• A Dream... I remember my Dream...
    Fandom Stranger Things
    Categoría Romance
    STARTER PARA Eddie Munson

    Hubiera jurado y proclamado a los cuatro vientos que ella, Allyson Johnson, jamás podría fijarse en un tipo como él.

    Tal vez, si hubiera podido anticiparse, si aquello no hubiera sucedido de la noche a la mañana, habría hecho algo para impedirlo. Porque sí, Ally era de esas personas convencidas de que los sentimientos sí podían controlarse. Más aún si eras plenamente consciente de los tuyos. Y ella lo era. O le gustaba creer que lo era.

    Ally había tenido que crecer demasiado pronto. Su cabeza corría siempre un par de pasos por delante del resto: pensaba demasiado, analizaba todo, le dedicaba tiempo a cada gesto, a cada palabra, a cada silencio incómodo. Necesitaba comprenderlo todo, tenerlo bajo control, ordenar el mundo en cajitas mentales donde nada se saliera del guion.

    Pero una cosa había aprendido con los años —a fuerza de golpes que aún le dolían en rincones de la memoria que prefería no mirar—: no se puede tener todo bajo control.

    Y, mucho menos, los sueños.

    ________________________________________

    Había visto a ese tío, Eddie Munson, subido sobre una mesa del comedor del instituto, desgañitándose delante de todo el mundo como si la cafetería fuera su maldito escenario privado. Recorría los tablones con las botas mientras gritaba algo sobre ovejas, ovejeros y Hellfire, ganándose miradas de asco, risas y un par de “otra vez el puto Munson” susurrados entre bandejas grasientas.

    Ally recordaba haber rodado los ojos, apoyando el codo en la mesa.

    "¿Qué demonios hace? Menudo ridículo."

    Su ceño se arrugó, el labio se le frunció con esa expresión suya de juicio silencioso. Todo en su cuerpo decía “qué vergüenza ajena”. Y sin embargo, no consiguió apartar la mirada. Se quedó mirándolo, atrapada en una mezcla rara de rechazo y fascinación, como cuando no puedes dejar de mirar un accidente aunque sepas que te va a impresionar.

    El resto del día transcurrió con normalidad. Quedó con Ashley Thompson, su mejor amiga, hablaron de tonterías y deberes, y luego se fue a casa a estudiar. O a intentarlo.
    Nada fuera de lo habitual.

    ¿Quién iba a decirle que esa misma noche soñaría con el tipo que había caminado sobre la mesa como si fuera suya?
    ¿Y que al despertar, algo en ella ya no estaría en el mismo sitio?

    ________________________________________

    Al principio no entendió qué pasaba.

    Lo supo de verdad al volver a verlo, a la mañana siguiente, en clase de ciencias.
    Él llegó tarde, cómo no: la puerta se abrió con un golpe seco, el profesor hizo ese suspiro de resignación de siempre, y el murmullo de la clase se cortó un segundo.

    Allí estaba otra vez. Chaqueta de cuero, parches, pelo rizado cayéndole por la cara, el walkman colgando, esa sonrisa que siempre parecía ir a decir algo que no tocaba. El maldito Eddie Munson.

    El corazón de Ally reaccionó antes que su cabeza. Un latido seco, distinto, como si hubiera un eco. Como si algo se hubiera movido dentro de ella la noche anterior y solo ahora se estuviera despertando. Hubo un momento en el que sintió que se le aflojaban los dedos del bolígrafo. Y entonces, como un flash, como una diapositiva, el sueño regresó de golpe.

    Eddie.

    El mismo Eddie que en la vida real era exactamente el tipo de tío que Ally decía detestar: ruidoso, caótico, sin filtro, con fama de rarito y de fracasado repetidor. Todo lo que ella había aprendido a evitar.

    ¿Entonces por qué se le calentaban las mejillas ahora, sentada en su pupitre, cuando él cruzó la clase con total descaro?

    ¿Por qué sus piernas, siempre cruzadas bajo la mesa, se descruzaron inquietas, los pies tamborileando contra el suelo?

    Se apartó el pelo de la oreja en un gesto automático y dejó caer la melena rubia hacia delante, ocultando parte de su rostro, en un intento desesperado por esconderse. Desde allí, donde él estaba, si se giraba, podría verla de perfil. Y ella no estaba preparada para sostenerle la mirada sabiendo lo que había soñado.

    ________________________________________

    Ally no era una chica cualquiera. Al menos no por dentro.

    A simple vista, en Hawkins, era una buena alumna, pocas palabras, mirada que lo observa todo. El tipo de chica a la que nadie se atrevería a llamar friki, pero que tampoco encajaba con las animadoras. Un punto medio.

    Lo que nadie allí sabía es que aquel no era el único lugar raro en el que ella había estado.

    Antes de Hawkins hubo otro sitio.

    Derry, Maine.

    Un nombre que a veces le venía a la cabeza como una mancha y del que enseguida se olvidaba, como cuando intentabas recordar una palabra en otro idioma y se escapaba justo en el último segundo. Sabía que había vivido allí. Sabía que algo importante había pasado. Pero cuanto más intentaba reconstruirlo, más se desdibujaban los recuerdos.

    Recordaba cosas sueltas, fragmentos, sensaciones que no encajaban con nada que pudiera llamar “normal”.

    Un payaso en un desagüe, la voz de alguien susurrándole que fuera a bailar, el olor a óxido y alcantarilla mezclado con algo dulzón y nauseabundo.

    Flashes: Un globo rojo flotando donde no debería, una escalera hacia un sótano…

    Y luego estaban ellos.

    Un grupo de chicos y una chica pelirroja.

    Bicicletas. Un pequeño claro en el bosque que olía a verano, a barro y a sangre seca. Una caseta improvisada bajo tierra, llena de cómics, revistas viejas y botellas de refresco vacías…

    “Beep beep, Richie.”

    Recordaba una voz concreta, aguda y rápida, disparando chistes. Unas gafas enormes. Una camiseta siempre arrugada.

    Pero nunca conseguía ver bien su cara. Cuando intentaba enfocarla, el recuerdo se difuminaba. Solo quedaba la sensación: aquel cosquilleo caliente en el estómago, la mezcla rara entre el miedo, el deseo y la seguridad.

