• Ocasionalmente me quedo mirando al vacío, pero no estoy mirando el presente.
    Estoy mirando a Jan gritar sin mandíbula. A Elias con la mirada fija, como si todavía siguiera vivo o a Richard decir como un mantra "Dios nos abandonó" Mientras sangre negra sale de entre su uniforme.

    Los veo caer una y otra vez, cada vez que cierro los ojos. Cada vez que alguien en la calle levanta la voz.
    Cada vez que huelo el metal quemado o siento temblar el suelo.

    No puedo explicarlo. No quiero explicarlo.
    Sólo sé que, cuando me quedo quieto… la guerra regresa.
    Mis muertos me miran desde la sombra de cada pared blanca.

    Dormir no es descansar.
    Es una lucha.

    Mi cuerpo se olvida de respirar. Me despierto jadeante, con el corazón como un martillo contra mi fragil cuerpo.
    Sueño que estoy bajo de la tierra en las trincheras de vez en cuando. De vez en cuando, hay fuego.
    Y de vez en cuando, cuando finalmente logro dormir, un condenado ruido lo arruina todo:
    una moto, un grito, un portazo… y vuelvo a ese lugar. Al frente. Al caos.

    Me cuesta salir de ahí.

    Los perros me ponen tenso.
    No los odio… pero no puedo evitarlo. Sus ladridos me atraviesan como un disparo,
    hay algo en su mirada —cuando fijan los ojos, cuando corren sin aviso—
    me recuerda a cosas que preferiría enterrar.

    No le cuento esto a nadie.
    No quiero lástima.
    Solo… a veces, me gustaría poder dormir sin luchar.
    Sin sobresaltos.
    Sin fantasmas.
    Sin el miedo de no despertar… o peor, de despertar en el infierno de nuevo.
    Ocasionalmente me quedo mirando al vacío, pero no estoy mirando el presente. Estoy mirando a Jan gritar sin mandíbula. A Elias con la mirada fija, como si todavía siguiera vivo o a Richard decir como un mantra "Dios nos abandonó" Mientras sangre negra sale de entre su uniforme. Los veo caer una y otra vez, cada vez que cierro los ojos. Cada vez que alguien en la calle levanta la voz. Cada vez que huelo el metal quemado o siento temblar el suelo. No puedo explicarlo. No quiero explicarlo. Sólo sé que, cuando me quedo quieto… la guerra regresa. Mis muertos me miran desde la sombra de cada pared blanca. Dormir no es descansar. Es una lucha. Mi cuerpo se olvida de respirar. Me despierto jadeante, con el corazón como un martillo contra mi fragil cuerpo. Sueño que estoy bajo de la tierra en las trincheras de vez en cuando. De vez en cuando, hay fuego. Y de vez en cuando, cuando finalmente logro dormir, un condenado ruido lo arruina todo: una moto, un grito, un portazo… y vuelvo a ese lugar. Al frente. Al caos. Me cuesta salir de ahí. Los perros me ponen tenso. No los odio… pero no puedo evitarlo. Sus ladridos me atraviesan como un disparo, hay algo en su mirada —cuando fijan los ojos, cuando corren sin aviso— me recuerda a cosas que preferiría enterrar. No le cuento esto a nadie. No quiero lástima. Solo… a veces, me gustaría poder dormir sin luchar. Sin sobresaltos. Sin fantasmas. Sin el miedo de no despertar… o peor, de despertar en el infierno de nuevo.
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  • Cuando Iluna salió con un suéter que parecía hecho para alguien tres veces más grande, la calle estaba tan desierta que hasta los fantasmas parecían haberse ido a dormir.

    — Otra noche de: Iluna vs el insomnio, ¿Quien ganó está vez? El insomnio, claro —murmuró, hablando sola porque, bueno, ¿quien más iba a escuchar sus monólogos a estas horas?. Rune estaba demasiado ocupado durmiendo (o planeando como dominar el mundo, quién sabe).

    Un bache traicionero apareció bajo sus pies, pero ella se salvó de caer de cara con una pirueta torpe que terminó en un zapatazo contra el suelo.

    — Si esto fuera una peli de terror, este sería el momento donde aparece el asesino... —murmuró, mirando alrededor con una sonrisa cansada— Pero como es mi vida, solo habrá un gato callejero que me juzgue y un story en instagram con un "casi morí lol".

    El viento sopló, llevándose su risa.

