• -ante la extraña situación donde el agua cae en el cuarto de baño un rápido movimiento tras escuchar la puerta abrirse detiene esa actividad-
    "ejem, te importaría? es de mala educación espiar"
    -ni siquiera sabes quien es pero te habla con tal igualdad y en este caso ofendido mientras terminaba de ajustarse la bata-
    "quizás es una sorpresa mi presencia aquí pero no te preocupes solo me cambiare y me iré, no es mi elección donde aparezco y bueno, necesitaba esto... ahora me permites terminar? esto se esta haciendo incomodo y comienza a hacer frio"
    -como si nada tomo una de las toallas que había para secarse el cabello-
    -ante la extraña situación donde el agua cae en el cuarto de baño un rápido movimiento tras escuchar la puerta abrirse detiene esa actividad- "ejem, te importaría? es de mala educación espiar" -ni siquiera sabes quien es pero te habla con tal igualdad y en este caso ofendido mientras terminaba de ajustarse la bata- "quizás es una sorpresa mi presencia aquí pero no te preocupes solo me cambiare y me iré, no es mi elección donde aparezco y bueno, necesitaba esto... ahora me permites terminar? esto se esta haciendo incomodo y comienza a hacer frio" -como si nada tomo una de las toallas que había para secarse el cabello-
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  • ʜᴜɢᴏ ᴠʟᴀᴅ
    Solo es que me encanta la forma en la que me ves y la forma en que me tomas entre tus brazos, es como si para ti, fuera lo mas valioso en tu vida, sinceramente puedo decir que me eh enamorado de ti.
    [pulse_salmon_ape_218] Solo es que me encanta la forma en la que me ves y la forma en que me tomas entre tus brazos, es como si para ti, fuera lo mas valioso en tu vida, sinceramente puedo decir que me eh enamorado de ti.
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  • Bueno , como sea ..... ire a ver la a siguiente pelea , quizas lo vere luego .
    Bueno , como sea ..... ire a ver la a siguiente pelea , quizas lo vere luego .
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  • Meredith no recordaba exactamente cuándo lo había dibujado.
    No había fecha, ni contexto, ni memoria clara del momento. Solo el trazo demasiado seguro para haber sido casual.

    Últimamente, la imagen regresaba a su mente a diario, apareciendo sin aviso en los momentos más insignificantes: mientras cerraba la heladería, mientras escuchaba la estática de la radio, mientras Hawkins fingía ser un pueblo normal.
    El dibujo le provocaba escalofríos, pero no era miedo lo que sentía… era algo peor.

    Una molestia persistente.
    Como una astilla enterrada bajo la piel.

    Había algo en esas líneas que no encajaba, algo que vibraba con la misma frecuencia incómoda que precede a las tragedias. Meredith no lo veía como una pesadilla, sino como un eco adelantado, un presagio torcido de que algo —algo realmente malo— estaba a punto de ocurrir en Hawkins.

    Y lo más inquietante no era el dibujo en sí.
    Era la certeza silenciosa de que, cuando lo hizo, sabía exactamente lo que estaba viendo.
    Meredith no recordaba exactamente cuándo lo había dibujado. No había fecha, ni contexto, ni memoria clara del momento. Solo el trazo demasiado seguro para haber sido casual. Últimamente, la imagen regresaba a su mente a diario, apareciendo sin aviso en los momentos más insignificantes: mientras cerraba la heladería, mientras escuchaba la estática de la radio, mientras Hawkins fingía ser un pueblo normal. El dibujo le provocaba escalofríos, pero no era miedo lo que sentía… era algo peor. Una molestia persistente. Como una astilla enterrada bajo la piel. Había algo en esas líneas que no encajaba, algo que vibraba con la misma frecuencia incómoda que precede a las tragedias. Meredith no lo veía como una pesadilla, sino como un eco adelantado, un presagio torcido de que algo —algo realmente malo— estaba a punto de ocurrir en Hawkins. Y lo más inquietante no era el dibujo en sí. Era la certeza silenciosa de que, cuando lo hizo, sabía exactamente lo que estaba viendo.
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  • « Vuelta a casa »
    𝐌𝖾𝗅𝗂𝗇𝖺 𝐅𝗂𝗋𝖾𝖻𝗅𝗈𝗈𝗆

    Era la primera nevada del año; aquel manto blanco, virgen, se tiñó de carmesí en aquel ocaso. Los Kamis los habían castigado, como a un perro desobediente que reta a su amo.

    Sus últimas palabras y pensamientos fueron volver a casa. No sabía cuántos días habían pasado; en el mundo de los espíritus la noche siempre era perpetua, por lo que no fue consciente del tiempo que pasó fuera.

    Recordó ser arropado por los brazos de Inari, y segundos después, tras sus últimas palabras, sentir que el frío del invierno lo abrazaba. Apareció en el exterior del templo, boca arriba sobre el manto blanco que había viajado con aquella primera nevada. Sintió incluso alivio al sentir la frescura sobre su piel lacerada. Aún así, el dolor le había robado el aliento; eso sumado a la falta de comida, agua y sueño durante días, había hecho que finalmente colapsara. Pero tras unos largos segundos, con el poco hilo de voz que le quedaba, pudo decir una sola cosa.

    - Me...Melina....-

    « Vuelta a casa » [Fire.bl00m] Era la primera nevada del año; aquel manto blanco, virgen, se tiñó de carmesí en aquel ocaso. Los Kamis los habían castigado, como a un perro desobediente que reta a su amo. Sus últimas palabras y pensamientos fueron volver a casa. No sabía cuántos días habían pasado; en el mundo de los espíritus la noche siempre era perpetua, por lo que no fue consciente del tiempo que pasó fuera. Recordó ser arropado por los brazos de Inari, y segundos después, tras sus últimas palabras, sentir que el frío del invierno lo abrazaba. Apareció en el exterior del templo, boca arriba sobre el manto blanco que había viajado con aquella primera nevada. Sintió incluso alivio al sentir la frescura sobre su piel lacerada. Aún así, el dolor le había robado el aliento; eso sumado a la falta de comida, agua y sueño durante días, había hecho que finalmente colapsara. Pero tras unos largos segundos, con el poco hilo de voz que le quedaba, pudo decir una sola cosa. - Me...Melina....-
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  • La caja del árbol llevaba años siendo la misma. Cartón gastado, cinta vieja, una esquina hundida por el tiempo y la memoria. Mika la arrastró por el suelo del departamento con cuidado, como si dentro no hubiera solo esferas y luces… sino fragmentos de otras navidades.

    — Siempre lo armaba sola… — dijo sin dramatismo, como quien confiesa algo cotidiano pero importante.

    Se sentó en el suelo, piernas cruzadas, abriendo la caja con lentitud. El olor a plástico, a polvo leve, a luces guardadas demasiado tiempo, llenó el aire. Sacó la primera esfera: roja, opaca, con un pequeño raspón.

    — Esta era de mi papá. La compró en un mercado, dijo que no necesitaba ser perfecta para ser bonita.

    Sonrió apenas. Esa sonrisa que no es tristeza, pero tampoco alegría completa. Mika apoyó la esfera sobre la alfombra, luego sacó otra, dorada, con una cinta deshilachada.

    — Mi mamá siempre decía que el árbol no era para presumir… era para recordar.

    Levantó la mirada hacia Kensuke, que estaba ahí, presente, sin apuro. Eso ya era distinto. Eso ya cambiaba todo.

    — Después de que ellos murieron… — hizo una pausa, breve, honesta — la Navidad se volvió silenciosa. No triste. Silenciosa.

    Tomó las luces, las desenredó con paciencia casi ritual.

    — Pero este año… — respiró hondo — no quiero armarlo sola.

    Se levantó, colocó el árbol en su base, enderezándolo con cuidado. Sus manos temblaron apenas cuando sostuvo la estrella.

    — No quiero reemplazar nada — dijo, mirándolo — solo… sumar.

    Le tendió una esfera simple, blanca, sin historia previa.

    — Esta no significa nada todavía. Pensé que podríamos empezar con esta.

    Se acercó, lo suficiente para que sus hombros casi se tocaran.

    — No quiero una Navidad perfecta, Ken… quiero una real. Con calcetines rotos, luces mal puestas y alguien que se quede.

    Encendió las luces. El árbol parpadeó primero, inseguro, y luego se iluminó por completo, bañando el departamento en dorado suave.

    Mika lo miró. Luego al árbol. Luego a él otra vez.

    — Supongo que… bienvenido a mi Navidad.

    Y por primera vez en años, no sonó a despedida. Sonó a comienzo.

