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    Se busca un corazón algo desordenado, con mirada de tormenta y sonrisa de verano.

    Paper Hearts Club abre oficialmente sus puertas con un primer llamado de tinta y memoria:

    Nuestra protagonista, Babs Barry-Anderson, escritora precoz, amante de los ramen picantes, las columnas periodísticas con alma y las madrugadas de Cheetos Flaming Hot, busca a quien se ha convertido —sin quererlo del todo— en la grieta por donde entra la luz.

    Estamos buscando a su crush lento, tierno y sarcástico. A ese chico que discute con ella sobre editoriales literarios, que intenta no enamorarse pero fracasa cada vez que ella habla de sus abuelos o menciona a Yoda. Ese que le roba los audífonos solo para devolverlos con la canción exacta. Ese que no le teme a la intensidad de una chica que escribe mejor de lo que habla.


    ¿Quién? Queremos crear al hijo (sí, al hijo) de Kat Stratford y Patrick Verona, esos legendarios de 10 Things I Hate About You.


    Nombre sugerido: Octavian Verona Stratford
    Edad: 17-18 años
    Estética: Libros subrayados, camisas abiertas, ojos que ya vieron demasiado, pero aún creen en algo parecido al amor.
    Rostro sugerido: Tanner Buchanan (aunque estamos abiertos si tu musa vibra con la misma energía Verona-Stratford).

    ¿Qué se propone?

    Relación slow burn, entre discusión, admiración y silencios compartidos.

    Correspondencia, mensajitos, playlist compartidas, columnas que se responden entre sí.

    Desarrollo emocional realista: nada apresurado, todo sentido.

    Escenas desde lo dulce a lo desgarrador (vamos con todo o no vamos).

    Influencias estéticas tipo: Lady Bird, Normal People, The Perks of Being a Wallflower, 10 Things I Hate About You, How to Lose a Guy in 10 Days.


    Se busca roler@ con:

    Ganas de co-crear, improvisar, proponer.

    Amor por el detalle y la coherencia emocional.

    Respeto por tiempos, acuerdos y consensos.

    Creatividad para escribir escenas con matices, no sólo diálogos.

    Cero toxicidad, todo buena vibra.


    Si sientes que puedes ser tú quien le dé vida a este Verona moderno, escribinos por mensaje directo.
    Te vamos a cuidar, leer, y construir algo que se sienta real.



    Paper Hearts Club es un club vivo, donde los personajes son más que nombres bonitos o poses estéticas. Aquí se sienten, se equivocan, se escriben. Y a veces, se enamoran.


