• El albino se encontraba comiendo sus frutos favoritos, ganchos de lobo trepado sobre un árbol el bosque, cuando detrás de él escuchó ruidos provenientes de la cascada, pensó en truchas tratando de subirlas, algún jabalí que haya ido a beber, alguna presa que pudiera cazar para comer más tarde, pero no, no se trataba de ningún animal.
    El albino se encontraba comiendo sus frutos favoritos, ganchos de lobo trepado sobre un árbol el bosque, cuando detrás de él escuchó ruidos provenientes de la cascada, pensó en truchas tratando de subirlas, algún jabalí que haya ido a beber, alguna presa que pudiera cazar para comer más tarde, pero no, no se trataba de ningún animal.
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  • "🄷🄴🅁🄼🄰🄽🄾🅂 🄸🄽🄵🄴🅁🄽🄰🄻🄴🅂"

    Una noche, cuando Irina y Yaken vivían juntos en el infierno, está no había vuelto a casa luego de las 12:00, lo que le pareció raro a Yaken, ya que ella era bastante puntual. Se quedó sentado en su cama viendo a la puerta mientras jugaba con un fémur que tenía por hay como bate de baisbol

    Al rato de que su hermanita no llegara el se preocupo un poco, a pesar de que a él le caía horrible su hermana y desearía matarla siempre que tuviera la oportunidad. En esta ocasión decidió levantarse de la cama y ponerse su chaqueta para salir, pero antes, vio que la chaqueta de su hermana seguía en la casa guinda, así que la agarro y la puso en su hombro antes de irse y empezó a buscar

    Pregunto por todas partes si la habían visto, pero nadie sabía nada de ella así que tocaba buscar de forma solitaria por cada rincón del infierno.
    Ellos vivían en la ciudad del orgullo, una de las más pequeñas así que no debería ser difícil encontrarla

    2:00 AM y no la había encontrado aún. Se empezó a frustrar un poco y a maldecir a la chica en voz baja mientras caminaba a la frontera de la ciudad, justo donde estaba la entrada al bosque ya que era posible que también estuviera allí

    — Irina juro que cuando te encuentre te mataré

    Cuando llegó al bosque este escucho un grito, lo que lo paralizó ya que sonaba como los de su hermana. Frunció el seño y con enojo dió un paso al frente que se siento hasta la otra esquina del infierno. Pero antes de seguir avanzando este escucho ahora unas risas agudas de unos diablillos que habitaban en los bosques, a lo que reacciono con más enojo y empezó a correr

    Cuando llegó a la zona donde estaban los ruidos vio como unos diablillos lujuriosos estaban desnudando a su hermana. Lo cual lo enfureció ya que ella aún era joven en ese tiempo Yaken tenía mucho respeto por ella como una chica joven. La única joven a la que el respetaba un poco

    — Ustedes... ¡Si meten algo dentro de ella los mato!

    Cuando grito en forma de amenaza a los diablillos impuso el respeto y miedo que tenían hacia Yaken en el infierno, haciendo temblar a los diablillos, los cuales no tardarían en dejar a la chica e irse corriendo. Uno de ello agarro la pierna de Irina y trato de llevársela, son éxito porque del suelo emergeria el dragón de Yaken, devorándolo y dejando a Irina a salvó

    — ¡Idiota de mierda, eres una puta zorra!

