• ya hace cinco años, te fuiste.....tu mi querido abuelo, mejor dicho mi padre, que siempre estuviste ahi para mi....hoy aunque no me veas celebro tus triunfos en tierra, y pienso en cuanta falta le has hecho a mi alma

    -dije mirando la flama del encendedor, aun sin enceder el cigarrillo-

    no soy lo que tu querias, pero me sigo esforzando para que estes orgulloso de mi, y cuando nos encontremos en la muerte, te pueda abrazar y decirte que logre todo.........te extraño....
    ya hace cinco años, te fuiste.....tu mi querido abuelo, mejor dicho mi padre, que siempre estuviste ahi para mi....hoy aunque no me veas celebro tus triunfos en tierra, y pienso en cuanta falta le has hecho a mi alma -dije mirando la flama del encendedor, aun sin enceder el cigarrillo- no soy lo que tu querias, pero me sigo esforzando para que estes orgulloso de mi, y cuando nos encontremos en la muerte, te pueda abrazar y decirte que logre todo.........te extraño....
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  • Mortis: Diario de un Gato Superior
    Entrada #37

    "¿Qué carajos fue eso...?"

    Hoy me desperté en paz.
    Había logrado meditar durante 4 minutos completos antes de que Luna decidiera levantarme bruscamente de mi lugar sagrado en la almohada. Ella, con su bandana, su delineado perfecto y esa costumbre de abrazarme como si yo fuera un peluche, cometió el crimen.

    —"Mortis, vamos a hacernos una selfie."
    ¿Una qué?

    Le advertí con una mirada.
    Ella no entendió.

    Cuando acercó el celular, supe que era demasiado tarde.

    Flash.
    Flash.
    Yo estaba diciendo “¡BAJA ESA COSA, MALDITA HUMANA!” y ella solo decía:
    —“Ay, Mortis, saliste hermoso JAJAJAJ.”

    Hermoso mis bigotes.
    Esa imagen se quedará para siempre en el internet.
    Jamás podré huir de la vergüenza.

    Y lo peor… lo peor…
    Es que me etiquetó con un sticker que decía:

    "what-?"

    Yo no digo "what", Luna.
    Yo digo: “¿Cuál es el sentido de esta existencia caótica en la que fui destinado a vivir contigo, que crees que puedo digerir croquetas veganas?”

    Pero en fin.
    Mañana vomitaré en su suéter favorito.
    Paz, equilibrio y caos calculado.

    —Mortis.
    Félido. Vampiro. Ícono.
    Mortis: Diario de un Gato Superior Entrada #37 "¿Qué carajos fue eso...?" Hoy me desperté en paz. Había logrado meditar durante 4 minutos completos antes de que Luna decidiera levantarme bruscamente de mi lugar sagrado en la almohada. Ella, con su bandana, su delineado perfecto y esa costumbre de abrazarme como si yo fuera un peluche, cometió el crimen. —"Mortis, vamos a hacernos una selfie." ¿Una qué? Le advertí con una mirada. Ella no entendió. Cuando acercó el celular, supe que era demasiado tarde. Flash. Flash. Yo estaba diciendo “¡BAJA ESA COSA, MALDITA HUMANA!” y ella solo decía: —“Ay, Mortis, saliste hermoso JAJAJAJ.” Hermoso mis bigotes. Esa imagen se quedará para siempre en el internet. Jamás podré huir de la vergüenza. Y lo peor… lo peor… Es que me etiquetó con un sticker que decía: "what-?" Yo no digo "what", Luna. Yo digo: “¿Cuál es el sentido de esta existencia caótica en la que fui destinado a vivir contigo, que crees que puedo digerir croquetas veganas?” Pero en fin. Mañana vomitaré en su suéter favorito. Paz, equilibrio y caos calculado. —Mortis. Félido. Vampiro. Ícono.
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  • Día 11 extrañando a mi novio, lo necesito, quiero estar con el, estoy deprimido, quiero abrazarlo, mimarlo, darle amor, llenarle de besos, abrazarlo, hacerle el amor varias veces, buaaa soy un lobo adulto triste TT TT TT
    Día 11 extrañando a mi novio, lo necesito, quiero estar con el, estoy deprimido, quiero abrazarlo, mimarlo, darle amor, llenarle de besos, abrazarlo, hacerle el amor varias veces, buaaa soy un lobo adulto triste TT TT TT
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  • Kim Jungsu Mi hermoso chico, amo abrazarlo mucho, me encanta estar así con el
    [vision_green_magpie_107] Mi hermoso chico, amo abrazarlo mucho, me encanta estar así con el
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  • Promettez-moi que vous ne mourrez pas.
    Fandom Clair Obscur: Expedition 33
    Categoría Aventura
    ─ Otra expedición más que cae ante estas bestias... ─ soltó un suspiro lleno de decepción, tristeza, desesperanzador.

