• - En compañía de aquella curiosa joven, llega hasta una pizzeria, siendo lo que llama más su atención una persona usando una botarga de una rebanada de pizza en las afueras del local. Le parece tan simático ese gesto que basta para elegir el restaurante como su lugar de encuentro. -

    Bien Shiori Novella creo que podemos comer aquí. ¿está bien?
    - En compañía de aquella curiosa joven, llega hasta una pizzeria, siendo lo que llama más su atención una persona usando una botarga de una rebanada de pizza en las afueras del local. Le parece tan simático ese gesto que basta para elegir el restaurante como su lugar de encuentro. - Bien [specter_copper_horse_768] creo que podemos comer aquí. ¿está bien?
    0 turnos 0 maullidos
  • No sé cómo se puede echar tanto de menos a alguien aún estando siempre contigo, es como si no le tuvieras al completo, no sé si ese deseo de posesión lo hace más interesante o más desesperante, pero lo cierto es que todo tiempo es poco, todas las frases son cortas, todos los pensamientos son algo efímeros, y las pausas casi siempre se hacen eternas…..
    No sé cómo se puede echar tanto de menos a alguien aún estando siempre contigo, es como si no le tuvieras al completo, no sé si ese deseo de posesión lo hace más interesante o más desesperante, pero lo cierto es que todo tiempo es poco, todas las frases son cortas, todos los pensamientos son algo efímeros, y las pausas casi siempre se hacen eternas…..
    0 turnos 0 maullidos
  • La cocina olía a masa dulce y café recién hecho cuando Kael sacó la última pancake de la sartén. Todavía estaba sin camisa, con el pelo cayéndole desordenado sobre la frente, pero ya había acomodado dos platos en la mesa: uno frente al otro.

    No era nada elaborado, solo… un desayuno hecho con intención.

    Escuchó pasos acercarse y levantó la vista por encima de su hombro.

    —Buen día —saludó, con esa voz tranquila de primera hora, sin forzar ninguna sonrisa, pero dejando ver una suave curva en los labios.

    Apagó la hornalla y dejó la espátula a un lado.

    —Hice pancakes. —Se encogió levemente de hombros, como restándole importancia—. Pensé que no venía mal empezar así.

    Se pasó una mano por el cabello, intentando acomodarlo sin éxito, y señaló la silla frente a la suya.

    —Sentate, todavía están calientes.
    La cocina olía a masa dulce y café recién hecho cuando Kael sacó la última pancake de la sartén. Todavía estaba sin camisa, con el pelo cayéndole desordenado sobre la frente, pero ya había acomodado dos platos en la mesa: uno frente al otro. No era nada elaborado, solo… un desayuno hecho con intención. Escuchó pasos acercarse y levantó la vista por encima de su hombro. —Buen día —saludó, con esa voz tranquila de primera hora, sin forzar ninguna sonrisa, pero dejando ver una suave curva en los labios. Apagó la hornalla y dejó la espátula a un lado. —Hice pancakes. —Se encogió levemente de hombros, como restándole importancia—. Pensé que no venía mal empezar así. Se pasó una mano por el cabello, intentando acomodarlo sin éxito, y señaló la silla frente a la suya. —Sentate, todavía están calientes.
    0 turnos 0 maullidos
  • -Los quiero a todos en alerta, la señorita Sunset esta guiando a todos para evacuar, NO SE ESCONDAN Y AVANCEN!, estos suministros deben llegar para el momento en que el territorio termine de establecerse, sigan a la milicia y guardia fronteriza para evitar morir por las criaturas del vacio- Aruna abria caminos usando su magia verde para que los camiones avanzaran, se encontraba guiando el avance de los suministros basicos como comida, agua y construccion los cuales avanzaban con dificultad esquivando bestias muertas y los sismos a causa del levantameinto de territorio

