• ​⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 》ᴿᵒˡ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒ
    Un mensaje llegó con violencia pegado a una piedra que destrozó la ventana de su apartamento ...¿cómo habían logrado alcanzar un cuarto piso sin ser vistos?
    ​La nota, con letras toscamente recortadas de revista, era una amenaza

    ​🅂🄰🄱🄴🄼🄾🅂 🅻🅾 🆀🆄🅴 🄷🄸🄲🅸🆂🅃🄴, 🄻🄰 🄿🄰🄶🅰🅁🅰🅂 🄲🄰🅁🄾

    ​Tras leer la sentencia, Irina no perdió un segundo. Salió disparada por la puerta de emergencia del edificio. La pregunta le taladraba la mente: ¿Cómo diablos sabían dónde estaba? Era cierto que había relajado la disciplina, pero que la encontraran era un error inaceptable...un dolor de cabeza
    ​Se culpó por no haberlo previsto, hace solo una semana, la foto que la vinculaba a sus trabajos y revelaba su identidad había circulado y ahora esto.

    ​Entró en un pequeño bar, el ambiente ahogado en penumbra y el humo de cigarrillos baratos. Al fondo, una mujer de belleza hipnótica cantaba sobre el escenario, pocas personas la escuchaban; la mayoría estaba demasiado absortos en su cerveza o, si acaso, embobados por la cantante, sin atreverse a pestañear.

    ​Irina se dirigió a la barra para echar un vistazo a los licores. Necesitaba algo fuerte, una anestesia temporal para silenciar el pánico y avivar la rabia. No podía volver al apartamento. Tenía que conseguir un nuevo refugio y descubrir quiénes estaban moviendo los hilos para darles cacería.
    ​⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ 》ᴿᵒˡ ᵃᵇⁱᵉʳᵗᵒ Un mensaje llegó con violencia pegado a una piedra que destrozó la ventana de su apartamento ...¿cómo habían logrado alcanzar un cuarto piso sin ser vistos? ​La nota, con letras toscamente recortadas de revista, era una amenaza ​🅂🄰🄱🄴🄼🄾🅂 🅻🅾 🆀🆄🅴 🄷🄸🄲🅸🆂🅃🄴, 🄻🄰 🄿🄰🄶🅰🅁🅰🅂 🄲🄰🅁🄾 ​Tras leer la sentencia, Irina no perdió un segundo. Salió disparada por la puerta de emergencia del edificio. La pregunta le taladraba la mente: ¿Cómo diablos sabían dónde estaba? Era cierto que había relajado la disciplina, pero que la encontraran era un error inaceptable...un dolor de cabeza ​Se culpó por no haberlo previsto, hace solo una semana, la foto que la vinculaba a sus trabajos y revelaba su identidad había circulado y ahora esto. ​Entró en un pequeño bar, el ambiente ahogado en penumbra y el humo de cigarrillos baratos. Al fondo, una mujer de belleza hipnótica cantaba sobre el escenario, pocas personas la escuchaban; la mayoría estaba demasiado absortos en su cerveza o, si acaso, embobados por la cantante, sin atreverse a pestañear. ​Irina se dirigió a la barra para echar un vistazo a los licores. Necesitaba algo fuerte, una anestesia temporal para silenciar el pánico y avivar la rabia. No podía volver al apartamento. Tenía que conseguir un nuevo refugio y descubrir quiénes estaban moviendo los hilos para darles cacería.
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  • Kael subió el último escalón con la respiración un poco acelerada y la caja de herramientas golpeándole el muslo. La llamada había sido hacía menos de veinte minutos: *“Che, hermano, te tiro un laburito rápido. Estoy tapado. Es en tal dirección. Andá ya si podés.”*
    Y acá estaba.

    Frunció el ceño para leer bien el número del departamento y, cuando lo encontró, golpeó dos veces con los nudillos, directo y sin rodeos.

    —Buenas —saludó cuando la puerta se abrió, pasándose una mano por el cabello, todavía húmedo por la lluvia de camino—. Soy Kael… un amigo tuyo o de tu contratista—hizo un gesto con la mano—…me pidió que lo cubra con este trabajo.

    Levantó un poco la caja de herramientas, como si fuera una explicación suficiente.

    —No me dieron muchos detalles, solo que había algo que arreglar o instalar, y que era urgente.

    Se le notaba algo nervioso e incómodo, llamar a una persona y que otra totalmente distinta llegue a tu puerta es por decir poco, extraño, una parte de él estaba preparado para ser rechazado y retirarse.

    —Si querés, paso y lo veo. Ya estoy acá, así que…

    La media sonrisa apareció apenas, cansada pero genuina.

    —Prometo no dejarte la casa peor de lo que la encontré. Sólo decime por dónde empiezo.
    Kael subió el último escalón con la respiración un poco acelerada y la caja de herramientas golpeándole el muslo. La llamada había sido hacía menos de veinte minutos: *“Che, hermano, te tiro un laburito rápido. Estoy tapado. Es en tal dirección. Andá ya si podés.”* Y acá estaba. Frunció el ceño para leer bien el número del departamento y, cuando lo encontró, golpeó dos veces con los nudillos, directo y sin rodeos. —Buenas —saludó cuando la puerta se abrió, pasándose una mano por el cabello, todavía húmedo por la lluvia de camino—. Soy Kael… un amigo tuyo o de tu contratista—hizo un gesto con la mano—…me pidió que lo cubra con este trabajo. Levantó un poco la caja de herramientas, como si fuera una explicación suficiente. —No me dieron muchos detalles, solo que había algo que arreglar o instalar, y que era urgente. Se le notaba algo nervioso e incómodo, llamar a una persona y que otra totalmente distinta llegue a tu puerta es por decir poco, extraño, una parte de él estaba preparado para ser rechazado y retirarse. —Si querés, paso y lo veo. Ya estoy acá, así que… La media sonrisa apareció apenas, cansada pero genuina. —Prometo no dejarte la casa peor de lo que la encontré. Sólo decime por dónde empiezo.
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  • A Dream... I remember my Dream...
    Fandom Stranger Things
    Categoría Romance
    STARTER PARA Eddie Munson

    Hubiera jurado y proclamado a los cuatro vientos que ella, Allyson Johnson, jamás podría fijarse en un tipo como él.

