• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Y última... las otras ya son demasiado reveladoras...
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  • Madre... abrir tu armario no fue encontrar tranquilidad. Fue encontrar armadura. Tu olor a perfume caro y decisión aún está pegado a la tela.

    Te robé la chaqueta. Esta. La que te ponías para las batallas importantes. La que es tan suave por dentro y tan dura por fuera, como tú.

    Hoy necesitaba sentirme fuerte. Femenina. Imparable. Sentirme una verdadera Queen. Porque la tranquilidad es para los que pueden permitírsela. Nosotras tenemos guerras que ganar.

    Y aunque se me rompa el alma por dentro, hoy me visto con tu hierro y con tu seda. Y sonrío, no porque sea fácil, sino porque es mi deber. Porque es lo que harías tú.

    Hasta encontrarte, guerrera. No voy a fallarte.

    "Jennifer Queen Ishtar"
    Madre... abrir tu armario no fue encontrar tranquilidad. Fue encontrar armadura. Tu olor a perfume caro y decisión aún está pegado a la tela. Te robé la chaqueta. Esta. La que te ponías para las batallas importantes. La que es tan suave por dentro y tan dura por fuera, como tú. Hoy necesitaba sentirme fuerte. Femenina. Imparable. Sentirme una verdadera Queen. Porque la tranquilidad es para los que pueden permitírsela. Nosotras tenemos guerras que ganar. Y aunque se me rompa el alma por dentro, hoy me visto con tu hierro y con tu seda. Y sonrío, no porque sea fácil, sino porque es mi deber. Porque es lo que harías tú. Hasta encontrarte, guerrera. No voy a fallarte. "Jennifer Queen Ishtar"💗
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  • 𝑁𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐ℎ𝑎𝑟 𝑡𝑢 𝑣𝑜𝑧. 𝑁𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑡𝑒
    Fandom Harry Potter
    Categoría Acción
    𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝓙𝑒𝑠𝑠 𝓦𝑖𝑙𝑙𝑜𝑤𝑠

    Hubiera querido llorar. Hubiera querido poder gritar, hacerla entender, rogarle, abrazarla, ponerse de rodillas y suplicarle, hubiera bebido litros y litros de veritaserum, hubiera hecho lo que fuera para no perderla.
    Haber matado a un hombre, haber destrozado el Ministerio de Gran Bretaña, haber sido traicionado por Barnabas, perder su trabajo, ser encarcelado, la suerte que quisiera depararle el Wizengamot… Todo aquello le daba igual, nada era tan importante para él como Jessica, estaba dispuesto a perderlo todo, sabía lo que arriesgaba entrando en el plan de aquel hombre, pero no podia soportar esa mirada que pretendía ser fría, pero que había aprendido a leer tan bien durante aquel tiempo que podia ver todo el dolor, la traición, y el daño que él mismo le había causado a través de su muro helado.

    Jessica no le había convertido en un hombre nuevo. No. Ella había sido la primera y la única que había sabido ver quien era realmente él, le había enseñado un mundo, su mundo, uno feliz junto a ella y como vivirlo. Había reído a carcajadas, había derribado barreras internas, había crecido personal y profesionalmente.
    Y ahora sin ella a su lado había caído en un pozo, en un vacío del que no podia salir.

    Aún podia rememorar con escalofriante detalle las palabras de Jessica aquel terrible día en que ella había descubierto todo, "[...] 𝑁𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐ℎ𝑎𝑟 𝑡𝑢 𝑣𝑜𝑧. 𝑁𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑡𝑒 [...] 𝑌𝑜 𝑦𝑎 𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑖."
    Todo lo que había ocurrido después de aquello estaba borroso en su mente, era un barullo de voces, y presencias mientras él era desarmado y maniatado por Jessica.
    Le habían trasladado a las celdas de MACUSA desde donde esperaba el juicio que decidiría su suerte. Desde allí recordaba, rememoraba. Casi siempre se decantaba por los últimos momentos, por aquellos que le habían llevado allí, porque entrarse en aquellos momentos de su relación en los que habían sido felices, dolía mucho más.

    Había preguntado por ella, esperaba poder verla, aún, aunque fuera una necedad, esperaba que pasadas aquellas semanas Jessica hubiera recapacitado, hubiera visto algo de verdad en sus palabras, en su mirada. Pero jamás nadie le dio una respuesta, y ella jamás había bajado a aquellas lúgubres celdas a visitarlo.

    Los días, largos en aquella pequeña celda, se convierten en semanas, y las semanas en meses.
    Casi cuando está a punto de cumplirse su segundo mes allí, la cita con el tribunal mágico es celebrada.
    Sabía que aquella vez sí, volvería a ver a Jessica, y esa expectativa junto con la esperanza de que aquello acabara de una vez por todas, era su mayor motivación en esos momentos.
    El elegante Marcus Byrne hace su aparición en la sala del tribunal con un aspecto mucho más desmejorado, sus rizos despeinados, una suave sombra de barba en su rostro, con una apariencia más delgada, los hombros hundidos por el desánimo, y unos ojos tristes que habían perdido su brillo y que solo buscaban los de la auror que había sido llamada como testigo.

    Las declaraciones de todos los testigos son dilapidarías. Sabía que no tenía mucho que hacer, o más bien dicho nada. No era esperanza en una sentencia favorable lo que vibraba en su pecho, era el miedo que da el saber que tu futuro está en manos de otras personas, que ya no eres dueño de tu vida.

    La sentencia había sido dura y clara, pero su abogado, las vidas salvadas de aquellos niños y su colaboración sobre Barnabas le habían librado de un destino mucho más aciago que el que se le había impuesto.
    Sabía que no iba a recuperar su placa de auror, aquella que le habían arrebatado antes de encerrarlo, sabía que su nombre iría marcado para siempre con aquella terrible mancha. Que no podría dedicarse a lo que había nacido para ser, sabía que aunque no le habían impuesto esa condena, el Marcus Byrne que había sido hasta ese momento había muerto.
    Sabía todo aquello, sabía que ahora debería aprender a vivir como otra persona diferente, que había sido repudiado, expulsado, deshonrado y desterrado. Sabía todo aquello, pero…

    Esa era su última oportunidad, la última vez que podría intentarlo. No la buscaría, no iría tras ella, no la iba a molestar más, no llenaría su vida de dolor, la dejaría ir, desaparecería del mundo, pero tenía que intentarlo, una sola vez más.
    Así por primera vez después de su largo testimonio, cuando ella pasa por su lado, sus labios se despegan, y con voz algo temblorosa, pronuncia su nombre, pero es como un susurro en el viento frente a un paisaje desierto. Se pierde ascendiendo hacia los altos tejados de la sala mientras él sin obtener respuesta ve desaparecer a Jessica por la puerta.

    UN AÑO DESPUES

    Valdora está anclado en las montañas laurentinas de Quebec, aislado del mundo, rodeado de pinos y niebla perpetua.
    Las leyendas cuentan que el pueblo mágico de Valdora, fue fundado en 1674 por magos franco-canadienses que huyendo de la persecución en Europa, siguieron las increíbles luces de la aurora hasta el punto donde estas se encontraban con el suelo, en un bosque de pinos bendecido y protegido por espíritus guardianes de la naturaleza.
    Como rezan los cuentos, aquel pueblo es el lugar donde los terrenal y lo sobrenatural conviven en armonía.

    En aquel emplazamiento idílico y aislado era donde Marcus Byrne había intentado reconstruir su vida.
    Había llegado allí buscando dejar atrás su pasado, tanto física como mentalmente. La primera parte del plan era sencilla, el problema radicaba en la segunda.
    Se había presentado como Connor, dejando atrás su nombre de pila, y nadie conocía su apellido. Tenía una modesta casita y trabajaba en la única taberna del pueblo.

    Ya no era el auror elegante y orgulloso que había sido. Ahora era un camarero, al que nadie había visto sonreír, era un hombre serio y reservado, pero también un vecino tranquilo y amable con todo el mundo, que jamás había provocado o estado involucrado en un solo problema.
    En tan solo un año había conseguido formar parte de la vida y comunidad de aquel pequeño pueblo, sin llegar a exponerse demasiado pero ganándose la confianza de sus parroquianos.

    Marcus… Connor, a pesar de no ser su vocación, era un buen dueño de la barra, conocía a su público, sus horas, gustos y rutinas, aplaudía sus chistes, preguntaba por la familia y el trabajo, y esperaba con interés la respuesta. Él controlaba todo cuanto ocurría entre aquellas paredes, de esa forma cualquier cosa inusual era fácilmente reconocible para él.

