La copa de la Juventud: Secretos del Néctar Prohibido Cuando aún era una pequeña flor entre los vastos jardines del Olimpo —si es que así pueden llamarse a las hijas de Zeus, flores del paraíso divino—, su risa era como el tintineo del agua cristalina, y su presencia, una brisa cálida entre las columnas del cielo. Tenía apenas cinco años cuando sus dedos diminutos tocaron por primera vez...