• Alguien está enojado conmigo porque tendré que ir a un viaje.

    재준 산렌
    Alguien está enojado conmigo porque tendré que ir a un viaje. [Lineage_Sanren]
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  • ✦¡Aviso Importante para Devotos (especialmente los madrugadores)!✦

    Se informa que, a partir de hoy, las plegarias antes del mediodía serán redirigidas automáticamente a mi buzón de voces espiritual.

    ¿La razón? Mi rutina de belleza es sagrada. Entre el cepillado de mis colas y la selección del kimono, no tengo espacio mental para escuchar sobre gallinas ponedoras o negocios lentos. Llamen después de las 12. Con suerte, ya habré desayunado y estaré de mejor humor.

    ✦ Segundo punto (y esto es por su propio bien y el mio.):
    He notado que algunos visitantes se… "distraen". Se quedan mirando, boquiabiertos, olvidando por completo por qué vinieron. Es un poco incómodo, la verdad. Para evitar que se sientan abrumados por tanta magnificencia (y para que no hagan el viaje en vano), consideren esto un acto de misericordia divina.

    La buena fortuna requiere una mente clara, no una cabeza llena de confusión por un pelaje demasiado brillante. Pidan su golpe de suerte con elegancia y a una hora decente.

    Atentamente,
    Kiuubitsushi.
    El Zorro que sabe cuándo dormir la siesta (y cuándo mover los hilos del destino).

    ➷(PD: Las ofrendas de dorayaki siguen siendo aceptadas a cualquier hora. No me tomen el pelo.).
    ✦¡Aviso Importante para Devotos (especialmente los madrugadores)!✦ Se informa que, a partir de hoy, las plegarias antes del mediodía serán redirigidas automáticamente a mi buzón de voces espiritual. ¿La razón? Mi rutina de belleza es sagrada. Entre el cepillado de mis colas y la selección del kimono, no tengo espacio mental para escuchar sobre gallinas ponedoras o negocios lentos. Llamen después de las 12. Con suerte, ya habré desayunado y estaré de mejor humor. ✦ Segundo punto (y esto es por su propio bien y el mio.): He notado que algunos visitantes se… "distraen". Se quedan mirando, boquiabiertos, olvidando por completo por qué vinieron. Es un poco incómodo, la verdad. Para evitar que se sientan abrumados por tanta magnificencia (y para que no hagan el viaje en vano), consideren esto un acto de misericordia divina. La buena fortuna requiere una mente clara, no una cabeza llena de confusión por un pelaje demasiado brillante. Pidan su golpe de suerte con elegancia y a una hora decente. Atentamente, Kiuubitsushi. 🦊 El Zorro que sabe cuándo dormir la siesta (y cuándo mover los hilos del destino). ➷(PD: Las ofrendas de dorayaki siguen siendo aceptadas a cualquier hora. No me tomen el pelo.).
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  • Un lugar tranquilo.
    Fandom Z.Y.X.S
    Categoría Acción
    El gran día había llegado finalmente, después de tanto hablarlo y planearlo, al final el viaje no se haría en el automóvil de Anyel, sino que utilizarían la Van del padre de Jasuke, el cual por suerte solía prestarla para viajes así, con la excusa de que simplemente era un paseo.

    Desde hace ya algunos días se acordó que no solo irían Anyel, Jasuke, Keirot y Shacya por parte del grupo de Z.Y.X.S y Kazuha cómo invitada y amiga de ellos. Ahora los planes habían cambiado, Masthian se sumaría y sin avisar llevaría a Thalya, su novia, quizá en un intento de por fin demostrarle que era lo que tanto hacían en aquellos largos viajes que solían tener.

    Las seis de la mañana fue la hora acordada, ¿El sitio de reunión? Justo en frente de la casa de Jasuke, la cual se encuentra a apenas cuatro casas más adelante de la de Anyel, por ello no había perdida para Kazuha.