    #PaperHeartsClub
    #RPsearch
    #LiteraryRoleplay
    #StorytellingInLove
    #SlowBurnRoleplay
    #ModernLoveRP
    #BuildTogetherRP
    #YouAndMeAndWords
    #WriterGirlEnergy
    #FuturePulitzerBaby
    #RPCommunity
    #10ThingsIHateAboutYou
    #BabsBarryAnderson
    #RPWithDepth
    #RoleplayWithSoul
    Se busca un corazón algo desordenado, con mirada de tormenta y sonrisa de verano. 📍 Paper Hearts Club abre oficialmente sus puertas con un primer llamado de tinta y memoria: Nuestra protagonista, Babs Barry-Anderson, escritora precoz, amante de los ramen picantes, las columnas periodísticas con alma y las madrugadas de Cheetos Flaming Hot, busca a quien se ha convertido —sin quererlo del todo— en la grieta por donde entra la luz. Estamos buscando a su crush lento, tierno y sarcástico. A ese chico que discute con ella sobre editoriales literarios, que intenta no enamorarse pero fracasa cada vez que ella habla de sus abuelos o menciona a Yoda. Ese que le roba los audífonos solo para devolverlos con la canción exacta. Ese que no le teme a la intensidad de una chica que escribe mejor de lo que habla. ¿Quién? Queremos crear al hijo (sí, al hijo) de Kat Stratford y Patrick Verona, esos legendarios de 10 Things I Hate About You. Nombre sugerido: Octavian Verona Stratford Edad: 17-18 años Estética: Libros subrayados, camisas abiertas, ojos que ya vieron demasiado, pero aún creen en algo parecido al amor. Rostro sugerido: Tanner Buchanan (aunque estamos abiertos si tu musa vibra con la misma energía Verona-Stratford). ¿Qué se propone? Relación slow burn, entre discusión, admiración y silencios compartidos. Correspondencia, mensajitos, playlist compartidas, columnas que se responden entre sí. Desarrollo emocional realista: nada apresurado, todo sentido. Escenas desde lo dulce a lo desgarrador (vamos con todo o no vamos). Influencias estéticas tipo: Lady Bird, Normal People, The Perks of Being a Wallflower, 10 Things I Hate About You, How to Lose a Guy in 10 Days. Se busca roler@ con: Ganas de co-crear, improvisar, proponer. Amor por el detalle y la coherencia emocional. Respeto por tiempos, acuerdos y consensos. Creatividad para escribir escenas con matices, no sólo diálogos. Cero toxicidad, todo buena vibra. Si sientes que puedes ser tú quien le dé vida a este Verona moderno, escribinos por mensaje directo. Te vamos a cuidar, leer, y construir algo que se sienta real. Paper Hearts Club es un club vivo, donde los personajes son más que nombres bonitos o poses estéticas. Aquí se sienten, se equivocan, se escriben. Y a veces, se enamoran. #PaperHeartsClub #RPsearch #LiteraryRoleplay #StorytellingInLove #SlowBurnRoleplay #ModernLoveRP #BuildTogetherRP #YouAndMeAndWords #WriterGirlEnergy #FuturePulitzerBaby #RPCommunity #10ThingsIHateAboutYou #BabsBarryAnderson #RPWithDepth #RoleplayWithSoul
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  • Vamos quedate mas tiempo porfavor...solo una ronda mas
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  • La ciudad se extendía como un laberinto sin fin, una red interminable de luces, rascacielos y callejones entretejidos con neón. Jett cruzaba en su Deora morada, el motor ronroneando suave mientras avanzaba entre las calles casi desiertas de ese mundo urbano. Todo era ritmo, movimiento, energía... pero al doblar una esquina, algo distinto lo detuvo.

    Allí, en una pequeña explanada bajo un anuncio de ramen que parpadeaba sin ritmo, un grupo de músicos improvisaba. Batería, bajo, teclados, y dos guitarras llenaban el aire con una melodía que parecía flotar en medio del caos. El sonido tenía alma, calle, libertad.

    Jett frenó sin pensarlo. Bajó del auto, se acercó con una sonrisa ancha, los ojos chispeando como si estuviera viendo la línea de meta más entretenida de su vida.

    —Ey… —dijo levantando una ceja mientras señalaba la guitarra de repuesto apoyada en el amplificador—. ¿Les molesta si me uno un rato?

    Uno de los músicos —un tipo con lentes oscuros y una chaqueta llena de parches— le respondió con una risa y un gesto hacia el micrófono.

    —Solo si sabes volar con las cuerdas.

    —Hermano… —sonrió Jett mientras tomaba la guitarra—, nací en la curva de una autopista "Literalmente".

    Afinó rápido, se acercó al micrófono, y con un golpe firme en las cuerdas, la ciudad infinita por unos instantes se llenó de una música que parecía desafiar al tiempo mismo. Como si por un segundo, todos en ese rincón olvidado supieran lo que era correr… pero con el alma.



    https://youtu.be/GMoNZxPIkE0?si=JWzXsEVhUSzddHWz
    La ciudad se extendía como un laberinto sin fin, una red interminable de luces, rascacielos y callejones entretejidos con neón. Jett cruzaba en su Deora morada, el motor ronroneando suave mientras avanzaba entre las calles casi desiertas de ese mundo urbano. Todo era ritmo, movimiento, energía... pero al doblar una esquina, algo distinto lo detuvo. Allí, en una pequeña explanada bajo un anuncio de ramen que parpadeaba sin ritmo, un grupo de músicos improvisaba. Batería, bajo, teclados, y dos guitarras llenaban el aire con una melodía que parecía flotar en medio del caos. El sonido tenía alma, calle, libertad. Jett frenó sin pensarlo. Bajó del auto, se acercó con una sonrisa ancha, los ojos chispeando como si estuviera viendo la línea de meta más entretenida de su vida. —Ey… —dijo levantando una ceja mientras señalaba la guitarra de repuesto apoyada en el amplificador—. ¿Les molesta si me uno un rato? Uno de los músicos —un tipo con lentes oscuros y una chaqueta llena de parches— le respondió con una risa y un gesto hacia el micrófono. —Solo si sabes volar con las cuerdas. —Hermano… —sonrió Jett mientras tomaba la guitarra—, nací en la curva de una autopista "Literalmente". Afinó rápido, se acercó al micrófono, y con un golpe firme en las cuerdas, la ciudad infinita por unos instantes se llenó de una música que parecía desafiar al tiempo mismo. Como si por un segundo, todos en ese rincón olvidado supieran lo que era correr… pero con el alma. https://youtu.be/GMoNZxPIkE0?si=JWzXsEVhUSzddHWz
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  • Simplemente, no tengo tiempo para atenderte, tengo cosas que hacer.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    // Publicación como usuario~~~