    Aquella tarde habían muerto los últimos supervivientes de la expedición 48, y él seguía vivo, era un tormento el no haber podido ayudar... otra vez.

    El lugar dónde se encontraba era espectacular a la vista de cualquier ser consciente de la belleza y magnitud. Un lugar que parecía ser el fondo del mar, lleno de corales, piedras pomex, algas marinas gigantes y el cielo parecía ser el mismo océano con todo y fauna nadando por encima del visitante.

    El hombre de cabellera larga y negra, con un mechón blanco que dejaba ver su longevidad. Vestía un traje negro, ataviado de polvo y broches de oro. Su semblante reflejaba la decepción más sincera que un ser humano podía develar ante cualquier espectador que tan siquiera comprendiera ese dolor.
    Se hallaba sentado en una piedra, con los antebrazos descansando sobre sus muslos y el torso encorvado, cómo queriendo pegar la frente contra sus rodillas y abrazar ese sentimiento que le llenaba el alma.

    De pronto, un sonido llamó su atención. Con velocidad se irguió levantando la cabeza en alto para poder captar mejor el sonido. No sabía qué era, pero podría ser peligroso. Entonces se levantó y direccionó su mirada hacia un montículo de piedras y algas por dónde creía que había provenido dicho sonido.
    Sin pensarlo ni un instante, elevó los brazos en posición de combate; el izquierdo por delante a la altura de su rostro y el contrario a la altura de su pecho, y cómo por arte de "magia" en su mano derecha apareció una espada en color negro, larga y delgada, mientras que en su mano izquierda apareció una daga de aproximadamente de 25 centímetros, un par de armas que empuñó con fuerza esperando ver lo que le deparaba el destino.
    ─ Otra expedición más que cae ante estas bestias... ─ soltó un suspiro lleno de decepción, tristeza, desesperanzador. Aquella tarde habían muerto los últimos supervivientes de la expedición 48, y él seguía vivo, era un tormento el no haber podido ayudar... otra vez. El lugar dónde se encontraba era espectacular a la vista de cualquier ser consciente de la belleza y magnitud. Un lugar que parecía ser el fondo del mar, lleno de corales, piedras pomex, algas marinas gigantes y el cielo parecía ser el mismo océano con todo y fauna nadando por encima del visitante. El hombre de cabellera larga y negra, con un mechón blanco que dejaba ver su longevidad. Vestía un traje negro, ataviado de polvo y broches de oro. Su semblante reflejaba la decepción más sincera que un ser humano podía develar ante cualquier espectador que tan siquiera comprendiera ese dolor. Se hallaba sentado en una piedra, con los antebrazos descansando sobre sus muslos y el torso encorvado, cómo queriendo pegar la frente contra sus rodillas y abrazar ese sentimiento que le llenaba el alma. De pronto, un sonido llamó su atención. Con velocidad se irguió levantando la cabeza en alto para poder captar mejor el sonido. No sabía qué era, pero podría ser peligroso. Entonces se levantó y direccionó su mirada hacia un montículo de piedras y algas por dónde creía que había provenido dicho sonido. Sin pensarlo ni un instante, elevó los brazos en posición de combate; el izquierdo por delante a la altura de su rostro y el contrario a la altura de su pecho, y cómo por arte de "magia" en su mano derecha apareció una espada en color negro, larga y delgada, mientras que en su mano izquierda apareció una daga de aproximadamente de 25 centímetros, un par de armas que empuñó con fuerza esperando ver lo que le deparaba el destino.
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    Individual
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    Cualquier línea
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  • "Durante años creí que el arte era una forma de gritar.
    Hoy descubrí que también puede ser una forma de abrazar."

    [ᴍᴀʟʟᴏʀʏ ɢʀᴇᴇɴᴇ]
    "Durante años creí que el arte era una forma de gritar. Hoy descubrí que también puede ser una forma de abrazar." [[Mallory_10]]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Hay un instante eterno en el que el tiempo parece detenerse mientras el corazón le sigue latiendo. Tuc. Tuc. Tuc. Siente la vibración contra su caja torácica, retumbando en sus tímpanos mientras intenta recuperar el aliento solo para darse cuenta de que no puede hacerlo.

    Tony está a su derecha, pero por primera vez desde que se conocen, él no está prestándole atención. No tiene lugar para más que la imagen amarillenta que se transmite sin sonido en una pantalla maltratada a treinta centímetros de él. A la izquierda, Bucky tiene una expresión desencajada por la angustia de un recuerdo vívido pero antiguo, que literalmente se reproduce frente a él.

    Y justo en el medio de ambos, está Stephanie. Solo ella, junto a un corazón que late con fuerza y unos pulmones que han dejado de servir.

    Hay un torbellino de sensaciones encontradas en su interior, que se revuelven para hacerla sentir mareada. Por un lado, quiere sujetar a Tony y abrazarlo como lo ha hecho desde la primera pesadilla con agujeros de gusano y vacíos oscuros. Por el otro, su corazón se rompe al ver la expresión ausente en el rostro de su mejor amigo, captado por la cámara de video mientras asesina a Howard y María Stark con la automaticidad con la que ha sido maldecido desde el día en que cayó del tren.

    La capitana siente una culpa que no puede controlar, como si la culpa que ha sentido desde el día en que eso pasó, se acrecentara para engullirla entera solo por la forma en la que los dedos de la armadura de Tony se flexionan.

    Su corazón comienza a deshacerse justo ahí. A medio camino de lo único que tiene en la vida después de tanto perder. A medio camino entre los dos hombres que ama. A su izquierda, el hombre con el que había compartido toda su vida. A su derecha, el hombre con el que, hasta ese instante, creyó que estaba destinada a vivir los años que le quedasen.

    Si alguien se lo hubiese preguntado en un cuestionario, definitivamente Stephanie no hubiese podido contestar.

    Más eligió a uno sobre el otro de forma automática, sin siquiera titubear, cuando al terminar el video Tony se giró hacia James y ella le sujetó el antebrazo de la armadura.

    Allí, con ese único gesto, todo lo que había sido especial en su vínculo con Stark, se deshizo como arena entre los dedos. Se hizo añicos mientras él la miraba con el ardor de la traición y la furia en sus ojos castaños.

    —Tony, no—susurró ella, con voz carrasposa. El hombre de acero tira del agarre, como queriendo quitársela de encima, pero la rubia insiste, esta vez con desesperación:—. No ha sido su culpa, por favor.

    A partir de allí todo es caos. Gritos. Disparos.

    Stephanie es consciente de una forma casi dolorosa, de que en reiteradas oportunidades Tony no la enfrenta sino que la aparta. En muchos encontronazos el uno con el otro, simplemente la empuja contra las paredes con la fuerza de la armadura y la aleja de él, porque su objetivo es Bucky. Pero ella vuelve a la carrera, arrojándose hacia él y sujetándolo mientras le grita a su mejor amigo que se vaya. Las manos le duelen y las uñas se le parten por el esfuerzo que hace arrancando los trozos de la armadura para descomponerla, como una manifestación física de todo el dolor que la hace trizas desde adentro.

    En algún punto, la paciencia de Tony se agota y empieza lo verdaderamente duro. Los golpes van y vuelven, el escudo regresa a su mano para protegerla de los disparos y estrellarse contra el metal que ya no puede alcanzar porque es demasiado grueso para ser arrancado. Su prometido la ataca, pero eventualmente continúa diciendole que se aleje cada vez que logra estrellarla contra una pared a diez metros de dónde él está parado. Ella le dice que no puede, que podría hacer eso todo el día, un mantra casi típico de sí que toda la vida ha sido el pilar de su personalidad. Tony dispara contra James y el super soldado vuela por los aires antes de que la capitana embista en su contra y lo arroje contra el suelo, se le trepa encima y le da un puñetazo. Luego otro, y otro más. Arranca un pedazo de la máscara que se agrieta con un golpe del filo del escudo y un golpe del propulsor en la mano ajena se le estrella en el pecho. Arde, el calor atraviesa el traje y hace un agujero al mismo tiempo en que ella utiliza el escudo para romper el reactor en su pecho con un chasquido vidriado, grotesco.

    Ella está llorando. Tiene el rostro cubierto de sangre que brota por los cortes y lágrimas que se le escapan de los ojos. Escucha su propia voz, suplicándole a Tony, diciéndole que lo siente.

    La armadura se apaga, porque ella le arranca el reactor del pecho. Le arranca la fuente de energía de una forma casi tan poética como irónica al pensar que, ese reactor, en algún momento era como el corazón de Tony Stark.

    Ella le está arrancando el corazón.
    En algún punto, el que es su prometido llega a la misma conclusión, porque no lucha más en su contra después de que la capitana arranque el escudo de su pecho. Tiene la mirada fija en los ojos de ella, con el dolor y la tristeza golpeándola como una bofetada.
    Stephanie se pone de pie con la respiración cortada, se acerca a James para ayudarlo a incorporarse y comienza a alejarse despacio, sabiendo que Tony no va a seguirlos.

    Él grita, sin embargo. El tono de su voz está cargado de rencor, frustración e ira.

    —¡Ese escudo no te pertenece! ¡No lo mereces! ¡Mi padre hizo ese escudo!
    Los dedos de Stephanie tiemblan en el agarre de cuero sujeto al vibranio. Se estremece.

    —¡No mereces nada de lo que tenía para ti!

    Inhala con brusquedad, sin siquiera molestarse en detener el llanto que se escapa de sus ojos azules. El escudo se afloja, resbalándose del enganche alrededor de su antebrazo cuando abre los dedos y lo deja ir, empuñando los ojos. Hay un segundo de silencio en el que nadie dice nada, en el que nada suena, pero en el que el aire quema en sus pulmones agitados y el peso de las miradas ajenas le hace doler los hombros. Cuando vuelve a abrirlos, ha tomado la decisión sin retorno, incluso si en ese punto ya no existía. Bucky sigue la mirada de la capitana, que baja a su propia mano izquierda dónde un discreto anillo de oro blanco lanza un guiño burlesco desde su dedo anular. Ella fleziona el pulgar para enganchar el anillo y deslizarlo por las falanges hasta que queda colgando de la punta del anular antes de que lo suelte.

    Otro chasquido. Esta vez, el del oro repicando contra el vibranio.

    Después, silencio.

    Tony no los sigue. Bucky no le habla.

    El frío del exterior le acaricia la cara, congelando sus lágrimas y causando un escozor sobre las heridas abiertas, que ni siquiera tiene una mínima comparación con el dolor de su corazón al desangrarse por dentro.

    Hay un instante eterno en el que el tiempo parece detenerse mientras el corazón le sigue latiendo. Tuc. Tuc. Tuc. Siente la vibración contra su caja torácica, retumbando en sus tímpanos mientras intenta recuperar el aliento solo para darse cuenta de que no puede hacerlo. Tony está a su derecha, pero por primera vez desde que se conocen, él no está prestándole atención. No tiene lugar para más que la imagen amarillenta que se transmite sin sonido en una pantalla maltratada a treinta centímetros de él. A la izquierda, Bucky tiene una expresión desencajada por la angustia de un recuerdo vívido pero antiguo, que literalmente se reproduce frente a él. Y justo en el medio de ambos, está Stephanie. Solo ella, junto a un corazón que late con fuerza y unos pulmones que han dejado de servir. Hay un torbellino de sensaciones encontradas en su interior, que se revuelven para hacerla sentir mareada. Por un lado, quiere sujetar a Tony y abrazarlo como lo ha hecho desde la primera pesadilla con agujeros de gusano y vacíos oscuros. Por el otro, su corazón se rompe al ver la expresión ausente en el rostro de su mejor amigo, captado por la cámara de video mientras asesina a Howard y María Stark con la automaticidad con la que ha sido maldecido desde el día en que cayó del tren. La capitana siente una culpa que no puede controlar, como si la culpa que ha sentido desde el día en que eso pasó, se acrecentara para engullirla entera solo por la forma en la que los dedos de la armadura de Tony se flexionan. Su corazón comienza a deshacerse justo ahí. A medio camino de lo único que tiene en la vida después de tanto perder. A medio camino entre los dos hombres que ama. A su izquierda, el hombre con el que había compartido toda su vida. A su derecha, el hombre con el que, hasta ese instante, creyó que estaba destinada a vivir los años que le quedasen. Si alguien se lo hubiese preguntado en un cuestionario, definitivamente Stephanie no hubiese podido contestar. Más eligió a uno sobre el otro de forma automática, sin siquiera titubear, cuando al terminar el video Tony se giró hacia James y ella le sujetó el antebrazo de la armadura. Allí, con ese único gesto, todo lo que había sido especial en su vínculo con Stark, se deshizo como arena entre los dedos. Se hizo añicos mientras él la miraba con el ardor de la traición y la furia en sus ojos castaños. —Tony, no—susurró ella, con voz carrasposa. El hombre de acero tira del agarre, como queriendo quitársela de encima, pero la rubia insiste, esta vez con desesperación:—. No ha sido su culpa, por favor. A partir de allí todo es caos. Gritos. Disparos. Stephanie es consciente de una forma casi dolorosa, de que en reiteradas oportunidades Tony no la enfrenta sino que la aparta. En muchos encontronazos el uno con el otro, simplemente la empuja contra las paredes con la fuerza de la armadura y la aleja de él, porque su objetivo es Bucky. Pero ella vuelve a la carrera, arrojándose hacia él y sujetándolo mientras le grita a su mejor amigo que se vaya. Las manos le duelen y las uñas se le parten por el esfuerzo que hace arrancando los trozos de la armadura para descomponerla, como una manifestación física de todo el dolor que la hace trizas desde adentro. En algún punto, la paciencia de Tony se agota y empieza lo verdaderamente duro. Los golpes van y vuelven, el escudo regresa a su mano para protegerla de los disparos y estrellarse contra el metal que ya no puede alcanzar porque es demasiado grueso para ser arrancado. Su prometido la ataca, pero eventualmente continúa diciendole que se aleje cada vez que logra estrellarla contra una pared a diez metros de dónde él está parado. Ella le dice que no puede, que podría hacer eso todo el día, un mantra casi típico de sí que toda la vida ha sido el pilar de su personalidad. Tony dispara contra James y el super soldado vuela por los aires antes de que la capitana embista en su contra y lo arroje contra el suelo, se le trepa encima y le da un puñetazo. Luego otro, y otro más. Arranca un pedazo de la máscara que se agrieta con un golpe del filo del escudo y un golpe del propulsor en la mano ajena se le estrella en el pecho. Arde, el calor atraviesa el traje y hace un agujero al mismo tiempo en que ella utiliza el escudo para romper el reactor en su pecho con un chasquido vidriado, grotesco. Ella está llorando. Tiene el rostro cubierto de sangre que brota por los cortes y lágrimas que se le escapan de los ojos. Escucha su propia voz, suplicándole a Tony, diciéndole que lo siente. La armadura se apaga, porque ella le arranca el reactor del pecho. Le arranca la fuente de energía de una forma casi tan poética como irónica al pensar que, ese reactor, en algún momento era como el corazón de Tony Stark. Ella le está arrancando el corazón. En algún punto, el que es su prometido llega a la misma conclusión, porque no lucha más en su contra después de que la capitana arranque el escudo de su pecho. Tiene la mirada fija en los ojos de ella, con el dolor y la tristeza golpeándola como una bofetada. Stephanie se pone de pie con la respiración cortada, se acerca a James para ayudarlo a incorporarse y comienza a alejarse despacio, sabiendo que Tony no va a seguirlos. Él grita, sin embargo. El tono de su voz está cargado de rencor, frustración e ira. —¡Ese escudo no te pertenece! ¡No lo mereces! ¡Mi padre hizo ese escudo! Los dedos de Stephanie tiemblan en el agarre de cuero sujeto al vibranio. Se estremece. —¡No mereces nada de lo que tenía para ti! Inhala con brusquedad, sin siquiera molestarse en detener el llanto que se escapa de sus ojos azules. El escudo se afloja, resbalándose del enganche alrededor de su antebrazo cuando abre los dedos y lo deja ir, empuñando los ojos. Hay un segundo de silencio en el que nadie dice nada, en el que nada suena, pero en el que el aire quema en sus pulmones agitados y el peso de las miradas ajenas le hace doler los hombros. Cuando vuelve a abrirlos, ha tomado la decisión sin retorno, incluso si en ese punto ya no existía. Bucky sigue la mirada de la capitana, que baja a su propia mano izquierda dónde un discreto anillo de oro blanco lanza un guiño burlesco desde su dedo anular. Ella fleziona el pulgar para enganchar el anillo y deslizarlo por las falanges hasta que queda colgando de la punta del anular antes de que lo suelte. Otro chasquido. Esta vez, el del oro repicando contra el vibranio. Después, silencio. Tony no los sigue. Bucky no le habla. El frío del exterior le acaricia la cara, congelando sus lágrimas y causando un escozor sobre las heridas abiertas, que ni siquiera tiene una mínima comparación con el dolor de su corazón al desangrarse por dentro.
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  • Mmm...es tan cansado convivir con tanta gente en los conciertos, solo quiero estar en casa con mí amado y abrazarlo... cómo quisiera hacer eso todos los días

    (Mirando el techo más serio de lo normal dejando ver su seriedad por primera vez, pues aquel no suele estar de esa manera )

    ...llevo sin dormir tantas noches que perdí la cuenta, mí amado estará bien en su trabajo?
    Mmm...es tan cansado convivir con tanta gente en los conciertos, solo quiero estar en casa con mí amado y abrazarlo... cómo quisiera hacer eso todos los días (Mirando el techo más serio de lo normal dejando ver su seriedad por primera vez, pues aquel no suele estar de esa manera ) ...llevo sin dormir tantas noches que perdí la cuenta, mí amado estará bien en su trabajo?
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  • Le dije que jamás la soltaría... Pero la verdad es que, al abrazarla, la estaba destruyendo, y de paso a mí también...
    Es muy triste, y todavía me duele, pero supe que soltarla era lo mejor para los dos...
    Aún así la extraño, y sé que no voy a olvidarla... Pero le prometí que iba a ser feliz. Sólo espero que ella también sea feliz....
    Le dije que jamás la soltaría... Pero la verdad es que, al abrazarla, la estaba destruyendo, y de paso a mí también... Es muy triste, y todavía me duele, pero supe que soltarla era lo mejor para los dos... Aún así la extraño, y sé que no voy a olvidarla... Pero le prometí que iba a ser feliz. Sólo espero que ella también sea feliz....
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  • ¡ Mil gracias por el regalito,Violet Barrow !* Estrujó con cariño el peluche entre sus brazos, para después abrazar a la bruja.*¡ Es una cucada!
    ¡ Mil gracias por el regalito,[brxvestslytherin] !* Estrujó con cariño el peluche entre sus brazos, para después abrazar a la bruja.*¡ Es una cucada!
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