• DIARIO DE LUCILLE:CAP 3

    —A mis 20 años,me meti al ejercito y ahi me di cuenta que eso era lo mio,pase 4 meses en el ejercito hasta que me reclutaron una asociación secreta,demasiado secreta,pero me daban un sueldo enorme y seguro medico,asi que me meti de lleno,mi trabajo era muy simple;Te daban un contrato con un nombre,solo debias matarlo como te plazca y me pagarian...¿y saben que?...me encantaba ese trabajo,al menos por varios años,al fin y al cabo todos mis objetivos eran violadores,narcos,mafiosos o formaban parte de alguna red de trata...
    DIARIO DE LUCILLE:CAP 3 —A mis 20 años,me meti al ejercito y ahi me di cuenta que eso era lo mio,pase 4 meses en el ejercito hasta que me reclutaron una asociación secreta,demasiado secreta,pero me daban un sueldo enorme y seguro medico,asi que me meti de lleno,mi trabajo era muy simple;Te daban un contrato con un nombre,solo debias matarlo como te plazca y me pagarian...¿y saben que?...me encantaba ese trabajo,al menos por varios años,al fin y al cabo todos mis objetivos eran violadores,narcos,mafiosos o formaban parte de alguna red de trata...
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  • #Immortal_Mercenary

    El sobre manila, pesado y sin señas particulares, llegó a manos del mercenario a través de un contacto, en un espacio desolado a las afueras de Detroit. La luz fluorescente parpadeante iluminaba la fotografía polaroid en su interior: una joven de cabello castaño y una mirada desafiante, acompañada de un único nombre escrito con rotulador negro, "Ney". La tarifa adjunta era generosa, subrayada con la insistencia de quien no tiene tiempo que perder.

    La única instrucción del contacto, un camionero corpulento con ojos cansados, fue breve y directa: "La tienen unos tipos en un desguace de coches abandonado al sur de la ciudad. Dicen que tiene algo que quieren, o algo así. Tráela de vuelta, intacta."

    El árabe estudió la fotografía, por más que no hubiese mucho que ver. Rescatar no era su vocación habitual, pero el dinero hablaba y la urgencia en la petición era palpable.

    No pasó mucho, entonces, hasta que el chirrido metálico y el olor a aceite quemado y gasolina barata lo recibieron al llegar al lugar. Se encontró con laberinto caótico de chatarra apilada varios metros en altura, que creabaan sombras alargadas bajo la luz de la luna. Y por otro lado, voces ásperas y risas guturales llegaban desde el interior de un taller destartalado, con las ventanas tapiadas con tablones desiguales.

    — ¿Por qué son siempre lugares de mierda..? —

    Se le escapó de repente, ante una realidad que parecía perseguirle. Suspiró entonces, antes de moverse sigilosamente entre los esqueletos de coches desmantelados. Una puerta de acero abollada, custodiada por dos figuras tatuadas con bates de béisbol envueltos en alambre de púas, y claro, armas en sus caderas.

    Era la entrada más obvia al taller, y no era momento de perder tiempo, tenía un contrato que cumplir.

    Ney Nixays
    #Immortal_Mercenary El sobre manila, pesado y sin señas particulares, llegó a manos del mercenario a través de un contacto, en un espacio desolado a las afueras de Detroit. La luz fluorescente parpadeante iluminaba la fotografía polaroid en su interior: una joven de cabello castaño y una mirada desafiante, acompañada de un único nombre escrito con rotulador negro, "Ney". La tarifa adjunta era generosa, subrayada con la insistencia de quien no tiene tiempo que perder. La única instrucción del contacto, un camionero corpulento con ojos cansados, fue breve y directa: "La tienen unos tipos en un desguace de coches abandonado al sur de la ciudad. Dicen que tiene algo que quieren, o algo así. Tráela de vuelta, intacta." El árabe estudió la fotografía, por más que no hubiese mucho que ver. Rescatar no era su vocación habitual, pero el dinero hablaba y la urgencia en la petición era palpable. No pasó mucho, entonces, hasta que el chirrido metálico y el olor a aceite quemado y gasolina barata lo recibieron al llegar al lugar. Se encontró con laberinto caótico de chatarra apilada varios metros en altura, que creabaan sombras alargadas bajo la luz de la luna. Y por otro lado, voces ásperas y risas guturales llegaban desde el interior de un taller destartalado, con las ventanas tapiadas con tablones desiguales. — ¿Por qué son siempre lugares de mierda..? — Se le escapó de repente, ante una realidad que parecía perseguirle. Suspiró entonces, antes de moverse sigilosamente entre los esqueletos de coches desmantelados. Una puerta de acero abollada, custodiada por dos figuras tatuadas con bates de béisbol envueltos en alambre de púas, y claro, armas en sus caderas. Era la entrada más obvia al taller, y no era momento de perder tiempo, tenía un contrato que cumplir. [galaxy_violet_eagle_913]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    #DiezCosasSobre 𝔸𝕥𝕣𝕠𝕡𝕠𝕤.