    Pero Ally decidió que todo aquello solo fueron pesadillas de cría y una imaginación demasiado activa. Era más fácil así. Más cómodo.

    Todo eso… había quedado atrás…

    ________________________________________

    Ahora, sentada en aquel pupitre, podía escuchar cómo el profesor empezaba a escribir fórmulas en la pizarra, agradeciendo que nadie pudiera escuchar sus pensamientos.

    Se obligó a mirar al frente. A copiar el título en el cuaderno. A tomar apuntes como si todo fuera normal. Como si el corazón no le estuviera golpeando las costillas cada vez que él se movía, cada vez que sus botas chocaban contra la pata de su silla.

    Intentó convencerse:
    Es solo un chico. Un chico que no te gusta. Alguien que representa todo lo que no quieres en tu vida. Punto.

    Pero el sueño volvía. Cada noche. Cada día.

    ________________________________________

    Al día siguiente, ella volvía a estar sentada en aquel pupitre.

    El profesor llegó, dejó la carpeta sobre la mesa y saludó a los alumnos.

    —Muy bien, clase. Antes de empezar —anunció, ajustándose las gafas—, os recuerdo que hoy se publican las parejas para el trabajo trimestral. Como sabéis, es obligatorio, cuenta el treinta por ciento de la nota final y tendrá que entregarse en dos semanas.

    Quejas, risas… Todos sabían que aquel trabajo era un suplicio.

    Ally sintió un nudo en el estómago.

    No era buena trabajando con otros. Nunca lo había sido. Prefería controlar cada detalle, cada página, cada palabra. Y la idea de depender de alguien le incomodaba más que cualquier examen.

    El profesor empezó a leer la lista.

    Apellidos, nombres. Alumnos que chocaban las manos cuando les tocaban con sus amigos. Otros que resoplaban resignados…

    Y entonces, llegó el momento.

    —Munson, Edward.

    Ally no respiró.

    —Johnson, Allyson.

    Lo escuchó antes de procesarlo.

    Su primera reacción fue automática: apretar los muslos bajo la mesa, esconder la cara tras el pelo, bajar la vista a la madera gastada del pupitre.

    Pero el profesor continuó, sin detenerse. Sin darles opción a negarse.

    —Los trabajos deberán tener una parte teórica y otra práctica. Podéis elegir temática dentro del temario de este trimestre. No se permiten cambios de pareja. Y, por favor… evitad copiaros entre vosotros; lo sabré.

    Hubo risas por detrás. Alguno soltó un comentario que no alcanzó a escuchar.

    —Al igual que sabré si el trabajo sólo lo hace uno de vosotros. ¿Entendido?

    Ella seguía petrificada. No quería mirarlo, pero acabó haciéndolo, y se encontró que él… ya la estaba mirando.

    Ally tragó saliva.

    Toda la sangre derramándosele a los pies.

    El sueño volvió como un latigazo.

    La sensación de haber cruzado un límite que ni siquiera comprendía.

    El profesor siguió hablando, dando instrucciones, detallando fechas, insistiendo en la importancia del trabajo. Pero ella apenas oía nada.

    “Trabajo en pareja.”
    “Dos semanas.”
    “Munson y Johnson.”

    Cuando por fin llegó el momento, cuando los demás empezaron a moverse para buscar a sus compañeros, Ally permaneció quieta, como si el asiento la estuviera aprisionando.

    Supo que debía mirarlo, que tarde o temprano tendría que hacerlo, pero fue incapaz.

    Giró la cabeza apenas unos centímetros.
    Y lo encontró. Ahí.
    Codo apoyado en la mesa, cuerpo ladeado hacia ella, mirada paciente. Como si estuviera esperando que reaccionara.

    STARTER PARA [eclipse_platinum_elephant_535] Hubiera jurado y proclamado a los cuatro vientos que ella, Allyson Johnson, jamás podría fijarse en un tipo como él. Tal vez, si hubiera podido anticiparse, si aquello no hubiera sucedido de la noche a la mañana, habría hecho algo para impedirlo. Porque sí, Ally era de esas personas convencidas de que los sentimientos sí podían controlarse. Más aún si eras plenamente consciente de los tuyos. Y ella lo era. O le gustaba creer que lo era. Ally había tenido que crecer demasiado pronto. Su cabeza corría siempre un par de pasos por delante del resto: pensaba demasiado, analizaba todo, le dedicaba tiempo a cada gesto, a cada palabra, a cada silencio incómodo. Necesitaba comprenderlo todo, tenerlo bajo control, ordenar el mundo en cajitas mentales donde nada se saliera del guion. Pero una cosa había aprendido con los años —a fuerza de golpes que aún le dolían en rincones de la memoria que prefería no mirar—: no se puede tener todo bajo control. Y, mucho menos, los sueños. ________________________________________ Había visto a ese tío, Eddie Munson, subido sobre una mesa del comedor del instituto, desgañitándose delante de todo el mundo como si la cafetería fuera su maldito escenario privado. Recorría los tablones con las botas mientras gritaba algo sobre ovejas, ovejeros y Hellfire, ganándose miradas de asco, risas y un par de “otra vez el puto Munson” susurrados entre bandejas grasientas. Ally recordaba haber rodado los ojos, apoyando el codo en la mesa. "¿Qué demonios hace? Menudo ridículo." Su ceño se arrugó, el labio se le frunció con esa expresión suya de juicio silencioso. Todo en su cuerpo decía “qué vergüenza ajena”. Y sin embargo, no consiguió apartar la mirada. Se quedó mirándolo, atrapada en una mezcla rara de rechazo y fascinación, como cuando no puedes dejar de mirar un accidente aunque sepas que te va a impresionar. El resto del día transcurrió con normalidad. Quedó con Ashley Thompson, su mejor amiga, hablaron de tonterías y deberes, y luego se fue a casa a estudiar. O a intentarlo. Nada fuera de lo habitual. ¿Quién iba a decirle que esa misma noche soñaría con el tipo que había caminado sobre la mesa como si fuera suya? ¿Y que al despertar, algo en ella ya no estaría en el mismo sitio? ________________________________________ Al principio no entendió qué pasaba. Lo supo de verdad al volver a verlo, a la mañana siguiente, en clase de ciencias. Él llegó tarde, cómo no: la puerta se abrió con un golpe seco, el profesor hizo ese suspiro de resignación de siempre, y el murmullo de la clase se cortó un segundo. Allí estaba otra vez. Chaqueta de cuero, parches, pelo rizado cayéndole por la cara, el walkman colgando, esa sonrisa que siempre parecía ir a decir algo que no tocaba. El maldito Eddie Munson. El corazón de Ally reaccionó antes que su cabeza. Un latido seco, distinto, como si hubiera un eco. Como si algo se hubiera movido dentro de ella la noche anterior y solo ahora se estuviera despertando. Hubo un momento en el que sintió que se le aflojaban los dedos del bolígrafo. Y entonces, como un flash, como una diapositiva, el sueño regresó de golpe. Eddie. El mismo Eddie que en la vida real era exactamente el tipo de tío que Ally decía detestar: ruidoso, caótico, sin filtro, con fama de rarito y de fracasado repetidor. Todo lo que ella había aprendido a evitar. ¿Entonces por qué se le calentaban las mejillas ahora, sentada en su pupitre, cuando él cruzó la clase con total descaro? ¿Por qué sus piernas, siempre cruzadas bajo la mesa, se descruzaron inquietas, los pies tamborileando contra el suelo? Se apartó el pelo de la oreja en un gesto automático y dejó caer la melena rubia hacia delante, ocultando parte de su rostro, en un intento desesperado por esconderse. Desde allí, donde él estaba, si se giraba, podría verla de perfil. Y ella no estaba preparada para sostenerle la mirada sabiendo lo que había soñado. ________________________________________ Ally no era una chica cualquiera. Al menos no por dentro. A simple vista, en Hawkins, era una buena alumna, pocas palabras, mirada que lo observa todo. El tipo de chica a la que nadie se atrevería a llamar friki, pero que tampoco encajaba con las animadoras. Un punto medio. Lo que nadie allí sabía es que aquel no era el único lugar raro en el que ella había estado. Antes de Hawkins hubo otro sitio. Derry, Maine. Un nombre que a veces le venía a la cabeza como una mancha y del que enseguida se olvidaba, como cuando intentabas recordar una palabra en otro idioma y se escapaba justo en el último segundo. Sabía que había vivido allí. Sabía que algo importante había pasado. Pero cuanto más intentaba reconstruirlo, más se desdibujaban los recuerdos. Recordaba cosas sueltas, fragmentos, sensaciones que no encajaban con nada que pudiera llamar “normal”. Un payaso en un desagüe, la voz de alguien susurrándole que fuera a bailar, el olor a óxido y alcantarilla mezclado con algo dulzón y nauseabundo. Flashes: Un globo rojo flotando donde no debería, una escalera hacia un sótano… Y luego estaban ellos. Un grupo de chicos y una chica pelirroja. Bicicletas. Un pequeño claro en el bosque que olía a verano, a barro y a sangre seca. Una caseta improvisada bajo tierra, llena de cómics, revistas viejas y botellas de refresco vacías… “Beep beep, Richie.” Recordaba una voz concreta, aguda y rápida, disparando chistes. Unas gafas enormes. Una camiseta siempre arrugada. Pero nunca conseguía ver bien su cara. Cuando intentaba enfocarla, el recuerdo se difuminaba. Solo quedaba la sensación: aquel cosquilleo caliente en el estómago, la mezcla rara entre el miedo, el deseo y la seguridad. Pero Ally decidió que todo aquello solo fueron pesadillas de cría y una imaginación demasiado activa. Era más fácil así. Más cómodo. Todo eso… había quedado atrás… ________________________________________ Ahora, sentada en aquel pupitre, podía escuchar cómo el profesor empezaba a escribir fórmulas en la pizarra, agradeciendo que nadie pudiera escuchar sus pensamientos. Se obligó a mirar al frente. A copiar el título en el cuaderno. A tomar apuntes como si todo fuera normal. Como si el corazón no le estuviera golpeando las costillas cada vez que él se movía, cada vez que sus botas chocaban contra la pata de su silla. Intentó convencerse: Es solo un chico. Un chico que no te gusta. Alguien que representa todo lo que no quieres en tu vida. Punto. Pero el sueño volvía. Cada noche. Cada día. ________________________________________ Al día siguiente, ella volvía a estar sentada en aquel pupitre. El profesor llegó, dejó la carpeta sobre la mesa y saludó a los alumnos. —Muy bien, clase. Antes de empezar —anunció, ajustándose las gafas—, os recuerdo que hoy se publican las parejas para el trabajo trimestral. Como sabéis, es obligatorio, cuenta el treinta por ciento de la nota final y tendrá que entregarse en dos semanas. Quejas, risas… Todos sabían que aquel trabajo era un suplicio. Ally sintió un nudo en el estómago. No era buena trabajando con otros. Nunca lo había sido. Prefería controlar cada detalle, cada página, cada palabra. Y la idea de depender de alguien le incomodaba más que cualquier examen. El profesor empezó a leer la lista. Apellidos, nombres. Alumnos que chocaban las manos cuando les tocaban con sus amigos. Otros que resoplaban resignados… Y entonces, llegó el momento. —Munson, Edward. Ally no respiró. —Johnson, Allyson. Lo escuchó antes de procesarlo. Su primera reacción fue automática: apretar los muslos bajo la mesa, esconder la cara tras el pelo, bajar la vista a la madera gastada del pupitre. Pero el profesor continuó, sin detenerse. Sin darles opción a negarse. —Los trabajos deberán tener una parte teórica y otra práctica. Podéis elegir temática dentro del temario de este trimestre. No se permiten cambios de pareja. Y, por favor… evitad copiaros entre vosotros; lo sabré. Hubo risas por detrás. Alguno soltó un comentario que no alcanzó a escuchar. —Al igual que sabré si el trabajo sólo lo hace uno de vosotros. ¿Entendido? Ella seguía petrificada. No quería mirarlo, pero acabó haciéndolo, y se encontró que él… ya la estaba mirando. Ally tragó saliva. Toda la sangre derramándosele a los pies. El sueño volvió como un latigazo. La sensación de haber cruzado un límite que ni siquiera comprendía. El profesor siguió hablando, dando instrucciones, detallando fechas, insistiendo en la importancia del trabajo. Pero ella apenas oía nada. “Trabajo en pareja.” “Dos semanas.” “Munson y Johnson.” Cuando por fin llegó el momento, cuando los demás empezaron a moverse para buscar a sus compañeros, Ally permaneció quieta, como si el asiento la estuviera aprisionando. Supo que debía mirarlo, que tarde o temprano tendría que hacerlo, pero fue incapaz. Giró la cabeza apenas unos centímetros. Y lo encontró. Ahí. Codo apoyado en la mesa, cuerpo ladeado hacia ella, mirada paciente. Como si estuviera esperando que reaccionara.
    Tipo
    Grupal
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    Cualquier línea
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //Actualización de estado: User lo suficientemente estable mentalmente como para responder interacciones breves y publicar en sus cuentas, más aún le falla medio cerebro como para responder roles extensos/largos, también tiene antojo de un buen choripan con monster sabor mango, la combinación más destruye intestinos que ah probado (?)
    //Actualización de estado: User lo suficientemente estable mentalmente como para responder interacciones breves y publicar en sus cuentas, más aún le falla medio cerebro como para responder roles extensos/largos, también tiene antojo de un buen choripan con monster sabor mango, la combinación más destruye intestinos que ah probado (?) :STK-25:
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  • Raden había limpiado y ordenado muy bien el sótano de la tienda, un espacio amplio que casi siempre permanecía cerrado y oscuro. Sin embargo, hoy daba la bienvenida a sus dos nuevas inquilinas. En la pared más despejada, destacaba una pizarra enorme, donde las palabras 'REGLAS DE LA CASA' estaban escritas con una caligrafía impecable.

