• Between Gods and Men - HalfBlood Camp
    Fandom Jujutsu Kaisen/Percy Jackson.
    Categoría Aventura
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal.

    ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo.
    ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito!

    ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver."
    ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso.
    ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda.

    ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal...
    ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena.

    ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar...

    ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva.

    αηηαвєтн ¢нαѕє
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Campamento Mestizo, 12:04 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cabaña Principal. ⠀ ⠀⠀Bajo la luz que Apolo daba a la humanidad, bajo el techo que los dioses propiciaron a sus hijos de icor más diluida, y frente a quien el encargo de cuidado fue dado. La luz que albergaba el lugar, la divinidad que guardaba cual tesorería sus almas; ahora mismo, su luminiscencia presentaba una mácula, una grieta, una oscuridad mordaz y jovial, que parecía querer acapararlo todo. ⠀⠀Desde esos ojos malva con los que enfrentó al centauro milenario, determinado como ningún hombre o bestia... ¡Podría decir que su misión fue un éxito! ⠀⠀Volvió a mostrar una reverencia ante el maestro de héroes, mostrándose humilde. ⸻ "Por supuesto, Quirón. No pienso intervenir si no me es pedido, era un mero ofrecimiento, un <pago> si así lo deseas ver." ⸻ Podría ser astuto y un gran actor, pero hablaba con la verdad, Tascio no planeaba intervenir en el plan de dioses que no lo conciernen, sus creaciones, por otro lado, poseen el libre albedrío de elegir tomar su ayuda... o no, como lo fue este caso. ⠀⠀Tascio estaba consciente de lo que era él, un garabato en un dibujo, la espina clavada en la mano que eres incapaz de ver a simple vista, el sonido del silencio que no debería estar allí. Nada evitaría sus metas, no dejaría que eso suceda. ⠀⠀¡Aún así...! Consiguió lo que buscaba, podría quedarse a explorar y entender más la cultura mestiza griega antigua, y quizá sacar leyendas perdidas en tiempos no registrados. Nada podía salir mal... ⠀⠀Siguió a su nueva compañera, la hija de Athena, tal y como se lo ordenaron. La diferencia de edad no era mucha, puesto que Tascio apenas estaba en sus veintes, tal vez haría la convivencia más amena. ⠀⠀Una vez lejos de la estructura donde residía el centauro, volvió a colocarse su <máscara>, volvió a surgir ese payaso irremediable que no veía vergüenza o arrepentimiento de sus palabras. ¡Hasta le tomó de las manos a la semidiosa, con ojos llorosos! ⸻ "¡Lo logramos, Annabeth!" ⸻ En realidad, estaba seguro que ella estaba más bien irritada por la presión que le hizo pasar... ⠀⠀¡Pero no importaba, como mucho se comería un golpe o dos! Lo importante era que tenía días enteros para estudiar la mitología griega desde otra perspectiva. ⠀ [annabeth_chase]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Venganza y vacío.

    La incertidumbre es mi más leal compañera, desde que tengo uso de razón, la rigidez en mi educación, las exigencias, maltratos y aislamiento son parte de mi infancia, la felicidad para mí siempre fue un deseo efímero que era dibujado a mi perspectiva en sueños.

    ¿Libertad?

    Es algo que no conozco, pues aún sigo prisionera de las mismas preguntas de mi pasado.
    Mi origen fue escrito con incertidumbre y pocas explicaciones de los que se hacían llamar mis padres.

    ...Miedo...

    Es el sentimiento que muchos a lo largo de mi vida han tenido hacia mi persona, producto de sus acciones ocultas.

    ...Vacío...

    Es lo que siento y quién soy.

    ¿Venganza?

    Es lo que quiero obtener si un día descubro la verdad.

