Gazú Bonetti { https://ficrol.com/posts/163758 }
Valerian se sienta en su sillón de terciopelo negro, con una copa de vino en la mano, observando las sombras danzantes que proyecta la tenue luz de las velas en la pared. Sus ojos azules, profundos y llenos de un conocimiento oscuro, se pierden en los recuerdos de siglos pasados. Con una voz baja y melancólica, comienza a reflexionar.
— El sentido de la vida... qué concepto tan efímero y evasivo —murmura, sus palabras llenas del peso del paso del tiempo— Los mortales pasan su entera existencia buscando propósito, significado, alguna justificación para su breve paso por este mundo. Se aferran a ilusiones de grandeza, a sueños y esperanzas que, al final, no son más que polvo en el viento.
Toma un sorbo de su vino, sus labios se curvan en una sonrisa irónica y amarga.
— ¿Cuál es el verdadero sentido de la vida? ¿Acaso hay uno? Desde mi perspectiva, la vida es una danza interminable de dolor y placer, de esperanza y desesperación. Un ciclo cruel donde la mayoría de los seres se desgastan buscando algo que jamás encontrarán. Es en la naturaleza humana aferrarse a la idea de que hay algo más allá de la simple existencia, un propósito mayor que justifique sus sufrimientos.
Sus ojos brillan con una intensidad oscura mientras continua.
— Pero la verdad, la fría y cruel verdad que se niegan a ver, es que el sentido de la vida es simplemente existir. Sobrevivir en medio del caos, encontrar momentos efímeros de felicidad en un mar de incertidumbre y dolor. Los mortales buscan consuelo en el amor, en la riqueza, en el poder, pero al final, todos se enfrentan al mismo destino ineludible: la muerte. Así que, quizás, el verdadero sentido de la vida es aceptar su absurda belleza y su inescapable oscuridad. Vivir cada momento como si fuera el último, no porque haya un propósito mayor, sino porque en la aceptación de la futilidad reside la verdadera libertad. Y en esa libertad, en esa comprensión, uno puede encontrar una paz retorcida y oscura, una que solo los que han visto más allá de la ilusión pueden entender.
Valerian cierra los ojos por un momento, saboreando la amargura de su reflexión, antes de volver a la realidad que lo rodea, un vampiro eterno en un mundo que nunca deja de sorprenderlo con su absurda búsqueda de significado.
#blablabla
Valerian se sienta en su sillón de terciopelo negro, con una copa de vino en la mano, observando las sombras danzantes que proyecta la tenue luz de las velas en la pared. Sus ojos azules, profundos y llenos de un conocimiento oscuro, se pierden en los recuerdos de siglos pasados. Con una voz baja y melancólica, comienza a reflexionar.
— El sentido de la vida... qué concepto tan efímero y evasivo —murmura, sus palabras llenas del peso del paso del tiempo— Los mortales pasan su entera existencia buscando propósito, significado, alguna justificación para su breve paso por este mundo. Se aferran a ilusiones de grandeza, a sueños y esperanzas que, al final, no son más que polvo en el viento.
Toma un sorbo de su vino, sus labios se curvan en una sonrisa irónica y amarga.
— ¿Cuál es el verdadero sentido de la vida? ¿Acaso hay uno? Desde mi perspectiva, la vida es una danza interminable de dolor y placer, de esperanza y desesperación. Un ciclo cruel donde la mayoría de los seres se desgastan buscando algo que jamás encontrarán. Es en la naturaleza humana aferrarse a la idea de que hay algo más allá de la simple existencia, un propósito mayor que justifique sus sufrimientos.
Sus ojos brillan con una intensidad oscura mientras continua.
— Pero la verdad, la fría y cruel verdad que se niegan a ver, es que el sentido de la vida es simplemente existir. Sobrevivir en medio del caos, encontrar momentos efímeros de felicidad en un mar de incertidumbre y dolor. Los mortales buscan consuelo en el amor, en la riqueza, en el poder, pero al final, todos se enfrentan al mismo destino ineludible: la muerte. Así que, quizás, el verdadero sentido de la vida es aceptar su absurda belleza y su inescapable oscuridad. Vivir cada momento como si fuera el último, no porque haya un propósito mayor, sino porque en la aceptación de la futilidad reside la verdadera libertad. Y en esa libertad, en esa comprensión, uno puede encontrar una paz retorcida y oscura, una que solo los que han visto más allá de la ilusión pueden entender.
Valerian cierra los ojos por un momento, saboreando la amargura de su reflexión, antes de volver a la realidad que lo rodea, un vampiro eterno en un mundo que nunca deja de sorprenderlo con su absurda búsqueda de significado.
#blablabla
[Gazu122101] { https://ficrol.com/posts/163758 }
Valerian se sienta en su sillón de terciopelo negro, con una copa de vino en la mano, observando las sombras danzantes que proyecta la tenue luz de las velas en la pared. Sus ojos azules, profundos y llenos de un conocimiento oscuro, se pierden en los recuerdos de siglos pasados. Con una voz baja y melancólica, comienza a reflexionar.
— El sentido de la vida... qué concepto tan efímero y evasivo —murmura, sus palabras llenas del peso del paso del tiempo— Los mortales pasan su entera existencia buscando propósito, significado, alguna justificación para su breve paso por este mundo. Se aferran a ilusiones de grandeza, a sueños y esperanzas que, al final, no son más que polvo en el viento.
Toma un sorbo de su vino, sus labios se curvan en una sonrisa irónica y amarga.
— ¿Cuál es el verdadero sentido de la vida? ¿Acaso hay uno? Desde mi perspectiva, la vida es una danza interminable de dolor y placer, de esperanza y desesperación. Un ciclo cruel donde la mayoría de los seres se desgastan buscando algo que jamás encontrarán. Es en la naturaleza humana aferrarse a la idea de que hay algo más allá de la simple existencia, un propósito mayor que justifique sus sufrimientos.
Sus ojos brillan con una intensidad oscura mientras continua.
— Pero la verdad, la fría y cruel verdad que se niegan a ver, es que el sentido de la vida es simplemente existir. Sobrevivir en medio del caos, encontrar momentos efímeros de felicidad en un mar de incertidumbre y dolor. Los mortales buscan consuelo en el amor, en la riqueza, en el poder, pero al final, todos se enfrentan al mismo destino ineludible: la muerte. Así que, quizás, el verdadero sentido de la vida es aceptar su absurda belleza y su inescapable oscuridad. Vivir cada momento como si fuera el último, no porque haya un propósito mayor, sino porque en la aceptación de la futilidad reside la verdadera libertad. Y en esa libertad, en esa comprensión, uno puede encontrar una paz retorcida y oscura, una que solo los que han visto más allá de la ilusión pueden entender.
Valerian cierra los ojos por un momento, saboreando la amargura de su reflexión, antes de volver a la realidad que lo rodea, un vampiro eterno en un mundo que nunca deja de sorprenderlo con su absurda búsqueda de significado.
#blablabla