    Tal vez, si hubiera podido anticiparse, si aquello no hubiera sucedido de la noche a la mañana, habría hecho algo para impedirlo. Porque sí, Ally era de esas personas convencidas de que los sentimientos sí podían controlarse. Más aún si eras plenamente consciente de los tuyos. Y ella lo era. O le gustaba creer que lo era.

    Ally había tenido que crecer demasiado pronto. Su cabeza corría siempre un par de pasos por delante del resto: pensaba demasiado, analizaba todo, le dedicaba tiempo a cada gesto, a cada palabra, a cada silencio incómodo. Necesitaba comprenderlo todo, tenerlo bajo control, ordenar el mundo en cajitas mentales donde nada se saliera del guion.

    Pero una cosa había aprendido con los años —a fuerza de golpes que aún le dolían en rincones de la memoria que prefería no mirar—: no se puede tener todo bajo control.

    Y, mucho menos, los sueños.

    ________________________________________

    Había visto a ese tío, Eddie Munson, subido sobre una mesa del comedor del instituto, desgañitándose delante de todo el mundo como si la cafetería fuera su maldito escenario privado. Recorría los tablones con las botas mientras gritaba algo sobre ovejas, ovejeros y Hellfire, ganándose miradas de asco, risas y un par de “otra vez el puto Munson” susurrados entre bandejas grasientas.

    Ally recordaba haber rodado los ojos, apoyando el codo en la mesa.

    "¿Qué demonios hace? Menudo ridículo."

    Su ceño se arrugó, el labio se le frunció con esa expresión suya de juicio silencioso. Todo en su cuerpo decía “qué vergüenza ajena”. Y sin embargo, no consiguió apartar la mirada. Se quedó mirándolo, atrapada en una mezcla rara de rechazo y fascinación, como cuando no puedes dejar de mirar un accidente aunque sepas que te va a impresionar.

    El resto del día transcurrió con normalidad. Quedó con Ashley Thompson, su mejor amiga, hablaron de tonterías y deberes, y luego se fue a casa a estudiar. O a intentarlo.
    Nada fuera de lo habitual.

    ¿Quién iba a decirle que esa misma noche soñaría con el tipo que había caminado sobre la mesa como si fuera suya?
    ¿Y que al despertar, algo en ella ya no estaría en el mismo sitio?

    ________________________________________

    Al principio no entendió qué pasaba.

    Lo supo de verdad al volver a verlo, a la mañana siguiente, en clase de ciencias.
    Él llegó tarde, cómo no: la puerta se abrió con un golpe seco, el profesor hizo ese suspiro de resignación de siempre, y el murmullo de la clase se cortó un segundo.

    Allí estaba otra vez. Chaqueta de cuero, parches, pelo rizado cayéndole por la cara, el walkman colgando, esa sonrisa que siempre parecía ir a decir algo que no tocaba. El maldito Eddie Munson.

    El corazón de Ally reaccionó antes que su cabeza. Un latido seco, distinto, como si hubiera un eco. Como si algo se hubiera movido dentro de ella la noche anterior y solo ahora se estuviera despertando. Hubo un momento en el que sintió que se le aflojaban los dedos del bolígrafo. Y entonces, como un flash, como una diapositiva, el sueño regresó de golpe.

    Eddie.

    El mismo Eddie que en la vida real era exactamente el tipo de tío que Ally decía detestar: ruidoso, caótico, sin filtro, con fama de rarito y de fracasado repetidor. Todo lo que ella había aprendido a evitar.

    ¿Entonces por qué se le calentaban las mejillas ahora, sentada en su pupitre, cuando él cruzó la clase con total descaro?

    ¿Por qué sus piernas, siempre cruzadas bajo la mesa, se descruzaron inquietas, los pies tamborileando contra el suelo?

    Se apartó el pelo de la oreja en un gesto automático y dejó caer la melena rubia hacia delante, ocultando parte de su rostro, en un intento desesperado por esconderse. Desde allí, donde él estaba, si se giraba, podría verla de perfil. Y ella no estaba preparada para sostenerle la mirada sabiendo lo que había soñado.

    ________________________________________

    Ally no era una chica cualquiera. Al menos no por dentro.

    A simple vista, en Hawkins, era una buena alumna, pocas palabras, mirada que lo observa todo. El tipo de chica a la que nadie se atrevería a llamar friki, pero que tampoco encajaba con las animadoras. Un punto medio.

    Lo que nadie allí sabía es que aquel no era el único lugar raro en el que ella había estado.

    Antes de Hawkins hubo otro sitio.

    Derry, Maine.

    Un nombre que a veces le venía a la cabeza como una mancha y del que enseguida se olvidaba, como cuando intentabas recordar una palabra en otro idioma y se escapaba justo en el último segundo. Sabía que había vivido allí. Sabía que algo importante había pasado. Pero cuanto más intentaba reconstruirlo, más se desdibujaban los recuerdos.