    — Bienvenidas, pequeñas traviesas ~ —su voz fue un suave arrullo, pero sus ojos, de un azul demasiado intenso, recorrían a Mococo Abyssgard y Fuwawa Abyssgard con la curiosidad de una coleccionista ante dos piezas potencialmente peligrosas— espero que encuentren este... refugio, a su gusto. He hecho los arreglos personalmente, uhum.

    Con un movimiento fluido, giró sobre sus tacones y se plantó frente a la pizarra. El abanico, como una extensión natural de su gestualidad, se cerró para apuntar con un extremo a la primera regla de la pizarra.

    — Ahora, hablemos de las normas. Son pocas, pero... cruciales para la armonía. Y para su seguridad, jeje ~ ...

    1. Tratar con sumo cuidado las reliquias. La tienda no es un parque de atracciones. Cada objeto tiene una historia... y la mayoría, un temperamento.

    2. Mantener el orden.

    3. Los clientes son... clientes. Si alguno baja y las ve, una sonrisa y un 'la propietaria no está' bastará. Nada de travesuras que los asusten. Ahem, aunque algunos se lo merezcan.

    4. Prohibidas las peleas en la tienda. Los duelos a muerte, si son estrictamente necesarios, se reservan para el sótano. El sofá es vintage, por favor, no manchen la tapicería...

    5. Nada de invitados indeseados. Traer problemas externos aquí es de pésimo gusto. Yo ya tengo los míos propios.

    6. ¡Y LA MAS IMPORTANTE!... —aquí, su voz bajó a un susurro dramático— No tocar, jugar, romper o, por todos los abismos, beber de mis objetos o reliquias. ¡Prohibido!

    Hizo una pausa, dejando que el silencio las dejara procesar la advertencia. Luego, de repente, lanzó sus manos hacia adelante con los dedos curvados como garras, haciendo una mueca exagerada.

    — ¡Grrr! ¡Porque si lo hacen, los objetos podrían molestarse, despertar... y ATACAR! —soltó una risita, como si fuera una broma adorable.

    Era broma. Aunque no era del todo improbable que algo así pudiera ocurrir.

    —En fin ~ —continuó, recuperando su compostura y abriendo el abanico de nuevo con un gesto elegante— El incumplimiento de alguna de estas reglas conllevará a... hm... —se llevó la punta del abanico a la barbilla, pensativa. Sus ojos se iluminaron con un destello púrpura— ¡Ah, ya sé! Me veré en la obligación de llamar a Shiori. Sí, ella será la adulta responsable de ustedes...

    Era inevitable para Raden ver a las dos chicas como si fueran dos niñas traviesas, por lo cual hacia falta algún adulto responsable. Y ella era adulta, claro, pero no responsable.

    — Y... creo que es todo, si, ¿alguna pregunta, mis pequeñas futuras causas de canas?
    Raden había limpiado y ordenado muy bien el sótano de la tienda, un espacio amplio que casi siempre permanecía cerrado y oscuro. Sin embargo, hoy daba la bienvenida a sus dos nuevas inquilinas. En la pared más despejada, destacaba una pizarra enorme, donde las palabras 'REGLAS DE LA CASA' estaban escritas con una caligrafía impecable. — Bienvenidas, pequeñas traviesas ~ —su voz fue un suave arrullo, pero sus ojos, de un azul demasiado intenso, recorrían a [haze_peridot_bat_137] y [Inu_blue_1] con la curiosidad de una coleccionista ante dos piezas potencialmente peligrosas— espero que encuentren este... refugio, a su gusto. He hecho los arreglos personalmente, uhum. Con un movimiento fluido, giró sobre sus tacones y se plantó frente a la pizarra. El abanico, como una extensión natural de su gestualidad, se cerró para apuntar con un extremo a la primera regla de la pizarra. — Ahora, hablemos de las normas. Son pocas, pero... cruciales para la armonía. Y para su seguridad, jeje ~ ... 1. Tratar con sumo cuidado las reliquias. La tienda no es un parque de atracciones. Cada objeto tiene una historia... y la mayoría, un temperamento. 2. Mantener el orden. 3. Los clientes son... clientes. Si alguno baja y las ve, una sonrisa y un 'la propietaria no está' bastará. Nada de travesuras que los asusten. Ahem, aunque algunos se lo merezcan. 4. Prohibidas las peleas en la tienda. Los duelos a muerte, si son estrictamente necesarios, se reservan para el sótano. El sofá es vintage, por favor, no manchen la tapicería... 5. Nada de invitados indeseados. Traer problemas externos aquí es de pésimo gusto. Yo ya tengo los míos propios. 6. ¡Y LA MAS IMPORTANTE!... —aquí, su voz bajó a un susurro dramático— No tocar, jugar, romper o, por todos los abismos, beber de mis objetos o reliquias. ¡Prohibido! Hizo una pausa, dejando que el silencio las dejara procesar la advertencia. Luego, de repente, lanzó sus manos hacia adelante con los dedos curvados como garras, haciendo una mueca exagerada. — ¡Grrr! ¡Porque si lo hacen, los objetos podrían molestarse, despertar... y ATACAR! —soltó una risita, como si fuera una broma adorable. Era broma. Aunque no era del todo improbable que algo así pudiera ocurrir. —En fin ~ —continuó, recuperando su compostura y abriendo el abanico de nuevo con un gesto elegante— El incumplimiento de alguna de estas reglas conllevará a... hm... —se llevó la punta del abanico a la barbilla, pensativa. Sus ojos se iluminaron con un destello púrpura— ¡Ah, ya sé! Me veré en la obligación de llamar a Shiori. Sí, ella será la adulta responsable de ustedes... Era inevitable para Raden ver a las dos chicas como si fueran dos niñas traviesas, por lo cual hacia falta algún adulto responsable. Y ella era adulta, claro, pero no responsable. — Y... creo que es todo, si, ¿alguna pregunta, mis pequeñas futuras causas de canas?
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  • Mi vestimenta de trabajo de hoy fue esta, me encantó ¿Como reaccionará mi chico al verme así?
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    \\

