• A veces veo mi reflejo en el cristal tenue del agua. Observó mi propia mirada, dándome cuenta de que algo ha cambiado en ella. Esta esconde todo aquello que nunca dije, y que nunca diré. Tal vez fué el paso del tiempo, las vidas que me fueron arrebatadas o las vidas que yo mismo segué; siendo juez y verdugo, sin saber si lo merezco ser.

    No me reconozco, no soy tan siquiera una sombra de lo que fuí y, sin embargo, lo que veo no me disgusta, pero si aterra. La quietud que muestro tan solo es el velo que enmascara la verdad que se arremolina tras el azul tintineante de mi mirada.

    Un fuego antiguo bajo mi piel ruje por aquello que he perdido, lo que he protegido y lo que temo perder.

    ¿A caso eso me volvió más débil? ¿Quién seríamos tú y yo entonces?.

    -No...-

    Me he vuelto más sombra que luz, más memoria que esperanza. Y aún así camino... Camino no solo por mi, también por quién amo. Por qué si no lo hiciera, la próxima vez que viese mi reflejo, no sería capaz de sostener mi propia mirada.



    A veces veo mi reflejo en el cristal tenue del agua. Observó mi propia mirada, dándome cuenta de que algo ha cambiado en ella. Esta esconde todo aquello que nunca dije, y que nunca diré. Tal vez fué el paso del tiempo, las vidas que me fueron arrebatadas o las vidas que yo mismo segué; siendo juez y verdugo, sin saber si lo merezco ser. No me reconozco, no soy tan siquiera una sombra de lo que fuí y, sin embargo, lo que veo no me disgusta, pero si aterra. La quietud que muestro tan solo es el velo que enmascara la verdad que se arremolina tras el azul tintineante de mi mirada. Un fuego antiguo bajo mi piel ruje por aquello que he perdido, lo que he protegido y lo que temo perder. ¿A caso eso me volvió más débil? ¿Quién seríamos tú y yo entonces?. -No...- Me he vuelto más sombra que luz, más memoria que esperanza. Y aún así camino... Camino no solo por mi, también por quién amo. Por qué si no lo hiciera, la próxima vez que viese mi reflejo, no sería capaz de sostener mi propia mirada.
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  • —Sakura permaneció recargado contra la pared del pasillo vacío, el uniforme un poco desajustado, como si ya hubiera librado demasiadas batallas en un solo día. No había nadie alrededor, y eso… no era nuevo.—

    "Cuando no tengo a nadie cerca… no se siente como soledad, exactamente. Se siente como existir en modo invisible. Como si todo el mundo siguiera girando, y yo estuviera solo en pausa."

    —Hablaba sin dramatismo, con esa calma que viene de acostumbrarse demasiado al silencio. Su voz era firme, pero en el fondo vibraba una grieta que no pedía lástima… solo ser notada.—

    "No es que me moleste estar solo. Aprendí a moverme entre la gente sin esperar que se queden. Lo que pesa… es darte cuenta de que incluso cuando haces todo bien, nadie se queda lo suficiente para preguntarte si estás bien."

    —Se cruzó de brazos, mirando a la nada con los ojos cargados de algo entre resignación y fuego contenido.—

    "A veces solo quisiera que alguien me viera. No por lo que aparento. No por lo que esperan. Solo… que me vean. Y aun así, elijo seguir en pie. Porque si no tengo a nadie… al menos me tengo a mí."
    —Sakura permaneció recargado contra la pared del pasillo vacío, el uniforme un poco desajustado, como si ya hubiera librado demasiadas batallas en un solo día. No había nadie alrededor, y eso… no era nuevo.— "Cuando no tengo a nadie cerca… no se siente como soledad, exactamente. Se siente como existir en modo invisible. Como si todo el mundo siguiera girando, y yo estuviera solo en pausa." —Hablaba sin dramatismo, con esa calma que viene de acostumbrarse demasiado al silencio. Su voz era firme, pero en el fondo vibraba una grieta que no pedía lástima… solo ser notada.— "No es que me moleste estar solo. Aprendí a moverme entre la gente sin esperar que se queden. Lo que pesa… es darte cuenta de que incluso cuando haces todo bien, nadie se queda lo suficiente para preguntarte si estás bien." —Se cruzó de brazos, mirando a la nada con los ojos cargados de algo entre resignación y fuego contenido.— "A veces solo quisiera que alguien me viera. No por lo que aparento. No por lo que esperan. Solo… que me vean. Y aun así, elijo seguir en pie. Porque si no tengo a nadie… al menos me tengo a mí."
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  • ⠀⠀ʜᴀʙíᴀ ᴍáꜱ ᴅᴇ 𝟣
    ✴ ───────────

    Se alistó para poder bajar al poblado y cumplir con su deber, alimentar a un convaleciente Kazuo con comida que no sea cocinada por ella.

    Porque, en honor a la verdad, para preparar platos era un fiasco, lo había intentado pero había fracasado estrepitosamente.

    El triste esfuerzo de sopa de verduras había quedado como agua de calcetín, incomible.

    La primavera había llegado y con ella tibios rayos de sol se asomaban . Por esto Liz no necesitaba de mucho para abrigarse y lo agradecía, ya que las unicas prendas que le quedaban eran los kimonos que Kazuo le había obsequiado.

    Se vistió con uno negro y sobre el, su capa holgada para cubrir el bulto de su vientre. No quería que nadie en el pueblo supiera aún de su estado.

    Debido a los últimos ataques de entes ponzoñosos, Elizabeth había decidido volver a sus antiguos hábitos: cargar su espada a donde quiera que vaya, sin importar qué. La amenaza estaba latente.

    Con su arma en la espalda emprendió camino.

    Llegando al poblado se dirigió sin dudarlo al puesto de ramén para pedir el delicioso udón de miso, la comida favorita de su prometido.

    Era costumbre que las personas se quedasen viéndola por sus rasgos tan distintivos, a fin de cuentas era una extranjera y eso no cambiaría.
    Pero esta vez había algo diferente... se sentía asediada mas de lo normal, en cada paso que daba parecía que alguien lo daba con ella.
    Elizabeth se giraba cada cierto tiempo buscando algun indicio, pero nada.

    Terminó convenciéndose que estaba con paranoia por los eventos recientes asi que el resto de compras y paseos por el mercado hizo caso omiso a ese presentimiento que le erizaba la piel cada tanto.

    El retorno fue rápido, ya deseaba encontrarse con Kazuo y ver como disfrutaría de su plato favorito.

    Elizabeth daba paso largos atravesando los toris desgastados que anunciaban la llegada al templo .

    ── Lee-zy. ──

    Una voz grave certera como lanza atravesó los oídos de Elizabeth quien estaba a metros de entrar a su hogar.

    Liz en un letal y agresivo movimiento desenfundó su espada girando sobre sus talones dejando caer la afilada hoja de esta sobre la garganta de quien se había atrevido a seguirla hasta ahí.

    Al verlo se soprendió, esperaba que el hombre tuviera ojos rasgados y piel pálida, pero no. Era un pelirrojo alto,fornido, con la piel encurtida por la batalla y esos ojos... ese par de ojos carmesí.

    ── ¡¿QUIEN ERES?! ¿Quien te envía? Responde de inmediato si no quieres perder tu vida como la miserable rata acosadora que haz sido siguiéndome hasta aquí. - Espetó con un tono amenazante que rayaba lo colérico.

    ── No haz cambiado nada Leezy - dijo con una sonrisa burlesca, mientras su temple parecía inmutable, estaba en calma a pesar de tener la espada en su garganta ── ...Tan temperamental como siempre, desde pequeña tenías esa voz de mando, nadie era capaz de ganarte.

    Elizabeth no entendía nada ¿De que hablaba? ¿Como se atrevía a hablar de su infancia? ¿Quien era este cretino y por qué tenía esos ojos... ese pelo ?

    Furiosa ejerce una presión contenida, la hoja de su espada se encrusta en la piel ajena generando un corte superficial sobre la vena yugular. Haciendo que de la herida fluya un hilo delgado de sangre que se deslizaba manchando de rojo lentamente toda su garganta

    ── Responde.

    ── Uuff - levantó sus manos como señal de que su intención no era atacar── Soy Elías, nadie me mandó. Te conozco desde siempre porque... - dudó en seguir hablando.

    ── ¿Porque qué? No juegues conmigo, paciencia no tengo - dijo elvando aún más su espada cambiando el ángulo de esta a uno mortal

    ── Soy tu hermano.

    ⋮||⋮ Continuación de https://ficrol.com/posts/243909

    ⠀⠀ʜᴀʙíᴀ ᴍáꜱ ᴅᴇ 𝟣 ✴ ─────────── Se alistó para poder bajar al poblado y cumplir con su deber, alimentar a un convaleciente Kazuo con comida que no sea cocinada por ella. Porque, en honor a la verdad, para preparar platos era un fiasco, lo había intentado pero había fracasado estrepitosamente. El triste esfuerzo de sopa de verduras había quedado como agua de calcetín, incomible. La primavera había llegado y con ella tibios rayos de sol se asomaban . Por esto Liz no necesitaba de mucho para abrigarse y lo agradecía, ya que las unicas prendas que le quedaban eran los kimonos que Kazuo le había obsequiado. Se vistió con uno negro y sobre el, su capa holgada para cubrir el bulto de su vientre. No quería que nadie en el pueblo supiera aún de su estado. Debido a los últimos ataques de entes ponzoñosos, Elizabeth había decidido volver a sus antiguos hábitos: cargar su espada a donde quiera que vaya, sin importar qué. La amenaza estaba latente. Con su arma en la espalda emprendió camino. Llegando al poblado se dirigió sin dudarlo al puesto de ramén para pedir el delicioso udón de miso, la comida favorita de su prometido. Era costumbre que las personas se quedasen viéndola por sus rasgos tan distintivos, a fin de cuentas era una extranjera y eso no cambiaría. Pero esta vez había algo diferente... se sentía asediada mas de lo normal, en cada paso que daba parecía que alguien lo daba con ella. Elizabeth se giraba cada cierto tiempo buscando algun indicio, pero nada. Terminó convenciéndose que estaba con paranoia por los eventos recientes asi que el resto de compras y paseos por el mercado hizo caso omiso a ese presentimiento que le erizaba la piel cada tanto. El retorno fue rápido, ya deseaba encontrarse con Kazuo y ver como disfrutaría de su plato favorito. Elizabeth daba paso largos atravesando los toris desgastados que anunciaban la llegada al templo . ── Lee-zy. ── Una voz grave certera como lanza atravesó los oídos de Elizabeth quien estaba a metros de entrar a su hogar. Liz en un letal y agresivo movimiento desenfundó su espada girando sobre sus talones dejando caer la afilada hoja de esta sobre la garganta de quien se había atrevido a seguirla hasta ahí. Al verlo se soprendió, esperaba que el hombre tuviera ojos rasgados y piel pálida, pero no. Era un pelirrojo alto,fornido, con la piel encurtida por la batalla y esos ojos... ese par de ojos carmesí. 🌹── ¡¿QUIEN ERES?! ¿Quien te envía? Responde de inmediato si no quieres perder tu vida como la miserable rata acosadora que haz sido siguiéndome hasta aquí. - Espetó con un tono amenazante que rayaba lo colérico. ── No haz cambiado nada Leezy - dijo con una sonrisa burlesca, mientras su temple parecía inmutable, estaba en calma a pesar de tener la espada en su garganta ── ...Tan temperamental como siempre, desde pequeña tenías esa voz de mando, nadie era capaz de ganarte. Elizabeth no entendía nada ¿De que hablaba? ¿Como se atrevía a hablar de su infancia? ¿Quien era este cretino y por qué tenía esos ojos... ese pelo ? Furiosa ejerce una presión contenida, la hoja de su espada se encrusta en la piel ajena generando un corte superficial sobre la vena yugular. Haciendo que de la herida fluya un hilo delgado de sangre que se deslizaba manchando de rojo lentamente toda su garganta 🌹── Responde. ── Uuff - levantó sus manos como señal de que su intención no era atacar── Soy Elías, nadie me mandó. Te conozco desde siempre porque... - dudó en seguir hablando. 🌹── ¿Porque qué? No juegues conmigo, paciencia no tengo - dijo elvando aún más su espada cambiando el ángulo de esta a uno mortal ── Soy tu hermano. ⋮||⋮ Continuación de https://ficrol.com/posts/243909
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  • —Tarareando mientras podaba algunas mis creaciones, me gustaba consentir a mis plantas algo exóticas. Mi invernadero estaba lleno de rarezas florales y herbarias; no eran como las que encontraría uno en la tierra. Mis creaciones eran únicas y cada una tenía sus datos a la vista por si algún incauto entrara a este lugar, cosa que a veces sucedía. Ya cuando me daba cuenta, eran comida digerida de mis pequeños retoños.—
    —Tarareando mientras podaba algunas mis creaciones, me gustaba consentir a mis plantas algo exóticas. Mi invernadero estaba lleno de rarezas florales y herbarias; no eran como las que encontraría uno en la tierra. Mis creaciones eran únicas y cada una tenía sus datos a la vista por si algún incauto entrara a este lugar, cosa que a veces sucedía. Ya cuando me daba cuenta, eran comida digerida de mis pequeños retoños.—
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  • Keelan la observaba desde la distancia, apoyado contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. Freya Mikaelson estaba otra vez de pie en medio del salón, rodeada de hermanos, decisiones imposibles y exigencias que no le daban tregua. Todos acudían a ella —para soluciones, para guía, para fuerza— como si no se dieran cuenta de que incluso el hierro se quiebra con el tiempo.

