• "Una rosa, aunque la llames por otro nombre, una rosa aún será.”

    La frase quedó suspendida en el aire como un perfume rancio, como si alguien hubiera arrancado los pétalos y dejado solo las espinas.
    La niña de cabellos negros, tan largos que casi tocaban el suelo, parpadeó lentamente; sus ojos parecían dos pozos de tinta.

    —¿Qué hay de los esclavos? —preguntó con un hilo de voz, tan pequeño que no parecía salir de un ser vivo.

    La sombra detrás de ella sonrió sin boca.

    “Es lo mismo, tontita. No importa cuánto te ocultes… no importa cuántos nombres inventes para engañarte. Siempre irás con la cabeza agachada, esperando una orden, un premio… o un castigo.”

    La niña tragó saliva. Las paredes crujieron como huesos rotos.

    “Porque un esclavo, mi pequeña, nunca deja de serlo.
    Aunque corra, aunque se arrastre en la oscuridad más profunda, aunque rece a dioses que jamás escuchan.
    Su alma ya está marcada.
    Como la rosa tiene espinas, el esclavo tiene cadenas.”

    La sombra se inclinó sobre ella, larga, imposible, deformada como un cuerpo quebrado en demasiados lugares.

    “Y lo más triste…”
    Susurró con una voz que era más viento que sonido, “Es que a veces las cadenas no están en las muñecas… sino aquí.”

    Un dedo invisible, frío como el mármol, tocó la frente de la niña. Ella sintió algo moverse bajo su piel.
    Algo que no era suyo.
    Algo que despertaba.

    “¿Lo ves? Siempre fuiste una esclava… incluso antes de nacer.”

    La vela a su lado se apagó sin soplido alguno. Y en la oscuridad absoluta, la niña juraría haber escuchado un susurro más:
    “Las rosas no eligen florecer, pequeña. Y los esclavos… tampoco eligen obedecer, solo lo hacen y ya.”

    "Una rosa, aunque la llames por otro nombre, una rosa aún será.” La frase quedó suspendida en el aire como un perfume rancio, como si alguien hubiera arrancado los pétalos y dejado solo las espinas. La niña de cabellos negros, tan largos que casi tocaban el suelo, parpadeó lentamente; sus ojos parecían dos pozos de tinta. —¿Qué hay de los esclavos? —preguntó con un hilo de voz, tan pequeño que no parecía salir de un ser vivo. La sombra detrás de ella sonrió sin boca. “Es lo mismo, tontita. No importa cuánto te ocultes… no importa cuántos nombres inventes para engañarte. Siempre irás con la cabeza agachada, esperando una orden, un premio… o un castigo.” La niña tragó saliva. Las paredes crujieron como huesos rotos. “Porque un esclavo, mi pequeña, nunca deja de serlo. Aunque corra, aunque se arrastre en la oscuridad más profunda, aunque rece a dioses que jamás escuchan. Su alma ya está marcada. Como la rosa tiene espinas, el esclavo tiene cadenas.” La sombra se inclinó sobre ella, larga, imposible, deformada como un cuerpo quebrado en demasiados lugares. “Y lo más triste…” Susurró con una voz que era más viento que sonido, “Es que a veces las cadenas no están en las muñecas… sino aquí.” Un dedo invisible, frío como el mármol, tocó la frente de la niña. Ella sintió algo moverse bajo su piel. Algo que no era suyo. Algo que despertaba. “¿Lo ves? Siempre fuiste una esclava… incluso antes de nacer.” La vela a su lado se apagó sin soplido alguno. Y en la oscuridad absoluta, la niña juraría haber escuchado un susurro más: “Las rosas no eligen florecer, pequeña. Y los esclavos… tampoco eligen obedecer, solo lo hacen y ya.”
    Me entristece
    Me gusta
    9
    0 turnos 0 maullidos
  • - Un poco de terapia. -

    [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •]

    Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja.

    - Si, tienes algo de té para acompañar?..

    Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme.

    [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •]

    - esa cantidad ya está bien.

    [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •]

    Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor.
    Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?.

    - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir.

    Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos?

    - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir.

    Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza?

    - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos.

    Dr. Oracio: y que cosas escuchas?.

    - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •]

    Dr. Oracio: quiere un poco más de té?.

    - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •]
    Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos.

    Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz?

    - si... De mi padre y madre.
    [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •]

    Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti-

    - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka.
    No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor.

    Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento?

    - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando.

    Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?.

    - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos.
    Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla.

    [• rie ligeramente. •]

    - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba.

    Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte.

    - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo.

    Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado?

    - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco?

    Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?.

    - na.. te lo digo.
    La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban

    La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien.

    Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo...

    Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan.
    Quizás te recomendaría esta rutina
    *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo.

    - bien, muchas gracias.

    [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •]



    •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
    - Un poco de terapia. - [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •] Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja. - Si, tienes algo de té para acompañar?.. Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme. [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •] - esa cantidad ya está bien. [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •] Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor. Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?. - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir. Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos? - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir. Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza? - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos. Dr. Oracio: y que cosas escuchas?. - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •] Dr. Oracio: quiere un poco más de té?. - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •] Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos. Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz? - si... De mi padre y madre. [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •] Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti- - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka. No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor. Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento? - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando. Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?. - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos. Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla. [• rie ligeramente. •] - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba. Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte. - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo. Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado? - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco? Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?. - na.. te lo digo. La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien. Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo... Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan. Quizás te recomendaría esta rutina *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo. - bien, muchas gracias. [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •] •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
    Me gusta
    Me entristece
    Me shockea
    9
    5 turnos 0 maullidos
  • El Edén
    Fandom Hazbin Hotel
    Categoría Otros
    // Rp con: Lilith Magne //


    Descendió desde los cielos, con los tres pares de alas extendidas, y tras tocar el suelo comenzó a mirar a su alrededor.
    Rumores habían llegado a sus oídos en el basto reino celestial. Aburrido, paseando por los pasillos, no paraba de oír a sus hermanos hablar una y otra vez de la maravillosa creación que su padre había hecho. Los serafines también parecían de lo más satisfechos.
    No era de extrañar que él no supiera nada al respecto, dejado de lado, como de costumbre, no era la primera vez que se lo excluía de los planes de la creación... Pero, sin embargo, los rumores de la última habían captado su interés y curiosidad.

    Gracias a la magia del cielo, había podido apreciar un poco de lo que era un gran jardín. Eso lo había decepcionado un poco... No encontrando nada singular o especial a lo que había en su tierra celestial... Incluso, apostaba, la vegetación del cielo era mucho más hermosa que la que apreciaba en ese jardín que, luego se enteró, se llamaba "El Edén".
    Se había negado a creer que ese simple jardín era lo que traía tan enloquecido de emoción y felicidad a sus compañeros y hermanos, por lo que tomó la decisión de escabullirse de los cielos y bajar a ver de qué se trataba todo aquello.

    Ahora recorría el lugar andando entre los árboles. Pudo notar algunas pequeñas criaturas cuadrúpedas correr de espanto cuando lo escuchaban acercarse.
    Criaturas de vida finita, por lo que había llegado a averiguar. Cuya existencia efímera no era nada en comparación a la eternidad que vivían los ángeles como él... Entonces ¿Cómo algo tan efímero, tan finito, casi insignificante podía realmente marcar un antes y un después en la tierra creada por su padre? En los planes que los ángeles con tanto esmero y cautela habían planeado. Planes en los que él jamás había podido participar a pesar de las ideas que había propuesto.
    Pero por más que se adentraba en ese extenso jardín, nada encontró que lo hiciera comprender el por qué de la exaltación del cielo... Estaba resignado, creyendo que sólo se trataría del jardín en sí...

    Hasta que de pronto, sus pasos se detuvieron. Una voz llegó hasta sus oídos, suave, hermosa... Una melodía única sin duda y de la voz más exquisita que jamás pudiera haber escuchado, ni siquiera en la eternidad del cielo.
    Se dejó llevar por el ruido, caminando en su dirección entre las plantas, corriendo sus ramas y bordeando árboles; hasta que de pronto lo encontró.
    Una criatura de lo más hermosa, perfecta... Estaba seguro. ¡Esa criatura debía de ser lo que tenía tan revuelto al cielo!

    — Woah.... —

    Exclamó en un susurró apenas audible. Sus ojos brillando, con rostro perplejo ante la mujer delante de sus ojos, metros más allá de donde él se hallaba oculto tras un árbol.
    Intentó no hacer ruido, preguntándose si se espantaría como los animales si lo viera llegar.
    Recargó sus manos en el árbol, sus mejillas teñidas de un suave carmín... Solo por inercia dio un paso al frente, pisando una rama que al crujir delataría su presencia.
    En pánico de ser descubierto, sólo pudo atinar a agacharse tras el árbol, casi abrazándose con sus seis pares de alas mientras cubría sus labios con sus manos... ¿Lo habría visto?....