    Recordatorio.

    NSFW no es solo lemon, para el bruto que pregunto en otra cuenta si quería coger sin antes leer la información.

    No busco relaciones forzadas para este personaje, lo que se de será a través de la convivencia o química.

    Interacciones de la vida cotidiana, dramas, reencuentros, todo será contemplado en la época actual.

    No estoy interesad@ en las tramas grupales.

    Ningún dato filtrado del usuario será revelado.
    \\ Recordatorio. NSFW no es solo lemon, para el bruto que pregunto en otra cuenta si quería coger sin antes leer la información. No busco relaciones forzadas para este personaje, lo que se de será a través de la convivencia o química. Interacciones de la vida cotidiana, dramas, reencuentros, todo será contemplado en la época actual. No estoy interesad@ en las tramas grupales. Ningún dato filtrado del usuario será revelado.
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    ᴿᵉᵃᵈ ᵇᵉᶠᵒʳᵉ ᵃᵈᵈᶦⁿᵍ ➙
    𝐖 𝐄 𝐋 𝐂 𝐎 𝐌 𝐄 ㅤㅤ𝐓 𝐎ㅤㅤ𝐓 𝐇 𝐄 ㅤㅤ𝐒𝐇𝐎𝐖
    𝘏𝘰𝘱𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘦𝘯𝘫𝘰𝘺 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢𝘯𝘤𝘦... 𝘸𝘩𝘪𝘭𝘦 𝘪𝘵 𝘭𝘢𝘴𝘵𝘴
    ⛧┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉⛧

    ⛧☽─ Solo rol público. Starters, posts, escenas... MD solo para conversar entre usuarios, planificar o cotillear.
    ⛧☽─ Adoro las interacciones no planificadas. Pero si traes una idea de trama interesante o jugosa, mi MD está abierto.
    ⛧☽─ El personaje, es el personaje. No confundas ficción con realidad. Yo actúo, tú actúas, y todos morimos aplaudiendo.
    ⛧☽─ Dramas, solo ON rol. Fuera de aquí, somos colegas. Dentro del rol, te doy el pase para destrozarme la vida si quieres.
    ⛧☽─ No Multiship. Por comodidad y coherencia con mi rol. En mi perfil, todo es CANON. No manejo líneas temporales alternas. Si tu personaje está con otr@ mientras sostiene algo con Devanna, lo tomaré como que está manteniendo una doble relación, y lo usaré para explotarlo en el rol (Cero dramas off, aqui pura narrativa jugosa).
    ⛧☽─ Seré fiel a la psicología de Devanna. Si algo te incomoda, háblame en MD y vemos si hay un punto intermedio, pero no modificaré su personalidad para que agrade.
    ⛧☽─ Las únicas relaciones que suele sostener Devanna son transaccionales. Ya sea de amistad o románticas, solo se interesaría si obtiene algo a cambio. Puede fingir estar enamorada si eso la lleva a donde quiere.
    ⛧☽─ A veces tardo en responder. Tengo una vida fuera de aquí, al igual que todos.

    Nada más que decir. ¡A divertirnos!
    ᴿᵉᵃᵈ ᵇᵉᶠᵒʳᵉ ᵃᵈᵈᶦⁿᵍ ➙ 𝐖 𝐄 𝐋 𝐂 𝐎 𝐌 𝐄 ㅤㅤ𝐓 𝐎ㅤㅤ𝐓 𝐇 𝐄 ㅤㅤ𝐒𝐇𝐎𝐖 𝘏𝘰𝘱𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘦𝘯𝘫𝘰𝘺 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢𝘯𝘤𝘦... 𝘸𝘩𝘪𝘭𝘦 𝘪𝘵 𝘭𝘢𝘴𝘵𝘴 ⛧┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉┉⛧ ⛧☽─ Solo rol público. Starters, posts, escenas... MD solo para conversar entre usuarios, planificar o cotillear. ⛧☽─ Adoro las interacciones no planificadas. Pero si traes una idea de trama interesante o jugosa, mi MD está abierto. ⛧☽─ El personaje, es el personaje. No confundas ficción con realidad. Yo actúo, tú actúas, y todos morimos aplaudiendo. ⛧☽─ Dramas, solo ON rol. Fuera de aquí, somos colegas. Dentro del rol, te doy el pase para destrozarme la vida si quieres. ⛧☽─ No Multiship. Por comodidad y coherencia con mi rol. En mi perfil, todo es CANON. No manejo líneas temporales alternas. Si tu personaje está con otr@ mientras sostiene algo con Devanna, lo tomaré como que está manteniendo una doble relación, y lo usaré para explotarlo en el rol (Cero dramas off, aqui pura narrativa jugosa). ⛧☽─ Seré fiel a la psicología de Devanna. Si algo te incomoda, háblame en MD y vemos si hay un punto intermedio, pero no modificaré su personalidad para que agrade. ⛧☽─ Las únicas relaciones que suele sostener Devanna son transaccionales. Ya sea de amistad o románticas, solo se interesaría si obtiene algo a cambio. Puede fingir estar enamorada si eso la lleva a donde quiere. ⛧☽─ A veces tardo en responder. Tengo una vida fuera de aquí, al igual que todos. Nada más que decir. ¡A divertirnos!
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    Hola. Buenas a todos

    Soy nueva, no se muy bien como funciona la página pero estaré encantada de conocerles.


