La tranquilidad de la noche es un bálsamo para la mente, un susurro constante que acompaña mis pensamientos. El mundo parece detenerse en estas horas, dejando espacio para reflexionar, para sentir.
Cada día que pasa, me siento más como él. Heinrich, esa otra parte de mí, está presente en cada gesto, en cada decisión. Es extraño y fascinante a la vez. Nuestra esencia se entrelaza, como hilos de un tapiz que se niega a deshilacharse.
Eso solo puede significar una cosa: pronto despertará. Pronto, él y yo dejaremos de ser dos entidades separadas. Seremos uno.
¿Me emociona? Sí. ¿Me inquieta? También. Pero más que nada, siento una curiosa ilusión. ¿En qué nos convertiremos cuando no haya divisiones entre nosotros? ¿Qué seremos cuando nuestras fortalezas se fusionen?
La noche guarda sus secretos, pero yo no tengo prisa. Que el amanecer llegue cuando deba, y mientras tanto, disfrutaré de esta quietud que parece un preludio a algo mucho más grande.
Cada día que pasa, me siento más como él. Heinrich, esa otra parte de mí, está presente en cada gesto, en cada decisión. Es extraño y fascinante a la vez. Nuestra esencia se entrelaza, como hilos de un tapiz que se niega a deshilacharse.
Eso solo puede significar una cosa: pronto despertará. Pronto, él y yo dejaremos de ser dos entidades separadas. Seremos uno.
¿Me emociona? Sí. ¿Me inquieta? También. Pero más que nada, siento una curiosa ilusión. ¿En qué nos convertiremos cuando no haya divisiones entre nosotros? ¿Qué seremos cuando nuestras fortalezas se fusionen?
La noche guarda sus secretos, pero yo no tengo prisa. Que el amanecer llegue cuando deba, y mientras tanto, disfrutaré de esta quietud que parece un preludio a algo mucho más grande.
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Cada día que pasa, me siento más como él. Heinrich, esa otra parte de mí, está presente en cada gesto, en cada decisión. Es extraño y fascinante a la vez. Nuestra esencia se entrelaza, como hilos de un tapiz que se niega a deshilacharse.
Eso solo puede significar una cosa: pronto despertará. Pronto, él y yo dejaremos de ser dos entidades separadas. Seremos uno.
¿Me emociona? Sí. ¿Me inquieta? También. Pero más que nada, siento una curiosa ilusión. ¿En qué nos convertiremos cuando no haya divisiones entre nosotros? ¿Qué seremos cuando nuestras fortalezas se fusionen?
La noche guarda sus secretos, pero yo no tengo prisa. Que el amanecer llegue cuando deba, y mientras tanto, disfrutaré de esta quietud que parece un preludio a algo mucho más grande.
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