    »Laila recordaba lo que un día hace varios años atrás escribió en uno de sus múltiples grimorios perdidos.«
    Venganza y vacío. La incertidumbre es mi más leal compañera, desde que tengo uso de razón, la rigidez en mi educación, las exigencias, maltratos y aislamiento son parte de mi infancia, la felicidad para mí siempre fue un deseo efímero que era dibujado a mi perspectiva en sueños. ¿Libertad? Es algo que no conozco, pues aún sigo prisionera de las mismas preguntas de mi pasado. Mi origen fue escrito con incertidumbre y pocas explicaciones de los que se hacían llamar mis padres. ...Miedo... Es el sentimiento que muchos a lo largo de mi vida han tenido hacia mi persona, producto de sus acciones ocultas. ...Vacío... Es lo que siento y quién soy. ¿Venganza? Es lo que quiero obtener si un día descubro la verdad. »Laila recordaba lo que un día hace varios años atrás escribió en uno de sus múltiples grimorios perdidos.«
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  • The Cursed Forest - The Appalachians
    Fandom Jujutsu Kaisen/Made in Abyss.
    Categoría Suspenso
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Montes Apalaches, 17:44 hs
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Entrada Noreste.

    ⠀⠀El bus los dejó en un camino de tierra con más baches que sentido. El aire olía a hojas muertas, humedad antigua… y algo más. Algo que no tenía olor, pero que raspaba el alma si se respiraba demasiado hondo.

    ⠀⠀El maleficio, el poder corrupto, aquella creadora de desgracias y los hechiceros, aquel rubio era uno. Y su compañera a su lado, una buscadora que nació en el útero de la energía maldita.
    ⠀⠀No por nada este lugar, era objetivo de leyendas. Desde duendes hasta hombres lobo, el bestiario no parecía tener final.

    ⠀⠀Desde aquella promesa infundada sobre un viaje acompañado, trazando un camino de amistad sobre los aventureros que decidieron acompañar sus aventuras, hombro a hombro. Este era el primer paso para dar con ese objetivo: ya que Tascio era un gran luchador, era un pésimo sobreviviente. Muchas veces sobrevivía por suerte y por voluntad más que por costumbre o planificación.
    ⠀⠀⸻ "¿Me trajiste a los Montes Apalaches para aprender a sobrevivir?" ⸻ Interrogó, estuvo en ese lugar varias veces, pero nunca se adentraba de noche, no era tonto, por más payaso que fuere. No por miedo, sino precaución, la orientación era algo importante para sobrevivir.

    ⠀⠀Mirando el lado bueno, tendría bastante contenido para su diario y bestiario.
    ⠀⠀Miró a la cartógrafa, indiferente, sus manos yacían en sus bolsillos. Esperando su orden para avanzar.

    Nairis de Tzelmúr
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Montes Apalaches, 17:44 hs ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Entrada Noreste. ⠀ ⠀⠀El bus los dejó en un camino de tierra con más baches que sentido. El aire olía a hojas muertas, humedad antigua… y algo más. Algo que no tenía olor, pero que raspaba el alma si se respiraba demasiado hondo. ⠀⠀El maleficio, el poder corrupto, aquella creadora de desgracias y los hechiceros, aquel rubio era uno. Y su compañera a su lado, una buscadora que nació en el útero de la energía maldita. ⠀⠀No por nada este lugar, era objetivo de leyendas. Desde duendes hasta hombres lobo, el bestiario no parecía tener final. ⠀⠀Desde aquella promesa infundada sobre un viaje acompañado, trazando un camino de amistad sobre los aventureros que decidieron acompañar sus aventuras, hombro a hombro. Este era el primer paso para dar con ese objetivo: ya que Tascio era un gran luchador, era un pésimo sobreviviente. Muchas veces sobrevivía por suerte y por voluntad más que por costumbre o planificación. ⠀⠀⸻ "¿Me trajiste a los Montes Apalaches para aprender a sobrevivir?" ⸻ Interrogó, estuvo en ese lugar varias veces, pero nunca se adentraba de noche, no era tonto, por más payaso que fuere. No por miedo, sino precaución, la orientación era algo importante para sobrevivir. ⠀⠀Mirando el lado bueno, tendría bastante contenido para su diario y bestiario. ⠀⠀Miró a la cartógrafa, indiferente, sus manos yacían en sus bolsillos. Esperando su orden para avanzar. ⠀ [Nairis_La_Cartografa]
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  • ¿Deianira tiene un rostro angelical? Sí.
    ¿Es un ángel? Para nada.

    Detrás de su fachada de modelo exitosa y autodependiente, esconde algo llamado: drogas.

    Al estar falta de amigos, llama a la tan conocida "tussi", cómo su fiel compañera.
    No solo por su propio consumo, sinó por su distribución a sus contactos más "cercanos".

    El mundo oscuro de la droga llegó a ella a sus diecinueve años, cuando había logrado modelar para grandes marcas. Entró en una fiesta post-pasarela y apenas la probó, entendió que jamás la dejaría.

    También ingresó a una vida potentemente sexual, donde los sentimientos ajenos *no* existían.
    Al instante dejó de importarle si la otra persona quedaba encantada con ella, perdió toda empatía por los demás.

    Deianira solo quería una cosa: satisfacer sus más oscuros deseos.
    ¿Deianira tiene un rostro angelical? Sí. ¿Es un ángel? Para nada. Detrás de su fachada de modelo exitosa y autodependiente, esconde algo llamado: drogas. Al estar falta de amigos, llama a la tan conocida "tussi", cómo su fiel compañera. No solo por su propio consumo, sinó por su distribución a sus contactos más "cercanos". El mundo oscuro de la droga llegó a ella a sus diecinueve años, cuando había logrado modelar para grandes marcas. Entró en una fiesta post-pasarela y apenas la probó, entendió que jamás la dejaría. También ingresó a una vida potentemente sexual, donde los sentimientos ajenos *no* existían. Al instante dejó de importarle si la otra persona quedaba encantada con ella, perdió toda empatía por los demás. Deianira solo quería una cosa: satisfacer sus más oscuros deseos.
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  • El santo, la sombra y la flor
    Fandom Made in Abyss
    Categoría Aventura
    Rol con: [sinner_without_sin] [lunar_ruby_zebra_434]
    Continuación de: https://ficrol.com/posts/267383

    El ruido y la humedad de la taberna quedaron atrás, pero el sabor amargo del fracaso aún quemaba en la boca del hombre. No había conseguido negociar con Ozen, y la puerta se cerró tras él con un golpe seco. Con un suspiro resignado, caminó sin rumbo por las calles angostas y empedradas, pensando que tal vez sus planes de descender al Abismo terminaría antes de empezar. Su compañera peliverde lo seguía desde la distancia, pues se había tomado un momento en la taberna antes de irse.

    Al doblar una esquina, sus pasos frenaron de golpe, lo que le permitió a su compañera acercarse.

    Frente a ellos estaba ella.

    Una mujer alta, con el cabello negro azabache salpicado por una franja blanca que caía como una sombra partida, y unos ojos intensos que parecían mirar más allá de lo visible. No llevaba máscara, pero había en su rostro un silencio tan denso que parecía absorber el ruido de la ciudad.

    Enroscado en su brazo, el silbato blanco lucía desgastado, con grietas oscuras que parecían contar historias profundas.

    Su presencia era aún más imponente gracias al equipamiento que llevaba. Las placas óseas y tendones visibles en sus piernas, fusionadas con botas negras, otorgándole un aire inquietante y casi inhumano. La capa blanca, caía simétrica y elegante sobre sus hombros, mientras su bastón reposaba apoyado junto a ella, con su punta ósea afilada que reflejaba la poca luz del callejón. Colgando de su cuello, un cristal con centro hueco y tonalidad apagada, parecía guardar en silencio los secretos que nadie más podía escuchar.

    La cartógrafa del silencio.
    Rol con: [sinner_without_sin] [lunar_ruby_zebra_434] Continuación de: https://ficrol.com/posts/267383 El ruido y la humedad de la taberna quedaron atrás, pero el sabor amargo del fracaso aún quemaba en la boca del hombre. No había conseguido negociar con Ozen, y la puerta se cerró tras él con un golpe seco. Con un suspiro resignado, caminó sin rumbo por las calles angostas y empedradas, pensando que tal vez sus planes de descender al Abismo terminaría antes de empezar. Su compañera peliverde lo seguía desde la distancia, pues se había tomado un momento en la taberna antes de irse. Al doblar una esquina, sus pasos frenaron de golpe, lo que le permitió a su compañera acercarse. Frente a ellos estaba ella. Una mujer alta, con el cabello negro azabache salpicado por una franja blanca que caía como una sombra partida, y unos ojos intensos que parecían mirar más allá de lo visible. No llevaba máscara, pero había en su rostro un silencio tan denso que parecía absorber el ruido de la ciudad. Enroscado en su brazo, el silbato blanco lucía desgastado, con grietas oscuras que parecían contar historias profundas. Su presencia era aún más imponente gracias al equipamiento que llevaba. Las placas óseas y tendones visibles en sus piernas, fusionadas con botas negras, otorgándole un aire inquietante y casi inhumano. La capa blanca, caía simétrica y elegante sobre sus hombros, mientras su bastón reposaba apoyado junto a ella, con su punta ósea afilada que reflejaba la poca luz del callejón. Colgando de su cuello, un cristal con centro hueco y tonalidad apagada, parecía guardar en silencio los secretos que nadie más podía escuchar. La cartógrafa del silencio.
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  • ¿ Me acaba de regalar mi compañera de piso una hamburguesa?
    ¿ Me acaba de regalar mi compañera de piso una hamburguesa?
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  • — Se lo que vas a decir " no puedes ir por la vida soltando la brutalidad de tus palabras " no me culpes, se lo merecía, no niegues que fue un imbécil de principio a fin, que le explique a su esposa todas esas denuncias por acoso, que agradezca que no le corte las manos o le metí un palo por el *


    Conversación con su compañera de trabajo, Amelia. ¿Caso?. Acoso laboral por parte de un policía federal, casado y con hijos.
    — Se lo que vas a decir " no puedes ir por la vida soltando la brutalidad de tus palabras " no me culpes, se lo merecía, no niegues que fue un imbécil de principio a fin, que le explique a su esposa todas esas denuncias por acoso, que agradezca que no le corte las manos o le metí un palo por el * Conversación con su compañera de trabajo, Amelia. ¿Caso?. Acoso laboral por parte de un policía federal, casado y con hijos.
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  • *Desde temprano Elios llegó a la cafetería en la que trabaja porque tenía que ayudar a la nueva compañera del turno de la mañana, además de enseñarle algunas cosas.*
    *Desde temprano Elios llegó a la cafetería en la que trabaja porque tenía que ayudar a la nueva compañera del turno de la mañana, además de enseñarle algunas cosas.*
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  • #desafiodivino #misiondiarialunes

    La tragedia no cayó como un trueno, cayó como un susurro.

    Fue rápido. Fue brutal. Y lo peor de todo, fue con sus propias manos.
    Cuando Heracles despertó de la niebla, con los ojos todavía húmedos de una locura que no recordaba invocar, lo único que encontró fue silencio. Un silencio antinatural, como si incluso los dioses contuvieran el aliento.

    El hogar que había construido con Megara, los muros que alguna vez estuvieron adornados con flores y risas infantiles, ahora estaban teñidos de rojo. Los cuerpos de sus hijos —sus pequeños, con quienes alguna vez había bailado bajo la lluvia y contado historias junto al fuego— yacían inmóviles. Megara, su compañera, la mujer que había visto más allá del guerrero, estaba fría, aún con expresión de desconcierto, como si no hubiera creído hasta el último segundo que él podría hacerle algo así.

