• Se había quedado tomando una diesta a media tarde, sintiendo el agotamiento repentino aunque no había hecho realmente nada de peso durante la mañana, pero simplemente cayó en el sofá con un libro sobre su abdomen y las gafas puestas.
    Se había quedado tomando una diesta a media tarde, sintiendo el agotamiento repentino aunque no había hecho realmente nada de peso durante la mañana, pero simplemente cayó en el sofá con un libro sobre su abdomen y las gafas puestas.
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  • — En un extenso y majestuoso jardín, lleno de arboledas y plantas cuidadosamente dispuestas, se alzaba una propiedad de ensueño: un castillo que irradiaba lujo y elegancia. En el corazón de aquel paraíso, una fuente adornada con una estatua de un ángel de facciones finas y delicadas capturaba la atención. La figura celestial sostenía un cántaro del que brotaban cristalinos chorros de agua, llenando la pileta a sus pies. Sus imponentes alas servían de refugio para los pájaros, que se posaban sobre ellas mientras admiraban la belleza del lugar.

    Con el paso del tiempo, la superficie de la estatua comenzó a agrietarse. Los delicados trazos de mármol se rompían lentamente, dejando escapar una energía latente que había estado contenida durante siglos. La maldición finalmente se disipó, y el ángel cobró vida.

    Sus alas se desplegaron con un poderoso aleteo, levantando una nube de polvo que flotó en el aire, iluminada por la luz del sol. Con movimientos torpes pero llenos de gracia, la figura celestial se irguió, despertando de su largo letargo.

    — ¡Por los cielos! —exclamó con un tono que oscilaba entre el asombro y el cansancio—. Eso sí que fue agotador.

    El ángel se estiró, sintiendo cómo sus músculos adormecidos protestaban tras años de inmovilidad. Sus ojos, profundos y chispeantes, recorrieron el jardín con curiosidad mientras una sonrisa maliciosa curvaba sus labios.

    — Vaya, vaya… —murmuró con un aire juguetón—. Espero que este lugar, al menos, sea entretenido.
    — En un extenso y majestuoso jardín, lleno de arboledas y plantas cuidadosamente dispuestas, se alzaba una propiedad de ensueño: un castillo que irradiaba lujo y elegancia. En el corazón de aquel paraíso, una fuente adornada con una estatua de un ángel de facciones finas y delicadas capturaba la atención. La figura celestial sostenía un cántaro del que brotaban cristalinos chorros de agua, llenando la pileta a sus pies. Sus imponentes alas servían de refugio para los pájaros, que se posaban sobre ellas mientras admiraban la belleza del lugar. Con el paso del tiempo, la superficie de la estatua comenzó a agrietarse. Los delicados trazos de mármol se rompían lentamente, dejando escapar una energía latente que había estado contenida durante siglos. La maldición finalmente se disipó, y el ángel cobró vida. Sus alas se desplegaron con un poderoso aleteo, levantando una nube de polvo que flotó en el aire, iluminada por la luz del sol. Con movimientos torpes pero llenos de gracia, la figura celestial se irguió, despertando de su largo letargo. — ¡Por los cielos! —exclamó con un tono que oscilaba entre el asombro y el cansancio—. Eso sí que fue agotador. El ángel se estiró, sintiendo cómo sus músculos adormecidos protestaban tras años de inmovilidad. Sus ojos, profundos y chispeantes, recorrieron el jardín con curiosidad mientras una sonrisa maliciosa curvaba sus labios. — Vaya, vaya… —murmuró con un aire juguetón—. Espero que este lugar, al menos, sea entretenido.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    || Al fin fin de semana, comenzaré en un rato a ver que debo… el trabajo antes de navidad es agotador.
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  • ✦– Que mi nombre sea Noel... no significa que deba hacer de Papá Noel para navidad... Aunque, la verdad el bigotito me parece algo lindo.
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  • Había respondido una llamada aquella noche, lo sacaron prácticamente de las sábanas blancas de ese hotel en las afueras del Barrio Francés donde solía quedarse para no tener que hacerlo en la casa Du Lac, que no había pisado desde hace cien años. Con la pereza que lo caracterizaba, arrastró los pies hasta la recepción, como odiaba que no supieran manejar a una simple rata que no hacía más que generar problemas, pero como era la costumbre quien tenía que terminar el trabajo era él. Por lo menos no podía quejarse y ya lo tenían en una de las bodegas del Bayou pero tener que entrar a ese pantano después de lo que había pasado cien años atrás, bueno no era su lugar favorito tampoco. Se pasó la mano por las hebras azabaches de su cabello con fastidio y se subió al auto que esperaba para llevarlo hasta el lugar, genial se moría por encender un cigarrillo y aunque este inundara sus pulmones, al final no se convertía del todo en un vicio y tampoco lo mataría, por lo que una risa salió de sus labios, era divertido verse simple deseando algo que no podía ser. — Parfois, je déteste la façon dont je resseme à Louis.— Refunfuñó para sí mismo.

    Cuando llegaron todo estaba listo, lo habían torturado y por supuesto que había dicho lo que necesitaban, pero dejarlo ir no era una opción, el olor de la sangre hizo que sus ojos se volvieran rojos, había “desayunado” muy bien, la sangre del barrio francés aún era de sus favoritas, pero ahí estaba parado frente a un tipo que pronto pasaría ser parte de las filas del infierno. Si describiera lo que vino después de que cerraran la puerta tras él, seguramente será más que infrahumano, al final ni los huesos quedaron; lo único que había de un vestigio de que hubo ahí algo más que el, era la sangre que manchaba el traje Hermès que portaba ese día, junto con la que escurría de la plancha metálica detrás de él, lo había disfrutado, por supuesto, a veces eso saciaba su necesidad de cazar y matar, aún cuando no bebió ni una gota más, el sonido de las súplicas, de los huesos rotos, todo lo demás le hacían recordar los viejos tiempos donde podía hacerse pasar por un infante. — Je dis qu'il n'y a rien de plus excitant que ça.— Al final tampoco era tan diferente de Lestat.
    Había respondido una llamada aquella noche, lo sacaron prácticamente de las sábanas blancas de ese hotel en las afueras del Barrio Francés donde solía quedarse para no tener que hacerlo en la casa Du Lac, que no había pisado desde hace cien años. Con la pereza que lo caracterizaba, arrastró los pies hasta la recepción, como odiaba que no supieran manejar a una simple rata que no hacía más que generar problemas, pero como era la costumbre quien tenía que terminar el trabajo era él. Por lo menos no podía quejarse y ya lo tenían en una de las bodegas del Bayou pero tener que entrar a ese pantano después de lo que había pasado cien años atrás, bueno no era su lugar favorito tampoco. Se pasó la mano por las hebras azabaches de su cabello con fastidio y se subió al auto que esperaba para llevarlo hasta el lugar, genial se moría por encender un cigarrillo y aunque este inundara sus pulmones, al final no se convertía del todo en un vicio y tampoco lo mataría, por lo que una risa salió de sus labios, era divertido verse simple deseando algo que no podía ser. — Parfois, je déteste la façon dont je resseme à Louis.— Refunfuñó para sí mismo. Cuando llegaron todo estaba listo, lo habían torturado y por supuesto que había dicho lo que necesitaban, pero dejarlo ir no era una opción, el olor de la sangre hizo que sus ojos se volvieran rojos, había “desayunado” muy bien, la sangre del barrio francés aún era de sus favoritas, pero ahí estaba parado frente a un tipo que pronto pasaría ser parte de las filas del infierno. Si describiera lo que vino después de que cerraran la puerta tras él, seguramente será más que infrahumano, al final ni los huesos quedaron; lo único que había de un vestigio de que hubo ahí algo más que el, era la sangre que manchaba el traje Hermès que portaba ese día, junto con la que escurría de la plancha metálica detrás de él, lo había disfrutado, por supuesto, a veces eso saciaba su necesidad de cazar y matar, aún cuando no bebió ni una gota más, el sonido de las súplicas, de los huesos rotos, todo lo demás le hacían recordar los viejos tiempos donde podía hacerse pasar por un infante. — Je dis qu'il n'y a rien de plus excitant que ça.— Al final tampoco era tan diferente de Lestat.
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  • -Hoy fue un dia agotador... supongo que solo quería llegar a casa a descansar...-
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  • —Saw your face, heard your name
    Gotta get with you

    Girls like girls, like boys do, nothing new
    Girls like girls, like boys do, nothing new~
    —Saw your face, heard your name Gotta get with you Girls like girls, like boys do, nothing new Girls like girls, like boys do, nothing new~ 🌈❤️
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  • *Las marcas de un desenlace para los contrarios se encontraban sobre su ropa y calzado, gotas carmesí en su rostro y melena, la chamarra de cuero que portaba siempre, atravesada sobre su hombro, tomándola con la diestra, su caminar pesado y su mirada llena de fastidio y cansancio, entre sus labios el último cigarrillo el cual estaba por terminar. *

    — De...detectie...-*La voz de aquella secretaria boba con gafas y vestuario de monja se escuchó tras ella*... Le ...dejaron un presente sobre su escritorio y...

    —No me interesa, ya puedes irte a descansar. 
    *Raven escupió la colilla del cigarrillo a una de las plantas que adornaban el pasillo, dejando atrás a su secretaria boca abierta, con la zurda abrió la puerta de su oficina, cerrándola con furia tras ella. * — ¡Por fin!, este maldito día se terminó. - Arrojó la chaqueta en uno de los sofás más cerca, tomó asiento en su silla giratoria, subió los pies sobre el escritorio, recargó su cabeza sobre el respaldo suspiro profundo y de reojo notó aquella pequeña caja sobre el escritorio, al lado de sus botas de batalla. 

    —¿Mmm?...

    *Colores serios y elegantes forraban el presente, junto a ella una pequeña tarjeta en color vino, bajó inmediatamente los pies y con ambas manos tomó el obsequio, un tanto insegura de que fuera algo que le causara alguna lesión, lo llevó a sus oídos asegurándose de que fuera una maldita bomba y sin más procedió a abrirla. *

    —... Son ciga...rrillos.

    *No cualquier cigarrillo, de los mejores, sus ojos se pusieron redondos y brillantes, inmediatamente leyó aquella tarjeta y ese mensaje se reflejó en una sonrisa ladina*. Ghost Writer
    *Las marcas de un desenlace para los contrarios se encontraban sobre su ropa y calzado, gotas carmesí en su rostro y melena, la chamarra de cuero que portaba siempre, atravesada sobre su hombro, tomándola con la diestra, su caminar pesado y su mirada llena de fastidio y cansancio, entre sus labios el último cigarrillo el cual estaba por terminar. * — De...detectie...-*La voz de aquella secretaria boba con gafas y vestuario de monja se escuchó tras ella*... Le ...dejaron un presente sobre su escritorio y... —No me interesa, ya puedes irte a descansar.  *Raven escupió la colilla del cigarrillo a una de las plantas que adornaban el pasillo, dejando atrás a su secretaria boca abierta, con la zurda abrió la puerta de su oficina, cerrándola con furia tras ella. * — ¡Por fin!, este maldito día se terminó. - Arrojó la chaqueta en uno de los sofás más cerca, tomó asiento en su silla giratoria, subió los pies sobre el escritorio, recargó su cabeza sobre el respaldo suspiro profundo y de reojo notó aquella pequeña caja sobre el escritorio, al lado de sus botas de batalla.  —¿Mmm?... *Colores serios y elegantes forraban el presente, junto a ella una pequeña tarjeta en color vino, bajó inmediatamente los pies y con ambas manos tomó el obsequio, un tanto insegura de que fuera algo que le causara alguna lesión, lo llevó a sus oídos asegurándose de que fuera una maldita bomba y sin más procedió a abrirla. * —... Son ciga...rrillos. *No cualquier cigarrillo, de los mejores, sus ojos se pusieron redondos y brillantes, inmediatamente leyó aquella tarjeta y ese mensaje se reflejó en una sonrisa ladina*. [BK201]
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  • Now I'm a homewrecker, I'm a slut
    I got death threats filling up semi trucks
    Tell me who I am
    Guess I don't have a choice
    All because I liked—

    ~
    Now I'm a homewrecker, I'm a slut I got death threats filling up semi trucks Tell me who I am Guess I don't have a choice All because I liked— ~
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  • — Call and I'll rush out
    All out of breath now
    You got that power over me, my my
    Everything I hold dear resides in those eyes.—

    [ https://youtu.be/ooXGj4RGrLs?si=-4zQbXSODb54fHnW ]
    — Call and I'll rush out All out of breath now You got that power over me, my my Everything I hold dear resides in those eyes.— [ https://youtu.be/ooXGj4RGrLs?si=-4zQbXSODb54fHnW ]
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