    Condiciones de Rolplay . . .

    Más de 15 líneas o biblias. No roleo mucho con principiantes por lo mismo, así que es importante que ya tenga experiencia en el rol.

    Hago tramas de todo tipo, incluso involucrando omegaverse, distintas epocas y etc.

    Eso sí NO roleo Vampiros.
    Ángel x Demonio.
    Tramas extremadamente
    Clichés.

    Escolares (Qué aburrido)
    Criaturas Mitológicas.
    Mitología. (Dioses)
    Furros. (Con la excepción
    de que sean humanos
    mitad
    animal).





    Lo qué Sí roleo

    Épocas, por ejemplo si querés
    ambientar el rol
    en época de guerra.
    O en alguna década, como los 90', 50', 2000', etc.
    Amantes (Relación prohibida por X razón).
    Apocalipsis (sin zombies).
    Ex Novios.
    Diferencia de edad,
    Mitad Híbridos.
    Omegaverse.
    Ciberpunk.
    Hospital Psiquiátrico.
    Bully x Nerd.

    Profesor x Alumna.
    Amo x Mascota.
    Fantasmas (estilo Lady K and The Sickman).
    BL o Love Boys. (Pasivo de preferencia. Pero puedo ser activo).
    .
    .
    .

    .

    No necesariamente deben tener fichas, pero si al menos una imagen de personaje, algo ya construido de su personalidad e historia (según la trama). Me gustan las personas que están claras de lo que quieren, tengan iniciativa.

    Ofrezco un buen desarrollo en cada rol. No me gustan cuando hacen acciones de la nada o qué son hiper ilógico en el momento. Si no sabes que hacer, me puedes preguntar y así pensamos ambos. Según la personalidad de cada personaje.


    Nada de emoticones dentro del rol.
    Hola. Buenas a todos 💕 Soy nueva, no se muy bien como funciona la página pero estaré encantada de conocerles. Condiciones de Rolplay . . . 💦 Más de 15 líneas o biblias. No roleo mucho con principiantes por lo mismo, así que es importante que ya tenga experiencia en el rol. 💦 Hago tramas de todo tipo, incluso involucrando omegaverse, distintas epocas y etc. Eso sí NO roleo ❌ Vampiros. ❌ Ángel x Demonio. ❌ Tramas extremadamente Clichés. ❌ Escolares (Qué aburrido) ❌ Criaturas Mitológicas. ❌ Mitología. (Dioses) ❌ Furros. (Con la excepción de que sean humanos mitad animal). Lo qué Sí roleo ✅ ✅ Épocas, por ejemplo si querés ambientar el rol en época de guerra. O en alguna década, como los 90', 50', 2000', etc. ✅ Amantes (Relación prohibida por X razón). ✅Apocalipsis (sin zombies). ✅ Ex Novios. ✅ Diferencia de edad, ✅ Mitad Híbridos. ✅ Omegaverse. ✅ Ciberpunk. ✅ Hospital Psiquiátrico. ✅ Bully x Nerd. ✅ Profesor x Alumna. ✅ Amo x Mascota. ✅ Fantasmas (estilo Lady K and The Sickman). ✅ BL o Love Boys. (Pasivo de preferencia. Pero puedo ser activo). . . . . 💦 No necesariamente deben tener fichas, pero si al menos una imagen de personaje, algo ya construido de su personalidad e historia (según la trama). Me gustan las personas que están claras de lo que quieren, tengan iniciativa. 💦 Ofrezco un buen desarrollo en cada rol. No me gustan cuando hacen acciones de la nada o qué son hiper ilógico en el momento. Si no sabes que hacer, me puedes preguntar y así pensamos ambos. Según la personalidad de cada personaje. 💦 Nada de emoticones dentro del rol.
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  • mientras caminabas por la ciudad un sonido agudo te empezo a molestar el oido, de inciio pensaste que era algun mosquito o maquinaria descompuesta, hasta que notaste que el sonido se hacia mas fuerte seguido de un tranceunte gritando "BRUJA DERRIBADA!" al mirar arriba solo viste una enorme bola de pelo que gritaba -QUITENSE A LA VERGA! AAHHH!- observaste como cayo al suelo de forma pesada y sin momento a reaccionar una segunda figura cayo al suelo tratando de atravezar a la esfera peluda -EVACUACION DE EMERGENCIA! TODOS FUERA DEL DISTRITO DEL COMERCIO, PARA AYER!-
    mientras caminabas por la ciudad un sonido agudo te empezo a molestar el oido, de inciio pensaste que era algun mosquito o maquinaria descompuesta, hasta que notaste que el sonido se hacia mas fuerte seguido de un tranceunte gritando "BRUJA DERRIBADA!" al mirar arriba solo viste una enorme bola de pelo que gritaba -QUITENSE A LA VERGA! AAHHH!- observaste como cayo al suelo de forma pesada y sin momento a reaccionar una segunda figura cayo al suelo tratando de atravezar a la esfera peluda -EVACUACION DE EMERGENCIA! TODOS FUERA DEL DISTRITO DEL COMERCIO, PARA AYER!-
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    * El Templo de la Santa.

    El camino hacia el templo del norte es largo y silencioso. Oz avanza con paso firme, la mirada clavada en el horizonte. A su lado, Onix camina sin quejarse, con los ojos atentos y el corazón encendido por la misma llama de venganza que lo impulsa.

    El bosque se abre ante ellos, revelando una estructura majestuosa: el Templo de la Santa de Yue., el aire vibra con una energía antigua, casi sagrada. Pero Oz no se detiene a admirar, el busca respuestas.

    Al llegar a las puertas, dos guardianes Elunai bloquean el paso. Sus armaduras brillan con luz plateada, y sus ojos reflejan desconfianza.

    —No puedes entrar.— Dice uno de ellos, con voz cortante. —Has profanado el templo del oeste. La conexión con Yue se ha perdido. Tu presencia aquí es una amenaza.

    Oz no se inmuta. —Ese templo estaba corrupto —responde con firmeza. —Sacrificaban niños elfos en nombre de los nuevos dioses. No podía permitirlo.

    —¡Mentiras! — Interrumpe el otro guardián. —Tú sellaste tu poder al casarte con Señorita Selin. Era el pacto. Y ahora lo has roto... Has usado tu fuerza para destruir un santuario... Eso es traición.

    Onix da un paso adelante, pero Oz la detiene con un gesto. No necesita que lo defiendan.

    —¿Traición?— Dice, con voz grave. —¿Y qué hay de los niños que encontré en las catacumbas? ¿De los cuerpos mutilados? ¿De los gritos que aún resuenan en mis sueños?

    Los guardianes no responden.

    —Vengo a hablar con la Santa.— Continúa Oz. —Ella crió a Selin. Si hay alguien que puede entender lo que está ocurriendo, es ella. Y quizás… quizás sepa dónde está mi hija.

    Los guardianes se miran entre sí. La tensión se espesa como niebla. Finalmente, uno de ellos habla:

    —La Santa está en meditación. No puede ser interrumpida por alguien que ha roto el pacto.

    Oz aprieta los puños. Su poder palpita bajo la piel, como una tormenta contenida pero no lo desata, no aún.

    —Entonces dile.— Dice, con voz baja pero cortante. —Que Oz, el padre del caos, ha venido. Que busca a su hija. Que ha visto el templo de Yue corrompido. Y que si ella no lo escucha… el caos no se detendrá.

    Los guardianes vacilan. Onix lo observa con admiración silenciosa. Por primera vez, ve en Oz no solo al guerrero, sino al padre. Al hombre que está dispuesto a desafiar dioses por amor.

    Uno de los guardianes se retira hacia el interior del templo. El otro permanece firme, pero ya no habla. Oz no se mueve, solo espera. Porque sabe que si la Santa aún recuerda a Selin… no lo ignorará.


    * El Desafío en el Templo de Yue.

    Oz permanece inmóvil, como una montaña que no puede ser movida. La lluvia golpea las piedras del templo, y los guardianes, aunque saben que enfrentarlo podría traer consecuencias fatales, insisten en que se marche.

    —¡No eres bienvenido aquí!— Grita uno de ellos, con la espada temblando en su mano.

    El rostro de Oz se endurece. Su furia ya no puede contenerse. El poder que había sellado durante años comienza a emanar como un río desbordado. El suelo tiembla, las columnas del templo crujen, y hasta Onix retrocede un paso, nerviosa.

    La niña da un pequeño salto cuando Oz, con voz atronadora, grita: ¡ARCYELLE VELTHARYS! ¡Si alguna vez sentiste amor por Selin, sal de tu escondite!

    El eco de su voz sacude el santuario. Los guardianes, aterrados, levantan sus espadas contra él, aunque saben que es inútil.

    Entonces, una voz clara y solemne atraviesa el estruendo: ¡Detente, Oz! ¡Basta! No eres bienvenido en este templo sagrado. Márchate.

    Es la voz de la Santa, Arcyelle Veltharys.

    Pero Oz ya no escucha razones. Su poder estalla como un trueno. Con un gesto, los guardianes son lanzados por los aires, sus cuerpos golpean las columnas y caen inconscientes. El silencio se rompe solo por el crujido de las piedras y el latido del poder desatado.



    *La Ira del Caos.

    Oz avanza con paso firme, cada movimiento cargado de furia contenida. La Santa lo observa desde el umbral del templo, envuelta en un resplandor lunar. Pero pronto siente algo extraño: el poder de Oz invade el entorno, como una marea oscura que se expande sin límites.

    Su pecho se oprime, la respiración se le corta, es como si el aire mismo se negara a obedecerla. De inmediato, Arcyelle levanta las manos y conjura una barrera luminosa, un muro de energía lunar que debería detener cualquier fuerza profana. El resplandor plateado se extiende frente a ella, sólido y puro.

    Pero Oz no se detiene. Con un solo paso, atraviesa la barrera. No la destruye con violencia, ni la rompe con un golpe. La atraviesa como si la luz no pudiera tocarlo, como si el caos mismo fuera inmune a la pureza de Yue.

    El impacto no daña a Oz, pero revela algo más profundo. La barrera, al intentar contenerlo, expone la verdadera forma de su ira.

    Su cuerpo cambia. El joven de rasgos élficos se expande, su figura se vuelve más grande, más imponente. Sus músculos se tensan, su piel se oscurece, y sus facciones se transforman en algo más salvaje. Sus colmillos asoman, sus orejas puntiagudas se alargan, y su mirada arde con un fuego indomable.

    Oz ya no parece un elfo joven. Ahora es un ser más cercano a un orco, un avatar del caos, un guerrero que ha dejado atrás toda contención.

    Onix retrocede, con los ojos abiertos de par en par. Nunca había visto algo así. Arcyelle siente el peso de su presencia como si el mundo entero se inclinara hacia él. Su voz tiembla, pero aún intenta mantener la calma:

    —Oz… tu ira te consume. Este no es el hombre que Selin amó.

    Oz la mira con una penetrante intensidad, su voz grave resonando como un trueno:

    —No soy el hombre que Selin amó… soy el caos que los dioses despertaron. Y si tú sabes lo que le hicieron… entonces dame las respuestas que busco. Porque en comparación con las atrocidades que cometieron en el templo… mi furia es misericordia.

    El silencio se vuelve insoportable. La Santa siente que el caos ha tomado forma frente a ella, y que cualquier palabra que pronuncie podría decidir el destino de todos los templos de Yue.
    * El Templo de la Santa. El camino hacia el templo del norte es largo y silencioso. Oz avanza con paso firme, la mirada clavada en el horizonte. A su lado, Onix camina sin quejarse, con los ojos atentos y el corazón encendido por la misma llama de venganza que lo impulsa. El bosque se abre ante ellos, revelando una estructura majestuosa: el Templo de la Santa de Yue., el aire vibra con una energía antigua, casi sagrada. Pero Oz no se detiene a admirar, el busca respuestas. Al llegar a las puertas, dos guardianes Elunai bloquean el paso. Sus armaduras brillan con luz plateada, y sus ojos reflejan desconfianza. —No puedes entrar.— Dice uno de ellos, con voz cortante. —Has profanado el templo del oeste. La conexión con Yue se ha perdido. Tu presencia aquí es una amenaza. Oz no se inmuta. —Ese templo estaba corrupto —responde con firmeza. —Sacrificaban niños elfos en nombre de los nuevos dioses. No podía permitirlo. —¡Mentiras! — Interrumpe el otro guardián. —Tú sellaste tu poder al casarte con Señorita Selin. Era el pacto. Y ahora lo has roto... Has usado tu fuerza para destruir un santuario... Eso es traición. Onix da un paso adelante, pero Oz la detiene con un gesto. No necesita que lo defiendan. —¿Traición?— Dice, con voz grave. —¿Y qué hay de los niños que encontré en las catacumbas? ¿De los cuerpos mutilados? ¿De los gritos que aún resuenan en mis sueños? Los guardianes no responden. —Vengo a hablar con la Santa.— Continúa Oz. —Ella crió a Selin. Si hay alguien que puede entender lo que está ocurriendo, es ella. Y quizás… quizás sepa dónde está mi hija. Los guardianes se miran entre sí. La tensión se espesa como niebla. Finalmente, uno de ellos habla: —La Santa está en meditación. No puede ser interrumpida por alguien que ha roto el pacto. Oz aprieta los puños. Su poder palpita bajo la piel, como una tormenta contenida pero no lo desata, no aún. —Entonces dile.— Dice, con voz baja pero cortante. —Que Oz, el padre del caos, ha venido. Que busca a su hija. Que ha visto el templo de Yue corrompido. Y que si ella no lo escucha… el caos no se detendrá. Los guardianes vacilan. Onix lo observa con admiración silenciosa. Por primera vez, ve en Oz no solo al guerrero, sino al padre. Al hombre que está dispuesto a desafiar dioses por amor. Uno de los guardianes se retira hacia el interior del templo. El otro permanece firme, pero ya no habla. Oz no se mueve, solo espera. Porque sabe que si la Santa aún recuerda a Selin… no lo ignorará. * El Desafío en el Templo de Yue. Oz permanece inmóvil, como una montaña que no puede ser movida. La lluvia golpea las piedras del templo, y los guardianes, aunque saben que enfrentarlo podría traer consecuencias fatales, insisten en que se marche. —¡No eres bienvenido aquí!— Grita uno de ellos, con la espada temblando en su mano. El rostro de Oz se endurece. Su furia ya no puede contenerse. El poder que había sellado durante años comienza a emanar como un río desbordado. El suelo tiembla, las columnas del templo crujen, y hasta Onix retrocede un paso, nerviosa. La niña da un pequeño salto cuando Oz, con voz atronadora, grita: ¡ARCYELLE VELTHARYS! ¡Si alguna vez sentiste amor por Selin, sal de tu escondite! El eco de su voz sacude el santuario. Los guardianes, aterrados, levantan sus espadas contra él, aunque saben que es inútil. Entonces, una voz clara y solemne atraviesa el estruendo: ¡Detente, Oz! ¡Basta! No eres bienvenido en este templo sagrado. Márchate. Es la voz de la Santa, Arcyelle Veltharys. Pero Oz ya no escucha razones. Su poder estalla como un trueno. Con un gesto, los guardianes son lanzados por los aires, sus cuerpos golpean las columnas y caen inconscientes. El silencio se rompe solo por el crujido de las piedras y el latido del poder desatado. *La Ira del Caos. Oz avanza con paso firme, cada movimiento cargado de furia contenida. La Santa lo observa desde el umbral del templo, envuelta en un resplandor lunar. Pero pronto siente algo extraño: el poder de Oz invade el entorno, como una marea oscura que se expande sin límites. Su pecho se oprime, la respiración se le corta, es como si el aire mismo se negara a obedecerla. De inmediato, Arcyelle levanta las manos y conjura una barrera luminosa, un muro de energía lunar que debería detener cualquier fuerza profana. El resplandor plateado se extiende frente a ella, sólido y puro. Pero Oz no se detiene. Con un solo paso, atraviesa la barrera. No la destruye con violencia, ni la rompe con un golpe. La atraviesa como si la luz no pudiera tocarlo, como si el caos mismo fuera inmune a la pureza de Yue. El impacto no daña a Oz, pero revela algo más profundo. La barrera, al intentar contenerlo, expone la verdadera forma de su ira. Su cuerpo cambia. El joven de rasgos élficos se expande, su figura se vuelve más grande, más imponente. Sus músculos se tensan, su piel se oscurece, y sus facciones se transforman en algo más salvaje. Sus colmillos asoman, sus orejas puntiagudas se alargan, y su mirada arde con un fuego indomable. Oz ya no parece un elfo joven. Ahora es un ser más cercano a un orco, un avatar del caos, un guerrero que ha dejado atrás toda contención. Onix retrocede, con los ojos abiertos de par en par. Nunca había visto algo así. Arcyelle siente el peso de su presencia como si el mundo entero se inclinara hacia él. Su voz tiembla, pero aún intenta mantener la calma: —Oz… tu ira te consume. Este no es el hombre que Selin amó. Oz la mira con una penetrante intensidad, su voz grave resonando como un trueno: —No soy el hombre que Selin amó… soy el caos que los dioses despertaron. Y si tú sabes lo que le hicieron… entonces dame las respuestas que busco. Porque en comparación con las atrocidades que cometieron en el templo… mi furia es misericordia. El silencio se vuelve insoportable. La Santa siente que el caos ha tomado forma frente a ella, y que cualquier palabra que pronuncie podría decidir el destino de todos los templos de Yue.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    //Que jodido es ficrol, acabo de volver de un retiro de un año y sigo oxidado, y aún así en roles en publicaciones de todas mis cuentas, con interacciones que deberían de ser breves me salen con tremenda biblia, y yo abrumado sin saber como hacerle para responder con un texto igual de largo. Ósea que god, pero ptm sigo oxidado, no me quejo de la gente, me quejo de mi por seguir oxidado.
    //Que jodido es ficrol, acabo de volver de un retiro de un año y sigo oxidado, y aún así en roles en publicaciones de todas mis cuentas, con interacciones que deberían de ser breves me salen con tremenda biblia, y yo abrumado sin saber como hacerle para responder con un texto igual de largo. :STK-12: Ósea que god, pero ptm sigo oxidado, no me quejo de la gente, me quejo de mi por seguir oxidado. :STK-12:
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