    Recordaba cosas sueltas, fragmentos, sensaciones que no encajaban con nada que pudiera llamar “normal”.

    Un payaso en un desagüe, la voz de alguien susurrándole que fuera a bailar, el olor a óxido y alcantarilla mezclado con algo dulzón y nauseabundo.

    Flashes: Un globo rojo flotando donde no debería, una escalera hacia un sótano…

    Y luego estaban ellos.

    Un grupo de chicos y una chica pelirroja.

    Bicicletas. Un pequeño claro en el bosque que olía a verano, a barro y a sangre seca. Una caseta improvisada bajo tierra, llena de cómics, revistas viejas y botellas de refresco vacías…

    “Beep beep, Richie.”

    Recordaba una voz concreta, aguda y rápida, disparando chistes. Unas gafas enormes. Una camiseta siempre arrugada.

    Pero nunca conseguía ver bien su cara. Cuando intentaba enfocarla, el recuerdo se difuminaba. Solo quedaba la sensación: aquel cosquilleo caliente en el estómago, la mezcla rara entre el miedo, el deseo y la seguridad.

    Pero Ally decidió que todo aquello solo fueron pesadillas de cría y una imaginación demasiado activa. Era más fácil así. Más cómodo.

    Todo eso… había quedado atrás…

    ________________________________________

    Ahora, sentada en aquel pupitre, podía escuchar cómo el profesor empezaba a escribir fórmulas en la pizarra, agradeciendo que nadie pudiera escuchar sus pensamientos.

    Se obligó a mirar al frente. A copiar el título en el cuaderno. A tomar apuntes como si todo fuera normal. Como si el corazón no le estuviera golpeando las costillas cada vez que él se movía, cada vez que sus botas chocaban contra la pata de su silla.

    Intentó convencerse:
    Es solo un chico. Un chico que no te gusta. Alguien que representa todo lo que no quieres en tu vida. Punto.

    Pero el sueño volvía. Cada noche. Cada día.

    ________________________________________

    Al día siguiente, ella volvía a estar sentada en aquel pupitre.

    El profesor llegó, dejó la carpeta sobre la mesa y saludó a los alumnos.

    —Muy bien, clase. Antes de empezar —anunció, ajustándose las gafas—, os recuerdo que hoy se publican las parejas para el trabajo trimestral. Como sabéis, es obligatorio, cuenta el treinta por ciento de la nota final y tendrá que entregarse en dos semanas.

    Quejas, risas… Todos sabían que aquel trabajo era un suplicio.

    Ally sintió un nudo en el estómago.

    No era buena trabajando con otros. Nunca lo había sido. Prefería controlar cada detalle, cada página, cada palabra. Y la idea de depender de alguien le incomodaba más que cualquier examen.

    El profesor empezó a leer la lista.

    Apellidos, nombres. Alumnos que chocaban las manos cuando les tocaban con sus amigos. Otros que resoplaban resignados…

    Y entonces, llegó el momento.

    —Munson, Edward.

    Ally no respiró.

    —Johnson, Allyson.

    Lo escuchó antes de procesarlo.

    Su primera reacción fue automática: apretar los muslos bajo la mesa, esconder la cara tras el pelo, bajar la vista a la madera gastada del pupitre.

    Pero el profesor continuó, sin detenerse. Sin darles opción a negarse.

    —Los trabajos deberán tener una parte teórica y otra práctica. Podéis elegir temática dentro del temario de este trimestre. No se permiten cambios de pareja. Y, por favor… evitad copiaros entre vosotros; lo sabré.

    Hubo risas por detrás. Alguno soltó un comentario que no alcanzó a escuchar.

    —Al igual que sabré si el trabajo sólo lo hace uno de vosotros. ¿Entendido?

    Ella seguía petrificada. No quería mirarlo, pero acabó haciéndolo, y se encontró que él… ya la estaba mirando.

    Ally tragó saliva.

    Toda la sangre derramándosele a los pies.

    El sueño volvió como un latigazo.

    La sensación de haber cruzado un límite que ni siquiera comprendía.

    El profesor siguió hablando, dando instrucciones, detallando fechas, insistiendo en la importancia del trabajo. Pero ella apenas oía nada.

    “Trabajo en pareja.”
    “Dos semanas.”
    “Munson y Johnson.”

    Cuando por fin llegó el momento, cuando los demás empezaron a moverse para buscar a sus compañeros, Ally permaneció quieta, como si el asiento la estuviera aprisionando.

    Supo que debía mirarlo, que tarde o temprano tendría que hacerlo, pero fue incapaz.

    Giró la cabeza apenas unos centímetros.
    Y lo encontró. Ahí.
    Codo apoyado en la mesa, cuerpo ladeado hacia ella, mirada paciente. Como si estuviera esperando que reaccionara.

    STARTER PARA [eclipse_platinum_elephant_535] Hubiera jurado y proclamado a los cuatro vientos que ella, Allyson Johnson, jamás podría fijarse en un tipo como él. Tal vez, si hubiera podido anticiparse, si aquello no hubiera sucedido de la noche a la mañana, habría hecho algo para impedirlo. Porque sí, Ally era de esas personas convencidas de que los sentimientos sí podían controlarse. Más aún si eras plenamente consciente de los tuyos. Y ella lo era. O le gustaba creer que lo era. Ally había tenido que crecer demasiado pronto. Su cabeza corría siempre un par de pasos por delante del resto: pensaba demasiado, analizaba todo, le dedicaba tiempo a cada gesto, a cada palabra, a cada silencio incómodo. Necesitaba comprenderlo todo, tenerlo bajo control, ordenar el mundo en cajitas mentales donde nada se saliera del guion. Pero una cosa había aprendido con los años —a fuerza de golpes que aún le dolían en rincones de la memoria que prefería no mirar—: no se puede tener todo bajo control. Y, mucho menos, los sueños. ________________________________________ Había visto a ese tío, Eddie Munson, subido sobre una mesa del comedor del instituto, desgañitándose delante de todo el mundo como si la cafetería fuera su maldito escenario privado. Recorría los tablones con las botas mientras gritaba algo sobre ovejas, ovejeros y Hellfire, ganándose miradas de asco, risas y un par de “otra vez el puto Munson” susurrados entre bandejas grasientas. Ally recordaba haber rodado los ojos, apoyando el codo en la mesa. "¿Qué demonios hace? Menudo ridículo." Su ceño se arrugó, el labio se le frunció con esa expresión suya de juicio silencioso. Todo en su cuerpo decía “qué vergüenza ajena”. Y sin embargo, no consiguió apartar la mirada. Se quedó mirándolo, atrapada en una mezcla rara de rechazo y fascinación, como cuando no puedes dejar de mirar un accidente aunque sepas que te va a impresionar. El resto del día transcurrió con normalidad. Quedó con Ashley Thompson, su mejor amiga, hablaron de tonterías y deberes, y luego se fue a casa a estudiar. O a intentarlo. Nada fuera de lo habitual. ¿Quién iba a decirle que esa misma noche soñaría con el tipo que había caminado sobre la mesa como si fuera suya? ¿Y que al despertar, algo en ella ya no estaría en el mismo sitio? ________________________________________ Al principio no entendió qué pasaba. Lo supo de verdad al volver a verlo, a la mañana siguiente, en clase de ciencias. Él llegó tarde, cómo no: la puerta se abrió con un golpe seco, el profesor hizo ese suspiro de resignación de siempre, y el murmullo de la clase se cortó un segundo. Allí estaba otra vez. Chaqueta de cuero, parches, pelo rizado cayéndole por la cara, el walkman colgando, esa sonrisa que siempre parecía ir a decir algo que no tocaba. El maldito Eddie Munson. El corazón de Ally reaccionó antes que su cabeza. Un latido seco, distinto, como si hubiera un eco. Como si algo se hubiera movido dentro de ella la noche anterior y solo ahora se estuviera despertando. Hubo un momento en el que sintió que se le aflojaban los dedos del bolígrafo. Y entonces, como un flash, como una diapositiva, el sueño regresó de golpe. Eddie. El mismo Eddie que en la vida real era exactamente el tipo de tío que Ally decía detestar: ruidoso, caótico, sin filtro, con fama de rarito y de fracasado repetidor. Todo lo que ella había aprendido a evitar. ¿Entonces por qué se le calentaban las mejillas ahora, sentada en su pupitre, cuando él cruzó la clase con total descaro? ¿Por qué sus piernas, siempre cruzadas bajo la mesa, se descruzaron inquietas, los pies tamborileando contra el suelo? Se apartó el pelo de la oreja en un gesto automático y dejó caer la melena rubia hacia delante, ocultando parte de su rostro, en un intento desesperado por esconderse. Desde allí, donde él estaba, si se giraba, podría verla de perfil. Y ella no estaba preparada para sostenerle la mirada sabiendo lo que había soñado. ________________________________________ Ally no era una chica cualquiera. Al menos no por dentro. A simple vista, en Hawkins, era una buena alumna, pocas palabras, mirada que lo observa todo. El tipo de chica a la que nadie se atrevería a llamar friki, pero que tampoco encajaba con las animadoras. Un punto medio. Lo que nadie allí sabía es que aquel no era el único lugar raro en el que ella había estado. Antes de Hawkins hubo otro sitio. Derry, Maine. Un nombre que a veces le venía a la cabeza como una mancha y del que enseguida se olvidaba, como cuando intentabas recordar una palabra en otro idioma y se escapaba justo en el último segundo. Sabía que había vivido allí. Sabía que algo importante había pasado. Pero cuanto más intentaba reconstruirlo, más se desdibujaban los recuerdos. Recordaba cosas sueltas, fragmentos, sensaciones que no encajaban con nada que pudiera llamar “normal”. Un payaso en un desagüe, la voz de alguien susurrándole que fuera a bailar, el olor a óxido y alcantarilla mezclado con algo dulzón y nauseabundo. Flashes: Un globo rojo flotando donde no debería, una escalera hacia un sótano… Y luego estaban ellos. Un grupo de chicos y una chica pelirroja. Bicicletas. Un pequeño claro en el bosque que olía a verano, a barro y a sangre seca. Una caseta improvisada bajo tierra, llena de cómics, revistas viejas y botellas de refresco vacías… “Beep beep, Richie.” Recordaba una voz concreta, aguda y rápida, disparando chistes. Unas gafas enormes. Una camiseta siempre arrugada. Pero nunca conseguía ver bien su cara. Cuando intentaba enfocarla, el recuerdo se difuminaba. Solo quedaba la sensación: aquel cosquilleo caliente en el estómago, la mezcla rara entre el miedo, el deseo y la seguridad. Pero Ally decidió que todo aquello solo fueron pesadillas de cría y una imaginación demasiado activa. Era más fácil así. Más cómodo. Todo eso… había quedado atrás… ________________________________________ Ahora, sentada en aquel pupitre, podía escuchar cómo el profesor empezaba a escribir fórmulas en la pizarra, agradeciendo que nadie pudiera escuchar sus pensamientos. Se obligó a mirar al frente. A copiar el título en el cuaderno. A tomar apuntes como si todo fuera normal. Como si el corazón no le estuviera golpeando las costillas cada vez que él se movía, cada vez que sus botas chocaban contra la pata de su silla. Intentó convencerse: Es solo un chico. Un chico que no te gusta. Alguien que representa todo lo que no quieres en tu vida. Punto. Pero el sueño volvía. Cada noche. Cada día. ________________________________________ Al día siguiente, ella volvía a estar sentada en aquel pupitre. El profesor llegó, dejó la carpeta sobre la mesa y saludó a los alumnos. —Muy bien, clase. Antes de empezar —anunció, ajustándose las gafas—, os recuerdo que hoy se publican las parejas para el trabajo trimestral. Como sabéis, es obligatorio, cuenta el treinta por ciento de la nota final y tendrá que entregarse en dos semanas. Quejas, risas… Todos sabían que aquel trabajo era un suplicio. Ally sintió un nudo en el estómago. No era buena trabajando con otros. Nunca lo había sido. Prefería controlar cada detalle, cada página, cada palabra. Y la idea de depender de alguien le incomodaba más que cualquier examen. El profesor empezó a leer la lista. Apellidos, nombres. Alumnos que chocaban las manos cuando les tocaban con sus amigos. Otros que resoplaban resignados… Y entonces, llegó el momento. —Munson, Edward. Ally no respiró. —Johnson, Allyson. Lo escuchó antes de procesarlo. Su primera reacción fue automática: apretar los muslos bajo la mesa, esconder la cara tras el pelo, bajar la vista a la madera gastada del pupitre. Pero el profesor continuó, sin detenerse. Sin darles opción a negarse. —Los trabajos deberán tener una parte teórica y otra práctica. Podéis elegir temática dentro del temario de este trimestre. No se permiten cambios de pareja. Y, por favor… evitad copiaros entre vosotros; lo sabré. Hubo risas por detrás. Alguno soltó un comentario que no alcanzó a escuchar. —Al igual que sabré si el trabajo sólo lo hace uno de vosotros. ¿Entendido? Ella seguía petrificada. No quería mirarlo, pero acabó haciéndolo, y se encontró que él… ya la estaba mirando. Ally tragó saliva. Toda la sangre derramándosele a los pies. El sueño volvió como un latigazo. La sensación de haber cruzado un límite que ni siquiera comprendía. El profesor siguió hablando, dando instrucciones, detallando fechas, insistiendo en la importancia del trabajo. Pero ella apenas oía nada. “Trabajo en pareja.” “Dos semanas.” “Munson y Johnson.” Cuando por fin llegó el momento, cuando los demás empezaron a moverse para buscar a sus compañeros, Ally permaneció quieta, como si el asiento la estuviera aprisionando. Supo que debía mirarlo, que tarde o temprano tendría que hacerlo, pero fue incapaz. Giró la cabeza apenas unos centímetros. Y lo encontró. Ahí. Codo apoyado en la mesa, cuerpo ladeado hacia ella, mirada paciente. Como si estuviera esperando que reaccionara.
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  • Un letrero rojo quería detenerme en la calle pero nadie puede detenerme porque no sé leer...excepto el auto que apareció de la nada
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    ❛ ㅤㅤㅤ 𝐂𝐡𝐞𝐥𝐝𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨.
    ㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ
    ㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤ ୧⸽ ፧ ㅤ 𝐫𝐞𝐚𝐝 𝐛𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞 𝐚𝐝𝐝
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝐬𝐡𝐞/𝐡𝐞𝐫ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ゚「 ¿Creen que son los únicos
    ㅤ ㅤㅤ con ansias de aventuras? 」。 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗯𝗮𝘀𝗶𝗰
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒂. nombre: Chel.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒃. edad: atemporal
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒄. residencia: El Dorado, más varía según el rol.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒅. orientación sexual: heterosexual
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒆. pronombres: ella/la
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒇. especie: humana
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒈. FC: animado
    ㅤ ㅤ ㅤㅤ ㅤ ✗ avatar secundario ㅤ

    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗯𝗶𝗼𝗴𝗿𝗮𝗽𝗵𝘆
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ Nacida en el seno de una familia humilde dentro de las profundidades de El Dorado, Chel se crió bajo la estricta enseñanza de que sólo aquellos con poder y estatus obtenían lo que deseaban, quedándose ella con nada más que las sobras e ilusiones de un futuro prometedor.

    Con 11 años la abuela de Chel, una curandera poco reconocida entre el poblado indígena, la instruyó en el básico arte de la medicinas y la curación mediante remedios caseros. Más, aunque Chel aprendió con rapidez y sin quejas de por medio, jamás ejerció lo aprendido, trayendo así la decepción de la matriarca de su hogar y las miradas desaprobatorias de su familia.
    ㅤ ㅤ ㅤ
    A sus diecinueve años, Chel ya había abandonado el hogar que la vió crecer para convertirse en una ávida ladronzuela, robando así el oro necesario para largarse del pueblo que la tenía atada con cadenas imaginarias y empezar una nueva vida fuera de El Dorado.

    Un día, al ser capturada por los vigías en mitad de un acto de hurto, la joven Chel dió con Miguel y Tulio, dos españoles llegados desde las costas Europeas quiénes se hicieron pasar por falsos dioses para así obtener el favor del pueblo y llevarse su oro.

