• -Dios mio que resaca, necesito algo de gachas o una sopa que me ayude-dice con un tremendo dolor de cabeza

    -al menos te tengo a ti michi-chan-

    ----lee haneul
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  • 𝕎𝔼𝕃ℂ𝕆𝕄𝔼 𝕋𝕆 𝕋ℍ𝔼 𝔼ℕ𝔻𝔾𝔸𝕄𝔼
    Fandom Supernatural
    Categoría Acción
    ㅤㅤㅤㅤ𝒮𝓉𝒶𝓇𝓉ℯ𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶: DEAN WINCHESTER

    Tres años.
    Habían pasado tres años desde que Claire había vuelto al pasado. Tres años desde que había irrumpido en la vida de los Winchester, tres años desde que casi le provoca un infarto a su madre adoptiva al presentarse en su casa.
    Habían pasado tres años, y habían pasado demasiadas cosas en aquellos tres años. El bunker se había convertido en su hogar. Los hermanos, Castiel y Jack se habían convertido en su familia. Llevaba…. ¿podia ser cierto? Una idea frena los pensamientos de Claire, una idea que hace que todo lo demás se paralice, la mirada azul de la cazadora salta de la extraña e improvisada reunión que se estaba llevando a cabo en el bunker en aquellos momentos, a la pared del mismo, de donde colgaba un calendario realmente cutre, pero que le recordaba y le confirmaba lo que ella buscaba, en pocas horas haría tres años desde que su relación con Dean había comenzado.

    Tres años en los que había llevado a cabo su plan de mantenerlo a salvo. Con más tropiezos y vueltas de las que le gustaría, pero al fin y al cabo el mayor de los hermanos estaba allí, a su lado, respirando.
    Tenía, en todo aquello, que agradecerle a Sam su incondicional ayuda, ya que era el único que sabía la verdadera razón de su viaje, su misión, y le había prometido ayudarle a cumplirla.
    Por el momento, el más alto había cumplido su promesa, incluso cuando parecía imposible, y casi pierden a Dean por su idea de enterrarse vivo en el fondo de Pacifico.
    Si en algún momento había estado tentada de revelarle su secreto, sin duda había sido ese.
    Pero se había mantenido firme y habían superado aquella bala también, y seguía manteniendo una relación con un hombre al que le ocultaba un gran secreto.

    Pero todo aquello, en esos momentos no tenía demasiado importancia, tan solo Claire había disociado ligeramente de la situación que estaban viviendo porque… ¿Cómo no hacerlo? Tenían al puñetero Dios sentado frente a ellos, jugueteando con la radio del bunker (sin tocarla, claro) diciendo que Jack era altamente apocalíptico, y que debia de intervenir.
    Es justamente en ese punto de la conversación en el que Claire vuelve a conectar al cien por cien con la realidad. Justo cuando Chuck señala el “𝑒𝑐𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜𝑟” el único arma, recién salida del horno de la creación capaz de matar a Jack. Pero… ¿a qué precio?

    Los ojos de Claire saltaban, como los de Sam y el mismísimo Dios, de Castiel a Dean, y de vuelta al ángel, mientras son testigos de su discusión.
    En el fondo la rubia estaba de acuerdo con Castiel. ¿Iban a matar a Jack? Había matado a Mary, eso era cierto, y sabía que el dolor y la traición que Dean sentía hablaban por él, pero… ¿no habían hecho ellos, todos los que estaban reunidos allí, cosas terribles a seres queridos en los momentos más bajos? ¿Debían abandonar a Jack de aquella manera?
    No, por mucho que le molestara (y sin contar con el hecho de que si Dean mataba a Jack, morirían ambos) aquella vez estaba del lado de Castiel, y una vez disuelta aquella reunión, va en busca del más mayor para hacerle cambiar de opinion.

    O al menos esa es su intención ya que al llegar a la puerta de la habitación de Dean esta estaba abierta y de ella salían las voces de los dos hermanos.
    Debería haberse ido, debería haber seguido su camino, pero se para justo unos centímetros antes de poder ser vista por Sam quien estaba sentado a los pies de la cama, de cara a la puerta.

    La cazadora se mantiene en silencio, mientras escucha. La salida del más alto la toma por sorpresa por lo repentina, pero de un salto se dispone a seguirlo varios metros hasta que considera que sus voces ya no se podrían escuchar y le frena posando una mano en su brazo.

    — Tienes que pararlo, tienes que quitarle la idea de la cabeza, Sam.

    — Lo dices como si fuera algo sencillo hacer eso, Claire. Conoces a Dean…

    — No se merecen esto, ninguno de los dos, y lo sabes, Jack no es culpable de sus actos, no en este estado, no cuando se sacrificó por nosotros, por Dean y me prometiste que le salvarías a toda costa…

    — ¡Nada! No hay nada que quiera hacer más que salvar a mi hermano, pero no sé cómo hacerlo.

    — La clave está en esa pistola… en el ecualizador.

    No tenía claro que Chuck, que Dios, le permitiera vivir allí, o que le permitiera vivir directamente, no sabía si ella estaba siguiendo el plan del altísimo, o si se había salido de la hoja de ruta y la eliminaría con un chasquido de dedos, al igual que había acabado con el tema de no poder mentir, así de sencillo. Quizás debería haber muerto en aquel mundo, y su escapada había torcido sus planes, hecho que, no tenía duda arreglaría muy pronto.
    Así que le daba lo mismo si se arriesgaba a hacer aquello, las personas más peligrosas eran aquellas que no tenían nada que perder.

