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    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Account Rules
    ⠀⠀⠀❛⠀⠀Mei Xiang
    ⠀⠀⠀⠀◌⠀⠀⠀⠀⠀ᛝ Leer antes de agregar.


    *⁠・↝Me reservo el derecho de admisión.
    *⁠・↝Tipos de roles que manejo: slice of life, misterio/suspenso, fantasía. Y puede que "terror". NO LEMON
    *⁠・↝ Nada de meta-rol
    *⁠・↝No Over power
    *⁠・↝ Quien agrega inicia la interacción.
    *⁠・↝ MD solo para planear tramas
    *⁠・↝ Me adapto a cualquier universo.
    *⁠・↝ No doy información personal.
    *⁠・↝ El acoso/amenaza/hostilidad o cualquier otro tipo de acto similar amerita el bloqueo inmediato y sin explicación. Salvo que algo de esto ocurra en una trama de rol que haya aceptado.


    𖧧 𓂃 ִֶָ Reglamente sujeto a cambios˖
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  • Hace días que tenía la idea de hacer un picnic, en un lugar cercano al mar; pero no tenía con quien... los pocos amigos que le quedaban, estaban sumamente ocupados con sus cosas, afortunadamente San Valentín ya había pasado y al menos, ya no habrían tantas parejas rodando por el pasto besándose como si no hubiera mañana.

    Se levantó temprano para preparar con un entusiasmo que se autoimpuso, la comida que llevaría: Emparedados de dos tipos; pollo con mayonesa y banana con mantequilla de maní, galletas de vainilla y chispas de chocolate, ensalada de frutas, queso picado en cuadros, jugo de naranja y al final una botella con vino, copas de plástico, servilletas, platos y unos cubiertos.

    Puso todo dentro de una canasta de mimbre, la cual puso encima una manta a cuadros roja y blanca, se vistió con un bonito vestido crema, zapatos planos blancos, se colocó un sombrero de paja y tomó su fiel paraguas. Carga la canasta para salir hacia la parada de autobuses que la llevaría a una zona para picnic.

    Al llegar vio a varias familias llegar también junto a ella, los niños felices al lado de sus padres. Eso le hizo doler un montón, nunca se había sentido tan sola; tenía ganas de llorar, nadie estaba a su lado para sonreírle o dedicarle palabras de aliento, miraba a las parejas agarradas de la mano, incluso una chica que estaba caminando junto a su novio, no reparó en su presencia que casi choca con ella. Estuvo a punto de darse la vuelta y regresarse; pero prefiere continuar alejándose bastante del gentío llegando a un acantilado donde se veía el mar.

    Extiende la manta por el pasto dejando encima de ella la canasta, toma asiento para sacar un emparedado quitándole la envoltura de plástico y darle un mordisco. Suspira hondamente dejándolo a medio terminar, se acuesta sobre la manta mirando el cielo para luego de unos minutos quedarse dormida.

    #Picasso
    Hace días que tenía la idea de hacer un picnic, en un lugar cercano al mar; pero no tenía con quien... los pocos amigos que le quedaban, estaban sumamente ocupados con sus cosas, afortunadamente San Valentín ya había pasado y al menos, ya no habrían tantas parejas rodando por el pasto besándose como si no hubiera mañana. Se levantó temprano para preparar con un entusiasmo que se autoimpuso, la comida que llevaría: Emparedados de dos tipos; pollo con mayonesa y banana con mantequilla de maní, galletas de vainilla y chispas de chocolate, ensalada de frutas, queso picado en cuadros, jugo de naranja y al final una botella con vino, copas de plástico, servilletas, platos y unos cubiertos. Puso todo dentro de una canasta de mimbre, la cual puso encima una manta a cuadros roja y blanca, se vistió con un bonito vestido crema, zapatos planos blancos, se colocó un sombrero de paja y tomó su fiel paraguas. Carga la canasta para salir hacia la parada de autobuses que la llevaría a una zona para picnic. Al llegar vio a varias familias llegar también junto a ella, los niños felices al lado de sus padres. Eso le hizo doler un montón, nunca se había sentido tan sola; tenía ganas de llorar, nadie estaba a su lado para sonreírle o dedicarle palabras de aliento, miraba a las parejas agarradas de la mano, incluso una chica que estaba caminando junto a su novio, no reparó en su presencia que casi choca con ella. Estuvo a punto de darse la vuelta y regresarse; pero prefiere continuar alejándose bastante del gentío llegando a un acantilado donde se veía el mar. Extiende la manta por el pasto dejando encima de ella la canasta, toma asiento para sacar un emparedado quitándole la envoltura de plástico y darle un mordisco. Suspira hondamente dejándolo a medio terminar, se acuesta sobre la manta mirando el cielo para luego de unos minutos quedarse dormida. #Picasso
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  • ─El Mar de Okhotsk se extendía ante la mirada astuta de George como aguas de oportunidades. Sus mareas, ricas en vida marina, ofrecían una abundancia de peces de una calidad excepcional. Para él aquel mar no era solo una fuente de sustento para su imperio de pesca...

    Los peces del Mar de Okhotsk elevaba su negocio a niveles incomparables. Pero más allá de los frutos del mar, era un lugar ideal para esconder otros tipos de cargamentos como la cocaína y armas ilegales...

    ─El Mar de Okhotsk se extendía ante la mirada astuta de George como aguas de oportunidades. Sus mareas, ricas en vida marina, ofrecían una abundancia de peces de una calidad excepcional. Para él aquel mar no era solo una fuente de sustento para su imperio de pesca... Los peces del Mar de Okhotsk elevaba su negocio a niveles incomparables. Pero más allá de los frutos del mar, era un lugar ideal para esconder otros tipos de cargamentos como la cocaína y armas ilegales... 🇷🇺
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  • Poppy Davies apoyó la cabeza contra la ventanilla del Impala y dejó escapar un pequeño bostezo.

    — Recuérdame otra vez por qué estoy siendo "𝘰𝘣𝘭𝘪𝘨𝘢𝘥𝘢" a esto… —murmuró, cruzando los brazos con expresión de fastidio.

    DEAN WINCHESTER, al volante, giró la cabeza hacia ella con una sonrisa burlona.

    — Porque necesitamos salir, socializar, vivir un poco.

    — ¿Y tu idea de "vivir un poco" es ir a un partido de baloncesto?

    Dean puso los ojos en blanco.

    — Oh, vamos, Pops. No es una cacería, no hay fantasmas, vampiros ni demonios. Solo un estadio, cerveza fría y un montón de tipos lanzando una pelota. Un descanso de lo sobrenatural.

    Poppy ladeó la cabeza hacia él, claramente poco convencida.

    — La última vez que dijiste "un descanso de lo sobrenatural", terminamos atrapados en un cine encantado con un espíritu obsesionado con las películas de los años 50.

    Dean soltó una carcajada.

    — Bueno, técnicamente, eso no fue mi culpa.

    — Ajá, claro —resopló ella, mirando por la ventana—. Solo digo que si algo raro pasa en este partido, te lo restregaré en la cara.

    — Lo acepto —dijo Dean con un encogimiento de hombros—, pero relájate, princesa. Hoy solo vamos a disfrutar. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo normal?

    Poppy parpadeó, dándose cuenta de que no tenía una respuesta inmediata. Con una mueca resignada, dejó escapar otro pequeño bostezo y apoyó la mejilla en la palma de su mano.

    — Está bien, pero si esto se vuelve aburrido, quiero comida gratis.

    Dean sonrió con suficiencia.

    —Trato hecho. Pero te advierto, Pomerania… después de esta noche, puede que hasta te guste el baloncesto.

    Ella arqueó una ceja, pero la sonrisa que intentó ocultar traicionó su desinterés fingido. Mientras el Impala rugía por la carretera, Poppy solo podía esperar que, por una vez, Dean tuviera razón y esto fuera solo un partido.

    El estadio estaba abarrotado, las luces brillaban intensamente sobre la cancha de madera pulida y el bullicio de la multitud hacía que Poppy se sintiera fuera de lugar. Se ajustó la chaqueta y miró a su alrededor con expresión de escepticismo mientras Dean, emocionado como un niño en Navidad, la guiaba hasta sus asientos de pista.

    — Mira esto, Pops. Asientos perfectos, buena vista de la cancha y, lo mejor de todo… —Dean se giró con una sonrisa orgullosa y levantó dos vasos de cerveza—. La magia del baloncesto servida fría.

    Poppy tomó el suyo con un gesto resignado, dando un sorbo mientras observaba a los jugadores calentando.

    —Bien, estamos aquí. Ahora dime, ¿cuál es el plan? ¿Solo gritamos cada vez que alguien lanza el balón o hay una ciencia detrás de esto?

    Dean se rió y sacudió la cabeza.

    — No te preocupes, lo entenderás cuando el juego empiece. Solo siéntelo, Davies. La emoción, la tensión, el drama… —Hizo un gesto amplio con los brazos—. Es como una cacería, pero sin la parte de morir.

    Ella lo miró de reojo, divertida.

    — ¿Seguro? Porque esa multitud parece dispuesta a matar si su equipo pierde.

    Justo en ese momento, el sonido ensordecedor de la bocina hizo temblar el estadio, marcando el inicio del partido. La multitud rugió, Dean se puso de pie de un salto y Poppy se encogió ligeramente, aún tratando de entender qué demonios hacía allí.

    A medida que los minutos avanzaban, Poppy no podía evitar notar lo inmerso que estaba Dean. Gritaba, aplaudía, maldecía cuando el árbitro pitaba algo que no le gustaba, e incluso saltó cuando su equipo encestó un triple espectacular.

    —¡¿Has visto eso, Pomerania?! —exclamó, dándole un codazo amistoso.

    Ella parpadeó y se encogió de hombros.

    —Sí, alguien ha metido una pelota en un aro. Impactante.

    Dean soltó una carcajada y sacudió la cabeza.

    —Eres un caso perdido.

    Pero lo cierto era que, aunque no lo admitiera, Poppy empezaba a disfrutar el ambiente. Había una energía contagiosa en todo aquello, en la pasión de la gente y en la forma en que Dean se dejaba llevar por la emoción. Se sorprendió a sí misma inclinándose un poco hacia adelante cuando el marcador se puso parejo.
    Sabia que Dean vería a través de su desinterés fingido, y la encontraría ligeramente interesada, pero era algo que jamás aceptaría en voz alta.
    Poppy Davies apoyó la cabeza contra la ventanilla del Impala y dejó escapar un pequeño bostezo. — Recuérdame otra vez por qué estoy siendo "𝘰𝘣𝘭𝘪𝘨𝘢𝘥𝘢" a esto… —murmuró, cruzando los brazos con expresión de fastidio. [thxsoldier], al volante, giró la cabeza hacia ella con una sonrisa burlona. — Porque necesitamos salir, socializar, vivir un poco. — ¿Y tu idea de "vivir un poco" es ir a un partido de baloncesto? Dean puso los ojos en blanco. — Oh, vamos, Pops. No es una cacería, no hay fantasmas, vampiros ni demonios. Solo un estadio, cerveza fría y un montón de tipos lanzando una pelota. Un descanso de lo sobrenatural. Poppy ladeó la cabeza hacia él, claramente poco convencida. — La última vez que dijiste "un descanso de lo sobrenatural", terminamos atrapados en un cine encantado con un espíritu obsesionado con las películas de los años 50. Dean soltó una carcajada. — Bueno, técnicamente, eso no fue mi culpa. — Ajá, claro —resopló ella, mirando por la ventana—. Solo digo que si algo raro pasa en este partido, te lo restregaré en la cara. — Lo acepto —dijo Dean con un encogimiento de hombros—, pero relájate, princesa. Hoy solo vamos a disfrutar. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo normal? Poppy parpadeó, dándose cuenta de que no tenía una respuesta inmediata. Con una mueca resignada, dejó escapar otro pequeño bostezo y apoyó la mejilla en la palma de su mano. — Está bien, pero si esto se vuelve aburrido, quiero comida gratis. Dean sonrió con suficiencia. —Trato hecho. Pero te advierto, Pomerania… después de esta noche, puede que hasta te guste el baloncesto. Ella arqueó una ceja, pero la sonrisa que intentó ocultar traicionó su desinterés fingido. Mientras el Impala rugía por la carretera, Poppy solo podía esperar que, por una vez, Dean tuviera razón y esto fuera solo un partido. El estadio estaba abarrotado, las luces brillaban intensamente sobre la cancha de madera pulida y el bullicio de la multitud hacía que Poppy se sintiera fuera de lugar. Se ajustó la chaqueta y miró a su alrededor con expresión de escepticismo mientras Dean, emocionado como un niño en Navidad, la guiaba hasta sus asientos de pista. — Mira esto, Pops. Asientos perfectos, buena vista de la cancha y, lo mejor de todo… —Dean se giró con una sonrisa orgullosa y levantó dos vasos de cerveza—. La magia del baloncesto servida fría. Poppy tomó el suyo con un gesto resignado, dando un sorbo mientras observaba a los jugadores calentando. —Bien, estamos aquí. Ahora dime, ¿cuál es el plan? ¿Solo gritamos cada vez que alguien lanza el balón o hay una ciencia detrás de esto? Dean se rió y sacudió la cabeza. — No te preocupes, lo entenderás cuando el juego empiece. Solo siéntelo, Davies. La emoción, la tensión, el drama… —Hizo un gesto amplio con los brazos—. Es como una cacería, pero sin la parte de morir. Ella lo miró de reojo, divertida. — ¿Seguro? Porque esa multitud parece dispuesta a matar si su equipo pierde. Justo en ese momento, el sonido ensordecedor de la bocina hizo temblar el estadio, marcando el inicio del partido. La multitud rugió, Dean se puso de pie de un salto y Poppy se encogió ligeramente, aún tratando de entender qué demonios hacía allí. A medida que los minutos avanzaban, Poppy no podía evitar notar lo inmerso que estaba Dean. Gritaba, aplaudía, maldecía cuando el árbitro pitaba algo que no le gustaba, e incluso saltó cuando su equipo encestó un triple espectacular. —¡¿Has visto eso, Pomerania?! —exclamó, dándole un codazo amistoso. Ella parpadeó y se encogió de hombros. —Sí, alguien ha metido una pelota en un aro. Impactante. Dean soltó una carcajada y sacudió la cabeza. —Eres un caso perdido. Pero lo cierto era que, aunque no lo admitiera, Poppy empezaba a disfrutar el ambiente. Había una energía contagiosa en todo aquello, en la pasión de la gente y en la forma en que Dean se dejaba llevar por la emoción. Se sorprendió a sí misma inclinándose un poco hacia adelante cuando el marcador se puso parejo. Sabia que Dean vería a través de su desinterés fingido, y la encontraría ligeramente interesada, pero era algo que jamás aceptaría en voz alta.
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  • Una vida acaba y la otra empieza.
    Fandom Ninguno.
    Categoría Original
    "Introduction"

