• Muy buen los presentaré de forma rápida..
    Francesco, Salem.. Salem, Francesco.
    Francesco estaré en nuestra casa por una semana

    - Salem miro al gato con cara de pregunta y luego a la mujer que desvío la mirada y le maullo -

    No, no adopte un gato.. solo perdí una apuesta

    - menciono la última frase en voz baja tomando su té de la mañana-

    Así que Salem por favor ¿no le enseñes malas mañas si?

    - Salem la miro entrecerrando sus ojos y luego fue a inspeccionar al gato. Jack entro al departamento vio a los gatos parpadeando y luego a la joven-

    Jack: ¿Se múltiplo Salem? .. ¿lo bañaste?

    ¡Noo!.. es el gato de Santiago que tengo que cuidar por una semana.

    - la joven tomo su abrigo y se dirigió a la puerta -

    Bien están a cargo, solo ... No maten a Edward el conserje. Volveré en la tarde

    - los dos gatos le maullaron sentados uno al lado del otro, mientras bajaban el ascensor Jack la miro algo divertido-

    Jack: lo bueno es que ya tienes dos, solo te faltan 10 más para tener tus gatos asignados..

    Que gracioso, no es como que quisiera tener más gatos, Salem vale por 50.

    - Jack sonrió bajandose del ascensor al llegar al primer piso caminando hacia el auto-

    Jack: conduciré yo no quiero que pierdas la asignación gatuna (?) y bono por gato tratando de conducir.

    - la mujer le pasó las llaves y se subió de copiloto , Jack se subió en el asiento de piloto y se dirigieron al hospital de Graz, dónde trabajaba cubriendo algunos turnos-
    Muy buen los presentaré de forma rápida.. Francesco, Salem.. Salem, Francesco. Francesco estaré en nuestra casa por una semana - Salem miro al gato con cara de pregunta y luego a la mujer que desvío la mirada y le maullo - No, no adopte un gato.. solo perdí una apuesta - menciono la última frase en voz baja tomando su té de la mañana- Así que Salem por favor ¿no le enseñes malas mañas si? - Salem la miro entrecerrando sus ojos y luego fue a inspeccionar al gato. Jack entro al departamento vio a los gatos parpadeando y luego a la joven- Jack: ¿Se múltiplo Salem? .. ¿lo bañaste? ¡Noo!.. es el gato de Santiago que tengo que cuidar por una semana. - la joven tomo su abrigo y se dirigió a la puerta - Bien están a cargo, solo ... No maten a Edward el conserje. Volveré en la tarde - los dos gatos le maullaron sentados uno al lado del otro, mientras bajaban el ascensor Jack la miro algo divertido- Jack: lo bueno es que ya tienes dos, solo te faltan 10 más para tener tus gatos asignados.. Que gracioso, no es como que quisiera tener más gatos, Salem vale por 50. - Jack sonrió bajandose del ascensor al llegar al primer piso caminando hacia el auto- Jack: conduciré yo no quiero que pierdas la asignación gatuna (?) y bono por gato tratando de conducir. - la mujer le pasó las llaves y se subió de copiloto , Jack se subió en el asiento de piloto y se dirigieron al hospital de Graz, dónde trabajaba cubriendo algunos turnos-
    Me encocora
    Me enjaja
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • ¿Que dices Salem, Marruecos?

    - menciono la joven mientras miraba propiedades , el gato maullo como protesta-

    No puede ser, no te gusta nada... Veamos ¿Irlanda? No está muy cerca de Inglaterra.. y¿ Noruega?

    - el gato maullo de nuevo mirandola-

    Uff contigo es imposible Salem , mejor de paso la cuenta del banco y vas a comprar una mansión de gatos

    - dice la joven lanzando el periódico al aire dejándose caer sobre la mesa el gato miro el papel cayendo y a la joven maullando-

    ¿Australia?.. ¿no que los gatos no le gusta el agua ?

    - menciono la joven mirando al felino desde la mesa-
    ¿Que dices Salem, Marruecos? - menciono la joven mientras miraba propiedades , el gato maullo como protesta- No puede ser, no te gusta nada... Veamos ¿Irlanda? No está muy cerca de Inglaterra.. y¿ Noruega? - el gato maullo de nuevo mirandola- Uff contigo es imposible Salem , mejor de paso la cuenta del banco y vas a comprar una mansión de gatos - dice la joven lanzando el periódico al aire dejándose caer sobre la mesa el gato miro el papel cayendo y a la joven maullando- ¿Australia?.. ¿no que los gatos no le gusta el agua ? - menciono la joven mirando al felino desde la mesa-
    Me encocora
    Me endiabla
    Me enjaja
    5
    18 turnos 0 maullidos
  • ¿Por qué me despiertas tan pronto? ¿No sabes que los gatos dormimos 14 horas al día...?
    ¿Por qué me despiertas tan pronto? ¿No sabes que los gatos dormimos 14 horas al día...?
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Socializar con mis gatos está bien, pero quizás debería socializar mas con individuos con cuerpo/humanos/seres de este mundo que no son humanos (Como yo)
    Socializar con mis gatos está bien, pero quizás debería socializar mas con individuos con cuerpo/humanos/seres de este mundo que no son humanos (Como yo)
    Me gusta
    Me shockea
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • 𓆩𓏏𓊹 𝘓𝘢 𝘊𝘳𝘰𝘯𝘪𝘤𝘢 𝘋𝘦 𝘓𝘢 𝘊𝘰𝘳𝘰𝘯𝘢 𝘘𝘶𝘦 𝘍𝘢𝘭𝘵𝘢 𓊹𓏏𓆪

    Ubicación: Museo Egipcio del Cairo
    Fecha del hallazgo: 21 de septiembre, justo al amanecer del equinoccio
    Archivo clasificado: Nivel 9 – Autorización restringida

    La corona de la Dama de la Serpiente fue robada.

    O eso se creyó.

    El equipo de restauración la había dejado en su vitrina reforzada, sellada, como toda reliquia sagrada. Dijeron que no había forma de que alguien pudiera entrar sin activar una alarma. Dijeron que había cámaras, sensores, protocolos. Dijeron que la historia estaba a salvo.

    A la mañana siguiente, no quedaba nada en la vitrina salvo una sola pluma negra.

    No había vidrios rotos. No había rastros. Solo silencio...
    Y una pintura al fondo del ala egipcia, que no estaba allí la noche anterior.

    La imagen era de una mujer.
    Piel bronceada, ojos delineados como la media luna, labios serenos y sabios.
    Una corona con una cobra dorada adornaba su frente, y los dioses se inclinaban ante ella.
    Nadie había registrado esa pintura. Nadie la había restaurado.
    Y sin embargo…
    Estaba allí. Antigua. Imposible.
    Con la inscripción:

    "𝐸𝓁𝓁𝒶 𝒏𝑜 𝓇𝑒𝑔𝓇𝑒𝓈𝒶. 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒽𝒶 𝓈𝒾𝒹𝑜."

    Esa misma noche, una mujer caminó por el desierto hacia el borde de Giza, justo donde las arenas tocan la eternidad.
    Su silueta cortaba la luz de la luna.
    Sus pasos no dejaban huella.

    La corona reposaba sobre su cabeza como si nunca hubiese pertenecido a otro lugar.

    Detrás de ella, una bandada de gatos la seguía.
    Delante, el mundo parecía inclinarse.

    Nefera había despertado.
    No como una reliquia.
    No como una sombra.
    Sino como lo que siempre fue: la heredera viva del juicio lunar.
    La Princesa Egipcia. La Jueza de lo No Olvidado.

    Y aquellos que profanaron las tumbas, los que pensaron que el pasado era solo arena muerta…
    ...empezaron a soñar con ojos dorados que los observaban desde la oscuridad.

    Khonshu no dijo nada.
    Solo miró el cielo y murmuró con resignación:

    —𝐿𝒶 𝒸𝑜𝓇𝑜𝓃𝒶 𝓃𝑜 𝓈𝑒 𝓇𝑜𝒷𝒶.
    𝒮𝑒 𝓇𝑒𝒸𝑜𝓃𝑜𝒸𝑒.
    𓆩𓏏𓊹 𝘓𝘢 𝘊𝘳𝘰𝘯𝘪𝘤𝘢 𝘋𝘦 𝘓𝘢 𝘊𝘰𝘳𝘰𝘯𝘢 𝘘𝘶𝘦 𝘍𝘢𝘭𝘵𝘢 𓊹𓏏𓆪 Ubicación: Museo Egipcio del Cairo Fecha del hallazgo: 21 de septiembre, justo al amanecer del equinoccio Archivo clasificado: Nivel 9 – Autorización restringida La corona de la Dama de la Serpiente fue robada. O eso se creyó. El equipo de restauración la había dejado en su vitrina reforzada, sellada, como toda reliquia sagrada. Dijeron que no había forma de que alguien pudiera entrar sin activar una alarma. Dijeron que había cámaras, sensores, protocolos. Dijeron que la historia estaba a salvo. A la mañana siguiente, no quedaba nada en la vitrina salvo una sola pluma negra. No había vidrios rotos. No había rastros. Solo silencio... Y una pintura al fondo del ala egipcia, que no estaba allí la noche anterior. La imagen era de una mujer. Piel bronceada, ojos delineados como la media luna, labios serenos y sabios. Una corona con una cobra dorada adornaba su frente, y los dioses se inclinaban ante ella. Nadie había registrado esa pintura. Nadie la había restaurado. Y sin embargo… Estaba allí. Antigua. Imposible. Con la inscripción: "𝐸𝓁𝓁𝒶 𝒏𝑜 𝓇𝑒𝑔𝓇𝑒𝓈𝒶. 𝓈𝒾𝑒𝓂𝓅𝓇𝑒 𝒽𝒶 𝓈𝒾𝒹𝑜." Esa misma noche, una mujer caminó por el desierto hacia el borde de Giza, justo donde las arenas tocan la eternidad. Su silueta cortaba la luz de la luna. Sus pasos no dejaban huella. La corona reposaba sobre su cabeza como si nunca hubiese pertenecido a otro lugar. Detrás de ella, una bandada de gatos la seguía. Delante, el mundo parecía inclinarse. Nefera había despertado. No como una reliquia. No como una sombra. Sino como lo que siempre fue: la heredera viva del juicio lunar. La Princesa Egipcia. La Jueza de lo No Olvidado. Y aquellos que profanaron las tumbas, los que pensaron que el pasado era solo arena muerta… ...empezaron a soñar con ojos dorados que los observaban desde la oscuridad. Khonshu no dijo nada. Solo miró el cielo y murmuró con resignación: —𝐿𝒶 𝒸𝑜𝓇𝑜𝓃𝒶 𝓃𝑜 𝓈𝑒 𝓇𝑜𝒷𝒶. 𝒮𝑒 𝓇𝑒𝒸𝑜𝓃𝑜𝒸𝑒.
    0 turnos 0 maullidos
  • ¿Por que debería estar mal? Nunca importé, los unicos a los que les importo son a mis hermanos y a mis gatos
    ¿Por que debería estar mal? Nunca importé, los unicos a los que les importo son a mis hermanos y a mis gatos
    Me gusta
    Me entristece
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Caminaba por el callejón, el viento otoñal jugueteaba con su cabello y los bordes de su bufanda. Sus botas resonaban contra el empedrado húmedo. Bajo su brazo, un cuaderno abultado lleno de bocetos parecía incapaz de mantenerse cerrado sin ser apretujado.

    Y por supuesto, no estaba sola.

    A su lado, un tal Timothy que había muerto en los 90 flotaba a su izquierda, invisible para cualquiera que no fuera ella. O Rune. Pero el gato fingía demencia por deporte.

    Ajustó el peso de sus cosas, pasando junto a la vidriera de su tienda sin pestañear. El reflejo en el cristal mostró su figura cansada... y la silueta translúcida de Timothy detrás de ella.

    Puerta abierta. Luz tenue. Mostrador lleno de Tarots en desorden.

    — Runeee, si otra vez dormiste sobre mis cartas del tarot —deja caer sus cuadernos sobre el mostrador con un golpe seco— te juro que... te dono a un museo de gatos embalsamados.

    El felino en cuestión qlzó la cabeza desde su cesta de mimbre, con sus orejas erguidas, justo cuando Timothy materializó medio cuerpo sobre el mostrador.

    Iluna resopló. Sacó el teléfono. Comenzó a grabar.

    — Consejooo brujeriiiil numero... —duda un segundo— ¿437? Si... Cuando un fantasma insista en seguirte como si fuera tu sombra, ignóralo justo como haces con ese ex que te escribe cada cumpleaños —guiña de forma cómplice— Créeme, también se aburren...
    Caminaba por el callejón, el viento otoñal jugueteaba con su cabello y los bordes de su bufanda. Sus botas resonaban contra el empedrado húmedo. Bajo su brazo, un cuaderno abultado lleno de bocetos parecía incapaz de mantenerse cerrado sin ser apretujado. Y por supuesto, no estaba sola. A su lado, un tal Timothy que había muerto en los 90 flotaba a su izquierda, invisible para cualquiera que no fuera ella. O Rune. Pero el gato fingía demencia por deporte. Ajustó el peso de sus cosas, pasando junto a la vidriera de su tienda sin pestañear. El reflejo en el cristal mostró su figura cansada... y la silueta translúcida de Timothy detrás de ella. Puerta abierta. Luz tenue. Mostrador lleno de Tarots en desorden. — Runeee, si otra vez dormiste sobre mis cartas del tarot —deja caer sus cuadernos sobre el mostrador con un golpe seco— te juro que... te dono a un museo de gatos embalsamados. El felino en cuestión qlzó la cabeza desde su cesta de mimbre, con sus orejas erguidas, justo cuando Timothy materializó medio cuerpo sobre el mostrador. Iluna resopló. Sacó el teléfono. Comenzó a grabar. — Consejooo brujeriiiil numero... —duda un segundo— ¿437? Si... Cuando un fantasma insista en seguirte como si fuera tu sombra, ignóralo justo como haces con ese ex que te escribe cada cumpleaños —guiña de forma cómplice— Créeme, también se aburren...
    Me gusta
    Me enjaja
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • // Rol cerrado, ingreso solo con planificación previa./Oferta publica a discreción //

    Con las consecuencias de su elección, amargamente recordando la permanencia, constantemente se rendía ante la posibilidad de encontrar algo que amaine el desierto eterno de su garganta. Semanas pasaron desde la última vez que tontamente esperanzada sucumbió a la sed después de un periodo llamativo de ayuno, meditación y plegarias. Imposible dejar el espacio a un evento similar en el futuro, ya que bien la víctima pareció encantada al respecto, el mero sabor de su sangre le hizo descender a algo muy parecido a la locura. Mil gracias a los cielos que fuera nacida y eclipsada en ese ring precario y a base de violencia encontrara nuevamente la paz, pero traer y casi disfrutar una vorágine de brutalidad semejante le dejó bastante en claro que algunas cosas no se podían domar tanto como aprender a vivir con ellas.

    Las pesadas puertas del mercado escondido se abrieron para ella.

    — Sin sombreros -

    Vomitó mecánicamente la entidad que fungía de portero, apenas más reactivo que las placas de madera que volvió a cerrar detrás de ella. El instinto de cortesía le susurraba detrás del oído contestar una palabra, al menos, evitar la caracterización que suele acompañar a los señores de sociedad como personas cegadas por su propia nariz, aun así ganó el “Nuevo” sentido común. Abriéndose paso con elegancia entre el pequeño mar de gente, se presumía capaz de beber esa gota de ambrosía, el sentimiento nostálgico de algo que era normal hace no más de cuatro años y ahora perdido del horizonte. Habitaba allí mismo un pequeño sentimiento de culpa, entre lo peculiar uno puede llegar a sentirse a gusto, eso es hasta que alguien no tan distinto a uno sonríe… Y se pudo oír vivamente como el pulso de los que compartían espacio circundante cambió tan deprisa que acunaron un latido en general.
    Que tanto eran realmente de peligrosos los vampiros, estaba por verse, pero si se permitiera creer a esas expresiones preocupadas podía intuir algún dejo de lo que solían plasmar generalmente. A consejo de alguien acomodó un par de guantes que pudo rescatar de los metafóricos restos de su hogar, si no era natural de ella, intentaría pretender lo mejor posible para esconderse a simple vista. Evitó a conciencia el reflejo de solidaridad en algunos ojos perdidos, después de lo sucedido en Londres, no quedaba el curioso que intentara acercarse con aras de entretenimiento o intimidación. Que poder amedrentar a uno de los asesinos de Drácula traía ese tipo de infamia tan codiciada entre los ratones y ampliamente evitada por los gatos, y ella aún no estaba del todo convencida en que lado del espectro se encontraba.

    — Disculpe, por favor, tómelo usted. —

    El pequeño ínterin social se deslizó de ella cuál pañuelo de seda, guardando a conciencia el instinto de retirar la mano con rapidez. Sus dedos escondidos en terciopelo se habían encontrado súbitamente con los de alguien aparentemente interesados en el mismo bestiario. “Nunca retrocedas primero de un enfrentamiento en público”, las palabras de Edward se sintieron tan fuerte en su mente que prácticamente pudo oler el espeso aliento a licor y sangre detrás de su nuca. Se limitó a sonreír con tanta calma como fue capaz de transmitir, esperando que el joven erudito hiciera el siguiente movimiento de ese inusual juego de ajedrez.
    // Rol cerrado, ingreso solo con planificación previa./Oferta publica a discreción // Con las consecuencias de su elección, amargamente recordando la permanencia, constantemente se rendía ante la posibilidad de encontrar algo que amaine el desierto eterno de su garganta. Semanas pasaron desde la última vez que tontamente esperanzada sucumbió a la sed después de un periodo llamativo de ayuno, meditación y plegarias. Imposible dejar el espacio a un evento similar en el futuro, ya que bien la víctima pareció encantada al respecto, el mero sabor de su sangre le hizo descender a algo muy parecido a la locura. Mil gracias a los cielos que fuera nacida y eclipsada en ese ring precario y a base de violencia encontrara nuevamente la paz, pero traer y casi disfrutar una vorágine de brutalidad semejante le dejó bastante en claro que algunas cosas no se podían domar tanto como aprender a vivir con ellas. Las pesadas puertas del mercado escondido se abrieron para ella. — Sin sombreros - Vomitó mecánicamente la entidad que fungía de portero, apenas más reactivo que las placas de madera que volvió a cerrar detrás de ella. El instinto de cortesía le susurraba detrás del oído contestar una palabra, al menos, evitar la caracterización que suele acompañar a los señores de sociedad como personas cegadas por su propia nariz, aun así ganó el “Nuevo” sentido común. Abriéndose paso con elegancia entre el pequeño mar de gente, se presumía capaz de beber esa gota de ambrosía, el sentimiento nostálgico de algo que era normal hace no más de cuatro años y ahora perdido del horizonte. Habitaba allí mismo un pequeño sentimiento de culpa, entre lo peculiar uno puede llegar a sentirse a gusto, eso es hasta que alguien no tan distinto a uno sonríe… Y se pudo oír vivamente como el pulso de los que compartían espacio circundante cambió tan deprisa que acunaron un latido en general. Que tanto eran realmente de peligrosos los vampiros, estaba por verse, pero si se permitiera creer a esas expresiones preocupadas podía intuir algún dejo de lo que solían plasmar generalmente. A consejo de alguien acomodó un par de guantes que pudo rescatar de los metafóricos restos de su hogar, si no era natural de ella, intentaría pretender lo mejor posible para esconderse a simple vista. Evitó a conciencia el reflejo de solidaridad en algunos ojos perdidos, después de lo sucedido en Londres, no quedaba el curioso que intentara acercarse con aras de entretenimiento o intimidación. Que poder amedrentar a uno de los asesinos de Drácula traía ese tipo de infamia tan codiciada entre los ratones y ampliamente evitada por los gatos, y ella aún no estaba del todo convencida en que lado del espectro se encontraba. — Disculpe, por favor, tómelo usted. — El pequeño ínterin social se deslizó de ella cuál pañuelo de seda, guardando a conciencia el instinto de retirar la mano con rapidez. Sus dedos escondidos en terciopelo se habían encontrado súbitamente con los de alguien aparentemente interesados en el mismo bestiario. “Nunca retrocedas primero de un enfrentamiento en público”, las palabras de Edward se sintieron tan fuerte en su mente que prácticamente pudo oler el espeso aliento a licor y sangre detrás de su nuca. Se limitó a sonreír con tanta calma como fue capaz de transmitir, esperando que el joven erudito hiciera el siguiente movimiento de ese inusual juego de ajedrez.
    Me gusta
    Me encocora
    8
    0 turnos 0 maullidos
  • Es una tarde dorada en las afueras de la ciudad. El sol comienza a esconderse detrás de las casas suburbanas, tiñendo los cielos de naranjas y lilas. Un árbol enorme, más viejo que la mayoría de las hipotecas del vecindario, se alza en medio del jardín de una pequeña casa. Las hojas crujen suavemente con el viento.

    En lo alto de este, un gato gordito y naranja observa el mundo con mirada de juicio. Abajo, una señora mayor grita nombres cariñosos al aire con desesperación. A lo lejos, se escucha un sonido de ráfaga de aire que interrumpe la quietud mientras Mark Grayson, también conocido como Invincible, aterriza junto al árbol.

    —¿Otra vez? No sé qué pasa con los gatos y los árboles altos. —Dijo mientras observaba a la ancianita.

    Miró hacía arriba con desdén, el gato lo estaba observando con los ojos entrecerrados, una clara señal que el interpretó como: "Manten la distancia, tonto" Mark Suspiró desganado, pero como el héroe que era no podía pasar de quienes necesitaban su ayuda. Hizo una breve pausa y empezó a flotar suavemente hacia la copa del árbol

    —Ok, amiguito. Bajemos por las buenas, ¿sí? Nada de garras, nada de rascuños, ¿trato?

    El gato da un salto ágil... directo a su hombro. Se aferra como si estuviera piloteando el traje, Mark aprovecha para acariciar su pequeñas orejitas con cariño. Luego el joven aterriza con el gato ahora dormido en su cabeza, como si fuera un gorro de peluche. Este le entrega el gato a la anciana sin más.

    —Listo, misión cumplida y sin victimas... salvo mi dignidad.
    Es una tarde dorada en las afueras de la ciudad. El sol comienza a esconderse detrás de las casas suburbanas, tiñendo los cielos de naranjas y lilas. Un árbol enorme, más viejo que la mayoría de las hipotecas del vecindario, se alza en medio del jardín de una pequeña casa. Las hojas crujen suavemente con el viento. En lo alto de este, un gato gordito y naranja observa el mundo con mirada de juicio. Abajo, una señora mayor grita nombres cariñosos al aire con desesperación. A lo lejos, se escucha un sonido de ráfaga de aire que interrumpe la quietud mientras Mark Grayson, también conocido como Invincible, aterriza junto al árbol. —¿Otra vez? No sé qué pasa con los gatos y los árboles altos. —Dijo mientras observaba a la ancianita. Miró hacía arriba con desdén, el gato lo estaba observando con los ojos entrecerrados, una clara señal que el interpretó como: "Manten la distancia, tonto" Mark Suspiró desganado, pero como el héroe que era no podía pasar de quienes necesitaban su ayuda. Hizo una breve pausa y empezó a flotar suavemente hacia la copa del árbol —Ok, amiguito. Bajemos por las buenas, ¿sí? Nada de garras, nada de rascuños, ¿trato? El gato da un salto ágil... directo a su hombro. Se aferra como si estuviera piloteando el traje, Mark aprovecha para acariciar su pequeñas orejitas con cariño. Luego el joven aterriza con el gato ahora dormido en su cabeza, como si fuera un gorro de peluche. Este le entrega el gato a la anciana sin más. —Listo, misión cumplida y sin victimas... salvo mi dignidad.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Carta (Au)
    Fandom Original character
    Categoría Slice of Life
    La primera vez que nos vimos fue en el festival. Tu estabas mirando por la ventana y yo iba de la mano con mamá. Le pregunté. ”¿Porqué su papá no lo lleva al festival?." Y la respuesta de mamá fue solo el inicio de nuestra amistad.

    Bueno, algo así.
    Saori fue la primer gata que quise ayudar cuando la banda de perros la atacó, les lance el balón y tú saliste de la nada dándome una patada en el trasero que le fui de frente con el suelo, que chichón me quedo en la frente. Nos peleamos y al final llegamos a casa cubiertos de lodo, tu papá nos curo, nos regaño y nos pidió hacer las pases.

    Nuestra amistad fue un tropiezo y una serie de malentendidos. Por ejemplo, aquella vez que te presente con otros chicos del barrio y te asustaste, creíste que te haríamos algo — yo no lo supe hasta después — pero tenías razón ¡Eran unos idiotas! ¡Bleh!.

    O la vez de la pijamada en casa de mi mamá. Nos preparo pizza casera, jugamos videojuegos y nos rodeamos de gatos, caímos rendidos que nos quedamos dormidos en la sala, mamá nos tomo una foto después de eso.

    Y de grandes. ¿Te acuerdas de ese peluche de gato grande que tanto querías y que por pura suerte logramos sacar al primer tiro con la garra?. Estabas feliz, tu lo querías y yo quería ganarlo para ti. En ese entonces no comprendía que era esto: si una hermandad u otro tipo de sentimientos.

    Y esa vez cuando llegaste hecho trizas, no quisiste decirme que sucedió, ni quién te había hecho daño. Solo llegaste cubierto de heridas y no hiciste ningún sonido, menos mal que mamá no estaba cerca ni tu papá o que lío se arma con esto. Después los Yakuza me dijeron que había pasado y lo siento, no me contuve la rabia que me causó verte tan lastimado, tu no lloras con regularidad o al menos no de frente.


    Dime algo. ¿Qué tipo de sentimientos son estos?. Al inicio no lo entendía, pensé que lo único que quería era cuidarte como mi hermano menor. Pero después de verte mejor, de pensarlo, de sentir nervios cuando miro tu perfil, de las prendas lindas que usas , me hacen pensar que no me importa si eres él o ella o que es lo que quieres ser, al final solo es ropa o un color, tu sigues siendo tu.

    Perdón, no se cómo nombrar a esto que siento por ti. Pero ¿Sería raro decírtelo?. ¿Te irás?. ¿Estos sentimientos harán que termines huyendo?. No lo sé. Preferí escribirlo a decírtelo, no sé cómo hacerlo, no sé cómo iniciar esa conversación sin sentir el impulso de abrazarte como un peluche o besarte como beso la panza de manchas. No sé. Pero eres mi amigo, el mas importante, la persona más importante junto a mamá.
    La primera vez que nos vimos fue en el festival. Tu estabas mirando por la ventana y yo iba de la mano con mamá. Le pregunté. ”¿Porqué su papá no lo lleva al festival?." Y la respuesta de mamá fue solo el inicio de nuestra amistad. Bueno, algo así. Saori fue la primer gata que quise ayudar cuando la banda de perros la atacó, les lance el balón y tú saliste de la nada dándome una patada en el trasero que le fui de frente con el suelo, que chichón me quedo en la frente. Nos peleamos y al final llegamos a casa cubiertos de lodo, tu papá nos curo, nos regaño y nos pidió hacer las pases. Nuestra amistad fue un tropiezo y una serie de malentendidos. Por ejemplo, aquella vez que te presente con otros chicos del barrio y te asustaste, creíste que te haríamos algo — yo no lo supe hasta después — pero tenías razón ¡Eran unos idiotas! ¡Bleh!. O la vez de la pijamada en casa de mi mamá. Nos preparo pizza casera, jugamos videojuegos y nos rodeamos de gatos, caímos rendidos que nos quedamos dormidos en la sala, mamá nos tomo una foto después de eso. Y de grandes. ¿Te acuerdas de ese peluche de gato grande que tanto querías y que por pura suerte logramos sacar al primer tiro con la garra?. Estabas feliz, tu lo querías y yo quería ganarlo para ti. En ese entonces no comprendía que era esto: si una hermandad u otro tipo de sentimientos. Y esa vez cuando llegaste hecho trizas, no quisiste decirme que sucedió, ni quién te había hecho daño. Solo llegaste cubierto de heridas y no hiciste ningún sonido, menos mal que mamá no estaba cerca ni tu papá o que lío se arma con esto. Después los Yakuza me dijeron que había pasado y lo siento, no me contuve la rabia que me causó verte tan lastimado, tu no lloras con regularidad o al menos no de frente. Dime algo. ¿Qué tipo de sentimientos son estos?. Al inicio no lo entendía, pensé que lo único que quería era cuidarte como mi hermano menor. Pero después de verte mejor, de pensarlo, de sentir nervios cuando miro tu perfil, de las prendas lindas que usas , me hacen pensar que no me importa si eres él o ella o que es lo que quieres ser, al final solo es ropa o un color, tu sigues siendo tu. Perdón, no se cómo nombrar a esto que siento por ti. Pero ¿Sería raro decírtelo?. ¿Te irás?. ¿Estos sentimientos harán que termines huyendo?. No lo sé. Preferí escribirlo a decírtelo, no sé cómo hacerlo, no sé cómo iniciar esa conversación sin sentir el impulso de abrazarte como un peluche o besarte como beso la panza de manchas. No sé. Pero eres mi amigo, el mas importante, la persona más importante junto a mamá.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Terminado
    Me gusta
    4
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados