• Cena en familia
    Fandom Multifandom
    Categoría Comedia
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    Hermione Turner AU

    𝐆𝐑𝐀𝐘𝐒𝐎𝐍 𝐀𝐑𝐆𝐄𝐍𝐓

    Elisabeth Turner

    Ahora que mi hija vive con su novio la casa se me hace muy grande y solitaria, me hace muy feliz que mi hija viva felizmente con su novio.
    Al principio no me hizo ninguna gracia que Eli saliera con un cazador de brujas y mucho menos, después de aquella oscura noche.

    No había tenido la oportunidad de conocerle, su historia cambio por completo mi forma de pensar.

    Deposito una pequeña maleta en frente de la puerta, también llevo mi bolso mágico en donde guarde ciertos objetos que necesitaré durante mi estancia.
    Enseguida pulso una sola vez el timbre de la entrada, hasta echado de menos a Salem.
    STARTE Hermione Turner AU [ThxArgent91] [Turney_thcx] Ahora que mi hija vive con su novio la casa se me hace muy grande y solitaria, me hace muy feliz que mi hija viva felizmente con su novio. Al principio no me hizo ninguna gracia que Eli saliera con un cazador de brujas y mucho menos, después de aquella oscura noche. No había tenido la oportunidad de conocerle, su historia cambio por completo mi forma de pensar. Deposito una pequeña maleta en frente de la puerta, también llevo mi bolso mágico en donde guarde ciertos objetos que necesitaré durante mi estancia. Enseguida pulso una sola vez el timbre de la entrada, hasta echado de menos a Salem.
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  • #DiezCosasSobre 𝕽𝖆𝖋𝖋𝖆𝖊𝖑𝖊

    1.- Nació hace más de 𝘁𝗿𝗲𝘀𝗰𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗮ñ𝗼𝘀 en Florencia, Italia.

    2.- Nunca duerme más de tres horas seguidas.

    3.- Entre tantas propiedades en su poder, 𝗲𝘀 𝗱𝘂𝗲ñ𝗼 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗹𝘂𝗷𝗼𝘀𝗼 𝗲𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 𝗱𝗲 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗬𝗼𝗿𝗸, cuyo penthouse actualmente llama hogar (aunque rara vez se encuentre en él).

    4.- Tiene una 𝗰𝗶𝗰𝗮𝘁𝗿𝗶𝘇 𝗮𝗻𝘁𝗶𝗴𝘂𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗽𝗲𝗰𝗵𝗼, de una estaca que casi lo mata en el siglo XIIX. La dejó como recordatorio.

    5.- Conserva una 𝗽𝗹𝘂𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝘂𝗲𝗿𝘃𝗼 en el interior de su abrigo, un amuleto personal.

    6.- 𝗡𝗼 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗶𝗿𝗮, pero simula hacerlo para no levantar sospechas sobre su verdadera naturaleza.

    7.- Dada su antigüedad, 𝗵𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗶𝗲𝗿𝘁𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗶𝘀𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗹𝗮 𝗹𝘂𝘇 𝘂𝗹𝘁𝗿𝗮𝘃𝗶𝗼𝗹𝗲𝘁𝗮, sin embargo, no es inmune a sus efectos si se expone por un tiempo prolongado.

    8.- Sufre una forma leve de 𝘀𝗶𝗻𝗲𝘀𝘁𝗲𝘀𝗶𝗮, asociando ciertos sonidos con colores específicos, lo que afina aún más su percepción privilegiada.

    9.- Sabe 𝘁𝗼𝗰𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗽𝗶𝗮𝗻𝗼 𝘆 𝗲𝗹 𝘃𝗶𝗼𝗹𝗼𝗻𝗰𝗵𝗲𝗹𝗼 con maestría. La música podría considerarse una de sus debilidades.

    10.- Tiene una colección privada de 𝗺á𝘀𝗰𝗮𝗿𝗮𝘀 𝗵𝗶𝘀𝘁ó𝗿𝗶𝗰𝗮𝘀, algunas de las cuales datan del siglo XVIII.

    Extra: Su familia estaba emparentada con un 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿𝗼𝘀𝗼 𝗰𝗹𝗮𝗻 𝗱𝗲 𝗯𝗿𝘂𝗷𝗮𝘀. Por mucho tiempo, culpó de su vampirismo a estas brujas y sus descendiente, ya que lo consideraba consecuencia de su indiferencia hacia la rama mortal de la familia.
    #DiezCosasSobre 𝕽𝖆𝖋𝖋𝖆𝖊𝖑𝖊 1.- Nació hace más de 𝘁𝗿𝗲𝘀𝗰𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗮ñ𝗼𝘀 en Florencia, Italia. 2.- Nunca duerme más de tres horas seguidas. 3.- Entre tantas propiedades en su poder, 𝗲𝘀 𝗱𝘂𝗲ñ𝗼 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗹𝘂𝗷𝗼𝘀𝗼 𝗲𝗱𝗶𝗳𝗶𝗰𝗶𝗼 𝗱𝗲 𝗱𝗲𝗽𝗮𝗿𝘁𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 𝗱𝗲 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗬𝗼𝗿𝗸, cuyo penthouse actualmente llama hogar (aunque rara vez se encuentre en él). 4.- Tiene una 𝗰𝗶𝗰𝗮𝘁𝗿𝗶𝘇 𝗮𝗻𝘁𝗶𝗴𝘂𝗮 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗽𝗲𝗰𝗵𝗼, de una estaca que casi lo mata en el siglo XIIX. La dejó como recordatorio. 5.- Conserva una 𝗽𝗹𝘂𝗺𝗮 𝗱𝗲 𝗰𝘂𝗲𝗿𝘃𝗼 en el interior de su abrigo, un amuleto personal. 6.- 𝗡𝗼 𝗿𝗲𝘀𝗽𝗶𝗿𝗮, pero simula hacerlo para no levantar sospechas sobre su verdadera naturaleza. 7.- Dada su antigüedad, 𝗵𝗮 𝗱𝗲𝘀𝗮𝗿𝗿𝗼𝗹𝗹𝗮𝗱𝗼 𝗰𝗶𝗲𝗿𝘁𝗮 𝗿𝗲𝘀𝗶𝘀𝘁𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮 𝗵𝗮𝗰𝗶𝗮 𝗹𝗮 𝗹𝘂𝘇 𝘂𝗹𝘁𝗿𝗮𝘃𝗶𝗼𝗹𝗲𝘁𝗮, sin embargo, no es inmune a sus efectos si se expone por un tiempo prolongado. 8.- Sufre una forma leve de 𝘀𝗶𝗻𝗲𝘀𝘁𝗲𝘀𝗶𝗮, asociando ciertos sonidos con colores específicos, lo que afina aún más su percepción privilegiada. 9.- Sabe 𝘁𝗼𝗰𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗽𝗶𝗮𝗻𝗼 𝘆 𝗲𝗹 𝘃𝗶𝗼𝗹𝗼𝗻𝗰𝗵𝗲𝗹𝗼 con maestría. La música podría considerarse una de sus debilidades. 10.- Tiene una colección privada de 𝗺á𝘀𝗰𝗮𝗿𝗮𝘀 𝗵𝗶𝘀𝘁ó𝗿𝗶𝗰𝗮𝘀, algunas de las cuales datan del siglo XVIII. Extra: Su familia estaba emparentada con un 𝗽𝗼𝗱𝗲𝗿𝗼𝘀𝗼 𝗰𝗹𝗮𝗻 𝗱𝗲 𝗯𝗿𝘂𝗷𝗮𝘀. Por mucho tiempo, culpó de su vampirismo a estas brujas y sus descendiente, ya que lo consideraba consecuencia de su indiferencia hacia la rama mortal de la familia.
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  • Rumores que no pueden ser ignorados.
    Fandom Z.Y.X.S
    Categoría Acción
    Ya había pasado un tiempo desde la última vez que debían ir a investigar acerca de alguna leyenda urbana o un rumor "fantasmal" en los alrededores de la ciudad, pero finalmente había llegado el día, no era de las actividades favoritas del grupo, ya que cuando es algo de ese tipo siempre resulta ser cierto e incluso peor de lo que las personas cuentan de boca en boca.

    Cómo habían acordado, debían reunirse en lo alto de aquel terreno abandonado que usaban cómo "base", anteriormente se había acordado quienes irían, la mayoría del grupo estaba ocupado y para sorpresa de nadie, aquellos tres si que estaban disponibles para explorar, Keirot, Jasuke y Anyel, podría decirse que eran los tres que iniciaron todo aquello que pertenece a su vida desde entonces.

    La dirección era sencilla, debían continuar desde la calle de dónde se ubicaba aquel terreno y seguir hasta que la ciudad dejara de ser visible al horizonte. Mas adelante de un rotulo, debían encontrar un sendero, que para sorpresa de nadie estaba "cerrado" con cinta policial entre varios árboles.

    —Parece que es aquí... —Dijo el azabache, mirando en su celular la ubicación que Erison les había marcado a los tres, además comenzó a repasar un poco acerca de lo que habían contado sobre lo que ocurría en ese supuesto lugar embrujado.

    Estaban a poco más de 40 kilómetros de su residencial, pero aquella distancia era poca para ellos, incluso andando a pie cómo podía verse en ese momento. —Sigo sin entender porque venimos a ver sobre un animal gigante que se ha comido a tres personas... ¿No debería ser trabajo de Sheiry y los suyos? —Murmuró mirando aún la pantalla de su celular, sin intenciones de avanzar entre aquella cinta amarilla.
    Ya había pasado un tiempo desde la última vez que debían ir a investigar acerca de alguna leyenda urbana o un rumor "fantasmal" en los alrededores de la ciudad, pero finalmente había llegado el día, no era de las actividades favoritas del grupo, ya que cuando es algo de ese tipo siempre resulta ser cierto e incluso peor de lo que las personas cuentan de boca en boca. Cómo habían acordado, debían reunirse en lo alto de aquel terreno abandonado que usaban cómo "base", anteriormente se había acordado quienes irían, la mayoría del grupo estaba ocupado y para sorpresa de nadie, aquellos tres si que estaban disponibles para explorar, Keirot, Jasuke y Anyel, podría decirse que eran los tres que iniciaron todo aquello que pertenece a su vida desde entonces. La dirección era sencilla, debían continuar desde la calle de dónde se ubicaba aquel terreno y seguir hasta que la ciudad dejara de ser visible al horizonte. Mas adelante de un rotulo, debían encontrar un sendero, que para sorpresa de nadie estaba "cerrado" con cinta policial entre varios árboles. —Parece que es aquí... —Dijo el azabache, mirando en su celular la ubicación que Erison les había marcado a los tres, además comenzó a repasar un poco acerca de lo que habían contado sobre lo que ocurría en ese supuesto lugar embrujado. Estaban a poco más de 40 kilómetros de su residencial, pero aquella distancia era poca para ellos, incluso andando a pie cómo podía verse en ese momento. —Sigo sin entender porque venimos a ver sobre un animal gigante que se ha comido a tres personas... ¿No debería ser trabajo de Sheiry y los suyos? —Murmuró mirando aún la pantalla de su celular, sin intenciones de avanzar entre aquella cinta amarilla.
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  • 𝙽𝚊𝚝𝚑 ♦ 𝚁𝚊𝚑𝚎𝚕

    Años atrás los bosques eran los lugares donde diferentes criaturas se escondían de los humanos. En el caso de brujas y brujos, eran los lugares perfectos para ello y para cometer sus rituales sin que nadie más molestara.

    Hoy en día era diferente, con la expansión de la población humana, mucho de lo que fue naturaleza ahora se trataban de edificaciones y calles asfaltadas. Por eso, hubo que adaptarse. Que estuvieran rodeados no significaba que iban a detenerse. Al contrario. Desarrollaron la manera de crear subespacios que se ocultaban a simple vista. Todo se veía normal a menos que de verdad se prestase atención.

    Kael lo sabía muy bien, por eso esa noche iba caminando con tranquilidad por la calle. Diferentes viviendas rodeándolo, apenas unas pocas luces encendidas en los interiores y luego las de la calle, iluminando el camino como lo usual.

    Miró de un lado a otro antes de exhalar aire, dejando unos segundos antes de inhalar de nuevo y concentrarse. Entonces, empezó a verlo. Cómo se modificó el área, al aspecto bonito se tornó en uno descuidado y abandonado. Además, los árboles parecían observar.

    Siguió un rastro en el suelo de lo que parecían ser pisadas como si de sombras se tratasen, que lo guiaron hasta un edificio a medio destruir, paredes manchadas de hollín y con ventanas rotas. Ahí estaba su objetivo. Sin dudarlo entró por una de las ventanas, haciendo el menor ruido posible.
    [nathrahel01] Años atrás los bosques eran los lugares donde diferentes criaturas se escondían de los humanos. En el caso de brujas y brujos, eran los lugares perfectos para ello y para cometer sus rituales sin que nadie más molestara. Hoy en día era diferente, con la expansión de la población humana, mucho de lo que fue naturaleza ahora se trataban de edificaciones y calles asfaltadas. Por eso, hubo que adaptarse. Que estuvieran rodeados no significaba que iban a detenerse. Al contrario. Desarrollaron la manera de crear subespacios que se ocultaban a simple vista. Todo se veía normal a menos que de verdad se prestase atención. Kael lo sabía muy bien, por eso esa noche iba caminando con tranquilidad por la calle. Diferentes viviendas rodeándolo, apenas unas pocas luces encendidas en los interiores y luego las de la calle, iluminando el camino como lo usual. Miró de un lado a otro antes de exhalar aire, dejando unos segundos antes de inhalar de nuevo y concentrarse. Entonces, empezó a verlo. Cómo se modificó el área, al aspecto bonito se tornó en uno descuidado y abandonado. Además, los árboles parecían observar. Siguió un rastro en el suelo de lo que parecían ser pisadas como si de sombras se tratasen, que lo guiaron hasta un edificio a medio destruir, paredes manchadas de hollín y con ventanas rotas. Ahí estaba su objetivo. Sin dudarlo entró por una de las ventanas, haciendo el menor ruido posible.
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  • ~ La bruja hojeaba y hojeaba libros en busca de una receta mágica que necesitaba con urgencia, desafortunadamente habia olvidado por completo donde la habia dejado.
    En uno de esos movimientos salio volando una hoja con algo dibujado en ella, la mujer rápidamente lo recogió del suelo y observo.

    Era un dibujo de ella que en uno de sus viajes un talentoso artista le habia obsequiado, como pago por haberle ayudado con sus problemas de salud, ahora debía enmarcarlo y buscar un bonito lugar en donde ponerlo. ~
    ~ La bruja hojeaba y hojeaba libros en busca de una receta mágica que necesitaba con urgencia, desafortunadamente habia olvidado por completo donde la habia dejado. En uno de esos movimientos salio volando una hoja con algo dibujado en ella, la mujer rápidamente lo recogió del suelo y observo. Era un dibujo de ella que en uno de sus viajes un talentoso artista le habia obsequiado, como pago por haberle ayudado con sus problemas de salud, ahora debía enmarcarlo y buscar un bonito lugar en donde ponerlo. ~
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  • ~ Eran aproximadamente las 5 de la mañana cuando alguien comenzó a tocar la puerta del hogar de la bruja, ella adormilada y casi a punto de caer de las escaleras se dispuso a ver de quien se trataba, podría ser alguna emergencia, sin embargo era nada más y nada menos que aquel espectro que de cierta manera se había pegado a ella... 𝑲𝒚𝒐

    ¿Con que nueva pregunta le atacaría en esta ocasión? Hiroko le dejo entrar sin ningún problema, se dispuso a ir por un par de cafés, uno para ella y otro para él, pero en esta ocasión habría un pequeño problema.

