Desayunado. Ya no mucho más para estar listo y sin embargo se encontraba con nuevas dificultades que, creía, podrían sacarle canas verdes.
Se había seguido cambiando y había creído oír a Angel haberse levantado, pero no es como si pudiera haber ido a corroborarlo con los problemas que le estaba dando su propia ropa.
Además, no era como si me extrañara que la araña también se despertaste temprano, pues había mucho que preparar antes de la celebración y no solo su apariencia que podía llevar tiempo.
Tras haberse puesto el chaleco se había lavado los dientes para, tan solo unos minutos después, encontrarse con su primer desafío; las alas.
Nunca de imaginó pensando en qué tanto le habría facilitado la vida si, cuando alastor se las cortó, no las hubiera recuperado.
Aún faltando por peinarse, se había encontrado batallando con las alas para pasarlas por el agujero en la espalda de su saco. Sí, una abertura que también poseía su camisa y su chaleco; pero una cosa había sido esas dos prendas sin tener otras debajo que ya le apretaban suavemente y otra muy distinta el saco que a la medida le quedaba con la de ropa que llevaba debajo.
Solo cuando acabara de luchar con esa prenda y ponérsela, comenzaría a peinarse
Se había seguido cambiando y había creído oír a Angel haberse levantado, pero no es como si pudiera haber ido a corroborarlo con los problemas que le estaba dando su propia ropa.
Además, no era como si me extrañara que la araña también se despertaste temprano, pues había mucho que preparar antes de la celebración y no solo su apariencia que podía llevar tiempo.
Tras haberse puesto el chaleco se había lavado los dientes para, tan solo unos minutos después, encontrarse con su primer desafío; las alas.
Nunca de imaginó pensando en qué tanto le habría facilitado la vida si, cuando alastor se las cortó, no las hubiera recuperado.
Aún faltando por peinarse, se había encontrado batallando con las alas para pasarlas por el agujero en la espalda de su saco. Sí, una abertura que también poseía su camisa y su chaleco; pero una cosa había sido esas dos prendas sin tener otras debajo que ya le apretaban suavemente y otra muy distinta el saco que a la medida le quedaba con la de ropa que llevaba debajo.
Solo cuando acabara de luchar con esa prenda y ponérsela, comenzaría a peinarse
Desayunado. Ya no mucho más para estar listo y sin embargo se encontraba con nuevas dificultades que, creía, podrían sacarle canas verdes.
Se había seguido cambiando y había creído oír a Angel haberse levantado, pero no es como si pudiera haber ido a corroborarlo con los problemas que le estaba dando su propia ropa.
Además, no era como si me extrañara que la araña también se despertaste temprano, pues había mucho que preparar antes de la celebración y no solo su apariencia que podía llevar tiempo.
Tras haberse puesto el chaleco se había lavado los dientes para, tan solo unos minutos después, encontrarse con su primer desafío; las alas.
Nunca de imaginó pensando en qué tanto le habría facilitado la vida si, cuando alastor se las cortó, no las hubiera recuperado.
Aún faltando por peinarse, se había encontrado batallando con las alas para pasarlas por el agujero en la espalda de su saco. Sí, una abertura que también poseía su camisa y su chaleco; pero una cosa había sido esas dos prendas sin tener otras debajo que ya le apretaban suavemente y otra muy distinta el saco que a la medida le quedaba con la de ropa que llevaba debajo.
Solo cuando acabara de luchar con esa prenda y ponérsela, comenzaría a peinarse