    — De todos modos, si muero me gustaría un epitafio que diga "Murió como vivió: tropezando con sus propios pies y culpando a Mercurio Retrogrado"... y que Rune herede todo, menos mi deuda de la uni y del arriendo.
    Cuando Iluna salió con un suéter que parecía hecho para alguien tres veces más grande, la calle estaba tan desierta que hasta los fantasmas parecían haberse ido a dormir. — Otra noche de: Iluna vs el insomnio, ¿Quien ganó está vez? El insomnio, claro —murmuró, hablando sola porque, bueno, ¿quien más iba a escuchar sus monólogos a estas horas?. Rune estaba demasiado ocupado durmiendo (o planeando como dominar el mundo, quién sabe). Un bache traicionero apareció bajo sus pies, pero ella se salvó de caer de cara con una pirueta torpe que terminó en un zapatazo contra el suelo. — Si esto fuera una peli de terror, este sería el momento donde aparece el asesino... —murmuró, mirando alrededor con una sonrisa cansada— Pero como es mi vida, solo habrá un gato callejero que me juzgue y un story en instagram con un "casi morí lol". El viento sopló, llevándose su risa. — De todos modos, si muero me gustaría un epitafio que diga "Murió como vivió: tropezando con sus propios pies y culpando a Mercurio Retrogrado"... y que Rune herede todo, menos mi deuda de la uni y del arriendo.
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  • Fueron tres guerras que marcaron gran parte de mi adolescencia y los comienzos de mi adultes. La tercera guerra no fue la más cruel, pero sí la más vacía. Ya no luchábamos por recuperar nada. Solo peleábamos para que el silencio no nos tragara por completo. Para no olvidar los nombres.

    Camino entre huesos blanqueados por el sol. Algunos aún llevan restos de estandartes desgarrados, otros nada. Cruzamos este valle hace años. Yo era uno más entre miles. Ahora solo soy uno o quizá alguien mas se salvó. Recuerdo bien la primera. Era joven, torpe aún pensaba que la justicia era una espada brillante y un escudo alto. Creí que luchar era suficiente para proteger. Salí de esa guerra con sangre en las manos y llamas en la mirada.

    La segunda fue peor. Ya no peleábamos por honra, sino por sobrevivir. Vi morir a mi padre con una lanza en el pecho, mientras me gritaba que no lo mirara. No pude obedecerlo.

    Pero fue en la tercera donde realmente morí. Mi reino ya no existía. Sus banderas se habían convertido en cenizas, y sus castillos en polvo. No luchaba por un reino. Luchaba por los fantasmas de uno.
    Me detengo frente a una cruz improvisada. El símbolo de nuestro árbol, tallado torpemente en madera vieja. Mis dedos lo rozan. Aún ardía… aunque ya no quedaba fuego.

    ¿Qué soy ahora? Un caballero sin causa. Un faro apagado. Un recuerdo caminante de una tierra que el mundo decidió olvidar. Pero mientras respire, seguiré nombrando lo que fue. No dejaré que nos borren tan fácil.
    Fueron tres guerras que marcaron gran parte de mi adolescencia y los comienzos de mi adultes. La tercera guerra no fue la más cruel, pero sí la más vacía. Ya no luchábamos por recuperar nada. Solo peleábamos para que el silencio no nos tragara por completo. Para no olvidar los nombres. Camino entre huesos blanqueados por el sol. Algunos aún llevan restos de estandartes desgarrados, otros nada. Cruzamos este valle hace años. Yo era uno más entre miles. Ahora solo soy uno o quizá alguien mas se salvó. Recuerdo bien la primera. Era joven, torpe aún pensaba que la justicia era una espada brillante y un escudo alto. Creí que luchar era suficiente para proteger. Salí de esa guerra con sangre en las manos y llamas en la mirada. La segunda fue peor. Ya no peleábamos por honra, sino por sobrevivir. Vi morir a mi padre con una lanza en el pecho, mientras me gritaba que no lo mirara. No pude obedecerlo. Pero fue en la tercera donde realmente morí. Mi reino ya no existía. Sus banderas se habían convertido en cenizas, y sus castillos en polvo. No luchaba por un reino. Luchaba por los fantasmas de uno. Me detengo frente a una cruz improvisada. El símbolo de nuestro árbol, tallado torpemente en madera vieja. Mis dedos lo rozan. Aún ardía… aunque ya no quedaba fuego. ¿Qué soy ahora? Un caballero sin causa. Un faro apagado. Un recuerdo caminante de una tierra que el mundo decidió olvidar. Pero mientras respire, seguiré nombrando lo que fue. No dejaré que nos borren tan fácil.
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  • Melinoë y lo susurros
    Fandom Antigua Grecia
    Categoría Slice of Life
    El Inframundo callaba a cada paso que ella daba. No era su señora, no era su dueña, pero su sola presencia hacia a las almas inclinarse ante la princesa del reino de las sombras.

    Melinoe había encontrado refugio en un rincón justo donde el río Lete hacía un giro suave y las almas no recordaban lo suficiente como para interrumpirla. La luz de unas velas flotaba sin llama, alimentadas por su voluntad, y el aire olía a hojas secas, tinta antigua y algo dulce, como lirios marchitos.