    Chel, al ser la única en aquel momento en descubrir su fachada, se unió al dúo para mantener la farsa con la promesa de huir con ellos una vez todo hubiera culminado.

    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗿𝗲𝗹𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻𝘀𝗵𝗶𝗽
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ⊱ Tulio.
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ꠴ amigo y pareja.
    ㅤ ㅤ ㅤ ⊱ Miguel.
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ꠴ amigo.
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗮𝗱𝗱𝗶𝘁𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊. habilidades: inteligencia, sigilo, liderazgo, seducción, manipulación.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊. hobbies: robar, bailar.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊𝒊. objetivos: irse de El Dorado para aventurarse en tierras lejanas.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒗. ocupación: no tiene.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒗. aliados: Miguel y Tulio.
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ

    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗼𝗳𝗳 𝗿𝗼𝗹
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊. ¡Hola! Antes que nada, gracias por tomarte el tiempo de leerme.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊. Puedes referirte a mí con el seudónimo de Via.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊𝒊. Pido mucha paciencia, porque soy un caos andante.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒗. Roleo en tercera persona y en muro.
    ㅤ ㅤ ㅤ 𝒗. El personaje pertenece al mundo de El Dorado, pero me tomaré la libertad de adaptar su trama para futuros roles y posibles AUs.
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    ❛ ㅤㅤㅤ 𝐂𝐡𝐞𝐥𝐝𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨. ㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤ ㅤ ㅤㅤ ㅤㅤㅤ ୧⸽ ፧ ㅤ 𝐫𝐞𝐚𝐝 𝐛𝐞𝐟𝐨𝐫𝐞 𝐚𝐝𝐝 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝐬𝐡𝐞/𝐡𝐞𝐫ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ゚「 ¿Creen que son los únicos ㅤ ㅤㅤ con ansias de aventuras? 」。 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗯𝗮𝘀𝗶𝗰 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝒂. nombre: Chel. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒃. edad: atemporal ㅤ ㅤ ㅤ 𝒄. residencia: El Dorado, más varía según el rol. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒅. orientación sexual: heterosexual ㅤ ㅤ ㅤ 𝒆. pronombres: ella/la ㅤ ㅤ ㅤ 𝒇. especie: humana ㅤ ㅤ ㅤ 𝒈. FC: animado ㅤ ㅤ ㅤㅤ ㅤ ✗ avatar secundario ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗯𝗶𝗼𝗴𝗿𝗮𝗽𝗵𝘆 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ Nacida en el seno de una familia humilde dentro de las profundidades de El Dorado, Chel se crió bajo la estricta enseñanza de que sólo aquellos con poder y estatus obtenían lo que deseaban, quedándose ella con nada más que las sobras e ilusiones de un futuro prometedor. Con 11 años la abuela de Chel, una curandera poco reconocida entre el poblado indígena, la instruyó en el básico arte de la medicinas y la curación mediante remedios caseros. Más, aunque Chel aprendió con rapidez y sin quejas de por medio, jamás ejerció lo aprendido, trayendo así la decepción de la matriarca de su hogar y las miradas desaprobatorias de su familia. ㅤ ㅤ ㅤ A sus diecinueve años, Chel ya había abandonado el hogar que la vió crecer para convertirse en una ávida ladronzuela, robando así el oro necesario para largarse del pueblo que la tenía atada con cadenas imaginarias y empezar una nueva vida fuera de El Dorado. Un día, al ser capturada por los vigías en mitad de un acto de hurto, la joven Chel dió con Miguel y Tulio, dos españoles llegados desde las costas Europeas quiénes se hicieron pasar por falsos dioses para así obtener el favor del pueblo y llevarse su oro. Chel, al ser la única en aquel momento en descubrir su fachada, se unió al dúo para mantener la farsa con la promesa de huir con ellos una vez todo hubiera culminado. ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗿𝗲𝗹𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻𝘀𝗵𝗶𝗽 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ⊱ Tulio. ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ꠴ amigo y pareja. ㅤ ㅤ ㅤ ⊱ Miguel. ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ꠴ amigo. ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗮𝗱𝗱𝗶𝘁𝗶𝗼𝗻𝗮𝗹 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊. habilidades: inteligencia, sigilo, liderazgo, seducción, manipulación. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊. hobbies: robar, bailar. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊𝒊. objetivos: irse de El Dorado para aventurarse en tierras lejanas. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒗. ocupación: no tiene. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒗. aliados: Miguel y Tulio. ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝗼𝗳𝗳 𝗿𝗼𝗹 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊. ¡Hola! Antes que nada, gracias por tomarte el tiempo de leerme. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊. Puedes referirte a mí con el seudónimo de Via. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒊𝒊. Pido mucha paciencia, porque soy un caos andante. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒊𝒗. Roleo en tercera persona y en muro. ㅤ ㅤ ㅤ 𝒗. El personaje pertenece al mundo de El Dorado, pero me tomaré la libertad de adaptar su trama para futuros roles y posibles AUs. ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ
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  • ¿Qué quiero de regalo de navidad? ...
    Hum, quiero un poema.
    Uno escrito solo para mí.
    Uno privado.
    Uno que solo yo pueda leer.
    Uno dedicado desde el corazón.

    ¿Qué te gustaría a ti de regalo de navidad?
    ¿Qué quiero de regalo de navidad? ... Hum, quiero un poema. Uno escrito solo para mí. Uno privado. Uno que solo yo pueda leer. Uno dedicado desde el corazón. ¿Qué te gustaría a ti de regalo de navidad?
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  • La ofrenda
    Categoría Terror
    ㅤㅤㅤLos pasillos de la parroquia estaban en completo silencio. Fríos y oscuros, con sombras que esperaban por pasos de víctimas distraídas para poder hacerles desaparecer en la noche. Pero, no era cualquier tipo de víctima, Arya se movía entre esos pasillos a pies descalzos entumecidos por el frío mármol del suelo. Ella ni siquiera se inmutó ante ello.

