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    Perdonen me ausente mucho,pero ya volvi ,de que me he perdido? //
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  • ⸻ El tiempo que he perdido en deseos inmundos, inútiles, sin convicción ni ambición, ese tiempo que no regresa.

    Todos buscan lo mismo: amor, riqueza, eternidad, conquista. Ni una sola alma ha logrado capturar mi atención, esto me enfurece.
    ⸻ El tiempo que he perdido en deseos inmundos, inútiles, sin convicción ni ambición, ese tiempo que no regresa. Todos buscan lo mismo: amor, riqueza, eternidad, conquista. Ni una sola alma ha logrado capturar mi atención, esto me enfurece.
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    Cuando Lili cayó fuera del tiempo, perdida en un espacio donde no existían ni segundos ni direcciones, fueron Tsukumo Sana, guardiana del espacio, y Aikaterine, regente del tiempo, quienes la encontraron. La miraron con esa calma antigua de quienes sostienen el universo desde antes del primer latido.

    Ellas comprendieron algo que Lili aún no recordaba:
    su alma estaba fragmentada entre ella misma y el filo de Veythra, la espada que, durante el eclipse, había rasgado realidad y memoria a la vez.

    Bajo la luz inmóvil de ese lugar sin hora, Sana le ofreció una esfera de polvo cósmico donde vibraba el eco del instante perdido.

    —Si cruzas —le dijo— verás el momento del corte. No lo que fuiste, sino lo que eres.

    Aikaterine, a su lado, sostuvo el equilibrio, abriendo el camino entre los pliegues del tiempo.

    Lili pronunció las palabras que debían pronunciarse:

    «Muéstrame el corte… y déjame recordar.»

    Entonces todo ocurrió a la vez.

    Volvió al instante en que su madre Jennifer sostenía con ella la espada. El filo de Veythra vibraba, reclamando su nombre verdadero.
    Una risa infantil —la risa del Caos— resonó en la grieta abierta, mientras la herida entre planos se iluminaba.

    Y allí, en el centro del corte, Veythra apareció.

    No como espada.
    No como memoria.
    Sino como un espíritu incompleto, proyectado desde el borde del abismo.

    La grieta se cerró con un susurro de luz.

    Lili quedó atrapada en el sueño del lienzo del Caos y Veythra se proyecto en cuerpo y alma en el pasado.

    Cuando Lili cayó fuera del tiempo, perdida en un espacio donde no existían ni segundos ni direcciones, fueron Tsukumo Sana, guardiana del espacio, y Aikaterine, regente del tiempo, quienes la encontraron. La miraron con esa calma antigua de quienes sostienen el universo desde antes del primer latido. Ellas comprendieron algo que Lili aún no recordaba: su alma estaba fragmentada entre ella misma y el filo de Veythra, la espada que, durante el eclipse, había rasgado realidad y memoria a la vez. Bajo la luz inmóvil de ese lugar sin hora, Sana le ofreció una esfera de polvo cósmico donde vibraba el eco del instante perdido. —Si cruzas —le dijo— verás el momento del corte. No lo que fuiste, sino lo que eres. Aikaterine, a su lado, sostuvo el equilibrio, abriendo el camino entre los pliegues del tiempo. Lili pronunció las palabras que debían pronunciarse: «Muéstrame el corte… y déjame recordar.» Entonces todo ocurrió a la vez. Volvió al instante en que su madre Jennifer sostenía con ella la espada. El filo de Veythra vibraba, reclamando su nombre verdadero. Una risa infantil —la risa del Caos— resonó en la grieta abierta, mientras la herida entre planos se iluminaba. Y allí, en el centro del corte, Veythra apareció. No como espada. No como memoria. Sino como un espíritu incompleto, proyectado desde el borde del abismo. La grieta se cerró con un susurro de luz. Lili quedó atrapada en el sueño del lienzo del Caos y Veythra se proyecto en cuerpo y alma en el pasado.
    Cuando Lili cayó fuera del tiempo, perdida en un espacio donde no existían ni segundos ni direcciones, fueron Tsukumo Sana, guardiana del espacio, y Aikaterine, regente del tiempo, quienes la encontraron. La miraron con esa calma antigua de quienes sostienen el universo desde antes del primer latido.