    Él sí lo veía. Veía cómo su mirada se nublaba cuando creía que nadie la observaba. Cómo sus hombros temblaban apenas por un segundo cuando el peso era demasiado. Nadie más parecía notarlo… o quizá nadie quería verlo.

    Keelan se acercó en silencio y, cuando ella pasó a su lado, le tomó la mano con suavidad.

    —𝑇𝑢́ 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑚𝑒𝑟𝑒𝑐𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑖𝑑𝑒, 𝐹𝑟𝑒𝑦𝑎 —murmuró, apenas para que ella lo oyera —𝑌 𝑗𝑢𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑦𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑒́ 𝑎𝑞𝑢𝑖́, 𝑛𝑜 𝑣𝑎𝑠 𝑎 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟 𝑠𝑜𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑜.

    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Keelan la observaba desde la distancia, apoyado contra el marco de la puerta, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. [THE0LDERSISTER] estaba otra vez de pie en medio del salón, rodeada de hermanos, decisiones imposibles y exigencias que no le daban tregua. Todos acudían a ella —para soluciones, para guía, para fuerza— como si no se dieran cuenta de que incluso el hierro se quiebra con el tiempo. Él sí lo veía. Veía cómo su mirada se nublaba cuando creía que nadie la observaba. Cómo sus hombros temblaban apenas por un segundo cuando el peso era demasiado. Nadie más parecía notarlo… o quizá nadie quería verlo. Keelan se acercó en silencio y, cuando ella pasó a su lado, le tomó la mano con suavidad. —𝑇𝑢́ 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑚𝑒𝑟𝑒𝑐𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑡𝑒 𝑐𝑢𝑖𝑑𝑒, 𝐹𝑟𝑒𝑦𝑎 —murmuró, apenas para que ella lo oyera —𝑌 𝑗𝑢𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒, 𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑦𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑒́ 𝑎𝑞𝑢𝑖́, 𝑛𝑜 𝑣𝑎𝑠 𝑎 𝑡𝑒𝑛𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑎𝑟𝑔𝑎𝑟 𝑠𝑜𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑡𝑜𝑑𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑜. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • **En una pequeña y destartalada cabaña en medio de un bosque remoto, dos figuras descansaban tras un largo viaje entre dimensiones. O eso intentaba uno de ellos.**

    Kaelis se dejaba caer en el único sofá disponible, cubierto de polvo estelar, con el cabello alborotado y una rama clavada entre las plumas de sus alas.