    A veces, entre tantas ganas de rolear, se nos pasa algo importante: las normas que cada usuario deja ancladas en su perfil.

    Son una forma de cuidarnos entre todos, de dejar claro qué buscamos o qué preferimos evitar. Si alguien indica que no rolea con personajes 2D, por ejemplo, es algo que debemos respetar sin problema. No es nada personal: es una forma de mantener el espacio cómodo para todos.

    Leer y tener en cuenta esas indicaciones demuestra consideración y ayuda a que la experiencia sea agradable para toda la comunidad.

    Gracias por tomarte el tiempo de hacerlo.
    // Publicación como usuario~~~ A veces, entre tantas ganas de rolear, se nos pasa algo importante: las normas que cada usuario deja ancladas en su perfil. Son una forma de cuidarnos entre todos, de dejar claro qué buscamos o qué preferimos evitar. Si alguien indica que no rolea con personajes 2D, por ejemplo, es algo que debemos respetar sin problema. No es nada personal: es una forma de mantener el espacio cómodo para todos. Leer y tener en cuenta esas indicaciones demuestra consideración y ayuda a que la experiencia sea agradable para toda la comunidad. Gracias por tomarte el tiempo de hacerlo.
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  • El motor del Deora rugió una última vez antes de apagarse por completo. Jett descendió de su vehículo, dejando que el silencio de la noche lo envolviera. Frente a él se extendía la pradera infinita, un mar de hierba que se mecía bajo una brisa serena, iluminada por un cielo estrellado que parecía no tener final. No había pistas, ni enemigos, ni relojes acechantes. Solo el rumor de los grillos y el leve susurro del viento.

    Sin pensarlo, se dejó caer sobre el césped. El suelo estaba fresco, casi tibio por el recuerdo del sol, y al recostarse, todo su cuerpo pareció suspenderse entre las estrellas y la tierra. Cerró los ojos un momento. Respiró hondo. El universo no lo perseguía, al menos no por ahora.

    Al abrir los ojos de nuevo, algo llamó su atención: un pequeño aparador azul solitario, a lo lejos, en medio de la pradera como si hubiese sido olvidado por un sueño. No tenía sentido que estuviera ahí. Pero su mera presencia, tan tranquila y silenciosa, despertó una chispa de curiosidad en Jett.

    Se incorporó, caminando sin apuro. Al acercarse, notó un pequeño jarrón de cerámica caída junto a una de sus esquinas, y dentro, flores marchitas, sin agua, como si el tiempo se hubiese detenido para ellas. Jett se agachó con cuidado, recogió el jarrón con ambas manos y, sin romper el silencio, lo enderezó con una gentileza que contrastaba con el ruido de las pistas que solía dominar.

    Fue hasta un estanque cercano, cristalino, como extraído de un cuento, y llenó el jarrón con agua fresca. Las flores, aunque marchitas, parecieron reaccionar, como si recordaran lo que era sentirse vivas. Con ellas en la mano, Jett regresó al aparador.

    Antes de colocarlas, se detuvo. Algo en el reflejo del cristal lo hizo hablar, como si supiera que al otro lado, en algún rincón invisible del mundo, alguien estaba escuchando.

    —Bueno… jeje —dijo con una media sonrisa cansada—, supongo que esto podría ayudarte. Tal vez no estás teniendo el mejor día… en semanas, meses… *o años*, pensó.

    Bajó la mirada. Su voz se volvió más baja, más honesta.

    —Si bien duelen, las lágrimas son palabras que la boca no puede sentir ni el corazón puede soportar. Pero estás aquí. Aún estás de pie. Y eso... eso dice mucho. Eres fuerte. Y valiente por enfrentar lo que sea que te aqueje.

    Con una sonrisa tranquila, colocó las flores en el jarrón y las acomodó con cuidado. El viento sopló apenas, meciendo los pétalos como un gesto de gratitud.

    Jett se quedó un momento más, contemplando el aparador, antes de girarse lentamente y regresar a su auto
    El motor del Deora rugió una última vez antes de apagarse por completo. Jett descendió de su vehículo, dejando que el silencio de la noche lo envolviera. Frente a él se extendía la pradera infinita, un mar de hierba que se mecía bajo una brisa serena, iluminada por un cielo estrellado que parecía no tener final. No había pistas, ni enemigos, ni relojes acechantes. Solo el rumor de los grillos y el leve susurro del viento. Sin pensarlo, se dejó caer sobre el césped. El suelo estaba fresco, casi tibio por el recuerdo del sol, y al recostarse, todo su cuerpo pareció suspenderse entre las estrellas y la tierra. Cerró los ojos un momento. Respiró hondo. El universo no lo perseguía, al menos no por ahora. Al abrir los ojos de nuevo, algo llamó su atención: un pequeño aparador azul solitario, a lo lejos, en medio de la pradera como si hubiese sido olvidado por un sueño. No tenía sentido que estuviera ahí. Pero su mera presencia, tan tranquila y silenciosa, despertó una chispa de curiosidad en Jett. Se incorporó, caminando sin apuro. Al acercarse, notó un pequeño jarrón de cerámica caída junto a una de sus esquinas, y dentro, flores marchitas, sin agua, como si el tiempo se hubiese detenido para ellas. Jett se agachó con cuidado, recogió el jarrón con ambas manos y, sin romper el silencio, lo enderezó con una gentileza que contrastaba con el ruido de las pistas que solía dominar. Fue hasta un estanque cercano, cristalino, como extraído de un cuento, y llenó el jarrón con agua fresca. Las flores, aunque marchitas, parecieron reaccionar, como si recordaran lo que era sentirse vivas. Con ellas en la mano, Jett regresó al aparador. Antes de colocarlas, se detuvo. Algo en el reflejo del cristal lo hizo hablar, como si supiera que al otro lado, en algún rincón invisible del mundo, alguien estaba escuchando. —Bueno… jeje —dijo con una media sonrisa cansada—, supongo que esto podría ayudarte. Tal vez no estás teniendo el mejor día… en semanas, meses… *o años*, pensó. Bajó la mirada. Su voz se volvió más baja, más honesta. —Si bien duelen, las lágrimas son palabras que la boca no puede sentir ni el corazón puede soportar. Pero estás aquí. Aún estás de pie. Y eso... eso dice mucho. Eres fuerte. Y valiente por enfrentar lo que sea que te aqueje. Con una sonrisa tranquila, colocó las flores en el jarrón y las acomodó con cuidado. El viento sopló apenas, meciendo los pétalos como un gesto de gratitud. Jett se quedó un momento más, contemplando el aparador, antes de girarse lentamente y regresar a su auto
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  • Se que estube ausente tanto tiempo...espero no se enojen conmigo!
    Se que estube ausente tanto tiempo...espero no se enojen conmigo!
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  • -Puede que sea una cachorra de lobo, pero se comporta como un puppy a tu disposición, solo quiere agradar para ser querida, aunque a veces no se le dé muy bien-

    — puedo ser un chihuahua de vez en cuando y se dar la patita :³ , puedo obedecer la mayoría del tiempo, rastrear, ser apapachable (abrazable), pero lo mejor que sé hacer es huir de mis problemas y amar como si no hubiera un mañana!

    -Puede que sea una cachorra de lobo, pero se comporta como un puppy a tu disposición, solo quiere agradar para ser querida, aunque a veces no se le dé muy bien- — puedo ser un chihuahua de vez en cuando y se dar la patita :³ , puedo obedecer la mayoría del tiempo, rastrear, ser apapachable (abrazable), pero lo mejor que sé hacer es huir de mis problemas y amar como si no hubiera un mañana! :STK-43:
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  • {Escena relatada en tercera persona}\\

    °La escena comienza con el sonido de frituras crepitando tras un mostrador grasoso. Una chica de rostro serio y mirada distante espera su pedido en un pequeño restaurante de comida rápida. No dice mucho, solo asiente cuando le entregan la bolsa de papel que huele a hamburguesa recién hecha y papas fritas saladas. Agradece en voz baja y se marcha sin mirar atrás.

    Camina por la ciudad como si sus pasos ya conocieran el camino, descendiendo por las escaleras hacia el subterráneo. Las luces del metro parpadean sobre su rostro inmutable, sin emoción, como si estuviera atrapada en pensamientos que no comparte con nadie.

    Al llegar al andén, su expresión se suaviza por un momento. Dos niños juegan cerca, riéndose entre ellos, claramente hermanos. Ella les sonríe con calidez inesperada y levanta una mano para saludarlos. Pero su gesto es bruscamente interrumpido cuando la madre de los niños los aparta con desconfianza, tomándolos de la mano sin siquiera mirar a la chica. Ella solo suspira, bajando la mirada, y espera en silencio hasta que llega su parada.

    El tren se detiene y la puerta se abre con un chirrido metálico. La joven desciende, sus pasos resonando con eco en el andén vacío. La noche es densa y el aire más frío. Sin perder tiempo, decide tomar un atajo a través de callejones solitarios, hasta llegar a un rincón apartado del mundo, un donde el tiempo parece haberse detenido.

    Con un suspiro, murmura:°

    —Perdón por llegar tarde... ya sabes cómo son mis amigos, no me dejaban ir —dice con una sonrisa forzada, claramente mintiendo.

    °Se sienta en una banca oxidada frente a la lápida. Saca la comida de la bolsa, la acomoda frente a ella como si estuviera esperando compañía. Comienza a hablar entre mordidas y sorbos, contando anécdotas tontas, cosas graciosas que le habían pasado durante la semana. Luego, se queda en silencio, dejando que el murmullo del viento rellene los huecos.

    De pronto, rompe el silencio con una risa suave.°

    —Estoy conociendo a un chico y antes de que digas algo...creo que es especial. Muy lindo, de verdad —dice, con los ojos fijos en la tumba—. Pero... tengo miedo de arruinarlo todo. Porque sé que él pues... Digamos que es diferente, Pero diferente en el buen sentido."

    °Entonces, como si ese pensamiento pesara más que todos los anteriores, baja la cabeza. la tumba frente a ella lleva el nombre de su hermano. No cualquier tumba, sino la de aquel que una vez fue su mejor amigo, su protector, su otra mitad.°

    °Ella termina de comer en silencio, y antes de levantarse, murmura con una voz quebrada:°

    —"Te extraño... todos los días."

    –" Estoy segura que..."

    °El viento sopla suavemente, moviendo la bolsa vacía frente a la tumba.°
    {Escena relatada en tercera persona}\\ °La escena comienza con el sonido de frituras crepitando tras un mostrador grasoso. Una chica de rostro serio y mirada distante espera su pedido en un pequeño restaurante de comida rápida. No dice mucho, solo asiente cuando le entregan la bolsa de papel que huele a hamburguesa recién hecha y papas fritas saladas. Agradece en voz baja y se marcha sin mirar atrás. Camina por la ciudad como si sus pasos ya conocieran el camino, descendiendo por las escaleras hacia el subterráneo. Las luces del metro parpadean sobre su rostro inmutable, sin emoción, como si estuviera atrapada en pensamientos que no comparte con nadie. Al llegar al andén, su expresión se suaviza por un momento. Dos niños juegan cerca, riéndose entre ellos, claramente hermanos. Ella les sonríe con calidez inesperada y levanta una mano para saludarlos. Pero su gesto es bruscamente interrumpido cuando la madre de los niños los aparta con desconfianza, tomándolos de la mano sin siquiera mirar a la chica. Ella solo suspira, bajando la mirada, y espera en silencio hasta que llega su parada. El tren se detiene y la puerta se abre con un chirrido metálico. La joven desciende, sus pasos resonando con eco en el andén vacío. La noche es densa y el aire más frío. Sin perder tiempo, decide tomar un atajo a través de callejones solitarios, hasta llegar a un rincón apartado del mundo, un donde el tiempo parece haberse detenido. Con un suspiro, murmura:° —Perdón por llegar tarde... ya sabes cómo son mis amigos, no me dejaban ir —dice con una sonrisa forzada, claramente mintiendo. °Se sienta en una banca oxidada frente a la lápida. Saca la comida de la bolsa, la acomoda frente a ella como si estuviera esperando compañía. Comienza a hablar entre mordidas y sorbos, contando anécdotas tontas, cosas graciosas que le habían pasado durante la semana. Luego, se queda en silencio, dejando que el murmullo del viento rellene los huecos. De pronto, rompe el silencio con una risa suave.° —Estoy conociendo a un chico y antes de que digas algo...creo que es especial. Muy lindo, de verdad —dice, con los ojos fijos en la tumba—. Pero... tengo miedo de arruinarlo todo. Porque sé que él pues... Digamos que es diferente, Pero diferente en el buen sentido." °Entonces, como si ese pensamiento pesara más que todos los anteriores, baja la cabeza. la tumba frente a ella lleva el nombre de su hermano. No cualquier tumba, sino la de aquel que una vez fue su mejor amigo, su protector, su otra mitad.° °Ella termina de comer en silencio, y antes de levantarse, murmura con una voz quebrada:° —"Te extraño... todos los días." –" Estoy segura que..." °El viento sopla suavemente, moviendo la bolsa vacía frente a la tumba.°
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  • Ella extrañaba algo.
    Una presencia sin forma, un eco sin origen, un perfume que jamás olió pero cuya ausencia sentía como una grieta invisible.
    Caminaba entre los pasillos del tiempo con la certeza de que algo faltaba,
    aunque no pudiera nombrarlo.
    Era un vacío que no ardía, pero dolía.
    Un temblor sutil en un hilo que aún no había cortado.

    Le habían dicho que eso era extrañar.
    Pero ¿cómo podía ella extrañar, si nunca había tenido?
    Si sus dedos solo conocían el final.
    Si su destino era cerrar puertas, no abrirlas.

    Y sin embargo, lo sentía.
    Un deseo callado.
    El anhelo de unas manos que no conocía.
    Una voz que nunca dijo su nombre,
    pero que el universo parecía guardar celosamente para ella.
    Una historia que no se le fue dada.
    Un amor que quizás nunca existió.

    Ella lo quería.
    Aquello que otros llamaban amor,
    aunque no sabía lo que era.
    Lo había visto en los hilos que se entrelazaban, en cómo brillaban justo antes de romperse.
    En la forma en que se resistían a su filo,
    como si imploraran por un segundo más,
    solo para seguir juntos.

    Tal vez eso era el amor.
    Esa terquedad dulce que se oponía incluso al destino.
    Esa llama que ni siquiera ella, la que corta, podía extinguir del todo.

    Y entonces lo comprendía, en su silencio antiguo: No necesitaba saber lo que era extrañar para sentirlo.
    No necesitaba entender el amor para desearlo.

    Porque incluso la que tejía los finales
    podía estar hecha, en lo más profundo,
    de la ausencia de todo lo que nunca tuvo.
    Ella extrañaba algo. Una presencia sin forma, un eco sin origen, un perfume que jamás olió pero cuya ausencia sentía como una grieta invisible. Caminaba entre los pasillos del tiempo con la certeza de que algo faltaba, aunque no pudiera nombrarlo. Era un vacío que no ardía, pero dolía. Un temblor sutil en un hilo que aún no había cortado. Le habían dicho que eso era extrañar. Pero ¿cómo podía ella extrañar, si nunca había tenido? Si sus dedos solo conocían el final. Si su destino era cerrar puertas, no abrirlas. Y sin embargo, lo sentía. Un deseo callado. El anhelo de unas manos que no conocía. Una voz que nunca dijo su nombre, pero que el universo parecía guardar celosamente para ella. Una historia que no se le fue dada. Un amor que quizás nunca existió. Ella lo quería. Aquello que otros llamaban amor, aunque no sabía lo que era. Lo había visto en los hilos que se entrelazaban, en cómo brillaban justo antes de romperse. En la forma en que se resistían a su filo, como si imploraran por un segundo más, solo para seguir juntos. Tal vez eso era el amor. Esa terquedad dulce que se oponía incluso al destino. Esa llama que ni siquiera ella, la que corta, podía extinguir del todo. Y entonces lo comprendía, en su silencio antiguo: No necesitaba saber lo que era extrañar para sentirlo. No necesitaba entender el amor para desearlo. Porque incluso la que tejía los finales podía estar hecha, en lo más profundo, de la ausencia de todo lo que nunca tuvo.
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