    El grito de Yaken hacia Irina había sido por enojo, pero sobre todo porque ella causo que Yaken se preocupara, una preocupación que no tenía desde hace mucho tiempo.
    Luego de eso Yaken respiro y no tardó en ponerle la chaqueta a su hermana y subirla a su espalda para marchar a su hogar. Yaken estaba más tranquilo ahora, pero el regalo que le daría a su hermana al llegar sería grande
    "🄷🄴🅁🄼🄰🄽🄾🅂 🄸🄽🄵🄴🅁🄽🄰🄻🄴🅂" Una noche, cuando Irina y Yaken vivían juntos en el infierno, está no había vuelto a casa luego de las 12:00, lo que le pareció raro a Yaken, ya que ella era bastante puntual. Se quedó sentado en su cama viendo a la puerta mientras jugaba con un fémur que tenía por hay como bate de baisbol Al rato de que su hermanita no llegara el se preocupo un poco, a pesar de que a él le caía horrible su hermana y desearía matarla siempre que tuviera la oportunidad. En esta ocasión decidió levantarse de la cama y ponerse su chaqueta para salir, pero antes, vio que la chaqueta de su hermana seguía en la casa guinda, así que la agarro y la puso en su hombro antes de irse y empezó a buscar Pregunto por todas partes si la habían visto, pero nadie sabía nada de ella así que tocaba buscar de forma solitaria por cada rincón del infierno. Ellos vivían en la ciudad del orgullo, una de las más pequeñas así que no debería ser difícil encontrarla 2:00 AM y no la había encontrado aún. Se empezó a frustrar un poco y a maldecir a la chica en voz baja mientras caminaba a la frontera de la ciudad, justo donde estaba la entrada al bosque ya que era posible que también estuviera allí — Irina juro que cuando te encuentre te mataré Cuando llegó al bosque este escucho un grito, lo que lo paralizó ya que sonaba como los de su hermana. Frunció el seño y con enojo dió un paso al frente que se siento hasta la otra esquina del infierno. Pero antes de seguir avanzando este escucho ahora unas risas agudas de unos diablillos que habitaban en los bosques, a lo que reacciono con más enojo y empezó a correr Cuando llegó a la zona donde estaban los ruidos vio como unos diablillos lujuriosos estaban desnudando a su hermana. Lo cual lo enfureció ya que ella aún era joven en ese tiempo Yaken tenía mucho respeto por ella como una chica joven. La única joven a la que el respetaba un poco — Ustedes... ¡Si meten algo dentro de ella los mato! Cuando grito en forma de amenaza a los diablillos impuso el respeto y miedo que tenían hacia Yaken en el infierno, haciendo temblar a los diablillos, los cuales no tardarían en dejar a la chica e irse corriendo. Uno de ello agarro la pierna de Irina y trato de llevársela, son éxito porque del suelo emergeria el dragón de Yaken, devorándolo y dejando a Irina a salvó — ¡Idiota de mierda, eres una puta zorra! El grito de Yaken hacia Irina había sido por enojo, pero sobre todo porque ella causo que Yaken se preocupara, una preocupación que no tenía desde hace mucho tiempo. Luego de eso Yaken respiro y no tardó en ponerle la chaqueta a su hermana y subirla a su espalda para marchar a su hogar. Yaken estaba más tranquilo ahora, pero el regalo que le daría a su hermana al llegar sería grande
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  • El Bardo camina solo entre los árboles, su voz baja y áspera como un secreto arrancado al viento.

    𝕭>Los ojos... siempre los ojos. Espían desde los rincones donde la luz no llega, desde el agua que nunca está en calma, desde el aire cargado de susurros.

    𝕭>¿Quién los puso ahí? ¿Quién les dio el derecho de mirar?

    𝕭>Y los árboles... esos falsos guardianes del silencio. Sus ramas acarician el cielo, pero sus sombras ocultan verdades. Sus raíces no solo buscan sustento; escarban en secretos que no les pertenecen.

    𝕭>Miran, escuchan, murmuran entre sí. Hasta el bosque conspira...

    𝕭>No, no se puede confiar en los árboles."

    El Bardo sigue su camino, pero su mirada no deja de escanear las copas sobre su cabeza.

    El Bardo camina solo entre los árboles, su voz baja y áspera como un secreto arrancado al viento. 𝕭>Los ojos... siempre los ojos. Espían desde los rincones donde la luz no llega, desde el agua que nunca está en calma, desde el aire cargado de susurros. 𝕭>¿Quién los puso ahí? ¿Quién les dio el derecho de mirar? 𝕭>Y los árboles... esos falsos guardianes del silencio. Sus ramas acarician el cielo, pero sus sombras ocultan verdades. Sus raíces no solo buscan sustento; escarban en secretos que no les pertenecen. 𝕭>Miran, escuchan, murmuran entre sí. Hasta el bosque conspira... 𝕭>No, no se puede confiar en los árboles." El Bardo sigue su camino, pero su mirada no deja de escanear las copas sobre su cabeza.
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  • Paseaba por los alrededores de su hogar en el bosque, observando que todo permanecía igual aunque, a decir verdad, él no se sentía igual desde que conoció a aquellos hombres.

    Era extraño, pero le agradaba la sensación de, finalmente, saber que tenía a alguien quizá esperándole.
    Terminó por tomar asiento bajo la sombra de un árbol, rebuscando en su traje la pequeña flauta de bambú que había dejado de tocar desde hace años, tomando aire suficiente antes de empezar con aquella melodía.


    https://www.youtube.com/watch?v=j0YU-9NQjTY
    Paseaba por los alrededores de su hogar en el bosque, observando que todo permanecía igual aunque, a decir verdad, él no se sentía igual desde que conoció a aquellos hombres. Era extraño, pero le agradaba la sensación de, finalmente, saber que tenía a alguien quizá esperándole. Terminó por tomar asiento bajo la sombra de un árbol, rebuscando en su traje la pequeña flauta de bambú que había dejado de tocar desde hace años, tomando aire suficiente antes de empezar con aquella melodía. https://www.youtube.com/watch?v=j0YU-9NQjTY
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  • Siempre estaba atento. Al contrario que él, nada pasaba desapercibido en su bosque. Los ojos del zorro eran capaces de ver más allá de la maleza de los árboles, sus oídos escuchar como cae una hoja en algún lugar, y su olfato capaz de percibir el olor de un alumbre montaña arriba .

    Por alguna razón aquella noche se sentía inquieto. Como si algo fuera a pasar en cualquier momento. No necesariamente malo ni bueno. Era una sensación que no percibía son sus sentidos, de momento, si no más bien en el alma.

    Subido a aquella rama, mientras comía una manzana, escudriñaba con sus ojos color zafiro la oscuridad. Lo único que podría delatar su presencia eran aquellas don cuencas azules, que a luz de la luna, tomaban brillo propio.
    Siempre estaba atento. Al contrario que él, nada pasaba desapercibido en su bosque. Los ojos del zorro eran capaces de ver más allá de la maleza de los árboles, sus oídos escuchar como cae una hoja en algún lugar, y su olfato capaz de percibir el olor de un alumbre montaña arriba . Por alguna razón aquella noche se sentía inquieto. Como si algo fuera a pasar en cualquier momento. No necesariamente malo ni bueno. Era una sensación que no percibía son sus sentidos, de momento, si no más bien en el alma. Subido a aquella rama, mientras comía una manzana, escudriñaba con sus ojos color zafiro la oscuridad. Lo único que podría delatar su presencia eran aquellas don cuencas azules, que a luz de la luna, tomaban brillo propio.
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  • El amanecer trae consigo un cielo pintado de suaves tonalidades doradas y rosadas, un escenario perfecto para ese día tan especial; Sora, apoyada contra un árbol, juega con una pequeña cajita envuelta en papel brillante de color dorado mientras sus ojos reflejan algo entre travesura y cariño, ajustándose la bufanda, se dirige al lugar donde sabe que encontrará a Celeste.
    En medio del bosque, entre las flores, una figura de cabello plateado brilla intensamente: Celeste. Sora la observa mientras se acerca con pasos silenciosos y sin decir una palabra, se sienta a su lado, con una sonrisa radiante extiende hacia su amiga la pequeña cajita envuelta con cuidado.
    _¡Feliz cumpleaños, Celeste!_ dice en un susurro alegre, mientras sus ojos brillan con una mezcla de ternura y emoción. Lady Céleste
    El amanecer trae consigo un cielo pintado de suaves tonalidades doradas y rosadas, un escenario perfecto para ese día tan especial; Sora, apoyada contra un árbol, juega con una pequeña cajita envuelta en papel brillante de color dorado mientras sus ojos reflejan algo entre travesura y cariño, ajustándose la bufanda, se dirige al lugar donde sabe que encontrará a Celeste. En medio del bosque, entre las flores, una figura de cabello plateado brilla intensamente: Celeste. Sora la observa mientras se acerca con pasos silenciosos y sin decir una palabra, se sienta a su lado, con una sonrisa radiante extiende hacia su amiga la pequeña cajita envuelta con cuidado. _¡Feliz cumpleaños, Celeste!_ dice en un susurro alegre, mientras sus ojos brillan con una mezcla de ternura y emoción. [LadyCeleste2008]
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  • Él búho del bosque
    Fandom Fantasía
    Categoría Fantasía
    En el pasado existía un búho de plumajes dorados con brillantes ojos dorados que lo hacía diferente a los demás.

