• Despertando.. Buenos dias! tuve un sueño muy real y... fue muy candente por todos los demonios como puedo soñar ese tipo de cosas, en fin, que tengan un hermoso dia yeii
    Despertando.. Buenos dias! tuve un sueño muy real y... fue muy candente por todos los demonios como puedo soñar ese tipo de cosas, en fin, que tengan un hermoso dia yeii :STK-4:
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  • Nose porque pero recuerdo a un tipo demonio rojo de dónde lo conoceré... @꧁༒☬𝓐𝓛𝓐𝓢𝓣𝓞𝓡 𝓡𝓔𝓓 𝓓𝓔𝓜𝓞𝓝 𝓞𝓥𝓔𝓡𝓛𝓞𝓡𝓓☬༒꧂
    Nose porque pero recuerdo a un tipo demonio rojo de dónde lo conoceré... @[legend_crimson_rabbit_440]
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  • Debería haber elegido otro tipo de disfraz ??
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  • La vida de un hechicero es sumamente demandante. Se caracteriza principalmente por estar en constante riesgo debido a los habituales enfrentamientos con maldiciones, las cuales pueden ser impredecibles, dependiendo del grado de las mismas.

    Otra dificultad que conlleva esta labor no es solo el nivel de los riesgos, sino también el constante desafío a su tolerancia, que se pone a prueba día tras día. Tal como sucede en este momento, siente cómo su paciencia se rompe, como si fuera un delgado hilo.

    A veces se cuestiona por qué se somete a este tipo de tortura y, si debería solicitar a Yaga un merecido aumento salarial además de vacaciones pagadas en la playa por su cargo laboral adicional como niñera de Satoru Gojo.
    La vida de un hechicero es sumamente demandante. Se caracteriza principalmente por estar en constante riesgo debido a los habituales enfrentamientos con maldiciones, las cuales pueden ser impredecibles, dependiendo del grado de las mismas. Otra dificultad que conlleva esta labor no es solo el nivel de los riesgos, sino también el constante desafío a su tolerancia, que se pone a prueba día tras día. Tal como sucede en este momento, siente cómo su paciencia se rompe, como si fuera un delgado hilo. A veces se cuestiona por qué se somete a este tipo de tortura y, si debería solicitar a Yaga un merecido aumento salarial además de vacaciones pagadas en la playa por su cargo laboral adicional como niñera de Satoru Gojo.
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  • ((Escena para rol abierto si quieren))

    Aquel día Kazuo bajó a la ciudad que se emcontraba a los pies del monte Inari. Lo hacía cada cierto tiempo para buscar víveres.

    Normalmente era una tarea que compartían él y Liz. Pero en el estado actual en el que ella se encontraba, este intentaría mitigar todo esfuerzo innecesario. Aunque con esto último ella no estuviese conforme.

    Kazuo paró en un modesto comercio, donde vendían hierbas de todo tipo; medicinales, culinarias, etc. Ahora en pleno invierno era bastante complicado, por no decir imposible, encontrar ciertas plantas. Era por esto que las compraba deshidratadas en herbolarios como en el que se encontraba.
    ((Escena para rol abierto si quieren)) Aquel día Kazuo bajó a la ciudad que se emcontraba a los pies del monte Inari. Lo hacía cada cierto tiempo para buscar víveres. Normalmente era una tarea que compartían él y Liz. Pero en el estado actual en el que ella se encontraba, este intentaría mitigar todo esfuerzo innecesario. Aunque con esto último ella no estuviese conforme. Kazuo paró en un modesto comercio, donde vendían hierbas de todo tipo; medicinales, culinarias, etc. Ahora en pleno invierno era bastante complicado, por no decir imposible, encontrar ciertas plantas. Era por esto que las compraba deshidratadas en herbolarios como en el que se encontraba.
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  • Años atrás un domingo por la tarde...

    En aquella pseudo taberna la tarde comenzaba a caer y con ello las personas comenzaron a llenar el lugar poco a poco, en aquel escenario una melodía comenzó a sonar, suave y tranquila como si no fuera nada importante, una figura femenina camino sin llamar mucho la atención del publico, pues aun era muy temprano para los que normalmente consumen ese tipo de espectáculos, la joven de platinado cabello y figura delicada tomo asiento en el enorme aro de acrobacias que colgaba en aquel lugar, la residente luz del sol acariciaba suavemente las paredes de aquel lugar iluminando cada cosa con ese brillo dorado casi hipnótico.

    La ropa de aquella joven Alexa era ligera y sugerente, había terminado aceptando aquella propuesta de trabajo a cambio de un par de noches en paz sin embargo saber que volvería aun escenario a bailar, aun en aquellas condiciones, la emocionaban pues la danza era su vida entera.

    La música cambio repentinamente, dejando un compas mas sensual y sugerente en el ambiente, Alexa deja caer su espalda colgando del aro solo sostenida por sus piernas, se deslizo suavemente colgando solo de una mano del aro que colgaba varios metros sobre el suelo, la posibilidad de que la joven callera le daba a un mas sensualidad a cada movimiento delicado que ejecutaba, parecía que el sol hacia brillar mas su piel y las ligeras gotas de sudor que comenzaban a recorrer su piel por el esfuerzo físico que implicaba aquellas acrobacias.

    El espectáculo de flexibilidad y resistencia que daba la joven al mismo tiempo que se contoneaba por aquel aro al ritmo de la música dejo en un sepulcral silencio a su espectadores, era demasiado hipnótico la sensualidad que Alexa destilaba en cada uno de sus movimiento.

    Se columpio con suaves y sensuales acrobacias, moviendo las manos y dejando volar libremente su cabello que contrastaba con sus prendas negras, Dando un candente espectáculo, aun con la música sonando sus prendas fueron cayendo, dejando ver el delicado encaje negro que adornaba sus curvas dejando aún algo para la imaginación, el calor comenzaba a subir poco a poco, así como lo hacía el éxtasis en el cuerpo femenino que se sentía cada vez más incómodo con la ropa y cada ves mas libre al columpiarse en aquel aro.

    Jamás pensó que ese espectáculo la haría ganar un sequito de admiradores esa noche.


    #SeductiveSunday ⁠♡ ────⁠




    https://youtu.be/LQNCEQ1zzpk?si=-NzQsZ-ZgiiuN3Q0
    Años atrás un domingo por la tarde... En aquella pseudo taberna la tarde comenzaba a caer y con ello las personas comenzaron a llenar el lugar poco a poco, en aquel escenario una melodía comenzó a sonar, suave y tranquila como si no fuera nada importante, una figura femenina camino sin llamar mucho la atención del publico, pues aun era muy temprano para los que normalmente consumen ese tipo de espectáculos, la joven de platinado cabello y figura delicada tomo asiento en el enorme aro de acrobacias que colgaba en aquel lugar, la residente luz del sol acariciaba suavemente las paredes de aquel lugar iluminando cada cosa con ese brillo dorado casi hipnótico. La ropa de aquella joven Alexa era ligera y sugerente, había terminado aceptando aquella propuesta de trabajo a cambio de un par de noches en paz sin embargo saber que volvería aun escenario a bailar, aun en aquellas condiciones, la emocionaban pues la danza era su vida entera. La música cambio repentinamente, dejando un compas mas sensual y sugerente en el ambiente, Alexa deja caer su espalda colgando del aro solo sostenida por sus piernas, se deslizo suavemente colgando solo de una mano del aro que colgaba varios metros sobre el suelo, la posibilidad de que la joven callera le daba a un mas sensualidad a cada movimiento delicado que ejecutaba, parecía que el sol hacia brillar mas su piel y las ligeras gotas de sudor que comenzaban a recorrer su piel por el esfuerzo físico que implicaba aquellas acrobacias. El espectáculo de flexibilidad y resistencia que daba la joven al mismo tiempo que se contoneaba por aquel aro al ritmo de la música dejo en un sepulcral silencio a su espectadores, era demasiado hipnótico la sensualidad que Alexa destilaba en cada uno de sus movimiento. Se columpio con suaves y sensuales acrobacias, moviendo las manos y dejando volar libremente su cabello que contrastaba con sus prendas negras, Dando un candente espectáculo, aun con la música sonando sus prendas fueron cayendo, dejando ver el delicado encaje negro que adornaba sus curvas dejando aún algo para la imaginación, el calor comenzaba a subir poco a poco, así como lo hacía el éxtasis en el cuerpo femenino que se sentía cada vez más incómodo con la ropa y cada ves mas libre al columpiarse en aquel aro. Jamás pensó que ese espectáculo la haría ganar un sequito de admiradores esa noche. #SeductiveSunday ⁠♡ ────⁠ https://youtu.be/LQNCEQ1zzpk?si=-NzQsZ-ZgiiuN3Q0
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  • Ritual de desamor o canción desesperada
    Categoría Otros
    Irys caminaba a paso rápido por las calles, sus pensamientos tan desordenados como una mañana de emociones encontradas.

