The Outskirts of New York. 1685
Starter para
Agnes Hawthorne
─── Tranquilo... Tranquilo...
En voz baja hacía por calmar al animal acariciando su cuello y hocico, era como si se negase a pasar si quiera cerca de aquella senda. Siendo honestos no tenía el mejor aspecto y tampoco el tiempo acompañaba a adentrarse; la humedad y el leve sonido de los truenos amenazaban su libertad, teniendo que verse obligada a dar la vuelta o acabaría empapada.
Los truenos les alcanzaron y la lluvia caer tan violentamente hacía que el bosque pareciera un laberinto. Ni el animal ni ella sabían qué camino tomar, si ya lo habían recorrido...
De pronto, se vio agarrando la crin de su caballo cuando este se puso a dos patas completamente asustado por la cercanía de aquellos truenos, el estruendo y el fogonazo sacaron el instinto del animal que, lejos de cuidar por su jinete, hizo que cayera antes de salir a la carrera. Por suerte no cayó mal y el barro amortiguó algo su caída.
─── ¡No!
Resopló tendida en el suelo antes de levantarse; su vestido ahora pesaba más que antes y se hacía más complicado de controlar. Hasta su cabello, que estaba oculto por la capucha, tenía trazas del mismo.
No supo cuánto caminó, sus botas se hundían en el fango y le pesaba el cuerpo, pero la persistencia era mayor, tenía que salir de allí. Y lo hizo, hasta salir a una zona donde una casa se de ladrillo se alzaba no muy lejos. Decidió acercarse en busca de refugio temporal a la espera de ser recibida.
The Outskirts of New York. 1685
Starter para [W1TCHESROAD]
─── Tranquilo... Tranquilo...
En voz baja hacía por calmar al animal acariciando su cuello y hocico, era como si se negase a pasar si quiera cerca de aquella senda. Siendo honestos no tenía el mejor aspecto y tampoco el tiempo acompañaba a adentrarse; la humedad y el leve sonido de los truenos amenazaban su libertad, teniendo que verse obligada a dar la vuelta o acabaría empapada.
Los truenos les alcanzaron y la lluvia caer tan violentamente hacía que el bosque pareciera un laberinto. Ni el animal ni ella sabían qué camino tomar, si ya lo habían recorrido...
De pronto, se vio agarrando la crin de su caballo cuando este se puso a dos patas completamente asustado por la cercanía de aquellos truenos, el estruendo y el fogonazo sacaron el instinto del animal que, lejos de cuidar por su jinete, hizo que cayera antes de salir a la carrera. Por suerte no cayó mal y el barro amortiguó algo su caída.
─── ¡No!
Resopló tendida en el suelo antes de levantarse; su vestido ahora pesaba más que antes y se hacía más complicado de controlar. Hasta su cabello, que estaba oculto por la capucha, tenía trazas del mismo.
No supo cuánto caminó, sus botas se hundían en el fango y le pesaba el cuerpo, pero la persistencia era mayor, tenía que salir de allí. Y lo hizo, hasta salir a una zona donde una casa se de ladrillo se alzaba no muy lejos. Decidió acercarse en busca de refugio temporal a la espera de ser recibida.