    Ellas comprendieron algo que Lili aún no recordaba:
    su alma estaba fragmentada entre ella misma y el filo de Veythra, la espada que, durante el eclipse, había rasgado realidad y memoria a la vez.

    Bajo la luz inmóvil de ese lugar sin hora, Sana le ofreció una esfera de polvo cósmico donde vibraba el eco del instante perdido.

    —Si cruzas —le dijo— verás el momento del corte. No lo que fuiste, sino lo que eres.

    Aikaterine, a su lado, sostuvo el equilibrio, abriendo el camino entre los pliegues del tiempo.

    Lili pronunció las palabras que debían pronunciarse:

    «Muéstrame el corte… y déjame recordar.»

    Entonces todo ocurrió a la vez.

    Volvió al instante en que su madre Jennifer sostenía con ella la espada. El filo de Veythra vibraba, reclamando su nombre verdadero.
    Una risa infantil —la risa del Caos— resonó en la grieta abierta, mientras la herida entre planos se iluminaba.

    Y allí, en el centro del corte, Veythra apareció.

    No como espada.
    No como memoria.
    Sino como un espíritu incompleto, proyectado desde el borde del abismo.

    La grieta se cerró con un susurro de luz.

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    Ellas comprendieron algo que Lili aún no recordaba:
    su alma estaba fragmentada entre ella misma y el filo de Veythra, la espada que, durante el eclipse, había rasgado realidad y memoria a la vez.

    Bajo la luz inmóvil de ese lugar sin hora, Sana le ofreció una esfera de polvo cósmico donde vibraba el eco del instante perdido.

    —Si cruzas —le dijo— verás el momento del corte. No lo que fuiste, sino lo que eres.

    Aikaterine, a su lado, sostuvo el equilibrio, abriendo el camino entre los pliegues del tiempo.

    Lili pronunció las palabras que debían pronunciarse:

    «Muéstrame el corte… y déjame recordar.»

    Entonces todo ocurrió a la vez.

    Volvió al instante en que su madre Jennifer sostenía con ella la espada. El filo de Veythra vibraba, reclamando su nombre verdadero.
    Una risa infantil —la risa del Caos— resonó en la grieta abierta, mientras la herida entre planos se iluminaba.

    Y allí, en el centro del corte, Veythra apareció.

    No como espada.
    No como memoria.
    Sino como un espíritu incompleto, proyectado desde el borde del abismo.

    La grieta se cerró con un susurro de luz.

    Lili quedó atrapada en el sueño del lienzo del Caos y Veythra se proyecto en cuerpo y alma en el pasado.

    Cuando Lili cayó fuera del tiempo, perdida en un espacio donde no existían ni segundos ni direcciones, fueron Tsukumo Sana, guardiana del espacio, y Aikaterine, regente del tiempo, quienes la encontraron. La miraron con esa calma antigua de quienes sostienen el universo desde antes del primer latido. Ellas comprendieron algo que Lili aún no recordaba: su alma estaba fragmentada entre ella misma y el filo de Veythra, la espada que, durante el eclipse, había rasgado realidad y memoria a la vez. Bajo la luz inmóvil de ese lugar sin hora, Sana le ofreció una esfera de polvo cósmico donde vibraba el eco del instante perdido. —Si cruzas —le dijo— verás el momento del corte. No lo que fuiste, sino lo que eres. Aikaterine, a su lado, sostuvo el equilibrio, abriendo el camino entre los pliegues del tiempo. Lili pronunció las palabras que debían pronunciarse: «Muéstrame el corte… y déjame recordar.» Entonces todo ocurrió a la vez. Volvió al instante en que su madre Jennifer sostenía con ella la espada. El filo de Veythra vibraba, reclamando su nombre verdadero. Una risa infantil —la risa del Caos— resonó en la grieta abierta, mientras la herida entre planos se iluminaba. Y allí, en el centro del corte, Veythra apareció. No como espada. No como memoria. Sino como un espíritu incompleto, proyectado desde el borde del abismo. La grieta se cerró con un susurro de luz. Lili quedó atrapada en el sueño del lienzo del Caos y Veythra se proyecto en cuerpo y alma en el pasado.
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  • Ustedes son lo único que me hace recordar que este es el mundo real cada vez que despierto...

    — Le murmuraba a sus compañeros de cuatro patitas, esos que ya hace unos años, desde que se mudó, le hacían compañía incondicional. La dependencia emocional no era buena, lo sabía, pero ¿Qué daño le podían causar dos pequeños animalitos? Seguramente no más del que podría una persona.

    Era la tercera vez en la semana que se despertaba con ese dolor en el pecho, con una angustia tal que parecía haber perdido una vida entera ¿Qué era ese sentimiento? Cada vez que despertaba de aquel sueño profundo, lo hacía con la sensación de haber perdido algo importante, muy importante, pero jamás lograba recordar que y no había nada nada en el mundo real que le causara semejante angustia.
    ¿Sería que en el mundo de sus sueños, otra realidad lo despedía con tristeza cada vez que debía regresar a este plano terrenal? ¿Por eso se sentía vacío? ¿Por eso cargaba una nostalgia inexplicable?

    En lugar de seguir pensando se puso de pie, pues sus pequeños querían comida y recordó que no tenía. Ahora estaba concentrado en su nueva misión, conseguir una tienda abierta un domingo a las 5 de la mañana para comprarle comida a sus hijos gatunos. —
    Ustedes son lo único que me hace recordar que este es el mundo real cada vez que despierto... — Le murmuraba a sus compañeros de cuatro patitas, esos que ya hace unos años, desde que se mudó, le hacían compañía incondicional. La dependencia emocional no era buena, lo sabía, pero ¿Qué daño le podían causar dos pequeños animalitos? Seguramente no más del que podría una persona. Era la tercera vez en la semana que se despertaba con ese dolor en el pecho, con una angustia tal que parecía haber perdido una vida entera ¿Qué era ese sentimiento? Cada vez que despertaba de aquel sueño profundo, lo hacía con la sensación de haber perdido algo importante, muy importante, pero jamás lograba recordar que y no había nada nada en el mundo real que le causara semejante angustia. ¿Sería que en el mundo de sus sueños, otra realidad lo despedía con tristeza cada vez que debía regresar a este plano terrenal? ¿Por eso se sentía vacío? ¿Por eso cargaba una nostalgia inexplicable? En lugar de seguir pensando se puso de pie, pues sus pequeños querían comida y recordó que no tenía. Ahora estaba concentrado en su nueva misión, conseguir una tienda abierta un domingo a las 5 de la mañana para comprarle comida a sus hijos gatunos. —
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  • "Hay cosas en la vida que escapan de nuestro control y no podemos hacer nada con ello, pero podemos controlar lo que pasa en nuestra mente y eso es lo más importante. No importa que tan mal estén las cosas afuera, solo cuando perdemos el control de nosotros mismos es cuando todo se viene abajo.
    Serás un hombre fuerte Mikhail, más fuerte de lo que yo o tu padre podemos llegar a imaginar, sorprendelo con la persona en la que te convertirás, sorprendete a ti mismo y ante todo jamás te rindas.
    Nunca olvides quiénes eres, de dónde vienes y cuida sobre todas las cosas a quienes ames, te estaré mirando desde algún lugar y no dudes que estaré orgullosa de ti."

    — Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había leído aquel fragmento de la carta escrita por la mujer que le dió la vida. Aún en sus momentos más bajos, supo encontrar siempre en aquellas palabras un motivo para no rendirse, para recordar las cosas en las que siempre había creído, pero ¿Qué será de él, ahora que la fuerza que a educado para proteger a otros, ya no tiene objeto por el cual pelear? Los últimos días se habían sentido vacíos, siguiendo su rutina como en automático, sin un motivo claro, sin metas, está vez era solo él luchando contra su propio presente. —
    "Hay cosas en la vida que escapan de nuestro control y no podemos hacer nada con ello, pero podemos controlar lo que pasa en nuestra mente y eso es lo más importante. No importa que tan mal estén las cosas afuera, solo cuando perdemos el control de nosotros mismos es cuando todo se viene abajo. Serás un hombre fuerte Mikhail, más fuerte de lo que yo o tu padre podemos llegar a imaginar, sorprendelo con la persona en la que te convertirás, sorprendete a ti mismo y ante todo jamás te rindas. Nunca olvides quiénes eres, de dónde vienes y cuida sobre todas las cosas a quienes ames, te estaré mirando desde algún lugar y no dudes que estaré orgullosa de ti." — Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que había leído aquel fragmento de la carta escrita por la mujer que le dió la vida. Aún en sus momentos más bajos, supo encontrar siempre en aquellas palabras un motivo para no rendirse, para recordar las cosas en las que siempre había creído, pero ¿Qué será de él, ahora que la fuerza que a educado para proteger a otros, ya no tiene objeto por el cual pelear? Los últimos días se habían sentido vacíos, siguiendo su rutina como en automático, sin un motivo claro, sin metas, está vez era solo él luchando contra su propio presente. —
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  • -Dos días. Dos días en los que ni su sombra se vió por el hotel y aún así, el mismo se sintió más pesado. Más lúgubre, más amenazador...Un silencio tan inquietante que cualquiera podría entrar en la paranoia de sentirse observado todo el tiempo.
    Dos días en los que la radio no sonó y su habitual programación se apagó.

    Sin embargo, al igual como hacía dos días el sonido de las cadenas romperse resonaron de repente, ahora volvieron a juntarse.
    Alastor reapareció en un rincón de la sala del hotel, manteniéndose oculto entre las sombras antes de desaparecer.

    Un pequeño gatito había vuelto a casa, demasiado alegre. Demasiado despreocupado...-

    Husker, te ves más relajado de lo habitual. ¿Acaso es esa una sonrisa sobre tu rostro?

    -Su voz sonaba tranquila. Amigable. Pero sabía bien que su mascota no se trataría el cuento de su aparente amabilidad. El gato lo conocía demasiado bien como para saber, a veces, qué era lo que ocultaba su sonrisa.
    El sonido de las cadenas resonó en la habitación incluso antes de que aparecieran entre sus manos. Verdes. Brillantes. Una prueba latente de la carencia de libertad.-

    Tú y yo, mi pequeño minino, tenemos mucho que hablar

    -Las sombras los envolvieron antes de consumirlos. Como una mera ilusión desvaneciéndose, desaparecieron del lugar.
    Había recuperado lo perdido sin autorización. Pero admitía su culpa al haberse confiado y haberle dado demasiada libertad. Pero era un error que pensaba remediar.

    Él era el pecador más poderoso del infierno. Y ya había tolerado muchas faltas de respeto-
    -Dos días. Dos días en los que ni su sombra se vió por el hotel y aún así, el mismo se sintió más pesado. Más lúgubre, más amenazador...Un silencio tan inquietante que cualquiera podría entrar en la paranoia de sentirse observado todo el tiempo. Dos días en los que la radio no sonó y su habitual programación se apagó. Sin embargo, al igual como hacía dos días el sonido de las cadenas romperse resonaron de repente, ahora volvieron a juntarse. Alastor reapareció en un rincón de la sala del hotel, manteniéndose oculto entre las sombras antes de desaparecer. Un pequeño gatito había vuelto a casa, demasiado alegre. Demasiado despreocupado...- Husker, te ves más relajado de lo habitual. ¿Acaso es esa una sonrisa sobre tu rostro? -Su voz sonaba tranquila. Amigable. Pero sabía bien que su mascota no se trataría el cuento de su aparente amabilidad. El gato lo conocía demasiado bien como para saber, a veces, qué era lo que ocultaba su sonrisa. El sonido de las cadenas resonó en la habitación incluso antes de que aparecieran entre sus manos. Verdes. Brillantes. Una prueba latente de la carencia de libertad.- Tú y yo, mi pequeño minino, tenemos mucho que hablar -Las sombras los envolvieron antes de consumirlos. Como una mera ilusión desvaneciéndose, desaparecieron del lugar. Había recuperado lo perdido sin autorización. Pero admitía su culpa al haberse confiado y haberle dado demasiada libertad. Pero era un error que pensaba remediar. Él era el pecador más poderoso del infierno. Y ya había tolerado muchas faltas de respeto-
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  • No soy de pedir mucho; solo en este dia de reflexión y un poco de soledad, quisiera pedir algo en particular:
    Ser visitada más por mis seres queridos.
    Que me visiten ahora, que estoy en todas mis capacidades mentales.
    Ahora, que aun puedo caminar y no dependo de alguien más.
    Ahora, que aún puedo contarles mis vivencias o darles mis consejos.
    Ahora, que aún tengo autonomía y coordinación motriz en la cocina.
    No me visiten cuando ya esté en cama o cuando digan que mi estado de salud es "reservado'
    No me frecuenten cuando halla perdido alguno de mis sentidos o ya no pueda recordarlos.

