• ——— PRESAGIO

    El sol comienza a descender tras las copas de los árboles y el bosque se llena de un frio húmedo que trae consigo el aromas de la tierra y la madera recién partida, resina de pino y sudor.

    Khan, con brazos firmes y curtidos, acomoda la última carga de leña en la parte trasera de su vieja camioneta. El vehículo, un modelo robusto pero desgastado por los años, es un fiel compañero que ha soportado las exigencias de su vida en la montaña.

    Se inclina para recoger unas ramas dispersas, cuando una vibración profunda en el aire lo hace detenerse. No es el sonido común de un animal ni el crujido habitual de las ramas al romperse. Es más bien un susurro grave, un eco que resuena en el suelo y le pone alerta.

    Al levantar la vista, lo ve.

    Un oso emerge de entre los árboles, de un tamaño que sobrepasa lo normal para los de la región. Su pelaje es espeso y oscuro, con un aspecto desordenado. Sus ojos, fijos y brillantes, destellan con una intensidad inusual. Khan ha compartido estos bosques con osos durante mucho tiempo y sabe que su sola presencia basta para ahuyentarlos. Los animales sienten que no es un humano cualquiera, que hay algo en él que pertenece a una naturaleza más antigua y peligrosa, pero este oso, sin embargo, no retrocede, su postura es desafiante y cada paso que da parece acercarlo con una intención que parece racional.

    Khan frunce el ceño, sin retroceder, manteniéndose firme frente a la criatura.

    — ¿Qué te trae aquí, oso?

    Adelanta un pesado paso que hace temblar el suelo ligeramente, pero el oso apenas se inmuta. En lugar de retroceder, gruñe, mostrando los colmillos y avanzando con una mirada penetrante, como si lo estudiara, como si buscara algo dentro de él. Khan sabe que este encuentro no es casual, los osos no actúan así. Percibe en el animal una conciencia que no pertenece al reino común de las bestias.

    La inquietud aparece y crece en su interior. La naturaleza de Khan lo hace especialmente sensible a las anomalías, y cada fibra de su ser le advierte que este oso es una señal de algo, un presagio. Pero, por más que intenta descifrarlo, el mensaje se le escapa, como un murmullo en la penumbra.

    Avanza un paso más, su voz grave y baja resonando en el silencio del bosque.

    — No eres uno de los míos, ni uno de los tuyos —dice, sintiendo cómo la situación escapa de su entendimiento. Entonces gruñe, un gruñido bajo, un sonido casi imperceptible para el oído humano, que lleva una carga de poder que vibra en el aire. Es el lenguaje antiguo de su verdadera esencia, un eco del fuego ancestral que habita en él.

    Por un instante, el oso parece dudar, sus ojos mostrando algo que podría ser reconocimiento. Pero la duda desaparece tan pronto como aparece, y el animal sigue avanzando, decidido.
    ——— PRESAGIO El sol comienza a descender tras las copas de los árboles y el bosque se llena de un frio húmedo que trae consigo el aromas de la tierra y la madera recién partida, resina de pino y sudor. Khan, con brazos firmes y curtidos, acomoda la última carga de leña en la parte trasera de su vieja camioneta. El vehículo, un modelo robusto pero desgastado por los años, es un fiel compañero que ha soportado las exigencias de su vida en la montaña. Se inclina para recoger unas ramas dispersas, cuando una vibración profunda en el aire lo hace detenerse. No es el sonido común de un animal ni el crujido habitual de las ramas al romperse. Es más bien un susurro grave, un eco que resuena en el suelo y le pone alerta. Al levantar la vista, lo ve. Un oso emerge de entre los árboles, de un tamaño que sobrepasa lo normal para los de la región. Su pelaje es espeso y oscuro, con un aspecto desordenado. Sus ojos, fijos y brillantes, destellan con una intensidad inusual. Khan ha compartido estos bosques con osos durante mucho tiempo y sabe que su sola presencia basta para ahuyentarlos. Los animales sienten que no es un humano cualquiera, que hay algo en él que pertenece a una naturaleza más antigua y peligrosa, pero este oso, sin embargo, no retrocede, su postura es desafiante y cada paso que da parece acercarlo con una intención que parece racional. Khan frunce el ceño, sin retroceder, manteniéndose firme frente a la criatura. — ¿Qué te trae aquí, oso? Adelanta un pesado paso que hace temblar el suelo ligeramente, pero el oso apenas se inmuta. En lugar de retroceder, gruñe, mostrando los colmillos y avanzando con una mirada penetrante, como si lo estudiara, como si buscara algo dentro de él. Khan sabe que este encuentro no es casual, los osos no actúan así. Percibe en el animal una conciencia que no pertenece al reino común de las bestias. La inquietud aparece y crece en su interior. La naturaleza de Khan lo hace especialmente sensible a las anomalías, y cada fibra de su ser le advierte que este oso es una señal de algo, un presagio. Pero, por más que intenta descifrarlo, el mensaje se le escapa, como un murmullo en la penumbra. Avanza un paso más, su voz grave y baja resonando en el silencio del bosque. — No eres uno de los míos, ni uno de los tuyos —dice, sintiendo cómo la situación escapa de su entendimiento. Entonces gruñe, un gruñido bajo, un sonido casi imperceptible para el oído humano, que lleva una carga de poder que vibra en el aire. Es el lenguaje antiguo de su verdadera esencia, un eco del fuego ancestral que habita en él. Por un instante, el oso parece dudar, sus ojos mostrando algo que podría ser reconocimiento. Pero la duda desaparece tan pronto como aparece, y el animal sigue avanzando, decidido.
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  • //Llegó tarde pero #SeductiveSunday //

    𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔 - 𝐊𝐚𝐳𝐮𝐨

    Quería consumirla, poseerla y, al mismo
    tiempo, temía la intensidad con la que sentía todo aquello.

    Una vez... Tan solo tuve que percibir su aroma una sola vez para dejarme atrapar de una forma que, en ese momento, no sabría nombrar. Olía a tierra, pino, sol; una sinfonía de olores que se alojaban en la parte trasera de mi paladar, provocando que incluso pudiera saborearlo, una efervescencia que explotaba en mi boca como una gota de agua al caer sobre suelo firme. Olía a montaña, olía a mi hogar. ¿Pero qué era esto? No había explicación ni lógica. Su cercanía provocó en mi cuerpo una auténtica hecatombe, una reacción en cadena con un desenlace frustrante. No sería hasta dos años después de abstinencia cuando pudiera emborracharme de aquella esencia que tan hondo había calado en mí.

    Cuando ese mar carmesí que tenía como ojos me engulló, al mismo tiempo que ese aroma, algo en mí se rompió. Era como si, en ese mismo segundo, el aire hubiera abandonado mis pulmones, porque solo querían oxigenarse con el aire impregnado de aquel aroma adictivo. Mis pupilas se dilataban como dos cuencas negras, mi piel se erizaba, y mi pecho cabalgaba en una desenfrenada carrera, sin un fin concreto en aquel inmenso horizonte de mi mente. Por primera vez en siglos, no era capaz de controlar la vorágine de sensaciones que se agolpaban, una tras otra, aporreando mi cabeza en un intento desesperado de abrirse paso, de intentar buscar una explicación para aquella sensación tan abrumadora.

    Sus ojos, su pelo, su piel, sus labios, su voz... su olor. Todo me atraía como una polilla es atraída por la luz, de una forma ciega y resignada, pues el resplandor no me dejaba ver más allá de mis narices. No soy un hombre común; Soy un zorro, hijo de Inari e hijo del bosque. Mis sentidos van más allá de lo común; para mí, un aroma, un sabor, puede tener más significado que una historia contada con palabras. Aquel olor me evocaba deseo, anhelo, hambre, peligro... un peligro al que, contra todo pronóstico, hice caso omiso, porque necesitaba impregnarme de aquella esencia y no dejaría escapar la más mínima oportunidad.

    La fuerza empleada para no dejar que mis instintos más primitivos, más salvajes, más animales, se abalanzaran sobre aquella mujer era hercúlea. Una fuerza que iba en contra de todo lo que mi cuerpo pedía a gritos. Ella... La deseaba; joder, la acababa de conocer y todo mi ser la reclamaba de una forma tan voraz que ni siquiera me dejaba pensar con claridad. Era como encontrar algo que no sabías que habías perdido, y que de pronto te arrebatan para luego volver a desaparecer.

    Cuando, al día siguiente, solo percibí los matices residuales de su ausencia, sentí que algo de mí había sido arrancado. Dirigí mis pasos a la habitación donde había dormido aquella noche. El futón, perfectamente recogido, y el yukata que le había prestado, cuidadosamente doblado a su lado. Me adentré, e inmediatamente su aroma me abofeteó la cara como un oleaje salvaje que rompía contra un acantilado. Me arrodillé junto a las pertenencias prestadas y devueltas. Sin poder contenerme, tomé aquel yukata entre mis manos, llevando aquella fina seda a mi rostro. Entonces inhalé profundamente, hundiendo mi rostro entre las telas de la prenda que horas antes, Elizabeth se había puesto. Memoricé cada matiz que me recordaba a la montaña, esa mezcla de olores terrosos que me embriagaban y me hacían entrar en un estado febril. Mis puños se cerraban en aquella tela, apretándola con tanta fuerza que mis nudillos se ponían blancos del esfuerzo. Mi cuerpo languidecía hasta dejarse caer sobre el futón donde ella había dormido la noche anterior. Aún con el yukata en mis manos apretadas, me deslicé por las sábanas y la colcha de dicho futón. Olía a ella; toda su esencia estaba en aquellos simples objetos. Quería adherir aquel olor a mi piel, volverlo parte de la mía. Parecía un gato que se retuerce en una zona que desea marcar con su olor.

