• Yo seré como yo quiera ser y nadie me hará ser como tú
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  • Han pasado meses desde que habia salido con una chica hasta este momento exactamente una semana y 3 días desde la última vez que se vieron para pasar unos últimos momentos juntos, anteriormente a eso, ya había pasado casi un mes que no se hablaban.

    No debió haber sucedido pero paso y fue raro, por el mal estado en qué se encontraba el, ni siquiera pudo disfrutarlo, aún que en el fondo le gustó tanto poder acercarse de nuevo, todo quedó como un recuerdo vago y extraño y una despedida a medias pero que dejaba claro que no volvería a suceder nada igual.

    ~ Bueno, ya fue, y lo que no se dio no se volverá a dar.

    - Dijo para si mismo mientras revisaba una última vez su perfil y se disponía a silenciarlo, ya que bloquear o eliminar lo mostraría vulnerable y dañaria su orgullo-

    ~ Necesito aire fresco y despejar la mente.

    - estiró su mano hacia la mesa de centro para tomar sus llaves, y un paquete de chicles, seguido de esto se levantó y guardo ambas cosas en su bolsillo izquierdo.
    Acomodo su sudadera, con ambas manos cerca de la cintura para que no se enrollara y mantuviera la forma, seguido de esto camino hacia la puerta y se dispuso a salir cerrandola de golpe-
    Han pasado meses desde que habia salido con una chica hasta este momento exactamente una semana y 3 días desde la última vez que se vieron para pasar unos últimos momentos juntos, anteriormente a eso, ya había pasado casi un mes que no se hablaban. No debió haber sucedido pero paso y fue raro, por el mal estado en qué se encontraba el, ni siquiera pudo disfrutarlo, aún que en el fondo le gustó tanto poder acercarse de nuevo, todo quedó como un recuerdo vago y extraño y una despedida a medias pero que dejaba claro que no volvería a suceder nada igual. ~ Bueno, ya fue, y lo que no se dio no se volverá a dar. - Dijo para si mismo mientras revisaba una última vez su perfil y se disponía a silenciarlo, ya que bloquear o eliminar lo mostraría vulnerable y dañaria su orgullo- ~ Necesito aire fresco y despejar la mente. - estiró su mano hacia la mesa de centro para tomar sus llaves, y un paquete de chicles, seguido de esto se levantó y guardo ambas cosas en su bolsillo izquierdo. Acomodo su sudadera, con ambas manos cerca de la cintura para que no se enrollara y mantuviera la forma, seguido de esto camino hacia la puerta y se dispuso a salir cerrandola de golpe-
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  • Extraño a un amigo al cual.. siento que a veces llamo con el alma.
    Y comprendo el cansancio que a de sentir y el como pudo rendirse ante quizá una cierta desilusión.
    Lo siento como una pequeña tragedia, porque me recuerda a todos a los que se han ido.

    Al final de cuentas todos están de paso, y nadie está para quedarse mucho tiempo o toda la vida... Y lo extraño demaciado.

    Una persona realmente increíble, su forma de ser tan libre que me hacía reír y estar cómoda.
    Pero su estancia conmigo termino y decidió no volver más, a pesar de haber tenido ideas juntos que no se pudieron llevar a cabo.

    Realmente llevo un año o más aquí, y el echo de esas ausencias de tan maravillosas personas, me hacen sentir melancólica... Y extrañar todo de ellas.

    No pido que me lleve Diosito verdad? Jaja pero... Suelo disfrutar de quienes están sin que se den cuenta, de lo tanto que me gusta su compañía.

    Y aunque posiblemente no sea la más divertida todo el tiempo, disfruto de ello como disfrutar de un buen pan con relleno cremoso y suave por dentro, a la par de un chocolate caliente.

    Disfruten del presente, como yo muchas veces disfruto de sus presencias.

    Extraño a un amigo al cual.. siento que a veces llamo con el alma. Y comprendo el cansancio que a de sentir y el como pudo rendirse ante quizá una cierta desilusión. Lo siento como una pequeña tragedia, porque me recuerda a todos a los que se han ido. Al final de cuentas todos están de paso, y nadie está para quedarse mucho tiempo o toda la vida... Y lo extraño demaciado. Una persona realmente increíble, su forma de ser tan libre que me hacía reír y estar cómoda. Pero su estancia conmigo termino y decidió no volver más, a pesar de haber tenido ideas juntos que no se pudieron llevar a cabo. Realmente llevo un año o más aquí, y el echo de esas ausencias de tan maravillosas personas, me hacen sentir melancólica... Y extrañar todo de ellas. No pido que me lleve Diosito verdad? Jaja pero... Suelo disfrutar de quienes están sin que se den cuenta, de lo tanto que me gusta su compañía. Y aunque posiblemente no sea la más divertida todo el tiempo, disfruto de ello como disfrutar de un buen pan con relleno cremoso y suave por dentro, a la par de un chocolate caliente. Disfruten del presente, como yo muchas veces disfruto de sus presencias.
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  • [ Rojo. ]

    —...Q u é...

