• ᴛᴏᴍɪᴇ ᴋᴀᴡᴀᴋᴀᴍɪ
    Misa Amane
    Emma Mayers

    +Eran las 11 cm de la noche, en un bar de categoria en el centro de la ciudad, habia escuchado que el sitio era uno de lo mas frecuentados. Y naturalmente decidio que era buena idea ir, estaba segura que podria encontrar mas de una historia interesante en aquel lugar. Pero no iba sola habia invitado a alguien que conocio a hace poco pero ya consideraba una amiga a ir con ella. Por lo que al abrir las puertas del lugar, ingresaba sujetando del brazo a una joven de rubia cabellera+

    +Apenas ingresaban verian las luces de Neon rojo que iluminan la barra+ Vamos a pedir algo de tomar. Seguro que esta noche encontramos algo interesante. Escuche que este lugar es popular. Y si quieres encontrar historias uno de los mejores sitios a visitar es donde la gente se reune a beber. Asi que estamos en el sitio correcto . Al momento de llegar a la barra mostraria una gran sonrisa+ 2 copas de vino porfavor +Dijo al Bartender quedando en espera de recibir su pedido+
    [phantom_cyan_spider_636] [lunar_garnet_rhino_909] [flare_navy_horse_241] +Eran las 11 cm de la noche, en un bar de categoria en el centro de la ciudad, habia escuchado que el sitio era uno de lo mas frecuentados. Y naturalmente decidio que era buena idea ir, estaba segura que podria encontrar mas de una historia interesante en aquel lugar. Pero no iba sola habia invitado a alguien que conocio a hace poco pero ya consideraba una amiga a ir con ella. Por lo que al abrir las puertas del lugar, ingresaba sujetando del brazo a una joven de rubia cabellera+ +Apenas ingresaban verian las luces de Neon rojo que iluminan la barra+ Vamos a pedir algo de tomar. Seguro que esta noche encontramos algo interesante. Escuche que este lugar es popular. Y si quieres encontrar historias uno de los mejores sitios a visitar es donde la gente se reune a beber. Asi que estamos en el sitio correcto . Al momento de llegar a la barra mostraria una gran sonrisa+ 2 copas de vino porfavor +Dijo al Bartender quedando en espera de recibir su pedido+
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    6
    3 turnos 0 maullidos
  • Hoy he decidido ir hacer unas cosas por mi cuenta, para sorpresa de mi maquillador personal no le pedido que me arregle. Prefiero que deje mi piel al natural, me da igual lo que diga la prensa. Además que últimamente voy más protegida por mi bien y el del bebé. Tengo muchas ganas de saber que es, pero aún queda.
    Hoy he decidido ir hacer unas cosas por mi cuenta, para sorpresa de mi maquillador personal no le pedido que me arregle. Prefiero que deje mi piel al natural, me da igual lo que diga la prensa. Además que últimamente voy más protegida por mi bien y el del bebé. Tengo muchas ganas de saber que es, pero aún queda.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    en la nueva historia: "Ecos del Olvido" se dice que el señor de las sombras fue contenido mas no destruido; esto debido a el equilibrio en si, ya que recordemos "no puede haber luz sin sombra, ni sombra sin luz" asi que en el canon el señor de las sombras fue "destruido" pero eventualmente volvera a surgir de entre las sombras del mundo porque asi lo dicta el equiibrio natural.
    en la nueva historia: "Ecos del Olvido" se dice que el señor de las sombras fue contenido mas no destruido; esto debido a el equilibrio en si, ya que recordemos "no puede haber luz sin sombra, ni sombra sin luz" asi que en el canon el señor de las sombras fue "destruido" pero eventualmente volvera a surgir de entre las sombras del mundo porque asi lo dicta el equiibrio natural.
    0 comentarios 0 compartidos
  • — La naturaleza si que sabe cómo seducirme.

    Hace tiempo que no visito el lugar de cuándo era mas joven, podía pasarme horas bajo el agua, el viento y los arboles cantándome en tranquilidad sin que estuviera presente mi buen amigo el "caos".
    — La naturaleza si que sabe cómo seducirme. Hace tiempo que no visito el lugar de cuándo era mas joven, podía pasarme horas bajo el agua, el viento y los arboles cantándome en tranquilidad sin que estuviera presente mi buen amigo el "caos".
    Me encocora
    Me shockea
    3
    3 turnos 0 maullidos
  • https://vm.tiktok.com/ZMAVTmRa9/

    — Extrañaba profundamente hacer este tipo de cosas y mañana tengo otras dos clases más, que les digo, soy naturalmente coqueta
    https://vm.tiktok.com/ZMAVTmRa9/ — Extrañaba profundamente hacer este tipo de cosas y mañana tengo otras dos clases más, que les digo, soy naturalmente coqueta :STK-20:
    Me encocora
    2
    3 turnos 0 maullidos
  • 🌊 “El Juego del Acantilado” Starter Individual ༻ 🇮🇪 Acantilados de Moher — Irlanda ༺
    Fandom OC
    Categoría Original
    Después de varios meses de trabajo intenso en Seúl, Yunseok Wang decidió que necesitaba un respiro.
    No conciertos, no cámaras, no reuniones.
    Solo naturaleza, aire frío y silencio.

    Aterrizó en Irlanda dos días atrás, buscando perderse entre paisajes que aún conservaban el pulso antiguo del mundo.
    Esa mañana, antes del amanecer, había salido con una mochila ligera y una cámara colgada del cuello.
    El sendero que tomaba comenzaba en un pequeño pueblo pesquero, ascendía entre colinas verdes cubiertas de niebla y terminaba en el punto más famoso de la costa oeste: los Acantilados de Moher.

    El recorrido había sido una mezcla de calma y desafío.
    El sonido del mar llegaba desde abajo como un rumor constante, y cada paso le recordaba por qué amaba estar en lugares donde el mundo parecía detenerse.

    Al llegar al mirador, descubrió una pequeña caseta de madera decorada con tréboles tallados.
    Sobre la mesa, un cartel captó su atención:

    “El Juego del Acantilado"
    Descubre las cinco reliquias perdidas y obtén la recompensa del guardián del viento.

    Frunció una ceja, curioso.
    Tomó una libreta de pistas y una bolsa de tela numerada. Dentro, encontró un papel amarillento escrito a mano, en inglés y en gaélico:

    “El primer recuerdo duerme donde las olas tocan el cielo.
    Sigue las piedras marcadas con espirales y escucha lo que el viento susurra.”

    —Interesante…

    murmuró con una media sonrisa, girando la hoja entre sus dedos.

    Entonces notó una presencia a su lado.
    Otra persona había tomado una libreta igual, observando las pistas con la misma mezcla de curiosidad y desconcierto.
    Yunseok levantó la vista, con el brillo tranquilo de quien disfruta del misterio.

    —Parece que no soy el único que ha decidido jugar al aventurero hoy

    Comentó con voz serena, cargada de humor

    —. ¿También vienes a por “la recompensa del guardián”?

    El viento levantó su abrigo oscuro mientras el sendero se extendía frente a ambos, flanqueado por cruces de piedra y el rugido del océano golpeando abajo.

    —Quizás… si lo descubrimos juntos, tengamos más suerte.

    El primer paso hacia la aventura acababa de empezar.