    Musica ambiente:
    https://music.youtube.com/watch?v=A_J3UhPK-Zo&si=BhLgbRC4DoEi-1hO
    -Los quiero a todos en alerta, la señorita Sunset esta guiando a todos para evacuar, NO SE ESCONDAN Y AVANCEN!, estos suministros deben llegar para el momento en que el territorio termine de establecerse, sigan a la milicia y guardia fronteriza para evitar morir por las criaturas del vacio- Aruna abria caminos usando su magia verde para que los camiones avanzaran, se encontraba guiando el avance de los suministros basicos como comida, agua y construccion los cuales avanzaban con dificultad esquivando bestias muertas y los sismos a causa del levantameinto de territorio Musica ambiente: https://music.youtube.com/watch?v=A_J3UhPK-Zo&si=BhLgbRC4DoEi-1hO
    0 turnos 0 maullidos
  • [ La escandalosa bola de pelos del barrio, otra vez había sido capturada. ]

    —Qué perro más feo eres, mierda. ¿Y se supone que los perros hagan esa pose? Ugh... Tres mil yenes... — Kaiji revisa su bolsillo, haciendo sonar las monedas.. Encuentra cambio exacto y una lágrima se forma en su ojo izquierdo al apretar los párpados.

    —Carajo, ¡carajo, es lo último que me quedaba! ¿¡Por qué tienes que ser tan hijo de perra?! Ay mejor no me respondas.

    [ Frustración. Desesperación. La quiebra absoluta. ]

    —Bueno, ya veremos mañana como completamos la renta *Sigh*... ¡Pero esta es la *ÚLTIMA* puta vez que te saco de aquí!
    [ La escandalosa bola de pelos del barrio, otra vez había sido capturada. ] —Qué perro más feo eres, mierda. ¿Y se supone que los perros hagan esa pose? Ugh... Tres mil yenes... — Kaiji revisa su bolsillo, haciendo sonar las monedas.. Encuentra cambio exacto y una lágrima se forma en su ojo izquierdo al apretar los párpados. —Carajo, ¡carajo, es lo último que me quedaba! ¿¡Por qué tienes que ser tan hijo de perra?! Ay mejor no me respondas. [ Frustración. Desesperación. La quiebra absoluta. ] —Bueno, ya veremos mañana como completamos la renta *Sigh*... ¡Pero esta es la *ÚLTIMA* puta vez que te saco de aquí!
    Me enjaja
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • "Durante toda mi vida le he dedicado toda atención a la música. No habia minuto en el que alejara mi vista de las partituras, de las teclas de mi piano, de mi manos agitadas moviendose de aqui para allá.

    Sin embargo, aquel compañero/a de orquesta, quien sostiene su chelo de una forma tan firme, elegante, atractiva... Aquél molesto/a compañero/a, estaba jodiendo mi atención, mi avance para lograr mi puesto como directora de orquesta.

    Mis oídos no oían el "do"de mi piano, mis ojos no leían las notas de la obra " El clave bien temperado​" de Bach. Mis sentidos le pertenecían ahora, al cien porciento, a la desastrosa melodia del amor."
    ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ
    "Durante toda mi vida le he dedicado toda atención a la música. No habia minuto en el que alejara mi vista de las partituras, de las teclas de mi piano, de mi manos agitadas moviendose de aqui para allá. Sin embargo, aquel compañero/a de orquesta, quien sostiene su chelo de una forma tan firme, elegante, atractiva... Aquél molesto/a compañero/a, estaba jodiendo mi atención, mi avance para lograr mi puesto como directora de orquesta. Mis oídos no oían el "do"de mi piano, mis ojos no leían las notas de la obra " El clave bien temperado​" de Bach. Mis sentidos le pertenecían ahora, al cien porciento, a la desastrosa melodia del amor." ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ♡ﮩ٨ـﮩﮩ٨ـ
    Me encocora
    Me gusta
    10
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝚁𝙴𝚃𝚄𝚁𝙽 𝚃𝙾 𝚃𝙷𝙴 𝙷𝚄𝙽𝚃
    Fandom Supernatural
    Categoría Acción
    Desperto en el cuarto de motel que compartía con el mayor de sus hijos, giró la cabeza sobre la almohada y miró en dirección a la segunda cama individual; Dean dormía profundamente con una mano metida debajo de la almohada y rocando por lo bajo, pero no por aparentar un sueño profundo significaba que no iba a despertarse de golpe ante el menor ruido en la habitación por lo que tenia que ser cuidadoso. Probablemente jamás lo admitiria en voz alta, pero estaba orgulloso de los excelentes cazadores que había formado, estaba orgulloso de Dean y de Sam; a pesar de estar molesto con este último por haberse marchado del nido, estaba orgulloso de ellos por todas las criaturas que habían eliminado sin su ayuda.