    [ El mundo a su alrededor se derrumba, la presión insoportable asfixiándolo y haciendo más intenso el dolor. ¡Rojo! ¡Números rojos, rojos como la sangre que ha sido derramada! ]

    —No... No, no, no, no... ¿Por qué? No, esto no tiene sentido, yo... Estudié por meses, PUTOS MESES los resultados de esta JODIDA YEGUA DE MIERDA, ¿¿Y SE LE OCURRE LLEGAR EN SEGUNDO LUGAR 𝑯 𝑶 𝒀??

    [ ¡ROJO! ]

    —No... Hubo un error, tiene que ser eso...

    [ ¡Shock y negación, la primer fase! ¡El rojo de los números que indican un fracaso catastrófico y devastador! ¡Meses de esfuerzo, meses de trabajo, MESES DE SALARIO! ¡EVAPORÁNDOSE EN UN INSTANTE COMO SI NADA IMPORTARAN! ]

    —Hijos de puta... Los mato, ¡los mato, LOS VOY A MATAR A TODOS! ¡LO ARREGLARON, SÉ QUE LO ARREGLARON!

    [ ¡RABIA! ¡Ira que arde con la intensidad que sólo conoce quien cree haberlo perdido todo, y descubre que se podía llegar más hondo! ¡Qué aún podían arrebatarle algo! ]

    —Nggh... Kkggh...

    [ Un sollozo débil y patético, lágrimas saladas que anuncian la siguiente fase: ¡DEPRESIÓN! ]

    —Se acabó... Me van a romper las putas piernas, me van a cortar los jodidos dedos...

    [ Aceptación, la aceptación de la miseria, del fracaso, de la desolación. Y, de ese repulsivo, infinito abismo de la más grande bajeza humana, surge: ]

    —...De nuevo.

    [ ¡LOCURA! ¡La locura que sólo alguien como este pobre diablo conoce! Sería cuerdo retirarse ahora, sería comprensible retraerse en el dolor, ¡pero quienes han tocado ESTE fondo de JɄɆ₲Ø ya no piensan como una persona cuerda, normal, parte sana y funcional de la sociedad. ]

    —¡¡DE NUEVO!! ¡¡DOBLE!! ¡¡TODO O NADA!! ¡¡DE NUEVO, PUTA MADRE, DE NUEVO!!
    [ Rojo. ] —...Q u é... [ El mundo a su alrededor se derrumba, la presión insoportable asfixiándolo y haciendo más intenso el dolor. ¡Rojo! ¡Números rojos, rojos como la sangre que ha sido derramada! ] —No... No, no, no, no... ¿Por qué? No, esto no tiene sentido, yo... Estudié por meses, PUTOS MESES los resultados de esta JODIDA YEGUA DE MIERDA, ¿¿Y SE LE OCURRE LLEGAR EN SEGUNDO LUGAR 𝑯 𝑶 𝒀?? [ ¡ROJO! ] —No... Hubo un error, tiene que ser eso... [ ¡Shock y negación, la primer fase! ¡El rojo de los números que indican un fracaso catastrófico y devastador! ¡Meses de esfuerzo, meses de trabajo, MESES DE SALARIO! ¡EVAPORÁNDOSE EN UN INSTANTE COMO SI NADA IMPORTARAN! ] —Hijos de puta... Los mato, ¡los mato, LOS VOY A MATAR A TODOS! ¡LO ARREGLARON, SÉ QUE LO ARREGLARON! [ ¡RABIA! ¡Ira que arde con la intensidad que sólo conoce quien cree haberlo perdido todo, y descubre que se podía llegar más hondo! ¡Qué aún podían arrebatarle algo! ] —Nggh... Kkggh... [ Un sollozo débil y patético, lágrimas saladas que anuncian la siguiente fase: ¡DEPRESIÓN! ] —Se acabó... Me van a romper las putas piernas, me van a cortar los jodidos dedos... [ Aceptación, la aceptación de la miseria, del fracaso, de la desolación. Y, de ese repulsivo, infinito abismo de la más grande bajeza humana, surge: ] —...De nuevo. [ ¡LOCURA! ¡La locura que sólo alguien como este pobre diablo conoce! Sería cuerdo retirarse ahora, sería comprensible retraerse en el dolor, ¡pero quienes han tocado ESTE fondo de JɄɆ₲Ø ya no piensan como una persona cuerda, normal, parte sana y funcional de la sociedad. ] —¡¡DE NUEVO!! ¡¡DOBLE!! ¡¡TODO O NADA!! ¡¡DE NUEVO, PUTA MADRE, DE NUEVO!!
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  • La sobreexposición al abismo suele tener secuelas impredecibles. Sé tan poco, que ni siquiera estoy seguro de qué ocasiona resistencia o esa aparente inmunidad con la que contamos algunos.

    Tampoco estoy seguro si somos moldeados a voluntad por una entidad superior o simplemente sucumbimos a algo inexplicable, que no es consciente de que coexistimos con esta.

    Sea como fuere...

    ¡¿POR QUÉ MIERDA SIEMPRE TIENEN QUE SER OJOS, TENTÁCULOS O DIENTES?!
    La sobreexposición al abismo suele tener secuelas impredecibles. Sé tan poco, que ni siquiera estoy seguro de qué ocasiona resistencia o esa aparente inmunidad con la que contamos algunos. Tampoco estoy seguro si somos moldeados a voluntad por una entidad superior o simplemente sucumbimos a algo inexplicable, que no es consciente de que coexistimos con esta. Sea como fuere... ¡¿POR QUÉ MIERDA SIEMPRE TIENEN QUE SER OJOS, TENTÁCULOS O DIENTES?!
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  • -Hoy… hoy siento el corazón un poquito más suave que de costumbre.

    *Me quedo quieta, dejando que el mundo respire conmigo*

    -A veces la vida se siente pesada, como si todo avanzara más rápido de lo que puedo seguir… Pero aun así, aquí estoy.

    *Me abrazo los brazos despacito, como recordándome que no tengo que correr*

    -Puedo ir a mi ritmo. Puedo equivocarme.
    Puedo descansar.

    *Y mientras pienso en eso, una sonrisa chiquita se me escapa*

    -Es bonito darme cuenta de que, incluso en los días difíciles, siempre aparece una razón para seguir adelante… A veces grande, a veces pequeñita, pero suficiente. Quiero seguir así… encontrando esos momentos suaves que hacen que todo valga la pena. Un paso más. Un suspiro más. Un día más. Y está bien. Está bien vivir así.
    -Hoy… hoy siento el corazón un poquito más suave que de costumbre. *Me quedo quieta, dejando que el mundo respire conmigo* -A veces la vida se siente pesada, como si todo avanzara más rápido de lo que puedo seguir… Pero aun así, aquí estoy. *Me abrazo los brazos despacito, como recordándome que no tengo que correr* -Puedo ir a mi ritmo. Puedo equivocarme. Puedo descansar. *Y mientras pienso en eso, una sonrisa chiquita se me escapa* -Es bonito darme cuenta de que, incluso en los días difíciles, siempre aparece una razón para seguir adelante… A veces grande, a veces pequeñita, pero suficiente. Quiero seguir así… encontrando esos momentos suaves que hacen que todo valga la pena. Un paso más. Un suspiro más. Un día más. Y está bien. Está bien vivir así.
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  • Gracias por aceptar una salida conmigo, puedes tomarlo como una cita.

    *Dijo alegrarme siendo acompañanda por el rubio *
    Gracias por aceptar una salida conmigo, puedes tomarlo como una cita. *Dijo alegrarme siendo acompañanda por el rubio *
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  • ¿Hola? ¡oh! ¡hola!
    ¿Aun sientes miedo al verme? Es normal, no te preocupes, no todos los dias ves una entidad como yo.
    ¿Que soy?
    Puedes llamarme... Knowhere man.
    El placer....es mutuo.
    ¿Hola? ¡oh! ¡hola! ¿Aun sientes miedo al verme? Es normal, no te preocupes, no todos los dias ves una entidad como yo. ¿Que soy? Puedes llamarme... Knowhere man. El placer....es mutuo.
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  • Cecilia Immergreen Gigi Murin Raora Panthera

    *La sala principal de Justice estaba teñida por el rojo del fuego danzando en la chimenea. Las luces siempre lúgubres, siempre tensas parpadeaban como si sintieran el humor de su líder.

    Yo estaba de pie frente a la mesa central, una mano apoyada sobre los documentos estratégicos aún abiertos… pero olvidados desde que recibí la noticia.

    Mi voz cortó el silencio con la frialdad del acero*

    -Reúnanse. Ahora.

    *La orden resonó en todo el cuartel. El aire entero pareció contener la respiración. Al cabo de unos segundos, escuché pasos apresurados acercarse. Cuando todos estuvieron presentes, alcé la mirada.

    Mi expresión era tranquila… demasiado tranquila. Ese tipo de tranquilidad que hace temblar incluso a quienes no temen a nada.*

    -Supongo que ya todas han escuchado los rumores

    *murmuré mientras mis dedos recorrían el borde dorado de la mesa*

    -Nuestra querida Raora… tomará un camino inesperado. Un camino que la une a Hakos Baelz.

    *El nombre casi ardió en mi lengua.*

    -Miembro del Consejo

    *continué, dejando caer la palabra como si pesara toneladas*

    - Nuestro enemigo directo. Y ahora… madre de la familia que Raora ha decidido formar.

    *Me acomodé el cabello hacia atrás, con la elegancia calculada de quien nunca pierde el control.*

    -No los llamé aquí para escándalos ni quejas infantiles. Los llamé porque este asunto importa. Y porque quiero escuchar, uno por uno, cómo piensan actuar ahora que una de las nuestras ha enlazado su destino con el del enemigo.

    *Una pausa. Una sonrisa ligera. Peligrosa.*

    -Y antes de que alguna piense en abrir la boca para juzgarla… recuerden quién soy. Y recuerden que antes de tomar cualquier decisión, yo seré quien determine si esto es una amenaza… o una oportunidad.

    *Mis ojos brillaron intensamente, como brasas encendidas.*

    -Hablen.

    *La reunión ha comenzado.*
    [ember_amethyst_octopus_437] [echo_peach_crab_589] [divine_eyes] *La sala principal de Justice estaba teñida por el rojo del fuego danzando en la chimenea. Las luces siempre lúgubres, siempre tensas parpadeaban como si sintieran el humor de su líder. Yo estaba de pie frente a la mesa central, una mano apoyada sobre los documentos estratégicos aún abiertos… pero olvidados desde que recibí la noticia. Mi voz cortó el silencio con la frialdad del acero* -Reúnanse. Ahora. *La orden resonó en todo el cuartel. El aire entero pareció contener la respiración. Al cabo de unos segundos, escuché pasos apresurados acercarse. Cuando todos estuvieron presentes, alcé la mirada. Mi expresión era tranquila… demasiado tranquila. Ese tipo de tranquilidad que hace temblar incluso a quienes no temen a nada.* -Supongo que ya todas han escuchado los rumores *murmuré mientras mis dedos recorrían el borde dorado de la mesa* -Nuestra querida Raora… tomará un camino inesperado. Un camino que la une a Hakos Baelz. *El nombre casi ardió en mi lengua.* -Miembro del Consejo *continué, dejando caer la palabra como si pesara toneladas* - Nuestro enemigo directo. Y ahora… madre de la familia que Raora ha decidido formar. *Me acomodé el cabello hacia atrás, con la elegancia calculada de quien nunca pierde el control.* -No los llamé aquí para escándalos ni quejas infantiles. Los llamé porque este asunto importa. Y porque quiero escuchar, uno por uno, cómo piensan actuar ahora que una de las nuestras ha enlazado su destino con el del enemigo. *Una pausa. Una sonrisa ligera. Peligrosa.* -Y antes de que alguna piense en abrir la boca para juzgarla… recuerden quién soy. Y recuerden que antes de tomar cualquier decisión, yo seré quien determine si esto es una amenaza… o una oportunidad. *Mis ojos brillaron intensamente, como brasas encendidas.* -Hablen. *La reunión ha comenzado.*
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  • 𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳

    La luz del atardecer caía justo a sus espaldas, reflejándose en su cabello rubio. Su sonrisa, brillante y acogedora, hacía que el espacio se sintiera más liviano de lo que realmente era. Tenía los brazos apoyados con soltura, como si estuviera descansando después de reir demasiado, con esa postura relajada que solo tomaba cuando realmente se sentía cómoda.

    Al verte, sus ojos se entrecerraron un poco más por la sonrisa que traía encima.

    —¡Ah, con que ahí estás! —dijo, con esa voz que sonaba a alivio disfrazada de broma.

    Un mechón dorado cayó sobre su rostro y ella lo apartó con un gesto tranquilo, distraído, mientras mantenía esa sonrisa cálida que parecían invitarte sin decirlo.

    —Pensé que te perderias este atardecer tan bonito... —fingió un puchero, pero no tardó en volver a reir. —Ven, cuentame como fue tu día.
    𖹭^᪲᪲᪲𝅄 ׁ ˳🍮 La luz del atardecer caía justo a sus espaldas, reflejándose en su cabello rubio. Su sonrisa, brillante y acogedora, hacía que el espacio se sintiera más liviano de lo que realmente era. Tenía los brazos apoyados con soltura, como si estuviera descansando después de reir demasiado, con esa postura relajada que solo tomaba cuando realmente se sentía cómoda. Al verte, sus ojos se entrecerraron un poco más por la sonrisa que traía encima. —¡Ah, con que ahí estás! —dijo, con esa voz que sonaba a alivio disfrazada de broma. Un mechón dorado cayó sobre su rostro y ella lo apartó con un gesto tranquilo, distraído, mientras mantenía esa sonrisa cálida que parecían invitarte sin decirlo. —Pensé que te perderias este atardecer tan bonito... —fingió un puchero, pero no tardó en volver a reir. —Ven, cuentame como fue tu día.
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