    En vez de tomar el azúcar, tomo otro pequeño frasco experimental qué había dejado por accidente en la cocina, solo ella lo sabía, pero estaba tan cansada y con el sueño interrumpido qué no se dio cuenta, puso el polvo en ambos cafés y regreso casi arrastrando los pies a donde el espectro se encontraba, le dejo su taza sobre la pequeña mesita y se dejó caer en el sofá de golpe, con los ojos entreabiertos esperando que empezará a hablar. ~

    Kyo... son las 5 de la mañana... ¿Ahora que quieres?
    ~ Eran aproximadamente las 5 de la mañana cuando alguien comenzó a tocar la puerta del hogar de la bruja, ella adormilada y casi a punto de caer de las escaleras se dispuso a ver de quien se trataba, podría ser alguna emergencia, sin embargo era nada más y nada menos que aquel espectro que de cierta manera se había pegado a ella... [Heaven.01] ¿Con que nueva pregunta le atacaría en esta ocasión? Hiroko le dejo entrar sin ningún problema, se dispuso a ir por un par de cafés, uno para ella y otro para él, pero en esta ocasión habría un pequeño problema. En vez de tomar el azúcar, tomo otro pequeño frasco experimental qué había dejado por accidente en la cocina, solo ella lo sabía, pero estaba tan cansada y con el sueño interrumpido qué no se dio cuenta, puso el polvo en ambos cafés y regreso casi arrastrando los pies a donde el espectro se encontraba, le dejo su taza sobre la pequeña mesita y se dejó caer en el sofá de golpe, con los ojos entreabiertos esperando que empezará a hablar. ~ Kyo... son las 5 de la mañana... ¿Ahora que quieres?
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  • "Caminando con los Muertos" (Extra)

    Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor.

    El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos.

    Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura.

    La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto...

    El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma.

    — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora.

    Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla.
    En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó.

    El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano.

    Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá.

    — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas.

    La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana.

    Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible.

    La hija regresa junto a su verdadera madre.

    El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada.

    El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos.

    Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas.

    El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen.

    Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos.

    El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca.

    Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior.

    El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar?

    Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta.

    #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
    "Caminando con los Muertos" (Extra) Noche de luna nueva, la segunda desde el final del invierno, el bosque bajo la guardia del brujo se encuentra bañado en la más profunda oscuridad. La luna le ha dado la espalda al sol, esta noche, estas tierras le pertenecen a ella y a la primavera infantil, a sus hijas, incluso a las que ya no están cuyo eco resuena aún en los oídos de aquellos que les deseen escuchar... y en el destino de aquellos que se ganaron su rencor. El brujo está presente porque se lo permiten, porque se le necesita y porque habrá de servir. En su piel desnuda van marcados los símbolos de su familia, de los guerreros que abren caminos y los guardianes del hogar, de la energía que engendra y el cazador que provee, del fuego que no quema, que protege y abriga, que arde y compra con su vida la supervivencia de los suyos. Bajo sus pies, un circulo de invocación se dibuja en el fango maloliente. Ni siquiera los insectos se atreven a acercarse, las líneas profundas irradian la sensación de la muerte prematura. La luna de esta noche le susurra palabras de libertad a los oídos de las criaturas no muertas, pero tampoco vivas, les invita a recorrer una vez más las tierras, como bruma espectral. Es ese momento, esa brecha entre el nacimiento y el fallecimiento que una vez dio paso a la muerte de la niña y al nacimiento del demonio, lo que también abre las puertas a los fantasmas de las mujeres de su familia, brujas generosas que aceptaron acudir al llamado de su hijo, primo, sobrino, nieto... El brujo se arrodilla en el centro del círculo y agacha la cabeza. Frente a él hay un cuerpo, una joven maldita, un vientre herido por la desnaturalización, infértil; ella está cansada y desea abandonar, desea terminar su ciclo fuera de la vista de una sociedad de moral ficticia que está lejos de comprenderle, ella yace arrodillada frente a él, nerviosa y abrumada, pero también decidida y en paz consigo misma. — Tranquila, te prometo que no sentirás nada. Ellas conocen tu dolor y no permitirán que se repita —le susurra el brujo, con voz cálida y protectora. Los huesos malditos están hundidos en la ciénaga, ellas y él están en la orilla. En el agua estancada la encontró, al agua estancada le regresó. El pantano no siente rencor hacia la muerte, al contrario, le da la bienvenida en un abrazo cariñoso que cuida y atesora cada fibra, cada pedacito de carne cadavérica. Y donde hay muerte y putrefacción, también se acomoda el demonio y el pecado. Ni siquiera ellos son rechazados por el pantano. Cuando el brujo cierra los ojos y extiende los brazos a sus lados, como entregándose a las mujeres suyas, el ritual da comienzo. De sus manos brotan llamas que avanzan hacia sus hombros y más allá. — Ante el ojo vacío de la Madre Primera le ofrezco la semilla que cayó en tierra dañada, el alma quebrada, el fuego que purifica. Recibe a esta, tu hija mutilada, acúnala en tus brazos como la madre debió tener y no como la que le negó el fruto, y le daré a su alma la oportunidad de cobrar todas sus deudas. La joven, atenta a cada palabra que sale de la boca del brujo, sonríe, y los fantasmas de las mujeres alrededor también le sonríen justo antes de empezar a cantar en una lengua antigua y pagana. Las llamas se extienden a través del cuerpo del brujo, tocan el suelo lodoso y conectan con la joven. Ella grita de espanto al ver sus piernas desnudas ardiendo, pero pronto se da cuenta de que no siente dolor alguno, sólo el éxtasis de la mujer libre de cadenas. Su cuerpo se consume en las llamas entre risas de histeria, sus brazos se alzan al cielo y hacia la luna invisible. La hija regresa junto a su verdadera madre. El fuego no se apaga, baila alrededor del brujo cuando este se pone de pie y camina, pasando por encima de los restos ardientes de la joven, para acercarse a la ciénaga. Ni siquiera se apaga mientras, en medio del fervor de las mujeres fantasmas, sus piernas se hunden en el agua estancada. El brujo recuerda, como si hubiera sido ayer, aquella vez que tuvo a Side entre sus brazos temblando de placer, cada vez que esa voz susurrante le llamó "monstruo", los labios dulces que acariciando los suyos. Ella, el eco de un ciclo interrumpido, pero que jamás debió ser detenido, es la dueña de los huesos que yacen bajo el agua estancada adonde también van a parar las lágrimas del brujo tras caer de sus mejillas. El fuego no se apaga, tampoco ilumina demasiado, la oscuridad es sobrecogedora, excepto por la pequeña chispa que brota de los restos de la joven quemada. Las fantasmas la llaman, le señalan el camino: "sigue el fuego", le dicen, "sigue el fuego". Y así lo hace, dejándose llevar por el rastro que dejó el brujo, "sigue el fuego", la pequeña semilla avanza, "sigue el fuego", hay cientos de criaturas de la noche negra y el submundo que querrían devorarla, "sigue el fuego y estarás a salvo", porque las fantasmas la protegen. Tolek se agacha para tocar los huesos y contagiarle sus llamas, el agua le llega hasta los hombros, la pequeña alma levita, se desliza confiando en el fuego, ese que siempre acompañó a las brujas, y se apropia de los huesos marchitos. El fango del fondo reconoce la nueva vida, resuena con esta, responde a la guía de las fantasmas y a las intenciones del brujo, quien también comienza a recitar un conjuro con el que cubre a los huesos por raíces en un abrazo protector, raíces que pronto se convierten en un grueso tallo palpitante que crece, poco a poco, hacia la superficie, mientras otros más pequeños se transforman en hojas gigantes, aunque no verdes sino negras como las sombras, sombras que ni la luz del fuego del brujo pueden doblegar, sombras de esencia demoníaca. Un loto color del ébano se alza por encima de la superficie, cerrado y ardiendo en llamas, palpita con la nueva vida que guarda en su interior. El brujo lo contempla, su ceño se frunce con el peso de la extrañeza: el loto está cerrado, ¿Tendrá que esperar? Esperará. Las llamas arderán cuanto haga falta, alimentarán a las raíces oscuras cuanto haga falta, consumirán lo que haga falta. #ElBrujoCojo [SideBlackHole]
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  • Las brujas tambien somos sexys...que no te engañen los cuentos de hadas
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  • || Uff no me acordaba de Ursula Callistis, lástima deje el rol de Fantasy, las brujas una debilidad (?)
    || Uff no me acordaba de Ursula Callistis, lástima deje el rol de Fantasy, las brujas una debilidad (?)
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  • El Encanto de lo Inesperado
    Fandom Harry Potter
    Categoría Fantasía
    Starter Balthazar Octavius Blythe