    Después de varios meses de trabajo intenso en Seúl, Yunseok Wang decidió que necesitaba un respiro. No conciertos, no cámaras, no reuniones. Solo naturaleza, aire frío y silencio. Aterrizó en Irlanda dos días atrás, buscando perderse entre paisajes que aún conservaban el pulso antiguo del mundo. Esa mañana, antes del amanecer, había salido con una mochila ligera y una cámara colgada del cuello. El sendero que tomaba comenzaba en un pequeño pueblo pesquero, ascendía entre colinas verdes cubiertas de niebla y terminaba en el punto más famoso de la costa oeste: los Acantilados de Moher. El recorrido había sido una mezcla de calma y desafío. El sonido del mar llegaba desde abajo como un rumor constante, y cada paso le recordaba por qué amaba estar en lugares donde el mundo parecía detenerse. Al llegar al mirador, descubrió una pequeña caseta de madera decorada con tréboles tallados. Sobre la mesa, un cartel captó su atención: “El Juego del Acantilado" ☘️ Descubre las cinco reliquias perdidas y obtén la recompensa del guardián del viento. Frunció una ceja, curioso. Tomó una libreta de pistas y una bolsa de tela numerada. Dentro, encontró un papel amarillento escrito a mano, en inglés y en gaélico: “El primer recuerdo duerme donde las olas tocan el cielo. Sigue las piedras marcadas con espirales y escucha lo que el viento susurra.” —Interesante… murmuró con una media sonrisa, girando la hoja entre sus dedos. Entonces notó una presencia a su lado. Otra persona había tomado una libreta igual, observando las pistas con la misma mezcla de curiosidad y desconcierto. Yunseok levantó la vista, con el brillo tranquilo de quien disfruta del misterio. —Parece que no soy el único que ha decidido jugar al aventurero hoy Comentó con voz serena, cargada de humor —. ¿También vienes a por “la recompensa del guardián”? El viento levantó su abrigo oscuro mientras el sendero se extendía frente a ambos, flanqueado por cruces de piedra y el rugido del océano golpeando abajo. —Quizás… si lo descubrimos juntos, tengamos más suerte. El primer paso hacia la aventura acababa de empezar. ༻ ☘️ ༺
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 3 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Creo que voy a necesitar compañia sobrenatural, en lo que busco a los Blackthorn, un Julian y de paso una Cristina vocesita de mi conciencia antes terminar muerta o peor, arrestada en Idris.
    Creo que voy a necesitar compañia sobrenatural, en lo que busco a los Blackthorn, un Julian y de paso una Cristina vocesita de mi conciencia antes terminar muerta o peor, arrestada en Idris. :STK-20:
    0 comentarios 0 compartidos
  • Dicen que los ciervos somos curiosos por naturaleza pero.....

    -dijo el demonio de la radio sin saber cómo y cuando se logro poner la minúscula ropa del rey de los demonios. Solo andaba revisando que tenía de especial la ropa de un rey y una cosa llevó a la otra -

    Me preguntó en dónde quedó mi ropa

    -sse puso a jugar con el bastón del rey entre sus garras mientras miraba de reojo en dónde a quedado su galante traje rojo -
    Dicen que los ciervos somos curiosos por naturaleza pero..... -dijo el demonio de la radio sin saber cómo y cuando se logro poner la minúscula ropa del rey de los demonios. Solo andaba revisando que tenía de especial la ropa de un rey y una cosa llevó a la otra - Me preguntó en dónde quedó mi ropa -sse puso a jugar con el bastón del rey entre sus garras mientras miraba de reojo en dónde a quedado su galante traje rojo -
    Me gusta
    2
    8 turnos 0 maullidos
  • //Escena abierta para rol Individual//

    Kazuo descendía la montaña para pisar la población en muy contadas ocasiones. Prefería estar en su templo o recorriendo el bosque del Monte Inari de norte a sur.

    Aquella tarde bajó por que necesitaba de algunas provisiones de bien fresco; verduras, especias, queso... Aunque vivía de una forma casi autosostenible, en ocasiones necesitaba un extra para su día a día.

    El zorro en siglos de aprendizaje había dominado el arte de la medicina natural. A él no le hacía falta, pero era un buen método con el que poder sacar recursos en intercambios o trabajos. Ya fuera dinero o víveres, lo que fuera para poder vivir.

    Ya caía el Sol cuando el demonio, en su disfraz mundano, había terminado sus tareas. Se disponía a ir de vuelta cuando sintió como unas gotas de agua helaban su coronilla. Pronto, en apenas unos segundos, el cielo rompería en llanto.

    Para él la lluvia no era un problema. Pero no quería que se mojaran unas hierbas secas que acababa de adquirir para preparar algunos engüentos.

    Una pequeña posada, antigua, a la salida de Kyoto era el único refugio a mano en el que se pudo cobijar. A pesar de haber pocas personas, el silencio se hizo aún más presente en cuanto Kazuo entró por la puerta. Las miradas indiscretas no se hicieron de esperar. Kazuo, acostumbrado a que su aspecto generase todo tipo de opiniones; tanto buenas como malas, saludó a la mesera con un gesto suave de cabeza ignorando al resto.

    No tuvo que quitarse sandalias, por que él siempre iba descalzo, y aún así, sus pies lucían impecables. Se dirigió hacia la mesa más alejada del local, una que daba a una de las ventanas. Segundos más tarde llegó la mesera. Una chica joven, de generosas proporciones y rostro dulce.

    ~ Buenas se...señor. Que le podemos ofrecer~ Decía esta con claro nerviosismo, abrumada por la belleza salvaje de Kazuo.

    - Tomaré sake.... Una botella por favor...- Le dijo con ese gesto estoico que tanto le caracterizaba.

    Esta se inclinó varias veces al tiempo que un "si señor, ahora mismo" se escapaba nervioso de sus labios rosados. Al darse la vuelta la joven Kazuo sonrió, no con mofa, si no con cierta ternura.

    En menos de lo que esperaba la joven le trajo la botella de sake acompañado de un vaso. El primer servicio se lo hizo ella, pero es resto fué el mismo Kazuo quien se servía a sí mismo.
    //Escena abierta para rol Individual// Kazuo descendía la montaña para pisar la población en muy contadas ocasiones. Prefería estar en su templo o recorriendo el bosque del Monte Inari de norte a sur. Aquella tarde bajó por que necesitaba de algunas provisiones de bien fresco; verduras, especias, queso... Aunque vivía de una forma casi autosostenible, en ocasiones necesitaba un extra para su día a día. El zorro en siglos de aprendizaje había dominado el arte de la medicina natural. A él no le hacía falta, pero era un buen método con el que poder sacar recursos en intercambios o trabajos. Ya fuera dinero o víveres, lo que fuera para poder vivir. Ya caía el Sol cuando el demonio, en su disfraz mundano, había terminado sus tareas. Se disponía a ir de vuelta cuando sintió como unas gotas de agua helaban su coronilla. Pronto, en apenas unos segundos, el cielo rompería en llanto. Para él la lluvia no era un problema. Pero no quería que se mojaran unas hierbas secas que acababa de adquirir para preparar algunos engüentos. Una pequeña posada, antigua, a la salida de Kyoto era el único refugio a mano en el que se pudo cobijar. A pesar de haber pocas personas, el silencio se hizo aún más presente en cuanto Kazuo entró por la puerta. Las miradas indiscretas no se hicieron de esperar. Kazuo, acostumbrado a que su aspecto generase todo tipo de opiniones; tanto buenas como malas, saludó a la mesera con un gesto suave de cabeza ignorando al resto. No tuvo que quitarse sandalias, por que él siempre iba descalzo, y aún así, sus pies lucían impecables. Se dirigió hacia la mesa más alejada del local, una que daba a una de las ventanas. Segundos más tarde llegó la mesera. Una chica joven, de generosas proporciones y rostro dulce. ~ Buenas se...señor. Que le podemos ofrecer~ Decía esta con claro nerviosismo, abrumada por la belleza salvaje de Kazuo. - Tomaré sake.... Una botella por favor...- Le dijo con ese gesto estoico que tanto le caracterizaba. Esta se inclinó varias veces al tiempo que un "si señor, ahora mismo" se escapaba nervioso de sus labios rosados. Al darse la vuelta la joven Kazuo sonrió, no con mofa, si no con cierta ternura. En menos de lo que esperaba la joven le trajo la botella de sake acompañado de un vaso. El primer servicio se lo hizo ella, pero es resto fué el mismo Kazuo quien se servía a sí mismo.
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Reito: Capítulo I
    Fandom OC/Crossovers
    Categoría Acción
    "Ecos de Sangre"

    La lluvia caía sobre los callejones de Shinjuku con un ritmo casi ritual.
    El olor a óxido y sake viejo se mezclaba con el hedor metálico de la sangre reciente.
    Rei Arakawa avanzó entre los charcos, su abrigo oscuro pegado al cuerpo, la mano derecha firme sobre la empuñadura de su katana.