    Es todo lo que deseo en este cumpleaños...
    No soy de pedir mucho; solo en este dia de reflexión y un poco de soledad, quisiera pedir algo en particular: Ser visitada más por mis seres queridos. Que me visiten ahora, que estoy en todas mis capacidades mentales. Ahora, que aun puedo caminar y no dependo de alguien más. Ahora, que aún puedo contarles mis vivencias o darles mis consejos. Ahora, que aún tengo autonomía y coordinación motriz en la cocina. No me visiten cuando ya esté en cama o cuando digan que mi estado de salud es "reservado' No me frecuenten cuando halla perdido alguno de mis sentidos o ya no pueda recordarlos. Es todo lo que deseo en este cumpleaños...
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  • Se quedó mirando al infinito, perdido en sus pensamientos hasta que miró un par de patitos en el lago, sonriendo automáticamente.

    《Robao de Husk
    Se quedó mirando al infinito, perdido en sus pensamientos hasta que miró un par de patitos en el lago, sonriendo automáticamente. 《Robao de [barcat75] 》
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  • The Shadow Beast - Revelations of the Past
    Fandom Original/The Ancient Magus' Bride.
    Categoría Suspenso
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 6 de Diciembre, 2025.

    ⠀⠀La penumbra lucha contra la luz en aquel bosque, se filtra a través de la copa de aquellos árboles, indemnes ante el frío, inmutables tras el paso del tiempo. Así como él, una figura mítica que transitaba la oscuridad con una melena blanca luminiscente, lo más notable del escenario.

    ⠀⠀Su destino, su camino, su vida. Todo era un misterio, su propósito no tenía igual, en su callosa mano, sostenía un envase con una bebida caliente, parecía una infusión, una propia de su gente. Perfecta para estos climas fríos y húmedos, propios del norte.

    ⠀⠀El miedo lo rechazaba, un pie avanzaba con el otro con firmeza. Aun consciente de que algo, o alguien, acechaba en ese bosque rodeado de fuerzas que los humanos lucharon por olvidar.
    ⠀⠀Refugiándose en sus casas, abrazando la tecnología de la modernidad, el internet y las comodidades. Dioses, espíritus olvidados... y demonios, probablemente miraban con rencor a la existencia humana que transitaba.

    ⠀⠀Pero... algo les impedía atacar: miedo. Era plausible al solo verlo, invisible a ojos comunes, un torrente de energía vital que nacía y se perdía en la inmensidad de la bóveda celeste. Mantenían su distancia, y por eso permanecerían existentes en este plano.

    ⠀⠀⸻Tch⸻ Chasqueó su lengua, el camino se veía difuso. Tal vez estaba perdido, consultar el mapa era inútil y su celular no tenía señal. Los fae temían de su presencia y se alejaban de él, esto sería molesto.
    ⠀⠀Rumores lo habían atraído a este sitio, de una bestia, un nacimiento de sangre y sombra que acechaba este bosque. Pero tras una intensa búsqueda de una noche, no vio nada más que hojas y ecos de espíritus acorbardados.

