• Antes de los primeros rayos del sol la Gran Maestra Intendente había ido cerca de lo que la gente conocía como la Guarida de Stormterror, a un campo de flores de diente de león, su lugar favorito y privado donde reza y donde siente que puede relajarse, lejos de sus deberes como Gran Maestra Intendente de los Caballeros de Favonius.

    -....Jamás me cansaré de venir aquí.... -Dijo con naturalidad, aun viendo como las flores pintadas con el azul oscuro de la madrugada se ondeaban por la suave brisa de la mañana hasta qué, la gran estrella de la mañana comenzó a asomarse desde las lejanas montañas tiñendo los cielos de colores amarillos, naranjas, rojizos y cada una de sus rayos comienzan a acariciar el cielo, las montañas, los verdes pastos y la clara y delicada piel de porcelana de la Gran Maestra, la luz le hizo entrecerrar los ojos y cubrir su vista con la mano pero sonreía, era una sensación agradable para ella sentir los primeros rayos del sol, cálidos y reconfortantes.

    -...Gracias por un día más, Gran Arconte Anemo..

    Mencionó con suavidad mirando el nuevo paisaje que el sol le había regalado desde donde estaba y con ello fue su señal para marcarse dejando ahí solo el viento como cómplice de sus secretos y de sus rezos.

    Regresó hasta Mondsdat pasando por el conocido puente donde siempre estaba Timmy en las mañanas alimentando a las palomas, con una sonrisa lo saludó y pasó con cuidado para no espantar a sus aves, saludó a los guardias de la entrada a la ciudad quienes le devolvieron el saludo militarmente, llegó con Katheryne del gremio de aventureros a la casi entrada de la ciudad para saber si había algo qué reportar, continuó su camino por las escaleras hasta que al llegar al mercado vio de espaldas a una chica muy familiar para ella, el vestido era muy conocido perteneciendo al uniforme de las sirvientas de los Caballeros de Favonius quien estaba en el mercado.

    Noelle ! Buenos días... ¿Qué haces tan temprano por aquí?
    Antes de los primeros rayos del sol la Gran Maestra Intendente había ido cerca de lo que la gente conocía como la Guarida de Stormterror, a un campo de flores de diente de león, su lugar favorito y privado donde reza y donde siente que puede relajarse, lejos de sus deberes como Gran Maestra Intendente de los Caballeros de Favonius. -....Jamás me cansaré de venir aquí.... -Dijo con naturalidad, aun viendo como las flores pintadas con el azul oscuro de la madrugada se ondeaban por la suave brisa de la mañana hasta qué, la gran estrella de la mañana comenzó a asomarse desde las lejanas montañas tiñendo los cielos de colores amarillos, naranjas, rojizos y cada una de sus rayos comienzan a acariciar el cielo, las montañas, los verdes pastos y la clara y delicada piel de porcelana de la Gran Maestra, la luz le hizo entrecerrar los ojos y cubrir su vista con la mano pero sonreía, era una sensación agradable para ella sentir los primeros rayos del sol, cálidos y reconfortantes. -...Gracias por un día más, Gran Arconte Anemo.. Mencionó con suavidad mirando el nuevo paisaje que el sol le había regalado desde donde estaba y con ello fue su señal para marcarse dejando ahí solo el viento como cómplice de sus secretos y de sus rezos. Regresó hasta Mondsdat pasando por el conocido puente donde siempre estaba Timmy en las mañanas alimentando a las palomas, con una sonrisa lo saludó y pasó con cuidado para no espantar a sus aves, saludó a los guardias de la entrada a la ciudad quienes le devolvieron el saludo militarmente, llegó con Katheryne del gremio de aventureros a la casi entrada de la ciudad para saber si había algo qué reportar, continuó su camino por las escaleras hasta que al llegar al mercado vio de espaldas a una chica muy familiar para ella, el vestido era muy conocido perteneciendo al uniforme de las sirvientas de los Caballeros de Favonius quien estaba en el mercado. -¡[stellar_malachite_ape_168] ! Buenos días... ¿Qué haces tan temprano por aquí?
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  • Nobody but the shadow of being
    Nobody but the phantom
    Nobody but the shadow of being Nobody but the phantom
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  • "Some days, you're the only thing I know
    Only thing that's burning when the nights grow cold
    Can't look away, can't look away
    Beg you to stay, beg you to stay, yeah
    Sometimes, you're a stranger in my bed
    Don't know if you love me or you want me dead
    Push me away, push me away
    Then beg me to stay, beg me to stay, yeah
    Call me in the morning to apologize
    Every little lie gives me butterflies
    Something in the way you're looking through my eyes
    Don't know if I'm gonna make it out alive
    Fight so dirty, but you love so sweet
    Talk so pretty, but your heart got teeth
    Late night devil, put your hands on me
    And never, never, never ever let go
    Fight so dirty, but you love so sweet
    Talk so pretty, but your heart got teeth
    Late night devil, put your hands on me
    And never, never, never ever let go..."

    -La mujer estaba cantando y silbando está canción mientras entraba en un callejón. Una oscuridad que invadió el lugar solo destacó los aperlados dientes de la mujer y al hombre que estaba corriendo-

    Vamos si sigues corriendo te desangraras..
    Tu tiempo termino y me debes tu vida..

    - menciono la mujer el hombre que no tenía un brazo y goteaba sangre, cayó suplicando , una masa amorfa con mucho ojos se abalanzó sobre él abriendo una boca con millones de dientes -

    Salem tiene hambre ..
    Y no puedo negarselo..
    - menciono la sonrisa que se veía de lejos, y aquellos fauces devoraron , trituraron y molieron cada parte de ese ser humano. La oscuridad se comenzó a reunir en la masa achicandose hasta salir un gato esponjoso negro como ojos amarillos, mientras la mujer estaba apoyada en la pared -

    Estás afro Salem...

    Salem: ni una palabra a los vecinos, sere el hazme reír del pasaje..
    "Some days, you're the only thing I know Only thing that's burning when the nights grow cold Can't look away, can't look away Beg you to stay, beg you to stay, yeah Sometimes, you're a stranger in my bed Don't know if you love me or you want me dead Push me away, push me away Then beg me to stay, beg me to stay, yeah Call me in the morning to apologize Every little lie gives me butterflies Something in the way you're looking through my eyes Don't know if I'm gonna make it out alive Fight so dirty, but you love so sweet Talk so pretty, but your heart got teeth Late night devil, put your hands on me And never, never, never ever let go Fight so dirty, but you love so sweet Talk so pretty, but your heart got teeth Late night devil, put your hands on me And never, never, never ever let go..." -La mujer estaba cantando y silbando está canción mientras entraba en un callejón. Una oscuridad que invadió el lugar solo destacó los aperlados dientes de la mujer y al hombre que estaba corriendo- Vamos si sigues corriendo te desangraras.. Tu tiempo termino y me debes tu vida.. - menciono la mujer el hombre que no tenía un brazo y goteaba sangre, cayó suplicando , una masa amorfa con mucho ojos se abalanzó sobre él abriendo una boca con millones de dientes - Salem tiene hambre .. Y no puedo negarselo.. - menciono la sonrisa que se veía de lejos, y aquellos fauces devoraron , trituraron y molieron cada parte de ese ser humano. La oscuridad se comenzó a reunir en la masa achicandose hasta salir un gato esponjoso negro como ojos amarillos, mientras la mujer estaba apoyada en la pared - Estás afro Salem... Salem: ni una palabra a los vecinos, sere el hazme reír del pasaje..
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  • Anna Halliwell au

    Aún no se me han secado las uñas de las manos sigo viendo mi novela favorita mientras espero, casi me caigo de la silla cuando empieza a sonar mi móvil, enseguida lo cojo al ver que es la tía de Eda.
    [Featherington_cx] au Aún no se me han secado las uñas de las manos sigo viendo mi novela favorita mientras espero, casi me caigo de la silla cuando empieza a sonar mi móvil, enseguida lo cojo al ver que es la tía de Eda.
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  • ──── Listen, mark my words, one day
    You will pay, Karma's gonna come collect your debt
    You sink your teeth into the people you depend on
    Infecting everyone, you're quite the problem
    better run and hide.
    ──── Listen, mark my words, one day You will pay, Karma's gonna come collect your debt You sink your teeth into the people you depend on Infecting everyone, you're quite the problem better run and hide.
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  • • 정: A connection between two people that cannot be erased; even if they come to hate each other, they will always feel affection in their hearts, and a part of us will always live on in the other.
    • 정: A connection between two people that cannot be erased; even if they come to hate each other, they will always feel affection in their hearts, and a part of us will always live on in the other.
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  • - - Theron, ¿te desvelaste toda la noche escuchando música deprimente y bebiendo? - -

    》 ¿Sabías que a los cantantes masculinos que interpretan canciones sentimentales con una voz suave, melódica e íntima se les llama crooners?
    Ven...escuchemos Frank Sinatra, Bing Crosby y Dean Martin.~ ♡
    (Sí está bien ebria)
    - - Theron, ¿te desvelaste toda la noche escuchando música deprimente y bebiendo? - - 》 ¿Sabías que a los cantantes masculinos que interpretan canciones sentimentales con una voz suave, melódica e íntima se les llama crooners? Ven...escuchemos Frank Sinatra, Bing Crosby y Dean Martin.~ ♡ (Sí está bien ebria)
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  • El timbre sonó a las 9:03 de la mañana, rompiendo el silencio perezoso de un domingo cualquiera. Sofía estaba en la cocina, todavía en pijama, con el cabello despeinado y una taza de café con leche entre las manos. No esperaba nada, o al menos eso se repetía para calmar el vértigo que sentía desde hacía semanas.

    Dejó la taza sobre la encimera, se limpió las manos en el pantalón del pijama y bajó las escaleras con el corazón golpeándole el pecho. Afuera, el aire era fresco y olía a tierra mojada. El cartero ya se había marchado, pero en el buzón asomaba un sobre blanco con el sello dorado de la University of Southern California.

    Por un momento no se movió. Solo lo miró, inmóvil, como si acercarse fuera un acto peligroso. Cuando por fin estiró la mano, la temblorosa emoción se mezcló con miedo puro. Rasgó el sobre con cuidado, como si el papel pudiera decidir su destino, y leyó.

    “We are pleased to inform you that you have been accepted into the USC School of Dramatic Arts…”

    El aire se le escapó de los pulmones.
    Durante unos segundos, no hubo sonido, ni casa, ni mundo: solo las letras flotando ante sus ojos, borroneadas por las lágrimas.

    Sofía soltó una risa entrecortada, una mezcla de incredulidad y felicidad tan intensa que dolía. Dejó caer el sobre en el suelo, cubriéndose la boca con las manos, y empezó a reír y llorar al mismo tiempo.

    —¡Lo conseguí! —susurró, casi sin voz—. ¡Lo conseguí, joder!

    Corrió hacia la cocina, el corazón desbocado, buscando su móvil para llamar a Rachel. Pero al abrir la galería de contactos, se detuvo por un momento.
    La imaginó allí, con su novia, quizá cocinando o trabajando, ajena a todo. Sofía quiso marcar igual, contarle lo que había pasado, gritarle entre risas que su sueño se había hecho real. Pero algo en su pecho se frenó.
    Rachel le diría que estaba orgullosa, sin dudarlo, pero también le preguntaría si ya se lo había contado a mamá.
    Y ella no estaba lista para eso.

    La imagen de Elena James apareció en su mente: su tono frío, su mirada cargada de juicio, la misma que había usado la última vez que hablaron del tema.
    “Te estás engañando, Sofía. El teatro no da de comer. Eres inteligente, podrías hacer algo útil, algo serio.”

    Sofía apretó el teléfono entre los dedos. No quería escuchar esa voz hoy. No cuando, por primera vez, sentía que el mundo le daba la razón.

    Respiró hondo y volvió a mirar el sobre caído en el suelo. Lo recogió con cuidado y lo apoyó contra la ventana, justo donde entraba la luz del sol.

    Esa carta era su puerta, su billete, su promesa.
    Y aunque nadie más lo supiera todavía, ella se permitió celebrarlo igual.

    Encendió el altavoz, buscó una lista de reproducción vieja y dejó que sonara Golden Hour. Subió el volumen, cerró los ojos y se dejó llevar, girando sobre sí misma entre risas y lágrimas.

    Por fin, el sueño que todos consideraban una pérdida de tiempo se había convertido en su realidad.
    Y aunque no pudiera compartirlo aún, Sofía sabía que su historia había empezado.
    El timbre sonó a las 9:03 de la mañana, rompiendo el silencio perezoso de un domingo cualquiera. Sofía estaba en la cocina, todavía en pijama, con el cabello despeinado y una taza de café con leche entre las manos. No esperaba nada, o al menos eso se repetía para calmar el vértigo que sentía desde hacía semanas. Dejó la taza sobre la encimera, se limpió las manos en el pantalón del pijama y bajó las escaleras con el corazón golpeándole el pecho. Afuera, el aire era fresco y olía a tierra mojada. El cartero ya se había marchado, pero en el buzón asomaba un sobre blanco con el sello dorado de la University of Southern California. Por un momento no se movió. Solo lo miró, inmóvil, como si acercarse fuera un acto peligroso. Cuando por fin estiró la mano, la temblorosa emoción se mezcló con miedo puro. Rasgó el sobre con cuidado, como si el papel pudiera decidir su destino, y leyó. “We are pleased to inform you that you have been accepted into the USC School of Dramatic Arts…” El aire se le escapó de los pulmones. Durante unos segundos, no hubo sonido, ni casa, ni mundo: solo las letras flotando ante sus ojos, borroneadas por las lágrimas. Sofía soltó una risa entrecortada, una mezcla de incredulidad y felicidad tan intensa que dolía. Dejó caer el sobre en el suelo, cubriéndose la boca con las manos, y empezó a reír y llorar al mismo tiempo. —¡Lo conseguí! —susurró, casi sin voz—. ¡Lo conseguí, joder! Corrió hacia la cocina, el corazón desbocado, buscando su móvil para llamar a Rachel. Pero al abrir la galería de contactos, se detuvo por un momento. La imaginó allí, con su novia, quizá cocinando o trabajando, ajena a todo. Sofía quiso marcar igual, contarle lo que había pasado, gritarle entre risas que su sueño se había hecho real. Pero algo en su pecho se frenó. Rachel le diría que estaba orgullosa, sin dudarlo, pero también le preguntaría si ya se lo había contado a mamá. Y ella no estaba lista para eso. La imagen de Elena James apareció en su mente: su tono frío, su mirada cargada de juicio, la misma que había usado la última vez que hablaron del tema. “Te estás engañando, Sofía. El teatro no da de comer. Eres inteligente, podrías hacer algo útil, algo serio.” Sofía apretó el teléfono entre los dedos. No quería escuchar esa voz hoy. No cuando, por primera vez, sentía que el mundo le daba la razón. Respiró hondo y volvió a mirar el sobre caído en el suelo. Lo recogió con cuidado y lo apoyó contra la ventana, justo donde entraba la luz del sol. Esa carta era su puerta, su billete, su promesa. Y aunque nadie más lo supiera todavía, ella se permitió celebrarlo igual. Encendió el altavoz, buscó una lista de reproducción vieja y dejó que sonara Golden Hour. Subió el volumen, cerró los ojos y se dejó llevar, girando sobre sí misma entre risas y lágrimas. Por fin, el sueño que todos consideraban una pérdida de tiempo se había convertido en su realidad. Y aunque no pudiera compartirlo aún, Sofía sabía que su historia había empezado.
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  • 𝑵𝒐... 𝒏𝒐 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓 𝒗𝒊𝒗𝒐, 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒔𝒐 𝒅𝒆𝒃𝒆𝒓𝒊́𝒂𝒔 𝒔𝒆𝒓...
    Fandom Legacies
    Categoría Acción
    ... ¿𝑼𝒏 𝑫𝒊𝒐𝒔?


    𝑆𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎 ⸱ㅤ𝘵ℎ𝘦𝑎


    Siempre había sido un tío normal. Promedio. Nunca el más listo, ni el más alto, para nada el más guapo, ni el más fuerte, no era el que más corría, ni el que tenía un talento para la música, no sabía bailar, cantar, o dibujar. Nunca había destacado en nada, quizás en tener una mala suerte más alta que el promedio de la población mundial, pero eso no era algo como para presumir.
    No, Poe Edward Miller no había destacado jamás en nada, ni si quiera había tenido una pequeña nota de página en el periódico escolar o el de la universidad, pero eso había cambiado hacia menos de 24 horas.

    >> Era un lunes como otro cualquiera, la parte buena de su trabajo era que tenía flexibilidad de horarios, no necesitaba llegar el primero a la obra, de algo tenía que servir ser el constructor el jefe de todos los demás obreros.
    Aquel día había llegado a las 10:00 de la mañana y a las 12:00 ya estaba a unos 80 metros del suelo, subido a una de las enormes grúas que cercaban la construcción.
    No tendría por qué estar allí, pero con la única de finalidad de poder observar todo en conjunto, había decido subir.

    Iba a ser algo rápido, o al menos esa era la idea que llevaba Poe en la mente, pero los minutos se habían convertido en horas, y lo cierto es que cuando la primera gota de agua mancha su cuaderno llevaba dos horas enteras allí arriba.
    Aquella primera gota le hizo mirar a un cercano cielo, el cual, sin darse cuenta, de un segundo para el siguiente se había encapotado convirtiendo el día en noche y descargando una tromba de agua instantánea en prácticamente toda la ciudad.

    La obra se desalojó realmente rápido, demasiado ya que al coger su walkie, nadie respondió al otro lado. — John colega bájame de aquí, esto empieza a dar un miedo de la ostia. — Como respuesta tan solo la estática. — ¿John? Joder macho no es momento de hacer bromas — Un rayo cayó justo al lado de la obra y después de este un trueno rasgó el cielo por completo acallando su voz e instalando el miedo en su estómago. <<

    Eso era lo último que recordaría. Después Poe despertó en el hospital rodeado de médicos que no eran capaces de dar una explicación a lo ocurrido. Había recibido el impacto de un rayo. No la grúa, no la estructura, si no él. El impacto le había mandado despedido fuera de la cesta, cayendo 80 metros al vacío, y con todo eso lo único que los médicos habían encontrado eran algunas contusiones que sanaban realmente rápido y una herida muy ligeramente chamuscada.
    Debería estar muerto, es lo que los médicos le habían dicho, lo que él ya sabía y al parecer lo que sus propios jefes esperaban, porque, con el alta en la mano, al día siguiente se había vuelto a presentar en la obra, o lo había intentado y es que Paul le había interceptado en su camino y le había pedido que le acompañara a la oficina.

    — ¿De verdad? ¿Me estáis echando? ¡CASI MUERO AHÍ ARRIBA PAUL!

    — Te entiendo de verdad, y nos alegramos mucho de que no lo hayas hecho…

    — Si ya claro, díselo a tu cara entonces.

    — A lo que voy, Poe, es a que esto ha costado miles de dólares a los inversores y quieren responsables.

    — ¿Responsables? ¡Llama a la chica del tiempo y que la despidan a ella!

    — Yo no puedo hacer nada, tengo las manos atadas…

    >> Había salido de aquella caseta de obra a la que llamaban oficina con el despido en una mano y el periódico bajo el brazo, porque por fin Poe Miller había destacado, era el hombre que había sobrevivido, y el periódico local le había dedicado media portada.
    Ahora era un misterio médico y un parado que caminaba por la calle sin rumbo fijo, esperando simplemente, volver a ser mediocre.
    ... ¿𝑼𝒏 𝑫𝒊𝒐𝒔? 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎 [N0TARTHEMISA] Siempre había sido un tío normal. Promedio. Nunca el más listo, ni el más alto, para nada el más guapo, ni el más fuerte, no era el que más corría, ni el que tenía un talento para la música, no sabía bailar, cantar, o dibujar. Nunca había destacado en nada, quizás en tener una mala suerte más alta que el promedio de la población mundial, pero eso no era algo como para presumir. No, Poe Edward Miller no había destacado jamás en nada, ni si quiera había tenido una pequeña nota de página en el periódico escolar o el de la universidad, pero eso había cambiado hacia menos de 24 horas. >> Era un lunes como otro cualquiera, la parte buena de su trabajo era que tenía flexibilidad de horarios, no necesitaba llegar el primero a la obra, de algo tenía que servir ser el constructor el jefe de todos los demás obreros. Aquel día había llegado a las 10:00 de la mañana y a las 12:00 ya estaba a unos 80 metros del suelo, subido a una de las enormes grúas que cercaban la construcción. No tendría por qué estar allí, pero con la única de finalidad de poder observar todo en conjunto, había decido subir. Iba a ser algo rápido, o al menos esa era la idea que llevaba Poe en la mente, pero los minutos se habían convertido en horas, y lo cierto es que cuando la primera gota de agua mancha su cuaderno llevaba dos horas enteras allí arriba. Aquella primera gota le hizo mirar a un cercano cielo, el cual, sin darse cuenta, de un segundo para el siguiente se había encapotado convirtiendo el día en noche y descargando una tromba de agua instantánea en prácticamente toda la ciudad. La obra se desalojó realmente rápido, demasiado ya que al coger su walkie, nadie respondió al otro lado. — John colega bájame de aquí, esto empieza a dar un miedo de la ostia. — Como respuesta tan solo la estática. — ¿John? Joder macho no es momento de hacer bromas — Un rayo cayó justo al lado de la obra y después de este un trueno rasgó el cielo por completo acallando su voz e instalando el miedo en su estómago. << Eso era lo último que recordaría. Después Poe despertó en el hospital rodeado de médicos que no eran capaces de dar una explicación a lo ocurrido. Había recibido el impacto de un rayo. No la grúa, no la estructura, si no él. El impacto le había mandado despedido fuera de la cesta, cayendo 80 metros al vacío, y con todo eso lo único que los médicos habían encontrado eran algunas contusiones que sanaban realmente rápido y una herida muy ligeramente chamuscada. Debería estar muerto, es lo que los médicos le habían dicho, lo que él ya sabía y al parecer lo que sus propios jefes esperaban, porque, con el alta en la mano, al día siguiente se había vuelto a presentar en la obra, o lo había intentado y es que Paul le había interceptado en su camino y le había pedido que le acompañara a la oficina. — ¿De verdad? ¿Me estáis echando? ¡CASI MUERO AHÍ ARRIBA PAUL! — Te entiendo de verdad, y nos alegramos mucho de que no lo hayas hecho… — Si ya claro, díselo a tu cara entonces. — A lo que voy, Poe, es a que esto ha costado miles de dólares a los inversores y quieren responsables. — ¿Responsables? ¡Llama a la chica del tiempo y que la despidan a ella! — Yo no puedo hacer nada, tengo las manos atadas… >> Había salido de aquella caseta de obra a la que llamaban oficina con el despido en una mano y el periódico bajo el brazo, porque por fin Poe Miller había destacado, era el hombre que había sobrevivido, y el periódico local le había dedicado media portada. Ahora era un misterio médico y un parado que caminaba por la calle sin rumbo fijo, esperando simplemente, volver a ser mediocre.
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    ;; UY ¡¡OTRA ELENA GILBERT!! ♥
    Qué ilusión, personajes de The Vampire Diaries por aquí Traeros más odfgijfsg pls
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