    Heracles no gritó al verlos. No tenía voz. Era como si su alma hubiese abandonado su cuerpo antes de que pudiera comprender lo que había hecho.
    No fue ira lo que lo atravesó. Fue un vacío tan absoluto que dolía respirar. Dolía estar de pie. Dolía simplemente… ser.

    Durante días se arrastró por la casa sin sentido, sus ojos clavados en el suelo, sus manos temblorosas, incapaz de tocar nada por temor a romper aún más lo que quedaba. No comía. No dormía. Solo existía. A veces hablaba solo, en murmullos inconexos, preguntándose si era una pesadilla, si los dioses lo devolverían todo si sufría lo suficiente.

    Pero no lo hicieron.

    Y la ciudad —esa misma que lo había admirado como un semidiós, que había celebrado su matrimonio, que había aclamado su fuerza como la de un titán— ahora lo miraba con horror velado.
    Nadie se atrevía a condenarlo abiertamente. Era Heracles, el hijo de Zeus. Pero todos lo evitaban. Las madres apartaban a sus hijos. Los niños que antes jugaban imitando sus hazañas ahora huían al verlo. No hubo juicio, porque todos sabían que el castigo que él se imponía era más cruel que cualquier sentencia humana.

    Heracles dejó Tebas poco después. No se llevó nada, ni armas ni riquezas, ni siquiera los recuerdos. Caminó hasta que las piernas le sangraron, buscando no un destino, sino una distancia. Quería alejarse de sí mismo, aunque sabía que era imposible. Porque aunque los pasos lo llevaran a nuevas tierras, su mente seguía atrapada en esa casa, en esa noche, en el instante en que todo se quebró.

    Lo que más lo atormentaba no era el acto, sino que aún en medio del dolor… **seguía viviendo**. Cada amanecer era una bofetada. Cada vez que el sol acariciaba su piel, sentía que el mundo lo obligaba a seguir adelante cuando su alma pedía descanso. Los hombres lo llamaban héroe. Los dioses, instrumento. Él solo se veía como una ruina caminante, una sombra con la forma de un hombre.

    A veces encontraba un río y se quedaba mirando el reflejo. No el de su rostro, sino el de sus ojos. Ya no había luz en ellos. Solo cenizas.
    Se preguntaba si alguna vez volvería a sonreír, a amar, a tener un propósito que no naciera del dolor. No quería redención. No la creía posible. Solo deseaba, en lo más profundo, que algún día… su familia pudiera perdonarlo, desde donde estuviesen.

    **Heracles no le temía a la muerte. Le temía a olvidar sus nombres.**
    Porque si alguna vez dejaba de oírlos en su cabeza, si alguna vez sus rostros se desdibujaban entre sueños, entonces todo habría sido en vano.

    Y entonces sí, el verdadero Heracles, moriría para siempre.
    #desafiodivino #misiondiarialunes La tragedia no cayó como un trueno, cayó como un susurro. Fue rápido. Fue brutal. Y lo peor de todo, fue con sus propias manos. Cuando Heracles despertó de la niebla, con los ojos todavía húmedos de una locura que no recordaba invocar, lo único que encontró fue silencio. Un silencio antinatural, como si incluso los dioses contuvieran el aliento. El hogar que había construido con Megara, los muros que alguna vez estuvieron adornados con flores y risas infantiles, ahora estaban teñidos de rojo. Los cuerpos de sus hijos —sus pequeños, con quienes alguna vez había bailado bajo la lluvia y contado historias junto al fuego— yacían inmóviles. Megara, su compañera, la mujer que había visto más allá del guerrero, estaba fría, aún con expresión de desconcierto, como si no hubiera creído hasta el último segundo que él podría hacerle algo así. Heracles no gritó al verlos. No tenía voz. Era como si su alma hubiese abandonado su cuerpo antes de que pudiera comprender lo que había hecho. No fue ira lo que lo atravesó. Fue un vacío tan absoluto que dolía respirar. Dolía estar de pie. Dolía simplemente… ser. Durante días se arrastró por la casa sin sentido, sus ojos clavados en el suelo, sus manos temblorosas, incapaz de tocar nada por temor a romper aún más lo que quedaba. No comía. No dormía. Solo existía. A veces hablaba solo, en murmullos inconexos, preguntándose si era una pesadilla, si los dioses lo devolverían todo si sufría lo suficiente. Pero no lo hicieron. Y la ciudad —esa misma que lo había admirado como un semidiós, que había celebrado su matrimonio, que había aclamado su fuerza como la de un titán— ahora lo miraba con horror velado. Nadie se atrevía a condenarlo abiertamente. Era Heracles, el hijo de Zeus. Pero todos lo evitaban. Las madres apartaban a sus hijos. Los niños que antes jugaban imitando sus hazañas ahora huían al verlo. No hubo juicio, porque todos sabían que el castigo que él se imponía era más cruel que cualquier sentencia humana. Heracles dejó Tebas poco después. No se llevó nada, ni armas ni riquezas, ni siquiera los recuerdos. Caminó hasta que las piernas le sangraron, buscando no un destino, sino una distancia. Quería alejarse de sí mismo, aunque sabía que era imposible. Porque aunque los pasos lo llevaran a nuevas tierras, su mente seguía atrapada en esa casa, en esa noche, en el instante en que todo se quebró. Lo que más lo atormentaba no era el acto, sino que aún en medio del dolor… **seguía viviendo**. Cada amanecer era una bofetada. Cada vez que el sol acariciaba su piel, sentía que el mundo lo obligaba a seguir adelante cuando su alma pedía descanso. Los hombres lo llamaban héroe. Los dioses, instrumento. Él solo se veía como una ruina caminante, una sombra con la forma de un hombre. A veces encontraba un río y se quedaba mirando el reflejo. No el de su rostro, sino el de sus ojos. Ya no había luz en ellos. Solo cenizas. Se preguntaba si alguna vez volvería a sonreír, a amar, a tener un propósito que no naciera del dolor. No quería redención. No la creía posible. Solo deseaba, en lo más profundo, que algún día… su familia pudiera perdonarlo, desde donde estuviesen. **Heracles no le temía a la muerte. Le temía a olvidar sus nombres.** Porque si alguna vez dejaba de oírlos en su cabeza, si alguna vez sus rostros se desdibujaban entre sueños, entonces todo habría sido en vano. Y entonces sí, el verdadero Heracles, moriría para siempre.
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  • -vamos Blu solo hazlo- Blossom estaba con sus compañeras practicando algunas cosas -eres el único que puede sabes que de cantantes no podemos vivir únicamente- Blossom simplemente suspiro -cubranse los oídos, no soy un demonio, no soy nada, pero aunque no tenga magia puedo gritar- tomo aire por unos segundos y al momento de gritar los muros se agrietaron y los vidrios reventaron -ay mi garganta... Crees que Daniel se enoje por el estudio?- prácticamente la habitación estaba hecha pedazos por aquel grito

    Ejem: https://vt.tiktok.com/ZSh4mpH9H/
    -vamos Blu solo hazlo- Blossom estaba con sus compañeras practicando algunas cosas -eres el único que puede sabes que de cantantes no podemos vivir únicamente- Blossom simplemente suspiro -cubranse los oídos, no soy un demonio, no soy nada, pero aunque no tenga magia puedo gritar- tomo aire por unos segundos y al momento de gritar los muros se agrietaron y los vidrios reventaron -ay mi garganta... Crees que Daniel se enoje por el estudio?- prácticamente la habitación estaba hecha pedazos por aquel grito Ejem: https://vt.tiktok.com/ZSh4mpH9H/
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