    —¿¡Puedes explicarme en qué universo paralelo rescatar un Dofus sagrado de una cámara prohibida cuenta como “recoger un recuerdo familiar”!?

    Nival, que estaba a un lado de la ventana examinando con tranquilidad la brillante esfera que acababa de causar una persecución interplanetaria, soltó un suspiro inocente.

    —Técnicamente, Kaelis… era parte de la cultura de nuestro pueblo. Y nadie lo estaba usando.

    —¡No lo estaban usando porque estaba bajo un campo de fuerza custodiado por un ejército, un dios menor y un sistema de defensa automatizado que disparaba fuego por los ojos!

    Nival levantó un dedo. —Los ojos eran decorativos. El fuego salía de la boca.

    Kaelis lo miró con el ceño fruncido, parpadeando.

    —¡NO ES EL PUNTO, NIVAL!

    El hermano menor se sentó con elegancia sobre el suelo, aún observando el Dofus como si fuera una canica interesante. Luego encogió los hombros.

    —¿Y qué querías? ¿Que lo dejara ahí, acumulando polvo en una vitrina, olvidado? Mira esto. El Wakfu que emite... es como escuchar la voz de mamá en un susurro. No podía dejarlo.

    Kaelis, a pesar de su fastidio, vaciló un segundo. Pero se recompuso enseguida.

    —¿Y eso justifica que una civilización entera nos lanzara naves, dragones y maldiciones de 900 palabras?

    —Exageras.

    —¡Nos llamaron “ladrones interestelares con complejo de héroes”! ¡¿Sabes lo que eso hace a mi reputación?!

    —...¿Mejorarla?

    Kaelis lo miró con los ojos entrecerrados, el silencio cargado de sospecha. Nival sonrió ampliamente, con esa maldita sonrisa que usaba cada vez que sabía que se había salido con la suya.

    —Además, salimos bien. Solo casi nos matan tres veces. Cuatro a lo mucho.

    Kaelis levantó las manos, se giró y comenzó a marcharse.

    —Voy a dormir. Si al despertar hay una turba con antorchas planetarias en la puerta, te juro por las alas que me disuelvo en otra dimensión y no vuelvo por un siglo.

    —¿Quieres que te prepare té antes de eso?

    —¡NO QUIERO TU MALDITO TÉ!

    Nival rió suavemente mientras colocaba el Dofus en una pequeña cápsula de seguridad que colgaba de su cinto. Luego, mientras la noche se deslizaba sobre el bosque, murmuró en voz baja:

    —Tal vez nos persigan... pero al menos lo salvamos.

    Desde la otra habitación se escuchó un gruñido amortiguado de Kaelis:

    —¡Y mi paz mental la perdimos!

    Ambos sabían que volvería a pasar. Y ambos sabían que, por muy molesto que fuera, Kaelis siempre lo seguiría. Porque, al final, eran hermanos.

    Y el caos… era parte del paquete.
    **En una pequeña y destartalada cabaña en medio de un bosque remoto, dos figuras descansaban tras un largo viaje entre dimensiones. O eso intentaba uno de ellos.** Kaelis se dejaba caer en el único sofá disponible, cubierto de polvo estelar, con el cabello alborotado y una rama clavada entre las plumas de sus alas. —¿¡Puedes explicarme en qué universo paralelo rescatar un Dofus sagrado de una cámara prohibida cuenta como “recoger un recuerdo familiar”!? Nival, que estaba a un lado de la ventana examinando con tranquilidad la brillante esfera que acababa de causar una persecución interplanetaria, soltó un suspiro inocente. —Técnicamente, Kaelis… era parte de la cultura de nuestro pueblo. Y nadie lo estaba usando. —¡No lo estaban usando porque estaba bajo un campo de fuerza custodiado por un ejército, un dios menor y un sistema de defensa automatizado que disparaba fuego por los ojos! Nival levantó un dedo. —Los ojos eran decorativos. El fuego salía de la boca. Kaelis lo miró con el ceño fruncido, parpadeando. —¡NO ES EL PUNTO, NIVAL! El hermano menor se sentó con elegancia sobre el suelo, aún observando el Dofus como si fuera una canica interesante. Luego encogió los hombros. —¿Y qué querías? ¿Que lo dejara ahí, acumulando polvo en una vitrina, olvidado? Mira esto. El Wakfu que emite... es como escuchar la voz de mamá en un susurro. No podía dejarlo. Kaelis, a pesar de su fastidio, vaciló un segundo. Pero se recompuso enseguida. —¿Y eso justifica que una civilización entera nos lanzara naves, dragones y maldiciones de 900 palabras? —Exageras. —¡Nos llamaron “ladrones interestelares con complejo de héroes”! ¡¿Sabes lo que eso hace a mi reputación?! —...¿Mejorarla? Kaelis lo miró con los ojos entrecerrados, el silencio cargado de sospecha. Nival sonrió ampliamente, con esa maldita sonrisa que usaba cada vez que sabía que se había salido con la suya. —Además, salimos bien. Solo casi nos matan tres veces. Cuatro a lo mucho. Kaelis levantó las manos, se giró y comenzó a marcharse. —Voy a dormir. Si al despertar hay una turba con antorchas planetarias en la puerta, te juro por las alas que me disuelvo en otra dimensión y no vuelvo por un siglo. —¿Quieres que te prepare té antes de eso? —¡NO QUIERO TU MALDITO TÉ! Nival rió suavemente mientras colocaba el Dofus en una pequeña cápsula de seguridad que colgaba de su cinto. Luego, mientras la noche se deslizaba sobre el bosque, murmuró en voz baja: —Tal vez nos persigan... pero al menos lo salvamos. Desde la otra habitación se escuchó un gruñido amortiguado de Kaelis: —¡Y mi paz mental la perdimos! Ambos sabían que volvería a pasar. Y ambos sabían que, por muy molesto que fuera, Kaelis siempre lo seguiría. Porque, al final, eran hermanos. Y el caos… era parte del paquete.
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  • Wow hoy me puse una blusa pegada y me di cuenta de esto
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  • ¿Llegar 30 minutos tarde pero con estilo cuenta como llegar tarde?
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  • -Estando en el expreso Astral, piensa que fue dura con el superior pero la verdad no le gustaba verle sufrir por un amor no corresponde, por lo que espero que estar solo le ayude a darse cuenta que mejor seguir aparte.

    Suspira y estaba con una jarra de cristal en la mano, tanto fue que estaba distraída, que se cayó y rompio.

    Pompom y los dejas oyeron el ruido y llegaron corriendo.

    Aunque le pidieron que no tocara nada, aun asi se agachó para recoger los cristales rotos, provocado que por descuido se cortara. -

    Auch... No se preocupe...

    -Miro a todos con una sonrisa. -

    Estoy bien...
    -Estando en el expreso Astral, piensa que fue dura con el superior pero la verdad no le gustaba verle sufrir por un amor no corresponde, por lo que espero que estar solo le ayude a darse cuenta que mejor seguir aparte. Suspira y estaba con una jarra de cristal en la mano, tanto fue que estaba distraída, que se cayó y rompio. Pompom y los dejas oyeron el ruido y llegaron corriendo. Aunque le pidieron que no tocara nada, aun asi se agachó para recoger los cristales rotos, provocado que por descuido se cortara. - Auch... No se preocupe... -Miro a todos con una sonrisa. - Estoy bien...
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    | No concibo querer sin poseer, tenedlo en cuenta a la hora de agregarme.
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