    ◆ 1. Ama la poesía, leerla y escribirla.
    No por sentimentalismo, sino porque las palabras tienen filo. Cada verso que crea es como una hoja oculta entre pétalos. Hermoso, pero letal. Como ella.

    ◆ 2. Sólo un par de personas no le resultan insoportables.
    No es amor. No es ternura. Es algo más tenue, más antiguo: una forma torcida de aprecio que no se atreve a nombrar. No lo demuestra, pero lo siente... y eso, para alguien como ella, ya es demasiado.

    ◆ 3. Detesta la doble moral.
    No hay nada más repulsivo que quien predica luz y actúa en sombras. Para Atropos, la falsedad merece el hilo más fino y rápido.

    ◆ 4. Rechaza a quienes buscan encajar.
    Los que moldean su alma para pertenecer, olvidan que el destino no premia máscaras. Y ella corta sin mirar disfraces.

    ◆ 5. No corta por gusto. Corta por orden.
    Su poder no nace del placer, sino de la necesidad. La compasión nunca fue parte del contrato.

    ◆ 6. Escucha el tiempo como otros oyen música.
    Cada tic, cada segundo, es una nota en la sinfonía del final. Y ella baila al compás de su propia condena.

    ◆ 7. Prefiere la noche.
    No porque sea más amable, sino porque el mundo baja la voz. Y es más fácil oír el momento exacto en que un alma se rinde.

    ◆ 8. No busca compañía, pero rara vez está sola.
    Hay cosas que se arrastran tras ella: recuerdos, arrepentimientos, fragmentos de voces que suplicaron demasiado tarde.

    ◆ 9. No miente. Jamás.
    La verdad es su única arma, y también su condena. A veces, la dice con una mirada. A veces, con la ausencia.

    ◆ 10. No es la muerte, pero camina con ella.
    Ella no llega cuando mueres, sino cuando es tiempo. La muerte obedece. Atropos decide.
    #DiezCosasSobre 𝔸𝕥𝕣𝕠𝕡𝕠𝕤. ◆ 1. Ama la poesía, leerla y escribirla. No por sentimentalismo, sino porque las palabras tienen filo. Cada verso que crea es como una hoja oculta entre pétalos. Hermoso, pero letal. Como ella. ◆ 2. Sólo un par de personas no le resultan insoportables. No es amor. No es ternura. Es algo más tenue, más antiguo: una forma torcida de aprecio que no se atreve a nombrar. No lo demuestra, pero lo siente... y eso, para alguien como ella, ya es demasiado. ◆ 3. Detesta la doble moral. No hay nada más repulsivo que quien predica luz y actúa en sombras. Para Atropos, la falsedad merece el hilo más fino y rápido. ◆ 4. Rechaza a quienes buscan encajar. Los que moldean su alma para pertenecer, olvidan que el destino no premia máscaras. Y ella corta sin mirar disfraces. ◆ 5. No corta por gusto. Corta por orden. Su poder no nace del placer, sino de la necesidad. La compasión nunca fue parte del contrato. ◆ 6. Escucha el tiempo como otros oyen música. Cada tic, cada segundo, es una nota en la sinfonía del final. Y ella baila al compás de su propia condena. ◆ 7. Prefiere la noche. No porque sea más amable, sino porque el mundo baja la voz. Y es más fácil oír el momento exacto en que un alma se rinde. ◆ 8. No busca compañía, pero rara vez está sola. Hay cosas que se arrastran tras ella: recuerdos, arrepentimientos, fragmentos de voces que suplicaron demasiado tarde. ◆ 9. No miente. Jamás. La verdad es su única arma, y también su condena. A veces, la dice con una mirada. A veces, con la ausencia. ◆ 10. No es la muerte, pero camina con ella. Ella no llega cuando mueres, sino cuando es tiempo. La muerte obedece. Atropos decide.
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  • La hija de la niñera llegó... Y no vino sola.
    Fandom Cualquier fandom
    Categoría Contemporáneo
    (Ambientado en Nueva York, actualidad, puede adaptarse a rol universitario, socialite, influencer o internado artístico)

    El sonido de sus tacones retumbaba como si fueran aplausos personalizados del universo. Eve Sheffield-Fine no caminaba, desfilaba. El vestíbulo del edificio —Con paredes más frías que los abrazos de C.C.— pareció calentarse un poco con su entrada. Vestida con un little black dress que alguna vez su madre usó para conquistar Broadway, y con un bolso de corazón rojo que latía casi tanto como sus ganas de sarcasmo, Eve se detenía frente al ascensor como si la ciudad misma le debiera una reverencia.

    — Mamá siempre dice que si no podés dejar huella en la alfombra… entonces no valía la pena mancharla.

    Miró su celular. Un nuevo mensaje de Sebastián: ‘Estoy abajo, traé sarcasmo y snacks.’ Sus labios pintados en tono burdeos dibujaron una media sonrisa.

    — Listo, el dúo dinamitado vuelve al ataque. Legado y sarcasmo, capítulo mil.

    Y así, con los rizos perfectamente caídos como si el viento tuviera un contrato exclusivo con ella, Eve cruzó el umbral, sin saber aún si su próximo encuentro sería con un nuevo crush, una futura enemiga… O alguien tan irónicamente perdido como ella.





    ¿Quién eres tú? Un curioso, un drama waiting to happen, un futuro aliado o una historia mal escrita que Eve editará a su manera. Dale, responde. Ella ya entró en la escena.
    (Ambientado en Nueva York, actualidad, puede adaptarse a rol universitario, socialite, influencer o internado artístico) El sonido de sus tacones retumbaba como si fueran aplausos personalizados del universo. Eve Sheffield-Fine no caminaba, desfilaba. El vestíbulo del edificio —Con paredes más frías que los abrazos de C.C.— pareció calentarse un poco con su entrada. Vestida con un little black dress que alguna vez su madre usó para conquistar Broadway, y con un bolso de corazón rojo que latía casi tanto como sus ganas de sarcasmo, Eve se detenía frente al ascensor como si la ciudad misma le debiera una reverencia. — Mamá siempre dice que si no podés dejar huella en la alfombra… entonces no valía la pena mancharla. Miró su celular. Un nuevo mensaje de Sebastián: ‘Estoy abajo, traé sarcasmo y snacks.’ Sus labios pintados en tono burdeos dibujaron una media sonrisa. — Listo, el dúo dinamitado vuelve al ataque. Legado y sarcasmo, capítulo mil. Y así, con los rizos perfectamente caídos como si el viento tuviera un contrato exclusivo con ella, Eve cruzó el umbral, sin saber aún si su próximo encuentro sería con un nuevo crush, una futura enemiga… O alguien tan irónicamente perdido como ella. ¿Quién eres tú? Un curioso, un drama waiting to happen, un futuro aliado o una historia mal escrita que Eve editará a su manera. Dale, responde. Ella ya entró en la escena.
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  • Ian Maslow d’Aubigny
    Categoría Slice of Life
    En lo alto de un edificio de mármol negro en Marsella, con vista al puerto cubierto por la niebla, Ian Maslow cerraba un trato con una sonrisa que jamás alcanzaba sus ojos. Era el líder silencioso de la familia Maslow, una organización que controlaba desde el tráfico de armas en los Balcanes hasta los contratos políticos en Francia. Para muchos, los Maslow eran una leyenda de sangre y miedo. Para los que sabían la verdad, Ian era el mito tras la leyenda.

    Vestía siempre de negro. No por dramatismo, sino por eficiencia. El negro no llama la atención. El negro se mezcla con la noche. Como él.
    Ian no levantaba la voz. Bastaba una mirada. Una pausa exacta. Una frase lanzada como cuchillo al corazón de sus enemigos.

    Su obsesión no eran las armas ni el dinero. Eran las personas. Estudiarlas. Controlarlas. Saber qué las mueve y, sobre todo, qué las detiene. Tenía un archivo mental de cada aliado, cada traidor, cada político que alguna vez respiró cerca de su poder. En su mundo, el azar era una excusa de los débiles.

    Una vez, un periodista intentó exponerlo. Desapareció sin ruido. Sin nota. Sin cuerpo. Solo un sobre, dejado en el buzón de su redacción, con una sola frase escrita a máquina:

    “Cuando escribes sobre monstruos, asegúrate de no ser interesante para ellos.”

    Esa era la firma de Maslow. La elegancia del terror.
    De noche, tejía acuerdos con ministros corruptos, reorganizaba cargamentos ilegales y tomaba decisiones que decidían la vida o la muerte de decenas sin pestañear.

    No necesitaba disparar un arma. Porque el verdadero poder es hacer que otros disparen por ti… y te den las gracias por ello.

    Consideraciones: Disposición a aceptar roles, mínimo pido trama con un sentido y ortografía entendible , quiero pasar un buen momento en la plataforma. No tengan miedo a acercarse...
    En lo alto de un edificio de mármol negro en Marsella, con vista al puerto cubierto por la niebla, Ian Maslow cerraba un trato con una sonrisa que jamás alcanzaba sus ojos. Era el líder silencioso de la familia Maslow, una organización que controlaba desde el tráfico de armas en los Balcanes hasta los contratos políticos en Francia. Para muchos, los Maslow eran una leyenda de sangre y miedo. Para los que sabían la verdad, Ian era el mito tras la leyenda. Vestía siempre de negro. No por dramatismo, sino por eficiencia. El negro no llama la atención. El negro se mezcla con la noche. Como él. Ian no levantaba la voz. Bastaba una mirada. Una pausa exacta. Una frase lanzada como cuchillo al corazón de sus enemigos. Su obsesión no eran las armas ni el dinero. Eran las personas. Estudiarlas. Controlarlas. Saber qué las mueve y, sobre todo, qué las detiene. Tenía un archivo mental de cada aliado, cada traidor, cada político que alguna vez respiró cerca de su poder. En su mundo, el azar era una excusa de los débiles. Una vez, un periodista intentó exponerlo. Desapareció sin ruido. Sin nota. Sin cuerpo. Solo un sobre, dejado en el buzón de su redacción, con una sola frase escrita a máquina: “Cuando escribes sobre monstruos, asegúrate de no ser interesante para ellos.” Esa era la firma de Maslow. La elegancia del terror. De noche, tejía acuerdos con ministros corruptos, reorganizaba cargamentos ilegales y tomaba decisiones que decidían la vida o la muerte de decenas sin pestañear. No necesitaba disparar un arma. Porque el verdadero poder es hacer que otros disparen por ti… y te den las gracias por ello. Consideraciones: Disposición a aceptar roles, mínimo pido trama con un sentido y ortografía entendible , quiero pasar un buen momento en la plataforma. No tengan miedo a acercarse...
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  • Tenía la garganta seca. El sudor se acumulaba en su frente, haciéndolo estremecerse cada vez que una corriente fría soplaba por la noche.

    Tragó saliva.

    Las manos le temblaban, haciéndolo incapaz de mantener el cañón del arma fijo en su objetivo.

    —Tú no eres él —susurró.

    Su mirada de un azul profundo se veía ensombrecida por el recuerdo de ese mes. El desasosiego se manifestaba en su expresión arrugada con el horror.

    —Tú no eres él —repitió, con más fuerza—, ¡Ciel está muerto!

    Se mordió los labios tan fuerte que la sangre brotó en pequeñas gotitas.

    Ciel soltó una risa que solo parecía contener condescendencia. Posó una mano sobre su pecho, luciendo una gentileza fuera de lugar.