    Ese búho en cuestión siempre solía llamar la atención, pareciera que de día era un ave voladora que se ocultaba de los aventureros que salían visitar el bosque; sin embargo, en la noche se transformaba en un elfo de largos cabellos dorados que brillaba con las caricias de la luna cuando se cruzaban lejos de las ramas de los árboles.

    Un día sin previo aviso el ave abandono el bosque, dejaría de visitarlo haciendo que sus amigos lo buscarán día noche, como alguien importante para el bosque fuera necesario que regresara…


    El elfo de nombre finwë por din había regresado a ese lugar que había vivido, en donde aún se encontraba su pequeño hogar, el cual había armado dentro de un árbol vacío contando con una cama, una silla muy pequeña junto a otros cachivaches. Aun así, sentía que el bosque ya no era su hogar que sus amigos ya no se encontraban y que nada era igual.—


    He regresado…


    — susurro con suavidad dejando que la palabra se fueran con el viento escuchara quien estuviese cerca, el elfo no se atrevía a dar un paso, esperaría una presencia o indicaciones que le dieran el permiso para visitar el bosque. Escucha con atención cada sonido que se presentaba.—
    En el pasado existía un búho de plumajes dorados con brillantes ojos dorados que lo hacía diferente a los demás. Ese búho en cuestión siempre solía llamar la atención, pareciera que de día era un ave voladora que se ocultaba de los aventureros que salían visitar el bosque; sin embargo, en la noche se transformaba en un elfo de largos cabellos dorados que brillaba con las caricias de la luna cuando se cruzaban lejos de las ramas de los árboles. Un día sin previo aviso el ave abandono el bosque, dejaría de visitarlo haciendo que sus amigos lo buscarán día noche, como alguien importante para el bosque fuera necesario que regresara… El elfo de nombre finwë por din había regresado a ese lugar que había vivido, en donde aún se encontraba su pequeño hogar, el cual había armado dentro de un árbol vacío contando con una cama, una silla muy pequeña junto a otros cachivaches. Aun así, sentía que el bosque ya no era su hogar que sus amigos ya no se encontraban y que nada era igual.— He regresado… — susurro con suavidad dejando que la palabra se fueran con el viento escuchara quien estuviese cerca, el elfo no se atrevía a dar un paso, esperaría una presencia o indicaciones que le dieran el permiso para visitar el bosque. Escucha con atención cada sonido que se presentaba.—
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    Individual
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    Cualquier línea
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  • ꧁•⊹٭Village AU٭⊹•꧂


    ˚    .



    •    . ° ·


    -La luna se alzaba en lo alto del cielo nocturno, en.una noche despejada como pocas durante esa epoca del año. Su luz se reflejaba sutilmente en la superficie del lago mientras la joven Kamado se aproximaba, envuelta en su habitual Kimono floral con lo que parecia ser una sabana o toalla entre sus brazos, una suave brisa traia el olor de la masa de agua meciendo sutilmente su cabello recogido-

    —...