    El reloj en la mesa de noche marcaba poco más de las cinco de la mañana, no era de extrañarse que despertara por si solo en ese horario. Una costumbre arraigada, forjada durante sus años en el ejército y gracias a eso no era esclavo de ningún despertador.

    Se deslizó con cuidado sobre el colchón, tratando de no provocar ningún chirrido de los resortes. Se colgó el bolso al hombro, tomo las llaves de la camioneta, dejo las del impala sobre la mesa y garabateo una nota rápida que decía: "Dean, volvere en un par de días. Encargate de la cacería programada para los próximos días, llevate el impala, nos vemos pronto". Dejo la nota sobre la mesa de noche, observo a su hijo dormir por un par de segundos y se escabullo de la habitacion sin hacer ruido.

    Una vez fuera, empujo la camioneta un par de metros para no despertar a Dean con el sonido del motor. Afortunadamente acababa de llegar un camión con una exhausto conductor con intención de pasar la noche en ese lugar y John aprovecho el sonido de ese motor para encubrir el de su camioneta.

    Encendió la radio cuando tomo el desvío hacia la carretera, envío un último mensaje tanto para Bill como para su esposa Ellen; comunicandoles que iba en camino hacia su bar; Harvelle's Roadhouse. Un refugio y punto de encuentro para cazadores, allí solían intercambiar armas, debatir sobre criaturas sobrenaturales y hasta disputarse quien o quienes se encargaban de eliminar a tal o cual bestia.

    Condujo durante tres horas, solo para encontrarse con un clima lluvioso al estacionar en la entrada del bar. Bajo de la camioneta usando su chaqueta como paraguas, en ese breve trayecto se percató de que habían algunos coches que veía por primera y asumió que habían cazadores nuevos. No estaba en desacuerdo con incluir a más mientras fuesen competentes, las nueva camadas eran hijos o incluso nietos de otros cazadores; pero al menos se contentaba en saber que solo recibiría cumplidos para sus propios hijos, no le había comentado a nadie lo de Sam y esperaba manterlo así.

    Cruzó la puertas de entrada y lo primero que vio fue a Bill regañando a su hija Jo. El hombre extendía la mano de forma impaciente, aguardando a que la rubia le entragase algo, definitivamente a su amigo le faltaba tener algo de "mano dura" y educadar mejor a su hija.

    Por curiosidad, se sentó en una banqueta de la barra para contemplar discretamente la escena. En ese momento Ellen apareció y le sirvió una botella de cerveza.

    ──Otra vez trato de cazar por su cuenta. No importa lo que su padre le diga, quiere formar parte de esto, pero aún no esta lista... No todos tenemos la suerte de tener unos muchachos tan obedientes como los tuyos, John── Le comento divertida, el experto cazador tomó el cumplido aunque no alardeo sobre ello.

    ──Mis hijos también tuvieron su etapa de rebeldía en la que se saltaban mis reglas. Lo único que necesitas para enderezarlos es ser estricto pero también se requiere mucha paciencia. ── Vio como Jo dejaba de mala gana un cuchillo sobre la mano de su padre y se marchaba por la puerta de atrás del bar, en donde tenían su hogar y John acoto algo más. ──No sean duros con ella, ya aprenderá... ──