    Para cualquier persona normal, aquel acto podría catalogarse como propio de alguien pervertido, tóxico o incluso enfermizo. Pero para mí, un zorro, aquel olor me hacía entrar en colapso, en un frenesí incontrolable y en constante ebullición. No se le puede pedir a un felino que no reaccione a la nepeta, ni impedir que una mariposa se sienta atraída por las feromonas de una hermosa flor. Para mí, era exactamente lo mismo; aquel aroma provocaba una reacción química en todo mi cuerpo, llevándolo a una excitación acalorada, intensa e irrefrenable.

    Cada noche volvía a emborracharme de la fragancia que aquella mujer de cabellos de fuego había dejado de forma inocente. Me imaginaba estar con ella, enredados en aquellas sábanas, y no podía evitar sentir ese placer tan exquisito. Lo hice hasta que su olor se disipó con el paso del tiempo. Durante dos largos años, iba cada noche al mismo punto donde la conocí por primera vez, con la esperanza de volver a verla, de volver a olerla. En mi forma de gran zorro blanco, corría montaña arriba, intentando encontrar aquellos olores que tanto me recordaban aquellos parajes. Pero... no, nada era igual, nada era comparable a aquel olor que tanto anhelaba y que jamás se borraría de mi memoria. La espera había sido dolorosa. Una agonía que apenas podía soportar en aquellas noches de soledad, donde solo podía consolarme lastimosamente a mí mismo, imaginando cómo sería que mi boca recorriera cada parte de su cuerpo. Estaba enfermo, enfermo por no poder engullir la medicina que necesitaba para sanar. Y esa medicina era ella.

    Durante el tiempo que pasó sin su presencia, no era capaz de mantener otros encuentros íntimos con otros seres. Ni las mujeres ni los hombres con los que normalmente conseguía "satisfacer" mis deseos me provocaban la más mínima reacción de anhelo. No era difícil para mí obtener placer ajeno, de hecho, era realmente fácil. Mi presencia causaba esa necesidad primitiva de deseo cuando mis labios seducían con un suave ronroneo. Pero cuando todo iba a culminar, mi cuerpo rechazaba aquel contacto. Todo mi ser aborrecía en ese último momento aquello que no estaba relacionado con aquella esencia que se había alojado en mi mente. Por lo tanto, finalmente desistí de tener y buscar cualquier tipo de relación carnal. Prefería autocomplacerme pensando en cómo sabrían sus labios en mi boca, cómo se sentiría su piel bajo las yemas de mis dedos, cómo su olor inundaría mi olfato hasta entrar en mi lengua.

    Cuando al fin la tuve tan cerca nuevamente, sentí que su sola presencia desataba algo violento dentro de mí, un sofoco que emergía desde lo más profundo de mi ser y que solo sería aplacado con el consumo de aquella mujer. Mía... Deseaba hacerla mía de todas las formas posibles, que su aroma quedara impregnado en mi cuerpo y que el mío quedara impregnado en el suyo. Dejarme llevar por mi lado más salvaje y animal; dejar que mis colmillos ansiosos marcaran cada zona de su piel, reclamando lo que quería que fuera mío. En cada encuentro no podía hacer más que venerar aquel cuerpo; no podía dejar de arrodillarme ante ella. Lo que me hizo rendirme al completo fue saber más, conocer quién estaba debajo de todas esas sensaciones primitivas, hizo que me volviera siervo de lo que ella representaba. Y lo que representaba, era todo para mí, como si todo lo anterior a ella se quedara en la nada.

    Ahora que es mía y yo soy suyo, me doy cuenta de que jamás podría curarme de su adicción. Era mi opio, mi droga recurrente y de la que no deseaba desintoxicarme. De hecho, al contrario, quería intoxicarme por cada poro de mi piel. Fundirme a su cuerpo hasta que no se supiera dónde empezaba el mío y dónde terminaba el de ella.

    A veces considero que peco de soberbio y posesivo si el tema a discutir se trata de Elizabeth, faltando enormemente a lo que es mi ética como mensajero de Inari. Pero simplemente no puedo. Estoy tan enfermizamente enamorado, que no hay unas directrices que nos guían para manejar la situación que nos rodea a ambos. Tendremos que ser nosotros mismos quienes vayamos descubriendo a dónde nos lleva esta desenfrenada pasión.

    𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆
    //Llegó tarde pero #SeductiveSunday // 𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔 - 𝐊𝐚𝐳𝐮𝐨 Quería consumirla, poseerla y, al mismo tiempo, temía la intensidad con la que sentía todo aquello. Una vez... Tan solo tuve que percibir su aroma una sola vez para dejarme atrapar de una forma que, en ese momento, no sabría nombrar. Olía a tierra, pino, sol; una sinfonía de olores que se alojaban en la parte trasera de mi paladar, provocando que incluso pudiera saborearlo, una efervescencia que explotaba en mi boca como una gota de agua al caer sobre suelo firme. Olía a montaña, olía a mi hogar. ¿Pero qué era esto? No había explicación ni lógica. Su cercanía provocó en mi cuerpo una auténtica hecatombe, una reacción en cadena con un desenlace frustrante. No sería hasta dos años después de abstinencia cuando pudiera emborracharme de aquella esencia que tan hondo había calado en mí. Cuando ese mar carmesí que tenía como ojos me engulló, al mismo tiempo que ese aroma, algo en mí se rompió. Era como si, en ese mismo segundo, el aire hubiera abandonado mis pulmones, porque solo querían oxigenarse con el aire impregnado de aquel aroma adictivo. Mis pupilas se dilataban como dos cuencas negras, mi piel se erizaba, y mi pecho cabalgaba en una desenfrenada carrera, sin un fin concreto en aquel inmenso horizonte de mi mente. Por primera vez en siglos, no era capaz de controlar la vorágine de sensaciones que se agolpaban, una tras otra, aporreando mi cabeza en un intento desesperado de abrirse paso, de intentar buscar una explicación para aquella sensación tan abrumadora. Sus ojos, su pelo, su piel, sus labios, su voz... su olor. Todo me atraía como una polilla es atraída por la luz, de una forma ciega y resignada, pues el resplandor no me dejaba ver más allá de mis narices. No soy un hombre común; Soy un zorro, hijo de Inari e hijo del bosque. Mis sentidos van más allá de lo común; para mí, un aroma, un sabor, puede tener más significado que una historia contada con palabras. Aquel olor me evocaba deseo, anhelo, hambre, peligro... un peligro al que, contra todo pronóstico, hice caso omiso, porque necesitaba impregnarme de aquella esencia y no dejaría escapar la más mínima oportunidad. La fuerza empleada para no dejar que mis instintos más primitivos, más salvajes, más animales, se abalanzaran sobre aquella mujer era hercúlea. Una fuerza que iba en contra de todo lo que mi cuerpo pedía a gritos. Ella... La deseaba; joder, la acababa de conocer y todo mi ser la reclamaba de una forma tan voraz que ni siquiera me dejaba pensar con claridad. Era como encontrar algo que no sabías que habías perdido, y que de pronto te arrebatan para luego volver a desaparecer. Cuando, al día siguiente, solo percibí los matices residuales de su ausencia, sentí que algo de mí había sido arrancado. Dirigí mis pasos a la habitación donde había dormido aquella noche. El futón, perfectamente recogido, y el yukata que le había prestado, cuidadosamente doblado a su lado. Me adentré, e inmediatamente su aroma me abofeteó la cara como un oleaje salvaje que rompía contra un acantilado. Me arrodillé junto a las pertenencias prestadas y devueltas. Sin poder contenerme, tomé aquel yukata entre mis manos, llevando aquella fina seda a mi rostro. Entonces inhalé profundamente, hundiendo mi rostro entre las telas de la prenda que horas antes, Elizabeth se había puesto. Memoricé cada matiz que me recordaba a la montaña, esa mezcla de olores terrosos que me embriagaban y me hacían entrar en un estado febril. Mis puños se cerraban en aquella tela, apretándola con tanta fuerza que mis nudillos se ponían blancos del esfuerzo. Mi cuerpo languidecía hasta dejarse caer sobre el futón donde ella había dormido la noche anterior. Aún con el yukata en mis manos apretadas, me deslicé por las sábanas y la colcha de dicho futón. Olía a ella; toda su esencia estaba en aquellos simples objetos. Quería adherir aquel olor a mi piel, volverlo parte de la mía. Parecía un gato que se retuerce en una zona que desea marcar con su olor. Para cualquier persona normal, aquel acto podría catalogarse como propio de alguien pervertido, tóxico o incluso enfermizo. Pero para mí, un zorro, aquel olor me hacía entrar en colapso, en un frenesí incontrolable y en constante ebullición. No se le puede pedir a un felino que no reaccione a la nepeta, ni impedir que una mariposa se sienta atraída por las feromonas de una hermosa flor. Para mí, era exactamente lo mismo; aquel aroma provocaba una reacción química en todo mi cuerpo, llevándolo a una excitación acalorada, intensa e irrefrenable. Cada noche volvía a emborracharme de la fragancia que aquella mujer de cabellos de fuego había dejado de forma inocente. Me imaginaba estar con ella, enredados en aquellas sábanas, y no podía evitar sentir ese placer tan exquisito. Lo hice hasta que su olor se disipó con el paso del tiempo. Durante dos largos años, iba cada noche al mismo punto donde la conocí por primera vez, con la esperanza de volver a verla, de volver a olerla. En mi forma de gran zorro blanco, corría montaña arriba, intentando encontrar aquellos olores que tanto me recordaban aquellos parajes. Pero... no, nada era igual, nada era comparable a aquel olor que tanto anhelaba y que jamás se borraría de mi memoria. La espera había sido dolorosa. Una agonía que apenas podía soportar en aquellas noches de soledad, donde solo podía consolarme lastimosamente a mí mismo, imaginando cómo sería que mi boca recorriera cada parte de su cuerpo. Estaba enfermo, enfermo por no poder engullir la medicina que necesitaba para sanar. Y esa medicina era ella. Durante el tiempo que pasó sin su presencia, no era capaz de mantener otros encuentros íntimos con otros seres. Ni las mujeres ni los hombres con los que normalmente conseguía "satisfacer" mis deseos me provocaban la más mínima reacción de anhelo. No era difícil para mí obtener placer ajeno, de hecho, era realmente fácil. Mi presencia causaba esa necesidad primitiva de deseo cuando mis labios seducían con un suave ronroneo. Pero cuando todo iba a culminar, mi cuerpo rechazaba aquel contacto. Todo mi ser aborrecía en ese último momento aquello que no estaba relacionado con aquella esencia que se había alojado en mi mente. Por lo tanto, finalmente desistí de tener y buscar cualquier tipo de relación carnal. Prefería autocomplacerme pensando en cómo sabrían sus labios en mi boca, cómo se sentiría su piel bajo las yemas de mis dedos, cómo su olor inundaría mi olfato hasta entrar en mi lengua. Cuando al fin la tuve tan cerca nuevamente, sentí que su sola presencia desataba algo violento dentro de mí, un sofoco que emergía desde lo más profundo de mi ser y que solo sería aplacado con el consumo de aquella mujer. Mía... Deseaba hacerla mía de todas las formas posibles, que su aroma quedara impregnado en mi cuerpo y que el mío quedara impregnado en el suyo. Dejarme llevar por mi lado más salvaje y animal; dejar que mis colmillos ansiosos marcaran cada zona de su piel, reclamando lo que quería que fuera mío. En cada encuentro no podía hacer más que venerar aquel cuerpo; no podía dejar de arrodillarme ante ella. Lo que me hizo rendirme al completo fue saber más, conocer quién estaba debajo de todas esas sensaciones primitivas, hizo que me volviera siervo de lo que ella representaba. Y lo que representaba, era todo para mí, como si todo lo anterior a ella se quedara en la nada. Ahora que es mía y yo soy suyo, me doy cuenta de que jamás podría curarme de su adicción. Era mi opio, mi droga recurrente y de la que no deseaba desintoxicarme. De hecho, al contrario, quería intoxicarme por cada poro de mi piel. Fundirme a su cuerpo hasta que no se supiera dónde empezaba el mío y dónde terminaba el de ella. A veces considero que peco de soberbio y posesivo si el tema a discutir se trata de Elizabeth, faltando enormemente a lo que es mi ética como mensajero de Inari. Pero simplemente no puedo. Estoy tan enfermizamente enamorado, que no hay unas directrices que nos guían para manejar la situación que nos rodea a ambos. Tendremos que ser nosotros mismos quienes vayamos descubriendo a dónde nos lleva esta desenfrenada pasión. [Liz_bloodFlame]
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  • ~ hace un año atrás ~

    -un reino donde solo habitaba demonios , gorbenado por el rey demonio Zeldris , su amada Gelda y su única hija Nyx esa día la princesa estaba muy mal humorada por su no tenía permiso de ir a liones -

    Solo quiero , ir a liones por qué no me dejaría acaso no puedo ir a ve a mi primo .

    - aún quejándose mientras los demás la miraban y tenía aquella mirada y aquel libro en su manos aún para su padre era peligroso el mundo de los humanos y aquí donde vivía era más seguro, cuando la princesa escucho una vos.-
    ~ hace un año atrás ~ -un reino donde solo habitaba demonios , gorbenado por el rey demonio Zeldris , su amada Gelda y su única hija Nyx esa día la princesa estaba muy mal humorada por su no tenía permiso de ir a liones - Solo quiero , ir a liones por qué no me dejaría acaso no puedo ir a ve a mi primo . - aún quejándose mientras los demás la miraban y tenía aquella mirada y aquel libro en su manos aún para su padre era peligroso el mundo de los humanos y aquí donde vivía era más seguro, cuando la princesa escucho una vos.-
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  • -Nadie escucha... nadie entiende... ¿Es este mi destino eterno...? Caminar entre sus sombras... y palabras... siempre incomprendido... Ellos ven con ojos ciegos... creyendo que basta mirar de frente... para entender el todo... Ah... qué ingenuos son...

    -La verdad no es un reflejo sencillo... es una red... un enredo en el cual cada hilo representa un ángulo distinto... una posibilidad de lo que puede ser... Pero... ¿quién entre ellos mira debajo...? ¿Quién contempla la raíz escondida de las cosas...? Solo yo... Yo... que deslizo mis escamas en cada rincón... que toco las verdades no dichas... los secretos silenciados... Pero ellos... ellos solo oyen el susurro como amenaza... como peligro...

    -Si tan solo vieran lo que yo veo... las formas que se transforman con cada suspiro... las mil maneras de existir en un instante... Hay caminos invisibles bajo sus pies... hilos en el aire que dictan su voluntad... sin que lo sepan... Y yo... condenado a ver lo que otros rechazan... a comprender aquello que prefieren ignorar...

    -Mientras ellos siguen... atrapados en una sola perspectiva... yo recorreré los laberintos de lo inexplorado... de lo incomprendido... Porque solo en las sombras... se ve lo que la luz no deja ver...
    -Nadie escucha... nadie entiende... ¿Es este mi destino eterno...? Caminar entre sus sombras... y palabras... siempre incomprendido... Ellos ven con ojos ciegos... creyendo que basta mirar de frente... para entender el todo... Ah... qué ingenuos son... -La verdad no es un reflejo sencillo... es una red... un enredo en el cual cada hilo representa un ángulo distinto... una posibilidad de lo que puede ser... Pero... ¿quién entre ellos mira debajo...? ¿Quién contempla la raíz escondida de las cosas...? Solo yo... Yo... que deslizo mis escamas en cada rincón... que toco las verdades no dichas... los secretos silenciados... Pero ellos... ellos solo oyen el susurro como amenaza... como peligro... -Si tan solo vieran lo que yo veo... las formas que se transforman con cada suspiro... las mil maneras de existir en un instante... Hay caminos invisibles bajo sus pies... hilos en el aire que dictan su voluntad... sin que lo sepan... Y yo... condenado a ver lo que otros rechazan... a comprender aquello que prefieren ignorar... -Mientras ellos siguen... atrapados en una sola perspectiva... yo recorreré los laberintos de lo inexplorado... de lo incomprendido... Porque solo en las sombras... se ve lo que la luz no deja ver...
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  • No más niñita tierna. Jaja!

    La habitación estaba llena de gente, pero la chica solo veía a él. Estaba rodeado de chicas sonrientes, riendo y tocándolo, y ella se sentía como si estuviera quemando por dentro.

    Se acercó a él con pasos lentos y deliberados, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Su rostro usualmente tierno y sonriente había dado paso a una expresión dura y dominante.

    "¿Qué pasa aquí?", preguntó ella, su voz baja y peligrosa.

    Él se dio la vuelta, sorprendido por su tono. "Nada, solo estoy pasando el rato", dijo él, sonriendo.

    Pero la chica no se dejó engañar. Podía ver la forma en que las otras chicas lo miraban, la forma en que él las tocaba y las hacía reír. Se sentía traicionada.

    "No te atreves a mentirme", dijo ella, su voz subiendo de tono. "Sé lo que estás haciendo"..

    La chica se acercó más, su rostro cerca del suyo. "Tú me perteneces", dijo ella, su voz baja y sensual. "No te permito que coquetees con otras".

    Él se sintió atrapado por su mirada, por su intensidad. Nunca había visto a la chica así antes, y se sentía atraído y asustado al mismo tiempo


    La chica lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. Luego, sin decir una palabra, lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación.

    La gente los miraba, sorprendida por la escena. Pero la chica no se importaba. Solo quería estar a solas con él, quería hacerle entender que él era suyo.

    Una vez fuera de la habitación.
    No más niñita tierna. Jaja! La habitación estaba llena de gente, pero la chica solo veía a él. Estaba rodeado de chicas sonrientes, riendo y tocándolo, y ella se sentía como si estuviera quemando por dentro. Se acercó a él con pasos lentos y deliberados, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Su rostro usualmente tierno y sonriente había dado paso a una expresión dura y dominante. "¿Qué pasa aquí?", preguntó ella, su voz baja y peligrosa. Él se dio la vuelta, sorprendido por su tono. "Nada, solo estoy pasando el rato", dijo él, sonriendo. Pero la chica no se dejó engañar. Podía ver la forma en que las otras chicas lo miraban, la forma en que él las tocaba y las hacía reír. Se sentía traicionada. "No te atreves a mentirme", dijo ella, su voz subiendo de tono. "Sé lo que estás haciendo".. La chica se acercó más, su rostro cerca del suyo. "Tú me perteneces", dijo ella, su voz baja y sensual. "No te permito que coquetees con otras". Él se sintió atrapado por su mirada, por su intensidad. Nunca había visto a la chica así antes, y se sentía atraído y asustado al mismo tiempo La chica lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. Luego, sin decir una palabra, lo tomó del brazo y lo sacó de la habitación. La gente los miraba, sorprendida por la escena. Pero la chica no se importaba. Solo quería estar a solas con él, quería hacerle entender que él era suyo. Una vez fuera de la habitación.
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    ¡Se busca Aslan Soykan para una historia apasionante con Devin Akin!

    ✧ Estoy en busca de quien dé vida a Aslan Soykan para crear un rol lleno de drama, romance y un toque oscuro con mi personaje, Devin Akin. Si disfrutas de los roles intensos, giros inesperados y un poco de toxicidad entre las líneas, ¡esta búsqueda es para ti!

    ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

    Requisitos para Aslan:

    Edad: Alrededor de los 30-35 años.

    Ocupación: preferiblemente con alguna conexión al mundo de la mafia o al crimen organizado. ¡Podemos discutir ideas si necesitas ayuda!

    Personalidad: Abierta, pero que tenga esa mezcla de carisma y peligro que hace imposible ignorarlo.
    Historia en común con Devin: Enemies to lovers, con mucha tensión. Devin es una mujer fuerte y racional, pero Aslan es quien la saca de su zona de confort, llevándola a explorar sus propios límites emocionales.

    Trama: A pactar en conjunto

    FC sugeridos: kıvanç tatlıtuğ
    ¡Se busca Aslan Soykan para una historia apasionante con Devin Akin! ✧ Estoy en busca de quien dé vida a Aslan Soykan para crear un rol lleno de drama, romance y un toque oscuro con mi personaje, Devin Akin. Si disfrutas de los roles intensos, giros inesperados y un poco de toxicidad entre las líneas, ¡esta búsqueda es para ti! ▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬ Requisitos para Aslan: Edad: Alrededor de los 30-35 años. Ocupación: preferiblemente con alguna conexión al mundo de la mafia o al crimen organizado. ¡Podemos discutir ideas si necesitas ayuda! Personalidad: Abierta, pero que tenga esa mezcla de carisma y peligro que hace imposible ignorarlo. Historia en común con Devin: Enemies to lovers, con mucha tensión. Devin es una mujer fuerte y racional, pero Aslan es quien la saca de su zona de confort, llevándola a explorar sus propios límites emocionales. Trama: A pactar en conjunto FC sugeridos: kıvanç tatlıtuğ
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  • En un recorrrido nocturno por la noche, el cual estaba haciendo en esta época de fiesta, estaba visualizando como los humanos festejan con alegría esta celebración llamada Halloween, veo las formas en las que se disfrazan y comparten todos juntos con cara de confusión, ya que había oído hablar que los humanos en esencia suelen dar mucho terror, ya habiéndome visto varias historias de casos que los policías comunican en sus informes, ya que mientras que yo me encontraba dando un paseo por la calle, en donde había encontrado esa tienda de productos de belleza un policía me dio una advertencia de que tuviera cuidado, ya que se estaban robando a los niños menores de edad, al oír esta noticia estaba dudando un poco si salir de mi casa, pero entendí que es mejor no alejarse mucho de las personas cuando sea de noche en esta temporada de festejo, así que decidí recorrer un poco las calles mas trascurridas, ya que posiblemente no llegaría a haber peligro en el camino, veía como niños, ya sea en compañía de sus familiares o amigos mayores de confianza, desde mi punto de vista pedían dulces, dulces de todos los colores y sabores, entonces me animé a unirme en la búsqueda de pedir dulces, había una frase que decían la cual era dulce o truco, entonces inicié tocando la primera puerta para pedir dulces, pero me había dado cuenta que no estaba bien arreglada para la ocasión, ya que todos los niños estaban disfrazados de criaturas fantásticas y personas del pasado que hace mucho tiempo había conocido, entonces antes de iniciar a recolectar los dulces decidí escoger mi disfraz, el cual era el de un Hada con hermosas alas de color arco iris, también quise añadirle unas calabazas y un dulce en forma de bastón a mi atuendo, el cual era de color morado, luego que ya termine de prepararme ya estaba lista para recorrer el mundo de los humanos, en noche dulces le pregunté a mi sobrino Venom Chibi y NOOV ᵉˡ ᶜʰᶤᶜᵒ ʳᵒᵇᵒᵗ si me querían acompañar a pedir dulces, ya que si nos apresurábamos podríamos tener la mayor cantidad de dulces que podamos comer para todo el próximo año, esta sería una experiencia muy dulce para nosotros.
    En un recorrrido nocturno por la noche, el cual estaba haciendo en esta época de fiesta, estaba visualizando como los humanos festejan con alegría esta celebración llamada Halloween, veo las formas en las que se disfrazan y comparten todos juntos con cara de confusión, ya que había oído hablar que los humanos en esencia suelen dar mucho terror, ya habiéndome visto varias historias de casos que los policías comunican en sus informes, ya que mientras que yo me encontraba dando un paseo por la calle, en donde había encontrado esa tienda de productos de belleza un policía me dio una advertencia de que tuviera cuidado, ya que se estaban robando a los niños menores de edad, al oír esta noticia estaba dudando un poco si salir de mi casa, pero entendí que es mejor no alejarse mucho de las personas cuando sea de noche en esta temporada de festejo, así que decidí recorrer un poco las calles mas trascurridas, ya que posiblemente no llegaría a haber peligro en el camino, veía como niños, ya sea en compañía de sus familiares o amigos mayores de confianza, desde mi punto de vista pedían dulces, dulces de todos los colores y sabores, entonces me animé a unirme en la búsqueda de pedir dulces, había una frase que decían la cual era dulce o truco, entonces inicié tocando la primera puerta para pedir dulces, pero me había dado cuenta que no estaba bien arreglada para la ocasión, ya que todos los niños estaban disfrazados de criaturas fantásticas y personas del pasado que hace mucho tiempo había conocido, entonces antes de iniciar a recolectar los dulces decidí escoger mi disfraz, el cual era el de un Hada con hermosas alas de color arco iris, también quise añadirle unas calabazas y un dulce en forma de bastón a mi atuendo, el cual era de color morado, luego que ya termine de prepararme ya estaba lista para recorrer el mundo de los humanos, en noche dulces le pregunté a mi sobrino [ChibiVenom] y [n.o.o.v] si me querían acompañar a pedir dulces, ya que si nos apresurábamos podríamos tener la mayor cantidad de dulces que podamos comer para todo el próximo año, esta sería una experiencia muy dulce para nosotros.
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  • —El federal ha decidido pasarse al otro bando y ha escogido disfrazarse del peligroso gangster, John Dillinger. Por si acaso, el arma es de mentira—


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —El federal ha decidido pasarse al otro bando y ha escogido disfrazarse del peligroso gangster, John Dillinger. Por si acaso, el arma es de mentira— #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Se movió primero la lujuria.... Porque siempre se mueve la lujuria antes de la castidad ?

    Ahh.. como sea, mis queridos soldados casi hermanos. Es hora de despertar y luchar para detener a aquellos peligros que amenazan con destruir el mundo

    -observa a sus guardias, soldados(? Alucard Fahrenheit Tepes Bùxiǎng Yào De Tàiyáng De Dì èr Gè Háizi Lute Alastor DëmøńLord Sesshomaru -

    Hoy será una lucha sin igual e injusta, la lujuria tiene mas genre s su poder y por desgracia desconozco el paradero de los seres llamados Alduin y lucifer así que somos lo que somos.... Eso sí traigan Adám First Man así sea jalado de las orejas antes de que la lujuria lo corrompaa y alastor .,.. no dejes que Sebastián toque tu gema !!

    Que inicie la guerra del bien y el mal
    Se movió primero la lujuria.... Porque siempre se mueve la lujuria antes de la castidad ? Ahh.. como sea, mis queridos soldados casi hermanos. Es hora de despertar y luchar para detener a aquellos peligros que amenazan con destruir el mundo -observa a sus guardias, soldados(? [mirage_topaz_bear_490] [Undertarker] [Lute1] [Dem0n][Sesshomaru1234] - Hoy será una lucha sin igual e injusta, la lujuria tiene mas genre s su poder y por desgracia desconozco el paradero de los seres llamados Alduin y lucifer así que somos lo que somos.... Eso sí traigan [Adam1] así sea jalado de las orejas antes de que la lujuria lo corrompaa y alastor .,.. no dejes que Sebastián toque tu gema !! Que inicie la guerra del bien y el mal
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  • — Es horrible pensar que por nuestra culpa ya no estas... cuando nacimos tu vida empezó a correr peligro, Ai. Si tan solo... ¡Ej!... Es verdad que antes de reencarnar en este cuerpo era un adulto. Tenía que proetegerte y a cambio termine dejándote sola...

    — Poco a poco se me está olvidando quiene era antes. Está nueva vida está reemplazando recuerdos, sentimientos, etc... Mis gustos están siendo adecuados para mí edad. Antes sería pedofilia para mí. Prefiero está nueva vida, aunque no pudimos ser felices... Ai... No... "Mama"
    — Es horrible pensar que por nuestra culpa ya no estas... cuando nacimos tu vida empezó a correr peligro, Ai. Si tan solo... ¡Ej!... Es verdad que antes de reencarnar en este cuerpo era un adulto. Tenía que proetegerte y a cambio termine dejándote sola... — Poco a poco se me está olvidando quiene era antes. Está nueva vida está reemplazando recuerdos, sentimientos, etc... Mis gustos están siendo adecuados para mí edad. Antes sería pedofilia para mí. Prefiero está nueva vida, aunque no pudimos ser felices... Ai... No... "Mama"
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