• "Una rosa, aunque la llames por otro nombre, una rosa aún será.”

    La frase quedó suspendida en el aire como un perfume rancio, como si alguien hubiera arrancado los pétalos y dejado solo las espinas.
    La niña de cabellos negros, tan largos que casi tocaban el suelo, parpadeó lentamente; sus ojos parecían dos pozos de tinta.

    —¿Qué hay de los esclavos? —preguntó con un hilo de voz, tan pequeño que no parecía salir de un ser vivo.

    La sombra detrás de ella sonrió sin boca.

    “Es lo mismo, tontita. No importa cuánto te ocultes… no importa cuántos nombres inventes para engañarte. Siempre irás con la cabeza agachada, esperando una orden, un premio… o un castigo.”

    La niña tragó saliva. Las paredes crujieron como huesos rotos.

    “Porque un esclavo, mi pequeña, nunca deja de serlo.
    Aunque corra, aunque se arrastre en la oscuridad más profunda, aunque rece a dioses que jamás escuchan.
    Su alma ya está marcada.
    Como la rosa tiene espinas, el esclavo tiene cadenas.”

    La sombra se inclinó sobre ella, larga, imposible, deformada como un cuerpo quebrado en demasiados lugares.

    “Y lo más triste…”
    Susurró con una voz que era más viento que sonido, “Es que a veces las cadenas no están en las muñecas… sino aquí.”

    Un dedo invisible, frío como el mármol, tocó la frente de la niña. Ella sintió algo moverse bajo su piel.
    Algo que no era suyo.
    Algo que despertaba.

    “¿Lo ves? Siempre fuiste una esclava… incluso antes de nacer.”

    La vela a su lado se apagó sin soplido alguno. Y en la oscuridad absoluta, la niña juraría haber escuchado un susurro más:
    “Las rosas no eligen florecer, pequeña. Y los esclavos… tampoco eligen obedecer, solo lo hacen y ya.”

    "Una rosa, aunque la llames por otro nombre, una rosa aún será.” La frase quedó suspendida en el aire como un perfume rancio, como si alguien hubiera arrancado los pétalos y dejado solo las espinas. La niña de cabellos negros, tan largos que casi tocaban el suelo, parpadeó lentamente; sus ojos parecían dos pozos de tinta. —¿Qué hay de los esclavos? —preguntó con un hilo de voz, tan pequeño que no parecía salir de un ser vivo. La sombra detrás de ella sonrió sin boca. “Es lo mismo, tontita. No importa cuánto te ocultes… no importa cuántos nombres inventes para engañarte. Siempre irás con la cabeza agachada, esperando una orden, un premio… o un castigo.” La niña tragó saliva. Las paredes crujieron como huesos rotos. “Porque un esclavo, mi pequeña, nunca deja de serlo. Aunque corra, aunque se arrastre en la oscuridad más profunda, aunque rece a dioses que jamás escuchan. Su alma ya está marcada. Como la rosa tiene espinas, el esclavo tiene cadenas.” La sombra se inclinó sobre ella, larga, imposible, deformada como un cuerpo quebrado en demasiados lugares. “Y lo más triste…” Susurró con una voz que era más viento que sonido, “Es que a veces las cadenas no están en las muñecas… sino aquí.” Un dedo invisible, frío como el mármol, tocó la frente de la niña. Ella sintió algo moverse bajo su piel. Algo que no era suyo. Algo que despertaba. “¿Lo ves? Siempre fuiste una esclava… incluso antes de nacer.” La vela a su lado se apagó sin soplido alguno. Y en la oscuridad absoluta, la niña juraría haber escuchado un susurro más: “Las rosas no eligen florecer, pequeña. Y los esclavos… tampoco eligen obedecer, solo lo hacen y ya.”
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  • En los frondosos bosques, en sus coloridos campos de flores, reposa una criatura imponente pero hermosa. De espeso pelaje y llamativos ojos bicolor.
    Es un animal noble y puro al que le rodea un aroma dulce pero sutil. ¿Vendrá de las flores de las que hizo su lecho? Lo cierto era que no.
    ¿Acercarte? ¿Tocarle? Sí, podrías verte tentado a ello dada su aparente actitud pacífica pero cuidado, pues podrías perder una mano.
    En los frondosos bosques, en sus coloridos campos de flores, reposa una criatura imponente pero hermosa. De espeso pelaje y llamativos ojos bicolor. Es un animal noble y puro al que le rodea un aroma dulce pero sutil. ¿Vendrá de las flores de las que hizo su lecho? Lo cierto era que no. ¿Acercarte? ¿Tocarle? Sí, podrías verte tentado a ello dada su aparente actitud pacífica pero cuidado, pues podrías perder una mano.
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  • Lady Céleste La Kryptoniana rubia fue a la Panadería Parisina en Francesa donde la citó su querida hermanita angelical, cuando entró al local fue recibida en un caloroso abrazo por parte de los invitados a su fiesta sorpresa de Cumpleaños. Lo más impresionante fue el exquisito pastel de donas a sabor a fresa que no se esperaba, malteadas, postres y todas las ofrendas que su hermana le ha traído, sonriendo con dulzura ante ese beso en su frente.

    -Hermanita adorada... Gracias por tu lindo gesto para mi Cumpleaños incluso por tus bellísimas palabras que me alegran mucho el corazón. Me harás llorar por todas las cosas lindas que me dices!!... Tú también, eres la mejor hermana del mundo y cómo tú, no hay ninguna más... Te amo, te quiero mucho, te adoro.

    *Responde al dulce abrazo de su hermanita, recibiendo el ramo de flores que le ha regalado. Observó el interior del cofré que le fue obsequiado, su rostro se iluminó por las luces de las diversas joyas en su interior, cuál reina fuese. Los trajes y atuendos dignos de una reina, una princesa. Calzado para cada atuendo... Gemas y piedras preciosas que no puede evitar llorar por la emoción.

    Tras escuchar las bellas palabras de su adorada hermanita, Kara se dedicó a disfrutar de su fiesta de Cumpleaños ya que este es su día donde ella es la estrella principal.

    //Gracias por la imagen, Hermanita. Es demasiado hermosa que me encanto y me hizó demasiado feliz...
    [LadyCeleste2008] La Kryptoniana rubia fue a la Panadería Parisina en Francesa donde la citó su querida hermanita angelical, cuando entró al local fue recibida en un caloroso abrazo por parte de los invitados a su fiesta sorpresa de Cumpleaños. Lo más impresionante fue el exquisito pastel de donas a sabor a fresa que no se esperaba, malteadas, postres y todas las ofrendas que su hermana le ha traído, sonriendo con dulzura ante ese beso en su frente. -Hermanita adorada... Gracias por tu lindo gesto para mi Cumpleaños incluso por tus bellísimas palabras que me alegran mucho el corazón. Me harás llorar por todas las cosas lindas que me dices!!... Tú también, eres la mejor hermana del mundo y cómo tú, no hay ninguna más... Te amo, te quiero mucho, te adoro. *Responde al dulce abrazo de su hermanita, recibiendo el ramo de flores que le ha regalado. Observó el interior del cofré que le fue obsequiado, su rostro se iluminó por las luces de las diversas joyas en su interior, cuál reina fuese. Los trajes y atuendos dignos de una reina, una princesa. Calzado para cada atuendo... Gemas y piedras preciosas que no puede evitar llorar por la emoción. Tras escuchar las bellas palabras de su adorada hermanita, Kara se dedicó a disfrutar de su fiesta de Cumpleaños ya que este es su día donde ella es la estrella principal. //Gracias por la imagen, Hermanita. Es demasiado hermosa que me encanto y me hizó demasiado feliz...
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  • Naomi
    Edad: 25–29 años
    Profesión: Enfermera
    Signo: Escorpio

    Apariencia:
    Cabello castaño claro o rubio suave champán que suele sujetar con una coleta sencilla. De ojos azules grandes, expresivos, llenos de ilusión y a veces de inseguridad, su piel es clara con mejillas que se ruborizan cuando se pone nerviosa.

    Personalidad:
    Dulce, amable, gentil hasta el corazón.
    Torpe de vez en cuando, pero muy dedicada.
    Siente una vocación enorme por ayudar, aunque todavía duda de su habilidad.
    Se preocupa profundamente por sus pacientes, incluso cuando solo puede tomar signos vitales.
    Insegura sobre su futuro, pero con un brillo esperanzador en los ojos.
    Noble, sensible y con un sentido de responsabilidad muy grande para su edad.

    ️ Historia:
    Por el momento me cansé de escribir x.x luego le sigo!


    Aunque ama ayudar, Naomi arrastra un miedo silencioso:
    “¿Y si no soy suficiente para salvar a alguien?”
    Presenció en su internado la muerte de un paciente joven que ella cuidaba. No fue su culpa, pero se culpó igual.
    Desde entonces teme volver a fallar… y por eso estudia el doble, duerme menos y se exige demasiado.

    La presión familiar:
    Su madre quiere que Naomi sea “una enfermera respetable, con especialidad en algo seguro”.
    Su padre quiere que “vaya a urgencias, para que aprenda carácter”.
    Naomi… solo quiere descubrir qué la hace feliz. A veces siente que decepciona a ambos por no saber qué camino tomar.

    Corazón roto:
    Tenía una relación de varios años con un chico de su clase… hasta que descubrió que él se burlaba de su “exceso de sensibilidad” y la trataba como alguien débil.
    La engañó con otra compañera.
    Desde entonces le cuesta confiar, aunque mantiene su dulzura intacta, como si se negara a perder la fe en el mundo.

    Ademas, tiene la sensación de que todos avanzan más rápido que ella.
    Que todos saben lo que quieren… menos ella. Pero aun así sonríe, respira hondo, y sigue adelante.

    Gustos y Pequeñas Particularidades:

    Adora el café con leche muy espumoso, aunque le cae pesado en las noches.
    Lleva una relación sana con la comida y no sataniza la pizza o hamburguesas, balancea bien su alimentación.
    Le encantan los cachorros de animales; se derrite cuando ve uno.
    Ama los dulces suaves como malvaviscos o flan.



    🕰Hobbies:
    ~Le encanta leer novelas románticas o de fantasía ligera.
    ~Aprende origami para relajarse.
    ~A veces dibuja plantitas o flores en los bordes de sus cuadernos.
    ~Ve videos de cocina, aunque casi siempre termina pidiendo comida a domicilio.

    Gustos curiosos:
    ~Le gusta el olor a lavandería limpia; le recuerda seguridad.
    ~Guarda un pequeño diario donde escribe sus “cosas que quiero mejorar”.


    Miedos que no confiesa:

    ~Las tormentas eléctricas la ponen nerviosa.
    ~El silencio absoluto de la sala de hospital de noche le causa escalofríos.
    ~Le teme profundamente a decepcionar a alguien.
    ~Encuentros con fantasmas.
    🩺 Naomi Edad: 25–29 años Profesión: Enfermera Signo: Escorpio 🌸 Apariencia: Cabello castaño claro o rubio suave champán que suele sujetar con una coleta sencilla. De ojos azules grandes, expresivos, llenos de ilusión y a veces de inseguridad, su piel es clara con mejillas que se ruborizan cuando se pone nerviosa. 🌸 Personalidad: Dulce, amable, gentil hasta el corazón. Torpe de vez en cuando, pero muy dedicada. Siente una vocación enorme por ayudar, aunque todavía duda de su habilidad. Se preocupa profundamente por sus pacientes, incluso cuando solo puede tomar signos vitales. Insegura sobre su futuro, pero con un brillo esperanzador en los ojos. Noble, sensible y con un sentido de responsabilidad muy grande para su edad. 🎠⭐️ Historia: Por el momento me cansé de escribir x.x luego le sigo! 🌸Aunque ama ayudar, Naomi arrastra un miedo silencioso: “¿Y si no soy suficiente para salvar a alguien?” Presenció en su internado la muerte de un paciente joven que ella cuidaba. No fue su culpa, pero se culpó igual. Desde entonces teme volver a fallar… y por eso estudia el doble, duerme menos y se exige demasiado. 🌻La presión familiar: Su madre quiere que Naomi sea “una enfermera respetable, con especialidad en algo seguro”. Su padre quiere que “vaya a urgencias, para que aprenda carácter”. Naomi… solo quiere descubrir qué la hace feliz. A veces siente que decepciona a ambos por no saber qué camino tomar. 💔Corazón roto: Tenía una relación de varios años con un chico de su clase… hasta que descubrió que él se burlaba de su “exceso de sensibilidad” y la trataba como alguien débil. La engañó con otra compañera. Desde entonces le cuesta confiar, aunque mantiene su dulzura intacta, como si se negara a perder la fe en el mundo. Ademas, tiene la sensación de que todos avanzan más rápido que ella. Que todos saben lo que quieren… menos ella. Pero aun así sonríe, respira hondo, y sigue adelante. 🌸 Gustos y Pequeñas Particularidades: ☕️🧁Adora el café con leche muy espumoso, aunque le cae pesado en las noches. 🍕🍔Lleva una relación sana con la comida y no sataniza la pizza o hamburguesas, balancea bien su alimentación. 🐾💕Le encantan los cachorros de animales; se derrite cuando ve uno. 🍮🍬Ama los dulces suaves como malvaviscos o flan. 🕰🎶📕Hobbies: ~Le encanta leer novelas románticas o de fantasía ligera. ~Aprende origami para relajarse. ~A veces dibuja plantitas o flores en los bordes de sus cuadernos. ~Ve videos de cocina, aunque casi siempre termina pidiendo comida a domicilio. 🥼📚Gustos curiosos: ~Le gusta el olor a lavandería limpia; le recuerda seguridad. ~Guarda un pequeño diario donde escribe sus “cosas que quiero mejorar”. 😱⛈️Miedos que no confiesa: ~Las tormentas eléctricas la ponen nerviosa. ~El silencio absoluto de la sala de hospital de noche le causa escalofríos. ~Le teme profundamente a decepcionar a alguien. ~Encuentros con fantasmas.
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  • Despedir tus colores no evoca en mi nostalgia, sino la inmutable promesa de volver a apreciarlos. Ante ti, pero también bajo otros cielos; cada vez que los vea me detendré a recordar y con ello también nuestras vivencias.

    ...

    ¿Será la última vez que las vea florecer? El invierno festivo me separa de tal certeza.
    Despedir tus colores no evoca en mi nostalgia, sino la inmutable promesa de volver a apreciarlos. Ante ti, pero también bajo otros cielos; cada vez que los vea me detendré a recordar y con ello también nuestras vivencias. ... ¿Será la última vez que las vea florecer? El invierno festivo me separa de tal certeza.
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  • "Llegada de Sophie Beckett al baile de máscaras"

    La música ya flotaba en el aire cuando la carroza se detuvo frente a la entrada principal del palacio. Sophie Beckett respiró hondo, una mezcla de nervios y emoción avivándole el pecho. Su vestido color marfil caía como una cascada de luz, y la máscara plateada que llevaba ocultaba lo suficiente para volverla un misterio, pero no tanto como para opacar la elegancia de sus ojos.

    Los escalones de mármol parecían interminables. Cada paso hacía crujir la tela fina de su falda, mientras el murmullo del gentío dentro del salón crecía. Apenas cruzó las puertas, un torbellino de colores, risas y música la envolvió.

    Candelabros dorados iluminaban el lugar con un brillo cálido, reflejándose en máscaras de todos los estilos. Sophie avanzó con suavidad, sintiendo varias miradas curiosas deslizándose hacia ella. No era habitual que alguien desconocido llegara tan impecablemente tarde.

    Un violinista tocó una nota aguda justo cuando ella dio un paso al centro del salón, como si anunciara su entrada sin saberlo. Un par de bailarines se apartaron al verla, y una brisa ligera de sorpresa recorrió la sala.

    Sophie levantó ligeramente el mentón, permitiéndose una sonrisa apenas perceptible detrás de la máscara. Si había un lugar donde los secretos florecían y las identidades se diluían, era ese baile.

    Y esa noche, ella no era la hijastra invisible.

    Esa noche, era la invitada que todos intentarían descifrar.

    Benedict Bridgerton
    "Llegada de Sophie Beckett al baile de máscaras" La música ya flotaba en el aire cuando la carroza se detuvo frente a la entrada principal del palacio. Sophie Beckett respiró hondo, una mezcla de nervios y emoción avivándole el pecho. Su vestido color marfil caía como una cascada de luz, y la máscara plateada que llevaba ocultaba lo suficiente para volverla un misterio, pero no tanto como para opacar la elegancia de sus ojos. Los escalones de mármol parecían interminables. Cada paso hacía crujir la tela fina de su falda, mientras el murmullo del gentío dentro del salón crecía. Apenas cruzó las puertas, un torbellino de colores, risas y música la envolvió. Candelabros dorados iluminaban el lugar con un brillo cálido, reflejándose en máscaras de todos los estilos. Sophie avanzó con suavidad, sintiendo varias miradas curiosas deslizándose hacia ella. No era habitual que alguien desconocido llegara tan impecablemente tarde. Un violinista tocó una nota aguda justo cuando ella dio un paso al centro del salón, como si anunciara su entrada sin saberlo. Un par de bailarines se apartaron al verla, y una brisa ligera de sorpresa recorrió la sala. Sophie levantó ligeramente el mentón, permitiéndose una sonrisa apenas perceptible detrás de la máscara. Si había un lugar donde los secretos florecían y las identidades se diluían, era ese baile. Y esa noche, ella no era la hijastra invisible. Esa noche, era la invitada que todos intentarían descifrar. [Bened1ct]
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  • Mi portada fue renovada con colores más vivos y fuertes... Aquí estoy junto con mi guardiana cósmica robótica, Anillo... Espero en un futuro ser una gran Star Sapphire, quién sabe.
    Mi portada fue renovada con colores más vivos y fuertes... Aquí estoy junto con mi guardiana cósmica robótica, Anillo... Espero en un futuro ser una gran Star Sapphire, quién sabe.
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  • The Shadow Beast - Revelations of the Past
    Fandom Original/The Ancient Magus' Bride.
    Categoría Suspenso
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 6 de Diciembre, 2025.

    ⠀⠀La penumbra lucha contra la luz en aquel bosque, se filtra a través de la copa de aquellos árboles, indemnes ante el frío, inmutables tras el paso del tiempo. Así como él, una figura mítica que transitaba la oscuridad con una melena blanca luminiscente, lo más notable del escenario.

    ⠀⠀Su destino, su camino, su vida. Todo era un misterio, su propósito no tenía igual, en su callosa mano, sostenía un envase con una bebida caliente, parecía una infusión, una propia de su gente. Perfecta para estos climas fríos y húmedos, propios del norte.

    ⠀⠀El miedo lo rechazaba, un pie avanzaba con el otro con firmeza. Aun consciente de que algo, o alguien, acechaba en ese bosque rodeado de fuerzas que los humanos lucharon por olvidar.
    ⠀⠀Refugiándose en sus casas, abrazando la tecnología de la modernidad, el internet y las comodidades. Dioses, espíritus olvidados... y demonios, probablemente miraban con rencor a la existencia humana que transitaba.

    ⠀⠀Pero... algo les impedía atacar: miedo. Era plausible al solo verlo, invisible a ojos comunes, un torrente de energía vital que nacía y se perdía en la inmensidad de la bóveda celeste. Mantenían su distancia, y por eso permanecerían existentes en este plano.

    ⠀⠀⸻Tch⸻ Chasqueó su lengua, el camino se veía difuso. Tal vez estaba perdido, consultar el mapa era inútil y su celular no tenía señal. Los fae temían de su presencia y se alejaban de él, esto sería molesto.
    ⠀⠀Rumores lo habían atraído a este sitio, de una bestia, un nacimiento de sangre y sombra que acechaba este bosque. Pero tras una intensa búsqueda de una noche, no vio nada más que hojas y ecos de espíritus acorbardados.

    ⠀⠀Insatisfecho, hasta frustrado, intentó retomar el camino por donde vino, pero en la inmensidad del paisaje de verdes pálidos, ya no encontraba cómo llegar. Probablemente el conjuro de algún ser molesto, no se recordaba tan torpe como para olvidar pautas de orientación básica.
    ⠀⠀Su caminar lo llevó a un páramo, donde los árboles se apartaban cautelosamente. En su centro, una figura que gran porte, mantas negras lo cubrían, podía vislumbrar cabellos rubios lacios cayendo tras su nuca, unos ojos color esmeralda y un porte de etiqueta. ¿Un tipo así, recolectando flores en este sitio? La energía de este prado era extraña también.

    ⠀⠀⸻Hey⸻ Invadió aquel páramo, sacudiendo su esencia con cada paso. ⸻¿Qué es este lugar?⸻ Interrogó, sin mediar más palabras. Su mirada yacía puesta y severa en el ajeno, unos zafiros luminiscentes.