    El silencio fue roto por un rugido grave.
    No humano.
    No natural.

    —Otra bestia sin nombre… —murmuró con voz seca, sus ojos brillando levemente bajo la penumbra.

    De la sombra emergió un yokai deformado: piel gris, múltiples bocas, ojos que lloraban fuego.
    Un resto de pesadilla perdida en el mundo humano.
    Rei lo observó sin miedo, con el cansancio de quien ha visto esto demasiadas veces.

    La katana "Akai Tsume" brilló con un destello carmesí.
    El aire tembló.
    Y el rostro de Rei comenzó a distorsionarse.

    Su piel se resquebrajó como porcelana rota, revelando bajo ella una armadura viva.
    Los colmillos emergieron.
    Los ojos se encendieron como brasas.

    ☯ *Forma Oni activada.*

    Un rugido desgarró la lluvia, quebrando el silencio.
    El yokai intentó retroceder, pero ya era tarde.

    Rei se lanzó hacia adelante, moviéndose con velocidad inhumana.
    El primer corte partió el aire, el segundo la carne, y el tercero el alma.
    Los gritos de la criatura fueron arrastrados por el viento nocturno, mientras la energía espiritual se disolvía en chispas rojas.

    Por un instante, el Oni respiró con violencia, su cuerpo vibrando con poder y rabia.
    Su máscara se agrietó, dejando ver los ojos del hombre detrás.

    —No todos los demonios merecen morir… pero esta ciudad no distingue la diferencia —susurró, limpiando la hoja antes de envainarla.

    La lluvia siguió cayendo, como si intentara lavar el pecado de ambos mundos.
    Y Rei desapareció entre la niebla, dejando solo ecos de sangre en el asfalto.


    ─────────────────────────────

    El eco del rugido se desvaneció entre la lluvia.
    Poco a poco, la energía carmesí que envolvía su cuerpo comenzó a apagarse.
    La armadura orgánica se quebró en fragmentos de humo rojo, disipándose hasta revelar nuevamente el rostro humano de Rei Arakawa.
    Su respiración era pesada, los ojos aún brillaban con ese fulgor salvaje que tardaba en apagarse cada vez que regresaba del otro lado.

    —Otra noche más —susurró, como si intentara convencerse de que aún quedaba algo de humanidad en su voz.

    Envainó su katana y caminó hasta donde había dejado su motocicleta, bajo un letrero parpadeante que decía *“Ramen & Spirits”*.
    Encendió el motor, y la lluvia se reflejó en sus ojos mientras el ruido del escape se mezclaba con el del trueno.

    ─────────────────────────────

    Horas más tarde, el reloj de pared marcaba las 3:47 a.m.

    La oficina olía a incienso barato y a tabaco apagado.
    Montones de expedientes abiertos cubrían el escritorio de madera oscura, junto a una botella medio vacía de whisky japonés.
    Rei se dejó caer en la silla, soltando un suspiro largo que cargaba siglos de cansancio.

    Su mirada se perdió en el ventanal, donde las luces de Shinjuku temblaban bajo la tormenta.
    El reflejo en el vidrio le devolvía su rostro humano… pero por un instante, creyó ver la máscara Oni observándolo desde el otro lado.

    —Siempre ahí, ¿eh? —murmuró, encendiendo un cigarrillo—. Supongo que ya no me vas a dejar dormir.

