• A sus veintipocos, Carmina siempre responde lo mismo cuando alguien le pregunta si ha estado enamorada: "No, nunca. Nunca me ha pasado." Lo dice con una sonrisa y el tono de quien ha olvidado el sabor de ese sentimiento o de quien, simplemente, jamás lo ha probado. Y cualquiera podría creerle. Al menos hasta que Carmina se queda en silencio, y sus ojos, por unos instantes, parecen viajar a otro tiempo, a otras tardes donde el sol era más cálido y el aire olía a pan fresco.

    Cuando tenía diecisiete años, Carmina se enamoró de Nicolás, su vecino. Era el hijo mayor de la familia que administraba la panadería del vecindario, un lugar al que todos iban en busca de pan recién horneado y, para algunos, de una charla amable. Nicolás era un joven alto, de piel bronceada por el sol, con el cabello castaño largo y despeinado, y unos ojos negros que parecían guardar secretos y sueños. Él cuidaba de los gatos callejeros, que lo seguían por las calles como si fuera uno de ellos. Carmina, intrigada por su forma serena y bondadosa, se había acercado al principio por curiosidad, y luego por una conexión que no entendía del todo.

    Siempre se limitó a ser su amiga, a escucharle con atención cuando él hablaba de lo orgulloso que estaba de su familia o de sus planes para ayudar más en la panadería. Jamás confesó el cariño inmenso que sentía por él. ¿Para qué decirlo?, pensaba. Bastaba con estar cerca y compartir momentos sencillos, con esa paz que le traía el sonido de su voz o la risa que le escapaba cuando un gato le subía al hombro.

    Sin embargo, había momentos en que Nicolás parecía sentir lo mismo. A veces, él dejaba caer palabras tímidas o miradas que parecían decir más de lo que ella estaba dispuesta a aceptar. Como aquella vez, tras una tarde cuidando gatos, cuando se quedaron en silencio y Nicolás, con las mejillas levemente sonrojadas, le confesó que le gustaba estar cerca de ella. Carmina había desviado la mirada, riendo con nerviosismo, hablando de otra cosa, como si esas palabras no hubieran sido lo que realmente eran: una confesión disfrazada.

    La noche antes de que Nicolás desapareciera, él le había propuesto ir a tomar un café juntos el fin de semana. Carmina, con el corazón en la garganta, apenas pudo asentir, pensando que tal vez ese sería el momento en que ambos dejarían de esconder sus sentimientos. Pero el destino tenía otros planes.

    A la mañana siguiente, Nicolás ya no estaba. Desapareció sin dejar rastro, y aunque nadie sabía qué le había ocurrido exactamente, el vecindario asumió lo peor, al tratarse de un asunto que involucraba problemas con la mafia. Se decía que, sin tener culpa, se había visto atrapado en problemas por culpa de amigos que lo arrastraron sin quererlo a asuntos oscuros. Nicolás siempre fue un joven honesto y trabajador, alguien que quería ayudar a su familia, nada más. Carmina, al enterarse, sintió cómo su mundo se volvía gris. Las palabras de él, su invitación, resonaron en su mente como una broma amarga. Aquel café, aquella posibilidad, se desvaneció antes de poder ser real.

    La noticia le trajo también un eco doloroso del pasado. Recordó cómo su madre, años atrás, había arruinado la vida de su familia al involucrarse con un hombre que estaba ligado a la mafia. Carmina había crecido con el miedo constante de perderlo todo, de que el caos de esa vida secreta estallara un día y los devorara. Ahora, el ciclo parecía repetirse de un modo cruel, llevándose a Nicolás, otro inocente atrapado en una red de la que no pudo escapar.

    En las semanas que siguieron, Carmina visitaba la panadería en silencio, intentando mantenerse fuerte mientras veía a la familia de Nicolás seguir adelante con tristeza en los ojos. A veces, se acercaba a los gatos, los mismos que él había cuidado, como si en ellos pudiera encontrar algo de él, un último vestigio de aquel amor que guardó en silencio.