    Elías Ainsworth
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Londres, 6 de Diciembre, 2025. ⠀ ⠀⠀La penumbra lucha contra la luz en aquel bosque, se filtra a través de la copa de aquellos árboles, indemnes ante el frío, inmutables tras el paso del tiempo. Así como él, una figura mítica que transitaba la oscuridad con una melena blanca luminiscente, lo más notable del escenario. ⠀⠀Su destino, su camino, su vida. Todo era un misterio, su propósito no tenía igual, en su callosa mano, sostenía un envase con una bebida caliente, parecía una infusión, una propia de su gente. Perfecta para estos climas fríos y húmedos, propios del norte. ⠀⠀El miedo lo rechazaba, un pie avanzaba con el otro con firmeza. Aun consciente de que algo, o alguien, acechaba en ese bosque rodeado de fuerzas que los humanos lucharon por olvidar. ⠀⠀Refugiándose en sus casas, abrazando la tecnología de la modernidad, el internet y las comodidades. Dioses, espíritus olvidados... y demonios, probablemente miraban con rencor a la existencia humana que transitaba. ⠀⠀Pero... algo les impedía atacar: miedo. Era plausible al solo verlo, invisible a ojos comunes, un torrente de energía vital que nacía y se perdía en la inmensidad de la bóveda celeste. Mantenían su distancia, y por eso permanecerían existentes en este plano. ⠀⠀⸻Tch⸻ Chasqueó su lengua, el camino se veía difuso. Tal vez estaba perdido, consultar el mapa era inútil y su celular no tenía señal. Los fae temían de su presencia y se alejaban de él, esto sería molesto. ⠀⠀Rumores lo habían atraído a este sitio, de una bestia, un nacimiento de sangre y sombra que acechaba este bosque. Pero tras una intensa búsqueda de una noche, no vio nada más que hojas y ecos de espíritus acorbardados. ⠀⠀Insatisfecho, hasta frustrado, intentó retomar el camino por donde vino, pero en la inmensidad del paisaje de verdes pálidos, ya no encontraba cómo llegar. Probablemente el conjuro de algún ser molesto, no se recordaba tan torpe como para olvidar pautas de orientación básica. ⠀⠀Su caminar lo llevó a un páramo, donde los árboles se apartaban cautelosamente. En su centro, una figura que gran porte, mantas negras lo cubrían, podía vislumbrar cabellos rubios lacios cayendo tras su nuca, unos ojos color esmeralda y un porte de etiqueta. ¿Un tipo así, recolectando flores en este sitio? La energía de este prado era extraña también. ⠀⠀⸻Hey⸻ Invadió aquel páramo, sacudiendo su esencia con cada paso. ⸻¿Qué es este lugar?⸻ Interrogó, sin mediar más palabras. Su mirada yacía puesta y severa en el ajeno, unos zafiros luminiscentes. ⠀ [Elias_Ainsworth]
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  • En los corredores del silencio,
    donde la nobleza oculta sus temblores,
    mis manos —frías como mármol antiguo—
    se estremecen al verte llegar.

    No necesitas rozarme;
    tu sola presencia doblega salones enteros.
    Tu mirada, cálida y severa,
    corona mi piel con un fuego discreto,
    el tipo de fuego que solo los condenados
    y los enamorados conocen.
    Mi mente… ah, mi mente,
    juega sucio entre terciopelos y penumbras;
    evoca tu voz como un conjuro heredado,
    desata tu sombra sobre mi cuello
    con apenas cerrar los ojos.

    Y ese ah secreto, íntimo, ancestral,
    vibra entre mis costillas
    como si caminaras a mi lado,
    como si tu esencia reclamara mi destino.

    Pero cuando no te escucho,
    cuando tu silencio colma los pasillos,
    todo se vuelve más pesado,
    más difícil,
    como si el mundo perdiera su linaje
    y mi alma su derecho a respirar.
    En los corredores del silencio, donde la nobleza oculta sus temblores, mis manos —frías como mármol antiguo— se estremecen al verte llegar. No necesitas rozarme; tu sola presencia doblega salones enteros. Tu mirada, cálida y severa, corona mi piel con un fuego discreto, el tipo de fuego que solo los condenados y los enamorados conocen. Mi mente… ah, mi mente, juega sucio entre terciopelos y penumbras; evoca tu voz como un conjuro heredado, desata tu sombra sobre mi cuello con apenas cerrar los ojos. Y ese ah secreto, íntimo, ancestral, vibra entre mis costillas como si caminaras a mi lado, como si tu esencia reclamara mi destino. Pero cuando no te escucho, cuando tu silencio colma los pasillos, todo se vuelve más pesado, más difícil, como si el mundo perdiera su linaje y mi alma su derecho a respirar.
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  • Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin Chantle Queen Ishtar

    Una tarde de galletitas, nieve y amor

    La nieve caía lenta al otro lado de la ventana, como si también quisiera asomarse a vernos. El apartamento olía a jengibre, a canela y a hogar. Nuestro árbol de navidad brillaba con una luz suave, casi tímida, mientras las guirnaldas reflejaban los destellos cálidos de las lámparas de la cocina.