    Eve Duvall
    Desperto en el cuarto de motel que compartía con el mayor de sus hijos, giró la cabeza sobre la almohada y miró en dirección a la segunda cama individual; Dean dormía profundamente con una mano metida debajo de la almohada y rocando por lo bajo, pero no por aparentar un sueño profundo significaba que no iba a despertarse de golpe ante el menor ruido en la habitación por lo que tenia que ser cuidadoso. Probablemente jamás lo admitiria en voz alta, pero estaba orgulloso de los excelentes cazadores que había formado, estaba orgulloso de Dean y de Sam; a pesar de estar molesto con este último por haberse marchado del nido, estaba orgulloso de ellos por todas las criaturas que habían eliminado sin su ayuda. El reloj en la mesa de noche marcaba poco más de las cinco de la mañana, no era de extrañarse que despertara por si solo en ese horario. Una costumbre arraigada, forjada durante sus años en el ejército y gracias a eso no era esclavo de ningún despertador. Se deslizó con cuidado sobre el colchón, tratando de no provocar ningún chirrido de los resortes. Se colgó el bolso al hombro, tomo las llaves de la camioneta, dejo las del impala sobre la mesa y garabateo una nota rápida que decía: "Dean, volvere en un par de días. Encargate de la cacería programada para los próximos días, llevate el impala, nos vemos pronto". Dejo la nota sobre la mesa de noche, observo a su hijo dormir por un par de segundos y se escabullo de la habitacion sin hacer ruido. Una vez fuera, empujo la camioneta un par de metros para no despertar a Dean con el sonido del motor. Afortunadamente acababa de llegar un camión con una exhausto conductor con intención de pasar la noche en ese lugar y John aprovecho el sonido de ese motor para encubrir el de su camioneta. Encendió la radio cuando tomo el desvío hacia la carretera, envío un último mensaje tanto para Bill como para su esposa Ellen; comunicandoles que iba en camino hacia su bar; Harvelle's Roadhouse. Un refugio y punto de encuentro para cazadores, allí solían intercambiar armas, debatir sobre criaturas sobrenaturales y hasta disputarse quien o quienes se encargaban de eliminar a tal o cual bestia. Condujo durante tres horas, solo para encontrarse con un clima lluvioso al estacionar en la entrada del bar. Bajo de la camioneta usando su chaqueta como paraguas, en ese breve trayecto se percató de que habían algunos coches que veía por primera y asumió que habían cazadores nuevos. No estaba en desacuerdo con incluir a más mientras fuesen competentes, las nueva camadas eran hijos o incluso nietos de otros cazadores; pero al menos se contentaba en saber que solo recibiría cumplidos para sus propios hijos, no le había comentado a nadie lo de Sam y esperaba manterlo así. Cruzó la puertas de entrada y lo primero que vio fue a Bill regañando a su hija Jo. El hombre extendía la mano de forma impaciente, aguardando a que la rubia le entragase algo, definitivamente a su amigo le faltaba tener algo de "mano dura" y educadar mejor a su hija. Por curiosidad, se sentó en una banqueta de la barra para contemplar discretamente la escena. En ese momento Ellen apareció y le sirvió una botella de cerveza. ──Otra vez trato de cazar por su cuenta. No importa lo que su padre le diga, quiere formar parte de esto, pero aún no esta lista... No todos tenemos la suerte de tener unos muchachos tan obedientes como los tuyos, John── Le comento divertida, el experto cazador tomó el cumplido aunque no alardeo sobre ello. ──Mis hijos también tuvieron su etapa de rebeldía en la que se saltaban mis reglas. Lo único que necesitas para enderezarlos es ser estricto pero también se requiere mucha paciencia. ── Vio como Jo dejaba de mala gana un cuchillo sobre la mano de su padre y se marchaba por la puerta de atrás del bar, en donde tenían su hogar y John acoto algo más. ──No sean duros con ella, ya aprenderá... ── [TREME.WITCH]
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • -haber subete que te llevo de paseo en la perrona- sonrio orgulloso antes de reirse un poco -volar en escoba es divertido pero no muy comodo para viajar mas de una persona, aunque siempre puedo llevar pasajeros en mi cola-
    -haber subete que te llevo de paseo en la perrona- sonrio orgulloso antes de reirse un poco -volar en escoba es divertido pero no muy comodo para viajar mas de una persona, aunque siempre puedo llevar pasajeros en mi cola-
    Me gusta
    Me shockea
    2
    2 turnos 0 maullidos
  • -Buenos días, bienvenido/a. ¿Quiere unas flores? Tenemos una enorme variedad de ellas, pero digame, ¿para qué serían? Cada flor, así como sus colores, tiene su propio significado.
    -Buenos días, bienvenido/a. ¿Quiere unas flores? Tenemos una enorme variedad de ellas, pero digame, ¿para qué serían? Cada flor, así como sus colores, tiene su propio significado.
    Me gusta
    Me encocora
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • El mirador se alzaba desde el punto más alto de la colina. A sus pies, el mundo se extendía en una vista increíblemente preciosa: una ciudad agradable y hermosa, rodeada en la distancia por montañas escarpadas cubiertas de bruma, esa que descendía tranquila entre los árboles, silenciosa, espectral. Las luces de la ciudad titilaban como un mar de luceros que parecían un reflejo terrenal de las estrellas plateadas que brillaban en el firmamento. Afro cerró los ojos y sonrió.

