• —Es solo un rasguño—

    Como en tiempos del pasado, apenas se supo el rumor sobre un nido de dragones, un grupo de humanos se reunió para tratar de cazarlos bajo la idea de que matar a los dragones los convertiría en inmortales.

    Ha arrasado con todos y cada uno de ellos, incluso se puso el reto personal de hacerlo en su forma humano, ninguna de aquellas criaturas tan deshonorables merecían ver su forma verdadera.
    —Es solo un rasguño— Como en tiempos del pasado, apenas se supo el rumor sobre un nido de dragones, un grupo de humanos se reunió para tratar de cazarlos bajo la idea de que matar a los dragones los convertiría en inmortales. Ha arrasado con todos y cada uno de ellos, incluso se puso el reto personal de hacerlo en su forma humano, ninguna de aquellas criaturas tan deshonorables merecían ver su forma verdadera.
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  • La noche se cernía densa sobre el campamento. El catre de Lucien crujía al menor movimiento, y aun así, no hallaba reposo. La vela agonizaba en la mesa cercana, su luz temblorosa trazando sombras que parecían retorcerse con vida propia sobre la lona.
    El cazador yacía de espaldas, las manos entrelazadas sobre el pecho, los ojos fijos en el techo como si esperaran una señal. El silencio del bosque no era silencio del todo: crujían ramas a lo lejos, un búho ululaba, y el viento murmuraba entre las hojas con una cadencia que a otros podría arrullar… pero no a él.

    Lucien no dormía. No podía.
    Cada noche sabía que el mal podía moverse mientras los hombres soñaban, y la costumbre de vivir entre los condenados lo había hecho desconfiar incluso del descanso. Su espada reposaba al alcance de la mano, su amuleto de hierro frío colgaba aún de su cuello.
    El cuerpo pedía tregua, pero la mente —forjada en sospecha y fuego— se mantenía despierta, alerta.
    Aguardando.
    Porque en el mundo de Lucien, incluso el sueño podía ser una trampa tendida por las brujas.
    La noche se cernía densa sobre el campamento. El catre de Lucien crujía al menor movimiento, y aun así, no hallaba reposo. La vela agonizaba en la mesa cercana, su luz temblorosa trazando sombras que parecían retorcerse con vida propia sobre la lona. El cazador yacía de espaldas, las manos entrelazadas sobre el pecho, los ojos fijos en el techo como si esperaran una señal. El silencio del bosque no era silencio del todo: crujían ramas a lo lejos, un búho ululaba, y el viento murmuraba entre las hojas con una cadencia que a otros podría arrullar… pero no a él. Lucien no dormía. No podía. Cada noche sabía que el mal podía moverse mientras los hombres soñaban, y la costumbre de vivir entre los condenados lo había hecho desconfiar incluso del descanso. Su espada reposaba al alcance de la mano, su amuleto de hierro frío colgaba aún de su cuello. El cuerpo pedía tregua, pero la mente —forjada en sospecha y fuego— se mantenía despierta, alerta. Aguardando. Porque en el mundo de Lucien, incluso el sueño podía ser una trampa tendida por las brujas.
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  • El aire olía a hierro y a tierra húmeda. Todavía vibraba en el pecho el eco de los gritos y el choque de las hojas, pero el silencio posterior pesaba más que cualquier estruendo. El grupo avanzaba entre los árboles, respirando con dificultad, cubiertos de la sombra que llega después de haber sobrevivido. Los rayos sutiles y cálidos asomando.

    — "Por un momento creí que no salíamos" —murmuró uno de los cazadores, soltando un suspiro entre risas nerviosas—. "Y Kiyomi... se congeló, ¿no?".

    Sanemi giró de inmediato. Fue apenas un segundo, pero bastó para que el ambiente se tensara otra vez, como si el peligro aún estuviera allí. La mirada de él se clavó en ella con la misma fuerza con la que antes enfrentaba al enemigo: directa, filosa, sin espacio para el titubeo.

    —¿Qué dijiste? —preguntó, sin apartar los ojos de Kiyomi, aunque la pregunta no era para el otro.

    El pilar observaba a la jóven cazadora. Había algo en su postura, en ese leve temblor en los dedos, que lo encendía por dentro. No era rabia pura, era algo más denso: una incomodidad profunda, casi visceral. Habían peleado codo a codo, y pensar que uno de los suyos pudo vacilar, siquiera por un instante, le resultaba insoportable.

    —¿Es cierto? —su voz fue baja, pero cargada de filo— ¿Te detuviste?

    ... Gruñó, desatando lentamente su ira.

    —En medio de eso… ¿te congelaste? —repitió, apenas más alto, pero con la voz quebrándose entre los dientes—. ¿Tienes idea de lo que podría haber pasado? ¿Querías derramar más sangre?

    Sus palabras no eran solo reproche, eran un intento de entender. Pero bajo su tono cortante, había miedo disfrazado de ira: miedo a la pérdida, miedo a que alguien de los suyos fallara, miedo a que eso le recordara lo frágil que era todo. No le importaba el motivo que la hiciera congelarse, no. Le importaba fracasar, darle algún gusto a esa escoria llamada "demonios", le irritaba trabajar con extraños, porque cualquier error, —por más mínimo— él no lo perdonaba.

    Mucho menos en esa misión en la que por poco todos salieron casi ilesos.

    [ Kiyo ]
    El aire olía a hierro y a tierra húmeda. Todavía vibraba en el pecho el eco de los gritos y el choque de las hojas, pero el silencio posterior pesaba más que cualquier estruendo. El grupo avanzaba entre los árboles, respirando con dificultad, cubiertos de la sombra que llega después de haber sobrevivido. Los rayos sutiles y cálidos asomando. — "Por un momento creí que no salíamos" —murmuró uno de los cazadores, soltando un suspiro entre risas nerviosas—. "Y Kiyomi... se congeló, ¿no?". Sanemi giró de inmediato. Fue apenas un segundo, pero bastó para que el ambiente se tensara otra vez, como si el peligro aún estuviera allí. La mirada de él se clavó en ella con la misma fuerza con la que antes enfrentaba al enemigo: directa, filosa, sin espacio para el titubeo. —¿Qué dijiste? —preguntó, sin apartar los ojos de Kiyomi, aunque la pregunta no era para el otro. El pilar observaba a la jóven cazadora. Había algo en su postura, en ese leve temblor en los dedos, que lo encendía por dentro. No era rabia pura, era algo más denso: una incomodidad profunda, casi visceral. Habían peleado codo a codo, y pensar que uno de los suyos pudo vacilar, siquiera por un instante, le resultaba insoportable. —¿Es cierto? —su voz fue baja, pero cargada de filo— ¿Te detuviste? ... Gruñó, desatando lentamente su ira. —En medio de eso… ¿te congelaste? —repitió, apenas más alto, pero con la voz quebrándose entre los dientes—. ¿Tienes idea de lo que podría haber pasado? ¿Querías derramar más sangre? Sus palabras no eran solo reproche, eran un intento de entender. Pero bajo su tono cortante, había miedo disfrazado de ira: miedo a la pérdida, miedo a que alguien de los suyos fallara, miedo a que eso le recordara lo frágil que era todo. No le importaba el motivo que la hiciera congelarse, no. Le importaba fracasar, darle algún gusto a esa escoria llamada "demonios", le irritaba trabajar con extraños, porque cualquier error, —por más mínimo— él no lo perdonaba. Mucho menos en esa misión en la que por poco todos salieron casi ilesos. [ [cosmic_pink_monkey_781] ]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    O: "¿Eres una maldición pulpo o...? ¡Ah no, ya sé! Te pareces al monstruo de 'Más allá del jardín' O a un fantasma ciervo... Un pulpo-ciervo, ¿Invoco a los Cazafantasmas? ¿Te sabes la letra?"

    ?: "Me comeré tu corazón mientras miras."

    O: "No, así no era, escucha: If there's something strange
    In your neighborhood
    Who you gonna call?
    (Ghostbusters)"

    ?: "..."

    O: "¿Son un poco modernos para ti?"
    O: "¿Eres una maldición pulpo o...? ¡Ah no, ya sé! Te pareces al monstruo de 'Más allá del jardín' O a un fantasma ciervo... Un pulpo-ciervo, ¿Invoco a los Cazafantasmas? ¿Te sabes la letra?" ?: "Me comeré tu corazón mientras miras." O: "No, así no era, escucha: If there's something strange In your neighborhood Who you gonna call? (Ghostbusters)" ?: "..." O: "¿Son un poco modernos para ti?"
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  • L: "¿Tienes miedo, Owen? Creía que los hechiceros estabais acostumbrados a este tipo de ambiente."

    "Y lo estamos, decir que un pasillo tenebroso y oscuro da mal rollo no significa que tenga miedo, es un hecho objetivo."

    Libertio rió.

    "Qué te hace tanta gracia, claro como eres un cazador de toda clase de criaturas te crees superior, ¿no?"

    L: "No, es que creo que eres gracioso Owen Eiga.... Cuando te ofendes y te asustas eres muy gracioso."

    "Vas a morir como sigas hablando, y no precisamente por una maldición o vampiros o lo que sea que cazes."

    L: "Ajá."
    L: "¿Tienes miedo, Owen? Creía que los hechiceros estabais acostumbrados a este tipo de ambiente." "Y lo estamos, decir que un pasillo tenebroso y oscuro da mal rollo no significa que tenga miedo, es un hecho objetivo." Libertio rió. "Qué te hace tanta gracia, claro como eres un cazador de toda clase de criaturas te crees superior, ¿no?" L: "No, es que creo que eres gracioso Owen Eiga.... Cuando te ofendes y te asustas eres muy gracioso." "Vas a morir como sigas hablando, y no precisamente por una maldición o vampiros o lo que sea que cazes." L: "Ajá."
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  • Halloween probará mi ira y mis habilidades de caza jaja
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  • La brisa agitó su cabello con suavidad al ritmo de la maleza a su alrededor. No había perdido su toque como cazadora; su espada yacía clavada a su lado sosteniendo un saco de pieles con una pequeña criatura aun viva dentro. No era habitual, pero a veces los que la contrataban deseaban acabar con ellas por cuenta propia..., algo relacionado a conservar la carne en el mejor estado posible.

    — ...

    Debía entregarla a alguien en especifico y en ese momento su cliente no estaba en su puesto. El asistente le dijo que volvería en un rato, así que se echó en la hierba justo fuera a descansar, quedándose viendo a la gente ir y venir por la calle.-
    La brisa agitó su cabello con suavidad al ritmo de la maleza a su alrededor. No había perdido su toque como cazadora; su espada yacía clavada a su lado sosteniendo un saco de pieles con una pequeña criatura aun viva dentro. No era habitual, pero a veces los que la contrataban deseaban acabar con ellas por cuenta propia..., algo relacionado a conservar la carne en el mejor estado posible. — ... Debía entregarla a alguien en especifico y en ese momento su cliente no estaba en su puesto. El asistente le dijo que volvería en un rato, así que se echó en la hierba justo fuera a descansar, quedándose viendo a la gente ir y venir por la calle.-
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  • la seducción del jefe gabonga. me ha suplantado en mi, un poco de dudas... de tal modo que mirarlo así... me deja con la inquietud y duda de si realmente el es mas malo...

    ---gabonga.---- aquel goblin no hacia mas que despojarse de la ropa con tranquilidad mientras su mascara metalica repelia en destellos las escazas luces... mencionaba en su proceso..."que te pasa jovencito... no has visto a un espectacular goblin en todo su esplendor?... animate. mira todo lo que quieras... despues de todo no estan los demas. te lo mereces por ser un buen chico." ronroneo por el momento.

    .......

    la seducción del jefe gabonga. me ha suplantado en mi, un poco de dudas... de tal modo que mirarlo así... me deja con la inquietud y duda de si realmente el es mas malo... ---gabonga.---- aquel goblin no hacia mas que despojarse de la ropa con tranquilidad mientras su mascara metalica repelia en destellos las escazas luces... mencionaba en su proceso..."que te pasa jovencito... no has visto a un espectacular goblin en todo su esplendor?... animate. mira todo lo que quieras... despues de todo no estan los demas. te lo mereces por ser un buen chico." ronroneo por el momento. .......
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  • Yo soy Muichiro Tokito , uno de los Pirales y soy el Pilar de la Niebla, parte de la elite de cazador de demonios.
    Yo soy Muichiro Tokito , uno de los Pirales y soy el Pilar de la Niebla, parte de la elite de cazador de demonios.
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  • - Balas taladros.

    Le parece increíble lo métodico que ha resultado ese cazador interesado en su Warframe, a pesar de tener un objetivo en común, parece que quiere asegurarse de ser el último cazador en pie y lamentablemente se le escapo de sus garras.

    - Habrá que trabajar mucho esta noche, Chroma.
    - Balas taladros. Le parece increíble lo métodico que ha resultado ese cazador interesado en su Warframe, a pesar de tener un objetivo en común, parece que quiere asegurarse de ser el último cazador en pie y lamentablemente se le escapo de sus garras. - Habrá que trabajar mucho esta noche, Chroma.
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