    Cazador de Secretos, guardiana de criaturas.


    “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.”



    >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo.

    – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo.

    – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha.

    En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler.

    Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre.

    Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído.
    Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza.
    Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado.



    Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow.
    Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas.

    Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley.

    El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”.

    – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca.

    – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía.

    – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía .

    – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento.

    Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar.

    – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro.

    – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –.

    Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida.

    En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia.

    Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre.

    Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo.

    No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar.

    – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –.

    Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.

    Starter [B0BProphet] Cazador de Secretos, guardiana de criaturas. “Ella protege lo indomable. Él desentierra lo oculto. Juntos, descubrirán que algunas verdades no quieren ser halladas.” >>>>Marcaban las 10:05 en el reloj de pared que colgaba sobre la cabeza de Riley. Era ya el segundo café que se tomaba, y sentía que le había sabido a poco. De nuevo, un bostezo la atacaba sin poder contenerlo. – Por Dios, Riley, ¿Saliste anoche? – le preguntó Susie, su compañera de trabajo. – Podría decirse que sí… – respondió, sin dar mayores explicaciones y dejando a su compañera, que la miraba por encima de la montura de gafas, con ganas de escuchar alguna de sus fugaces historias amorosas. La verdad era que, definitivamente, el amor se le resistía a esa muchacha. En cuánto al tema de salir, aquel podría decirse era un “salí, pero no a lo que crees”. Y es que la joven Riley no podía contarle a su compañera que tenía una vida secreta. No siempre se trataba de chicos o… a no ser que ese chico pudiera definirse por un animal fantástico de morro largo, ancho y achatado, con pelo y cuatro patas como un Niffler. Y los lugares que esa chica frecuentaba para salir, de manera clásica, solían ser restaurantes de clase media, el cine, centros comerciales, picnic al aire libre o cualquier otro plan muggle. Porque había descubierto que pasar por una muggle era mucho más divertido de lo que esperaba, y lejos estaba de echar de menos el mundo mágico. Al menos con su nombre real, y dentro de la sociedad mágica dado que tenía que esconderse de su padre. Al final, después de más de 13 años de mantenerse oculta, parecía que su vida actual era mucho más satisfactoria de lo nunca hubiera creído. Disfrutaba del día a día, de perderse entre las páginas de los libros, entre las estanterías de libros que tan bien conocía, y sintiendo el firme suelo de mármol bajo sus pies con los techos abovedados sobre su cabeza. Si echaba la vista atrás, aquella biblioteca donde trabajaba era lo más parecido al mundo mágico. Tenía cierto aire a la biblioteca de Hogwarts. Tal vez, y no era algo en lo que solía pensar, por lo que tan a gusto se sentía en esa biblioteca. Sentirse cómoda en su trabajo era un hecho que no hubiera esperado. Y en cuanto a lo de secreta, Susie, esa mujer de 44 años y dulce expresión tras sus gafas de pasta rosa, que solía vestir con blusa y vestidos dándole un toque rebelde y desenfadado a su estilo con alguna mecha rosada escondida, se caería de culo si supiera que Riley era una bruja que se había escapado de casa con 17 años. Por no hablar del Obscuro que le había robado a su padre. Claro que, si se ponía en esas, tendría que comenzar con que su nombre real era Anna Barrow. Partiendo de esos “pequeños” detalles, existía todo un mundo mágico que Susie desconocía. Al que Riley ya apenas pertenecía más que para intentar alimentar con migajas el sueño que una vez tuvo que era estudiar magizoología. Ahora, lo que quedaba de eso era, tirando de un viejo contacto, Sharon, se dedicaba a investigar y parar la compraventa, o el mercado negro, de criaturas mágicas. Por suerte para el corazón de Susie, la joven bruja escondida en el mundo muggle, seguiría manteniendo aquel secretito para ella. Y, además, a su compañera solo le interesaba darle cierto toque de emoción a su vida escuchando las idas y venidas de la joven Riley. El carraspeo de Susie llamó la atención de Riley que, siendo ya algo habitual en ella, se había perdido entre sus pensamientos. La joven castaña ladeó la cabeza y se encogió de hombros a modo de un “¿Qué?”. – ¿Solo vas a decirme eso? – soltó la mujer de mediana edad colocando las gafas correctamente en la nariz mientras revisaba algunos libros devueltos del día anterior para colocarlos en el carrito de la biblioteca. – Salí a tomarme algo para no quedarme sola en casa… fue… aburrido – respondió con aburrimiento la joven Riley, quién decidió unirse a su compañera en colocar los libros en el carrito en el orden correcto para llevarlo a la sección que les correspondía. – ¿Sola? – soltó Susie, dejando un libro titulado “Guerra y paz” dentro del carrito para su posterior colocación en la estantería que le correspondía . – ¡¿Quién leerá esta clase de libros?! – se preguntó a sí misma en voz alta mientras sostenía uno de los libros – ¿Ehm? Sí, sola… Necesitaba salir y despejarme. No siempre tienes que quedar con alguien para tomarte algo, Susie, a veces es necesario una cita con uno mismo… – comentó la joven Riley, quitándole importancia y dándose aires de una chica con un amor propio en pleno crecimiento. Riley desvió su mirada hacia Susie, quien había permanecido demasiado callada, encontrando que su compañera tenía la vista fija en dirección a la puerta. La joven miró en la misma dirección que Susie y observó lo que llamaba la atención de Susie. Y cómo para no llamarle la atención. Era esa clase de chico guapo que llamaba la atención con su sola presencia, alto y delgado, de buen vestir y mejor andar. – ¡Ay, madre! – soltó Susie, que comenzó a airearse con un pequeño libro. – Sí que es guapo… Es nuevo – confirmó Riley. A lo que Susie siguió, y reafirmó – Es nuevo –. Y eso significaba que tenían la oportunidad de darle la bienvenida, de forma no descarada, al hombre que acaba de entrar. Ahora todo era cuestión de quién de las dos sería la más rápida. En ese momento, un chico joven se acercaba a la recepción para preguntar por un libro, y Riley mostrándose interesada en atender al joven dijo - Sí, claro… mi compañera estará encantada de indicar dónde se encuentra el libro… – dicho eso, recibió un sutil toque de la pierna de Susie contra la propia. Riley, siendo clara ganadora, salió de la recepción atusándose su traje semi formal con el carrito para colocar los libros. Era la excusa perfecta. Caminó por entre las mesas de estudio, y pasó por la primera estantería hasta llegar al segundo pasillo donde había visto que había girado el hombre. Allí estaba, definitivamente era mucho más guapo que en la primera impresión, y claramente mayor que ella, lo que no supondría ningún problema para Riley. No tenía intención de encontrar en ese hombre al amor de su vida, aquello no era más que un juego con el que darle diversión a su día. Y, si surgía, quién sabía lo que podría pasar; un par de citas, alguna alocada noche, ir al cine… Estaba yendo demasiado rápido, y eso que solo había caminado unos pasos hacía él con una profesional sonrisa fingiendo que el libro que iba a colocar en la estantería debía estar ahí. Obviamente no, ya lo colocaría correctamente, pero ya estaba a solo unos pocos pasos de él. Del nuevo. No tenía mucha idea de cómo entrarle ahora al hombre, y sin pensar demasiado, decidió improvisar. – Buenos días. Si necesitas algo, aquí estoy –. Definitivamente, podía haber sido mejor, pero ya iría tirando de ingenio y simpatía.
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