    No era una sorpresa que hubiese elegido aquel lugar como residencia tras su exilio del reino de los inmortales. Como todo, no era perfecta, también tenía su cuota de defectos y contras, pero a pesar de ello, entre la rapidez de la vida urbana, el tráfico incesante, era una ciudad en donde se podía vivir cómodamente. No era una sorpresa que allí fuera el lugar en donde comenzó una nueva vida… como una humana más.

    O, al menos, lo más cercano a ello que podía permitirse una deidad mayor.

    El mirador estaba solitario y el único sonido audible era el del viento susurrando entre las hojas de los árboles. Afro apoyó los brazos sobre el barandal, el frio del metal le caló en los huesos, pero no borró esa expresión meditativa en su rostro. Desde hacía unos días algo la mantenía inquieta: tenía sueños extraños que la despertaban a mitad de la noche, cuyos significados no conseguía descifrar. Afro no era una deidad profética; no tenía esa clase de poderes que le permitían adentrarse entre las sombras y vislumbrar el destino en los hilos de las Moiras. Sin embargo, cuando "Él" necesitaba algo de ella, le mostraba esa clase de señales. Y por algún motivo todas la habían guiado hasta ese lugar.

    Quería que la diosa fuese encontrada en ese sitio.

    ────¿Me has estado buscando? —una pregunta suave, como si hablara con el aire. Pero que quizás hubiera alguien quién pudiera responderla.

    Aikaterine Ouro
    El mirador se alzaba desde el punto más alto de la colina. A sus pies, el mundo se extendía en una vista increíblemente preciosa: una ciudad agradable y hermosa, rodeada en la distancia por montañas escarpadas cubiertas de bruma, esa que descendía tranquila entre los árboles, silenciosa, espectral. Las luces de la ciudad titilaban como un mar de luceros que parecían un reflejo terrenal de las estrellas plateadas que brillaban en el firmamento. Afro cerró los ojos y sonrió. No era una sorpresa que hubiese elegido aquel lugar como residencia tras su exilio del reino de los inmortales. Como todo, no era perfecta, también tenía su cuota de defectos y contras, pero a pesar de ello, entre la rapidez de la vida urbana, el tráfico incesante, era una ciudad en donde se podía vivir cómodamente. No era una sorpresa que allí fuera el lugar en donde comenzó una nueva vida… como una humana más. O, al menos, lo más cercano a ello que podía permitirse una deidad mayor. El mirador estaba solitario y el único sonido audible era el del viento susurrando entre las hojas de los árboles. Afro apoyó los brazos sobre el barandal, el frio del metal le caló en los huesos, pero no borró esa expresión meditativa en su rostro. Desde hacía unos días algo la mantenía inquieta: tenía sueños extraños que la despertaban a mitad de la noche, cuyos significados no conseguía descifrar. Afro no era una deidad profética; no tenía esa clase de poderes que le permitían adentrarse entre las sombras y vislumbrar el destino en los hilos de las Moiras. Sin embargo, cuando "Él" necesitaba algo de ella, le mostraba esa clase de señales. Y por algún motivo todas la habían guiado hasta ese lugar. Quería que la diosa fuese encontrada en ese sitio. ────¿Me has estado buscando? —una pregunta suave, como si hablara con el aire. Pero que quizás hubiera alguien quién pudiera responderla. [Mercenary1x]
    Me gusta
    Me encocora
    9
    5 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados