejos de todo y de todos.

    Había traicionado a su familia, a sus hermanos. Aquellos con los que no compartía sangre, pero si el alma. El lazo que lo unía a Nesta era una cadena invisible que le recordaba cada día lo que había hecho. El lazo había sellado algo más profundo, algo que él no había pedido pero tampoco pudo resistir. Sin embargo, eso había convertido su traición en algo irreparable. Cassian tenía el corazón destrozado, y por sus acciones este casi se quita la vida con "La que dice la verdad" en un enajenamiento. La última vez que vió su amada Daga está estaba en las manos de su Alto Lord, ni siquiera fue capaz de acercarse para recuperarla. Rhysand lo había mirado con una decepción tan profunda que Azriel sentía que el peso de ese juicio lo hundiría para siempre.

    Sangravah era el único lugar que le parecía lo suficientemente lejano como para evitar enfrentarse a la realidad, una realidad que lo estaba consumiendo dentro de su mundo de sombras. Este remoto santuario estaba tan aislado que ni siquiera el lazo con Nesta lograba alcanzarlo. Sentía el eco de su conexión a lo lejos, desdibujandose hasta que era casi imperceptible. Nadie sabía que estaba allí, y esperaba que así fuera durante mucho tiempo.

    Pero incluso en su exilio, los demonios internos lo perseguían. Las noches eran lo peor. No podía dejar de pensar en Elain. Su rostro, su voz, su dulzura... Todo aquello que él nunca había merecido y que ahora era incapaz de enfrentar. ¿Cómo podría mirarla, sabiendo lo que había hecho?. No sería capaz de observar la decepción o el asco viniendo de sus ojos, prefiriendo la muerte incluso.

    A veces, en la soledad, Azriel pensaba en volver. Pensaba en enfrentar las consecuencias de sus acciones, en buscar el perdón que no creía merecer. Pero cada vez que esa idea cruzaba por su mente, el miedo lo paralizaba. ¿Y si Cassian nunca lo perdonaba? ¿Y si Nesta lo odiaba por haberla dejado sola con ese lazo que los unía? ¿Y si Elain jamás volvía a mirarlo con esos ojos llenos de esperanza?.

    Le había prometido a Nesta que jamás la dejaría sola. La primera vez que intentó faltar a esa promesa, la reina muerte lo maldijo con crueldad merecida. ¿Y ahora?, ¿Que haría?. Lo único que sabía es que él jamás había encajado en todo aquello. De por sí, Azriel era un ser que jamás había logrado encajar del todo en ningún lado, su tortuoso pasado lo convertían en alguien roto, alguien que nunca podría encontrar un auténtico lugar.

    Quizás un día tendría la fuerza para regresar. Pero no hoy. Incluso faltaría al cumpleaños de Rhysand. Pero...¿Como iba a ser capaz de estar en una fiesta después de todo lo que había ocurrido?. Mientras tanto, el frío de Sangravah era el único que lo abrazaba, el único que podía soportar.
    El viento helado de las montañas de Sangravah, un rincón remoto del continente, cortaba la piel como cuchillas. Azriel apenas lo sentía. Había perdido la noción del tiempo desde que había dejado Velaris. No quería mirar atrás, no podía. La vergüenza y el peso de sus decisiones lo habían arrastrado a este lugar, lejos de todo y de todos. Había traicionado a su familia, a sus hermanos. Aquellos con los que no compartía sangre, pero si el alma. El lazo que lo unía a Nesta era una cadena invisible que le recordaba cada día lo que había hecho. El lazo había sellado algo más profundo, algo que él no había pedido pero tampoco pudo resistir. Sin embargo, eso había convertido su traición en algo irreparable. Cassian tenía el corazón destrozado, y por sus acciones este casi se quita la vida con "La que dice la verdad" en un enajenamiento. La última vez que vió su amada Daga está estaba en las manos de su Alto Lord, ni siquiera fue capaz de acercarse para recuperarla. Rhysand lo había mirado con una decepción tan profunda que Azriel sentía que el peso de ese juicio lo hundiría para siempre. Sangravah era el único lugar que le parecía lo suficientemente lejano como para evitar enfrentarse a la realidad, una realidad que lo estaba consumiendo dentro de su mundo de sombras. Este remoto santuario estaba tan aislado que ni siquiera el lazo con Nesta lograba alcanzarlo. Sentía el eco de su conexión a lo lejos, desdibujandose hasta que era casi imperceptible. Nadie sabía que estaba allí, y esperaba que así fuera durante mucho tiempo. Pero incluso en su exilio, los demonios internos lo perseguían. Las noches eran lo peor. No podía dejar de pensar en Elain. Su rostro, su voz, su dulzura... Todo aquello que él nunca había merecido y que ahora era incapaz de enfrentar. ¿Cómo podría mirarla, sabiendo lo que había hecho?. No sería capaz de observar la decepción o el asco viniendo de sus ojos, prefiriendo la muerte incluso. A veces, en la soledad, Azriel pensaba en volver. Pensaba en enfrentar las consecuencias de sus acciones, en buscar el perdón que no creía merecer. Pero cada vez que esa idea cruzaba por su mente, el miedo lo paralizaba. ¿Y si Cassian nunca lo perdonaba? ¿Y si Nesta lo odiaba por haberla dejado sola con ese lazo que los unía? ¿Y si Elain jamás volvía a mirarlo con esos ojos llenos de esperanza?. Le había prometido a Nesta que jamás la dejaría sola. La primera vez que intentó faltar a esa promesa, la reina muerte lo maldijo con crueldad merecida. ¿Y ahora?, ¿Que haría?. Lo único que sabía es que él jamás había encajado en todo aquello. De por sí, Azriel era un ser que jamás había logrado encajar del todo en ningún lado, su tortuoso pasado lo convertían en alguien roto, alguien que nunca podría encontrar un auténtico lugar. Quizás un día tendría la fuerza para regresar. Pero no hoy. Incluso faltaría al cumpleaños de Rhysand. Pero...¿Como iba a ser capaz de estar en una fiesta después de todo lo que había ocurrido?. Mientras tanto, el frío de Sangravah era el único que lo abrazaba, el único que podía soportar.
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  • *Después de un tiempo largo salvatico volví a casa, destransformandome volviendo a mi forma de siempre y estirandome un poco para aliviar los huesos de tanto trote, sacando mi móvil viendo las noticias y ver si me había perdido algo importante*

    - Espero que no haya pasado una catástrofe en mi ausencia... con lo divertido que es meterme de por medio, aunque puede que haga unas visitas para reunir información... pero de momento a descansar en casa.
    *Después de un tiempo largo salvatico volví a casa, destransformandome volviendo a mi forma de siempre y estirandome un poco para aliviar los huesos de tanto trote, sacando mi móvil viendo las noticias y ver si me había perdido algo importante* - Espero que no haya pasado una catástrofe en mi ausencia... con lo divertido que es meterme de por medio, aunque puede que haga unas visitas para reunir información... pero de momento a descansar en casa.
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  • —"Qué bonito es el amor". Eso pensaria cualquiera al ver la escena que el propio Logan habia provocado entre Wade y su novia... Su ex... Bueno, Vanessa... pero, lo cierto es... que esa escena solo le recuerda a Logan lo solo que está y lo mucho que ha perdido y que no puede recuperar... Y de lo que ha perdido... todo lo que no recuerda haber perdido...—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —"Qué bonito es el amor". Eso pensaria cualquiera al ver la escena que el propio Logan habia provocado entre Wade y su novia... Su ex... Bueno, Vanessa... pero, lo cierto es... que esa escena solo le recuerda a Logan lo solo que está y lo mucho que ha perdido y que no puede recuperar... Y de lo que ha perdido... todo lo que no recuerda haber perdido...— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • ℒ𝑎 𝑐𝑜𝑏𝑎𝑟𝑑𝑒 𝑣𝑎𝑙𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒.
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    Categoría Slice of Life
    Tras su encuentro poco agradable con Cassian, Nesta había echado a correr hacia el único lugar dónde se iba a sentir segura en aquel momento, la casa de Emerie.

    Nesta que corriendo con un vestido blanco y plateado, y tacones a juego, había perdido uno de los tacones en su huida lejos de Cassian ¿Quién encontraría el zapato de Velariscienta?

