• En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas.

    Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron.

    En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante.

    Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas.

    Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado.

    Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.

    En el corazón de la espesura, un roble se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas. Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el epicentro: una luz dorada brilló momentáneamente debajo de la espada, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron. En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura encerrada había despertado lo suficiente para proteger su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante. Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: Permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada misteriosa. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado. Mientras los guerreros montaban guardia a gran distancia, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.
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  • Todo esto es un juego. Mantener las apariencias, fingir simpatía... pero ellos no entienden. Mientras ellos se distraen, yo avanzo. Algún día, seré más que un simple humano o mago. Seré una leyenda, y nadie verá venir lo que tengo planeado.
    Todo esto es un juego. Mantener las apariencias, fingir simpatía... pero ellos no entienden. Mientras ellos se distraen, yo avanzo. Algún día, seré más que un simple humano o mago. Seré una leyenda, y nadie verá venir lo que tengo planeado.
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  • //rol en el futuro año 2xxx//

    Los humanos ya sospechan de mi existencia, comienza a ser problemático que los humanos se enteren que sigo vivo... Pero.... ¿Cómo se han enterado de que no soy una leyenda o en dónde estoy?

    Japón es peligroso por desgracia, ni siquiera pueden fingir que no saben que existo? Sus emboscadas son terribles y hablando de terribles

    -giro el tambor de la pistola recargando su arma continuando por apuntar a la hilera de hombres -

    Uno de ustedes es el traidor que está pasando información de mi existencia a aquellos desagradables humanos. Es mejor que el responsable admita su responsabilidad de lo contrario... Desearan haber muerto por esta bala y no del modo en el que mataba a los demonios cuando vivía en el periodo feudal
    //rol en el futuro año 2xxx// Los humanos ya sospechan de mi existencia, comienza a ser problemático que los humanos se enteren que sigo vivo... Pero.... ¿Cómo se han enterado de que no soy una leyenda o en dónde estoy? Japón es peligroso por desgracia, ni siquiera pueden fingir que no saben que existo? Sus emboscadas son terribles y hablando de terribles -giro el tambor de la pistola recargando su arma continuando por apuntar a la hilera de hombres - Uno de ustedes es el traidor que está pasando información de mi existencia a aquellos desagradables humanos. Es mejor que el responsable admita su responsabilidad de lo contrario... Desearan haber muerto por esta bala y no del modo en el que mataba a los demonios cuando vivía en el periodo feudal
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  • -Siempre ha sido así, desde los inicios... Los humanos, frágiles criaturas, siempre buscan algo a lo que aferrarse, algo que les dé sentido, algo que los ancle a esta caótica existencia... La familia, dicen, es su refugio, su propósito... Otras veces es la religión, esos dioses invisibles que veneran con tanto fervor... Y cuando eso no basta, recurren a sustancias, a drogas, a alcohol, buscando en la oscuridad lo que no encuentran en la luz...

    -Buscan mitos, leyendas, incluso a sí mismos... Se adhieren a cualquier cosa que les prometa una verdad, un escape, una razón para no caer en la desesperación... Los veo, los observo desde la distancia... Son tan previsibles, tan necesitados... No pueden soportar el vacío, no pueden enfrentarse a la realidad desnuda de su propia fragilidad...

    -Y aquí entro yo...

    -¿Quieren algo que adorar? ¿Quieren algo en lo que creer? Me puedo disfrazar, cambiar de forma, convertirme en lo que sea necesario para que tengan ese algo a lo que aferrarse... Puedo ser su dios, su demonio, su esperanza o su destrucción... No importa... Solo necesitan que alguien los guíe, que alguien les dé la ilusión de control en un mundo donde no lo tienen...