    Robaría esa pistola y huiría con ella, sabía que la encontrarían, sabía que Chuck sabría dónde está en todo momento, pero esperaba poder tener una mínima posibilidad de poner aquella creación lejos de Dean.
    Sam estaba distrayendo a Chuck, en la biblioteca, pero cuando Claire llega hasta la sala de mandos, Dean estaba subiendo por las escaleras, y saliendo por la puerta, sin mirar atrás, con la pistola encima, y sin despedirse.

    >> — ¿Puedes ir un poco más deprisa?

    El pie derecho de Claire se hundía hacia delante, presionando un acelerador que no existía. No tenía intención de dejar que aquello pasara, no iba a perder a Jack, y por supuesto no iba a perder a Dean.

    — Voy todo lo deprisa que puedo, ya estamos llegando.

    — Joder Sam. JODER.

    La pareja sale del coche y corre a toda prisa, por la suave pradera del cementerio, gritando el nombre de Dean. Aquello era una puñetera ejecución, Jack estaba arrodillado delante del Winchester esperando su suerte, sin oponer resistencia, sin desatar el terrible apocalipsis prometido… Pero Dean estaba demasiado ciego para verlo, debían llegar antes.

    — ¡DEAN. DEAN PARA! ¡NO LO HAGAS!

    Sam se había parado, casi en seco, porque Dean se lo había pedido, pero ella no tenía intención alguna de hacerle caso, no iba a escucharlo cuando él tampoco la escuchaba a ella. Y lo hubiera conseguido si al pasar por su lado, Sam no la hubiera rodeado con el brazo, frenándola y pegándola contra él.

    — Dean…

    Claire ya no gritaba, la tensión del momento había dejado al mundo entero en silencio, Sam seguía sujetándola, al menos hasta que… hasta que Dean baja el arma, y todos (menos Chuck) parecen volver a respirar de nuevo. En ese momento Sam la libera, y Claire toma posición tras Dean, a su derecha, colocando una mano sobre el hombro masculino y casi hinchándose de orgullo al ver como Dean plantaba cara al puñetero Dios. Y de un segundo para el siguiente… se desata el caos.

    Jack estaba muriendo.
    Dean salta por los aires, aterrizando contra una lápida.
    Sam se adelanta a la idea de Claire y es él quien dispara a Chuck, hiriéndose él mismo en el proceso.
    Claire se agacha sobre Sam, comprobando su estado… y de repente…

    — 𝗕𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻.

    Aquellas palabras se quedan vibrando en el ambiente. Ahora eran cuatro y un cadáver, y era noche cerrada.
    Claire ayuda a Sam a levantarse, y cuando Dean se acerca, coge la mano de este, permitiéndose aquel sencillo gesto entre ambos para confirmar que estaban bien. Algo sencillo y escueto ya que los ojos de todos los allí presentes no podían separarse de Jack y de los horribles agujeros quemados que exhibía donde antes había lucido unos precioso ojos azules.

    Claire había visto demasiadas cosas en su vida, al igual que los Winchester y sin embargo su mano libre había acudido a cubrir su boca, horrorizada ante la imagen del cuerpo de Jack, aquel muchacho que a pesar de no tener alma, había aceptado la muerte a manos de Dean, consciente de sus actos y las consecuencias que ellos acarreaban. Aún sin alma era mucho mejor, mucho más humano que demasiadas personas. No se merecía aquel final.

    — Deberíamos llevarlo a ca— La tenue voz de la rubia se apaga de golpe cuando de pronto toda la tierra comienza a temblar mientras una brecha de fuego abre el suelo en dos, dejando salir de ella almas condenadas. Ven volar unas cuantas, pero lo más preocupante, por mucho que costara creerlo no era eso, si no que las tumbas a su alrededor estaba comenzando, literalmente a explotar y de ella salían cadáveres, decenas y decenas de ellos, rodeándoles.

    Solo entonces Dean suelta su mano, para armarse a él mismo, a su hermano y a Claire con tres picas de hierro.

    Pronto la lucha se vuelve encarnizada, los zombies atacaban en masa, y ellos se esforzaban en tratar de alejarlos.
    Cada uno luchaba solo contra cuatro, cinco o más cuerpos. Claire los apartaba con asco, a base de patadas, empentones y en cuanto tenía un hueco, por pequeño que fuera, les hundía su pica con rabia. Tenía un objetivo, aparte de no morir bajo aquel asedio descompuesto, y era llegar hasta Dean para evitar que él sucumbiera también. Habían llegado hasta allí, y no iba a permitir que el jodido capricho de un mini Dios con complejo de micro pene, acabara con todo su plan.

    Mientras más y más almas seguían sobrevolando el cielo, escapando de la brecha.
    El poder de Castiel acabando con los zombies iluminaba la noche, y los gruñidos y los chasquidos de los huesos y los dientes desnudos de aquellos bichos le revolvían el estómago a Claire.
    La llamada del ángel mientras se echaba al hombro a Jack, se hace escuchar por encima de todo aquel caos, y esta vez es Dean quien quitándole un zombie de encima coge su mano y tira de ella sacándola del circulo que habían creado a su alrededor para poder correr tras Sam, Jack y Cas. “𝑆𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒” había liberado parcialmente el camino, y ahora empalaban muertos mientras corrían hacia lo que claramente era un mausoleo.
    Los cinco (incluyendo a Jack) se precipitan dentro, Sam y Dean cierran la puerta, atrancándola.