    𝐊𝐞𝐧𝐬𝐮𝐤𝐞
    La caja del árbol llevaba años siendo la misma. Cartón gastado, cinta vieja, una esquina hundida por el tiempo y la memoria. Mika la arrastró por el suelo del departamento con cuidado, como si dentro no hubiera solo esferas y luces… sino fragmentos de otras navidades. — Siempre lo armaba sola… — dijo sin dramatismo, como quien confiesa algo cotidiano pero importante. Se sentó en el suelo, piernas cruzadas, abriendo la caja con lentitud. El olor a plástico, a polvo leve, a luces guardadas demasiado tiempo, llenó el aire. Sacó la primera esfera: roja, opaca, con un pequeño raspón. — Esta era de mi papá. La compró en un mercado, dijo que no necesitaba ser perfecta para ser bonita. Sonrió apenas. Esa sonrisa que no es tristeza, pero tampoco alegría completa. Mika apoyó la esfera sobre la alfombra, luego sacó otra, dorada, con una cinta deshilachada. — Mi mamá siempre decía que el árbol no era para presumir… era para recordar. Levantó la mirada hacia Kensuke, que estaba ahí, presente, sin apuro. Eso ya era distinto. Eso ya cambiaba todo. — Después de que ellos murieron… — hizo una pausa, breve, honesta — la Navidad se volvió silenciosa. No triste. Silenciosa. Tomó las luces, las desenredó con paciencia casi ritual. — Pero este año… — respiró hondo — no quiero armarlo sola. Se levantó, colocó el árbol en su base, enderezándolo con cuidado. Sus manos temblaron apenas cuando sostuvo la estrella. — No quiero reemplazar nada — dijo, mirándolo — solo… sumar. Le tendió una esfera simple, blanca, sin historia previa. — Esta no significa nada todavía. Pensé que podríamos empezar con esta. Se acercó, lo suficiente para que sus hombros casi se tocaran. — No quiero una Navidad perfecta, Ken… quiero una real. Con calcetines rotos, luces mal puestas y alguien que se quede. Encendió las luces. El árbol parpadeó primero, inseguro, y luego se iluminó por completo, bañando el departamento en dorado suave. Mika lo miró. Luego al árbol. Luego a él otra vez. — Supongo que… bienvenido a mi Navidad. Y por primera vez en años, no sonó a despedida. Sonó a comienzo. [BigB0y]
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  • —Si mis botas se rompen, te juro que voy a golpearte otra vez…

    —Soltó Vicky con ironía, bajando la escalera como si la amenaza fuera solo una formalidad.—
    —Si mis botas se rompen, te juro que voy a golpearte otra vez… —Soltó Vicky con ironía, bajando la escalera como si la amenaza fuera solo una formalidad.—
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  • - Su novia lo pidió un regalo navideño y como no encontró un moño de su talla, le tocó una botarga de reno.-
    - Su novia lo pidió un regalo navideño y como no encontró un moño de su talla, le tocó una botarga de reno.- ❤️
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  • -¡La señal se encendió como un árbol de Navidad! Al instante, se desató una alegre melodía festiva, como un villancico hecho a la medida de cada uno de los anillos infernales. ¡Se oía un canto lleno de júbilo y entusiasmo!-

    https://youtu.be/UqWrT6ihO38?si=C__qeQijgkygVizE
    -¡La señal se encendió como un árbol de Navidad! Al instante, se desató una alegre melodía festiva, como un villancico hecho a la medida de cada uno de los anillos infernales. ¡Se oía un canto lleno de júbilo y entusiasmo!- https://youtu.be/UqWrT6ihO38?si=C__qeQijgkygVizE
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  • - Una noche de recuerdo. -

    [• El hombre estaría en el exterior de su hogar, mete la mano derecha en su bolsillo y luego de buscar por unos instantes, sacaría un cigarrillo. pone el filtro entre los labios, luego saca un encendedor del mismo bolsillo para encenderlo y darle suficiente calor a la punta del cigarro para dar la primera calda y soltarlo ligeramente. •]

    - Hmm... Parece que se humedecido en algún momento.. está algo feo ésto.

    [• da un pequeño suspiro y sigue funcionando por unos minutos más, antes de agarrarlo con el pulgar y anular justo en la zona entre el filtro y lo que se "consume", sacarlo de su boca y tirarlo a un costado. •]

    - si, está algo horrible..

    [• pone las manos en los bolsillos y luego mira ligeramente hacia arriba, viendo el cielo de la noche, ligeramente nublado gracias por una lluvia que pasó hace horas.

