Su obra final es solo un chiste mal contado.
Descubrir la infidelidad de su ex esposa fue la gota que derramó el vaso. Pensó que sin importar cuánto esfuerzo pusiera sobre la mesa, no era suficiente, nunca lo fue.
A los 13 años sus padres lo cambiaron por unas monedas con un viejo rabo verde y solo él sabe que tipo de cosas sufrió. Escapó a los meses y vivió entre vagabundos, cuando su vida empezó a cambiar sintió que era capaz de ayudar a otros de la forma en que él jamás recibió consuelo.
Estudio y recibió una beca completa. Su vida se compuso por un tiempo. Estabilidad económica, una profesión, su trabajo y una prometida que él juraba era su media naranja.
— Tal vez todo empezó a ir mal desde ese día.— Un recuerdo vago sobre el felino Noir que rescato de las calles. Flaco, pulgoso, enfermo y viejo, nadie quería un gato con tantos problemas y tampoco costearse los gastos médicos. Pero Kyo era humano de corazón, lo llevo a casa donde su prometida algo malhumorada, acepto al viejo Noir.
Y un día cuando él salió, el gato murió. Según su prometida, escapó de casa y un auto lo arrolló. Kyo jamás supo la verdad que escondía su prometida porque para él y su tonta visión del amor, era incapaz.
No lloró. Un hombre no llora. Se casó y formó una pequeña familia en un departamento que le costó sudor y lágrimas. Pero ella, en especial ella, era interesada y cruel. A los meses de casarse noto los cambios, salidas con sus amigas por días enteros, compras exageradas con las tarjetas de débito, las deudas iban en aumento, solía verla más en las calles que en su propio hogar, pero el amor ciega.
Un día de noviembre la descubrió teniendo relaciones sexuales con su compañero de trabajo. Su corazón se rompió y ella, con toda esa arrogancia lo comparo con su amante y finalmente lo dejo.
¿Qué hice mal?. Se pregunto durante largas noches mientras el divorcio empezó su curso. Pero Kyo no podía llorar, estaba tan roto por dentro que su mente se desconecto. Como una máquina: despertar, comer, dormir, trabajar, ida y vuelta a casa/trabajo. En el trabajo ya no rendía y termino por cerrar su oficina, las deudas se acumularon, no había nadie con quién hablar de estás cosas y fue en su penumbra que escucho la voz.
" Solo la muerte nos libra del dolor. Decide por una vez. "
Una voz en lo profundo de su cabeza. Algo que lo llamaba a terminar con esa comedia trágica. Por fin, podía llorar por todas las penas que le habían tocado.
Y así es como consiguió un arma y se voló la cabeza.
Y así fue como el parásito tomo su cuerpo y suplantó su identidad.
Así fue como el Kyo Wakana de esa realidad desapareció.
Su obra final es solo un chiste mal contado.
Descubrir la infidelidad de su ex esposa fue la gota que derramó el vaso. Pensó que sin importar cuánto esfuerzo pusiera sobre la mesa, no era suficiente, nunca lo fue.
A los 13 años sus padres lo cambiaron por unas monedas con un viejo rabo verde y solo él sabe que tipo de cosas sufrió. Escapó a los meses y vivió entre vagabundos, cuando su vida empezó a cambiar sintió que era capaz de ayudar a otros de la forma en que él jamás recibió consuelo.
Estudio y recibió una beca completa. Su vida se compuso por un tiempo. Estabilidad económica, una profesión, su trabajo y una prometida que él juraba era su media naranja.
— Tal vez todo empezó a ir mal desde ese día.— Un recuerdo vago sobre el felino Noir que rescato de las calles. Flaco, pulgoso, enfermo y viejo, nadie quería un gato con tantos problemas y tampoco costearse los gastos médicos. Pero Kyo era humano de corazón, lo llevo a casa donde su prometida algo malhumorada, acepto al viejo Noir.
Y un día cuando él salió, el gato murió. Según su prometida, escapó de casa y un auto lo arrolló. Kyo jamás supo la verdad que escondía su prometida porque para él y su tonta visión del amor, era incapaz.
No lloró. Un hombre no llora. Se casó y formó una pequeña familia en un departamento que le costó sudor y lágrimas. Pero ella, en especial ella, era interesada y cruel. A los meses de casarse noto los cambios, salidas con sus amigas por días enteros, compras exageradas con las tarjetas de débito, las deudas iban en aumento, solía verla más en las calles que en su propio hogar, pero el amor ciega.
Un día de noviembre la descubrió teniendo relaciones sexuales con su compañero de trabajo. Su corazón se rompió y ella, con toda esa arrogancia lo comparo con su amante y finalmente lo dejo.
¿Qué hice mal?. Se pregunto durante largas noches mientras el divorcio empezó su curso. Pero Kyo no podía llorar, estaba tan roto por dentro que su mente se desconecto. Como una máquina: despertar, comer, dormir, trabajar, ida y vuelta a casa/trabajo. En el trabajo ya no rendía y termino por cerrar su oficina, las deudas se acumularon, no había nadie con quién hablar de estás cosas y fue en su penumbra que escucho la voz.
" Solo la muerte nos libra del dolor. Decide por una vez. "
Una voz en lo profundo de su cabeza. Algo que lo llamaba a terminar con esa comedia trágica. Por fin, podía llorar por todas las penas que le habían tocado.
Y así es como consiguió un arma y se voló la cabeza.
Y así fue como el parásito tomo su cuerpo y suplantó su identidad.
Así fue como el Kyo Wakana de esa realidad desapareció.