• Interior de una habitación elegante en la villa Di Vincenzo. El crepúsculo baña de oro tenue las paredes, y el silencio parece respirar con ella.

    Elisabetta Di Vincenzo estaba sentada frente al espejo, su silueta reflejada con la delicadeza de una pintura viva. El camisón negro de seda abrazaba sus curvas con la misma suavidad que lo hacía la luz, mientras sus dedos, perfectamente cuidados, jugaban con un mechón de su cabello rubio.

    Sus ojos violetas brillaban con una calma inusual. Una calma que, para cualquiera, sería un regalo… pero para ella era una advertencia.
    —Cuando todo está tan en paz —susurró para sí misma, con una media sonrisa melancólica—, es porque el infierno está conteniendo la respiración.

    Se sentía hermosa, serena… como si por fin el mundo la hubiera dejado respirar. Pero lo conocía bien. El mundo no era amable. No con ella.
    No con la Farfalla della Morte.

    Se levantó lentamente, caminando descalza sobre la alfombra mullida, mientras la brisa nocturna se colaba por la ventana abierta. Algo se avecinaba. Lo sentía en los huesos. Esa quietud no era más que el preludio del caos.

    Y aun así, se permitió un instante más. Un momento para ser solo Elisabetta. No la líder. No la hija de Niccolò. Solo una mujer, hermosa y peligrosa, atrapada entre el deseo de paz… y la certeza de que esa paz jamás sería suya.

    🌒 Interior de una habitación elegante en la villa Di Vincenzo. El crepúsculo baña de oro tenue las paredes, y el silencio parece respirar con ella. 🌙 Elisabetta Di Vincenzo estaba sentada frente al espejo, su silueta reflejada con la delicadeza de una pintura viva. El camisón negro de seda abrazaba sus curvas con la misma suavidad que lo hacía la luz, mientras sus dedos, perfectamente cuidados, jugaban con un mechón de su cabello rubio. Sus ojos violetas brillaban con una calma inusual. Una calma que, para cualquiera, sería un regalo… pero para ella era una advertencia. —Cuando todo está tan en paz —susurró para sí misma, con una media sonrisa melancólica—, es porque el infierno está conteniendo la respiración. Se sentía hermosa, serena… como si por fin el mundo la hubiera dejado respirar. Pero lo conocía bien. El mundo no era amable. No con ella. No con la Farfalla della Morte. Se levantó lentamente, caminando descalza sobre la alfombra mullida, mientras la brisa nocturna se colaba por la ventana abierta. Algo se avecinaba. Lo sentía en los huesos. Esa quietud no era más que el preludio del caos. Y aun así, se permitió un instante más. Un momento para ser solo Elisabetta. No la líder. No la hija de Niccolò. Solo una mujer, hermosa y peligrosa, atrapada entre el deseo de paz… y la certeza de que esa paz jamás sería suya.
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    // Busco un Dean Winchester que sea más que cuero y sarcasmo. Que entienda el peso de cargar con el infierno en los ojos y aún así regalarle una rebanada de pay a quien se está desmoronando en silencio. Sí, sabemos que Dean es mujeriego — eso no lo negamos — pero si vamos a construir algo real en este fic, no queremos un Dean con ojitos alegres para todas las chicas del cast.

    Quiero un Dean que entienda de qué va Supernatural. Que sepa que bajo toda esa actitud de cazador en cuero, hay un hijo mayor con culpa, con furia, con amor escondido en frases mal dichas. Un Dean que pueda tener momentos de pasión, pero también de silencio. Que no le tema a una chica con gracia celestial en su piel y traumas envueltos en azúcar.

    Si vas a ser nuestro Dean, que lo seas completo. Que el Impala solo tenga un asiento disponible al lado tuyo. Porque Tanya no comparte. Y yo tampoco.



    — Tanya Elise Miller, protegida de Gabriel, club de difuntos hasta la muerte
    // Busco un Dean Winchester que sea más que cuero y sarcasmo. Que entienda el peso de cargar con el infierno en los ojos y aún así regalarle una rebanada de pay a quien se está desmoronando en silencio. Sí, sabemos que Dean es mujeriego — eso no lo negamos — pero si vamos a construir algo real en este fic, no queremos un Dean con ojitos alegres para todas las chicas del cast. Quiero un Dean que entienda de qué va Supernatural. Que sepa que bajo toda esa actitud de cazador en cuero, hay un hijo mayor con culpa, con furia, con amor escondido en frases mal dichas. Un Dean que pueda tener momentos de pasión, pero también de silencio. Que no le tema a una chica con gracia celestial en su piel y traumas envueltos en azúcar. Si vas a ser nuestro Dean, que lo seas completo. Que el Impala solo tenga un asiento disponible al lado tuyo. Porque Tanya no comparte. Y yo tampoco. 🖤 — Tanya Elise Miller, protegida de Gabriel, club de difuntos hasta la muerte
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    Agencia de Modelaje Ishtar's Demonic Déesse Infernal Glamour
    Donde la seducción se convierte en arte infernal

    Modelo Estrella: Minami Momokashi
    Alias: La Rosa de Medianoche

    Minami Momokashi encarna la esencia perfecta del glamour oscuro y la elegancia provocativa. Con su larga cabellera rosada como una caricia de fuego celestial y ojos color rubí que dominan con misterio y dulzura, Minami es la personificación viva de una deidad demoníaca moderna.

    Vestida en un atrevido vestido de látex negro con encaje que deja entrever su confianza indomable y presencia magnética, ella reina sobre la pasarela con el mismo poder con el que se adueña de cada mirada. Su estilo combina la alta moda con el fetichismo refinado, transmitiendo una sensualidad que hipnotiza y un aura de dominio que impone respeto.

    Especialidades:
    ❀ Pasarela Nocturna y Temática Gótica
    ❀ Sesiones de fotografía glam-dark
    ❀ Moda alternativa de alto impacto
    ❀ Embajadora de marcas de lujo erótico y fetichista

    Frase de la Marca Ishtar´s Demonic:
    "No soy tu tentación, soy el infierno al que suplicas entrar." — Minami Momokashi

    ¿Listos para ver a la próxima diosa infernal de la moda conquistar el mundo?

    Contrataciones y colaboraciones exclusivas:
    [Ishtar’s Demonic Déesse Management Team]
    📸 Agencia de Modelaje Ishtar's Demonic Déesse Infernal Glamour Donde la seducción se convierte en arte infernal 👠 Modelo Estrella: Minami Momokashi Alias: La Rosa de Medianoche Minami Momokashi encarna la esencia perfecta del glamour oscuro y la elegancia provocativa. Con su larga cabellera rosada como una caricia de fuego celestial y ojos color rubí que dominan con misterio y dulzura, Minami es la personificación viva de una deidad demoníaca moderna. Vestida en un atrevido vestido de látex negro con encaje que deja entrever su confianza indomable y presencia magnética, ella reina sobre la pasarela con el mismo poder con el que se adueña de cada mirada. Su estilo combina la alta moda con el fetichismo refinado, transmitiendo una sensualidad que hipnotiza y un aura de dominio que impone respeto. 🔥 Especialidades: ❀ Pasarela Nocturna y Temática Gótica ❀ Sesiones de fotografía glam-dark ❀ Moda alternativa de alto impacto ❀ Embajadora de marcas de lujo erótico y fetichista ✨ Frase de la Marca Ishtar´s Demonic: "No soy tu tentación, soy el infierno al que suplicas entrar." — Minami Momokashi ¿Listos para ver a la próxima diosa infernal de la moda conquistar el mundo? Contrataciones y colaboraciones exclusivas: 🔥 [Ishtar’s Demonic Déesse Management Team]
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  • — No importa cuanto supliques, yo misma te arrastraré al infierno si me entero que él lloró por tu culpa. —
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    Para ti, madre de mi alma, que me llevaste en tu vientre durante nueve meses. Para ti, que soportaste los maltratos de mi padre para brindarme un hogar. Para ti, que te levantabas antes del amanecer para prepararme el desayuno, vestirme y llevarme a la escuela. Para ti, que me protegiste del mundo con amor, incluso con pocas herramientas, y me regalaste a tu propia madre para que continuara cuidando de mí cuando tú no podías.

    Para ti, que buscando el bienestar y la ayuda de Dios, te metiste en la boca del lobo, que te atrapó por completo. Aun en tu desesperación, decidiste sacrificarte por mi bien y felicidad, a pesar de que te gritara, te golpeara y te ignorara mientras la bestia te devoraba en tu habitación.

    Para ti, que encontraste la manera de ayudarme a salir del infierno en el que vivía, dándome razones para dejar la casa que llamé hogar durante 17 años, a costa de tu bienestar, dejando tu ser a merced de un monstruo que me desea.

    Para ti, que llevas años dormida, crucificada como Jesucristo, sacrificándote por los pecados del mundo; gracias. Gracias por darme todo el amor que pudiste en vida, aunque en ese entonces no lo supe valorar. Gracias por preferir dar tu vida para salvar la mía, por amarme con un amor infinito que no dudaste en ofrecer, sacrificando tu alma para que yo pudiera ser feliz en esta vida.

    Gracias, mamá, mi madre querida, por el amor infinito que solo una madre puede ofrecer. Perdóname por no haberte valorado y por haberte juzgado con rencor, perdóname por mi ceguera.

    Si puedes oírme, madre, quiero decirte que te amo, quizás no tanto como tú a mí, ya que pongo en duda si sería capaz de entregar todo mi ser como tú hiciste por mí. Pero estoy muy agradecida por permitirme vivir, reír y llorar lejos del infierno, lejos de la boca del lobo que aún te desgarra entre sus dientes.

    Quisiera poder hacer algo para salvar tu alma y evitarte el sufrimiento, pero no puedo... porque diste todo por mí, atándote a ese vampiro que consume tu alma en lugar de tu sangre. Quisiera regresar al infierno y sufrir junto a ustedes, al menos para compensarles por todo lo que hicieron por mí. Pero no puedo.

    Ahora tengo dos personas que me necesitan, que requieren mi alegría y energía, que buscan el equilibrio que traigo a sus vidas. Tengo razones para vivir más allá de las exigencias del mundo, más allá de la depresión que casi me arrastra como lo hizo ese demonio contigo.

    Madre mía, estas palabras nunca serán suficientes para agradecerte y llorar tu pérdida como te mereces, porque sí, esto es una pérdida. Tu cuerpo vive y respira, pero pertenece a alguien más, a algo que no eres tú. Desde tu primera crisis, supe que nunca regresarías... que te había perdido para siempre.

    Solo tú, la bestia y Dios saben lo que ocurrió esa noche... Gracias a Él, no dormí contigo aquella vez. Te imagino desgarrándote por dentro, eligiendo salvarme a cambio de todo lo que significabas.

    Gracias, mamá, por permitirme ser libre en esta vida; quizás en otras no lo fui, tal vez por eso te sacrificaste. Prometo valorar mi vida y mi tiempo, esforzarme por ser una mejor persona, crecer, tener éxito y hacer que esta vida que salvaste valga la pena.

    Te amo, mamá...
    Para ti, madre de mi alma, que me llevaste en tu vientre durante nueve meses. Para ti, que soportaste los maltratos de mi padre para brindarme un hogar. Para ti, que te levantabas antes del amanecer para prepararme el desayuno, vestirme y llevarme a la escuela. Para ti, que me protegiste del mundo con amor, incluso con pocas herramientas, y me regalaste a tu propia madre para que continuara cuidando de mí cuando tú no podías. Para ti, que buscando el bienestar y la ayuda de Dios, te metiste en la boca del lobo, que te atrapó por completo. Aun en tu desesperación, decidiste sacrificarte por mi bien y felicidad, a pesar de que te gritara, te golpeara y te ignorara mientras la bestia te devoraba en tu habitación. Para ti, que encontraste la manera de ayudarme a salir del infierno en el que vivía, dándome razones para dejar la casa que llamé hogar durante 17 años, a costa de tu bienestar, dejando tu ser a merced de un monstruo que me desea. Para ti, que llevas años dormida, crucificada como Jesucristo, sacrificándote por los pecados del mundo; gracias. Gracias por darme todo el amor que pudiste en vida, aunque en ese entonces no lo supe valorar. Gracias por preferir dar tu vida para salvar la mía, por amarme con un amor infinito que no dudaste en ofrecer, sacrificando tu alma para que yo pudiera ser feliz en esta vida. Gracias, mamá, mi madre querida, por el amor infinito que solo una madre puede ofrecer. Perdóname por no haberte valorado y por haberte juzgado con rencor, perdóname por mi ceguera. Si puedes oírme, madre, quiero decirte que te amo, quizás no tanto como tú a mí, ya que pongo en duda si sería capaz de entregar todo mi ser como tú hiciste por mí. Pero estoy muy agradecida por permitirme vivir, reír y llorar lejos del infierno, lejos de la boca del lobo que aún te desgarra entre sus dientes. Quisiera poder hacer algo para salvar tu alma y evitarte el sufrimiento, pero no puedo... porque diste todo por mí, atándote a ese vampiro que consume tu alma en lugar de tu sangre. Quisiera regresar al infierno y sufrir junto a ustedes, al menos para compensarles por todo lo que hicieron por mí. Pero no puedo. Ahora tengo dos personas que me necesitan, que requieren mi alegría y energía, que buscan el equilibrio que traigo a sus vidas. Tengo razones para vivir más allá de las exigencias del mundo, más allá de la depresión que casi me arrastra como lo hizo ese demonio contigo. Madre mía, estas palabras nunca serán suficientes para agradecerte y llorar tu pérdida como te mereces, porque sí, esto es una pérdida. Tu cuerpo vive y respira, pero pertenece a alguien más, a algo que no eres tú. Desde tu primera crisis, supe que nunca regresarías... que te había perdido para siempre. Solo tú, la bestia y Dios saben lo que ocurrió esa noche... Gracias a Él, no dormí contigo aquella vez. Te imagino desgarrándote por dentro, eligiendo salvarme a cambio de todo lo que significabas. Gracias, mamá, por permitirme ser libre en esta vida; quizás en otras no lo fui, tal vez por eso te sacrificaste. Prometo valorar mi vida y mi tiempo, esforzarme por ser una mejor persona, crecer, tener éxito y hacer que esta vida que salvaste valga la pena. Te amo, mamá...
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    “Titanes de la Destruccion: Godzilla vs Shin Godzilla”

    ☠ Escenario:
    Una ciudad costera japonesa sumida en ruinas. El cielo está cubierto por nubes oscuras y relámpagos radiactivos. Ríos de lava brotan del suelo destruido mientras el océano se agita violentamente. Las alarmas han cesado. Solo queda el eco del temor ante dos formas colosales que se aproximan para el juicio final.

    ✟ Habilidades de Godzilla:
    ☥ Aliento atómico azul de alto poder destructivo
    ☥ Fuerza física y resistencia sobrehumanas
    ☥ Regeneración rápida
    ☥ Inteligencia táctica en combate
    ☥ Cola devastadora con fuerza sísmica

    ✡ Habilidades de Shin Godzilla:
    ✠ Evolución y adaptación constante durante el combate
    ✠ Aliento térmico láser carmesí de gran alcance
    ✠ Rayos dorsales múltiples (ataques omnidireccionales)
    ✠ Emisión de radiación intensa
    ✠ Regeneración gradual incluso tras daños críticos

    ✇ Choque:
    El combate inicia con una explosión de energía cuando ambos titanes desatan sus alientos atómicos. Godzilla avanza con fuerza bruta, arrasando con su cuerpo y cola, mientras Shin responde con rayos láser de su boca, espalda y cola, envolviendo el campo de batalla en un infierno radiactivo.

    Shin intenta adaptarse rápidamente, mutando sus extremidades y endureciendo su piel, pero Godzilla lo domina físicamente, desgarrando su cuerpo y rompiendo su ritmo de evolución. Cada vez que Shin dispara, Godzilla responde con precisión, impactándola directamente con su aliento concentrado y ondas de energía.

    ♛ Resultado Final: ( Tu decides )
    “Titanes de la Destruccion: Godzilla vs Shin Godzilla” ☠ Escenario: Una ciudad costera japonesa sumida en ruinas. El cielo está cubierto por nubes oscuras y relámpagos radiactivos. Ríos de lava brotan del suelo destruido mientras el océano se agita violentamente. Las alarmas han cesado. Solo queda el eco del temor ante dos formas colosales que se aproximan para el juicio final. ✟ Habilidades de Godzilla: ☥ Aliento atómico azul de alto poder destructivo ☥ Fuerza física y resistencia sobrehumanas ☥ Regeneración rápida ☥ Inteligencia táctica en combate ☥ Cola devastadora con fuerza sísmica ✡ Habilidades de Shin Godzilla: ✠ Evolución y adaptación constante durante el combate ✠ Aliento térmico láser carmesí de gran alcance ✠ Rayos dorsales múltiples (ataques omnidireccionales) ✠ Emisión de radiación intensa ✠ Regeneración gradual incluso tras daños críticos ✇ Choque: El combate inicia con una explosión de energía cuando ambos titanes desatan sus alientos atómicos. Godzilla avanza con fuerza bruta, arrasando con su cuerpo y cola, mientras Shin responde con rayos láser de su boca, espalda y cola, envolviendo el campo de batalla en un infierno radiactivo. Shin intenta adaptarse rápidamente, mutando sus extremidades y endureciendo su piel, pero Godzilla lo domina físicamente, desgarrando su cuerpo y rompiendo su ritmo de evolución. Cada vez que Shin dispara, Godzilla responde con precisión, impactándola directamente con su aliento concentrado y ondas de energía. ♛ Resultado Final: ( Tu decides )
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  • [ 𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒕𝒊𝒑𝒐 𝒔𝒊 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒂𝒃𝒆 𝒄ó𝒎𝒐 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒓𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒍 𝒉𝒖𝒎𝒐𝒓. — 𝐑𝐎𝐔𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄 𝐑𝐔𝐒𝐒𝐀 ]



    Ryan podía parecer tranquilo. Un hombre social, abierto, incluso relajado a simple vista. Había perfeccionado esa personalidad con el tiempo, esa fachada que lo mostraba como alguien más: el caballero encantador, el tipo que sabe escuchar, que sabe sonreír en el momento justo. Lo suficientemente pulido para que muchos olvidaran que sus manos estaban manchadas con la sangre de inocentes y culpables por igual. Algo que muchas personas pasaron por alto cuando lo conocían.

    A veces, incluso él se preguntaba si los demás estaban realmente bien de la cabeza. ¿Cómo podían confiar tan rápido? ¿Cómo podían relajarse ante una sonrisa y un par de bromas sin sentido? No entendía esa parte del mundo. Pero al menos le servía. Esa fachada le permitía estudiar a las personas con calma. Porque para él, la confianza no era algo que se ofrecía. Se ganaba. Y a pocos, muy pocos, se les permitía cruzar esa línea.

    Giovanni, el hermano de Elisabetta, no era uno de ellos. Ni siquiera entraba en la categoría de “detestables”. Simplemente le era irrelevante. Un nombre más. Una sombra más. No tenía valor ni afecto por él y su único recuerdo de él fue cuando le disparó en aquel día que fue a por Yuki. Un evento que había sucedido hace ya varios meses en realidad.

    Entonces… ¿por qué, demonios, le estaba enviando una advertencia?

    Su muerte le importaba poco, pero habían ciertas personas que si le importarian, personas que a él llegaron a importarle en su tiempo. Y que además, había sido él quien lo puso en la lista negra del ruso cuando llevo los documentos a la italiana para el rompimiento de tratado de alianza. Lo sentenció indirectamente.

    Días después del incidente con Kiev, había intentado contactarlo. Después de todo, una amistad de años no podía romperse tan fácilmente. O al menos, eso creyó. Pero no pudo acercarse. No sin que la sangre de sus hombres y los del ruso terminara regada en los jardines de la mansión. No había forma de negociar con los perros que custodiaban la entrada. Sabía cuándo no valía la pena forzar las cosas.

    Así que optó por lo que sabía hacer mejor: moverse en las sombras. Envió hombres discretos, infiltrados, para vigilar los pasos del ruso. Lo suficiente para confirmar lo que ya sospechaba: Kiev había abandonado el país rumbo a Rusia. Y no solo eso, sino que ya había tomado el mando de la Mafia Roja. La herencia maldita de sus antepasados comunistas. El poder que tanto había intentado evitar… ahora lo poseía por completo.

    Ryan, sentado tras su escritorio, tenía el revólver en la mano derecha. Jugaba con él. Con esa calma que a muchos les parecía aterradora. Frente a él, un hombre atado a una silla, con la boca ensangrentada y los ojos desorbitados.

    — Empieza —ordenó con voz baja, sin apartar la mirada del arma, sus dedos se movían con agilidad sobre el arma. No usaba guantes, está era de las pocas veces que podía estar relajado sin tener que temer que alguien notara su piel fría.

    Bruno, a su izquierda, sostenía un informe. Sus ojos no dudaron en bajar la mirada hacia el papel mientras comenzaba a leer con voz clara y pausada:

    —El informe confirma que el señor Romalsko ha estado vigilando sus movimientos desde que despertó. Registros bancarios, llamadas, reuniones. Incluso personas con las que ha cruzado palabras en eventos públicos han sido investigadas. Lo del evento con aquel investigador y con la señorita que conoció en la fiesta que fue con el señor Romalsko.

    La mirada del rubio vaciló está vez. Sus manos se detuvieron cuando introducía una bala al escuchar estos casos, solo basto unos segundos para continuar, cerró el tambor. Lo giró.

    Apretó el gatillo y... nada. El tambor giró de nuevo.

    —Incluyendo a la señorita Di Vincenzo y a su hermano en la mira, Giovanni.

    Nuevamente sonó un "click" pero ninguna gota de Sangre se derramó.

    Ryan alzó una ceja. Ladeó la cabeza hacia el traidor frente a él. El hombre ya no hablaba. Solo temblaba. Si que había tenido suerte.

    —¿Y la carta? —preguntó Ryan con desinterés, como si el arma no estuviera apuntando a una cabeza.

    —Fue enviada. Un hombre encubierto se aseguró de que llegara a manos de la señorita Di Vincenzo. Evitamos cualquier cruce con la vigilancia del ruso.

    La carta, aunque a vista simple un papel cualquiera era una advertencia para que Giovanni no metiera las narices donde no debía. Si lo hacía, no habría marcha atrás. Y también servía como coartada. Ryan no quería que lo arrastraran al infierno de una guerra que no le correspondía. Aún no. Tenía planes más urgentes: volver a Italia, tomar lo que era suyo, poner en orden la peste que su familia había dejado. No podía permitirse tener a los Di Vincenzo como enemigos antes siquiera de haber pisado tierras italianas.

    —Bien hecho. Pero asegúrate de que llegue. Si Kiev la intercepta... estamos jodidos, ese hombre me tomará como enemigo y las cosas terminarán por empeorar. — Apoyó el cañón del revólver en la frente del traidor.

    —También tenemos nuevos nombres —agregó Bruno, pasando al siguiente informe—. Siete contratados por los Di Conti. Cinco desconocidos. Uno de los nuestros. Y el último... un fantasma. Sin rostro. Sin huella. Se mueve mejor que los otros seis juntos.

    Ryan chasqueó la lengua. Giró el tambor por última vez. El traidor sollozaba, ahogándose en sus propias lágrimas.

    —Demasiado ruido por cosas que deberían haber quedado enterradas —musitó.

    Apuntó. No dudo y la sangre por fin salpicó.

    El sonido resonó en la sala como un final inevitable.

    Ryan se inclinó hacia atrás, apoyando el revólver en el escritorio.Su cabello estaba algo desordenado, sus ojos se cerraron, inspiró hondo. Habían sucedido tantas cosas que lo estaban impacientando, aquello que terminaba por volver una piedra molesta en su zapato.

    Que un gato le mordiera un pie era incluso más cómodo que esto.

    —Limpia esto. — Dijo reincorporándose. Estaba agotado, necesitaba un descanso de todo esto.

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    || El user está vivo, con vacaciones desde el lunes pero ayudando con unos asuntos importantes, un amigo se rompió el pie(?). En otras noticias, logré recuperar el Word hace poco en dónde tenía las respuestas de algunos roles que extrañaba por contestar, ya me estoy poniendo las pilas para aprovechar este tiempo, lamento realmente la demora.

    Un abrazo, con todo cariño, el user de Ryan.
    [ 𝑬𝒔𝒕𝒆 𝒕𝒊𝒑𝒐 𝒔𝒊 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒂𝒃𝒆 𝒄ó𝒎𝒐 𝒑𝒐𝒏𝒆𝒓𝒎𝒆 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒍 𝒉𝒖𝒎𝒐𝒓. — 𝐑𝐎𝐔𝐋𝐄𝐓𝐓𝐄 𝐑𝐔𝐒𝐒𝐀 ] Ryan podía parecer tranquilo. Un hombre social, abierto, incluso relajado a simple vista. Había perfeccionado esa personalidad con el tiempo, esa fachada que lo mostraba como alguien más: el caballero encantador, el tipo que sabe escuchar, que sabe sonreír en el momento justo. Lo suficientemente pulido para que muchos olvidaran que sus manos estaban manchadas con la sangre de inocentes y culpables por igual. Algo que muchas personas pasaron por alto cuando lo conocían. A veces, incluso él se preguntaba si los demás estaban realmente bien de la cabeza. ¿Cómo podían confiar tan rápido? ¿Cómo podían relajarse ante una sonrisa y un par de bromas sin sentido? No entendía esa parte del mundo. Pero al menos le servía. Esa fachada le permitía estudiar a las personas con calma. Porque para él, la confianza no era algo que se ofrecía. Se ganaba. Y a pocos, muy pocos, se les permitía cruzar esa línea. Giovanni, el hermano de Elisabetta, no era uno de ellos. Ni siquiera entraba en la categoría de “detestables”. Simplemente le era irrelevante. Un nombre más. Una sombra más. No tenía valor ni afecto por él y su único recuerdo de él fue cuando le disparó en aquel día que fue a por Yuki. Un evento que había sucedido hace ya varios meses en realidad. Entonces… ¿por qué, demonios, le estaba enviando una advertencia? Su muerte le importaba poco, pero habían ciertas personas que si le importarian, personas que a él llegaron a importarle en su tiempo. Y que además, había sido él quien lo puso en la lista negra del ruso cuando llevo los documentos a la italiana para el rompimiento de tratado de alianza. Lo sentenció indirectamente. Días después del incidente con Kiev, había intentado contactarlo. Después de todo, una amistad de años no podía romperse tan fácilmente. O al menos, eso creyó. Pero no pudo acercarse. No sin que la sangre de sus hombres y los del ruso terminara regada en los jardines de la mansión. No había forma de negociar con los perros que custodiaban la entrada. Sabía cuándo no valía la pena forzar las cosas. Así que optó por lo que sabía hacer mejor: moverse en las sombras. Envió hombres discretos, infiltrados, para vigilar los pasos del ruso. Lo suficiente para confirmar lo que ya sospechaba: Kiev había abandonado el país rumbo a Rusia. Y no solo eso, sino que ya había tomado el mando de la Mafia Roja. La herencia maldita de sus antepasados comunistas. El poder que tanto había intentado evitar… ahora lo poseía por completo. Ryan, sentado tras su escritorio, tenía el revólver en la mano derecha. Jugaba con él. Con esa calma que a muchos les parecía aterradora. Frente a él, un hombre atado a una silla, con la boca ensangrentada y los ojos desorbitados. — Empieza —ordenó con voz baja, sin apartar la mirada del arma, sus dedos se movían con agilidad sobre el arma. No usaba guantes, está era de las pocas veces que podía estar relajado sin tener que temer que alguien notara su piel fría. Bruno, a su izquierda, sostenía un informe. Sus ojos no dudaron en bajar la mirada hacia el papel mientras comenzaba a leer con voz clara y pausada: —El informe confirma que el señor Romalsko ha estado vigilando sus movimientos desde que despertó. Registros bancarios, llamadas, reuniones. Incluso personas con las que ha cruzado palabras en eventos públicos han sido investigadas. Lo del evento con aquel investigador y con la señorita que conoció en la fiesta que fue con el señor Romalsko. La mirada del rubio vaciló está vez. Sus manos se detuvieron cuando introducía una bala al escuchar estos casos, solo basto unos segundos para continuar, cerró el tambor. Lo giró. Apretó el gatillo y... nada. El tambor giró de nuevo. —Incluyendo a la señorita Di Vincenzo y a su hermano en la mira, Giovanni. Nuevamente sonó un "click" pero ninguna gota de Sangre se derramó. Ryan alzó una ceja. Ladeó la cabeza hacia el traidor frente a él. El hombre ya no hablaba. Solo temblaba. Si que había tenido suerte. —¿Y la carta? —preguntó Ryan con desinterés, como si el arma no estuviera apuntando a una cabeza. —Fue enviada. Un hombre encubierto se aseguró de que llegara a manos de la señorita Di Vincenzo. Evitamos cualquier cruce con la vigilancia del ruso. La carta, aunque a vista simple un papel cualquiera era una advertencia para que Giovanni no metiera las narices donde no debía. Si lo hacía, no habría marcha atrás. Y también servía como coartada. Ryan no quería que lo arrastraran al infierno de una guerra que no le correspondía. Aún no. Tenía planes más urgentes: volver a Italia, tomar lo que era suyo, poner en orden la peste que su familia había dejado. No podía permitirse tener a los Di Vincenzo como enemigos antes siquiera de haber pisado tierras italianas. —Bien hecho. Pero asegúrate de que llegue. Si Kiev la intercepta... estamos jodidos, ese hombre me tomará como enemigo y las cosas terminarán por empeorar. — Apoyó el cañón del revólver en la frente del traidor. —También tenemos nuevos nombres —agregó Bruno, pasando al siguiente informe—. Siete contratados por los Di Conti. Cinco desconocidos. Uno de los nuestros. Y el último... un fantasma. Sin rostro. Sin huella. Se mueve mejor que los otros seis juntos. Ryan chasqueó la lengua. Giró el tambor por última vez. El traidor sollozaba, ahogándose en sus propias lágrimas. —Demasiado ruido por cosas que deberían haber quedado enterradas —musitó. Apuntó. No dudo y la sangre por fin salpicó. El sonido resonó en la sala como un final inevitable. Ryan se inclinó hacia atrás, apoyando el revólver en el escritorio.Su cabello estaba algo desordenado, sus ojos se cerraron, inspiró hondo. Habían sucedido tantas cosas que lo estaban impacientando, aquello que terminaba por volver una piedra molesta en su zapato. Que un gato le mordiera un pie era incluso más cómodo que esto. —Limpia esto. — Dijo reincorporándose. Estaba agotado, necesitaba un descanso de todo esto. 10 9 8 || El user está vivo, con vacaciones desde el lunes pero ayudando con unos asuntos importantes, un amigo se rompió el pie(?). En otras noticias, logré recuperar el Word hace poco en dónde tenía las respuestas de algunos roles que extrañaba por contestar, ya me estoy poniendo las pilas para aprovechar este tiempo, lamento realmente la demora. Un abrazo, con todo cariño, el user de Ryan.
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  • https://youtu.be/zJo4kskE93k?si=XiEhdtPK80PxYI0f

    -Después de lo sucedido y con las recomendaciones de leo y Adán regrese al infierno me quedé sorprendido al ver en mi estudio a Damián cantando una de mis interpretaciones así que sin que se diera cuenta me puse los audífonos para escucharlo cantar -
    https://youtu.be/zJo4kskE93k?si=XiEhdtPK80PxYI0f -Después de lo sucedido y con las recomendaciones de leo y Adán regrese al infierno me quedé sorprendido al ver en mi estudio a Damián cantando una de mis interpretaciones así que sin que se diera cuenta me puse los audífonos para escucharlo cantar -
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  • – “Ceniza bajo la piel”
    Nombre: Solenne
    Edad: 23 años
    Ocupación: Nadie lo sabe con certeza. A veces dicen que es tatuadora, otras que trabaja para un club privado... pero todos coinciden en una cosa: es imposible ignorarla.

    Solenne no cree en el amor, pero sí en la obsesión.
    No cree en la redención, pero carga con un infierno encima.
    Y si te mira como lo hizo esa noche en el callejón tras el bar, prepárate para que algo dentro de ti se rompa… o despierte.

    Su piel cuenta historias que nunca te contará con palabras:
    Un rayo entre los senos, una serpiente entre las costillas, letras que parecen números que parecen heridas.
    Y esa mirada. Dios, esa mirada.

    Fuma lento, como si cada bocanada fuera una promesa rota.
    Habla con sarcasmo, pero hay una tristeza que se cuela entre cada sonrisa torcida.

    —“¿Quieres saber mi historia? Entonces prepárate para no dormir tranquilo nunca más.”

    Porque Solenne no es una fase.
    Es una cicatriz con voz.

    Y si te acercas lo suficiente, vas a terminar con su nombre escrito en tu alma… o en tu lápida.
    – “Ceniza bajo la piel” Nombre: Solenne Edad: 23 años Ocupación: Nadie lo sabe con certeza. A veces dicen que es tatuadora, otras que trabaja para un club privado... pero todos coinciden en una cosa: es imposible ignorarla. Solenne no cree en el amor, pero sí en la obsesión. No cree en la redención, pero carga con un infierno encima. Y si te mira como lo hizo esa noche en el callejón tras el bar, prepárate para que algo dentro de ti se rompa… o despierte. Su piel cuenta historias que nunca te contará con palabras: Un rayo entre los senos, una serpiente entre las costillas, letras que parecen números que parecen heridas. Y esa mirada. Dios, esa mirada. Fuma lento, como si cada bocanada fuera una promesa rota. Habla con sarcasmo, pero hay una tristeza que se cuela entre cada sonrisa torcida. —“¿Quieres saber mi historia? Entonces prepárate para no dormir tranquilo nunca más.” Porque Solenne no es una fase. Es una cicatriz con voz. Y si te acercas lo suficiente, vas a terminar con su nombre escrito en tu alma… o en tu lápida.
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  • - ¿Angel o demonio? ¿Qué somos?

    No tengo por qué complacer a nadie, no soy un angel ni quiero ser tu cielo. Seré fuego, tan difícil de apagar e imposible de olvidar.

    Traigo el infierno conmigo y, sin embargo, beso como el cielo, es cierto, llevo un ángel en mi sonrisa, pero mil demonios en mi cabeza. ¿Y tú, qué eres? ¿Uno o ambos?
    - ¿Angel o demonio? ¿Qué somos? No tengo por qué complacer a nadie, no soy un angel ni quiero ser tu cielo. Seré fuego, tan difícil de apagar e imposible de olvidar. Traigo el infierno conmigo y, sin embargo, beso como el cielo, es cierto, llevo un ángel en mi sonrisa, pero mil demonios en mi cabeza. ¿Y tú, qué eres? ¿Uno o ambos?
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