    Ryu estaba a mi lado, mi hermosa lobita de colmillitos, concentrada como si hornear fuera un arte ancestral extraño para ella. Cada vez que levantaba la vista para mirarme, me regalaba esa sonrisa ligera que me desarma por completo. Yo, con mi plato de galletas a medio decorar, simplemente me sentía completa. Como si ese instante fuese el centro de todas mis vidas.

    Chantle, con su aire travieso, había tomado el control absoluto de las decoraciones. Sus manos se movían rápido sobre los pequeños muñecos de jengibre, vistiéndolos con fondant de colores. Algunos llevaban bufanditas, otros chaquetas diminutas.

    Ryu tomó una galleta y le dio un mordisco pequeño, como si probara algo sagrado. Luego apoyó su codo en la encimera y me dedicó esa mirada lenta, enamorada, que solo ella sabe dar.

    Nos reunimos alrededor de la isla de la cocina, los tres, con tazas de leche caliente, mordiendo galletitas que parecían demasiado bonitas para comer. Afuera la nieve seguía cayendo, pero dentro… dentro era cálido, seguro, perfecto.

    En un momento, sin pensarlo, me acerqué por detrás de Ryu, abracé su cintura, y apoyé mi mejilla en su hombro.

    —Amo esto —susurré—. Amo pasar tiempo con vosotros. Amo nuestra familia. 🩷

    Ryu cubrió mi mano con la suya, suave, cálida, llena de vida.

    Chantle, siempre atento, nos miró con una sonrisa llena de orgullo y cariño. Tomó una galleta con forma de corazón y la dejó en medio de la mesa, como un pequeño símbolo silencioso.

    Así, rodeados de luces, azúcar y risas, la tarde se convirtió en uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Donde las galletas saben a magia, la nieve a calma, y el amor… a hogar.
    [Ryu] [frost_platinum_hare_393] Una tarde de galletitas, nieve y amor La nieve caía lenta al otro lado de la ventana, como si también quisiera asomarse a vernos. El apartamento olía a jengibre, a canela y a hogar. Nuestro árbol de navidad brillaba con una luz suave, casi tímida, mientras las guirnaldas reflejaban los destellos cálidos de las lámparas de la cocina. Ryu estaba a mi lado, mi hermosa lobita de colmillitos, concentrada como si hornear fuera un arte ancestral extraño para ella. Cada vez que levantaba la vista para mirarme, me regalaba esa sonrisa ligera que me desarma por completo. Yo, con mi plato de galletas a medio decorar, simplemente me sentía completa. Como si ese instante fuese el centro de todas mis vidas. Chantle, con su aire travieso, había tomado el control absoluto de las decoraciones. Sus manos se movían rápido sobre los pequeños muñecos de jengibre, vistiéndolos con fondant de colores. Algunos llevaban bufanditas, otros chaquetas diminutas. Ryu tomó una galleta y le dio un mordisco pequeño, como si probara algo sagrado. Luego apoyó su codo en la encimera y me dedicó esa mirada lenta, enamorada, que solo ella sabe dar. Nos reunimos alrededor de la isla de la cocina, los tres, con tazas de leche caliente, mordiendo galletitas que parecían demasiado bonitas para comer. Afuera la nieve seguía cayendo, pero dentro… dentro era cálido, seguro, perfecto. En un momento, sin pensarlo, me acerqué por detrás de Ryu, abracé su cintura, y apoyé mi mejilla en su hombro. —Amo esto —susurré—. Amo pasar tiempo con vosotros. Amo nuestra familia. 🩷 Ryu cubrió mi mano con la suya, suave, cálida, llena de vida. Chantle, siempre atento, nos miró con una sonrisa llena de orgullo y cariño. Tomó una galleta con forma de corazón y la dejó en medio de la mesa, como un pequeño símbolo silencioso. Así, rodeados de luces, azúcar y risas, la tarde se convirtió en uno de esos recuerdos que se guardan para siempre. Donde las galletas saben a magia, la nieve a calma, y el amor… a hogar.
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