    Llegó hiper ventilando a la tienda de Emerie, donde sus ojos azules grisáceos eran un mar repleto de tormento y furia.

    Emerie se acercó a su amiga, saltando por encima del mostrador, y la abrazó con tanta fuerza que creyó que iba a fusionarse con ella.

    - "Nesta ¿Qué ocurre?"

    Murmuró Emerie, aquella Ilyria siempre había tratado bien a Nesta, y Nesta la consideraba no solo su amiga, si no parte de ella, su hermana, una hermana elegida.

    La puerta de la tienda de Emerie se abrió de nuevo y una Gwyn despeinada y jadeante apareció tras de ellas y abrazó a Nesta por las espaldas.

    Las tres valkyrias abrazadas, entrelazadas en un solo movimiento, juntas eran imparables, eran poderosas, y sobre todo... eran una.

    - << Nesta... lo he visto todo... Estaba entrenando>>

    Dijo Gwyn a sus espaldas. La pelirroja había apoyado su mejilla en la espalda de la Alta Fae, y la mayor de las Archeron apoyaba su rostro en el hueco entre el hombro y el cuello de Emerie, a su vez Emerie abrazaba tanto a Nesta como a Gwyn.

    - "¿Pero qué ha pasado? ¿Está bien?"

    Dijo Emerie con un tono de voz bajo y preocupado.

    - << Necesita llorar. Es sobre lo que nos contó...>>

    Murmuró Gwyn sin soltar a Nesta.

    - " Por la madre... vamos dentro, necesitamos un té las tres"

    Y los tres dijes de las pulseras de las Valkyrias brillaron con el mismo brillo plateado y único.

    - << Cassian, está destrozado y ha apartado a Nesta de la forma que ha creído que era más conveniente.>>

    Dijo una Gwyn apenada mientras que con las dos manos tomaba una humeante taza de té y de soslayo miraba a Nesta.

    - " Osea que ha sido un cruel y un bruto"

    Dijo Emerie temiendose lo peor mientas ponía una manta sobre los hombros de la alta fae, sabía que tras el esfuerzo de una carrera, el llanto y la ansiedad Nesta debería de tener frío y de sentirse débil.

    - << Lo cierto es que no. Solo estaba herido.>>

    Explicó Gwyn que había posado una de sus manos sobre la mano de Nesta y la acariciaba como lo haría una hermana pequeña preocupada por su hermana mayor.

    - "Los corazones rotos no se solucionan ni sanan de la noche a la mañana, es un hecho, pero podéis quedaros aquí tanto como Nesta necesite, dudo que quiera volver a su casa ahora mismo"

    Emerie miró de forma significativa a Gwyn.

    - <<Cuidaremos de ella. >>

    Dijo Gwyn acercándose a la siliente Nesta que de vez en cuando sollozaba mirando la taza de té, la abrazó con fuerza desde un costado y desde el otro, Emerie hizo exáctamente lo mismo.

    Nesta intentaba acallar la voz crítica que le decía una y otra vez que no se merecía a sus Valkyrias, que no se merecía un vinculo con Cassian, que no se merecía a Rhysand ni a Feyre, que no merecía a su sobrino, ni tampoco merecía la atenta mirada de Amren. Intentaba acallar la voz que buscaba autocastigarse, marcharse a un lugar donde sería algo peor que una paria, ¿La corte Otoño? No... Allí al menos tenía un lugar, su impulso más oscuro fue ingeniárselas para llegar a la corte Primavera, provocaría a Tamlin hasta que este perdiera los estribos y bueno... dejaría que pasase cualquier cosa, lo cierto es que deseaba desaparecer.

    Por unos segundos cerró los ojos y se sintió caminar sobre la oscuridad líquida de su interior.

    "Bruja, bruja, bruja, bruja"

    Se murmuraba a si misma su interior, su voz más crítica, mientas se adentraba en una oscuridad y miseria interior similar a cuando perdió la cabeza con el alcohol, pero aquel lugar era agradable, era amable con ella, a pesar de aquellos cánticos para nada positivos, claro.