    Ahora, cuando alguien le pregunta si alguna vez se ha enamorado, Carmina recuerda el brillo de los ojos de Nicolás, sus palabras temblorosas y su invitación. Pero sigue negándolo, porque hablar de ese amor es como abrir una herida que aún no sana, una herida marcada por una promesa rota y una vida truncada por los errores de otros. Así, aquel amor permanece escondido entre las sombras de los años y en la fragancia del pan recién horneado que aún flota en su memoria.

    Sin embargo, guarda dos tesoros que no ha dejado que el tiempo borre: una de las pocas fotos que se tomaron juntos, donde él sonríe y la mira de reojo, y los gatos del vecindario, a quienes cuida como una promesa silenciosa, una manera de mantener vivo el recuerdo de aquel primer y único amor.
    A sus veintipocos, Carmina siempre responde lo mismo cuando alguien le pregunta si ha estado enamorada: "No, nunca. Nunca me ha pasado." Lo dice con una sonrisa y el tono de quien ha olvidado el sabor de ese sentimiento o de quien, simplemente, jamás lo ha probado. Y cualquiera podría creerle. Al menos hasta que Carmina se queda en silencio, y sus ojos, por unos instantes, parecen viajar a otro tiempo, a otras tardes donde el sol era más cálido y el aire olía a pan fresco. Cuando tenía diecisiete años, Carmina se enamoró de Nicolás, su vecino. Era el hijo mayor de la familia que administraba la panadería del vecindario, un lugar al que todos iban en busca de pan recién horneado y, para algunos, de una charla amable. Nicolás era un joven alto, de piel bronceada por el sol, con el cabello castaño largo y despeinado, y unos ojos negros que parecían guardar secretos y sueños. Él cuidaba de los gatos callejeros, que lo seguían por las calles como si fuera uno de ellos. Carmina, intrigada por su forma serena y bondadosa, se había acercado al principio por curiosidad, y luego por una conexión que no entendía del todo. Siempre se limitó a ser su amiga, a escucharle con atención cuando él hablaba de lo orgulloso que estaba de su familia o de sus planes para ayudar más en la panadería. Jamás confesó el cariño inmenso que sentía por él. ¿Para qué decirlo?, pensaba. Bastaba con estar cerca y compartir momentos sencillos, con esa paz que le traía el sonido de su voz o la risa que le escapaba cuando un gato le subía al hombro. Sin embargo, había momentos en que Nicolás parecía sentir lo mismo. A veces, él dejaba caer palabras tímidas o miradas que parecían decir más de lo que ella estaba dispuesta a aceptar. Como aquella vez, tras una tarde cuidando gatos, cuando se quedaron en silencio y Nicolás, con las mejillas levemente sonrojadas, le confesó que le gustaba estar cerca de ella. Carmina había desviado la mirada, riendo con nerviosismo, hablando de otra cosa, como si esas palabras no hubieran sido lo que realmente eran: una confesión disfrazada. La noche antes de que Nicolás desapareciera, él le había propuesto ir a tomar un café juntos el fin de semana. Carmina, con el corazón en la garganta, apenas pudo asentir, pensando que tal vez ese sería el momento en que ambos dejarían de esconder sus sentimientos. Pero el destino tenía otros planes. A la mañana siguiente, Nicolás ya no estaba. Desapareció sin dejar rastro, y aunque nadie sabía qué le había ocurrido exactamente, el vecindario asumió lo peor, al tratarse de un asunto que involucraba problemas con la mafia. Se decía que, sin tener culpa, se había visto atrapado en problemas por culpa de amigos que lo arrastraron sin quererlo a asuntos oscuros. Nicolás siempre fue un joven honesto y trabajador, alguien que quería ayudar a su familia, nada más. Carmina, al enterarse, sintió cómo su mundo se volvía gris. Las palabras de él, su invitación, resonaron en su mente como una broma amarga. Aquel café, aquella posibilidad, se desvaneció antes de poder ser real. La noticia le trajo también un eco doloroso del pasado. Recordó cómo su madre, años atrás, había arruinado la vida de su familia al involucrarse con un hombre que estaba ligado a la mafia. Carmina había crecido con el miedo constante de perderlo todo, de que el caos de esa vida secreta estallara un día y los devorara. Ahora, el ciclo parecía repetirse de un modo cruel, llevándose a Nicolás, otro inocente atrapado en una red de la que no pudo escapar. En las semanas que siguieron, Carmina visitaba la panadería en silencio, intentando mantenerse fuerte mientras veía a la familia de Nicolás seguir adelante con tristeza en los ojos. A veces, se acercaba a los gatos, los mismos que él había cuidado, como si en ellos pudiera encontrar algo de él, un último vestigio de aquel amor que guardó en silencio. Ahora, cuando alguien le pregunta si alguna vez se ha enamorado, Carmina recuerda el brillo de los ojos de Nicolás, sus palabras temblorosas y su invitación. Pero sigue negándolo, porque hablar de ese amor es como abrir una herida que aún no sana, una herida marcada por una promesa rota y una vida truncada por los errores de otros. Así, aquel amor permanece escondido entre las sombras de los años y en la fragancia del pan recién horneado que aún flota en su memoria. Sin embargo, guarda dos tesoros que no ha dejado que el tiempo borre: una de las pocas fotos que se tomaron juntos, donde él sonríe y la mira de reojo, y los gatos del vecindario, a quienes cuida como una promesa silenciosa, una manera de mantener vivo el recuerdo de aquel primer y único amor.
    Me gusta
    Me entristece
    2
    0 turnos 0 maullidos 698 vistas
  • Nunca he sido una persona de gatos, pero parece ser que ellos si gustan de mi compañía... vale, que gastaré un poco en comprarles un pescado, pero nada más, nada de intentar entrar a mi hogar. —
    Nunca he sido una persona de gatos, pero parece ser que ellos si gustan de mi compañía... vale, que gastaré un poco en comprarles un pescado, pero nada más, nada de intentar entrar a mi hogar. —
    Me gusta
    Me enjaja
    2
    0 turnos 0 maullidos 191 vistas
  • 𝓤𝒏 𝒆𝒗𝒆𝒏𝒕𝒐 𝒅𝒆𝒍 𝒔𝒐𝒍𝒔𝒕𝒊𝒄𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝓞𝒕𝒐𝒏̃𝒐
    Fandom ACOTAR
    Categoría Acción
    — Invitados: 𝕮assian  ︎ ︎ ︎ ︎, 𝕸orrigɑn  ︎ ︎ ︎ ︎, RHYS , 𝕬𝖟𝖗𝖎𝖊𝖑 , 𝐅𝐞𝐲𝐫𝐞 𝐀𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫𝐨𝐧, 𝕰𝑙𝑎𝑖𝑛 𝕬𝑟𝑐𝘩𝑒𝑟𝑜𝑛, 𝑨𝙢𝙧𝙚𝙣 & 𝕹𝐞𝐬𝐭𝐚 𝕬𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫𝐨𝐧

    — Nota: No establecemos orden de rol de momento por que no sé cuantos participaremos al final. He creado esto para que socialicemos entre nosotros y podamos unir a la Corte Noche, aunque sea por un día, jeje.

    — Trasfondo:

    Velaris se prepara para las fiestas del solsticio de otoño, el aroma a calabaza, canela y vainilla recorren las calles de la Ciudad. Aquel aroma que hace sentir a cualquier como en casa. Se celebra el fin de la primavera, el fin de las épocas de siega y se da la bienvenida al invierno.

    Guirnaldas anaranjadas y farolillos cuelgan de las calles, de punta a punta de estas, las casas se llenan de decoraciones en forma de calabaza, gatos negros y murciélagos. Parece que en esa pequeña fiesta hasta se le rinde culto a las brujas y lo que algún día fueron. Casi parece hasta una fiesta honorífica para la Corte de las Pesadillas, já.

    La Corte Noche tiene preparada una gran sala de baile para ellos, su alto lord les ha preparado una sorpresa para que su familia disfrute y se olviden de los horrores de la guerra por unas horas.

    A este baile hay que asistir siguiendo una rigurosa etiqueta: Máscaras, es un baile de máscaras y disfraces.

    ¡Bienvenidos al baile de Samhain, Corte Noche!

    — Fecha limite: Empieza el evento el lunes 28 y termina el 3 Noviembre, así tenemos oportunidad todos de participar.
    — Invitados: [twilight_gold_mule_929], [Third.1n.Command], [DARKL0RD], [spirit_lime_fox_273], [high1ady], [fire_maroon_bull_588], [Second_in_Command] & [THE_VALKYRIE] — Nota: No establecemos orden de rol de momento por que no sé cuantos participaremos al final. He creado esto para que socialicemos entre nosotros y podamos unir a la Corte Noche, aunque sea por un día, jeje. — Trasfondo: Velaris se prepara para las fiestas del solsticio de otoño, el aroma a calabaza, canela y vainilla recorren las calles de la Ciudad. Aquel aroma que hace sentir a cualquier como en casa. Se celebra el fin de la primavera, el fin de las épocas de siega y se da la bienvenida al invierno. Guirnaldas anaranjadas y farolillos cuelgan de las calles, de punta a punta de estas, las casas se llenan de decoraciones en forma de calabaza, gatos negros y murciélagos. Parece que en esa pequeña fiesta hasta se le rinde culto a las brujas y lo que algún día fueron. Casi parece hasta una fiesta honorífica para la Corte de las Pesadillas, já. La Corte Noche tiene preparada una gran sala de baile para ellos, su alto lord les ha preparado una sorpresa para que su familia disfrute y se olviden de los horrores de la guerra por unas horas. A este baile hay que asistir siguiendo una rigurosa etiqueta: Máscaras, es un baile de máscaras y disfraces. ¡Bienvenidos al baile de Samhain, Corte Noche! — Fecha limite: Empieza el evento el lunes 28 y termina el 3 Noviembre, así tenemos oportunidad todos de participar.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    4
    0 turnos 1 maullido 910 vistas
  • — Amo a los gatos jejeje—
    — Amo a los gatos jejeje—
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos 124 vistas
  • Carmina salió de su tienda de conveniencia al atardecer, con una bolsa de croquetas y un par de latas de atún en la mano. El callejón al lado de su local era el refugio de varios gatos callejeros, y cada tarde, al cerrar, se aseguraba de que tuvieran algo que comer.

    Se agachó junto a una caja vieja de cartón y vertió las croquetas en varios platitos. Los gatos comenzaron a acercarse, algunos tímidos, otros más confiados. Uno de ellos, un pequeño de pelaje anaranjado, maulló ansiosamente. "Tranquilo, aquí tienes", murmuró Carmina, sonriendo débilmente.

    El aire fresco acariciaba su rostro mientras observaba a los gatos comer. Acarició distraídamente a Gris, el más grande del grupo, que ronroneaba bajo su mano. Pero hoy, a pesar de la compañía de los felinos, la tristeza seguía presente. Aún recordaba la conversación con su abuela el otro día, cuando se desahogó sobre todo lo que sentía. Lucia la había consolado, diciéndole que las cosas mejorarían, que no estaba sola.

    "Quizá solo es cuestión de tiempo", pensó mientras colocaba un cuenco de agua junto a la caja. Se levantó lentamente y suspiró. "Nos vemos mañana", les dijo en voz baja, cerrando la puerta de la tienda tras de sí, con una sensación de nostalgia en el corazón.

    Carmina salió de su tienda de conveniencia al atardecer, con una bolsa de croquetas y un par de latas de atún en la mano. El callejón al lado de su local era el refugio de varios gatos callejeros, y cada tarde, al cerrar, se aseguraba de que tuvieran algo que comer. Se agachó junto a una caja vieja de cartón y vertió las croquetas en varios platitos. Los gatos comenzaron a acercarse, algunos tímidos, otros más confiados. Uno de ellos, un pequeño de pelaje anaranjado, maulló ansiosamente. "Tranquilo, aquí tienes", murmuró Carmina, sonriendo débilmente. El aire fresco acariciaba su rostro mientras observaba a los gatos comer. Acarició distraídamente a Gris, el más grande del grupo, que ronroneaba bajo su mano. Pero hoy, a pesar de la compañía de los felinos, la tristeza seguía presente. Aún recordaba la conversación con su abuela el otro día, cuando se desahogó sobre todo lo que sentía. Lucia la había consolado, diciéndole que las cosas mejorarían, que no estaba sola. "Quizá solo es cuestión de tiempo", pensó mientras colocaba un cuenco de agua junto a la caja. Se levantó lentamente y suspiró. "Nos vemos mañana", les dijo en voz baja, cerrando la puerta de la tienda tras de sí, con una sensación de nostalgia en el corazón.
    Me gusta
    Me encocora
    8
    0 turnos 0 maullidos 443 vistas

  • —𝘏𝘦𝘺~ 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘭ó𝘯 ~ 𝘺𝘢 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘪ó 𝘺 𝘦𝘴 𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 "𝘮𝘪𝘮𝘰𝘴" 𝘮𝘢𝘵𝘶𝘵𝘪𝘯𝘰𝘴...—

    ────────𝗧𝗵𝘂𝗿𝘀𝗱𝗮𝘆𝖬𝗈𝗋𝗇𝗂𝗇𝗀❥︎


    {• En honor a mis 3 gatos que me levantan a los gritos por cariño ;u; }
    —𝘏𝘦𝘺~ 𝘥𝘦𝘴𝘱𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢 𝘥𝘰𝘳𝘮𝘪𝘭ó𝘯 ~ 𝘺𝘢 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘦𝘤𝘪ó 𝘺 𝘦𝘴 𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 "𝘮𝘪𝘮𝘰𝘴" 𝘮𝘢𝘵𝘶𝘵𝘪𝘯𝘰𝘴...— ────────𝗧𝗵𝘂𝗿𝘀𝗱𝗮𝘆𝖬𝗈𝗋𝗇𝗂𝗇𝗀❥︎ {• En honor a mis 3 gatos que me levantan a los gritos por cariño ;u; }
    Me gusta
    Me encocora
    Me enjaja
    Me shockea
    11
    4 turnos 0 maullidos 794 vistas
  • || #Inkfest #dia13 Un misterioso gato negro se cruza en tu camino. Desde ese momento, parecen seguirte una serie de eventos desafortunados. ||

    —¡Un gato!

    De las pocas cosas que le encantaban al chico, eran los gatos. Aquel era de pelaje azabache, un poco esponjado y mucho más dócil de lo que pensaba. Se dejó acariciar un par de veces antes de continuar su misterioso camino, dejando al chico seguir vagando con pereza.

    A los pocos metros, se tropezó y cayó directamente de cara al lodo. Se limpió las gafas, masculló un par de cosas y siguió adelante. No pasaron ni cinco metros cuando la suela del tenis se le rompió, dejándolo sin un zapato. Bueno, igual ya eran viejos, pero no dejaba de ser molesto.

    —Esto ya comienza a irritarme —gruñó para sí mismo, teniendo que seguir el camino con un solo zapato. Bueno, tocaría robar uno después.

    Como si hubiera invocado su desgracia con ese pensamiento, el karma instantáneo hizo que un búho le cayera de la nada, queriendo picotearlo y haciéndolo lanzar golpes al aire. Cuando Toby logró alejar a la alimaña esa, su cartera había desaparecido totalmente. Entre la frustración, lanzó el hacha que llevaba en el cinturón al piso, y como si la vida quisiera escupirle otra vez, el hacha rebotó y le dio con el mango de madera en el meñique del pie.

    —Ja! En tu cara, eso no puede lastimarme —al menos podía regodearse en eso. Por desgracia, el daño fue emocional, pues el mango del hacha se había dañado por el impacto ¡era su favorita!— Tal vez si no me muevo no me pase nada…

    Lo malo es que estaba en medio de la calle en la noche, pronto le comenzaría a dar hambre y… se aburría mucho estando quieto. ¿Por qué la vida de pronto decidió odiarlo?

    || que no se diga que no lo intento(?)||
    || #Inkfest #dia13 Un misterioso gato negro se cruza en tu camino. Desde ese momento, parecen seguirte una serie de eventos desafortunados. || —¡Un gato! De las pocas cosas que le encantaban al chico, eran los gatos. Aquel era de pelaje azabache, un poco esponjado y mucho más dócil de lo que pensaba. Se dejó acariciar un par de veces antes de continuar su misterioso camino, dejando al chico seguir vagando con pereza. A los pocos metros, se tropezó y cayó directamente de cara al lodo. Se limpió las gafas, masculló un par de cosas y siguió adelante. No pasaron ni cinco metros cuando la suela del tenis se le rompió, dejándolo sin un zapato. Bueno, igual ya eran viejos, pero no dejaba de ser molesto. —Esto ya comienza a irritarme —gruñó para sí mismo, teniendo que seguir el camino con un solo zapato. Bueno, tocaría robar uno después. Como si hubiera invocado su desgracia con ese pensamiento, el karma instantáneo hizo que un búho le cayera de la nada, queriendo picotearlo y haciéndolo lanzar golpes al aire. Cuando Toby logró alejar a la alimaña esa, su cartera había desaparecido totalmente. Entre la frustración, lanzó el hacha que llevaba en el cinturón al piso, y como si la vida quisiera escupirle otra vez, el hacha rebotó y le dio con el mango de madera en el meñique del pie. —Ja! En tu cara, eso no puede lastimarme —al menos podía regodearse en eso. Por desgracia, el daño fue emocional, pues el mango del hacha se había dañado por el impacto ¡era su favorita!— Tal vez si no me muevo no me pase nada… Lo malo es que estaba en medio de la calle en la noche, pronto le comenzaría a dar hambre y… se aburría mucho estando quieto. ¿Por qué la vida de pronto decidió odiarlo? || que no se diga que no lo intento(?)||
    0 turnos 0 maullidos 457 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Salí a comprar comida húmeda para mis gatos pero donde pase, la calle esta en reparación, por lo que habia mucho polvo cada que pasaba un carro.

    Se que dirán: ¿Que tiene?

    La cosa es fácil, soy alérgica al polvo y ahora siento la garganta un poco cerrada, tomare la medicina y veré como va la cosa.
    Salí a comprar comida húmeda para mis gatos pero donde pase, la calle esta en reparación, por lo que habia mucho polvo cada que pasaba un carro. Se que dirán: ¿Que tiene? La cosa es fácil, soy alérgica al polvo y ahora siento la garganta un poco cerrada, tomare la medicina y veré como va la cosa.
    Me shockea
    1
    1 comentario 0 compartidos 226 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Eric preguntándose por qué sería el primer sospechoso si tus gatos llegaran a desaparecer...

    A fin de cuentas, sus propios dos gatos, que él llama callejeros, en realidad fueron encontrados en la calle, le gustaron y se los llevó a casa. En resumen, probablemente son robados.
    Eric preguntándose por qué sería el primer sospechoso si tus gatos llegaran a desaparecer... A fin de cuentas, sus propios dos gatos, que él llama callejeros, en realidad fueron encontrados en la calle, le gustaron y se los llevó a casa. En resumen, probablemente son robados. :STK-20:
    Me gusta
    Me shockea
    2
    2 comentarios 0 compartidos 264 vistas
  • Me encanta los gatos... Son hermosos.

    ✶ Fandom: #VanitasNoCarte
    ✶ Comunidad: #Comunidad2D #Personaje2D
    Me encanta los gatos... Son hermosos. ✶ Fandom: #VanitasNoCarte ✶ Comunidad: #Comunidad2D #Personaje2D
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos 239 vistas
Ver más resultados
Patrocinados