• #Monorol

    𝗘𝗹 𝗢𝘀𝗼 𝗣𝗼𝗹𝗮𝗰𝗼

    ❝Y decir que estas fueron las tierras de la que era... Mi mejor amiga❞

    Reflexionaba en voz baja mientras un suspiro gélido de decepción, impregnado de triste melancolía, se deslizaba de sus labios. Hace años, cuando Dorian aún era parte de la policía, visitó Polonia por unas vacaciones y allí conoció a una persona maravillosa, o al menos fue maravillosa.

    Sasha Timber

    En la mente de Paranox, aquel nombre daba vueltas insistentemente como una mariposa del pasado que insistía en revolotear con sus alas de melancólia y momentos que alguna vez fueron momentos de felicidad, todo mientras ajustaba su rifle de precisión para disparar contra un importante mafioso conocido como "El Oso Polaco".

    Una vez que ajustó su rifle de precisión, calibrando con cuidado la mira telescópica, ajustando el visor y verificando el nivel de la burbuja para asegurar un disparo certero, respiró hondo y aquel nombre de aquella persona, su mejor amiga, se coló nuevamente en sus pensamientos.

    ❝Todo destrozado por el orgullo de nuestros corazones...❞

    Un súbito ardor le inundó el corazón, mientras una oleada de pensamientos le inundaba la mente.

    :Ø: Dorian ¿porque tienes que estar martirizandote por una amistad que dejó de ser? Al final ella se canso de ti como todos se cansan de ti, ya estamos acostumbrados. Te ocultaba cosas y fingía para que tú te sintieras bien hasta que ella misma colapso y prefirió elegirse a ella antes que a ti ¿Donde esta lo malo en eso?. Ella actuó de forma inmadura al hacer lo que hizo ¿Y tú? ¿Crees que lo que hiciste fue algo correcto?

    Con lágrimas que surcaban su delgado rostro, y una rabia abrasadora en su corazón, musitó mientras sostenía su rifle, su dedo estaba listo para apretar el gatillo pero temblaba a causa de aquel sentimiento profundo que embargaba a Paranox.

    ❝¡Que yo no la veía como algo más! ¡Imposible! Yo no nací para tener una relación amorosa con alguna yo solo... Yo solo quería una amistad sincera, yo solo quería saber lo que se siente ser amado ¿Porque ni eso puedo tener?❞

    :Ø: Porque no naciste para estar al lado de alguien, eres diferente Dorian y eso conlleva la soledad más fría y oscura ¿Que hay de malo en ello? Ella se confundió ¿Y? ¿Cuál es el problema? Al final todas las personas son malas y algún día te traicionaran o te dejarán solo, ella demostró eso... Aprende que el mundo es tu enemigo principal y tu debes resguardarte de todos esos lobos vestidos de ovejas.

    Lágrimas nublaban su visión sin embargo el intento limpiarlas pero apretaba los dientes con furia contenida, realmente no quería aceptar que su amistad se haya acabado por un simple mal entendido, o quizás también por lo injusto que era la vida con él, una vez localizó su objetivo, disparó.

    Aquel disparo fue tan silencioso como un susurro que se mezclaba con la calma del momento. La bala surcó el aire con una velocidad implacable, trazando una línea invisible hacia su destino. El impacto fue certero, un golpe preciso que atravesó la cabeza de aquel mafioso derribándolo al suelo en un instante. Paranox dejó el rifle allí y comenzó a escapar.

    En cuánto a su fracaso en una amistad fugaz, Dorian y Sasha habían tenido una linda relación amistosa hasta que un mal entendido y medidas drásticas dieron fin a aquello. Fue una de las razones por las que el joven Dorian dejó de creer en los demás y sigue sin creer. Quizás todo producto de su intensa paranoia o quizás producto de personas equivocadas...

    Sea como sea aquel peliblanco había perdido las esperanzas ya y sepultado su corazón, es por eso que asesina a sangre fría.
    #Monorol 𝗘𝗹 𝗢𝘀𝗼 𝗣𝗼𝗹𝗮𝗰𝗼 ❝Y decir que estas fueron las tierras de la que era... Mi mejor amiga❞ Reflexionaba en voz baja mientras un suspiro gélido de decepción, impregnado de triste melancolía, se deslizaba de sus labios. Hace años, cuando Dorian aún era parte de la policía, visitó Polonia por unas vacaciones y allí conoció a una persona maravillosa, o al menos fue maravillosa. Sasha Timber En la mente de Paranox, aquel nombre daba vueltas insistentemente como una mariposa del pasado que insistía en revolotear con sus alas de melancólia y momentos que alguna vez fueron momentos de felicidad, todo mientras ajustaba su rifle de precisión para disparar contra un importante mafioso conocido como "El Oso Polaco". Una vez que ajustó su rifle de precisión, calibrando con cuidado la mira telescópica, ajustando el visor y verificando el nivel de la burbuja para asegurar un disparo certero, respiró hondo y aquel nombre de aquella persona, su mejor amiga, se coló nuevamente en sus pensamientos. ❝Todo destrozado por el orgullo de nuestros corazones...❞ Un súbito ardor le inundó el corazón, mientras una oleada de pensamientos le inundaba la mente. :Ø: Dorian ¿porque tienes que estar martirizandote por una amistad que dejó de ser? Al final ella se canso de ti como todos se cansan de ti, ya estamos acostumbrados. Te ocultaba cosas y fingía para que tú te sintieras bien hasta que ella misma colapso y prefirió elegirse a ella antes que a ti ¿Donde esta lo malo en eso?. Ella actuó de forma inmadura al hacer lo que hizo ¿Y tú? ¿Crees que lo que hiciste fue algo correcto? Con lágrimas que surcaban su delgado rostro, y una rabia abrasadora en su corazón, musitó mientras sostenía su rifle, su dedo estaba listo para apretar el gatillo pero temblaba a causa de aquel sentimiento profundo que embargaba a Paranox. ❝¡Que yo no la veía como algo más! ¡Imposible! Yo no nací para tener una relación amorosa con alguna yo solo... Yo solo quería una amistad sincera, yo solo quería saber lo que se siente ser amado ¿Porque ni eso puedo tener?❞ :Ø: Porque no naciste para estar al lado de alguien, eres diferente Dorian y eso conlleva la soledad más fría y oscura ¿Que hay de malo en ello? Ella se confundió ¿Y? ¿Cuál es el problema? Al final todas las personas son malas y algún día te traicionaran o te dejarán solo, ella demostró eso... Aprende que el mundo es tu enemigo principal y tu debes resguardarte de todos esos lobos vestidos de ovejas. Lágrimas nublaban su visión sin embargo el intento limpiarlas pero apretaba los dientes con furia contenida, realmente no quería aceptar que su amistad se haya acabado por un simple mal entendido, o quizás también por lo injusto que era la vida con él, una vez localizó su objetivo, disparó. Aquel disparo fue tan silencioso como un susurro que se mezclaba con la calma del momento. La bala surcó el aire con una velocidad implacable, trazando una línea invisible hacia su destino. El impacto fue certero, un golpe preciso que atravesó la cabeza de aquel mafioso derribándolo al suelo en un instante. Paranox dejó el rifle allí y comenzó a escapar. En cuánto a su fracaso en una amistad fugaz, Dorian y Sasha habían tenido una linda relación amistosa hasta que un mal entendido y medidas drásticas dieron fin a aquello. Fue una de las razones por las que el joven Dorian dejó de creer en los demás y sigue sin creer. Quizás todo producto de su intensa paranoia o quizás producto de personas equivocadas... Sea como sea aquel peliblanco había perdido las esperanzas ya y sepultado su corazón, es por eso que asesina a sangre fría.
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  • — ¡Oh! ¡Se termina el año!... ¡Oh! ¡Este año reí y lloré!... ¡Oh! ¡Cometí errores!... ¡Oh! ¡Conocí personas maravillosas!... ¡Oh! ¡Otras se alejaron!... ¡Oh! ¡La pizza con piña tiene un sabor asqueroso!... — Expresaba con una clara sobreactuación a la hora de exclamar aquellas frases.

    Veía esos globos flotar en una gran plaza, donde había mucha gente, especialmente familias que estaban felices despidiendo el año, la gente sonriendo, los niños corriendo, jugando, saltando.

    Todo hasta que se escuchó muchos disparos que hacían explotar esos globos, provocando que la gente gritara y saliera corriendo por el miedo.

    Al final era él, disparando con sus dos revolver de color dorado, sonriendo como no se le veía hace tiempo al hacerlo, riendo a carcajadas tal cual como si fuese un niño jugando y divirtiéndose como hacía mucho no lo hacía. — ¡Oh! ¡Me importa una mierda! ¡Jajajaja!
    — ¡Oh! ¡Se termina el año!... ¡Oh! ¡Este año reí y lloré!... ¡Oh! ¡Cometí errores!... ¡Oh! ¡Conocí personas maravillosas!... ¡Oh! ¡Otras se alejaron!... ¡Oh! ¡La pizza con piña tiene un sabor asqueroso!... — Expresaba con una clara sobreactuación a la hora de exclamar aquellas frases. Veía esos globos flotar en una gran plaza, donde había mucha gente, especialmente familias que estaban felices despidiendo el año, la gente sonriendo, los niños corriendo, jugando, saltando. Todo hasta que se escuchó muchos disparos que hacían explotar esos globos, provocando que la gente gritara y saliera corriendo por el miedo. Al final era él, disparando con sus dos revolver de color dorado, sonriendo como no se le veía hace tiempo al hacerlo, riendo a carcajadas tal cual como si fuese un niño jugando y divirtiéndose como hacía mucho no lo hacía. — ¡Oh! ¡Me importa una mierda! ¡Jajajaja!
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  • Bueno, mi hijo oficialmente llegó a la difícil adolescencia y no solo eso...
    Ya descubrió que se puede transformar como su difunto padre.

    Ahhhh ~ cielos ¿alguien sabe domesticar lobos?
    Bueno, mi hijo oficialmente llegó a la difícil adolescencia y no solo eso... Ya descubrió que se puede transformar como su difunto padre. Ahhhh ~ cielos ¿alguien sabe domesticar lobos?
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  • Hiro: :D!!!!

    (Hiro adora los globos de nieve asi que tener uno más por parte de Killian Evans lo alegra bastante)

    Hiro: Feliz navidad a ti tambien, amigo mio X3!!
    Hiro: :D!!!! (Hiro adora los globos de nieve asi que tener uno más por parte de [orbit_sapphire_owl_533] lo alegra bastante) Hiro: Feliz navidad a ti tambien, amigo mio X3!!
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  • 【 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐞𝐣𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐮 … ¿𝐃𝐞𝐛𝐞𝐫í𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐭𝐞? 】







    Su primera mascota fue un conejo blanco. Para un niño de apenas ocho años, aquel animal era el regalo perfecto, el símbolo de una inocencia que aún no había aprendido a temer. Pero también sería la última.

    No entendía del todo a su madre; a menudo, sus ojos lo atravesaban con odio, desprecio y asco. Sin embargo, en la soledad de la noche, lejos de miradas ajenas, ella dejaba dulces y pequeños obsequios acompañados de notas cariñosas.

    En esas notas, le aseguraba que lo amaba, pero que su afecto debía mantenerse en secreto. Decía que era un "juego" y que, al final, habría una gran recompensa. El pequeño niño rubio se aferraba a esas palabras como un náufrago a una tabla, ignorando la confusión que su joven corazón albergaba. Porque, aunque lo emocionaban los gestos de su madre, le dolía la frialdad que mostraba ante los demás. Su padre tampoco era un refugio; lo obligaba a cumplir órdenes que él no entendía ni quería ejecutar.

    Ojalá hubiera sabido que, aquellas notas, nunca fueron escritas por su madre, sino, por su cuidadora Camile.

    Fue una tarde cuando su madre tomo el conejo, se lo arrebato de sus brazos. Antes de que pudiera reaccionar, vio cómo el animal era lanzado al patio, directo al territorio de los perros.

    Los gritos desesperados del niño llenaron el aire. Intentó correr tras Bianca, pero un tirón fuerte en su brazo lo detuvo. Sus pequeños ojos dorados miraron a su madre buscando alguna clase de explicación. Pero en cambio ella lo alzó como si fuera un muñeco de trapo y, sosteniéndolo con fuerza, lo obligó a mirar.

    —No apartes la vista — Las palabras de ella eran frías mientras lo forzaba a presenciar cómo los perros se abalanzaban sobre el pequeño cuerpo del conejo.

    El pequeño niño sollozaba, retorciéndose en un intento inútil por liberarse. Las lágrimas rodaban por su rostro mientras su voz se quebraba en súplicas. Pero su madre no cedió, sujetándolo con fuerza para que viera el cruel espectáculo hasta el final.

    Cuando los perros se dispersaron, lo dejaron acercarse. Con las manos temblorosas, recogió lo que quedaba de Bianca. Su pequeño cuerpo temblaba, incapaz de articular palabra. Solo el temblor de su labio inferior hablaba de su terror y de la angustia que lo ahogaba.

    Desde lejos, su padre observaba la escena con indiferencia, pero pronto una sonrisa apenas perceptible curvó sus labios.
    La familia Conti había construido su legado sobre la frialdad, sobre una indiferencia brutal hacia los lazos de sangre. En sus ojos, endurecer la mente de un niño no era cruel; era necesario. Y Alessandro, apenas consciente de lo que significaba llevar ese apellido, estaba a punto de descubrirlo.

    . . .

    El lugar era lúgubre, saturado por los gritos desesperados de personas y las órdenes ásperas de otros. Ryan fijó la vista en la pared de piedra caliza frente a él, manchada de sangre y salpicada de trozos de carne. Su espalda descansaba contra la superficie fría mientras tarareaba una canción, indiferente al caos que lo rodeaba. Su ropa estaba desgarrada y cubierta de suciedad; las heridas en sus piernas palpitaban y una quemadura fresca en su espalda le recordaba lo mal que había terminado el intento de escape.


    Lentamente, sus ojos ámbar se posaron en el cadáver de un hombre corpulento, tendido en un charco de sangre con la cabeza hecha pedazos. A su lado, un martillo, el arma usada para dejarlo sin vida. Una sonrisa torcida apareció en sus labios. Ese hombre no era otro que el primer ex-prometido de su compañera. Había tantos secretos que ella había ocultado, sorpresitas que terminó descubriendo.

    Killman había atacado sin previo aviso, rompiendo el tratado con su padre. Aunque fue su culpa, era su intención después de todo. Solo basto decirle que "Vanya es muy bonita, tanto que la hice mi novia" "Oye, ¿Te gustaria ser el padrino de bodas?" y ese bastardo perdio la cabeza por completo. Obviamente todo era mentira, ella no era nada mas que su amiga, pero sabia donde golpear para que un hombre perdiera la cabeza. Golpear su orgullo. "Ella si se quiere casar conmigo, al menos podremos tener hijos bonitos ¿No lo crees?"

    Volvio a reir al solo recordar aquello. Risa que no duro mucho.

    — Creo que ya vienen por nosotros —murmuró al escuchar pasos apresurados acercándose.

    Su tono tranquilo y sereno tenía algo profundamente inquietante.

    — Nos van a llevar a una de las propiedades de Fabrizio —añadió.

    Esperó, pero no obtuvo respuesta. Su mirada se desvió hacia su compañera, quien yacía inmóvil a su lado. Ryan tomó su mano, notándola helada, sin vida. Sin embargo, no parecía alarmado. Solo tenía que esperar unos minutos.

    — Será mejor que despiertes. Te cargaría, pero mi espalda aún duele. La quemadura sigue latiendo, y tengo suerte de que mis pulmones no hayan explotado.

    Hizo una pausa, sus labios curvándose en una sonrisa casi divertida, no pudo evitar reír un poco.

    — Tenemos que volver con los chicos. Kiev y Rubí estarán molestos si seguimos aquí. Vayamos con Fabrizio y, una vez recompuestos, busquemos cómo volver a huir.

    Le dio unas suaves palmaditas en la mejilla. En ese momento, la puerta metálica se abrió de golpe. La luz de las linternas lo obligó a cerrar los ojos un instante mientras se acostumbraba al resplandor. Unos hombres armados entraron, soltando suspiros de alivio al ver que el hijo de su jefe seguía con vida. Fue entonces cuando el cuerpo de su compañera comenzó a moverse.

    . . .

    La mansión de los Conti permanecía oculta tras un extenso bosque, con altos muros que separaban la naturaleza salvaje de la fría opulencia de la propiedad. Era un lugar diseñado tanto para proteger como para encerrar.

    Estaba en el jardín, bebiendo té mientras miraba las murallas. La pelinegra estaba en una de las habitaciones.

    — Esto me trae recuerdos... —murmuró con una sonrisa —. Cuando tenía doce años, mi madre me lanzó a los lobos para matarme. Mi padre lo sabía y decidió usarlo como una lección.

    Bebió un sorbo de té antes de añadir con tono casual.

    — Así que la usé de carnada y corrí de vuelta mientras ellos se la comían. Lindos recuerdos.

    Sonrió aunque no pudo evitar reír ante lo recordado, la servidumbre permanecía inmóvil, escuchando la retorcida historia. Ryan volteo a mirarlos unos segundos, antes de volver su mirada en su zapato, habia un conejito ahi. No dijo nada, pero si le parecio curioso. — ¿Bianca? — Sabia que no era ella, pero era tan idéntica, bueno, era un simple conejo blanco.

    【 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐞𝐣𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐮 … ¿𝐃𝐞𝐛𝐞𝐫í𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐫𝐭𝐞? 】 Su primera mascota fue un conejo blanco. Para un niño de apenas ocho años, aquel animal era el regalo perfecto, el símbolo de una inocencia que aún no había aprendido a temer. Pero también sería la última. No entendía del todo a su madre; a menudo, sus ojos lo atravesaban con odio, desprecio y asco. Sin embargo, en la soledad de la noche, lejos de miradas ajenas, ella dejaba dulces y pequeños obsequios acompañados de notas cariñosas. En esas notas, le aseguraba que lo amaba, pero que su afecto debía mantenerse en secreto. Decía que era un "juego" y que, al final, habría una gran recompensa. El pequeño niño rubio se aferraba a esas palabras como un náufrago a una tabla, ignorando la confusión que su joven corazón albergaba. Porque, aunque lo emocionaban los gestos de su madre, le dolía la frialdad que mostraba ante los demás. Su padre tampoco era un refugio; lo obligaba a cumplir órdenes que él no entendía ni quería ejecutar. Ojalá hubiera sabido que, aquellas notas, nunca fueron escritas por su madre, sino, por su cuidadora Camile. Fue una tarde cuando su madre tomo el conejo, se lo arrebato de sus brazos. Antes de que pudiera reaccionar, vio cómo el animal era lanzado al patio, directo al territorio de los perros. Los gritos desesperados del niño llenaron el aire. Intentó correr tras Bianca, pero un tirón fuerte en su brazo lo detuvo. Sus pequeños ojos dorados miraron a su madre buscando alguna clase de explicación. Pero en cambio ella lo alzó como si fuera un muñeco de trapo y, sosteniéndolo con fuerza, lo obligó a mirar. —No apartes la vista — Las palabras de ella eran frías mientras lo forzaba a presenciar cómo los perros se abalanzaban sobre el pequeño cuerpo del conejo. El pequeño niño sollozaba, retorciéndose en un intento inútil por liberarse. Las lágrimas rodaban por su rostro mientras su voz se quebraba en súplicas. Pero su madre no cedió, sujetándolo con fuerza para que viera el cruel espectáculo hasta el final. Cuando los perros se dispersaron, lo dejaron acercarse. Con las manos temblorosas, recogió lo que quedaba de Bianca. Su pequeño cuerpo temblaba, incapaz de articular palabra. Solo el temblor de su labio inferior hablaba de su terror y de la angustia que lo ahogaba. Desde lejos, su padre observaba la escena con indiferencia, pero pronto una sonrisa apenas perceptible curvó sus labios. La familia Conti había construido su legado sobre la frialdad, sobre una indiferencia brutal hacia los lazos de sangre. En sus ojos, endurecer la mente de un niño no era cruel; era necesario. Y Alessandro, apenas consciente de lo que significaba llevar ese apellido, estaba a punto de descubrirlo. . . . El lugar era lúgubre, saturado por los gritos desesperados de personas y las órdenes ásperas de otros. Ryan fijó la vista en la pared de piedra caliza frente a él, manchada de sangre y salpicada de trozos de carne. Su espalda descansaba contra la superficie fría mientras tarareaba una canción, indiferente al caos que lo rodeaba. Su ropa estaba desgarrada y cubierta de suciedad; las heridas en sus piernas palpitaban y una quemadura fresca en su espalda le recordaba lo mal que había terminado el intento de escape. Lentamente, sus ojos ámbar se posaron en el cadáver de un hombre corpulento, tendido en un charco de sangre con la cabeza hecha pedazos. A su lado, un martillo, el arma usada para dejarlo sin vida. Una sonrisa torcida apareció en sus labios. Ese hombre no era otro que el primer ex-prometido de su compañera. Había tantos secretos que ella había ocultado, sorpresitas que terminó descubriendo. Killman había atacado sin previo aviso, rompiendo el tratado con su padre. Aunque fue su culpa, era su intención después de todo. Solo basto decirle que "Vanya es muy bonita, tanto que la hice mi novia" "Oye, ¿Te gustaria ser el padrino de bodas?" y ese bastardo perdio la cabeza por completo. Obviamente todo era mentira, ella no era nada mas que su amiga, pero sabia donde golpear para que un hombre perdiera la cabeza. Golpear su orgullo. "Ella si se quiere casar conmigo, al menos podremos tener hijos bonitos ¿No lo crees?" Volvio a reir al solo recordar aquello. Risa que no duro mucho. — Creo que ya vienen por nosotros —murmuró al escuchar pasos apresurados acercándose. Su tono tranquilo y sereno tenía algo profundamente inquietante. — Nos van a llevar a una de las propiedades de Fabrizio —añadió. Esperó, pero no obtuvo respuesta. Su mirada se desvió hacia su compañera, quien yacía inmóvil a su lado. Ryan tomó su mano, notándola helada, sin vida. Sin embargo, no parecía alarmado. Solo tenía que esperar unos minutos. — Será mejor que despiertes. Te cargaría, pero mi espalda aún duele. La quemadura sigue latiendo, y tengo suerte de que mis pulmones no hayan explotado. Hizo una pausa, sus labios curvándose en una sonrisa casi divertida, no pudo evitar reír un poco. — Tenemos que volver con los chicos. Kiev y Rubí estarán molestos si seguimos aquí. Vayamos con Fabrizio y, una vez recompuestos, busquemos cómo volver a huir. Le dio unas suaves palmaditas en la mejilla. En ese momento, la puerta metálica se abrió de golpe. La luz de las linternas lo obligó a cerrar los ojos un instante mientras se acostumbraba al resplandor. Unos hombres armados entraron, soltando suspiros de alivio al ver que el hijo de su jefe seguía con vida. Fue entonces cuando el cuerpo de su compañera comenzó a moverse. . . . La mansión de los Conti permanecía oculta tras un extenso bosque, con altos muros que separaban la naturaleza salvaje de la fría opulencia de la propiedad. Era un lugar diseñado tanto para proteger como para encerrar. Estaba en el jardín, bebiendo té mientras miraba las murallas. La pelinegra estaba en una de las habitaciones. — Esto me trae recuerdos... —murmuró con una sonrisa —. Cuando tenía doce años, mi madre me lanzó a los lobos para matarme. Mi padre lo sabía y decidió usarlo como una lección. Bebió un sorbo de té antes de añadir con tono casual. — Así que la usé de carnada y corrí de vuelta mientras ellos se la comían. Lindos recuerdos. Sonrió aunque no pudo evitar reír ante lo recordado, la servidumbre permanecía inmóvil, escuchando la retorcida historia. Ryan volteo a mirarlos unos segundos, antes de volver su mirada en su zapato, habia un conejito ahi. No dijo nada, pero si le parecio curioso. — ¿Bianca? — Sabia que no era ella, pero era tan idéntica, bueno, era un simple conejo blanco.
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  • Me veo tierna y frágil, sin embargo puedo desgarrar miembro por miembro tu cuerpo hasta que no quede nada y alimentar a los lobos. #AshrahMortalKombat
    Me veo tierna y frágil, sin embargo puedo desgarrar miembro por miembro tu cuerpo hasta que no quede nada y alimentar a los lobos. #AshrahMortalKombat
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  • Los lobos son bonitos...
    Y encontré este libro en la biblioteca. Creo que será excelente para pasar esta noche aburrida, además de una buena taza de café...
    ¡Basta ya de monstruos!
    Los lobos también son muy interesantes
    Los lobos son bonitos... Y encontré este libro en la biblioteca. Creo que será excelente para pasar esta noche aburrida, además de una buena taza de café... ¡Basta ya de monstruos! Los lobos también son muy interesantes 😁
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  • Memoria 001

    Valor. Honor. Prestigio.
    Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses.

    Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él.

    La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello.

    Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey.

    No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo.

    Respeto. Autoridad. Poder.
    El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse.

    Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior.

    Memoria 001
    Memoria 001 Valor. Honor. Prestigio. Alguna vez, hace mucho tiempo, esas eran las cualidades que el título de Príncipe heredero significaban para él. Donde quiera que su hermano mayor caminara, los ojos de las personas le seguían inmediatamente, parecían polillas atraídas por los faroles de media noche, dispuestas morir en las llamas si así lo deseaba. Li Jie era completa perfección, un chico que realmente había nacido para ser príncipe heredero y que, desde el momento en que vistiera las túnicas representativas, parecía ser la elección más amada de los dioses. Ming Wei siempre le había mirado con admiración. En sus ojos, a diferencia de sus demás hermanos de padre, jamás se notaba la avaricia y la codicia de ese título, siempre era la admiración y la devoción quienes permeaban sus ojos y su voz al hablar con Li Jie sobre el futuro. Su hermano era diligente, visionario y dedicado completamente a sus labores como príncipe heredero; era fuerte, era bravo y era valiente, digno de portar en su uniforme el emblema del dragón de tres garras o el valiente león del clan Qiang. Sin duda, parecía que las prendas de habían confeccionado exclusivamente para él. La primera vez que Ming estuvo delante de la túnica, tras largos meses de luto por la muerte del príncipe heredero, sintió que no la merecía. A pesar de que esa hubiese sido la última voluntad de su hermano, en su agonizante lecho de muerte, no se sentía con la capacidad de afrontar un desafío de esa magnitud. No cuando sentía que estaba rodeado de lobos hambrientos dispuestos a saltarle encima para destazarlo, pero detrás de todos ellos estaba el peor: Ese tigre viejo que le observaba con intención de ser el primero, además del único, de abalanzarse sobre de él para arrancarle el cuello. Desde el primer instante que se colocó las túnicas, Ming Wei sintió que la magia de su infancia se había perdido. Las palabras de antaño ya no tenían el mismo significado, ya no sentía que le mirasen por voluntad propia como a su hermano, creía que todos los ojos estaban puestos sobre de él para asegurarse de estar ahí en el momento que pisara un madero y cayera al abismo. Porque sus pasos eran capaces de acelerar las lenguas en Shangqiu, pues un centenar de rumores salían a la luz cada vez que se ganaba el favor del rey. No fue hasta que levantó la cabeza, comprendiendo la importancia de su posición y su prevalencia en ella, que las palabras volvieron a cambiar en su mente. Se había dejado aplastar tanto tiempo por su propia inseguridad, que se había convertido en una marioneta más de la Reina Madre y de los ministros, era un príncipe heredero cuya cabeza estaba debajo de una espada que pendía de un hilo. Respeto. Autoridad. Poder. El príncipe heredero tenía derecho a todo. Podía hacer lo que deseara acorde a las reglas del Clan y del Rey, podía poner de cabeza el palacio o los salones si lo deseaba, podía levantar su voz por encima de las demás y solo callar cuando el rey hablara. Si tenía tanta libertad, entonces, ¿por qué iba a dejarse vencer? ¿Por qué tenía que agacharse ante los demás si él estaba por encima de todos? Mientras que él viviera en esa posición, su cabeza y la de sus hermanos menores se mantendría en su lugar, su madre seguiría recibiendo tratamiento para la rotura en su corazón y, también, se aseguraría de encontrar al culpable de la muerte de Li Jie para vengarse. Desde ese día, la vida de Ming Wei había cambiado. Sus pensamientos, sus ideologías, sus sentimientos y su naturaleza se comenzaron a encaminar para lograr sus objetivos, para hacer sus pasos sonar y, así, recordarles a todos en Shangqiu porqué había sido elegido él de entre todos los príncipes para suceder al anterior. Memoria 001
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  • El día 14 del Inkfest comenzó con Jeff The Killer claramente irritado. Ticcy Toby había estado fastidiándolo sin parar sobre lo poco que leía, insinuando que ni siquiera sabía lo que era una biblioteca. Cansado de sus provocaciones, Jeff finalmente decidió probar su punto.

    Con desgana, se dirigió a una vieja biblioteca en Ficrol, un lugar polvoriento y olvidado por el tiempo. Mientras caminaba entre los estantes, sus ojos se fijaron en un libro peculiar con una portada grabada con un símbolo brillante. "¿Por qué no?", pensó, tomando el libro y abriéndolo sin más.

    En cuanto lo hizo, una ráfaga de viento frío recorrió el lugar, y de las páginas comenzaron a salir criaturas de todo tipo. Hombres armados con espadas, lobos gigantes y hasta un dragón emergieron de las letras impresas, como si cada palabra cobrara vida de repente.

    —¡Ah, genial! ¡Esto no puede estar pasando otra vez! —gruñó Jeff, esquivando a un caballero medieval que le lanzó un golpe con su espada.

    Las criaturas no dejaban de salir, llenando la biblioteca de fantasmas, guerreros y monstruos fantásticos. Todo aquello parecía un desfile de pesadillas salidas de los libros.

    —Definitivamente, esta es la última vez que toco un maldito libro —murmuró, corriendo hacia la salida mientras el caos seguía desatándose a su alrededor.

    #Inkfest DIA 14
    El día 14 del Inkfest comenzó con Jeff The Killer claramente irritado. Ticcy Toby había estado fastidiándolo sin parar sobre lo poco que leía, insinuando que ni siquiera sabía lo que era una biblioteca. Cansado de sus provocaciones, Jeff finalmente decidió probar su punto. Con desgana, se dirigió a una vieja biblioteca en Ficrol, un lugar polvoriento y olvidado por el tiempo. Mientras caminaba entre los estantes, sus ojos se fijaron en un libro peculiar con una portada grabada con un símbolo brillante. "¿Por qué no?", pensó, tomando el libro y abriéndolo sin más. En cuanto lo hizo, una ráfaga de viento frío recorrió el lugar, y de las páginas comenzaron a salir criaturas de todo tipo. Hombres armados con espadas, lobos gigantes y hasta un dragón emergieron de las letras impresas, como si cada palabra cobrara vida de repente. —¡Ah, genial! ¡Esto no puede estar pasando otra vez! —gruñó Jeff, esquivando a un caballero medieval que le lanzó un golpe con su espada. Las criaturas no dejaban de salir, llenando la biblioteca de fantasmas, guerreros y monstruos fantásticos. Todo aquello parecía un desfile de pesadillas salidas de los libros. —Definitivamente, esta es la última vez que toco un maldito libro —murmuró, corriendo hacia la salida mientras el caos seguía desatándose a su alrededor. #Inkfest DIA 14
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  • Hay lobos que pueden controlar su transformación y no necesitan de una "luna llena". en realidad, todos pueden pero deben seguir un duro entrenamiento.
    Hay lobos que pueden controlar su transformación y no necesitan de una "luna llena". en realidad, todos pueden pero deben seguir un duro entrenamiento.
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