    Pero si había algo que jamás hubiera esperado, no allí, no en los confines del mundo, no con él limpiando una jarra de hidromiel de espaldas a la puerta, no fuera de sus sueños, era el volver a escuchar aquella voz, que ella se dirigiera a él de forma directa, que ni si quiera le reconociera, y por supuesto no se esperaba el tener el valor como para girarse y enfrentarla, como para volver a mirarla a los ojos cuando hace un año era todo lo que le había pedido al universo, pero ya no era el mismo hombre que hacía un año.

    — En este pueblo no ocurre nada tan interesante como para llamar la atención de un auror, señorita.


    [𝑓𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟: Hope Mikaelson ]
    𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎 [FIGHTERAUR0R] Hubiera querido llorar. Hubiera querido poder gritar, hacerla entender, rogarle, abrazarla, ponerse de rodillas y suplicarle, hubiera bebido litros y litros de veritaserum, hubiera hecho lo que fuera para no perderla. Haber matado a un hombre, haber destrozado el Ministerio de Gran Bretaña, haber sido traicionado por Barnabas, perder su trabajo, ser encarcelado, la suerte que quisiera depararle el Wizengamot… Todo aquello le daba igual, nada era tan importante para él como Jessica, estaba dispuesto a perderlo todo, sabía lo que arriesgaba entrando en el plan de aquel hombre, pero no podia soportar esa mirada que pretendía ser fría, pero que había aprendido a leer tan bien durante aquel tiempo que podia ver todo el dolor, la traición, y el daño que él mismo le había causado a través de su muro helado. Jessica no le había convertido en un hombre nuevo. No. Ella había sido la primera y la única que había sabido ver quien era realmente él, le había enseñado un mundo, su mundo, uno feliz junto a ella y como vivirlo. Había reído a carcajadas, había derribado barreras internas, había crecido personal y profesionalmente. Y ahora sin ella a su lado había caído en un pozo, en un vacío del que no podia salir. Aún podia rememorar con escalofriante detalle las palabras de Jessica aquel terrible día en que ella había descubierto todo, "[...] 𝑁𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑎 𝑒𝑠𝑐𝑢𝑐ℎ𝑎𝑟 𝑡𝑢 𝑣𝑜𝑧. 𝑁𝑜 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑟𝑜 𝑣𝑜𝑙𝑣𝑒𝑟 𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑡𝑒 [...] 𝑌𝑜 𝑦𝑎 𝑛𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑛𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑡𝑖." Todo lo que había ocurrido después de aquello estaba borroso en su mente, era un barullo de voces, y presencias mientras él era desarmado y maniatado por Jessica. Le habían trasladado a las celdas de MACUSA desde donde esperaba el juicio que decidiría su suerte. Desde allí recordaba, rememoraba. Casi siempre se decantaba por los últimos momentos, por aquellos que le habían llevado allí, porque entrarse en aquellos momentos de su relación en los que habían sido felices, dolía mucho más. Había preguntado por ella, esperaba poder verla, aún, aunque fuera una necedad, esperaba que pasadas aquellas semanas Jessica hubiera recapacitado, hubiera visto algo de verdad en sus palabras, en su mirada. Pero jamás nadie le dio una respuesta, y ella jamás había bajado a aquellas lúgubres celdas a visitarlo. Los días, largos en aquella pequeña celda, se convierten en semanas, y las semanas en meses. Casi cuando está a punto de cumplirse su segundo mes allí, la cita con el tribunal mágico es celebrada. Sabía que aquella vez sí, volvería a ver a Jessica, y esa expectativa junto con la esperanza de que aquello acabara de una vez por todas, era su mayor motivación en esos momentos. El elegante Marcus Byrne hace su aparición en la sala del tribunal con un aspecto mucho más desmejorado, sus rizos despeinados, una suave sombra de barba en su rostro, con una apariencia más delgada, los hombros hundidos por el desánimo, y unos ojos tristes que habían perdido su brillo y que solo buscaban los de la auror que había sido llamada como testigo. Las declaraciones de todos los testigos son dilapidarías. Sabía que no tenía mucho que hacer, o más bien dicho nada. No era esperanza en una sentencia favorable lo que vibraba en su pecho, era el miedo que da el saber que tu futuro está en manos de otras personas, que ya no eres dueño de tu vida. La sentencia había sido dura y clara, pero su abogado, las vidas salvadas de aquellos niños y su colaboración sobre Barnabas le habían librado de un destino mucho más aciago que el que se le había impuesto. Sabía que no iba a recuperar su placa de auror, aquella que le habían arrebatado antes de encerrarlo, sabía que su nombre iría marcado para siempre con aquella terrible mancha. Que no podría dedicarse a lo que había nacido para ser, sabía que aunque no le habían impuesto esa condena, el Marcus Byrne que había sido hasta ese momento había muerto. Sabía todo aquello, sabía que ahora debería aprender a vivir como otra persona diferente, que había sido repudiado, expulsado, deshonrado y desterrado. Sabía todo aquello, pero… Esa era su última oportunidad, la última vez que podría intentarlo. No la buscaría, no iría tras ella, no la iba a molestar más, no llenaría su vida de dolor, la dejaría ir, desaparecería del mundo, pero tenía que intentarlo, una sola vez más. Así por primera vez después de su largo testimonio, cuando ella pasa por su lado, sus labios se despegan, y con voz algo temblorosa, pronuncia su nombre, pero es como un susurro en el viento frente a un paisaje desierto. Se pierde ascendiendo hacia los altos tejados de la sala mientras él sin obtener respuesta ve desaparecer a Jessica por la puerta. UN AÑO DESPUES Valdora está anclado en las montañas laurentinas de Quebec, aislado del mundo, rodeado de pinos y niebla perpetua. Las leyendas cuentan que el pueblo mágico de Valdora, fue fundado en 1674 por magos franco-canadienses que huyendo de la persecución en Europa, siguieron las increíbles luces de la aurora hasta el punto donde estas se encontraban con el suelo, en un bosque de pinos bendecido y protegido por espíritus guardianes de la naturaleza. Como rezan los cuentos, aquel pueblo es el lugar donde los terrenal y lo sobrenatural conviven en armonía. En aquel emplazamiento idílico y aislado era donde Marcus Byrne había intentado reconstruir su vida. Había llegado allí buscando dejar atrás su pasado, tanto física como mentalmente. La primera parte del plan era sencilla, el problema radicaba en la segunda. Se había presentado como Connor, dejando atrás su nombre de pila, y nadie conocía su apellido. Tenía una modesta casita y trabajaba en la única taberna del pueblo. Ya no era el auror elegante y orgulloso que había sido. Ahora era un camarero, al que nadie había visto sonreír, era un hombre serio y reservado, pero también un vecino tranquilo y amable con todo el mundo, que jamás había provocado o estado involucrado en un solo problema. En tan solo un año había conseguido formar parte de la vida y comunidad de aquel pequeño pueblo, sin llegar a exponerse demasiado pero ganándose la confianza de sus parroquianos. Marcus… Connor, a pesar de no ser su vocación, era un buen dueño de la barra, conocía a su público, sus horas, gustos y rutinas, aplaudía sus chistes, preguntaba por la familia y el trabajo, y esperaba con interés la respuesta. Él controlaba todo cuanto ocurría entre aquellas paredes, de esa forma cualquier cosa inusual era fácilmente reconocible para él. Pero si había algo que jamás hubiera esperado, no allí, no en los confines del mundo, no con él limpiando una jarra de hidromiel de espaldas a la puerta, no fuera de sus sueños, era el volver a escuchar aquella voz, que ella se dirigiera a él de forma directa, que ni si quiera le reconociera, y por supuesto no se esperaba el tener el valor como para girarse y enfrentarla, como para volver a mirarla a los ojos cuando hace un año era todo lo que le había pedido al universo, pero ya no era el mismo hombre que hacía un año. — En este pueblo no ocurre nada tan interesante como para llamar la atención de un auror, señorita. [𝑓𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟: [thetribrid] ]
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  • Mi deber es cuidar de ensueño , el mundo de los sueños donde mortales y dioses otras razas , tienen sus maravillos sueños y esperanza , como la princesa que soy .
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  • El sol estaba a punto de caer en el horizonte cuando Yoko se acomodó en la arena, apoyando los brazos hacia atrás y estirando las piernas con una confianza descarada. Su diminuto bikini no dejaba mucho a la imaginación, y parecía disfrutar de cada mirada que despertaba.

    Nia, a su lado, la observaba con esa mezcla de admiración y picardía que solo ella podía mostrar. Al notar que alguien se acercaba, ladeó la cabeza y sonrió suavemente, como si compartiera un secreto.

    —¿Ves? —susurró a Yoko—. No solo yo me quedo embobada contigo.

    Yoko rio bajo, girándose con intención hacia el recién llegado. El movimiento acentuó sus curvas de manera inevitable, algo que parecía hacerlo aún más consciente de la situación.
    —No me sorprende —dijo con voz traviesa, clavando sus ojos en el tercero—. ¿Quieres quedarte a mirar… o a acompañarnos?

    Nia, ruborizada pero sin apartarse de ella, apoyó su mano sobre la de Yoko y añadió con un tono dulce, pero sugerente:
    —Sería más divertido si no fuéramos solo nosotras dos.

    La brisa marina pasó ligera, arrastrando el silencio expectante que siguió. La complicidad entre ambas era clara: provocaban a propósito, dejando que la tensión hiciera el resto.
    El sol estaba a punto de caer en el horizonte cuando Yoko se acomodó en la arena, apoyando los brazos hacia atrás y estirando las piernas con una confianza descarada. Su diminuto bikini no dejaba mucho a la imaginación, y parecía disfrutar de cada mirada que despertaba. Nia, a su lado, la observaba con esa mezcla de admiración y picardía que solo ella podía mostrar. Al notar que alguien se acercaba, ladeó la cabeza y sonrió suavemente, como si compartiera un secreto. —¿Ves? —susurró a Yoko—. No solo yo me quedo embobada contigo. Yoko rio bajo, girándose con intención hacia el recién llegado. El movimiento acentuó sus curvas de manera inevitable, algo que parecía hacerlo aún más consciente de la situación. —No me sorprende —dijo con voz traviesa, clavando sus ojos en el tercero—. ¿Quieres quedarte a mirar… o a acompañarnos? Nia, ruborizada pero sin apartarse de ella, apoyó su mano sobre la de Yoko y añadió con un tono dulce, pero sugerente: —Sería más divertido si no fuéramos solo nosotras dos. La brisa marina pasó ligera, arrastrando el silencio expectante que siguió. La complicidad entre ambas era clara: provocaban a propósito, dejando que la tensión hiciera el resto.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ¿Cómo evitan perder el interés en algo o cuáles son los consejos para recuperarlo?
    Escribir es difícil cuando se pasa la emoción del momento, pero también es fácil perder el interés en muchas otras cosas. Cuéntenme sus estrategias, podrían ser útiles.
    ¿Cómo evitan perder el interés en algo o cuáles son los consejos para recuperarlo? Escribir es difícil cuando se pasa la emoción del momento, pero también es fácil perder el interés en muchas otras cosas. Cuéntenme sus estrategias, podrían ser útiles.
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  • -las manos del castigo, es uno de mis ataques principales- solto unas risitas mientras se paraba sobre la niebla, lamnos ocupadas destrozando los cuerpos de un grupo de hombres a lo lejos -que? quisieron sellar a una de mis hermanas, por desgracia a diferencia de las otras yo dependo de crear un dominio si deseo usar mi magia completa, solo puedo usar pociones fuera de este, al estar hecha de humo y niebla todos ms ataques dependen de esta, ni peor debilidad? dias de viento- solto unas risitas mientras observaba aquella masacre a lo lejos
    -las manos del castigo, es uno de mis ataques principales- solto unas risitas mientras se paraba sobre la niebla, lamnos ocupadas destrozando los cuerpos de un grupo de hombres a lo lejos -que? quisieron sellar a una de mis hermanas, por desgracia a diferencia de las otras yo dependo de crear un dominio si deseo usar mi magia completa, solo puedo usar pociones fuera de este, al estar hecha de humo y niebla todos ms ataques dependen de esta, ni peor debilidad? dias de viento- solto unas risitas mientras observaba aquella masacre a lo lejos
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    •| A ver cómo se hacen las cosas por aquí. :3
    Ptm, hace mil años que no roleo con otras personas salvo los 2 contactos que tengo de hace esos mil años.(?)
    Que alguien traiga a alguien.
    •| A ver cómo se hacen las cosas por aquí. :3 Ptm, hace mil años que no roleo con otras personas salvo los 2 contactos que tengo de hace esos mil años.(?) Que alguien traiga a alguien.
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  • —Estos pecadores nunca entienden... Ah, mi pequeña manzanita, lamento que no todos puedan ser redimidos, de ellos tendré que encargarme si o si~

    Aunque apoyaba a su pequeña princesa en el hotel y sus planes, no podía descuidar su tarea como rey de ese infierno.
    No dudaba, había almas que podían ser salvadas pero, también, otras que no merecían clemencia alguna, de las que se encargaría de torturar a su retorcido placer.

    —Veamos quienes serán hoy... Asesinos a sangre fría, abusadores, corruptos...
    Oh, este me encanta, violadores~

    Tachó en su lista, haciéndola desaparecer de sus manos para dirigirse directo a la lujuria, pero no a su ciudad si no al pozo séptico donde residían los más enfermos y perversos, los cuales sin duda merecían sufrir.
    —Estos pecadores nunca entienden... Ah, mi pequeña manzanita, lamento que no todos puedan ser redimidos, de ellos tendré que encargarme si o si~ Aunque apoyaba a su pequeña princesa en el hotel y sus planes, no podía descuidar su tarea como rey de ese infierno. No dudaba, había almas que podían ser salvadas pero, también, otras que no merecían clemencia alguna, de las que se encargaría de torturar a su retorcido placer. —Veamos quienes serán hoy... Asesinos a sangre fría, abusadores, corruptos... Oh, este me encanta, violadores~ Tachó en su lista, haciéndola desaparecer de sus manos para dirigirse directo a la lujuria, pero no a su ciudad si no al pozo séptico donde residían los más enfermos y perversos, los cuales sin duda merecían sufrir.
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  • -Un día más, se despertó en su habitación del exprés Astral, sentada en en su cama, se levanta y se acercó a la ventana mirando el exterior, viendo el espacio, cerro los ojos tras un largo suspiro.

    Caminado rumbo a un pequeño escritorio, sacó una hoja y comenzó a escribir una carta.. En la misma escribió cosas que ya no puede decir, sentimientos ocultos, deseos que no se pueden realizar...

    Cuando termino, la metió a un sobre, cerrando el mismo, en ese momento entra 7 de marzo en su habitación. -

    Marzo: ¿otra carta? ¿Porque escribes cartas que nunca mandas?-. Pregunto la pelirrosa con mucha curiosidad. -

    -Robin la miró y solo mostró una sonrisa algo nostalgica -.

    Supongo que es como un desahogo de palabras y gesto que ya no puedo mostrar.

    -Responde tomando la carta para guardarla en una caja donde ya tenía otras más escritas. -

    Si... Palabras que se quedaron sin decir.

    -Susurra para ella misma mientras sus manos tiemblan y guarda la caja con todas esas cartas, las cuales solo son testigos mudos de sentimientos ahora ocultos, los cuales ahora no puede decir y aunque lo intentará, nada pasaría, cerro la caja y la volvió a guardar. -

    https://youtu.be/XfL7-l9HQcI?si=huvfTv0rwVjrrH6N
    -Un día más, se despertó en su habitación del exprés Astral, sentada en en su cama, se levanta y se acercó a la ventana mirando el exterior, viendo el espacio, cerro los ojos tras un largo suspiro. Caminado rumbo a un pequeño escritorio, sacó una hoja y comenzó a escribir una carta.. En la misma escribió cosas que ya no puede decir, sentimientos ocultos, deseos que no se pueden realizar... Cuando termino, la metió a un sobre, cerrando el mismo, en ese momento entra 7 de marzo en su habitación. - Marzo: ¿otra carta? ¿Porque escribes cartas que nunca mandas?-. Pregunto la pelirrosa con mucha curiosidad. - -Robin la miró y solo mostró una sonrisa algo nostalgica -. Supongo que es como un desahogo de palabras y gesto que ya no puedo mostrar. -Responde tomando la carta para guardarla en una caja donde ya tenía otras más escritas. - Si... Palabras que se quedaron sin decir. -Susurra para ella misma mientras sus manos tiemblan y guarda la caja con todas esas cartas, las cuales solo son testigos mudos de sentimientos ahora ocultos, los cuales ahora no puede decir y aunque lo intentará, nada pasaría, cerro la caja y la volvió a guardar. - https://youtu.be/XfL7-l9HQcI?si=huvfTv0rwVjrrH6N
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