    ⠀⠀Insatisfecho, hasta frustrado, intentó retomar el camino por donde vino, pero en la inmensidad del paisaje de verdes pálidos, ya no encontraba cómo llegar. Probablemente el conjuro de algún ser molesto, no se recordaba tan torpe como para olvidar pautas de orientación básica.
    ⠀⠀Su caminar lo llevó a un páramo, donde los árboles se apartaban cautelosamente. En su centro, una figura que gran porte, mantas negras lo cubrían, podía vislumbrar cabellos rubios lacios cayendo tras su nuca, unos ojos color esmeralda y un porte de etiqueta. ¿Un tipo así, recolectando flores en este sitio? La energía de este prado era extraña también.

    ⠀⠀⸻Hey⸻ Invadió aquel páramo, sacudiendo su esencia con cada paso. ⸻¿Qué es este lugar?⸻ Interrogó, sin mediar más palabras. Su mirada yacía puesta y severa en el ajeno, unos zafiros luminiscentes.

    Elías Ainsworth
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 6 de Diciembre, 2025. ⠀ ⠀⠀La penumbra lucha contra la luz en aquel bosque, se filtra a través de la copa de aquellos árboles, indemnes ante el frío, inmutables tras el paso del tiempo. Así como él, una figura mítica que transitaba la oscuridad con una melena blanca luminiscente, lo más notable del escenario. ⠀⠀Su destino, su camino, su vida. Todo era un misterio, su propósito no tenía igual, en su callosa mano, sostenía un envase con una bebida caliente, parecía una infusión, una propia de su gente. Perfecta para estos climas fríos y húmedos, propios del norte. ⠀⠀El miedo lo rechazaba, un pie avanzaba con el otro con firmeza. Aun consciente de que algo, o alguien, acechaba en ese bosque rodeado de fuerzas que los humanos lucharon por olvidar. ⠀⠀Refugiándose en sus casas, abrazando la tecnología de la modernidad, el internet y las comodidades. Dioses, espíritus olvidados... y demonios, probablemente miraban con rencor a la existencia humana que transitaba. ⠀⠀Pero... algo les impedía atacar: miedo. Era plausible al solo verlo, invisible a ojos comunes, un torrente de energía vital que nacía y se perdía en la inmensidad de la bóveda celeste. Mantenían su distancia, y por eso permanecerían existentes en este plano. ⠀⠀⸻Tch⸻ Chasqueó su lengua, el camino se veía difuso. Tal vez estaba perdido, consultar el mapa era inútil y su celular no tenía señal. Los fae temían de su presencia y se alejaban de él, esto sería molesto. ⠀⠀Rumores lo habían atraído a este sitio, de una bestia, un nacimiento de sangre y sombra que acechaba este bosque. Pero tras una intensa búsqueda de una noche, no vio nada más que hojas y ecos de espíritus acorbardados. ⠀⠀Insatisfecho, hasta frustrado, intentó retomar el camino por donde vino, pero en la inmensidad del paisaje de verdes pálidos, ya no encontraba cómo llegar. Probablemente el conjuro de algún ser molesto, no se recordaba tan torpe como para olvidar pautas de orientación básica. ⠀⠀Su caminar lo llevó a un páramo, donde los árboles se apartaban cautelosamente. En su centro, una figura que gran porte, mantas negras lo cubrían, podía vislumbrar cabellos rubios lacios cayendo tras su nuca, unos ojos color esmeralda y un porte de etiqueta. ¿Un tipo así, recolectando flores en este sitio? La energía de este prado era extraña también. ⠀⠀⸻Hey⸻ Invadió aquel páramo, sacudiendo su esencia con cada paso. ⸻¿Qué es este lugar?⸻ Interrogó, sin mediar más palabras. Su mirada yacía puesta y severa en el ajeno, unos zafiros luminiscentes. ⠀ [Elias_Ainsworth]
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