    -Un semblante ligeramente melancolico estaba dibujado en su rostro; su mente atribulada por pensamientos densos como el alquitran necesitaba un soplo de aire fresco y no se le ocurrio mejor lugar que aquel lago escondidob en el bosque-

    -Se detuvo frente a la orilla y observó a la nada por unos segundos; dio un suspiro y retrocedió extendiendo la sábana en el suelo para luego sentarse, abrazando sus rodillas, arrullada por el romper de las olas-
    ꧁•⊹٭Village AU٭⊹•꧂ ˚    . •    . ° · -La luna se alzaba en lo alto del cielo nocturno, en.una noche despejada como pocas durante esa epoca del año. Su luz se reflejaba sutilmente en la superficie del lago mientras la joven Kamado se aproximaba, envuelta en su habitual Kimono floral con lo que parecia ser una sabana o toalla entre sus brazos, una suave brisa traia el olor de la masa de agua meciendo sutilmente su cabello recogido- —... -Un semblante ligeramente melancolico estaba dibujado en su rostro; su mente atribulada por pensamientos densos como el alquitran necesitaba un soplo de aire fresco y no se le ocurrio mejor lugar que aquel lago escondidob en el bosque- -Se detuvo frente a la orilla y observó a la nada por unos segundos; dio un suspiro y retrocedió extendiendo la sábana en el suelo para luego sentarse, abrazando sus rodillas, arrullada por el romper de las olas-
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  • -La luz pálida de la luna bañaba el horizonte, creando un manto plateado sobre los campos que rodeaban el castillo. El aire era fresco, cargado con el aroma de la tierra húmeda y la hierba recién pisada. Dentro de las murallas, el bullicio de las celebraciones ya se había apagado, dejando tras de sí el eco distante de risas y cánticos que se desvanecían en la madrugada. Las antorchas parpadeaban débilmente, luchando contra el viento que comenzaba a soplar con fuerza. Era el momento perfecto para desaparecer sin que nadie lo notara-

    -Coke estaba allí, de pie junto a los establos, su silueta parcialmente iluminada por la tenue luz lunar. Llevaba una capa oscura que apenas podía ocultar la armadura ligera que aún no había abandonado del todo, como si no pudiera desprenderse completamente de su pasado. Su mirada recorrió los caballos dormidos, hasta que sus ojos se posaron en uno en particular: un corcel negro, fuerte y silencioso. Sin dudarlo, abrió el portón de madera con cuidado, sus movimientos tan ligeros que ni siquiera el crujir de la madera perturbó el silencio-

    -Con manos firmes y un susurro tranquilo, acarició al animal antes de colocarse sobre su lomo. La brisa nocturna le acariciaba el rostro mientras salía de los terrenos del castillo, dejando atrás las luces, las risas y las responsabilidades. Cada paso del caballo sobre el camino empedrado resonaba como un latido, marcando el comienzo de una nueva vida, lejos de los festejos y del peso de las miradas expectantes-

    -Sus pensamientos estaban claros: no había lugar para él en un reino en paz. Había luchado y sangrado por esa tierra, pero ahora que la calma reinaba, su espíritu inquieto buscaba algo más. Quizá un propósito, quizá libertad, o tal vez solo un lugar donde pudiera encontrarse a sí mismo sin el eco constante de los gritos de guerra-

    -El caballo se detuvo por un instante al borde del bosque, justo donde los campos abiertos del reino daban paso a la sombra de los árboles. Coke miró hacia atrás, contemplando las altas torres del castillo y las luces que aún parpadeaban débilmente en las ventanas. El viento soplaba con fuerza, llevándose consigo el eco de una canción lejana que aún resonaba desde los salones del festín. Apretó los labios y, con un gesto lento, levantó el casco que había llevado durante tantas batallas, aquel que todos reconocían como un símbolo de su valentía y su presencia en el campo de guerra-

    -Con una calma solemne, dejó caer el casco al suelo. El metal resonó contra las piedras con un eco profundo que pareció extenderse por todo el valle. Era un sonido que marcaba el fin de una era. El casco quedó allí, solitario bajo la luz de la luna, un símbolo mudo de todo lo que Coke dejaba atrás-