    —Pero aquí estoy —le respondió con suavidad, como si hablara con un niño pequeño. —Hermano, ¿no puedes ver la verdad frente a tus ojos?

    —Ese día… tú moriste —musitó con la voz temblorosa como sus manos, sus piernas, su cuerpo entero atrapado en el más puro pavor. —El demonio devoró tu alma. El demonio no miente.

    —¡Hmph! —soltó Ciel con desprecio, sin embargo, su sonrisa nunca se borró de su rostro jovial.
    —¿Por qué crees eso?

    —Los términos del contrato...

    —Nada es absoluto —Ciel abrió los brazos, su mirada azul brillando con algo parecido a la locura. —¡Mírame, he regresado de la muerte por ti!

    —N-No lo entiendo.

    La confusión, la culpa, el horror.

    Todo se mezclaba en su cabeza haciéndolo sentirse mareado y desorientado.

    ¿Esto… estaba sucediendo?

    ¿Esto… era real?

    Se llevó ambas manos a la cabeza, soltando el revólver en el proceso.

    El arma cayó al suelo, olvidada.

    Su cuerpo se desplomó, sus rodillas y sus palmas temblorosas tocaron el suelo frío y duro.

    El sudor caía en gruesas gotas, dejando un rastro acuoso.

    —No es real —dijo en voz alta, repitiéndolo para que así fuera verdad. —No eres real.

    Los pasos de Ciel se acercaron hasta que notó la punta de sus zapatos entrar en su rango de visión. Pisaron los rastros de las gotas, lágrimas frías que expulsaba su cuerpo desesperadamente.

    —No seas tonto —dijo Ciel, y sin siquiera verlo, sabía que tenía una sonrisa en la cara. —Pero está bien, no te preocupes. No tienes que entenderlo ahora.

    Jadeó.

    Sentía su respiración dificultosa, como si cada bocanada de aire fuera demasiado difícil y sus pulmones fueran a explotar.

    —Esta vez tengo la fuerza para protegerte —continuó diciendo Ciel, su voz distorsionándose y perdiéndose en un eco lejano. —Nada volverá a hacerte daño. Lo juro.

    Cuando despertó, tenía la boca abierta en un grito ahogado.
    Tenía la garganta seca. El sudor se acumulaba en su frente, haciéndolo estremecerse cada vez que una corriente fría soplaba por la noche. Tragó saliva. Las manos le temblaban, haciéndolo incapaz de mantener el cañón del arma fijo en su objetivo. —Tú no eres él —susurró. Su mirada de un azul profundo se veía ensombrecida por el recuerdo de ese mes. El desasosiego se manifestaba en su expresión arrugada con el horror. —Tú no eres él —repitió, con más fuerza—, ¡Ciel está muerto! Se mordió los labios tan fuerte que la sangre brotó en pequeñas gotitas. Ciel soltó una risa que solo parecía contener condescendencia. Posó una mano sobre su pecho, luciendo una gentileza fuera de lugar. —Pero aquí estoy —le respondió con suavidad, como si hablara con un niño pequeño. —Hermano, ¿no puedes ver la verdad frente a tus ojos? —Ese día… tú moriste —musitó con la voz temblorosa como sus manos, sus piernas, su cuerpo entero atrapado en el más puro pavor. —El demonio devoró tu alma. El demonio no miente. —¡Hmph! —soltó Ciel con desprecio, sin embargo, su sonrisa nunca se borró de su rostro jovial. —¿Por qué crees eso? —Los términos del contrato... —Nada es absoluto —Ciel abrió los brazos, su mirada azul brillando con algo parecido a la locura. —¡Mírame, he regresado de la muerte por ti! —N-No lo entiendo. La confusión, la culpa, el horror. Todo se mezclaba en su cabeza haciéndolo sentirse mareado y desorientado. ¿Esto… estaba sucediendo? ¿Esto… era real? Se llevó ambas manos a la cabeza, soltando el revólver en el proceso. El arma cayó al suelo, olvidada. Su cuerpo se desplomó, sus rodillas y sus palmas temblorosas tocaron el suelo frío y duro. El sudor caía en gruesas gotas, dejando un rastro acuoso. —No es real —dijo en voz alta, repitiéndolo para que así fuera verdad. —No eres real. Los pasos de Ciel se acercaron hasta que notó la punta de sus zapatos entrar en su rango de visión. Pisaron los rastros de las gotas, lágrimas frías que expulsaba su cuerpo desesperadamente. —No seas tonto —dijo Ciel, y sin siquiera verlo, sabía que tenía una sonrisa en la cara. —Pero está bien, no te preocupes. No tienes que entenderlo ahora. Jadeó. Sentía su respiración dificultosa, como si cada bocanada de aire fuera demasiado difícil y sus pulmones fueran a explotar. —Esta vez tengo la fuerza para protegerte —continuó diciendo Ciel, su voz distorsionándose y perdiéndose en un eco lejano. —Nada volverá a hacerte daño. Lo juro. Cuando despertó, tenía la boca abierta en un grito ahogado.
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  • - Está bien, está bien... No hace falta que te enojes ni que alces tanto la voz, al fin y al cabo el contrato solo me da posesión de tu alma y control de tí... No te conviene hablarme de esa manera...
    - Está bien, está bien... No hace falta que te enojes ni que alces tanto la voz, al fin y al cabo el contrato solo me da posesión de tu alma y control de tí... No te conviene hablarme de esa manera...
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  • - Comprendo que quizás las situaciones te lleven a pensar que tu alma puede verse afectada al estar bajo mi dominio, pero ten por seguro que mi protección es valiosa y muy pocas personas vivas pueden contar con ese tipo de privilegio... Solo busco lo mejor para los dos... Si tiene alguna duda sobre el contrato podemos cambiarlo un poco...

    *Le extiende un contrato para poder tener dominio de su alma, busca que firme a toda costa*
    - Comprendo que quizás las situaciones te lleven a pensar que tu alma puede verse afectada al estar bajo mi dominio, pero ten por seguro que mi protección es valiosa y muy pocas personas vivas pueden contar con ese tipo de privilegio... Solo busco lo mejor para los dos... Si tiene alguna duda sobre el contrato podemos cambiarlo un poco... *Le extiende un contrato para poder tener dominio de su alma, busca que firme a toda costa*
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Ahora que está sola está buscando esa estrella
    La misma que de noche alumbraba sus huellas
    Cansada del amor ahora piensa en ella
    Y aunque todos le tiran, ninguno lo consigue

    Se puso más linda y no pa' que la miren
    Le cambió la vibra y se siente más libre
    Ya no hay quien la privé, ahora es la que decide
    Ponerse primero y que no la lastimen, yeah

    Parece haber vivido tanto
    Que ya está curada de espanto, yeah
    No sufre desde hace cuánto
    Solo quiere pasar el rato, yeah

    Sin compromiso ni contrato
    Ya no le preguntan cuánto, cómo, cuándo, dónde y quién
    No da explicaciones y está bien
    Ahora que está sola está buscando esa estrella La misma que de noche alumbraba sus huellas Cansada del amor ahora piensa en ella Y aunque todos le tiran, ninguno lo consigue Se puso más linda y no pa' que la miren Le cambió la vibra y se siente más libre Ya no hay quien la privé, ahora es la que decide Ponerse primero y que no la lastimen, yeah Parece haber vivido tanto Que ya está curada de espanto, yeah No sufre desde hace cuánto Solo quiere pasar el rato, yeah Sin compromiso ni contrato Ya no le preguntan cuánto, cómo, cuándo, dónde y quién No da explicaciones y está bien
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  • Sonría señorito, no es como si un demonio esperara la debilidad de su bochan para ignorar su contrato de devore al alma que está cosechando

    Me preguntó si..... Será tan fácil engañar al padre de la humanidad para consumir su...

    -observa a Adán un demonio es un demonio las uno tan psicópata como el-
    Sonría señorito, no es como si un demonio esperara la debilidad de su bochan para ignorar su contrato de devore al alma que está cosechando Me preguntó si..... Será tan fácil engañar al padre de la humanidad para consumir su... -observa a [1D0what1want] un demonio es un demonio las uno tan psicópata como el-
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