    -A veces las consecuencias de los actos que nos llevan a estar donde estamos. Son algo que nosotros mismos nos buscamos.-

    *Eso es culpa de no tener un ejemplo qué seguir*

    -Eso se decía Niles a sí mismo sentado en ese lugar.
    Lleno de humedad; Sucio, lleno de goteras, con apenas luz, una bandeja de comida tirada en el suelo con un engrudo sin gracia y un pan más duro que las paredes.
    Si ropa estaba sucia, olía tal cual que una persona que no se había bañado en unas semanas... ¿Puede que un mes?-

    *Maldita suerte*

    -Cosas que Murmuraba entre dientes, esperando así desahogar su frustración... ¿Pero quien cojones le había mandado a robarle 14 millones de dólares a ese maldito Yakuza?
    Sin duda alguna era un gilipollas de manual.
    Muy arrogante para ver la soga al cuello que se estaba poniendo... Porque no le iban a dejar ahí, no señor. Estaban esperando recuperar el dinero con la información que les había dado.

    Una vez tengan todo el dinero de vuelta no le iban a soltar. Tenía su sentencia de muerte pintada en la cara; todos esos golpes a diario. La sangre seca en su ropa, la tela rajada y sobre todo el par de costillas rotas que le provocaban un dolor insoportable al gritar por golpes que divertían a sus captores.-

    *Sí me golpeo la cabeza contra la pared, con suerte me rompa el cuello y acabo con todo*

    -Lagrimas rodaban por sus mejillas. Empañando sus ojos y haciendo más amarga su espera.
    Habría sido mejor morir de un disparo en la frente. Así no sentir nada más... Solo dejarse caer en la oscuridad y en la nada.
    Porque no creía en un Dios que no ve ni intercede por nadie. Solo en lo que sus manos podían hacer.-

    *Puede que la policía me busque y venga a por mí... Tienen buenos agentes en sus agencias federales.*

    -Ríe amargamente pensando que esos cabrones solo saben rascarse los huevos y rogar que por suerte den con quien buscan antes de encontrar su fiambre en una cuneta o flotando en un lago helado.-

    *Solo espero que mi hermana no sepa nunca lo que me pasó. Que no tenga que pasar por otra muerte más. Ya perdimos a nuestros padres hace poco y ahora yo... ¡JODER!*

    -Días pasaron, o eso creía, la puta ventana estaba cerrada, solo una bombilla que chisporrotea, enciende y apaga, le da luz.

    Un hombre de unos 50 años entra con una cara de pocos amigos. Le ata las manos a la espalda con una bridas. Le levanta por el cuello sin ninguna delicadeza. Le empuja y le saca de la celda.
    Hacía mucho que no veía otra cosa que esa celda en la que estaba.
    Le llevan hasta una sala amplia, con una silla en el centro, un foco que apunta a la misma, una cámara de vídeo en frente y unos tipos parados en la penumbra.-

    *Ya está, este es mi fin...*

    -Se dijo para sí mismo en un susurro.
    Pensando en que solo le quedaba resignarse, no había como escapar.
    Le sientan en la silla, le ponen unos grilletes en los pies. Una cinta en el pecho y una bolsa de tela negra en la cabeza.

    Un profundo gemido ahogado en miedo sale de su garganta con la boca entre abierta.
    Cierra los ojos y busca el recuerdo más feliz que pueda evocar.-

    *Cariño no corras cerca de la piscina, te puedes caer*

    -Recuerda la voz de su madre cuando él era pequeño...-

    *Deja que se divierta y si se cae, aprenderá solo qué es lo que debe y no hacer*

    -Ahora suena la voz de su padre. El mismo que sentado desde una tumbona estaba leyendo una revista de motos.-

    *Bueno ahora puede que me reúna con ellos... Que esta pesadilla acabe y todo esté bien... ¿No? *

    -La aceptación era lo único que le quedaba en su lista de fases por pasar.

    Se escuchan voces en japonés. Se notaban molestos, no sabía lo que estaba diciendo pero sonaban molestos...
    Nota un sonido metálico y sordo. Un arma de fuego. Por tener la cabeza tapada no supo qué era. Pero qué más daba saberlo o no.

    Su momento estaba marcado. No había mas...

    Quiso suplicar que le perdonasen la vida, prometer que nunca iba a volver a hacerlo y que no le iba a contar nada a nadie de lo que había pasado... Pero son Yakuzas... De nada le iba a servir suplicar por su vida.-

    *Solo espero que sea rápido... No podría aguantar otro agonico día. *

    -Siente en la gente que algo se apoya y le empuja levemente la cabeza para atrás. La garganta se le hace un nudo, la mente se le llena de cosas... Su vida pasa como los carretes de película de esos filmes antiguos, todo en color sepia, con un sonido lejano y difuminado.

    Los cumpleaños; Los momentos felices y tristes, las risas, los abrazos, las excursiones y los castigos.

    Todo aquello parecía desvanecerse en una bruma densa y se iba a perder en el olvido.-

    *Yego tu ola maldito vastaldo, vas a molil como el pelo que eles... Con nosotlos no se juega y menos se le puede lobal sin pagal con la vida.*

    -Dice la voz en una mala entonación del idioma. Puede que en otro momento hubiera arrancado en risas y hecho la burla. Pero esas eran las últimas palabras que iba a escuchar... Maldita ironia... Su muerte iba a ser una puta burla.

    Podria jurar que esos segundos le parecieron horas. Quería que se acabe, pero también que no lo haga.
    Hasta que a lo lejos se escuchan unos gritos, luego unos disparos y finalmente un golpe en la puerta de la sala donde se encuentra.

    Lo que supone que es el cañón de la pistola que tiene en la frente se desvía un poco ante el giro que hace su verdugo.
    Se escucha el disparo justo contra su oreja. Y un ardor le pasa por el lado de cabeza, por encima de la oreja.
    Un pitido hace que no pueda escuchar bien los gritos y disparos que se producen y hacen eco en esa sala.

    Finalmente se hace el silencio, algo que dura poco. Luego unos pasos acercarse.
    Le toman por la cabeza y lo mueven.
    Le quitan la bolsa de la cabeza y con los ojos entrecerrados, intenta enfocar y solo ve a un tipo en frente suyo.
    Le grita cosas, las entiende, solo sacude la cabeza asíntiendo y todo se apaga.-

    *¡SIGUE VIVO, ESTÁ HERIDO, ESTABA CONSCIENTE PERO AHORA SE HA DESMAYADO, LLEVEMOSLO AHORA!*

    -Fue lo último que pudo escuchar antes de que todo se apagase, no escuchara nada y a los pocos días despierte en una cama lleno de vendas, con una gasa en la cabeza y tapado hasta el cuello con una manta.
    No sentía su ropa, aunque ya no olía como un establo lleno de cerdos.
    Mira con dificultad ya que la luz le molesta, intentando enfocar y reconocer donde está.
    Estaba solo en aquel lugar.

    Pero estaba vivo, estaba curado y tenía otro día para poder vivir.-


    "Esto es el comienzo de su vida anterior y de su nueva vida, solo queda esperar que su pasado no le reclame aquello que se le escapó."


    Monorol 1 de varios.
    "Introduction" -A veces las consecuencias de los actos que nos llevan a estar donde estamos. Son algo que nosotros mismos nos buscamos.- *Eso es culpa de no tener un ejemplo qué seguir* -Eso se decía Niles a sí mismo sentado en ese lugar. Lleno de humedad; Sucio, lleno de goteras, con apenas luz, una bandeja de comida tirada en el suelo con un engrudo sin gracia y un pan más duro que las paredes. Si ropa estaba sucia, olía tal cual que una persona que no se había bañado en unas semanas... ¿Puede que un mes?- *Maldita suerte* -Cosas que Murmuraba entre dientes, esperando así desahogar su frustración... ¿Pero quien cojones le había mandado a robarle 14 millones de dólares a ese maldito Yakuza? Sin duda alguna era un gilipollas de manual. Muy arrogante para ver la soga al cuello que se estaba poniendo... Porque no le iban a dejar ahí, no señor. Estaban esperando recuperar el dinero con la información que les había dado. Una vez tengan todo el dinero de vuelta no le iban a soltar. Tenía su sentencia de muerte pintada en la cara; todos esos golpes a diario. La sangre seca en su ropa, la tela rajada y sobre todo el par de costillas rotas que le provocaban un dolor insoportable al gritar por golpes que divertían a sus captores.- *Sí me golpeo la cabeza contra la pared, con suerte me rompa el cuello y acabo con todo* -Lagrimas rodaban por sus mejillas. Empañando sus ojos y haciendo más amarga su espera. Habría sido mejor morir de un disparo en la frente. Así no sentir nada más... Solo dejarse caer en la oscuridad y en la nada. Porque no creía en un Dios que no ve ni intercede por nadie. Solo en lo que sus manos podían hacer.- *Puede que la policía me busque y venga a por mí... Tienen buenos agentes en sus agencias federales.* -Ríe amargamente pensando que esos cabrones solo saben rascarse los huevos y rogar que por suerte den con quien buscan antes de encontrar su fiambre en una cuneta o flotando en un lago helado.- *Solo espero que mi hermana no sepa nunca lo que me pasó. Que no tenga que pasar por otra muerte más. Ya perdimos a nuestros padres hace poco y ahora yo... ¡JODER!* -Días pasaron, o eso creía, la puta ventana estaba cerrada, solo una bombilla que chisporrotea, enciende y apaga, le da luz. Un hombre de unos 50 años entra con una cara de pocos amigos. Le ata las manos a la espalda con una bridas. Le levanta por el cuello sin ninguna delicadeza. Le empuja y le saca de la celda. Hacía mucho que no veía otra cosa que esa celda en la que estaba. Le llevan hasta una sala amplia, con una silla en el centro, un foco que apunta a la misma, una cámara de vídeo en frente y unos tipos parados en la penumbra.- *Ya está, este es mi fin...* -Se dijo para sí mismo en un susurro. Pensando en que solo le quedaba resignarse, no había como escapar. Le sientan en la silla, le ponen unos grilletes en los pies. Una cinta en el pecho y una bolsa de tela negra en la cabeza. Un profundo gemido ahogado en miedo sale de su garganta con la boca entre abierta. Cierra los ojos y busca el recuerdo más feliz que pueda evocar.- *Cariño no corras cerca de la piscina, te puedes caer* -Recuerda la voz de su madre cuando él era pequeño...- *Deja que se divierta y si se cae, aprenderá solo qué es lo que debe y no hacer* -Ahora suena la voz de su padre. El mismo que sentado desde una tumbona estaba leyendo una revista de motos.- *Bueno ahora puede que me reúna con ellos... Que esta pesadilla acabe y todo esté bien... ¿No? * -La aceptación era lo único que le quedaba en su lista de fases por pasar. Se escuchan voces en japonés. Se notaban molestos, no sabía lo que estaba diciendo pero sonaban molestos... Nota un sonido metálico y sordo. Un arma de fuego. Por tener la cabeza tapada no supo qué era. Pero qué más daba saberlo o no. Su momento estaba marcado. No había mas... Quiso suplicar que le perdonasen la vida, prometer que nunca iba a volver a hacerlo y que no le iba a contar nada a nadie de lo que había pasado... Pero son Yakuzas... De nada le iba a servir suplicar por su vida.- *Solo espero que sea rápido... No podría aguantar otro agonico día. * -Siente en la gente que algo se apoya y le empuja levemente la cabeza para atrás. La garganta se le hace un nudo, la mente se le llena de cosas... Su vida pasa como los carretes de película de esos filmes antiguos, todo en color sepia, con un sonido lejano y difuminado. Los cumpleaños; Los momentos felices y tristes, las risas, los abrazos, las excursiones y los castigos. Todo aquello parecía desvanecerse en una bruma densa y se iba a perder en el olvido.- *Yego tu ola maldito vastaldo, vas a molil como el pelo que eles... Con nosotlos no se juega y menos se le puede lobal sin pagal con la vida.* -Dice la voz en una mala entonación del idioma. Puede que en otro momento hubiera arrancado en risas y hecho la burla. Pero esas eran las últimas palabras que iba a escuchar... Maldita ironia... Su muerte iba a ser una puta burla. Podria jurar que esos segundos le parecieron horas. Quería que se acabe, pero también que no lo haga. Hasta que a lo lejos se escuchan unos gritos, luego unos disparos y finalmente un golpe en la puerta de la sala donde se encuentra. Lo que supone que es el cañón de la pistola que tiene en la frente se desvía un poco ante el giro que hace su verdugo. Se escucha el disparo justo contra su oreja. Y un ardor le pasa por el lado de cabeza, por encima de la oreja. Un pitido hace que no pueda escuchar bien los gritos y disparos que se producen y hacen eco en esa sala. Finalmente se hace el silencio, algo que dura poco. Luego unos pasos acercarse. Le toman por la cabeza y lo mueven. Le quitan la bolsa de la cabeza y con los ojos entrecerrados, intenta enfocar y solo ve a un tipo en frente suyo. Le grita cosas, las entiende, solo sacude la cabeza asíntiendo y todo se apaga.- *¡SIGUE VIVO, ESTÁ HERIDO, ESTABA CONSCIENTE PERO AHORA SE HA DESMAYADO, LLEVEMOSLO AHORA!* -Fue lo último que pudo escuchar antes de que todo se apagase, no escuchara nada y a los pocos días despierte en una cama lleno de vendas, con una gasa en la cabeza y tapado hasta el cuello con una manta. No sentía su ropa, aunque ya no olía como un establo lleno de cerdos. Mira con dificultad ya que la luz le molesta, intentando enfocar y reconocer donde está. Estaba solo en aquel lugar. Pero estaba vivo, estaba curado y tenía otro día para poder vivir.- "Esto es el comienzo de su vida anterior y de su nueva vida, solo queda esperar que su pasado no le reclame aquello que se le escapó." Monorol 1 de varios.
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  • Festival de Año Nuevo lunar "Seollal".
    Fandom Libre
    Categoría Slice of Life
    𝗙𝗘𝗦𝗧𝗜𝗩𝗔𝗟 𝗦𝗘𝗢𝗟𝗟𝗔𝗟 ( 𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲𝗿 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗲 )

    Durante este festival, la gente realiza ritos ancestrales, rinde homenaje a sus mayores e intercambia buenos deseos. También actividades públicas durante los primeros días de Febrero, los cuáles consistían en juegos, festividades diurnas y nocturnas.

    En ese día, la familia de Byul ya había celebrado en conjunto ésta tradición, pero Byul se logró escapar un momento de ellos para visitar una feria nueva que recién había sido aperturada.

    El cielo había oscurecido y diferentes tipos de luces adornaban la ciudad, la noche era animada y se impresionó por los puestos diversos de comida y juegos al azar en las calles. Byul finalmente llegó a la feria que quedaba cercana a un lago y que contenía una enorme rueda de la fortuna completamente iluminada. Habían muchas personas y casi se perdió en el camino, pero logró llegar a un carrusel, el cual giraba junto con una música suave de fondo. Se entretuvo mirando un rato, para después tomar otro rumbo.

    Llegó a otro juego más, dónde era un pequeño puesto o máquina para obtener peluches y accesorios variados. Introdujo un billete y empezó a jugar, sin embargo, después de tres intentos nunca consiguió nada. Quería agarrar un oso blanco para dárselo a su mamá como obsequio, pero había olvidado que era inútil en esas cosas. Suspiró y se desanimó un poco.

    — Hmm, éstos juegos son muy estresantes o quizás solamente soy malo.

    Pensó en divertirse con algo más, sólo intentaría por última vez volver a tomar ese oso, esperaba no quedarse sin dinero antes de disfrutar de todo el festival.






    [ Éste es un starter libre, puede comentar con el personaje que desee y cuántas personas deseen, es un rol sin etiquetas más que las de diversión e interacción. ]

    𝗙𝗘𝗦𝗧𝗜𝗩𝗔𝗟 𝗦𝗘𝗢𝗟𝗟𝗔𝗟 ( 𝘀𝘁𝗮𝗿𝘁𝗲𝗿 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗲 ) Durante este festival, la gente realiza ritos ancestrales, rinde homenaje a sus mayores e intercambia buenos deseos. También actividades públicas durante los primeros días de Febrero, los cuáles consistían en juegos, festividades diurnas y nocturnas. En ese día, la familia de Byul ya había celebrado en conjunto ésta tradición, pero Byul se logró escapar un momento de ellos para visitar una feria nueva que recién había sido aperturada. El cielo había oscurecido y diferentes tipos de luces adornaban la ciudad, la noche era animada y se impresionó por los puestos diversos de comida y juegos al azar en las calles. Byul finalmente llegó a la feria que quedaba cercana a un lago y que contenía una enorme rueda de la fortuna completamente iluminada. Habían muchas personas y casi se perdió en el camino, pero logró llegar a un carrusel, el cual giraba junto con una música suave de fondo. Se entretuvo mirando un rato, para después tomar otro rumbo. Llegó a otro juego más, dónde era un pequeño puesto o máquina para obtener peluches y accesorios variados. Introdujo un billete y empezó a jugar, sin embargo, después de tres intentos nunca consiguió nada. Quería agarrar un oso blanco para dárselo a su mamá como obsequio, pero había olvidado que era inútil en esas cosas. Suspiró y se desanimó un poco. — Hmm, éstos juegos son muy estresantes o quizás solamente soy malo. Pensó en divertirse con algo más, sólo intentaría por última vez volver a tomar ese oso, esperaba no quedarse sin dinero antes de disfrutar de todo el festival. [ Éste es un starter libre, puede comentar con el personaje que desee y cuántas personas deseen, es un rol sin etiquetas más que las de diversión e interacción. ]
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    Individual
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  • Hablando de pereza, voy a citar a mi hermano Belphegor, pues dijo unas palabras muy sabias cuando hablé con él:

    "Nunca entenderé por qué la pereza se considera un pecado. La pereza es algo normal. ¿Sabes algo que, en mi opinión, debería considerarse un pecado? La estupidez. La estupidez debería ser un pecado, porque a la gente estúpida ni siquiera Lucifer la puede soportar. En serio, Lucifer preferiría lidiar con los asesinos que con los tipos que creen que la Tierra es plana o que las vacunas causan autismo."

    Y cuánta razón tenía el endiablado.
    Hablando de pereza, voy a citar a mi hermano Belphegor, pues dijo unas palabras muy sabias cuando hablé con él: "Nunca entenderé por qué la pereza se considera un pecado. La pereza es algo normal. ¿Sabes algo que, en mi opinión, debería considerarse un pecado? La estupidez. La estupidez debería ser un pecado, porque a la gente estúpida ni siquiera Lucifer la puede soportar. En serio, Lucifer preferiría lidiar con los asesinos que con los tipos que creen que la Tierra es plana o que las vacunas causan autismo." Y cuánta razón tenía el endiablado.
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  • Creo que voy a aprovechar ahora que no está Mallory para hacer prototipos de bombas. ¿Les pinto también un mono cabreao' como Jinx o es ya pasarse de la raya?
    Creo que voy a aprovechar ahora que no está Mallory para hacer prototipos de bombas. ¿Les pinto también un mono cabreao' como Jinx o es ya pasarse de la raya?
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  • - "No puedo permitir que otros caigan en sus manos. El parásito esta saliendose de control, ha logrado adaptar la forma de una sustancia similar a la sangre. Su comportamiento agresivo ha devorado demasiados huéspedes.. Necesito eliminarlo..."

    Herido, avanza hasta la siguiente habitación. Su perdida de sangre ha estado desafiando las intensas ganas de vivir de Vladimir. Entre el hilo de la vida y la muerte, llegando ya a las instalaciones de refrigerado de sustancias o prototipos experimentales. Solo quedaba destruir al sujeto experimental, solo quedaba...

    ▪︎ "¡Detenerlo ahora mismo! Que no se acerque al parásito, es peligroso para todos aquí."

    Habiendo escuchado sus voces tan cercanas, intenta apresurarse, pero la perdida de sangre ha ralentizado sus desesperados movimientos. Subiendo su mirada notaba que habria llegado, liberando el contenedor de la maquina de refrigeración aquella cápsula.

    - "Si te destruyo aquí mismo, nadie tendrá que pasar por las torturas por las que pasó mi hermana... Se acabó."

    Finalmente encuentran al individuo con la cápsula, y sin titubear el guardia arremete una rafaga de disparos sobre Vladimir buscando no dañar la capsula. Este por movimiento brusco antes de los impactos, abre la capsula en lo que seria acribillado. Asi, liberando el virus parasitario de su encierro.

    . . .

    "¿Realmente sigues con vida, Heller?"
    - "No puedo permitir que otros caigan en sus manos. El parásito esta saliendose de control, ha logrado adaptar la forma de una sustancia similar a la sangre. Su comportamiento agresivo ha devorado demasiados huéspedes.. Necesito eliminarlo..." Herido, avanza hasta la siguiente habitación. Su perdida de sangre ha estado desafiando las intensas ganas de vivir de Vladimir. Entre el hilo de la vida y la muerte, llegando ya a las instalaciones de refrigerado de sustancias o prototipos experimentales. Solo quedaba destruir al sujeto experimental, solo quedaba... ▪︎ "¡Detenerlo ahora mismo! Que no se acerque al parásito, es peligroso para todos aquí." Habiendo escuchado sus voces tan cercanas, intenta apresurarse, pero la perdida de sangre ha ralentizado sus desesperados movimientos. Subiendo su mirada notaba que habria llegado, liberando el contenedor de la maquina de refrigeración aquella cápsula. - "Si te destruyo aquí mismo, nadie tendrá que pasar por las torturas por las que pasó mi hermana... Se acabó." Finalmente encuentran al individuo con la cápsula, y sin titubear el guardia arremete una rafaga de disparos sobre Vladimir buscando no dañar la capsula. Este por movimiento brusco antes de los impactos, abre la capsula en lo que seria acribillado. Asi, liberando el virus parasitario de su encierro. . . . "¿Realmente sigues con vida, Heller?"
    Me shockea
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