    — Perfecto, dos minutos de calma en un puta ratonera. Que alguien haga una marca, acabamos de romper una ley mística del universo.

    Ahí estaba el mal humor de Claire camuflado con un comentario ácido y parcialmente pasota mientras veía a Castiel depositar en el suelo a Jack con el mayor de los cuidados. Tenía las manos cerradas en dos puños, el derecho rodeando aun la pica de hierro, con tanta fuerza que tenía blancos los nudillos.
    Sam pensaba que aquella puerta iba a aguantar, pero Claire, viendo los empujones que daban desde fuera, y la forma en la que, las hojas temblaban contra los goznes, tenía serias dudas, de modo que mientras los hermanos inspeccionaban el lugar, y Castiel se ocupaba de Jack o lo que quedaba de él, ella sube los tres pequeños escalones que hay entre la puerta y ellos, y se coloca allí, como una pobre pero fiera primera línea de defensa si aquellas abominaciones conseguían entrar.


    𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 Hope Mikaelson ‼AU
    ㅤㅤㅤㅤ𝒮𝓉𝒶𝓇𝓉ℯ𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶: [JerkHuntxr] Tres años. Habían pasado tres años desde que Claire había vuelto al pasado. Tres años desde que había irrumpido en la vida de los Winchester, tres años desde que casi le provoca un infarto a su madre adoptiva al presentarse en su casa. Habían pasado tres años, y habían pasado demasiadas cosas en aquellos tres años. El bunker se había convertido en su hogar. Los hermanos, Castiel y Jack se habían convertido en su familia. Llevaba…. ¿podia ser cierto? Una idea frena los pensamientos de Claire, una idea que hace que todo lo demás se paralice, la mirada azul de la cazadora salta de la extraña e improvisada reunión que se estaba llevando a cabo en el bunker en aquellos momentos, a la pared del mismo, de donde colgaba un calendario realmente cutre, pero que le recordaba y le confirmaba lo que ella buscaba, en pocas horas haría tres años desde que su relación con Dean había comenzado. Tres años en los que había llevado a cabo su plan de mantenerlo a salvo. Con más tropiezos y vueltas de las que le gustaría, pero al fin y al cabo el mayor de los hermanos estaba allí, a su lado, respirando. Tenía, en todo aquello, que agradecerle a Sam su incondicional ayuda, ya que era el único que sabía la verdadera razón de su viaje, su misión, y le había prometido ayudarle a cumplirla. Por el momento, el más alto había cumplido su promesa, incluso cuando parecía imposible, y casi pierden a Dean por su idea de enterrarse vivo en el fondo de Pacifico. Si en algún momento había estado tentada de revelarle su secreto, sin duda había sido ese. Pero se había mantenido firme y habían superado aquella bala también, y seguía manteniendo una relación con un hombre al que le ocultaba un gran secreto. Pero todo aquello, en esos momentos no tenía demasiado importancia, tan solo Claire había disociado ligeramente de la situación que estaban viviendo porque… ¿Cómo no hacerlo? Tenían al puñetero Dios sentado frente a ellos, jugueteando con la radio del bunker (sin tocarla, claro) diciendo que Jack era altamente apocalíptico, y que debia de intervenir. Es justamente en ese punto de la conversación en el que Claire vuelve a conectar al cien por cien con la realidad. Justo cuando Chuck señala el “𝑒𝑐𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜𝑟” el único arma, recién salida del horno de la creación capaz de matar a Jack. Pero… ¿a qué precio? Los ojos de Claire saltaban, como los de Sam y el mismísimo Dios, de Castiel a Dean, y de vuelta al ángel, mientras son testigos de su discusión. En el fondo la rubia estaba de acuerdo con Castiel. ¿Iban a matar a Jack? Había matado a Mary, eso era cierto, y sabía que el dolor y la traición que Dean sentía hablaban por él, pero… ¿no habían hecho ellos, todos los que estaban reunidos allí, cosas terribles a seres queridos en los momentos más bajos? ¿Debían abandonar a Jack de aquella manera? No, por mucho que le molestara (y sin contar con el hecho de que si Dean mataba a Jack, morirían ambos) aquella vez estaba del lado de Castiel, y una vez disuelta aquella reunión, va en busca del más mayor para hacerle cambiar de opinion. O al menos esa es su intención ya que al llegar a la puerta de la habitación de Dean esta estaba abierta y de ella salían las voces de los dos hermanos. Debería haberse ido, debería haber seguido su camino, pero se para justo unos centímetros antes de poder ser vista por Sam quien estaba sentado a los pies de la cama, de cara a la puerta. La cazadora se mantiene en silencio, mientras escucha. La salida del más alto la toma por sorpresa por lo repentina, pero de un salto se dispone a seguirlo varios metros hasta que considera que sus voces ya no se podrían escuchar y le frena posando una mano en su brazo. — Tienes que pararlo, tienes que quitarle la idea de la cabeza, Sam. — Lo dices como si fuera algo sencillo hacer eso, Claire. Conoces a Dean… — No se merecen esto, ninguno de los dos, y lo sabes, Jack no es culpable de sus actos, no en este estado, no cuando se sacrificó por nosotros, por Dean y me prometiste que le salvarías a toda costa… — ¡Nada! No hay nada que quiera hacer más que salvar a mi hermano, pero no sé cómo hacerlo. — La clave está en esa pistola… en el ecualizador. No tenía claro que Chuck, que Dios, le permitiera vivir allí, o que le permitiera vivir directamente, no sabía si ella estaba siguiendo el plan del altísimo, o si se había salido de la hoja de ruta y la eliminaría con un chasquido de dedos, al igual que había acabado con el tema de no poder mentir, así de sencillo. Quizás debería haber muerto en aquel mundo, y su escapada había torcido sus planes, hecho que, no tenía duda arreglaría muy pronto. Así que le daba lo mismo si se arriesgaba a hacer aquello, las personas más peligrosas eran aquellas que no tenían nada que perder. Robaría esa pistola y huiría con ella, sabía que la encontrarían, sabía que Chuck sabría dónde está en todo momento, pero esperaba poder tener una mínima posibilidad de poner aquella creación lejos de Dean. Sam estaba distrayendo a Chuck, en la biblioteca, pero cuando Claire llega hasta la sala de mandos, Dean estaba subiendo por las escaleras, y saliendo por la puerta, sin mirar atrás, con la pistola encima, y sin despedirse. >> — ¿Puedes ir un poco más deprisa? El pie derecho de Claire se hundía hacia delante, presionando un acelerador que no existía. No tenía intención de dejar que aquello pasara, no iba a perder a Jack, y por supuesto no iba a perder a Dean. — Voy todo lo deprisa que puedo, ya estamos llegando. — Joder Sam. JODER. La pareja sale del coche y corre a toda prisa, por la suave pradera del cementerio, gritando el nombre de Dean. Aquello era una puñetera ejecución, Jack estaba arrodillado delante del Winchester esperando su suerte, sin oponer resistencia, sin desatar el terrible apocalipsis prometido… Pero Dean estaba demasiado ciego para verlo, debían llegar antes. — ¡DEAN. DEAN PARA! ¡NO LO HAGAS! Sam se había parado, casi en seco, porque Dean se lo había pedido, pero ella no tenía intención alguna de hacerle caso, no iba a escucharlo cuando él tampoco la escuchaba a ella. Y lo hubiera conseguido si al pasar por su lado, Sam no la hubiera rodeado con el brazo, frenándola y pegándola contra él. — Dean… Claire ya no gritaba, la tensión del momento había dejado al mundo entero en silencio, Sam seguía sujetándola, al menos hasta que… hasta que Dean baja el arma, y todos (menos Chuck) parecen volver a respirar de nuevo. En ese momento Sam la libera, y Claire toma posición tras Dean, a su derecha, colocando una mano sobre el hombro masculino y casi hinchándose de orgullo al ver como Dean plantaba cara al puñetero Dios. Y de un segundo para el siguiente… se desata el caos. Jack estaba muriendo. Dean salta por los aires, aterrizando contra una lápida. Sam se adelanta a la idea de Claire y es él quien dispara a Chuck, hiriéndose él mismo en el proceso. Claire se agacha sobre Sam, comprobando su estado… y de repente… — 𝗕𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻. Aquellas palabras se quedan vibrando en el ambiente. Ahora eran cuatro y un cadáver, y era noche cerrada. Claire ayuda a Sam a levantarse, y cuando Dean se acerca, coge la mano de este, permitiéndose aquel sencillo gesto entre ambos para confirmar que estaban bien. Algo sencillo y escueto ya que los ojos de todos los allí presentes no podían separarse de Jack y de los horribles agujeros quemados que exhibía donde antes había lucido unos precioso ojos azules. Claire había visto demasiadas cosas en su vida, al igual que los Winchester y sin embargo su mano libre había acudido a cubrir su boca, horrorizada ante la imagen del cuerpo de Jack, aquel muchacho que a pesar de no tener alma, había aceptado la muerte a manos de Dean, consciente de sus actos y las consecuencias que ellos acarreaban. Aún sin alma era mucho mejor, mucho más humano que demasiadas personas. No se merecía aquel final. — Deberíamos llevarlo a ca— La tenue voz de la rubia se apaga de golpe cuando de pronto toda la tierra comienza a temblar mientras una brecha de fuego abre el suelo en dos, dejando salir de ella almas condenadas. Ven volar unas cuantas, pero lo más preocupante, por mucho que costara creerlo no era eso, si no que las tumbas a su alrededor estaba comenzando, literalmente a explotar y de ella salían cadáveres, decenas y decenas de ellos, rodeándoles. Solo entonces Dean suelta su mano, para armarse a él mismo, a su hermano y a Claire con tres picas de hierro. Pronto la lucha se vuelve encarnizada, los zombies atacaban en masa, y ellos se esforzaban en tratar de alejarlos. Cada uno luchaba solo contra cuatro, cinco o más cuerpos. Claire los apartaba con asco, a base de patadas, empentones y en cuanto tenía un hueco, por pequeño que fuera, les hundía su pica con rabia. Tenía un objetivo, aparte de no morir bajo aquel asedio descompuesto, y era llegar hasta Dean para evitar que él sucumbiera también. Habían llegado hasta allí, y no iba a permitir que el jodido capricho de un mini Dios con complejo de micro pene, acabara con todo su plan. Mientras más y más almas seguían sobrevolando el cielo, escapando de la brecha. El poder de Castiel acabando con los zombies iluminaba la noche, y los gruñidos y los chasquidos de los huesos y los dientes desnudos de aquellos bichos le revolvían el estómago a Claire. La llamada del ángel mientras se echaba al hombro a Jack, se hace escuchar por encima de todo aquel caos, y esta vez es Dean quien quitándole un zombie de encima coge su mano y tira de ella sacándola del circulo que habían creado a su alrededor para poder correr tras Sam, Jack y Cas. “𝑆𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒” había liberado parcialmente el camino, y ahora empalaban muertos mientras corrían hacia lo que claramente era un mausoleo. Los cinco (incluyendo a Jack) se precipitan dentro, Sam y Dean cierran la puerta, atrancándola. — Perfecto, dos minutos de calma en un puta ratonera. Que alguien haga una marca, acabamos de romper una ley mística del universo. Ahí estaba el mal humor de Claire camuflado con un comentario ácido y parcialmente pasota mientras veía a Castiel depositar en el suelo a Jack con el mayor de los cuidados. Tenía las manos cerradas en dos puños, el derecho rodeando aun la pica de hierro, con tanta fuerza que tenía blancos los nudillos. Sam pensaba que aquella puerta iba a aguantar, pero Claire, viendo los empujones que daban desde fuera, y la forma en la que, las hojas temblaban contra los goznes, tenía serias dudas, de modo que mientras los hermanos inspeccionaban el lugar, y Castiel se ocupaba de Jack o lo que quedaba de él, ella sube los tres pequeños escalones que hay entre la puerta y ellos, y se coloca allí, como una pobre pero fiera primera línea de defensa si aquellas abominaciones conseguían entrar. 𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 [thetribrid]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Más personajes de honkai y cualquier otro gacha, Please
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  • ──── ¿Saben lo que necesita esta sociedad? ¡PUERTAS MAS GRANDES! Estoy cansado de casi tener que agacharme para pasar, la última vez me golpee con el marco de la puerta en la cabeza. Inclusión, por favor. ──── Odia ser alto debido a su condición. (2.37 cm) [?]
    ──── ¿Saben lo que necesita esta sociedad? ¡PUERTAS MAS GRANDES! Estoy cansado de casi tener que agacharme para pasar, la última vez me golpee con el marco de la puerta en la cabeza. Inclusión, por favor. ──── Odia ser alto debido a su condición. (2.37 cm) [?]
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  • —¿Estás bien? Vi que resbalaste.

    Se agachaba un poco para observarte desde arriba.
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  • La investigación
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    -Falto un solo día y siempre pasan estas cosas.
    Suspire fuerte mientras me comía mi pan con la cabeza agachada, mi grupo de amigas se estaba riendo.
    -Siempre pasa algo y tu faltas porque te paso algo peor... Igual, que mal que te hayan robado, ahora no puedes andar distraída en la calle, siempre lo haces.
    Solo la mire con una pequeña mueca, si había sido robada y de hecho tenía un ojo morado pero no fue por estar distraída en la calle.

    -bueno, pero lo importante es que estas viva y con nosotros además yo tengo tus papelitos. Que la profe nos hizo sacar papeles al azar para saber a que tema nos toca y también nos dio recomendaciones.

    Abril me dio los papeles con una sonrisa, yo los abrí un poco confundida mientras que mi grupo de amigas también los veian con la misma expresión.

    -¿es normal que no tenga el nombre de la persona que me tiene que ayudar?
    -de hecho no, todos los papelitos que nos salio a nosotras eran de algunos profesores.

    Suspire aún más fastidiada. Cuando terminaron las clases le fui a pedir una guía a la profesora de la materia. Ella dijo que era una persona que tenía un conocimiento fascinante, pero no sabía si iba a estar dispuesto a ayudarme. Era mejor que lo fuera a visitar directamente que llamarlo, se me olvidó mencionar que en este famoso papelitos solo estaba su apellido y su dirección.

    Por fin llegó el viernes después de clase y mientras que toda la universidad salía de fiesta yo fui a la otra punta de la ciudad a buscar la persona que me ayudaría con esta investigación sobre la edad antigua y la esclavitud. Mientras que miraba el paisaje que pasaba de ser el típico urbano moderno paso a ser más antiguas las contrucciones pero más orgánicas y hermosas. Al llegar a la casa toque el timbre y me aleje un poco de la puerta para mirar hacia el parque que estaba justo al frente, era hermoso y trasmitía paz, la vista afloraba mi creatividad que la necesitaba más que nunca porque tenía un tema en mente sobre el tema que me había aparecido en los papelitos, pero no tenía idea que hacer. Cuando pasaron aproximadamente 5 minutos y con las ideas más claras volví a tocar el timbre pero esta vez me quedé esperando frente a la puerta, tenia el presentimiento de que no me iban a abrir y mi ceño se frunció solo de pensarlo. @[Samael_rp]
    -Falto un solo día y siempre pasan estas cosas. Suspire fuerte mientras me comía mi pan con la cabeza agachada, mi grupo de amigas se estaba riendo. -Siempre pasa algo y tu faltas porque te paso algo peor... Igual, que mal que te hayan robado, ahora no puedes andar distraída en la calle, siempre lo haces. Solo la mire con una pequeña mueca, si había sido robada y de hecho tenía un ojo morado pero no fue por estar distraída en la calle. -bueno, pero lo importante es que estas viva y con nosotros además yo tengo tus papelitos. Que la profe nos hizo sacar papeles al azar para saber a que tema nos toca y también nos dio recomendaciones. Abril me dio los papeles con una sonrisa, yo los abrí un poco confundida mientras que mi grupo de amigas también los veian con la misma expresión. -¿es normal que no tenga el nombre de la persona que me tiene que ayudar? -de hecho no, todos los papelitos que nos salio a nosotras eran de algunos profesores. Suspire aún más fastidiada. Cuando terminaron las clases le fui a pedir una guía a la profesora de la materia. Ella dijo que era una persona que tenía un conocimiento fascinante, pero no sabía si iba a estar dispuesto a ayudarme. Era mejor que lo fuera a visitar directamente que llamarlo, se me olvidó mencionar que en este famoso papelitos solo estaba su apellido y su dirección. Por fin llegó el viernes después de clase y mientras que toda la universidad salía de fiesta yo fui a la otra punta de la ciudad a buscar la persona que me ayudaría con esta investigación sobre la edad antigua y la esclavitud. Mientras que miraba el paisaje que pasaba de ser el típico urbano moderno paso a ser más antiguas las contrucciones pero más orgánicas y hermosas. Al llegar a la casa toque el timbre y me aleje un poco de la puerta para mirar hacia el parque que estaba justo al frente, era hermoso y trasmitía paz, la vista afloraba mi creatividad que la necesitaba más que nunca porque tenía un tema en mente sobre el tema que me había aparecido en los papelitos, pero no tenía idea que hacer. Cuando pasaron aproximadamente 5 minutos y con las ideas más claras volví a tocar el timbre pero esta vez me quedé esperando frente a la puerta, tenia el presentimiento de que no me iban a abrir y mi ceño se frunció solo de pensarlo. @[Samael_rp]
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ「 𝚜𝚒𝚗 𝚝𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 」

    ㅤA veces repasaba las palabras que uno de los uniformados le había escupido en la cara el primer día.

    —¡𝙰𝚚𝚞𝚒 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚒𝚝𝚊 𝚜𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚍𝚘𝚜 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜:
    "𝚜𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛"! ¿𝙴𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘, 𝚛𝚊𝚜𝚘?

    —¡𝚂𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛!

    ㅤ"𝘕𝘰 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘮𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘣𝘰𝘧𝘪𝘤𝘪𝘢𝘭", había pensado Bobby.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ؁ㅤ

    ㅤSobre su infancia es poco lo que se sabe. Él siempre fue reservado en ese aspecto pero los foros de internet dicen que se crió en Los Angeles, Californa.

    ㅤLo que sí se sabe es que se enlistó en el ejercito después del escándalo. Algo que nadie hubiera esperado de una estrella de rock. Fue una decisión impulsiva, casi absurda pero que en su mente tenía sentido.

    ㅤEn las filas sintió que por momentos crecía, que maduraba. Como si las botas pesadas y los días repetitivos lograran darle más carácter de una forma que el alcohol, las drogas y las giras no podían.

    ㅤEn esos dos años que duró el servicio, lejos de los escenarios y de la vida nocturna, aprendió cosas nuevas: a tener una buena higiene del sueño, a leer más y mejor, a controlar el impulso de responder con sarcasmo cuando alguien le alzaba la voz y a despojarse el ego que tanto se le había inflado. Se fue buscando algo que lo sacara de sí mismo y que le pusiera orden al caos que llevaba a cuestas y lo había logrado.

    ㅤEso al principio... porque a medida que pasaba el tiempo se dio cuenta de que esa estructura rígida lo apagaba por dentro.

    ㅤLe producía asco las jerarquías, seguir ordenes sin objetarse y tener que callar la opinión ante los abusos –que eran constantes– solo para mantener la cadena de mando.

    ㅤEl respeto impuesto no tenía valor para Bobby. Así que, aunque se volvió más centrado y con una disciplina que aún lo sorprende, también se fortaleció el rechazo que sentía ante todo lo que apestara a control y a autoridad.

    ㅤEl ejercito no lo domó, solo reafirmó algo que ya intuía desde joven: Bobby no estaba hecho para agachar la cabeza ante nadie.
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ「 𝚜𝚒𝚗 𝚝𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 」 ㅤA veces repasaba las palabras que uno de los uniformados le había escupido en la cara el primer día. —¡𝙰𝚚𝚞𝚒 𝚜𝚘𝚕𝚘 𝚗𝚎𝚌𝚎𝚜𝚒𝚝𝚊 𝚜𝚊𝚋𝚎𝚛 𝚍𝚘𝚜 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜: "𝚜𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛"! ¿𝙴𝚗𝚝𝚎𝚗𝚍𝚒𝚍𝚘, 𝚛𝚊𝚜𝚘? —¡𝚂𝚒, 𝚜𝚎ñ𝚘𝚛! ㅤ"𝘕𝘰 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘮𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘴𝘶𝘣𝘰𝘧𝘪𝘤𝘪𝘢𝘭", había pensado Bobby. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ؁ㅤ ㅤSobre su infancia es poco lo que se sabe. Él siempre fue reservado en ese aspecto pero los foros de internet dicen que se crió en Los Angeles, Californa. ㅤLo que sí se sabe es que se enlistó en el ejercito después del escándalo. Algo que nadie hubiera esperado de una estrella de rock. Fue una decisión impulsiva, casi absurda pero que en su mente tenía sentido. ㅤEn las filas sintió que por momentos crecía, que maduraba. Como si las botas pesadas y los días repetitivos lograran darle más carácter de una forma que el alcohol, las drogas y las giras no podían. ㅤEn esos dos años que duró el servicio, lejos de los escenarios y de la vida nocturna, aprendió cosas nuevas: a tener una buena higiene del sueño, a leer más y mejor, a controlar el impulso de responder con sarcasmo cuando alguien le alzaba la voz y a despojarse el ego que tanto se le había inflado. Se fue buscando algo que lo sacara de sí mismo y que le pusiera orden al caos que llevaba a cuestas y lo había logrado. ㅤEso al principio... porque a medida que pasaba el tiempo se dio cuenta de que esa estructura rígida lo apagaba por dentro. ㅤLe producía asco las jerarquías, seguir ordenes sin objetarse y tener que callar la opinión ante los abusos –que eran constantes– solo para mantener la cadena de mando. ㅤEl respeto impuesto no tenía valor para Bobby. Así que, aunque se volvió más centrado y con una disciplina que aún lo sorprende, también se fortaleció el rechazo que sentía ante todo lo que apestara a control y a autoridad. ㅤEl ejercito no lo domó, solo reafirmó algo que ya intuía desde joven: Bobby no estaba hecho para agachar la cabeza ante nadie.
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  • Emi se encontraba ligeramente agachada, con su blusa celeste de puntos negros que caía suavemente sobre sus hombros, y su falda blanca ondeando ligeramente con el viento. Su expresión era radiante, una sonrisa de felicidad y complicidad mientras levantaba los dedos en un gesto de paz, casi como si estuviera invitando a la cámara a unirse a su buen ánimo.

    El chico detrás de ella estaba tan cerca que su torso podía verse claramente en la foto, pero su rostro quedaba fuera del encuadre. Su mano descansaba con suavidad sobre un costado de su cabeza, en un gesto tierno pero posesivo, como si quisiera mantenerla cerca en ese momento. En su otra mano, levantó el pulgar, dejando claro que el momento era perfecto, como si estuviera dando su aprobación a la imagen que se estaba capturando.

    El fotógrafo, un tercero que había capturado ese momento, seguramente no podía evitar notar la conexión entre ellos, la forma en que Emi sonreía con una picardía sutil, y cómo la cercanía de su compañero no hacía más que aumentar la calidez de la imagen. Mientras la cámara capturaba la esencia de esa escena, Emi no podía evitar sentirse más conectada con él, disfrutando de ese instante único que quedaría grabado para siempre.
    Emi se encontraba ligeramente agachada, con su blusa celeste de puntos negros que caía suavemente sobre sus hombros, y su falda blanca ondeando ligeramente con el viento. Su expresión era radiante, una sonrisa de felicidad y complicidad mientras levantaba los dedos en un gesto de paz, casi como si estuviera invitando a la cámara a unirse a su buen ánimo. El chico detrás de ella estaba tan cerca que su torso podía verse claramente en la foto, pero su rostro quedaba fuera del encuadre. Su mano descansaba con suavidad sobre un costado de su cabeza, en un gesto tierno pero posesivo, como si quisiera mantenerla cerca en ese momento. En su otra mano, levantó el pulgar, dejando claro que el momento era perfecto, como si estuviera dando su aprobación a la imagen que se estaba capturando. El fotógrafo, un tercero que había capturado ese momento, seguramente no podía evitar notar la conexión entre ellos, la forma en que Emi sonreía con una picardía sutil, y cómo la cercanía de su compañero no hacía más que aumentar la calidez de la imagen. Mientras la cámara capturaba la esencia de esa escena, Emi no podía evitar sentirse más conectada con él, disfrutando de ese instante único que quedaría grabado para siempre.
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  • "Caminando con los Muertos" (Extra)

    Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor.

    El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos.

    Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura.

    La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto...

    El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma.

    — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora.

    Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla.
    En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó.

    El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano.

    Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá.

    — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas.

    La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana.

    Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible.

    La hija regresa junto a su verdadera madre.

    El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada.

    El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos.

    Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas.

    El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen.

    Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos.

    El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca.

    Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior.

    El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar?

    Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta.

    #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
    "Caminando con los Muertos" (Extra) Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor. El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos. Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura. La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto... El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma. — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora. Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla. En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó. El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano. Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá. — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas. La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana. Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible. La hija regresa junto a su verdadera madre. El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada. El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos. Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas. El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen. Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos. El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca. Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior. El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar? Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta. #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
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  • ㅤㅤ[ Flashback | ℑ'𝔩𝔩 𝔭𝔯𝔞ꪗ 𝔣𝔬𝔯 ꪗ𝔬𝔲, 𝔥𝔲𝔫 ✃𓄧꒷꒦ ]

    Las luces parpadeaban por todo el estadio en tonos rojos muy fuertes que a veces cambiaban a blancas. Bobby tenía los dedos como poseídos por fuego pasando de un acorde a otro con la naturalidad de quien lleva años tocando la guitarra como él lo llevaba haciendo. Sacudía la cabeza con fuerza sin perder una sola nota y se movía en el escenario con un carisma arrollador.

    ㅤEl bajo le retumbaba en el pecho y los golpes de la batería en el oído. Bobby estaba en donde sentía que pertenecía: en el escenario con su banda.

    —♪¡𝙄𝙧𝙚 𝙖𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤…!
    —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤!

    ㅤGritaba Lena, la vocalista principal, en el micrófono, y los fans le gritaban en coro de vuelta.

    —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙚𝙡𝙚𝙗𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙚𝙧 𝙮𝙤 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙖!

    ㅤEsa línea era el coro de 𝘙𝘰𝘤𝘬𝘴𝘵𝘢𝘳, la canción más exitosa que tenía Zona Zero. Una canción contra la industria y las expectativas.

    ㅤBobby se colocó a su lado para el coro y compartieron el micrófono sin pensarlo, como lo hacían siempre. Entre canción y canción se rozaban, se empujaban y se reían descaradamente. La química entre ellos era palpable y cuando se miraban a los ojos salía una tensión eléctrica que los fans adoraban y que liberaban detrás de escenas a escondidas de todos en forma de fuego y pasión. Bobby no cantaba con técnica como Lena, pero su voz rasposa encajaba perfecto en los coros.

    —♪𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! 𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! —Coreaba la pareja con los fans. Todos saltaban, empapados de sudor y de euforia absoluta.
    ㅤEntre salto y salto Bobby se agachaba para chocar los puños con los de primera fila que se apretaban contra la valla para verlo más de cerca y él les sonreía mostrando los dientes con el ego inflado.

    ㅤBobby no lo sabía pero esa era una de las últimas veces que tocarían juntos con tanta emoción. Después vendría el escándalo: la pelea en el after, las declaraciones, las culpas, las indirectas incluso en el escenario y finalmente su expulsión de la banda.

    ㅤLa prensa comenzaría a despedazarlo y los fans se iban a dividir… pero ahí, en ese instante y espacio, él sentía que el mundo entero coreaba la canción que había escrito, no existía un Bobby en crisis. Existía un Bobby completo.

    ㅤMas adelante se daría cuenta pero esa noche sería la última vez que haría eso para lo que había nacido: tocar con toda su alma.
    ㅤJusto ahí Bobby había sido una estrella de rock en todo el sentido de la palabra.

    ㅤㅤ[ Flashback | ℑ'𝔩𝔩 𝔭𝔯𝔞ꪗ 𝔣𝔬𝔯 ꪗ𝔬𝔲, 𝔥𝔲𝔫 ✃𓄧꒷꒦ ] Las luces parpadeaban por todo el estadio en tonos rojos muy fuertes que a veces cambiaban a blancas. Bobby tenía los dedos como poseídos por fuego pasando de un acorde a otro con la naturalidad de quien lleva años tocando la guitarra como él lo llevaba haciendo. Sacudía la cabeza con fuerza sin perder una sola nota y se movía en el escenario con un carisma arrollador. ㅤEl bajo le retumbaba en el pecho y los golpes de la batería en el oído. Bobby estaba en donde sentía que pertenecía: en el escenario con su banda. —♪¡𝙄𝙧𝙚 𝙖𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤…! —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤! ㅤGritaba Lena, la vocalista principal, en el micrófono, y los fans le gritaban en coro de vuelta. —♪¡𝘼𝙡 𝙞𝙣𝙛𝙞𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙘𝙚𝙡𝙚𝙗𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙨𝙚𝙧 𝙮𝙤 𝙢𝙞𝙨𝙢𝙖! ㅤEsa línea era el coro de 𝘙𝘰𝘤𝘬𝘴𝘵𝘢𝘳, la canción más exitosa que tenía Zona Zero. Una canción contra la industria y las expectativas. ㅤBobby se colocó a su lado para el coro y compartieron el micrófono sin pensarlo, como lo hacían siempre. Entre canción y canción se rozaban, se empujaban y se reían descaradamente. La química entre ellos era palpable y cuando se miraban a los ojos salía una tensión eléctrica que los fans adoraban y que liberaban detrás de escenas a escondidas de todos en forma de fuego y pasión. Bobby no cantaba con técnica como Lena, pero su voz rasposa encajaba perfecto en los coros. —♪𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! 𝙍𝙤𝙘𝙠𝙨𝙩𝙖𝙧! —Coreaba la pareja con los fans. Todos saltaban, empapados de sudor y de euforia absoluta. ㅤEntre salto y salto Bobby se agachaba para chocar los puños con los de primera fila que se apretaban contra la valla para verlo más de cerca y él les sonreía mostrando los dientes con el ego inflado. ㅤBobby no lo sabía pero esa era una de las últimas veces que tocarían juntos con tanta emoción. Después vendría el escándalo: la pelea en el after, las declaraciones, las culpas, las indirectas incluso en el escenario y finalmente su expulsión de la banda. ㅤLa prensa comenzaría a despedazarlo y los fans se iban a dividir… pero ahí, en ese instante y espacio, él sentía que el mundo entero coreaba la canción que había escrito, no existía un Bobby en crisis. Existía un Bobby completo. ㅤMas adelante se daría cuenta pero esa noche sería la última vez que haría eso para lo que había nacido: tocar con toda su alma. ㅤJusto ahí Bobby había sido una estrella de rock en todo el sentido de la palabra.
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