    Le fue inevitable no asomarse un poco para ver de reojo si es que acaso tal hermosa creación se había percatado de su presencia.
    // Rp con: [He11greatestmom] // Descendió desde los cielos, con los tres pares de alas extendidas, y tras tocar el suelo comenzó a mirar a su alrededor. Rumores habían llegado a sus oídos en el basto reino celestial. Aburrido, paseando por los pasillos, no paraba de oír a sus hermanos hablar una y otra vez de la maravillosa creación que su padre había hecho. Los serafines también parecían de lo más satisfechos. No era de extrañar que él no supiera nada al respecto, dejado de lado, como de costumbre, no era la primera vez que se lo excluía de los planes de la creación... Pero, sin embargo, los rumores de la última habían captado su interés y curiosidad. Gracias a la magia del cielo, había podido apreciar un poco de lo que era un gran jardín. Eso lo había decepcionado un poco... No encontrando nada singular o especial a lo que había en su tierra celestial... Incluso, apostaba, la vegetación del cielo era mucho más hermosa que la que apreciaba en ese jardín que, luego se enteró, se llamaba "El Edén". Se había negado a creer que ese simple jardín era lo que traía tan enloquecido de emoción y felicidad a sus compañeros y hermanos, por lo que tomó la decisión de escabullirse de los cielos y bajar a ver de qué se trataba todo aquello. Ahora recorría el lugar andando entre los árboles. Pudo notar algunas pequeñas criaturas cuadrúpedas correr de espanto cuando lo escuchaban acercarse. Criaturas de vida finita, por lo que había llegado a averiguar. Cuya existencia efímera no era nada en comparación a la eternidad que vivían los ángeles como él... Entonces ¿Cómo algo tan efímero, tan finito, casi insignificante podía realmente marcar un antes y un después en la tierra creada por su padre? En los planes que los ángeles con tanto esmero y cautela habían planeado. Planes en los que él jamás había podido participar a pesar de las ideas que había propuesto. Pero por más que se adentraba en ese extenso jardín, nada encontró que lo hiciera comprender el por qué de la exaltación del cielo... Estaba resignado, creyendo que sólo se trataría del jardín en sí... Hasta que de pronto, sus pasos se detuvieron. Una voz llegó hasta sus oídos, suave, hermosa... Una melodía única sin duda y de la voz más exquisita que jamás pudiera haber escuchado, ni siquiera en la eternidad del cielo. Se dejó llevar por el ruido, caminando en su dirección entre las plantas, corriendo sus ramas y bordeando árboles; hasta que de pronto lo encontró. Una criatura de lo más hermosa, perfecta... Estaba seguro. ¡Esa criatura debía de ser lo que tenía tan revuelto al cielo! — Woah.... — Exclamó en un susurró apenas audible. Sus ojos brillando, con rostro perplejo ante la mujer delante de sus ojos, metros más allá de donde él se hallaba oculto tras un árbol. Intentó no hacer ruido, preguntándose si se espantaría como los animales si lo viera llegar. Recargó sus manos en el árbol, sus mejillas teñidas de un suave carmín... Solo por inercia dio un paso al frente, pisando una rama que al crujir delataría su presencia. En pánico de ser descubierto, sólo pudo atinar a agacharse tras el árbol, casi abrazándose con sus seis pares de alas mientras cubría sus labios con sus manos... ¿Lo habría visto?.... Le fue inevitable no asomarse un poco para ver de reojo si es que acaso tal hermosa creación se había percatado de su presencia.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    2
    20 turnos 0 maullidos
  • ¿Alguien se coló en su apartamento provisional? ¿Quién se osaría a tal cosa?
    Sigiloso como si no se tratara de un ser humano, se aproximó a la espalda ajena para propinarle una patada y mandar a dicha persona a rodar por el suelo.

    -Vaya... Parece que un pequeño y estúpido conejito se ha colado en la madriguera del lobo, ¿eh?- Hablaba con un tono inquietantemente sereno mientras se agachaba un poco a quedar a casi la misma altura que la persona en el suelo.

    Vestía solo unos pantalones de deporte, descalzo, sin camiseta y con un cuchillo en la mano izquierda que balanceaba con mucha suavidad, provocando que las tenues luces que se filtraban por las ventanas se reflejaran en su filo.
    ¿Alguien se coló en su apartamento provisional? ¿Quién se osaría a tal cosa? Sigiloso como si no se tratara de un ser humano, se aproximó a la espalda ajena para propinarle una patada y mandar a dicha persona a rodar por el suelo. -Vaya... Parece que un pequeño y estúpido conejito se ha colado en la madriguera del lobo, ¿eh?- Hablaba con un tono inquietantemente sereno mientras se agachaba un poco a quedar a casi la misma altura que la persona en el suelo. Vestía solo unos pantalones de deporte, descalzo, sin camiseta y con un cuchillo en la mano izquierda que balanceaba con mucha suavidad, provocando que las tenues luces que se filtraban por las ventanas se reflejaran en su filo.
    Me gusta
    Me shockea
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Malditos juegos gacha, me absorbe la vida, el alma y me vuelven migajera... Piedad.
    Malditos juegos gacha, me absorbe la vida, el alma y me vuelven migajera... Piedad.
    Me shockea
    2
    6 comentarios 0 compartidos
  • — Estar rodeado de gente hace que me agobie un poco... Preferiría estar en mi habitación...—

    Este se agachaba un poco, tenía una expresión tímida.
    — Estar rodeado de gente hace que me agobie un poco... Preferiría estar en mi habitación...— Este se agachaba un poco, tenía una expresión tímida.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    La Isla del Nacimiento

    El aire se vuelve cálido.
    El mar canta.
    Una isla paradisíaca, verde, fresca, viva.

    Palmeras, playas blancas, pájaros de colores imposibles.

    Y a lo lejos…
    un volcán.

    Alto, majestuoso, latente.

    Oz pone la mano sobre mi cabeza.

    El mundo se fractura en una visión.

    El volcán en erupción.
    Columnas de fuego y ceniza.
    El mar hirviendo.
    La roca derritiéndose, expandiéndose.
    El nacimiento de la isla.

    Donde antes no había nada…
    ahora respira un paraíso.

    Oz:
    —Este volcán es el Caos.
    Cuando explota, no solo destruye…
    también crea.

    Sus palabras me atraviesan.
    No como un consejo, sino como una revelación.

    Luego se agacha a mi altura,
    sus ojos brillando con ese misterio cálido que nunca logro descifrar.

    Y dice la frase que quedará grabada en mi alma para siempre:

    Oz:
    —El Caos es aquello que nace sin permiso…
    porque nadie se lo ha pedido.

    Silencio.

    El viento huele a sal.

    Mi pecho se aprieta.
    Hay algo en él…
    algo que no es miedo.

    Es… pertenencia.

    Oz:
    —Ahora ve, pequeña. Tu madre te necesita.

    Mis labios tiemblan.
    Una pregunta que se siente demasiado grande para mi corta edad
    escapa sin que pueda detenerla.

    Lili:
    —Abuelo… ¿puedo llamarte… papi?

    Él sonríe.
    De una forma que jamás había visto en nadie.
    Una sonrisa que no pide nada, que no exige nada.
    Que simplemente es.

    Oz:
    —Claro, hija.

    Mi corazón se expande de una forma que no entiendo.
    Y el mundo vuelve a la ciudad, a mis pasos pequeños,
    pero ya no soy la misma.

    Porque por primera vez…
    tengo un padre.
    Un maestro.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 La Isla del Nacimiento El aire se vuelve cálido. El mar canta. Una isla paradisíaca, verde, fresca, viva. Palmeras, playas blancas, pájaros de colores imposibles. Y a lo lejos… un volcán. Alto, majestuoso, latente. Oz pone la mano sobre mi cabeza. El mundo se fractura en una visión. El volcán en erupción. Columnas de fuego y ceniza. El mar hirviendo. La roca derritiéndose, expandiéndose. El nacimiento de la isla. Donde antes no había nada… ahora respira un paraíso. Oz: —Este volcán es el Caos. Cuando explota, no solo destruye… también crea. Sus palabras me atraviesan. No como un consejo, sino como una revelación. Luego se agacha a mi altura, sus ojos brillando con ese misterio cálido que nunca logro descifrar. Y dice la frase que quedará grabada en mi alma para siempre: Oz: —El Caos es aquello que nace sin permiso… porque nadie se lo ha pedido. Silencio. El viento huele a sal. Mi pecho se aprieta. Hay algo en él… algo que no es miedo. Es… pertenencia. Oz: —Ahora ve, pequeña. Tu madre te necesita. Mis labios tiemblan. Una pregunta que se siente demasiado grande para mi corta edad escapa sin que pueda detenerla. Lili: —Abuelo… ¿puedo llamarte… papi? Él sonríe. De una forma que jamás había visto en nadie. Una sonrisa que no pide nada, que no exige nada. Que simplemente es. Oz: —Claro, hija. Mi corazón se expande de una forma que no entiendo. Y el mundo vuelve a la ciudad, a mis pasos pequeños, pero ya no soy la misma. Porque por primera vez… tengo un padre. Un maestro.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    La Isla del Nacimiento

    El aire se vuelve cálido.
    El mar canta.
    Una isla paradisíaca, verde, fresca, viva.

    Palmeras, playas blancas, pájaros de colores imposibles.

    Y a lo lejos…
    un volcán.

    Alto, majestuoso, latente.

    Oz pone la mano sobre mi cabeza.

    El mundo se fractura en una visión.

    El volcán en erupción.
    Columnas de fuego y ceniza.
    El mar hirviendo.
    La roca derritiéndose, expandiéndose.
    El nacimiento de la isla.

    Donde antes no había nada…
    ahora respira un paraíso.

    Oz:
    —Este volcán es el Caos.
    Cuando explota, no solo destruye…
    también crea.

    Sus palabras me atraviesan.
    No como un consejo, sino como una revelación.

    Luego se agacha a mi altura,
    sus ojos brillando con ese misterio cálido que nunca logro descifrar.

    Y dice la frase que quedará grabada en mi alma para siempre:

    Oz:
    —El Caos es aquello que nace sin permiso…
    porque nadie se lo ha pedido.

    Silencio.

    El viento huele a sal.

    Mi pecho se aprieta.
    Hay algo en él…
    algo que no es miedo.

    Es… pertenencia.

    Oz:
    —Ahora ve, pequeña. Tu madre te necesita.

    Mis labios tiemblan.
    Una pregunta que se siente demasiado grande para mi corta edad
    escapa sin que pueda detenerla.

    Lili:
    —Abuelo… ¿puedo llamarte… papi?

    Él sonríe.
    De una forma que jamás había visto en nadie.
    Una sonrisa que no pide nada, que no exige nada.
    Que simplemente es.

    Oz:
    —Claro, hija.

    Mi corazón se expande de una forma que no entiendo.
    Y el mundo vuelve a la ciudad, a mis pasos pequeños,
    pero ya no soy la misma.

    Porque por primera vez…
    tengo un padre.
    Un maestro.
    Me encocora
    Me gusta
    Me entristece
    4
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    La Isla del Nacimiento

    El aire se vuelve cálido.
    El mar canta.
    Una isla paradisíaca, verde, fresca, viva.

    Palmeras, playas blancas, pájaros de colores imposibles.

    Y a lo lejos…
    un volcán.

    Alto, majestuoso, latente.

    Oz pone la mano sobre mi cabeza.

    El mundo se fractura en una visión.

    El volcán en erupción.
    Columnas de fuego y ceniza.
    El mar hirviendo.
    La roca derritiéndose, expandiéndose.
    El nacimiento de la isla.

    Donde antes no había nada…
    ahora respira un paraíso.

    Oz:
    —Este volcán es el Caos.
    Cuando explota, no solo destruye…
    también crea.

    Sus palabras me atraviesan.
    No como un consejo, sino como una revelación.

    Luego se agacha a mi altura,
    sus ojos brillando con ese misterio cálido que nunca logro descifrar.

    Y dice la frase que quedará grabada en mi alma para siempre:

    Oz:
    —El Caos es aquello que nace sin permiso…
    porque nadie se lo ha pedido.

    Silencio.

    El viento huele a sal.

    Mi pecho se aprieta.
    Hay algo en él…
    algo que no es miedo.

    Es… pertenencia.

    Oz:
    —Ahora ve, pequeña. Tu madre te necesita.

    Mis labios tiemblan.
    Una pregunta que se siente demasiado grande para mi corta edad
    escapa sin que pueda detenerla.

    Lili:
    —Abuelo… ¿puedo llamarte… papi?

    Él sonríe.
    De una forma que jamás había visto en nadie.
    Una sonrisa que no pide nada, que no exige nada.
    Que simplemente es.

    Oz:
    —Claro, hija.

    Mi corazón se expande de una forma que no entiendo.
    Y el mundo vuelve a la ciudad, a mis pasos pequeños,
    pero ya no soy la misma.

    Porque por primera vez…
    tengo un padre.
    Un maestro.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 La Isla del Nacimiento El aire se vuelve cálido. El mar canta. Una isla paradisíaca, verde, fresca, viva. Palmeras, playas blancas, pájaros de colores imposibles. Y a lo lejos… un volcán. Alto, majestuoso, latente. Oz pone la mano sobre mi cabeza. El mundo se fractura en una visión. El volcán en erupción. Columnas de fuego y ceniza. El mar hirviendo. La roca derritiéndose, expandiéndose. El nacimiento de la isla. Donde antes no había nada… ahora respira un paraíso. Oz: —Este volcán es el Caos. Cuando explota, no solo destruye… también crea. Sus palabras me atraviesan. No como un consejo, sino como una revelación. Luego se agacha a mi altura, sus ojos brillando con ese misterio cálido que nunca logro descifrar. Y dice la frase que quedará grabada en mi alma para siempre: Oz: —El Caos es aquello que nace sin permiso… porque nadie se lo ha pedido. Silencio. El viento huele a sal. Mi pecho se aprieta. Hay algo en él… algo que no es miedo. Es… pertenencia. Oz: —Ahora ve, pequeña. Tu madre te necesita. Mis labios tiemblan. Una pregunta que se siente demasiado grande para mi corta edad escapa sin que pueda detenerla. Lili: —Abuelo… ¿puedo llamarte… papi? Él sonríe. De una forma que jamás había visto en nadie. Una sonrisa que no pide nada, que no exige nada. Que simplemente es. Oz: —Claro, hija. Mi corazón se expande de una forma que no entiendo. Y el mundo vuelve a la ciudad, a mis pasos pequeños, pero ya no soy la misma. Porque por primera vez… tengo un padre. Un maestro.
    Me entristece
    1
    1 comentario 1 compartido
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷
    Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin

    La Cachorrita y la Loba

    Ryu y el Primer Encuentro**

    A la mañana siguiente, después del desayuno,
    salgo disparada hacia el castillo Ishtar.

    Tengo una misión:
    demostrarle a Akane lo fuerte que soy.

    En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso
    diciendo “eres una florecilla indestructible”.
    Lo creo.
    Lo siento.
    Y pienso probarlo.

    He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka,
    así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla.
    Así de sencilla soy.

    Pero al llegar al jardín Ishtar,
    en lugar de encontrarme con Akane…

    me estrello contra alguien
    y caigo al suelo de culo.

    Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice:

    Ryu:
    —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita?

    La reconozco al instante.

    En la presentación familiar, cuando todos me miraban
    como sangre fresca, relamiéndose,
    ella fue la única que dio un paso al frente.
    Dijo exactamente:

    “Nadie va a tocar a la cachorrita.”

    Aquello me calmó más que cualquier hechizo.

    Ella me da una paz indescriptible,
    como si su presencia fuera un refugio.
    Así que, sin pensar, le cuento mi plan:

    Lili:
    —¡Voy a buscar a Akane!
    ¡La retaré a un combate y la venceré!

    Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales.

    Ryu:
    —Uuuhh pero qué chica más peligrosa…

    Saca los colmillos y se relame.

    Yo doy un pequeño paso atrás,
    pero intento ponerme firme:

    Lili:
    —¡Así es!
    Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas,
    ¡lo llevo en la sangre!

    Ryu ladea la cabeza,
    y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel,
    lenta, predadora.

    Ryu:
    —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo?
    En ese caso debería eliminarte cuanto antes.

    Mi corazón se me cae a los pies.
    Su cara es macabra,
    sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar,
    y sus garras podrían abrirme en canal.
    Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel.

    Lili:
    —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—!

    Retrocedo, casi llorando,
    mientras ella avanza con pasos lentos.

    Y de pronto,
    cuando creo que va a arrancarme la vida…

    se agacha, me toma de la cara,
    y me besa la frente.

    Caigo sentada de nuevo,
    y Ryu se ríe con ganas.

    Mi cara se vuelve roja como un tomate.
    Cruzo los brazos con un puchero monumental,
    indignada como la cría malcriada que soy.

    Lili:
    —¡No te rías!

    Eso solo hace que se ría más.
    Mucho más.

    Me levanto de golpe
    y me voy andando con un paso exagerado,
    como si desfilara indignada ante el universo.

    A mis espaldas escucho su voz:

    Ryu:
    —Oye… cachorrita.
    Ten cuidado.

    Lo dice con una seriedad
    que no encaja con la burla anterior.
    Es un aviso real.
    Un cuidado sincero.
    Pero también…
    una promesa.

    Mientras sigo andando pienso:

    Se ríe de mí…
    se preocupa por mí…
    ¿Será esta la loca de la familia?

    Y sin saberlo,
    ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 [Ryu] La Cachorrita y la Loba Ryu y el Primer Encuentro** A la mañana siguiente, después del desayuno, salgo disparada hacia el castillo Ishtar. Tengo una misión: demostrarle a Akane lo fuerte que soy. En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso diciendo “eres una florecilla indestructible”. Lo creo. Lo siento. Y pienso probarlo. He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka, así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla. Así de sencilla soy. Pero al llegar al jardín Ishtar, en lugar de encontrarme con Akane… me estrello contra alguien y caigo al suelo de culo. Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice: Ryu: —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita? La reconozco al instante. En la presentación familiar, cuando todos me miraban como sangre fresca, relamiéndose, ella fue la única que dio un paso al frente. Dijo exactamente: “Nadie va a tocar a la cachorrita.” Aquello me calmó más que cualquier hechizo. Ella me da una paz indescriptible, como si su presencia fuera un refugio. Así que, sin pensar, le cuento mi plan: Lili: —¡Voy a buscar a Akane! ¡La retaré a un combate y la venceré! Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales. Ryu: —Uuuhh pero qué chica más peligrosa… Saca los colmillos y se relame. Yo doy un pequeño paso atrás, pero intento ponerme firme: Lili: —¡Así es! Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas, ¡lo llevo en la sangre! Ryu ladea la cabeza, y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel, lenta, predadora. Ryu: —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo? En ese caso debería eliminarte cuanto antes. Mi corazón se me cae a los pies. Su cara es macabra, sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar, y sus garras podrían abrirme en canal. Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel. Lili: —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—! Retrocedo, casi llorando, mientras ella avanza con pasos lentos. Y de pronto, cuando creo que va a arrancarme la vida… se agacha, me toma de la cara, y me besa la frente. Caigo sentada de nuevo, y Ryu se ríe con ganas. Mi cara se vuelve roja como un tomate. Cruzo los brazos con un puchero monumental, indignada como la cría malcriada que soy. Lili: —¡No te rías! Eso solo hace que se ría más. Mucho más. Me levanto de golpe y me voy andando con un paso exagerado, como si desfilara indignada ante el universo. A mis espaldas escucho su voz: Ryu: —Oye… cachorrita. Ten cuidado. Lo dice con una seriedad que no encaja con la burla anterior. Es un aviso real. Un cuidado sincero. Pero también… una promesa. Mientras sigo andando pienso: Se ríe de mí… se preocupa por mí… ¿Será esta la loca de la familia? Y sin saberlo, ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    La Cachorrita y la Loba

    Ryu y el Primer Encuentro**

    A la mañana siguiente, después del desayuno,
    salgo disparada hacia el castillo Ishtar.

    Tengo una misión:
    demostrarle a Akane lo fuerte que soy.

    En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso
    diciendo “eres una florecilla indestructible”.
    Lo creo.
    Lo siento.
    Y pienso probarlo.

    He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka,
    así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla.
    Así de sencilla soy.

    Pero al llegar al jardín Ishtar,
    en lugar de encontrarme con Akane…

    me estrello contra alguien
    y caigo al suelo de culo.

    Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice:

    Ryu:
    —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita?

    La reconozco al instante.

    En la presentación familiar, cuando todos me miraban
    como sangre fresca, relamiéndose,
    ella fue la única que dio un paso al frente.
    Dijo exactamente:

    “Nadie va a tocar a la cachorrita.”

    Aquello me calmó más que cualquier hechizo.

    Ella me da una paz indescriptible,
    como si su presencia fuera un refugio.
    Así que, sin pensar, le cuento mi plan:

    Lili:
    —¡Voy a buscar a Akane!
    ¡La retaré a un combate y la venceré!

    Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales.

    Ryu:
    —Uuuhh pero qué chica más peligrosa…

    Saca los colmillos y se relame.

    Yo doy un pequeño paso atrás,
    pero intento ponerme firme:

    Lili:
    —¡Así es!
    Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas,
    ¡lo llevo en la sangre!

    Ryu ladea la cabeza,
    y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel,
    lenta, predadora.

    Ryu:
    —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo?
    En ese caso debería eliminarte cuanto antes.

    Mi corazón se me cae a los pies.
    Su cara es macabra,
    sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar,
    y sus garras podrían abrirme en canal.
    Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel.

    Lili:
    —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—!

    Retrocedo, casi llorando,
    mientras ella avanza con pasos lentos.

    Y de pronto,
    cuando creo que va a arrancarme la vida…

    se agacha, me toma de la cara,
    y me besa la frente.

    Caigo sentada de nuevo,
    y Ryu se ríe con ganas.

    Mi cara se vuelve roja como un tomate.
    Cruzo los brazos con un puchero monumental,
    indignada como la cría malcriada que soy.

    Lili:
    —¡No te rías!

    Eso solo hace que se ría más.
    Mucho más.

    Me levanto de golpe
    y me voy andando con un paso exagerado,
    como si desfilara indignada ante el universo.

    A mis espaldas escucho su voz:

    Ryu:
    —Oye… cachorrita.
    Ten cuidado.

    Lo dice con una seriedad
    que no encaja con la burla anterior.
    Es un aviso real.
    Un cuidado sincero.
    Pero también…
    una promesa.

    Mientras sigo andando pienso:

    Se ríe de mí…
    se preocupa por mí…
    ¿Será esta la loca de la familia?

    Y sin saberlo,
    ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Me encocora
    Me gusta
    3
    0 comentarios 0 compartidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷

    La Cachorrita y la Loba

    Ryu y el Primer Encuentro**

    A la mañana siguiente, después del desayuno,
    salgo disparada hacia el castillo Ishtar.

    Tengo una misión:
    demostrarle a Akane lo fuerte que soy.

    En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso
    diciendo “eres una florecilla indestructible”.
    Lo creo.
    Lo siento.
    Y pienso probarlo.

    He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka,
    así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla.
    Así de sencilla soy.

    Pero al llegar al jardín Ishtar,
    en lugar de encontrarme con Akane…

    me estrello contra alguien
    y caigo al suelo de culo.

    Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice:

    Ryu:
    —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita?

    La reconozco al instante.

    En la presentación familiar, cuando todos me miraban
    como sangre fresca, relamiéndose,
    ella fue la única que dio un paso al frente.
    Dijo exactamente:

    “Nadie va a tocar a la cachorrita.”

    Aquello me calmó más que cualquier hechizo.

    Ella me da una paz indescriptible,
    como si su presencia fuera un refugio.
    Así que, sin pensar, le cuento mi plan:

    Lili:
    —¡Voy a buscar a Akane!
    ¡La retaré a un combate y la venceré!

    Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales.

    Ryu:
    —Uuuhh pero qué chica más peligrosa…

    Saca los colmillos y se relame.

    Yo doy un pequeño paso atrás,
    pero intento ponerme firme:

    Lili:
    —¡Así es!
    Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas,
    ¡lo llevo en la sangre!

    Ryu ladea la cabeza,
    y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel,
    lenta, predadora.

    Ryu:
    —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo?
    En ese caso debería eliminarte cuanto antes.

    Mi corazón se me cae a los pies.
    Su cara es macabra,
    sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar,
    y sus garras podrían abrirme en canal.
    Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel.

    Lili:
    —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—!

    Retrocedo, casi llorando,
    mientras ella avanza con pasos lentos.

    Y de pronto,
    cuando creo que va a arrancarme la vida…

    se agacha, me toma de la cara,
    y me besa la frente.

    Caigo sentada de nuevo,
    y Ryu se ríe con ganas.

    Mi cara se vuelve roja como un tomate.
    Cruzo los brazos con un puchero monumental,
    indignada como la cría malcriada que soy.

    Lili:
    —¡No te rías!

    Eso solo hace que se ría más.
    Mucho más.

    Me levanto de golpe
    y me voy andando con un paso exagerado,
    como si desfilara indignada ante el universo.

    A mis espaldas escucho su voz:

    Ryu:
    —Oye… cachorrita.
    Ten cuidado.

    Lo dice con una seriedad
    que no encaja con la burla anterior.
    Es un aviso real.
    Un cuidado sincero.
    Pero también…
    una promesa.

    Mientras sigo andando pienso:

    Se ríe de mí…
    se preocupa por mí…
    ¿Será esta la loca de la familia?

    Y sin saberlo,
    ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Relato en Post y comentario de la imagen 🩷 La Cachorrita y la Loba Ryu y el Primer Encuentro** A la mañana siguiente, después del desayuno, salgo disparada hacia el castillo Ishtar. Tengo una misión: demostrarle a Akane lo fuerte que soy. En mi mente sigo escuchando la voz de ese hombre misterioso diciendo “eres una florecilla indestructible”. Lo creo. Lo siento. Y pienso probarlo. He oído que Akane ha luchado contra su hermana Azuka, así que yo voy a hacer lo mismo: retar a Akane y vencerla. Así de sencilla soy. Pero al llegar al jardín Ishtar, en lugar de encontrarme con Akane… me estrello contra alguien y caigo al suelo de culo. Una voz ronca, peligrosa y cómoda como un abrazo oscuro dice: Ryu: —¿A dónde vas tan rápido, cachorrita? La reconozco al instante. En la presentación familiar, cuando todos me miraban como sangre fresca, relamiéndose, ella fue la única que dio un paso al frente. Dijo exactamente: “Nadie va a tocar a la cachorrita.” Aquello me calmó más que cualquier hechizo. Ella me da una paz indescriptible, como si su presencia fuera un refugio. Así que, sin pensar, le cuento mi plan: Lili: —¡Voy a buscar a Akane! ¡La retaré a un combate y la venceré! Ryu abre los ojos con diversión y chispas ferales. Ryu: —Uuuhh pero qué chica más peligrosa… Saca los colmillos y se relame. Yo doy un pequeño paso atrás, pero intento ponerme firme: Lili: —¡Así es! Voy a ser la Queen y la Ishtar más poderosa de todas, ¡lo llevo en la sangre! Ryu ladea la cabeza, y de pronto su expresión cambia a una sonrisa cruel, lenta, predadora. Ryu: —Entonces… ¿vas a ser más poderosa que yo? En ese caso debería eliminarte cuanto antes. Mi corazón se me cae a los pies. Su cara es macabra, sus labios negros y afilados parecen hechos para devorar, y sus garras podrían abrirme en canal. Me mira como si pudiera ver mis huesos moverse bajo la piel. Lili: —P-pero… ¡e-eso es trampa! ¡No-no—! Retrocedo, casi llorando, mientras ella avanza con pasos lentos. Y de pronto, cuando creo que va a arrancarme la vida… se agacha, me toma de la cara, y me besa la frente. Caigo sentada de nuevo, y Ryu se ríe con ganas. Mi cara se vuelve roja como un tomate. Cruzo los brazos con un puchero monumental, indignada como la cría malcriada que soy. Lili: —¡No te rías! Eso solo hace que se ría más. Mucho más. Me levanto de golpe y me voy andando con un paso exagerado, como si desfilara indignada ante el universo. A mis espaldas escucho su voz: Ryu: —Oye… cachorrita. Ten cuidado. Lo dice con una seriedad que no encaja con la burla anterior. Es un aviso real. Un cuidado sincero. Pero también… una promesa. Mientras sigo andando pienso: Se ríe de mí… se preocupa por mí… ¿Será esta la loca de la familia? Y sin saberlo, ese fue el primer hilo que unió mi destino al de ella.
    Me encocora
    2
    1 comentario 2 compartidos
Ver más resultados
Patrocinados