    Anyel llegaría a la hora ya acordada, con su mochila colgando del hombro izquierdo, esperando ver a Jasuke preparando todo para el viaje y rogando que no se haya quedado dormido cómo solía hacerlo. Su vestimenta sería la usual, playera blanca, chaqueta de cuero negra, pantalón negro y sus botas altas, su mochila contenía todo lo necesario de uso personal, además de comida y algún que otro objeto que será de utilidad más adelante.

    Masthian Lauguez
    Jasuke Sarutobi
    Kazuha
    Shacya Naeko
    Keirot Korezu
    Thalya Valcourt
    ||Las etiquetas no son el orden, pueden responder el primer turno cómo quieran y a partir de ahí responderemos en ese mismo orden, una vez por ronda.
    El gran día había llegado finalmente, después de tanto hablarlo y planearlo, al final el viaje no se haría en el automóvil de Anyel, sino que utilizarían la Van del padre de Jasuke, el cual por suerte solía prestarla para viajes así, con la excusa de que simplemente era un paseo. Desde hace ya algunos días se acordó que no solo irían Anyel, Jasuke, Keirot y Shacya por parte del grupo de Z.Y.X.S y Kazuha cómo invitada y amiga de ellos. Ahora los planes habían cambiado, Masthian se sumaría y sin avisar llevaría a Thalya, su novia, quizá en un intento de por fin demostrarle que era lo que tanto hacían en aquellos largos viajes que solían tener. Las seis de la mañana fue la hora acordada, ¿El sitio de reunión? Justo en frente de la casa de Jasuke, la cual se encuentra a apenas cuatro casas más adelante de la de Anyel, por ello no había perdida para Kazuha. Anyel llegaría a la hora ya acordada, con su mochila colgando del hombro izquierdo, esperando ver a Jasuke preparando todo para el viaje y rogando que no se haya quedado dormido cómo solía hacerlo. Su vestimenta sería la usual, playera blanca, chaqueta de cuero negra, pantalón negro y sus botas altas, su mochila contenía todo lo necesario de uso personal, además de comida y algún que otro objeto que será de utilidad más adelante. [aiderulz12] [1Jasuke] [K4zuha] [phantom_blue_zebra_376] [Keirot_Korezu] [quasar_aqua_scorpion_350] ||Las etiquetas no son el orden, pueden responder el primer turno cómo quieran y a partir de ahí responderemos en ese mismo orden, una vez por ronda.
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    Grupal
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  • *Clive continúa su viaje sin rumbo para pasar de largo.
    Se puso a cabalgar luego de descansar siguiendo el curso del río, el cual atravesaba el bosque.
    Cuando encontró un buen lugar para montar la tienda se puso a ello, pero entonces encontró que su capa se había rasgado.
    La experiencia lo había preparado para ese tipo de situaciones, por lo que se puso a coser su capa. Se apresuraba para aprovechar la luz del sol que quedaba, pero era difícil porque la aguja estaba curveada.
    Pero perseveró en su tarea y consiguió arreglar la capa, aunque la aguja se rompió.*

    -Aaaah... Andar errante no es tan fácil...
    *Clive continúa su viaje sin rumbo para pasar de largo. Se puso a cabalgar luego de descansar siguiendo el curso del río, el cual atravesaba el bosque. Cuando encontró un buen lugar para montar la tienda se puso a ello, pero entonces encontró que su capa se había rasgado. La experiencia lo había preparado para ese tipo de situaciones, por lo que se puso a coser su capa. Se apresuraba para aprovechar la luz del sol que quedaba, pero era difícil porque la aguja estaba curveada. Pero perseveró en su tarea y consiguió arreglar la capa, aunque la aguja se rompió.* -Aaaah... Andar errante no es tan fácil...
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  • La vida es injusta. Por tener que hacer de guardián del mocoso, ahora lo habían metido en un barco para que lo acompañase a un puñetero viaje.

    Suspiró, con lo poco que le gustaba viajar... A veces sentía la tentación de lanzar a ᴛᴇʟᴇᴍᴀᴄʜᴜꜱ 𝔓𝔯𝔦𝔫𝔠𝔢 𝔬𝔣 ℑ𝔱𝔥𝔞𝔠𝔞por la borda. De modo que para no meterse en problemas, se fue directo a su camarote a tumbarse en su lecho. Total, no tenía nada mejor que hacer.
    La vida es injusta. Por tener que hacer de guardián del mocoso, ahora lo habían metido en un barco para que lo acompañase a un puñetero viaje. Suspiró, con lo poco que le gustaba viajar... A veces sentía la tentación de lanzar a [Litt1ewo1f]por la borda. De modo que para no meterse en problemas, se fue directo a su camarote a tumbarse en su lecho. Total, no tenía nada mejor que hacer.
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  • Holaaaa, estoy buscando amigos para irnos a un súper viaje a la playa! Eso si, no mala copas, ya sabennn!
    Holaaaa, estoy buscando amigos para irnos a un súper viaje a la playa! Eso si, no mala copas, ya sabennn!😂
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    —¡Oh! ¿Es ese un ligero temblor en tus manos, Viajero? No te preocupes, no voy a morder... a menos que sea una novela mal escrita. Simplemente me parece muy divertido ver cómo se te tensan los hombros cuando me acerco.
    🌸—¡Oh! ¿Es ese un ligero temblor en tus manos, Viajero? No te preocupes, no voy a morder... a menos que sea una novela mal escrita. Simplemente me parece muy divertido ver cómo se te tensan los hombros cuando me acerco.
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  • — Viajemos toda la noche sin rumbo, solos tú y yo hasta el infinito.
    — Viajemos toda la noche sin rumbo, solos tú y yo hasta el infinito.
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  • 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜𝐨𝐧𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐔́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐒𝐨𝐜𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐀𝐦𝐞𝐫𝐢𝐜𝐚𝐧𝐚.
    Fandom Harry Potter
    Categoría Romance
    STARTER PARA ───── 𝑸𝑼𝑬𝑬𝑵𝑰𝑬 𝐆𝐎𝐋𝐃𝐒𝐓𝐄𝐈𝐍


    Edificio Woolworth.
    Nueva York, Estados Unidos de América.

    El cómo había llegado hasta allí era una pregunta que llevaba planteándose incluso desde antes de que se iniciara su viaje. Sabía bien que debería dirigirse hacia el MACUSA para realizar un par de trámites que a él le parecían desde luego innecesarios.

    La seguridad se había extremado aquellos días dado el actual peligro en el mundo mágico. Las cosas no estaban tan bien como el Ministro aseguraba, y el pueblo lo sabía. ¿Cómo no saberlo?

    El Ministerio de Magia Británico también estaba al tanto del peligro que representaban aquellos que deseaban presentarse próximamente a las elecciones generales para liderar el mundo mágico. Grindelwald estaba entre ellos, y aunque la inmensa mayoría deseaba que gobernara puesto que sus ideales eran compartidos por gran parte de la comunidad mágica, sus ideas eran descabelladas para muchos. La pureza de la sangre, los no-mags (gente no mágica) y muchas otras cosas más tenían al mundo patas arriba. El miedo los dominaba, claro; era comprensible.

    Pero por suerte, Abraxas pertenecía a ese bando al que no le preocupaba lo que sucediera con los derechos de las personas no mágicas. La pureza de sangre siempre había existido en su familia, era parte de esa gran mayoría que apoyaba la causa. Aunque, para ser sinceros, a él poco le importaban esas luchas.

    Había oído hablar de Grindelwald y se había interesado en formar parte de sus filas. Dado su poder como cambiaformas, podría resultar de gran utilidad como espía. Cambiando su aspecto a voluntad —ya fuese un animal, una persona (incluyendo géneros diversos)—, Abraxas era capaz de adquirir la forma que quisiera en su propio beneficio.

    Su familia había apoyado y defendido con suma satisfacción su decisión de viajar hasta Nueva York para presentarse ante Grindelwald y servir a sus propósitos. Lo que en absoluto le apetecía era tener que presentarse al MACUSA y entregar toda aquella información sobre él.

    Allí todos lo observaban de cerca, su apellido era bien conocido y aunque, precisamente, una Lestrange trabajara para el Ministerio Británico de Magia como ayudante del Jefe del Departamento de Seguridad Mágica, el rostro de Abraxas ya despertaba ciertas sospechas de que sus intenciones podrían no llegar a ser las esperadas.

    —¿Queda algo más? ¿O ya puedo visitar su hermoso país? —preguntó, después de firmar el que creyó (y esperó) que fuese el último pergamino de permisos del MACUSA.
    —Oficina del permiso de varitas. Una planta más abajo.
    —¿Permiso de varitas?

    Pero la ventanilla del servicio en el que se encontraba se cerró de malas formas. Abraxas apretó los dientes, marcándose su mandíbula bajo los pómulos. Tragó saliva y removió sus cabellos, apartándolos de su rostro. Si había algo que no soportaba era que tocaran sus cosas, y su varita era tal vez lo más preciado que tenía en posesión. Podría resultar extraño que alguien se aferrara tanto a su varita, pero para él simbolizaba demasiado como para que un funcionario estúpido se dedicara a toquetearla sin más.

    De alguna forma era como que alguien toqueteara a tu esposa, a tu hija, y tú no pudieras hacer nada. Su varita era una extensión de sí mismo, una de sus fuentes de poder. Si alguien la tocaba con sus malditas manos podría apropiarse de ese poder o incluso mermarlo de alguna forma. No, no permitiría que nadie tocara su varita.

    Abraxas no era especialmente conocido por su buen comportamiento con respecto a la ley. Así que no tuvo que lidiar demasiado con la duda de si marcharse de allí sin presentar el último trámite o quedarse y ser un ciudadano ejemplar.

    Lestrange bajó, cruzó la entrada principal y en seguida alguien lo detuvo. Un tipo de uniforme policial llamó su atención. Era un sujeto corpulento, calvo y de piel más roja que blanca. En su camisa había restos del desayuno, migas de rosquilla. Y si se acercaba lo suficiente, su boca desprendería el olor del café que había ingerido horas antes.

    —Caballero.
    Abraxas se detuvo en seco, girándose.
    —La Oficina del permiso de varitas está por aquí.

    No era de extrañar que lo supiera. Allí todo el mundo lo sabía todo. La seguridad se había extremado y algo tan simple como revisar una varita parecía ser de especial importancia aquellos días. Menuda estupidez, pensó.

    Pero no pudo hacer mucho: el guardia lo llevó hasta la oficina y, para cuando quiso darse cuenta, estaba esperando para ser atendido.

    Su mirada repasó por completo todo el lugar y a las personas que allí se encontraban. No podía imaginarse a ninguna de ellas tocando su varita. ¿Deberían hacerlo? ¿Formaba acaso eso parte del procedimiento?

    —¿Sr. Lestrange? —preguntó una voz femenina tan dulce que logró confundirlo.

    Su mirada buscó en dirección a la voz, hacia su derecha. Una mujer rubia, con aspecto reluciente, aguardaba con una dulce sonrisa.

    —Sí.
    —Está en el lugar indicado. Venga conmigo.

    ¿Contigo?

    Lestrange volvió a mirar al resto de mesas; nadie allí se había levantado para recibir a nadie, así que supuso que era simplemente una funcionaria que se dedicaba a distribuir a los clientes a las mesas asignadas. Pero los pasos seguían avanzando y las mesas vacías se iban alejando. Entonces ella tomó asiento tras un escritorio. “Queenie Goldstein”, rezaba el cartel sobre la madera de roble.

    —Por favor, siéntese.

    Una sonrisa por cada palabra. Pero en el gesto de él no había ninguna sonrisa, sino más bien desconfianza; una evidente desconfianza y una clara incomodidad que ni siquiera se molestó en ocultar.

    —Tranquilo, no le robaré mucho tiempo, tan solo necesito un par de documentos y su varita. Será rápido, ya lo verá…
    —No voy a darle mi varita.

    Quizá aquella fue la primera vez en toda su vida que alguien se negaba a algo tan sencillo como mostrar su varita. Normalmente solían presentarse más molestos cuando les solicitaba que les entregara todos los documentos que eran necesarios, ¿pero aquello?

    La mirada de Abraxas se mantenía fija en los ojos de la bruja de manera severa. Bien sabía él que la cosa no se terminaba ahí, pero seguiría firme en su respuesta.
    STARTER PARA [L3GEREMENS] Edificio Woolworth. Nueva York, Estados Unidos de América. El cómo había llegado hasta allí era una pregunta que llevaba planteándose incluso desde antes de que se iniciara su viaje. Sabía bien que debería dirigirse hacia el MACUSA para realizar un par de trámites que a él le parecían desde luego innecesarios. La seguridad se había extremado aquellos días dado el actual peligro en el mundo mágico. Las cosas no estaban tan bien como el Ministro aseguraba, y el pueblo lo sabía. ¿Cómo no saberlo? El Ministerio de Magia Británico también estaba al tanto del peligro que representaban aquellos que deseaban presentarse próximamente a las elecciones generales para liderar el mundo mágico. Grindelwald estaba entre ellos, y aunque la inmensa mayoría deseaba que gobernara puesto que sus ideales eran compartidos por gran parte de la comunidad mágica, sus ideas eran descabelladas para muchos. La pureza de la sangre, los no-mags (gente no mágica) y muchas otras cosas más tenían al mundo patas arriba. El miedo los dominaba, claro; era comprensible. Pero por suerte, Abraxas pertenecía a ese bando al que no le preocupaba lo que sucediera con los derechos de las personas no mágicas. La pureza de sangre siempre había existido en su familia, era parte de esa gran mayoría que apoyaba la causa. Aunque, para ser sinceros, a él poco le importaban esas luchas. Había oído hablar de Grindelwald y se había interesado en formar parte de sus filas. Dado su poder como cambiaformas, podría resultar de gran utilidad como espía. Cambiando su aspecto a voluntad —ya fuese un animal, una persona (incluyendo géneros diversos)—, Abraxas era capaz de adquirir la forma que quisiera en su propio beneficio. Su familia había apoyado y defendido con suma satisfacción su decisión de viajar hasta Nueva York para presentarse ante Grindelwald y servir a sus propósitos. Lo que en absoluto le apetecía era tener que presentarse al MACUSA y entregar toda aquella información sobre él. Allí todos lo observaban de cerca, su apellido era bien conocido y aunque, precisamente, una Lestrange trabajara para el Ministerio Británico de Magia como ayudante del Jefe del Departamento de Seguridad Mágica, el rostro de Abraxas ya despertaba ciertas sospechas de que sus intenciones podrían no llegar a ser las esperadas. —¿Queda algo más? ¿O ya puedo visitar su hermoso país? —preguntó, después de firmar el que creyó (y esperó) que fuese el último pergamino de permisos del MACUSA. —Oficina del permiso de varitas. Una planta más abajo. —¿Permiso de varitas? Pero la ventanilla del servicio en el que se encontraba se cerró de malas formas. Abraxas apretó los dientes, marcándose su mandíbula bajo los pómulos. Tragó saliva y removió sus cabellos, apartándolos de su rostro. Si había algo que no soportaba era que tocaran sus cosas, y su varita era tal vez lo más preciado que tenía en posesión. Podría resultar extraño que alguien se aferrara tanto a su varita, pero para él simbolizaba demasiado como para que un funcionario estúpido se dedicara a toquetearla sin más. De alguna forma era como que alguien toqueteara a tu esposa, a tu hija, y tú no pudieras hacer nada. Su varita era una extensión de sí mismo, una de sus fuentes de poder. Si alguien la tocaba con sus malditas manos podría apropiarse de ese poder o incluso mermarlo de alguna forma. No, no permitiría que nadie tocara su varita. Abraxas no era especialmente conocido por su buen comportamiento con respecto a la ley. Así que no tuvo que lidiar demasiado con la duda de si marcharse de allí sin presentar el último trámite o quedarse y ser un ciudadano ejemplar. Lestrange bajó, cruzó la entrada principal y en seguida alguien lo detuvo. Un tipo de uniforme policial llamó su atención. Era un sujeto corpulento, calvo y de piel más roja que blanca. En su camisa había restos del desayuno, migas de rosquilla. Y si se acercaba lo suficiente, su boca desprendería el olor del café que había ingerido horas antes. —Caballero. Abraxas se detuvo en seco, girándose. —La Oficina del permiso de varitas está por aquí. No era de extrañar que lo supiera. Allí todo el mundo lo sabía todo. La seguridad se había extremado y algo tan simple como revisar una varita parecía ser de especial importancia aquellos días. Menuda estupidez, pensó. Pero no pudo hacer mucho: el guardia lo llevó hasta la oficina y, para cuando quiso darse cuenta, estaba esperando para ser atendido. Su mirada repasó por completo todo el lugar y a las personas que allí se encontraban. No podía imaginarse a ninguna de ellas tocando su varita. ¿Deberían hacerlo? ¿Formaba acaso eso parte del procedimiento? —¿Sr. Lestrange? —preguntó una voz femenina tan dulce que logró confundirlo. Su mirada buscó en dirección a la voz, hacia su derecha. Una mujer rubia, con aspecto reluciente, aguardaba con una dulce sonrisa. —Sí. —Está en el lugar indicado. Venga conmigo. ¿Contigo? Lestrange volvió a mirar al resto de mesas; nadie allí se había levantado para recibir a nadie, así que supuso que era simplemente una funcionaria que se dedicaba a distribuir a los clientes a las mesas asignadas. Pero los pasos seguían avanzando y las mesas vacías se iban alejando. Entonces ella tomó asiento tras un escritorio. “Queenie Goldstein”, rezaba el cartel sobre la madera de roble. —Por favor, siéntese. Una sonrisa por cada palabra. Pero en el gesto de él no había ninguna sonrisa, sino más bien desconfianza; una evidente desconfianza y una clara incomodidad que ni siquiera se molestó en ocultar. —Tranquilo, no le robaré mucho tiempo, tan solo necesito un par de documentos y su varita. Será rápido, ya lo verá… —No voy a darle mi varita. Quizá aquella fue la primera vez en toda su vida que alguien se negaba a algo tan sencillo como mostrar su varita. Normalmente solían presentarse más molestos cuando les solicitaba que les entregara todos los documentos que eran necesarios, ¿pero aquello? La mirada de Abraxas se mantenía fija en los ojos de la bruja de manera severa. Bien sabía él que la cosa no se terminaba ahí, pero seguiría firme en su respuesta.
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  • UNIVERSO 5
    En un viaje escolar a Cancún, la chica se presentó contigo para mostrarte algo.
    ❝ ¿Qué opinas?.... Me lo compre recién ayer. Es de una marca exclusiva de esta temporada.❞
    UNIVERSO 5 En un viaje escolar a Cancún, la chica se presentó contigo para mostrarte algo. ❝ ¿Qué opinas?.... Me lo compre recién ayer. Es de una marca exclusiva de esta temporada.❞
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