    Vestía su forma más suave, la más etérea, como un suspiro con voz. No parecía caminar, sino flotar entre las grandes piedras que rodeaban el cause del Lete, con los pies apenas rozando el suelo. Sus dedos iban acariciando el contorno de su ya acostumbrado velo blanco que la cubría de las miradas curiosas de los mortales que aun no se hundían en las aguas del olvido.

    Su tarea era simple, guiar a las almas perdidas, esas que no podían saltar al rio por miedo a dejar ir sus recuerdos, esas que se perdían en el camino y respondían solo ante la diosa de los fantasmas.


    Ella estaba tranquila a la esperar de que algo o alguien que se atreviera a rompiera la quietud.

    Aunque nunca lo admitiría, la eternidad también puede sentirse sola.
    El Inframundo callaba a cada paso que ella daba. No era su señora, no era su dueña, pero su sola presencia hacia a las almas inclinarse ante la princesa del reino de las sombras. Melinoe había encontrado refugio en un rincón justo donde el río Lete hacía un giro suave y las almas no recordaban lo suficiente como para interrumpirla. La luz de unas velas flotaba sin llama, alimentadas por su voluntad, y el aire olía a hojas secas, tinta antigua y algo dulce, como lirios marchitos. Vestía su forma más suave, la más etérea, como un suspiro con voz. No parecía caminar, sino flotar entre las grandes piedras que rodeaban el cause del Lete, con los pies apenas rozando el suelo. Sus dedos iban acariciando el contorno de su ya acostumbrado velo blanco que la cubría de las miradas curiosas de los mortales que aun no se hundían en las aguas del olvido. Su tarea era simple, guiar a las almas perdidas, esas que no podían saltar al rio por miedo a dejar ir sus recuerdos, esas que se perdían en el camino y respondían solo ante la diosa de los fantasmas. Ella estaba tranquila a la esperar de que algo o alguien que se atreviera a rompiera la quietud. Aunque nunca lo admitiría, la eternidad también puede sentirse sola.
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    Ghostbusters (películas + Afterlife) Crossovers bienvenidos
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    La Agencia R.P. – Realidades Paralelas busca archivos vivos... o muertos.
    ¿Fuiste testigo de una ruptura entre planos? ¿Un experimento que no salió como debía? ¿Tu personaje tiene historial con la actividad psicoespiritual? Este clasificado es tu pase directo a conexiones oscuras, tramas cargadas de misterio y vínculos con la nueva generación de cazadores y sensitivos.

    Estamos buscando:
    — Nuevos miembros para la Agencia.
    — Fantasmas errantes con historia.
    — Parientes, rivales o aliados de la familia Venkman.
    — Entidades conectadas a los errores del pasado.
    — Niños sensibles al velo entre mundos.
    — Entes u OCs con relación a portales, entidades antiguas, o artefactos malditos.

    Escribí tu ficha con coherencia, vibes estéticas y algo que nos deje con escalofríos. No aceptamos personajes sobrepoderosos sin lógica ni sentido narrativo. Cualquier interacción debe tener fundamento. Aquí, hasta los espectros tienen reglas.
    La Agencia R.P. – Realidades Paralelas busca archivos vivos... o muertos. ¿Fuiste testigo de una ruptura entre planos? ¿Un experimento que no salió como debía? ¿Tu personaje tiene historial con la actividad psicoespiritual? Este clasificado es tu pase directo a conexiones oscuras, tramas cargadas de misterio y vínculos con la nueva generación de cazadores y sensitivos. Estamos buscando: — Nuevos miembros para la Agencia. — Fantasmas errantes con historia. — Parientes, rivales o aliados de la familia Venkman. — Entidades conectadas a los errores del pasado. — Niños sensibles al velo entre mundos. — Entes u OCs con relación a portales, entidades antiguas, o artefactos malditos. Escribí tu ficha con coherencia, vibes estéticas y algo que nos deje con escalofríos. No aceptamos personajes sobrepoderosos sin lógica ni sentido narrativo. Cualquier interacción debe tener fundamento. Aquí, hasta los espectros tienen reglas.
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  • Este sábado 17, todo el día y noche están invitados a una noche que no se explica, se siente, una de esas donde el aire quema, la música grita y el cuerpo pide más, quiero verlos a todos disfrazados, sin excusas, sin miedo, sin filtro

    Vengan como lo que son o como lo que temen, demonios, bestias, fantasmas, ángeles caídos o algo peor, pero vengan con el alma lista para vibrar, bailar, reír, correr si hace falta, que la noche no va a tener piedad y yo tampoco

    Habrá música que se mete bajo la piel, bebida para perder el nombre, rincones oscuros para los que quieran desaparecer un rato y momentos que se van a tatuar en la memoria

    El lugar ya lo conocen, Eclipse, donde las luces tiemblan y el suelo vibra, donde todo puede pasar y nada se olvida

    No es una fiesta cualquiera, no es una noche cualquiera, y ustedes no son cualquiera para mí, así que más les vale estar ahí

    No se lo pierdan, no se lo piensen, no me fallen.

    #comunidad3D
    #3D
    #personajes3D
    Este sábado 17, todo el día y noche están invitados a una noche que no se explica, se siente, una de esas donde el aire quema, la música grita y el cuerpo pide más, quiero verlos a todos disfrazados, sin excusas, sin miedo, sin filtro Vengan como lo que son o como lo que temen, demonios, bestias, fantasmas, ángeles caídos o algo peor, pero vengan con el alma lista para vibrar, bailar, reír, correr si hace falta, que la noche no va a tener piedad y yo tampoco Habrá música que se mete bajo la piel, bebida para perder el nombre, rincones oscuros para los que quieran desaparecer un rato y momentos que se van a tatuar en la memoria El lugar ya lo conocen, Eclipse, donde las luces tiemblan y el suelo vibra, donde todo puede pasar y nada se olvida No es una fiesta cualquiera, no es una noche cualquiera, y ustedes no son cualquiera para mí, así que más les vale estar ahí No se lo pierdan, no se lo piensen, no me fallen. #comunidad3D #3D #personajes3D
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  • —Ugh... —ds un sorbo lento a su té— dormí un par de semanas... o unos minutos en tiempo abismal, que es básicamente lo mismo, ¿no? —Tiny, su tentáculo, asiente con entusiasmo— Pero, ¡wow! el mundo sigue girando sin mi... Ya los sacrificables–ejem–seguidores se olvidaron del culto... ni una visita al templo, ni un 'sacerdotisa, ¿Puedo ofrecerle mi alma como snack?', nada —suspiro exagerado— ¿Tan difícil era mantener el altar decorado o dejar un plato de galletitas para cuando volviera? ¡El silencio en el templo era tan profundo que hasta los fantasmas se aburrieron y se fueron! —sniff sniff— todo cambia demasiado en poco tiempo, ¿no?
    —Ugh... —ds un sorbo lento a su té— dormí un par de semanas... o unos minutos en tiempo abismal, que es básicamente lo mismo, ¿no? —Tiny, su tentáculo, asiente con entusiasmo— Pero, ¡wow! el mundo sigue girando sin mi... Ya los sacrificables–ejem–seguidores se olvidaron del culto... ni una visita al templo, ni un 'sacerdotisa, ¿Puedo ofrecerle mi alma como snack?', nada —suspiro exagerado— ¿Tan difícil era mantener el altar decorado o dejar un plato de galletitas para cuando volviera? ¡El silencio en el templo era tan profundo que hasta los fantasmas se aburrieron y se fueron! —sniff sniff— todo cambia demasiado en poco tiempo, ¿no?
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  • "Caminando con los Muertos" (Extra)

    Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor.

    El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos.

    Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura.

    La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto...

    El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma.

    — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora.

    Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla.
    En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó.

    El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano.

    Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá.

    — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas.

    La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana.

    Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible.

    La hija regresa junto a su verdadera madre.

    El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada.

    El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos.

    Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas.

    El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen.

    Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos.

    El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca.

    Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior.

    El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar?

    Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta.

    #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
    "Caminando con los Muertos" (Extra) Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor. El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos. Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura. La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto... El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma. — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora. Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla. En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó. El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano. Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá. — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas. La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana. Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible. La hija regresa junto a su verdadera madre. El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada. El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos. Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas. El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen. Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos. El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca. Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior. El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar? Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta. #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
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  • Decidiste enterrar tus demonios…

    Qué idea tan tierna.

    Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación.

    Para mí.

    Porque no los mataste… solo los concentraste.

    Y yo…

    Escucho los gritos que intentas ocultar.
    Los siento.
    Los saboreo.

    Tus demonios labraron el camino.
    Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo.

    Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel.

    ¿No querías volver a verlos?

    Pues mírame.
    Siénteme.

    Soy todos ellos.

    Y más.
    Decidiste enterrar tus demonios… Qué idea tan tierna. Pensaste que con tiempo y olvido podrías sofocar lo que arde en tus entrañas. Pero cada distracción que echaste sobre ellos fue una invitación. Para mí. Porque no los mataste… solo los concentraste. Y yo… Escucho los gritos que intentas ocultar. Los siento. Los saboreo. Tus demonios labraron el camino. Y tú, tan ingenua, dejaste la puerta entreabierta con tu miedo. Ahora soy yo quien sale a jugar, quien reúne tus fantasmas y viste con su piel. ¿No querías volver a verlos? Pues mírame. Siénteme. Soy todos ellos. Y más.
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