    -Sin mirar atrás, espoleó al caballo, dejando que la oscuridad del bosque lo envolviera. La figura de Coke se fundió con la oscuridad, dejando tras de sí una estela de huellas que pronto serían borradas por la humedad de la madrugada. La luna, su única compañera, lo observaba desde lo alto, iluminando el camino hacia lo desconocido-

    ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ──────

    Fin de temporada
    -La luz pálida de la luna bañaba el horizonte, creando un manto plateado sobre los campos que rodeaban el castillo. El aire era fresco, cargado con el aroma de la tierra húmeda y la hierba recién pisada. Dentro de las murallas, el bullicio de las celebraciones ya se había apagado, dejando tras de sí el eco distante de risas y cánticos que se desvanecían en la madrugada. Las antorchas parpadeaban débilmente, luchando contra el viento que comenzaba a soplar con fuerza. Era el momento perfecto para desaparecer sin que nadie lo notara- -Coke estaba allí, de pie junto a los establos, su silueta parcialmente iluminada por la tenue luz lunar. Llevaba una capa oscura que apenas podía ocultar la armadura ligera que aún no había abandonado del todo, como si no pudiera desprenderse completamente de su pasado. Su mirada recorrió los caballos dormidos, hasta que sus ojos se posaron en uno en particular: un corcel negro, fuerte y silencioso. Sin dudarlo, abrió el portón de madera con cuidado, sus movimientos tan ligeros que ni siquiera el crujir de la madera perturbó el silencio- -Con manos firmes y un susurro tranquilo, acarició al animal antes de colocarse sobre su lomo. La brisa nocturna le acariciaba el rostro mientras salía de los terrenos del castillo, dejando atrás las luces, las risas y las responsabilidades. Cada paso del caballo sobre el camino empedrado resonaba como un latido, marcando el comienzo de una nueva vida, lejos de los festejos y del peso de las miradas expectantes- -Sus pensamientos estaban claros: no había lugar para él en un reino en paz. Había luchado y sangrado por esa tierra, pero ahora que la calma reinaba, su espíritu inquieto buscaba algo más. Quizá un propósito, quizá libertad, o tal vez solo un lugar donde pudiera encontrarse a sí mismo sin el eco constante de los gritos de guerra- -El caballo se detuvo por un instante al borde del bosque, justo donde los campos abiertos del reino daban paso a la sombra de los árboles. Coke miró hacia atrás, contemplando las altas torres del castillo y las luces que aún parpadeaban débilmente en las ventanas. El viento soplaba con fuerza, llevándose consigo el eco de una canción lejana que aún resonaba desde los salones del festín. Apretó los labios y, con un gesto lento, levantó el casco que había llevado durante tantas batallas, aquel que todos reconocían como un símbolo de su valentía y su presencia en el campo de guerra- -Con una calma solemne, dejó caer el casco al suelo. El metal resonó contra las piedras con un eco profundo que pareció extenderse por todo el valle. Era un sonido que marcaba el fin de una era. El casco quedó allí, solitario bajo la luz de la luna, un símbolo mudo de todo lo que Coke dejaba atrás- -Sin mirar atrás, espoleó al caballo, dejando que la oscuridad del bosque lo envolviera. La figura de Coke se fundió con la oscuridad, dejando tras de sí una estela de huellas que pronto serían borradas por la humedad de la madrugada. La luna, su única compañera, lo observaba desde lo alto, iluminando el camino hacia lo desconocido- ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ────── Fin de temporada
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  • - da un súpiro pequeño -

    Aún no sé por qué dudo de mi y de mis habilidades ......

    - mientras estaba en las orillas del lago el bosque , en su mente -

    > Así con tantas dudas , jamás seré una buena reina ..... Debería ser fimes y no así llena de inseguridades <
    - da un súpiro pequeño - Aún no sé por qué dudo de mi y de mis habilidades ...... - mientras estaba en las orillas del lago el bosque , en su mente - > Así con tantas dudas , jamás seré una buena reina ..... Debería ser fimes y no así llena de inseguridades <
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