    -Porque al final, eso es todo lo que son: seres perdidos, desesperados por encontrar algo, cualquier cosa, que les dé consuelo... Y yo… yo estoy más que dispuesto a ofrecerles exactamente lo que buscan...
    -Siempre ha sido así, desde los inicios... Los humanos, frágiles criaturas, siempre buscan algo a lo que aferrarse, algo que les dé sentido, algo que los ancle a esta caótica existencia... La familia, dicen, es su refugio, su propósito... Otras veces es la religión, esos dioses invisibles que veneran con tanto fervor... Y cuando eso no basta, recurren a sustancias, a drogas, a alcohol, buscando en la oscuridad lo que no encuentran en la luz... -Buscan mitos, leyendas, incluso a sí mismos... Se adhieren a cualquier cosa que les prometa una verdad, un escape, una razón para no caer en la desesperación... Los veo, los observo desde la distancia... Son tan previsibles, tan necesitados... No pueden soportar el vacío, no pueden enfrentarse a la realidad desnuda de su propia fragilidad... -Y aquí entro yo... -¿Quieren algo que adorar? ¿Quieren algo en lo que creer? Me puedo disfrazar, cambiar de forma, convertirme en lo que sea necesario para que tengan ese algo a lo que aferrarse... Puedo ser su dios, su demonio, su esperanza o su destrucción... No importa... Solo necesitan que alguien los guíe, que alguien les dé la ilusión de control en un mundo donde no lo tienen... -Porque al final, eso es todo lo que son: seres perdidos, desesperados por encontrar algo, cualquier cosa, que les dé consuelo... Y yo… yo estoy más que dispuesto a ofrecerles exactamente lo que buscan...
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  • - estaba en una biblioteca con registros históricas , llenas de aquellas leyendas y profecías que alguna vez existieron por todo el mundo -

    ¿Quien anda allí?
    - estaba en una biblioteca con registros históricas , llenas de aquellas leyendas y profecías que alguna vez existieron por todo el mundo - ¿Quien anda allí?
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  • En lo profundo del bosque
    Fandom Fantasia
    Categoría Fantasía
    ミ★ 𝘌𝘭 𝘣𝘰𝘴𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘻𝘶𝘭 ★彡

    -Era un dia soleado, de otoño, habias planeado una excursion, junto a tus amigos, llegando un punto donde te separaste del grupo, ahi, encontraste una estatua triangular, una bastante peculiar, algo en ti, decia que te acercaras a ella, una vez te acercaste leiste una pequeña placa que decia lo siguiente: "꓄ꋪꀤꍏꈤꁅꀎ꒒ꀎꂵ, ꍟꈤ꓄ꍏꈤꁅꀎ꒒ꀎꂵ. ꃴꍟꈤꍟꎇꂦꋪꀤꌗ ꀸꂦꂵꀤꈤꀎꌗ ꃴꍟꈤ꓄ꀤꀎꂵ. ꃴꍟꈤꍟꎇꂦꋪꀤꌗ ꃴꍟꈤꍟ꓄ꀤꌗꍏꋪꀤꀎꂵ!"

    parecia que no pasaba nada, te diste cuenta de un letrero 'si estas perdido, tienes miedo o estas triste, invocalo, solo ten cuidado!', pasaron unos segundos y el lugar se torno gris, tu cuerpo se siente lijero, y empieza a aparecer una figura triangular frente ati, una color azul, habias escuchado sobre leyendas, o alguno que otro rumor, de un demonio color amarillo, triangular, sombrero y moño, que, intento destruir universos, con el, la tierra, o mas que nada apoderarse de ella, la descripcion coincidia con el ente frente a ti, exeptuando el color, su color era azul, se veia algo timido-