    ㅤㅤㅤCaminaba con lentitud en la oscuridad, conocía a la perfección esos pasillos, más que a la mismísima palma de su mano. Y, con sigilo, comenzó a acercarse a una de tantas puertas que le prohibían mirar. Una que le recordaban una y otra vez que jamás debería tocar.

    ㅤㅤㅤLo sabía muy bien, hasta temía saber qué había del otro lado, pero su cuerpo se movía sin que ella pudiera detenerlo como si estuviera en un trance. Sus ojos, aunque humanos, se ajustaron a la penumbra y vislumbraron perfectamente la puerta de roble, la cual tenía candado y hasta parecía sellada desde cada grieta.

    ㅤㅤㅤ"Ábrela", escuchó en su mente, un susurro tan dulce como melodía de cuna. "Debes abrirla, Arya".

    ㅤㅤㅤAmbas manos se extendieron, esperando tocar la madera vieja que poco a poco fue perdiendo el barniz con los años. Entonces, cuando apenas hizo contacto, el candado cedió enseguida y cayó al suelo con un ruido pesado, pero seco. La pelinegra empujó con todas sus fuerzas, la puerta fue difícilde mover.

    ㅤㅤㅤㅤ"Ábrelo, Ábrelo, Ábrelo".

    ㅤㅤㅤAllí estaba, esperando con mucha paciencia, un grimorio cerrado sobre el escritorio desgastado. Hasta parecía demasiado pesado como para que la vieja madera pudiera sostenerlo por mucho mas tiempo, ya curvada hacia abajo justo en medio donde descansaba el gran libro.

    ㅤㅤㅤSus pies continuaron, el polvillo del suelo pegándose a las plantas de sus pies con cada paso, dejando marcas detrás de ella. Poco después alzó su mano derecha hacia su boca, la cual abrió de a poco y, colocando la misma entre la unión de su pulgar e índice, mordió con la fuerza necesaria para comenzar a sangrar. El dolor era sordo, casi lejano, pues lo que sintió más fue el calor. Ardor en sus venas que goteaba por la mordida.

    ㅤㅤㅤAcercó la mano al grimorio y la apoyó sobre la tapa, esperando que buena parte de su sangre manchara la superficie. De hecho, esta fue absorbida de a poco hasta que el libro se dejó abrir. Allí es que sintió algo acercarse detrás suyo. No alcanzó a leer lo que estaba escrito en las hojas, pues visiones llegaron a ella. Muerte, demasiada muerte, y sufrimiento. La figura de algo... alguien, ¿un hombre? Era como un faro, lo que causaba agonía y mares de sangre bajo sus pies. Tierras marchitas, destruidas. Escuchó millones de llantos en pena que pedían ayuda, y se hicieron tan fuertes que sintió que su cabeza iba a explotar. Llevó ambas manos a su cabeza para gritar antes de abrir los ojos de golpe.

    ㅤㅤㅤSe sentó de repente, con la respiración agitada y dolor en el pecho, ¿ansiedad? ¿Pánico? Tal vez. Hasta había terror en su mirada. Pero estaba bien... se dio cuenta que volvió a su cuarto. Una pesadilla, por suerte.

    ㅤㅤㅤSuspiró, llevando la diestra a su pecho y sintiendo su corazón latir a mil por minuto. Estuvo a punto de cerrar los ojos, mas algo la detuvo. Dolor. Bajó la vista hasta su mano y vio allí la marca de su propia mordida.

    —...No. —susurró, ahora con el cuerpo helado. ¿Entonces no fue una pesadilla?

    ㅤㅤㅤSe quitó las sábanas y se puso de pie, algo le decía que se acercara a la ventana y así lo hizo, moviendo la cortina para ver hacía afuera. Se espantó en el instante que vio la luna completamente roja, alumbrando cada rincón como si estuviera acechando desde lo alto. De repente le llegó una sensación de perdición: algo muy oscuro estaba llegando. No. No era una sola cosa, eran demasiadas.

    ㅤㅤㅤLos gritos de las demás novicias y hermanas la alejó de un salto de la ventana, escuchando el latir de su corazón junto con un pitido lejano en los oídos. ¿Qué es lo que hizo?

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ─────────
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ》𝙽𝚊𝚝𝚑 ♦ 𝚁𝚊𝚑𝚎𝚕
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ─────────

    ㅤㅤㅤLos pasillos de la parroquia estaban en completo silencio. Fríos y oscuros, con sombras que esperaban por pasos de víctimas distraídas para poder hacerles desaparecer en la noche. Pero, no era cualquier tipo de víctima, Arya se movía entre esos pasillos a pies descalzos entumecidos por el frío mármol del suelo. Ella ni siquiera se inmutó ante ello. ㅤㅤㅤCaminaba con lentitud en la oscuridad, conocía a la perfección esos pasillos, más que a la mismísima palma de su mano. Y, con sigilo, comenzó a acercarse a una de tantas puertas que le prohibían mirar. Una que le recordaban una y otra vez que jamás debería tocar. ㅤㅤㅤLo sabía muy bien, hasta temía saber qué había del otro lado, pero su cuerpo se movía sin que ella pudiera detenerlo como si estuviera en un trance. Sus ojos, aunque humanos, se ajustaron a la penumbra y vislumbraron perfectamente la puerta de roble, la cual tenía candado y hasta parecía sellada desde cada grieta. ㅤㅤㅤ"Ábrela", escuchó en su mente, un susurro tan dulce como melodía de cuna. "Debes abrirla, Arya". ㅤㅤㅤAmbas manos se extendieron, esperando tocar la madera vieja que poco a poco fue perdiendo el barniz con los años. Entonces, cuando apenas hizo contacto, el candado cedió enseguida y cayó al suelo con un ruido pesado, pero seco. La pelinegra empujó con todas sus fuerzas, la puerta fue difícilde mover. ㅤㅤㅤㅤ"Ábrelo, Ábrelo, Ábrelo". ㅤㅤㅤAllí estaba, esperando con mucha paciencia, un grimorio cerrado sobre el escritorio desgastado. Hasta parecía demasiado pesado como para que la vieja madera pudiera sostenerlo por mucho mas tiempo, ya curvada hacia abajo justo en medio donde descansaba el gran libro. ㅤㅤㅤSus pies continuaron, el polvillo del suelo pegándose a las plantas de sus pies con cada paso, dejando marcas detrás de ella. Poco después alzó su mano derecha hacia su boca, la cual abrió de a poco y, colocando la misma entre la unión de su pulgar e índice, mordió con la fuerza necesaria para comenzar a sangrar. El dolor era sordo, casi lejano, pues lo que sintió más fue el calor. Ardor en sus venas que goteaba por la mordida. ㅤㅤㅤAcercó la mano al grimorio y la apoyó sobre la tapa, esperando que buena parte de su sangre manchara la superficie. De hecho, esta fue absorbida de a poco hasta que el libro se dejó abrir. Allí es que sintió algo acercarse detrás suyo. No alcanzó a leer lo que estaba escrito en las hojas, pues visiones llegaron a ella. Muerte, demasiada muerte, y sufrimiento. La figura de algo... alguien, ¿un hombre? Era como un faro, lo que causaba agonía y mares de sangre bajo sus pies. Tierras marchitas, destruidas. Escuchó millones de llantos en pena que pedían ayuda, y se hicieron tan fuertes que sintió que su cabeza iba a explotar. Llevó ambas manos a su cabeza para gritar antes de abrir los ojos de golpe. ㅤㅤㅤSe sentó de repente, con la respiración agitada y dolor en el pecho, ¿ansiedad? ¿Pánico? Tal vez. Hasta había terror en su mirada. Pero estaba bien... se dio cuenta que volvió a su cuarto. Una pesadilla, por suerte. ㅤㅤㅤSuspiró, llevando la diestra a su pecho y sintiendo su corazón latir a mil por minuto. Estuvo a punto de cerrar los ojos, mas algo la detuvo. Dolor. Bajó la vista hasta su mano y vio allí la marca de su propia mordida. —...No. —susurró, ahora con el cuerpo helado. ¿Entonces no fue una pesadilla? ㅤㅤㅤSe quitó las sábanas y se puso de pie, algo le decía que se acercara a la ventana y así lo hizo, moviendo la cortina para ver hacía afuera. Se espantó en el instante que vio la luna completamente roja, alumbrando cada rincón como si estuviera acechando desde lo alto. De repente le llegó una sensación de perdición: algo muy oscuro estaba llegando. No. No era una sola cosa, eran demasiadas. ㅤㅤㅤLos gritos de las demás novicias y hermanas la alejó de un salto de la ventana, escuchando el latir de su corazón junto con un pitido lejano en los oídos. ¿Qué es lo que hizo? ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ───────── ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ》[nathrahel01]《 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ───────── ㅤ ㅤ
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  • *Después de unos dias de investigación encontré una biblioteca sobre algunos libros que estaba buscando sobre el infierno*

    *Había notado un libro particular con el título "aquellas cosas que nos pertenecen" decidí tomarlo y leerlo de inmediato

    -Hmmm es interesante *hablaba conmigo mismo en voz baja*

    -Ahora si puedo poner en marcha mis planes... Solo debo recaudar más información...

    *Un aura empezaba a surgir dentro de mí ser en el cual se proyectaba una sobra con forma demoníaca....*

    - los entrenamientos me vendrán bien para estás pruebas... *Decía recordando aquel pasado....*
    *Después de unos dias de investigación encontré una biblioteca sobre algunos libros que estaba buscando sobre el infierno* *Había notado un libro particular con el título "aquellas cosas que nos pertenecen" decidí tomarlo y leerlo de inmediato -Hmmm es interesante *hablaba conmigo mismo en voz baja* -Ahora si puedo poner en marcha mis planes... Solo debo recaudar más información... *Un aura empezaba a surgir dentro de mí ser en el cual se proyectaba una sobra con forma demoníaca....* - los entrenamientos me vendrán bien para estás pruebas... *Decía recordando aquel pasado....*
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Las reglas las puse tarde pero por una razón, favor leer
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    Reglas

    *Esta cuenta es solo Hugo x Belle, no se acepta trasfondo romántico o íntimo que no sea Hugo*

    *Para todos que no sean Hugo, se aceptan temática: Terror, Aventura, Misterio, Drama, Fantasía oscura. *

    *Solo Hugo se lleva el romance y erotico*

    *Solo habla el personaje, si quieren hablar con la user avisar. *

    *Todo intento de intimar con Belle pasa a ser automáticamente descartados. *

    +Reglas sujeta a cambios+
    Me enjaja
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    Ay no, que gracioso jaja, eres demasiado facil de leer.//
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