    El humo formó espirales que se confundían con los recuerdos.
    Su teléfono antiguo, de disco, permanecía inmóvil sobre el escritorio.
    A su lado, un cartel gastado decía:

    *“Rei Arakawa — Casos imposibles, precios negociables.”*

    Rei apoyó los pies sobre la mesa, dejando que el silencio llenara la habitación.
    Sabía que no tardaría mucho antes de que alguien golpeara esa puerta para suplicar por ayuda...
    porque en Tokio, las sombras nunca duermen.
    "Ecos de Sangre" La lluvia caía sobre los callejones de Shinjuku con un ritmo casi ritual. El olor a óxido y sake viejo se mezclaba con el hedor metálico de la sangre reciente. Rei Arakawa avanzó entre los charcos, su abrigo oscuro pegado al cuerpo, la mano derecha firme sobre la empuñadura de su katana. El silencio fue roto por un rugido grave. No humano. No natural. —Otra bestia sin nombre… —murmuró con voz seca, sus ojos brillando levemente bajo la penumbra. De la sombra emergió un yokai deformado: piel gris, múltiples bocas, ojos que lloraban fuego. Un resto de pesadilla perdida en el mundo humano. Rei lo observó sin miedo, con el cansancio de quien ha visto esto demasiadas veces. La katana "Akai Tsume" brilló con un destello carmesí. El aire tembló. Y el rostro de Rei comenzó a distorsionarse. Su piel se resquebrajó como porcelana rota, revelando bajo ella una armadura viva. Los colmillos emergieron. Los ojos se encendieron como brasas. ☯ *Forma Oni activada.* Un rugido desgarró la lluvia, quebrando el silencio. El yokai intentó retroceder, pero ya era tarde. Rei se lanzó hacia adelante, moviéndose con velocidad inhumana. El primer corte partió el aire, el segundo la carne, y el tercero el alma. Los gritos de la criatura fueron arrastrados por el viento nocturno, mientras la energía espiritual se disolvía en chispas rojas. Por un instante, el Oni respiró con violencia, su cuerpo vibrando con poder y rabia. Su máscara se agrietó, dejando ver los ojos del hombre detrás. —No todos los demonios merecen morir… pero esta ciudad no distingue la diferencia —susurró, limpiando la hoja antes de envainarla. La lluvia siguió cayendo, como si intentara lavar el pecado de ambos mundos. Y Rei desapareció entre la niebla, dejando solo ecos de sangre en el asfalto. ───────────────────────────── El eco del rugido se desvaneció entre la lluvia. Poco a poco, la energía carmesí que envolvía su cuerpo comenzó a apagarse. La armadura orgánica se quebró en fragmentos de humo rojo, disipándose hasta revelar nuevamente el rostro humano de Rei Arakawa. Su respiración era pesada, los ojos aún brillaban con ese fulgor salvaje que tardaba en apagarse cada vez que regresaba del otro lado. —Otra noche más —susurró, como si intentara convencerse de que aún quedaba algo de humanidad en su voz. Envainó su katana y caminó hasta donde había dejado su motocicleta, bajo un letrero parpadeante que decía *“Ramen & Spirits”*. Encendió el motor, y la lluvia se reflejó en sus ojos mientras el ruido del escape se mezclaba con el del trueno. ───────────────────────────── Horas más tarde, el reloj de pared marcaba las 3:47 a.m. La oficina olía a incienso barato y a tabaco apagado. Montones de expedientes abiertos cubrían el escritorio de madera oscura, junto a una botella medio vacía de whisky japonés. Rei se dejó caer en la silla, soltando un suspiro largo que cargaba siglos de cansancio. Su mirada se perdió en el ventanal, donde las luces de Shinjuku temblaban bajo la tormenta. El reflejo en el vidrio le devolvía su rostro humano… pero por un instante, creyó ver la máscara Oni observándolo desde el otro lado. —Siempre ahí, ¿eh? —murmuró, encendiendo un cigarrillo—. Supongo que ya no me vas a dejar dormir. El humo formó espirales que se confundían con los recuerdos. Su teléfono antiguo, de disco, permanecía inmóvil sobre el escritorio. A su lado, un cartel gastado decía: 🩸 *“Rei Arakawa — Casos imposibles, precios negociables.”* Rei apoyó los pies sobre la mesa, dejando que el silencio llenara la habitación. Sabía que no tardaría mucho antes de que alguien golpeara esa puerta para suplicar por ayuda... porque en Tokio, las sombras nunca duermen.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    Me endiabla
    3
    42 turnos 2 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados