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    Batalla de Titanas: Tio Klarus vs Lalatina Darkness

    Escenario: La Arena del Eclipse Carmesí
    Un coliseo antiguo iluminado por una luna roja que baña todo con una luz siniestra. Las gradas están llenas de criaturas mágicas, nobles, y aventureros, expectantes ante un choque entre fuerza bruta, magia ancestral y determinación temeraria. Cada paso en la arena hace retumbar el suelo, cada suspiro es contención de poder.

    Combatientes:
    Tio Klarus (Arifureta: From Commonplace to World’s Strongest)
    ❁ Raza: Dragón Antiguo

    𝄊 𝅑Habilidades:

    ❁ Transformación en dragón: Aumenta su fuerza, velocidad y defensa a niveles abismales.
    ❁ Magia de aliento: Un aliento dracónico que arrasa todo a su paso.
    ❁ Poder físico masivo: Incluso en forma humana, posee una fuerza descomunal.
    ❁ Manipulación mágica: Puede usar barreras, encantamientos y hechizos de gran escala.
    ❁ Psicología perversa: Disfruta de la dominación, lo que puede perturbar a oponentes más débiles mentalmente.

    Darkness (Lalatina Dustiness Ford - KonoSuba)
    ❄ Raza: Humana
    ❄ Clase: Cruzada (Tank)

    ✟Habilidades ༄:
    🝍 Defensa absoluta: Capaz de resistir ataques mágicos y físicos con su armadura y determinación.
    🝍 Resistencia sobrehumana: Puede continuar luchando incluso con heridas graves.
    🝍 Sacrificio por el equipo: Su afán masoquista la lleva a lanzarse al peligro sin miedo.
    🝍 Fuerza física alta: Aunque poco precisa, sus ataques son potentes cuando aciertan.
    🝍 Voluntad inquebrantable: Se mantiene en pie ante el dolor más extremo.

    El Choque
    La arena tiembla cuando Tio desciende en su forma humana, imponente y confiada. Darkness, sin miedo y con mirada desafiante, alza su espada torpemente, sabiendo que resistir es su especialidad.

    Primer ataque: Tio desata un aliento mágico directo hacia Darkness. La cruzada lo recibe de frente, gritando con un extraño entusiasmo, pero permanece en pie. Su armadura humea, pero su voluntad es aún más ardiente.

    Segundo movimiento: Darkness contraataca con una carga poderosa… y falla el golpe, como era de esperarse. Tio ríe, divertida, pero comienza a frustrarse cuando la caballera simplemente no cae.

    Intercambio de poder: Tio se transforma en su forma dracónica. El coliseo enmudece. Lanza una descarga mágica masiva que fractura el suelo. Darkness cae de rodillas… pero se levanta, riendo y pidiendo más. Su cuerpo tiembla, pero su espíritu brilla.

    Resultado Final:
    Tio Klarus tiene la superioridad mágica, táctica y física, pero Darkness es como una muro imbatible de carne y voluntad. En una batalla directa a muerte, Tio ganaría, especialmente si se enfoca en destruir el terreno o emplear su magia con precisión.

    Pero en una pelea de resistencia y espíritu, Darkness nunca se rendiría, y eso podría desconcertar o agotar mentalmente a Tio.

    Ganadora: Tio Klarus (por poder bruto y versatilidad mágica).

    Mención especial: Darkness, por ser imposible de quebrar y resistir hasta lo inhumano.
    🏆 Batalla de Titanas: Tio Klarus vs Lalatina Darkness 🛡️🔥 🏟️ Escenario: La Arena del Eclipse Carmesí Un coliseo antiguo iluminado por una luna roja que baña todo con una luz siniestra. Las gradas están llenas de criaturas mágicas, nobles, y aventureros, expectantes ante un choque entre fuerza bruta, magia ancestral y determinación temeraria. Cada paso en la arena hace retumbar el suelo, cada suspiro es contención de poder. ⚔️ Combatientes: 🐉 Tio Klarus (Arifureta: From Commonplace to World’s Strongest) ❁ Raza: Dragón Antiguo 𝄊 𝅑Habilidades: ❁ Transformación en dragón: Aumenta su fuerza, velocidad y defensa a niveles abismales. ❁ Magia de aliento: Un aliento dracónico que arrasa todo a su paso. ❁ Poder físico masivo: Incluso en forma humana, posee una fuerza descomunal. ❁ Manipulación mágica: Puede usar barreras, encantamientos y hechizos de gran escala. ❁ Psicología perversa: Disfruta de la dominación, lo que puede perturbar a oponentes más débiles mentalmente. 🛡️ Darkness (Lalatina Dustiness Ford - KonoSuba) ❄ Raza: Humana ❄ Clase: Cruzada (Tank) ✟Habilidades ༄: 🝍 Defensa absoluta: Capaz de resistir ataques mágicos y físicos con su armadura y determinación. 🝍 Resistencia sobrehumana: Puede continuar luchando incluso con heridas graves. 🝍 Sacrificio por el equipo: Su afán masoquista la lleva a lanzarse al peligro sin miedo. 🝍 Fuerza física alta: Aunque poco precisa, sus ataques son potentes cuando aciertan. 🝍 Voluntad inquebrantable: Se mantiene en pie ante el dolor más extremo. 💥 El Choque La arena tiembla cuando Tio desciende en su forma humana, imponente y confiada. Darkness, sin miedo y con mirada desafiante, alza su espada torpemente, sabiendo que resistir es su especialidad. Primer ataque: Tio desata un aliento mágico directo hacia Darkness. La cruzada lo recibe de frente, gritando con un extraño entusiasmo, pero permanece en pie. Su armadura humea, pero su voluntad es aún más ardiente. Segundo movimiento: Darkness contraataca con una carga poderosa… y falla el golpe, como era de esperarse. Tio ríe, divertida, pero comienza a frustrarse cuando la caballera simplemente no cae. Intercambio de poder: Tio se transforma en su forma dracónica. El coliseo enmudece. Lanza una descarga mágica masiva que fractura el suelo. Darkness cae de rodillas… pero se levanta, riendo y pidiendo más. Su cuerpo tiembla, pero su espíritu brilla. 🏁 Resultado Final: Tio Klarus tiene la superioridad mágica, táctica y física, pero Darkness es como una muro imbatible de carne y voluntad. En una batalla directa a muerte, Tio ganaría, especialmente si se enfoca en destruir el terreno o emplear su magia con precisión. Pero en una pelea de resistencia y espíritu, Darkness nunca se rendiría, y eso podría desconcertar o agotar mentalmente a Tio. 🟩 Ganadora: Tio Klarus (por poder bruto y versatilidad mágica). 🟨 Mención especial: Darkness, por ser imposible de quebrar y resistir hasta lo inhumano.
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  • ⸻ Cafetería 'Devotion' – Williamsburg, Brooklyn

    — El amor no se mide en selfies, sexo intenso ni frases de ligoteo. Se mide en conexión, comprensión y confianza. Créeme. Llegará el momento en que comprenderás que las mariposas en el estomago no son nada comparado con poder llamar "hogar" a esa persona.

    #Ashes
    📌 ⸻ Cafetería 'Devotion' – Williamsburg, Brooklyn — El amor no se mide en selfies, sexo intenso ni frases de ligoteo. Se mide en conexión, comprensión y confianza. Créeme. Llegará el momento en que comprenderás que las mariposas en el estomago no son nada comparado con poder llamar "hogar" a esa persona. #Ashes
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  • la luz de la luna se filtraba por la ventana, el humo que la bruja exhalaba tomo un libro y lo abrio pasando las paginas para que la bruja encontrara la receta que necesitaba -dos gotas de anhelos de amor, tres ojas de de santa viralia, un suspiro de perdon- el humo funcionaba como manos extra, tomo la botella de anhelos y con exactitud dejo caer dos gotas, luego corto las ojas de una rama de santa virilia y las agrego al caldero, finalmente abrio la ventana y formo un circulo que giraba creando un pequeño vortice que trajo el suspiro de perdon -por ultimo dos ojos de elfo ciego y la lengua de un poeta duende- los frascos se abrieron y lanzaron los ingredientes al caldero, con una pequeña explocion de vapor el agua paso de ser un caldo asqueroso y apenas con color a un bello brebaje rojo como los petalos de una rosa en primavera, inhalando un poco de su kiseru y expulsando el humo el liquido se enfrasco en botellas las cuales volaron a las estanterias -las pociones guia estan listas-
    la luz de la luna se filtraba por la ventana, el humo que la bruja exhalaba tomo un libro y lo abrio pasando las paginas para que la bruja encontrara la receta que necesitaba -dos gotas de anhelos de amor, tres ojas de de santa viralia, un suspiro de perdon- el humo funcionaba como manos extra, tomo la botella de anhelos y con exactitud dejo caer dos gotas, luego corto las ojas de una rama de santa virilia y las agrego al caldero, finalmente abrio la ventana y formo un circulo que giraba creando un pequeño vortice que trajo el suspiro de perdon -por ultimo dos ojos de elfo ciego y la lengua de un poeta duende- los frascos se abrieron y lanzaron los ingredientes al caldero, con una pequeña explocion de vapor el agua paso de ser un caldo asqueroso y apenas con color a un bello brebaje rojo como los petalos de una rosa en primavera, inhalando un poco de su kiseru y expulsando el humo el liquido se enfrasco en botellas las cuales volaron a las estanterias -las pociones guia estan listas-
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  • Por mi esposa Francesca hago todo lo que me pida incluido quitarme mi distinguido bigote.


    #BodaBenesophie
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  • “Donde mueren las voces”

    Soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=QHnwDuzR1wg&list=RDQHnwDuzR1wg&start_radio=1

    Nysarra tenía nueve años y ojos demasiado cansados para su edad. No porque supiera mucho, sino porque veía más de lo que debía. Los otros niños en el campamento decían que estaba loca, que hablaba sola, que tenía pesadillas a gritos.
    Solo su hermano mayor, Elian, le creía.
    Elian le había dado un pequeño aparato de metal, como un walkie-talkie sin antena.
    —Si te pasa algo... algo de verdad, aprieta este botón. Yo vendré. Siempre — Y él lo hacía. Siempre.

    Pero la noche del tercer viernes, los muertos no susurraban... gritaban.

    Nysarra temblaba en su litera mientras las sombras se estiraban por las paredes. Aquello no era como los otros fantasmas. No se lamentaba ni pedía ayuda. Este ser quería algo. Sentía su hambre. Cuando vio cómo la forma oscura se materializaba frente a su cama, con ojos como carbones ardientes y dedos que goteaban sombra líquida, no pensó. Corrió. Descalza, con los pies helados, se internó en el bosque, tropezando con raíces y ramas. La criatura venía tras ella, siempre detrás, sin hacer ruido pero llenándolo todo. En medio de su huida, sus dedos se cerraron alrededor del aparato de Elian. Lo apretó.

    Y él vino.

    Apareció con linterna en mano, gritando su nombre entre la oscuridad.
    —¡Nia! ¿Dónde estás?- Ella corrió hacia su voz, pero el suelo era barro resbaloso y la orilla del río estaba cerca.

    Un mal paso.
    Un grito.
    Agua helada.

    El mundo giró. Nysarra apenas sabía flotar. Gritó. Tragó agua. Brazos fuertes la tomaron.

    Elian.

    Entre la corriente, logró empujarla hacia una rama. Ella se sostuvo, temblando, llorando.

    —¡Sube! —le gritó entre sollozos.
    —La rama no aguanta a los dos —respondió él. Le sonrió. Como siempre. Como si no tuviera miedo. Y se soltó.
    —¡¡Elian!!- Gritó Nyssa desesperada.
    —Te amo, Nia. Nunca olvides eso- Su cuerpo fue arrastrado por el agua. Nysarra bajó como pudo, rodando por barro, raíces, ramas. Sangraba, tenía raspones en el rostro y piernas, pero no se detuvo. Lo encontró flotando cerca de la orilla, inmóvil, con los ojos cerrados. Lo arrastró fuera del río, con manos temblorosas.
    —Vamos, Elian. Ya, despierta... -Le apretó el pecho. Le sopló aire. Lloró sobre él. Pero su hermano ya no estaba. El campamento despertó con su llanto. La encontraron abrazada al cuerpo. Y entonces comenzaron los murmullos.

    "Es su culpa."
    "Esa niña está maldita."
    "¿No decía que hablaba con los muertos?"

    Nyssara solo calló. Desde ese día evitaba hablar de Elian. No porque lo hubiera olvidado, sino porque pronunciar su nombre dolía más que el silencio. En sueños, él seguía apareciendo. Nunca hablaba. A veces estaba de pie bajo el agua, con la linterna encendida en la mano, aún goteando río. Otras, aparecía en la rama rota, justo antes de soltarse, con esa sonrisa suya que parecía perdonarlo todo. Y a veces… solo estaba allí, de pie junto a su cama, empapado y temblando, con los ojos llenos de amor y pena.

    El aparato que Elian le había dado aún descansaba bajo su almohada. Lo apretaba cada noche, sabiendo que no volvería a responder. Y sin embargo, parte de ella no dejaba de esperar. Dejó de llorar en voz alta. Se guardó el dolor como un secreto sucio, como si haber sobrevivido fuera un castigo que debía pagar en silencio.

    Dejó de ser la misma. La poca esperanza que alguna vez había habitado en su pecho se desvaneció. Ya no soñaba con días mejores, ni buscaba consuelo. Solo existía. Su familia también cambió. Su madre apenas la miraba, como si temiera lo que vería en sus ojos. Su padre hablaba con distancia, como si las palabras se volvieran espinas en su garganta. Nadie lo decía, pero todos la juzgaban. Como si su dolor fuera menos válido. Como si su existencia fuera una culpa.
    “Donde mueren las voces” Soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=QHnwDuzR1wg&list=RDQHnwDuzR1wg&start_radio=1 Nysarra tenía nueve años y ojos demasiado cansados para su edad. No porque supiera mucho, sino porque veía más de lo que debía. Los otros niños en el campamento decían que estaba loca, que hablaba sola, que tenía pesadillas a gritos. Solo su hermano mayor, Elian, le creía. Elian le había dado un pequeño aparato de metal, como un walkie-talkie sin antena. —Si te pasa algo... algo de verdad, aprieta este botón. Yo vendré. Siempre — Y él lo hacía. Siempre. Pero la noche del tercer viernes, los muertos no susurraban... gritaban. Nysarra temblaba en su litera mientras las sombras se estiraban por las paredes. Aquello no era como los otros fantasmas. No se lamentaba ni pedía ayuda. Este ser quería algo. Sentía su hambre. Cuando vio cómo la forma oscura se materializaba frente a su cama, con ojos como carbones ardientes y dedos que goteaban sombra líquida, no pensó. Corrió. Descalza, con los pies helados, se internó en el bosque, tropezando con raíces y ramas. La criatura venía tras ella, siempre detrás, sin hacer ruido pero llenándolo todo. En medio de su huida, sus dedos se cerraron alrededor del aparato de Elian. Lo apretó. Y él vino. Apareció con linterna en mano, gritando su nombre entre la oscuridad. —¡Nia! ¿Dónde estás?- Ella corrió hacia su voz, pero el suelo era barro resbaloso y la orilla del río estaba cerca. Un mal paso. Un grito. Agua helada. El mundo giró. Nysarra apenas sabía flotar. Gritó. Tragó agua. Brazos fuertes la tomaron. Elian. Entre la corriente, logró empujarla hacia una rama. Ella se sostuvo, temblando, llorando. —¡Sube! —le gritó entre sollozos. —La rama no aguanta a los dos —respondió él. Le sonrió. Como siempre. Como si no tuviera miedo. Y se soltó. —¡¡Elian!!- Gritó Nyssa desesperada. —Te amo, Nia. Nunca olvides eso- Su cuerpo fue arrastrado por el agua. Nysarra bajó como pudo, rodando por barro, raíces, ramas. Sangraba, tenía raspones en el rostro y piernas, pero no se detuvo. Lo encontró flotando cerca de la orilla, inmóvil, con los ojos cerrados. Lo arrastró fuera del río, con manos temblorosas. —Vamos, Elian. Ya, despierta... -Le apretó el pecho. Le sopló aire. Lloró sobre él. Pero su hermano ya no estaba. El campamento despertó con su llanto. La encontraron abrazada al cuerpo. Y entonces comenzaron los murmullos. "Es su culpa." "Esa niña está maldita." "¿No decía que hablaba con los muertos?" Nyssara solo calló. Desde ese día evitaba hablar de Elian. No porque lo hubiera olvidado, sino porque pronunciar su nombre dolía más que el silencio. En sueños, él seguía apareciendo. Nunca hablaba. A veces estaba de pie bajo el agua, con la linterna encendida en la mano, aún goteando río. Otras, aparecía en la rama rota, justo antes de soltarse, con esa sonrisa suya que parecía perdonarlo todo. Y a veces… solo estaba allí, de pie junto a su cama, empapado y temblando, con los ojos llenos de amor y pena. El aparato que Elian le había dado aún descansaba bajo su almohada. Lo apretaba cada noche, sabiendo que no volvería a responder. Y sin embargo, parte de ella no dejaba de esperar. Dejó de llorar en voz alta. Se guardó el dolor como un secreto sucio, como si haber sobrevivido fuera un castigo que debía pagar en silencio. Dejó de ser la misma. La poca esperanza que alguna vez había habitado en su pecho se desvaneció. Ya no soñaba con días mejores, ni buscaba consuelo. Solo existía. Su familia también cambió. Su madre apenas la miraba, como si temiera lo que vería en sus ojos. Su padre hablaba con distancia, como si las palabras se volvieran espinas en su garganta. Nadie lo decía, pero todos la juzgaban. Como si su dolor fuera menos válido. Como si su existencia fuera una culpa.
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  • 𝐕𝐈𝐄𝐍𝐀
    Fandom Original
    Categoría Acción
    INT. CONTINENTAL DE VIENA – NOCHE

    El mármol del vestíbulo refleja los candelabros dorados como si ocultara el cielo mismo.
    En un rincón, suena música de cuerda en vivo.
    Las conversaciones son susurros.
    Las miradas, medidores de peligro.

    La puerta giratoria gira una vez más.

    Radmila Koshkina entra.
    Andar lento.
    Firme.
    Tranquilo.

    Su abrigo oscuro, pesado y elegante, cae como una sombra viva.
    El borde deja ver apenas el tatuaje que carga en la espalda.
    En su oreja izquierda, tres piercings dorados en forma de gotas tintinean suavemente al compás de sus pasos.

    Nadie se gira.
    Pero todos la perciben.

    Llega al mostrador.
    El encargado del Continental ya la esperaba.

    —“Señorita Koshkina.
    Bienvenida de nuevo.”



    Ella saca una moneda de oro de su abrigo.
    Antigua. Usada. Valiosa.

    La deja sobre el mármol sin una sola palabra más.

    —“Suite Embajador”, dice el encargado.
    —“No ha sido ocupada desde hace meses.
    Vista al río. Aislamiento total.”



    Ella asiente con un leve movimiento de cabeza.

    El conserje, un hombre de rostro cansado y voz de terciopelo, le entrega la llave.
    Cuando su mano roza la de ella, murmura en voz baja:

    —“Zvonilka…”


    Radmila no responde.
    Tampoco sonríe.
    Solo guarda la llave, da media vuelta y se aleja con ese andar de sombra segura.

    El tintineo se pierde en el ascensor.
    Nadie se atreve a moverse hasta que la puerta se cierra.
    INT. CONTINENTAL DE VIENA – NOCHE El mármol del vestíbulo refleja los candelabros dorados como si ocultara el cielo mismo. En un rincón, suena música de cuerda en vivo. Las conversaciones son susurros. Las miradas, medidores de peligro. La puerta giratoria gira una vez más. Radmila Koshkina entra. Andar lento. Firme. Tranquilo. Su abrigo oscuro, pesado y elegante, cae como una sombra viva. El borde deja ver apenas el tatuaje que carga en la espalda. En su oreja izquierda, tres piercings dorados en forma de gotas tintinean suavemente al compás de sus pasos. Nadie se gira. Pero todos la perciben. Llega al mostrador. El encargado del Continental ya la esperaba. —“Señorita Koshkina. Bienvenida de nuevo.” Ella saca una moneda de oro de su abrigo. Antigua. Usada. Valiosa. La deja sobre el mármol sin una sola palabra más. —“Suite Embajador”, dice el encargado. —“No ha sido ocupada desde hace meses. Vista al río. Aislamiento total.” Ella asiente con un leve movimiento de cabeza. El conserje, un hombre de rostro cansado y voz de terciopelo, le entrega la llave. Cuando su mano roza la de ella, murmura en voz baja: —“Zvonilka…” Radmila no responde. Tampoco sonríe. Solo guarda la llave, da media vuelta y se aleja con ese andar de sombra segura. El tintineo se pierde en el ascensor. Nadie se atreve a moverse hasta que la puerta se cierra.
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  • Wah...me siento tan agotado estos días, quisiera por fin ser libre de tantas mrds...dios

    -anotando algo en su libreta-
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    The apothecary diaries
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    Personaje
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    Nombre: Xiaolan
    Origen: Vendida al Palacio Interior por sus padres
    Ocupación: Sirvienta en el Palacio Interior
    Edad: Joven (edad exacta no especificada)

    Personalidad:

    Positiva y agradecida pese a sus circunstancias

    Charlatana, entusiasta, adorable

    Inocentemente entrometida

    Muy sociable y amigable

    Descripción general:
    A pesar de su dura historia personal, Xiaolan ha abrazado su vida en el Palacio Trasero con una actitud optimista. Es conocida por su personalidad vivaz, su cariño contagioso y su inagotable apetito por los chismes. Es amiga cercana de Maomao, a quien respeta y admira, aunque a menudo sin comprender del todo la complejidad de su mente analítica.

    Talentos:
    Conocimiento social
    Observadora

    Información de: https://kusuriya.fandom.com/wiki/Xiaolan
    Nombre: Xiaolan Origen: Vendida al Palacio Interior por sus padres Ocupación: Sirvienta en el Palacio Interior Edad: Joven (edad exacta no especificada) 🌟 Personalidad: Positiva y agradecida pese a sus circunstancias Charlatana, entusiasta, adorable Inocentemente entrometida Muy sociable y amigable Descripción general: A pesar de su dura historia personal, Xiaolan ha abrazado su vida en el Palacio Trasero con una actitud optimista. Es conocida por su personalidad vivaz, su cariño contagioso y su inagotable apetito por los chismes. Es amiga cercana de Maomao, a quien respeta y admira, aunque a menudo sin comprender del todo la complejidad de su mente analítica. 🧩 Talentos: Conocimiento social Observadora Información de: https://kusuriya.fandom.com/wiki/Xiaolan
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  • - Hacía mucho tiempo que no sentía la lluvia con mi propia piel.

    Con algo de dificultad se levanta de la grama verde y reluciente gracias a la suave brisa y las gotas de lluvia arrastradas que llegaron a dar sobre su rostro.

    Siente que valía la pena quedarse un rato más y sentir la lluvia, había leído y escuchado que la lluvia es un fenómeno natural que se asocia demasiado a un alivio, una relajación, una limpieza o una liberación.

    - Supongo que es mejor que una nevada.
    - Hacía mucho tiempo que no sentía la lluvia con mi propia piel. Con algo de dificultad se levanta de la grama verde y reluciente gracias a la suave brisa y las gotas de lluvia arrastradas que llegaron a dar sobre su rostro. Siente que valía la pena quedarse un rato más y sentir la lluvia, había leído y escuchado que la lluvia es un fenómeno natural que se asocia demasiado a un alivio, una relajación, una limpieza o una liberación. - Supongo que es mejor que una nevada.
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  • Compartiendo con el amigo de mi fratello
    Fandom Oc
    Categoría Original
    Partocipantes: Elixen Bae Lee y Lucas Giovanni Garrido Lombardi


    Soltó un suspiro largo, casi teatral, como si la paciencia ya se le hubiese agotado hace rato. Asintió brevemente y comenzó a caminar hacia su auto con paso relajado, haciendo girar las llaves entre los dedos con ese aire despreocupado tan suyo. Al llegar a medio camino, se giró de golpe hacia los dos chicos, alzando una ceja con su típica expresión entre fastidiada y divertida.

    —¿E allora? ¿Van a quedarse ahí plantados como estatuas o qué? ¡Vengan ya, que no pienso esperar toda la noche! —dijo con tono burlesco, extendiendo los brazos mientras señalaba la plaza de basket a su alrededor—. O los dejo aquí con los faroles y los mosquitos.

    Sin esperar respuesta, se dio media vuelta, subió al auto y, con una sonrisa ladina, apoyó una mano en el volante y presionó el claxon un par de veces, lo justo para molestarlos sin perder el encanto.

    —Dai ragazzi, ¡muévanse!

    Encendió el motor, dejando en claro que no estaba bromeando, aunque en el fondo se divertía más de lo que quería admitir. El auto partió rumbo a casa, acompañado finalmente por su fratellino y el amigo que había sido invitado a cenar.

    El destino: una casa familiar de dos pisos, acogedora, de estilo rústico, con paredes de piedra clara, vigas de madera y ese aroma a hogar que sólo una familia italiana puede tener. Allí los esperaban sus padres, quienes los recibieron con abrazos cálidos y sonrisas sinceras, saludando al invitado como si ya fuera parte de la familia desde hace años.
    Partocipantes: [meteor_White_rat_650] y [fable_amethyst_rhino_461] Soltó un suspiro largo, casi teatral, como si la paciencia ya se le hubiese agotado hace rato. Asintió brevemente y comenzó a caminar hacia su auto con paso relajado, haciendo girar las llaves entre los dedos con ese aire despreocupado tan suyo. Al llegar a medio camino, se giró de golpe hacia los dos chicos, alzando una ceja con su típica expresión entre fastidiada y divertida. —¿E allora? ¿Van a quedarse ahí plantados como estatuas o qué? ¡Vengan ya, que no pienso esperar toda la noche! —dijo con tono burlesco, extendiendo los brazos mientras señalaba la plaza de basket a su alrededor—. O los dejo aquí con los faroles y los mosquitos. Sin esperar respuesta, se dio media vuelta, subió al auto y, con una sonrisa ladina, apoyó una mano en el volante y presionó el claxon un par de veces, lo justo para molestarlos sin perder el encanto. —Dai ragazzi, ¡muévanse! Encendió el motor, dejando en claro que no estaba bromeando, aunque en el fondo se divertía más de lo que quería admitir. El auto partió rumbo a casa, acompañado finalmente por su fratellino y el amigo que había sido invitado a cenar. El destino: una casa familiar de dos pisos, acogedora, de estilo rústico, con paredes de piedra clara, vigas de madera y ese aroma a hogar que sólo una familia italiana puede tener. Allí los esperaban sus padres, quienes los recibieron con abrazos cálidos y sonrisas sinceras, saludando al invitado como si ya fuera parte de la familia desde hace años.
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    Grupal
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