    Su caminar por aquella líquida oscuridad dejaba ondas a su paso, manchaba la punta de sus pies y los bajos de su falda, el aire era frío pero agradable.

    Un golpe de agua excesivamente caliente sacó a Nesta de aquel lugar. Estaba empapada en té caliente y sus ojos azules grisáceos miraban sin entender.

    - "... Por la madre, Nesta ¿Pero dónde estabas?"

    Emerie se la veía consternada por lo que acababa de ver.

    - << Nesta... estabas envuelta en llamas plateadas. >>

    Explicó Gwyn taza de té vacía en mano.

    - Buscaba... Buscaba consumirme.

    Fue lo único que murmuró Nesta con voz ronca y algo desgastada.

    Emerie y Gwyn se miraron entre ellas y ambas cogieron ambas manos de Nesta y al unísono contestaron.

    - " Todo estará bien >>

    Parecía que Nesta había sido lo suficientemente cobarde para huir pero lo suficientemente valiente como para pedir ayuda a aquellas personas que se la ofrecían sin pedirla.
    Tras su encuentro poco agradable con Cassian, Nesta había echado a correr hacia el único lugar dónde se iba a sentir segura en aquel momento, la casa de Emerie. Nesta que corriendo con un vestido blanco y plateado, y tacones a juego, había perdido uno de los tacones en su huida lejos de Cassian ¿Quién encontraría el zapato de Velariscienta? Llegó hiper ventilando a la tienda de Emerie, donde sus ojos azules grisáceos eran un mar repleto de tormento y furia. Emerie se acercó a su amiga, saltando por encima del mostrador, y la abrazó con tanta fuerza que creyó que iba a fusionarse con ella. - "Nesta ¿Qué ocurre?" Murmuró Emerie, aquella Ilyria siempre había tratado bien a Nesta, y Nesta la consideraba no solo su amiga, si no parte de ella, su hermana, una hermana elegida. La puerta de la tienda de Emerie se abrió de nuevo y una Gwyn despeinada y jadeante apareció tras de ellas y abrazó a Nesta por las espaldas. Las tres valkyrias abrazadas, entrelazadas en un solo movimiento, juntas eran imparables, eran poderosas, y sobre todo... eran una. - << Nesta... lo he visto todo... Estaba entrenando>> Dijo Gwyn a sus espaldas. La pelirroja había apoyado su mejilla en la espalda de la Alta Fae, y la mayor de las Archeron apoyaba su rostro en el hueco entre el hombro y el cuello de Emerie, a su vez Emerie abrazaba tanto a Nesta como a Gwyn. - "¿Pero qué ha pasado? ¿Está bien?" Dijo Emerie con un tono de voz bajo y preocupado. - << Necesita llorar. Es sobre lo que nos contó...>> Murmuró Gwyn sin soltar a Nesta. - " Por la madre... vamos dentro, necesitamos un té las tres" Y los tres dijes de las pulseras de las Valkyrias brillaron con el mismo brillo plateado y único. - << Cassian, está destrozado y ha apartado a Nesta de la forma que ha creído que era más conveniente.>> Dijo una Gwyn apenada mientras que con las dos manos tomaba una humeante taza de té y de soslayo miraba a Nesta. - " Osea que ha sido un cruel y un bruto" Dijo Emerie temiendose lo peor mientas ponía una manta sobre los hombros de la alta fae, sabía que tras el esfuerzo de una carrera, el llanto y la ansiedad Nesta debería de tener frío y de sentirse débil. - << Lo cierto es que no. Solo estaba herido.>> Explicó Gwyn que había posado una de sus manos sobre la mano de Nesta y la acariciaba como lo haría una hermana pequeña preocupada por su hermana mayor. - "Los corazones rotos no se solucionan ni sanan de la noche a la mañana, es un hecho, pero podéis quedaros aquí tanto como Nesta necesite, dudo que quiera volver a su casa ahora mismo" Emerie miró de forma significativa a Gwyn. - <<Cuidaremos de ella. >> Dijo Gwyn acercándose a la siliente Nesta que de vez en cuando sollozaba mirando la taza de té, la abrazó con fuerza desde un costado y desde el otro, Emerie hizo exáctamente lo mismo. Nesta intentaba acallar la voz crítica que le decía una y otra vez que no se merecía a sus Valkyrias, que no se merecía un vinculo con Cassian, que no se merecía a Rhysand ni a Feyre, que no merecía a su sobrino, ni tampoco merecía la atenta mirada de Amren. Intentaba acallar la voz que buscaba autocastigarse, marcharse a un lugar donde sería algo peor que una paria, ¿La corte Otoño? No... Allí al menos tenía un lugar, su impulso más oscuro fue ingeniárselas para llegar a la corte Primavera, provocaría a Tamlin hasta que este perdiera los estribos y bueno... dejaría que pasase cualquier cosa, lo cierto es que deseaba desaparecer. Por unos segundos cerró los ojos y se sintió caminar sobre la oscuridad líquida de su interior. "Bruja, bruja, bruja, bruja" Se murmuraba a si misma su interior, su voz más crítica, mientas se adentraba en una oscuridad y miseria interior similar a cuando perdió la cabeza con el alcohol, pero aquel lugar era agradable, era amable con ella, a pesar de aquellos cánticos para nada positivos, claro. Su caminar por aquella líquida oscuridad dejaba ondas a su paso, manchaba la punta de sus pies y los bajos de su falda, el aire era frío pero agradable. Un golpe de agua excesivamente caliente sacó a Nesta de aquel lugar. Estaba empapada en té caliente y sus ojos azules grisáceos miraban sin entender. - "... Por la madre, Nesta ¿Pero dónde estabas?" Emerie se la veía consternada por lo que acababa de ver. - << Nesta... estabas envuelta en llamas plateadas. >> Explicó Gwyn taza de té vacía en mano. - Buscaba... Buscaba consumirme. Fue lo único que murmuró Nesta con voz ronca y algo desgastada. Emerie y Gwyn se miraron entre ellas y ambas cogieron ambas manos de Nesta y al unísono contestaron. - " Todo estará bien >> Parecía que Nesta había sido lo suficientemente cobarde para huir pero lo suficientemente valiente como para pedir ayuda a aquellas personas que se la ofrecían sin pedirla.
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  • Memoria 001

    Valor. Honor. Prestigio.
    Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses.

    Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él.

    La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello.

    Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey.

    No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo.

    Respeto. Autoridad. Poder.
    El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse.

    Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior.

    Memoria 001
    Memoria 001 Valor. Honor. Prestigio. Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses. Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él. La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello. Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey. No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo. Respeto. Autoridad. Poder. El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse. Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior. Memoria 001
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  • ℌ𝔦𝔡𝔢 𝔞𝔫𝔡 𝔖𝔢𝔢𝔨 (c/Calamitus)
    Categoría Acción
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado.

    ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios.

    ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar.

    ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman.

    ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad.

    ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar.

    ㅤO casi nadie.

    ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros.

    ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar?

    ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia.

    ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa.

    ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos.

    ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro.

    ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda.

    ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande?

    ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía.

    ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche.

    Yan Zhan Xie
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado. ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios. ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar. ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman. ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad. ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar. ㅤO casi nadie. ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros. ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar? ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia. ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa. ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos. ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro. ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda. ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande? ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía. ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche. [legend_malachite_lobster_769]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    // Aveces olvido que debo escribir todo artículo en un word y no hacerlo directamente en la app. Y también olvido que tengo parásitos que me interrumpen y se creen graciosos al quitarme el celular. Sin saber que han borrado todo lo que estaba escribiendo con tanto deleite y emoción. Añarako peguaré! *Lloro por el texto enriquecedor y perdido, ahora me sabe amargo volver a escribir*
    // Aveces olvido que debo escribir todo artículo en un word y no hacerlo directamente en la app. Y también olvido que tengo parásitos que me interrumpen y se creen graciosos al quitarme el celular. Sin saber que han borrado todo lo que estaba escribiendo con tanto deleite y emoción. Añarako peguaré! *Lloro por el texto enriquecedor y perdido, ahora me sabe amargo volver a escribir*
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  • ◇Una realidad más perece ante los ojos del ser. El o la mortal que tuvo en sus manos, la fuerza para evitar tal destino no fue capaz de sobreponerse ante lo que estuvo escrito desde el comienzo. Diversas calamidades se hacían presente, junto a la ruptura del velo de la realidad que mantenía aquellos seres fuera de su alcance◇

    Otro mundo perdido...otro atraso...Realmente es...decepcionante...


    ◇Y así como llegó el ser con cabello escarlata por primera vez, se marchó. Rodeado de sus bestias, junto a la energía oscura opresiva de su naturaleza. Mientras aquella realidad era cubierta por las desgracias que procuraban no dejar nada en aquel lugar lleno de vida◇
    ◇Una realidad más perece ante los ojos del ser. El o la mortal que tuvo en sus manos, la fuerza para evitar tal destino no fue capaz de sobreponerse ante lo que estuvo escrito desde el comienzo. Diversas calamidades se hacían presente, junto a la ruptura del velo de la realidad que mantenía aquellos seres fuera de su alcance◇ Otro mundo perdido...otro atraso...Realmente es...decepcionante... ◇Y así como llegó el ser con cabello escarlata por primera vez, se marchó. Rodeado de sus bestias, junto a la energía oscura opresiva de su naturaleza. Mientras aquella realidad era cubierta por las desgracias que procuraban no dejar nada en aquel lugar lleno de vida◇
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  • #Monorol

    Y entonces, en la soledad de la playa comenzó a recordar toda su vida. Se sentía patético con tanta melancolía sobre él. Dejó caer su cabellera, con la intención de cubrir su cara y no dejar ver esa expresión vulnerable. No sabía hace cuánto estaba así; drogado, triste, perdido y alcoholizado. Probablemente la mitad de su su vida haya sido así.

    Recuerda perfectamente el día del accidente; su madre había ido a llevar a sus hermanos pequeños al colegio mientras él junto a su padre se quedaban en casa, trabajando en un nuevo marco para una foto familiar. Pero, en esa tarde, recibieron la noticia de la muerte de su madre y sus dos hermanos. Un auto negro, en persecución por la policía había chocado contra el coche de su madre, y en consecuencia, matando a los tres.

    El segundo momento trágico en su vida, la muerte de su mejor amigo. Dos balas en su pierna derecha, una en el corazón y otra en su cuello. En un intento de robo, su mejor amigo forcejeó, corrió y huyó con dos balas en su pierna, la siguiente fue al pecho, y en sus últimos momentos de vida la última bala dió con su cuello. Los causantes de tal crimen jamás fueron atrapados; después de todo, ¿A quién le importaba un niño de barrios bajos y sin dinero, no?

    Y llegó hasta la pérdida más dolorosa; su mentor, amante y compañero. Una persona que lo había acogido en su momento más bajo, un faro de luz que lo guió y le enseñó a defenderse del Mundo y sus hostilidades. Murió en un cruce de bandas, ese día lo recordaba perfectamente. Estaba vendiendo algo de éxtasis durante la noche, haciendo el trabajo que le habían encargado hacer. Algo andaba mal, lo presentía, sentía que algo iba a ocurrir esa noche, pero decidió hacer caso omiso a eso, y cuánto se arrepentía de hacerlo. En una mañana, mientras se levantaba en una cama ajena culpa de la fiesta de la noche anterior, en su celular llegó un mensaje, una notificación, su compañero de contrabando avisando sobre la muerte de su amante. Corrió, corrió con todas sus fuerzas hacia el hospital, mientras en su mente se repetía una y otra vez las palabras de su compañero: "el jefe murió". No, él no podía morir, tenían planeado mucho juntos, no podía abandonarlo. Pero lastimosamente, aunque lo negara y negara, el amor de su vida había muerto, y no pudo hacer nada.

    Y así llegó a su momento actual, en esa playa, drogado y borracho. Otra vez, a repetir el ciclo de adicción en el que había vuelto a entrar.
    #Monorol Y entonces, en la soledad de la playa comenzó a recordar toda su vida. Se sentía patético con tanta melancolía sobre él. Dejó caer su cabellera, con la intención de cubrir su cara y no dejar ver esa expresión vulnerable. No sabía hace cuánto estaba así; drogado, triste, perdido y alcoholizado. Probablemente la mitad de su su vida haya sido así. Recuerda perfectamente el día del accidente; su madre había ido a llevar a sus hermanos pequeños al colegio mientras él junto a su padre se quedaban en casa, trabajando en un nuevo marco para una foto familiar. Pero, en esa tarde, recibieron la noticia de la muerte de su madre y sus dos hermanos. Un auto negro, en persecución por la policía había chocado contra el coche de su madre, y en consecuencia, matando a los tres. El segundo momento trágico en su vida, la muerte de su mejor amigo. Dos balas en su pierna derecha, una en el corazón y otra en su cuello. En un intento de robo, su mejor amigo forcejeó, corrió y huyó con dos balas en su pierna, la siguiente fue al pecho, y en sus últimos momentos de vida la última bala dió con su cuello. Los causantes de tal crimen jamás fueron atrapados; después de todo, ¿A quién le importaba un niño de barrios bajos y sin dinero, no? Y llegó hasta la pérdida más dolorosa; su mentor, amante y compañero. Una persona que lo había acogido en su momento más bajo, un faro de luz que lo guió y le enseñó a defenderse del Mundo y sus hostilidades. Murió en un cruce de bandas, ese día lo recordaba perfectamente. Estaba vendiendo algo de éxtasis durante la noche, haciendo el trabajo que le habían encargado hacer. Algo andaba mal, lo presentía, sentía que algo iba a ocurrir esa noche, pero decidió hacer caso omiso a eso, y cuánto se arrepentía de hacerlo. En una mañana, mientras se levantaba en una cama ajena culpa de la fiesta de la noche anterior, en su celular llegó un mensaje, una notificación, su compañero de contrabando avisando sobre la muerte de su amante. Corrió, corrió con todas sus fuerzas hacia el hospital, mientras en su mente se repetía una y otra vez las palabras de su compañero: "el jefe murió". No, él no podía morir, tenían planeado mucho juntos, no podía abandonarlo. Pero lastimosamente, aunque lo negara y negara, el amor de su vida había muerto, y no pudo hacer nada. Y así llegó a su momento actual, en esa playa, drogado y borracho. Otra vez, a repetir el ciclo de adicción en el que había vuelto a entrar.
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  • No sabía en qué momento había recaído, pero su cuerpo se sentía en el espacio. Sus ojos rojos, causa de la hierba que había empezado a consumir disociaban de la realidad. Su estómago estaba revuelto, apretaba, sentía un encerrón dentro de él que lo consumía lentamente. Era esa sensación de nuevo. Corrió hacia el baño como pudo, cayendo dos o tres veces hasta quedar cerca del váter. Acercó la cabeza hacia el cubículo; sus dedos se adentraron a su boca, yendo a su garganta para provocar las arcadas.

    Vomitó, vomitó todo lo que había comido en ese día. Estuvo un buen rato en aquella posición, cerrando los ojos, cansado, perdido. Cuando el vómito se acabó, se encargó de ordenar todo, dejándolo limpio y con buen olor, como le gustaba.

    Volvió a recostarse en la cama. Se sentía exhausto, comenzando a cerrar sus párpados, dispuesto a descansar.
    No sabía en qué momento había recaído, pero su cuerpo se sentía en el espacio. Sus ojos rojos, causa de la hierba que había empezado a consumir disociaban de la realidad. Su estómago estaba revuelto, apretaba, sentía un encerrón dentro de él que lo consumía lentamente. Era esa sensación de nuevo. Corrió hacia el baño como pudo, cayendo dos o tres veces hasta quedar cerca del váter. Acercó la cabeza hacia el cubículo; sus dedos se adentraron a su boca, yendo a su garganta para provocar las arcadas. Vomitó, vomitó todo lo que había comido en ese día. Estuvo un buen rato en aquella posición, cerrando los ojos, cansado, perdido. Cuando el vómito se acabó, se encargó de ordenar todo, dejándolo limpio y con buen olor, como le gustaba. Volvió a recostarse en la cama. Se sentía exhausto, comenzando a cerrar sus párpados, dispuesto a descansar.
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