    Al ver el cielo, este le pasa por sus ojos y mente un pequeño recuerdo:

    -Una noche como aquel actual, una más oscura, fría y húmeda gracias a los árboles y también por el la estación, siendo invierno.

    El hombre estaba recostado de espaldas contra un árbol, haciendo de seguridad en una trincheras improvisadas, sin poder fumar algo para evitar cualquier inconveniente. Sentía el peso de su ropa húmeda, el de su arma colgada por un tirante de cuero en su hombro y el chaleco antibalas que tenía. Todo aquel peso y la humedad parecía quererlo tumbar hacia abajo, pero solo se mantiene de pie.

    Su líder le informo en ir hacia una ubicación hacia el norte para armar una pequeña base y tener cierta ventaja en una guerrilla que estaba pasando en aquellos momentos... Supuestamente en un pueblo abandonado, dónde llegarían a la noche.-

    Luego de unos segundos, este se queda en blanco, parecía que quería borrar algo de su recuerdo su cerebro, pero luego de unos segundos, recordaría que aquel momento tranquilo solo era un momento antes de una gran tormenta que pasaría.

    Luego de recordar nuevamente aquel momento de las bengalas y explosiones, este se le escapa una cara de cierta molestia, pero luego de un suspiro, este mira hacia abajo, luego a un costado y vería el cigarro, aún tirando humo. •]

    - creo que no estabas tan mal al final de todo... Quizás el siguiente cigarro si me matará aunque me dee un momento de alegría.

    [• luego de unos segundos y caer en cuenta que estaba hablando hacia un cigarro, esté rie ligeramente por la situación, antes de ir hacia la puerta nuevamente y entrar a su casa. •]



    •|| meee quedó sin ideas mi gente •||
    - Una noche de recuerdo. - [• El hombre estaría en el exterior de su hogar, mete la mano derecha en su bolsillo y luego de buscar por unos instantes, sacaría un cigarrillo. pone el filtro entre los labios, luego saca un encendedor del mismo bolsillo para encenderlo y darle suficiente calor a la punta del cigarro para dar la primera calda y soltarlo ligeramente. •] - Hmm... Parece que se humedecido en algún momento.. está algo feo ésto. [• da un pequeño suspiro y sigue funcionando por unos minutos más, antes de agarrarlo con el pulgar y anular justo en la zona entre el filtro y lo que se "consume", sacarlo de su boca y tirarlo a un costado. •] - si, está algo horrible.. [• pone las manos en los bolsillos y luego mira ligeramente hacia arriba, viendo el cielo de la noche, ligeramente nublado gracias por una lluvia que pasó hace horas. Al ver el cielo, este le pasa por sus ojos y mente un pequeño recuerdo: -Una noche como aquel actual, una más oscura, fría y húmeda gracias a los árboles y también por el la estación, siendo invierno. El hombre estaba recostado de espaldas contra un árbol, haciendo de seguridad en una trincheras improvisadas, sin poder fumar algo para evitar cualquier inconveniente. Sentía el peso de su ropa húmeda, el de su arma colgada por un tirante de cuero en su hombro y el chaleco antibalas que tenía. Todo aquel peso y la humedad parecía quererlo tumbar hacia abajo, pero solo se mantiene de pie. Su líder le informo en ir hacia una ubicación hacia el norte para armar una pequeña base y tener cierta ventaja en una guerrilla que estaba pasando en aquellos momentos... Supuestamente en un pueblo abandonado, dónde llegarían a la noche.- Luego de unos segundos, este se queda en blanco, parecía que quería borrar algo de su recuerdo su cerebro, pero luego de unos segundos, recordaría que aquel momento tranquilo solo era un momento antes de una gran tormenta que pasaría. Luego de recordar nuevamente aquel momento de las bengalas y explosiones, este se le escapa una cara de cierta molestia, pero luego de un suspiro, este mira hacia abajo, luego a un costado y vería el cigarro, aún tirando humo. •] - creo que no estabas tan mal al final de todo... Quizás el siguiente cigarro si me matará aunque me dee un momento de alegría. [• luego de unos segundos y caer en cuenta que estaba hablando hacia un cigarro, esté rie ligeramente por la situación, antes de ir hacia la puerta nuevamente y entrar a su casa. •] •|| meee quedó sin ideas mi gente 🗣️🗣️🗣️ •||
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