    Ho-hola, soy Will Clave... y soy un de-demonio de los sueños... gracias por... liberarme de la estatua...
    ミ★ 𝘌𝘭 𝘣𝘰𝘴𝘲𝘶𝘦 𝘢𝘻𝘶𝘭 ★彡 -Era un dia soleado, de otoño, habias planeado una excursion, junto a tus amigos, llegando un punto donde te separaste del grupo, ahi, encontraste una estatua triangular, una bastante peculiar, algo en ti, decia que te acercaras a ella, una vez te acercaste leiste una pequeña placa que decia lo siguiente: "꓄ꋪꀤꍏꈤꁅꀎ꒒ꀎꂵ, ꍟꈤ꓄ꍏꈤꁅꀎ꒒ꀎꂵ. ꃴꍟꈤꍟꎇꂦꋪꀤꌗ ꀸꂦꂵꀤꈤꀎꌗ ꃴꍟꈤ꓄ꀤꀎꂵ. ꃴꍟꈤꍟꎇꂦꋪꀤꌗ ꃴꍟꈤꍟ꓄ꀤꌗꍏꋪꀤꀎꂵ!" parecia que no pasaba nada, te diste cuenta de un letrero 'si estas perdido, tienes miedo o estas triste, invocalo, solo ten cuidado!', pasaron unos segundos y el lugar se torno gris, tu cuerpo se siente lijero, y empieza a aparecer una figura triangular frente ati, una color azul, habias escuchado sobre leyendas, o alguno que otro rumor, de un demonio color amarillo, triangular, sombrero y moño, que, intento destruir universos, con el, la tierra, o mas que nada apoderarse de ella, la descripcion coincidia con el ente frente a ti, exeptuando el color, su color era azul, se veia algo timido- Ho-hola, soy Will Clave... y soy un de-demonio de los sueños... gracias por... liberarme de la estatua...
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  • — Soy leyenda... soy capaz de sentir el flujo de la vida, he burlado a la muerte incontables veces, puedo convertir el plomo en oro, simples rocas en joyas... Fui médico, soldado, librero, profesor, ladrón y alquimista, fui invitado por reyes y emperadores... me conocían como El Alquimista... y ahora, soy todo tuyo, mon cher chiot. ♡—


    //Gracias por la imagen July. ♡
    — Soy leyenda... soy capaz de sentir el flujo de la vida, he burlado a la muerte incontables veces, puedo convertir el plomo en oro, simples rocas en joyas... Fui médico, soldado, librero, profesor, ladrón y alquimista, fui invitado por reyes y emperadores... me conocían como El Alquimista... y ahora, soy todo tuyo, mon cher chiot. ♡— //Gracias por la imagen July. ♡
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  • Escena que me tiene con alto Hit de vox machina.
    A esos dos los shipeo desde que él se le declaró a ella pero esta lo rechazo y pero al parecer termino por corresponder..

    *Aimi rueda en la cama, se cae pero sigue rodado, sale de la casa y rueda aun, nadie sabe donde llego pero cuanta la leyenda que hasta hoy sigue rodado*(?)
    Escena que me tiene con alto Hit de vox machina. A esos dos los shipeo desde que él se le declaró a ella pero esta lo rechazo y pero al parecer termino por corresponder.. *Aimi rueda en la cama, se cae pero sigue rodado, sale de la casa y rueda aun, nadie sabe donde llego pero cuanta la leyenda que hasta hoy sigue rodado*(?)
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  • *Las viejas leyendas que se modernizaron para asustar a los niños malcriados por las noches dicen: "Su andar delicado por la tierra era el peor castigo para aquel que la viera, su belleza majestuosa y el ejército inmortal a sus espaldas marcaban el principio del fin".*
    *Las viejas leyendas que se modernizaron para asustar a los niños malcriados por las noches dicen: "Su andar delicado por la tierra era el peor castigo para aquel que la viera, su belleza majestuosa y el ejército inmortal a sus espaldas marcaban el principio del fin".*
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  • 3000 αñσѕ αℓ ησятє. ( 北方 3000 年 )
    Fandom Lord Seventh
    Categoría Original
    ㅤ(景) Jing; como el caballero distinguido que había sido en el pasado, en su primera vida lejana a esta última.

    ㅤ(北) Bei; el norte cardinal que resguarda leyendas, dónde el Inframundo es helado y los demonios no temen perder su nombre y piel.

    ㅤ(渊) Yuan; el abismo profundo dónde las almas se pierden en la oscuridad y el frío cristaliza hasta el más puro sentimiento.

    ㅤTiempo pasado era aquel cuando al final de su primera vida sus ojos habían presenciado un lugar que las leyendas no podían hacer justicia. Miles de relatos del Inframundo se habían plasmado en bambú y papel, desde la eternidad hasta la actualidad, pero ninguno podía preparar a un alma mortal para lo que se encontraría al perder aquel cuerpo mortal. ¿Demonios y fuego?¿fantasmas y cadenas? Eran visiones dantescas y apocalípticas de un tortuoso paraje que espanta hasta al alma más atroz. ¿La realidad? La realidad aún vivía en sus sueños más profundos, lejanos a cualquier escena que los mortales imaginan.

    ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable; el aroma de los lirios de araña recién florecidos impregnaba el lugar, los rojos pétalos decorando la vista de aquel paisaje que se asemejaba a un verdadero paraíso, aquella piedra dónde había dormido sesenta y tres años, una cascada cristalina en la cuál ropajes verdes y cabellera blanca eran reflejadas.

    ㅤUna escena tan palpable y real, ¿Era esto un sueño o nuevamente había abandonado su mortalidad?

    ㅤPasos se movían lentamente, arrastrándose con pesadez, la tela del hanfu típico se sentía tal como la recordaba luego de no haberla usado durante siglos, y en cuanto quedó a orillas de las aguas del olvido, sumergió un pie, seguidamente el otro… El fondo no se divisaba, pero el río no llegaba a cubrir sus tobillos, no obstante el frío del agua helaba hasta la última fibra de su humanidad.

    ㅤUna sensación tan real que aún se debatía entre la realidad y un recuerdo de la muerte.

    ㅤLos lirios de araña se desprendían de todos lados a su alrededor, cayendo arrastradas por una brisa imperceptible, primero serían un par, luego una docena, luego serían cientos, finalmente miles de ellas se esparcieron a su alrededor como una cascada de sangre que lo atrapaba en el centro de un rojo paraje, preguntándose de dónde vendrían tantas de ellas. De sus labios morados escaparía un suspiro tan agotado como ese viejo espíritu que siempre había sido, cerraría sus ojos y despertaría en su cama para comprobar que todo aquello era solo una memoria escondida de lo que alguna vez fue vivir la muerte… Volvería a su cama, a su casa y su pecho se hundiría al recordar que solo esta vida quedaba.

    ㅤNo.

    ㅤAlgo era diferente esta vez.

    ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable, la próxima vez que parpadeara, todo aquello se perdería en un recuerdo y volvería a su hogar… Pero esta vez algo era diferente.

    ㅤEl aroma a lirios aún se colaba por su nariz, tan fuerte como nunca, y entre el sonido del agua que desconocidamente galopaba furiosa podía escuchar que algo cortaba su paso y se acercaba a él. En tantos años, nunca se había cruzado con otra alma en su paraje onírico. Entonces, ¿esto en verdad se trataba de un sueño?

    ㅤSu cuerpo se tornó papel; tan frágil que el viento parecía querer arrastrarlo consigo. Sus pies parecían estáticos, clavados a algo invisible que no le dejaba huir. Poco a poco era capaz de sentir como el agua subía, primero hasta la mitad de sus piernas, luego hasta sus rodillas y en cuestión de tiempo su pecho se apretaba bajo una incomprensible presión, robando su aliento, inmovilizando cada extremidad.

    ㅤEn profundidad inhaló justo antes de que sus ojos se abrieran. Una lluvía de flores carmesí le rodeaba y en la cercanía una figura totalmente negra se acercaba, tan lenta que parecía el dueño del tiempo, tan imponente que con solo verla de costado su alma temía y su corazón temblaba y con cada paso que daba, más y más se hundía en aquella corriente que parecía no ir más allá de la visible superficie.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Tres pasos… ㅤ

    ㅤAtrapado hasta el cuello se sentía perdido, tan perdido como la primera vez que en aquel lugar se había encontrado. Desolado como un espíritu que es obligado a ir en contra de su destino. Una fuerte tos se escapó, llenando su boca con un sabor metálico, el agua que lucía impecable la primera vez se teñía de motas bermellón que abandonaban su cuerpo y se fusionaba con los pétalos de araña.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Dos pasos… ㅤ

    ㅤAquel sabor era familiar, recordado de la guerra, de cada vida perdida, de cada espada que lo había atravesado. Reconocía la sangre, reconocía el dolor, rápidamente opacados quedaron estas sensaciones, dando paso a un gusto dulce que lavaba hasta la última gota de pena que saboreaba su lengua. El agua ahora llegaba hasta sus labios, besando la sensación fría de diez mil cuchillas atravesando cada músculo se su cuerpo.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Un paso …

    ㅤUna sombra se cernía sobre los patéticos vestigios que quedaban a flote de su persona; oscura y pesada era esta presencia que lo hacía sentir aún más pequeño de lo que podría ser en aquel lugar. La esencia floral se había desvanecido, sus pulmones se sentían llenos al contener la respiración, se encontraba hundido hasta la nariz, solo el gris de sus ojos se encontraba por sobre la superficie. Una mirada de reojo, túnicas negras se habían detenido a su lado, un silbido ahogado se introducía en la poca audición que era capaz de percibir y lo último que su mirada logró distinguir fue una mano pálida que lo empujó hasta su final.

    ㅤEso era todo.

    ㅤEn su memoria no recordaba haber estado tan a fondo en aquellas aguas, tan profundas como el olvido en sí. Inmóvil en ellas, todo lo que se encontraba a su alrededor era oscuridad, nada era visible a su alrededor, ningún rastro de aquel paisaje de ensueño que en cada recóndito de su mente se encontraba cuando anhelaba algún escape, ningún rastro de aquella figura negra que tan familiar se le hacía ahora que lo pensaba. Solo era él, flotando en calma debajo de la corriente del río del olvido. ㅤ

    ㅤJing; el noble caballero que había sido en el pasado, ahora quedaba enterrado en la desmemoria.

    ㅤBei; el norte cardinal, ahora atrapado entre la corriente del este y el oeste, dejando que la vida se escapara de sus pulmones, se preguntaba si alguna vez en realidad había escapado de la muerte.

    ㅤYuan; que significaba abismo profundo, ¿Había sido su nombre una premonición de su futuro? Parecía que su destino era ese; profundidad, oscuridad, desesperanza …

    ㅤAquel nombre que alguna vez fue distinguido ¿Moriría en lo que alguna vez había representado?

    ㅤFrígida soledad sería su tumba y su alma sería devuelta a la madre tierra que lo había visto nacer, BeiYuan había sucumbido a su destino, a decir verdad, lo había esperado mucho tiempo pero ¿Por qué de este modo?.

    ㅤUn último suspiro, una última lágrima antes de abrazar su final. Y en aquella penumbra un par de manos cubrieron sus ojos desde atrás, provocando que aquel corazón paralizado diera un salto, escapando de él un latido abandonado; una voz familiar, causante de su pena ahora susurraba en su oído palabras indistinguibles, un mucito imperceptible que libraba su pecho del peso de la aflicción y de repente su cuerpo pesaba lo mismo que una hoja.

    ㅤSu cuerpo se alzó bruscamente tosiendo con violencia al punto de caer de la cama. Agua se extendía por el suelo debajo de sus palmas escapando totalmente de sus pulmones hasta que finalmente era capaz de respirar con agitación, en su hogar, en su conocida habitación, escuchando la respiración de su pareja que reposaba del otro lado de la cama, nuevamente era él, nuevamente sentía cada parte de sí, era consciente de cada signo vital, respiraba al final. Aún así, su mente no abandonaba la sensación de realidad, aquella fina línea que lo separaba del reino de los vivos y de los muertos parecía haberse desvanecido un instante, perdiéndose en aquellos difusos límites que ya no creía conocer.
    ㅤ(景) Jing; como el caballero distinguido que había sido en el pasado, en su primera vida lejana a esta última. ㅤ(北) Bei; el norte cardinal que resguarda leyendas, dónde el Inframundo es helado y los demonios no temen perder su nombre y piel. ㅤ(渊) Yuan; el abismo profundo dónde las almas se pierden en la oscuridad y el frío cristaliza hasta el más puro sentimiento. ㅤTiempo pasado era aquel cuando al final de su primera vida sus ojos habían presenciado un lugar que las leyendas no podían hacer justicia. Miles de relatos del Inframundo se habían plasmado en bambú y papel, desde la eternidad hasta la actualidad, pero ninguno podía preparar a un alma mortal para lo que se encontraría al perder aquel cuerpo mortal. ¿Demonios y fuego?¿fantasmas y cadenas? Eran visiones dantescas y apocalípticas de un tortuoso paraje que espanta hasta al alma más atroz. ¿La realidad? La realidad aún vivía en sus sueños más profundos, lejanos a cualquier escena que los mortales imaginan. ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable; el aroma de los lirios de araña recién florecidos impregnaba el lugar, los rojos pétalos decorando la vista de aquel paisaje que se asemejaba a un verdadero paraíso, aquella piedra dónde había dormido sesenta y tres años, una cascada cristalina en la cuál ropajes verdes y cabellera blanca eran reflejadas. ㅤUna escena tan palpable y real, ¿Era esto un sueño o nuevamente había abandonado su mortalidad? ㅤPasos se movían lentamente, arrastrándose con pesadez, la tela del hanfu típico se sentía tal como la recordaba luego de no haberla usado durante siglos, y en cuanto quedó a orillas de las aguas del olvido, sumergió un pie, seguidamente el otro… El fondo no se divisaba, pero el río no llegaba a cubrir sus tobillos, no obstante el frío del agua helaba hasta la última fibra de su humanidad. ㅤUna sensación tan real que aún se debatía entre la realidad y un recuerdo de la muerte. ㅤLos lirios de araña se desprendían de todos lados a su alrededor, cayendo arrastradas por una brisa imperceptible, primero serían un par, luego una docena, luego serían cientos, finalmente miles de ellas se esparcieron a su alrededor como una cascada de sangre que lo atrapaba en el centro de un rojo paraje, preguntándose de dónde vendrían tantas de ellas. De sus labios morados escaparía un suspiro tan agotado como ese viejo espíritu que siempre había sido, cerraría sus ojos y despertaría en su cama para comprobar que todo aquello era solo una memoria escondida de lo que alguna vez fue vivir la muerte… Volvería a su cama, a su casa y su pecho se hundiría al recordar que solo esta vida quedaba. ㅤNo. ㅤAlgo era diferente esta vez. ㅤOcasiones en la vida lo llevaban a cerrar los ojos y transportarse a una nueva escena dónde podría escuchar el sonido del agua fluir, arruyando sus preocupaciones y guardando en la tierra cada latido de su corazón. Así, tres mil años al este, tres mil al oeste el causal de agua lucía límpido e interminable, la próxima vez que parpadeara, todo aquello se perdería en un recuerdo y volvería a su hogar… Pero esta vez algo era diferente. ㅤEl aroma a lirios aún se colaba por su nariz, tan fuerte como nunca, y entre el sonido del agua que desconocidamente galopaba furiosa podía escuchar que algo cortaba su paso y se acercaba a él. En tantos años, nunca se había cruzado con otra alma en su paraje onírico. Entonces, ¿esto en verdad se trataba de un sueño? ㅤSu cuerpo se tornó papel; tan frágil que el viento parecía querer arrastrarlo consigo. Sus pies parecían estáticos, clavados a algo invisible que no le dejaba huir. Poco a poco era capaz de sentir como el agua subía, primero hasta la mitad de sus piernas, luego hasta sus rodillas y en cuestión de tiempo su pecho se apretaba bajo una incomprensible presión, robando su aliento, inmovilizando cada extremidad. ㅤEn profundidad inhaló justo antes de que sus ojos se abrieran. Una lluvía de flores carmesí le rodeaba y en la cercanía una figura totalmente negra se acercaba, tan lenta que parecía el dueño del tiempo, tan imponente que con solo verla de costado su alma temía y su corazón temblaba y con cada paso que daba, más y más se hundía en aquella corriente que parecía no ir más allá de la visible superficie. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Tres pasos… ㅤ ㅤAtrapado hasta el cuello se sentía perdido, tan perdido como la primera vez que en aquel lugar se había encontrado. Desolado como un espíritu que es obligado a ir en contra de su destino. Una fuerte tos se escapó, llenando su boca con un sabor metálico, el agua que lucía impecable la primera vez se teñía de motas bermellón que abandonaban su cuerpo y se fusionaba con los pétalos de araña. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Dos pasos… ㅤ ㅤAquel sabor era familiar, recordado de la guerra, de cada vida perdida, de cada espada que lo había atravesado. Reconocía la sangre, reconocía el dolor, rápidamente opacados quedaron estas sensaciones, dando paso a un gusto dulce que lavaba hasta la última gota de pena que saboreaba su lengua. El agua ahora llegaba hasta sus labios, besando la sensación fría de diez mil cuchillas atravesando cada músculo se su cuerpo. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ… Un paso … ㅤUna sombra se cernía sobre los patéticos vestigios que quedaban a flote de su persona; oscura y pesada era esta presencia que lo hacía sentir aún más pequeño de lo que podría ser en aquel lugar. La esencia floral se había desvanecido, sus pulmones se sentían llenos al contener la respiración, se encontraba hundido hasta la nariz, solo el gris de sus ojos se encontraba por sobre la superficie. Una mirada de reojo, túnicas negras se habían detenido a su lado, un silbido ahogado se introducía en la poca audición que era capaz de percibir y lo último que su mirada logró distinguir fue una mano pálida que lo empujó hasta su final. ㅤEso era todo. ㅤEn su memoria no recordaba haber estado tan a fondo en aquellas aguas, tan profundas como el olvido en sí. Inmóvil en ellas, todo lo que se encontraba a su alrededor era oscuridad, nada era visible a su alrededor, ningún rastro de aquel paisaje de ensueño que en cada recóndito de su mente se encontraba cuando anhelaba algún escape, ningún rastro de aquella figura negra que tan familiar se le hacía ahora que lo pensaba. Solo era él, flotando en calma debajo de la corriente del río del olvido. ㅤ ㅤJing; el noble caballero que había sido en el pasado, ahora quedaba enterrado en la desmemoria. ㅤBei; el norte cardinal, ahora atrapado entre la corriente del este y el oeste, dejando que la vida se escapara de sus pulmones, se preguntaba si alguna vez en realidad había escapado de la muerte. ㅤYuan; que significaba abismo profundo, ¿Había sido su nombre una premonición de su futuro? Parecía que su destino era ese; profundidad, oscuridad, desesperanza … ㅤAquel nombre que alguna vez fue distinguido ¿Moriría en lo que alguna vez había representado? ㅤFrígida soledad sería su tumba y su alma sería devuelta a la madre tierra que lo había visto nacer, BeiYuan había sucumbido a su destino, a decir verdad, lo había esperado mucho tiempo pero ¿Por qué de este modo?. ㅤUn último suspiro, una última lágrima antes de abrazar su final. Y en aquella penumbra un par de manos cubrieron sus ojos desde atrás, provocando que aquel corazón paralizado diera un salto, escapando de él un latido abandonado; una voz familiar, causante de su pena ahora susurraba en su oído palabras indistinguibles, un mucito imperceptible que libraba su pecho del peso de la aflicción y de repente su cuerpo pesaba lo mismo que una hoja. ㅤSu cuerpo se alzó bruscamente tosiendo con violencia al punto de caer de la cama. Agua se extendía por el suelo debajo de sus palmas escapando totalmente de sus pulmones hasta que finalmente era capaz de respirar con agitación, en su hogar, en su conocida habitación, escuchando la respiración de su pareja que reposaba del otro lado de la cama, nuevamente era él, nuevamente sentía cada parte de sí, era consciente de cada signo vital, respiraba al final. Aún así, su mente no abandonaba la sensación de realidad, aquella fina línea que lo separaba del reino de los vivos y de los muertos parecía haberse desvanecido un instante, perdiéndose en aquellos difusos límites que ya no creía conocer.
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    Individual
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    Terminado
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