    El aire frío de la tarde se colaba entre sus cabellos, que brillaban con una suavidad casi etérea.

    En su corazón, el peso de la angustia se hacía cada vez más insoportable. Su alma, mitad ángel, mitad demonio, se sentía rota.

    Había creído que lo que sentía por aquel chico era especial, único. Pero al enterarse de la verdad, su mundo se desplomó.

    Aquellas dulces ilusiones que había formado, aquellas esperanzas que habían latido en su pecho, se desmoronaron como castillos de arena. Y lo peor de todo era que, a pesar de su dolor, no podía odiarlo. Había algo en su naturaleza que le impedía rechazarlo por completo. Pero sí, definitivamente lo había perdido.

    —“Shiori tenia razón. Tengo que olvidarlo, voy a hacerlo”, murmuró para sí misma mientras giraba en la esquina que la llevaba directamente a la casa de Yuta. El propósito estaba claro en su mente: ya no podía seguir permitiendo que él gobernara su corazón, ni por más tiempo.

    Cuando llegó a la puerta, dio tres golpes rápidos. Sabía que su amigo la recibiría como siempre, con su sonrisa cómplice, pero esta vez no podía sonreír. No lo lograría. No mientras la tormenta de emociones seguía desgarrando su interior.

    Yuta abrió la puerta en cuanto escuchó los golpecitos. Su expresión cambió al verla, notando en su rostro algo distinto. Irys no estaba tranquila, como solía ser. Estaba rota. Como él.

    Sin más preámbulos, Irys lo miró a los ojos y, con una mezcla de tristeza y determinación, dijo:

    — Quiero olvidarlo. Quiero que hagamos un ritual para perder la memoria o que— Maki nos golpee en la cabeza hasta que ya no recordemos más. Quiero que mi corazón deje de sangrar, Yuta. Y tú, tú también tienes que olvidarte de ese tipo que te hace tanto mal.

    Irys asintió, apretó los puños, como si al hacerlo pudiera cerrar también las puertas de su alma para él.

    — Ya no puedo más, Yuta. Quiero hacer ésto por los dos. Por ti, por mí, por todos los que alguna vez creímos en algo que no fue...
    Irys caminaba a paso rápido por las calles, sus pensamientos tan desordenados como una mañana de emociones encontradas. El aire frío de la tarde se colaba entre sus cabellos, que brillaban con una suavidad casi etérea. En su corazón, el peso de la angustia se hacía cada vez más insoportable. Su alma, mitad ángel, mitad demonio, se sentía rota. Había creído que lo que sentía por aquel chico era especial, único. Pero al enterarse de la verdad, su mundo se desplomó. Aquellas dulces ilusiones que había formado, aquellas esperanzas que habían latido en su pecho, se desmoronaron como castillos de arena. Y lo peor de todo era que, a pesar de su dolor, no podía odiarlo. Había algo en su naturaleza que le impedía rechazarlo por completo. Pero sí, definitivamente lo había perdido. —“Shiori tenia razón. Tengo que olvidarlo, voy a hacerlo”, murmuró para sí misma mientras giraba en la esquina que la llevaba directamente a la casa de Yuta. El propósito estaba claro en su mente: ya no podía seguir permitiendo que él gobernara su corazón, ni por más tiempo. Cuando llegó a la puerta, dio tres golpes rápidos. Sabía que su amigo la recibiría como siempre, con su sonrisa cómplice, pero esta vez no podía sonreír. No lo lograría. No mientras la tormenta de emociones seguía desgarrando su interior. Yuta abrió la puerta en cuanto escuchó los golpecitos. Su expresión cambió al verla, notando en su rostro algo distinto. Irys no estaba tranquila, como solía ser. Estaba rota. Como él. Sin más preámbulos, Irys lo miró a los ojos y, con una mezcla de tristeza y determinación, dijo: — Quiero olvidarlo. Quiero que hagamos un ritual para perder la memoria o que— Maki nos golpee en la cabeza hasta que ya no recordemos más. Quiero que mi corazón deje de sangrar, Yuta. Y tú, tú también tienes que olvidarte de ese tipo que te hace tanto mal. Irys asintió, apretó los puños, como si al hacerlo pudiera cerrar también las puertas de su alma para él. — Ya no puedo más, Yuta. Quiero hacer ésto por los dos. Por ti, por mí, por todos los que alguna vez creímos en algo que no fue...
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  • ### **Cuando el reloj ya no decide**

    Las calles estaban casi desiertas. **Solo el ruido lejano del tráfico y el parpadeo de las luces de neón** rompían la calma artificial de la madrugada. Alejandro avanzaba con paso firme, las manos en los bolsillos de su chaqueta, sintiendo el peso del viejo reloj de bolsillo.

    **Solo quería llegar a su auto.**

    Pero entonces, **escuchó los gritos**.

    Voces ásperas, cargadas de burla. **Un golpe sordo.**

    Aceleró el paso. **Giró la esquina y los vio.**

    Cuatro tipos rodeaban a una joven en el suelo. **Su rostro estaba hinchado, la nariz rota, sangre escurriendo por la comisura de sus labios.** Uno de los agresores tenía un bate de madera; los otros tres reían, dándole patadas al cuerpo encogido de su víctima.

    **Alejandro no sacó su reloj.**

    Su mente ya cansada hizo click, por primera vez en un largo tiempo sus emociones lo dominaron.

    Exhaló lentamente. **Lo que venía ya era decisión suya.**

    Avanzó sin hacer ruido. El del bate fue el primero en notar su presencia, pero **cuando quiso reaccionar, Alejandro ya estaba sobre él.**

    El puñetazo lo tomó de lleno en la mandíbula, haciendo que tropezara hacia atrás. **El bate cayó al suelo con un golpe seco.**

    Los otros reaccionaron al instante. **No eran matones de poca monta; sabían pelear.**

    El segundo intentó acuchillarlo. Alejandro logró esquivar el tajo, pero no del todo: **la hoja le rozó el costado, abriendo su chaqueta y la piel debajo.**

    El ardor fue inmediato.

    Ignorándolo, atrapó la muñeca del tipo y **le estampó la frente en la nariz con un golpe seco**. Sangre caliente le salpicó la cara, pero el tipo aún tenía fuerzas para forcejear.

    **No tenía tiempo para una pelea larga.**

    Alejandro metió la mano en su chaqueta y sacó su pistola.

    El tercero intentó correr. **Disparo a la pierna.**

    El tipo cayó de bruces en el pavimento, aullando de dolor.

    El cuarto, que hasta ese momento solo había observado, se lanzó sobre él desde un costado. **El impacto fue brutal.** Alejandro sintió cómo el aire le abandonaba los pulmones cuando su espalda chocó contra un poste de luz.

    Un puño se estrelló en su costado herido. **El dolor le arrancó un gruñido.**

    Pero había peleado herido antes.

    **Con la rabia impulsándolo, clavó el cañón de la pistola en el estómago del agresor y disparó.**

    El cuerpo se desplomó sobre él, ensuciándole la chaqueta con sangre. **Alejandro lo empujó a un lado y se obligó a ponerse de pie.**

    El que quedaba, el primero que golpeó, **había logrado recuperar el bate.**

    Respirando con dificultad, Alejandro se obligó a mirar el reloj de nuevo. **Giró la corona.**

    Las manecillas se detuvieron… **en la negra.**

    El tipo temblaba, sosteniendo el bate con ambas manos.

    Alejandro lo miró por un largo instante, el pulso aún acelerado, el cuerpo dolorido.

    Luego, sin decir nada, disparo, exhalando giró sobre sus talones y comenzó a caminar.

    El Mustang estaba donde lo había dejado. **Sus piernas protestaban con cada paso, pero no se detuvo.**

    Abrió la puerta, se dejó caer en el asiento y cerró los ojos un momento. **La adrenalina empezaba a desvanecerse, dejando el cansancio en su lugar.**

    **Y el dolor.**

    La herida en su costado palpitaba. **Nada grave, pero jodidamente molesto.**

    Apoyó la cabeza en el volante y exhaló lentamente.

    La pelea había terminado. **Pero la sensación en su pecho no era alivio.**

    Por primera vez en mucho tiempo, **se había dejado llevar antes de mirar el reloj.**
    ### **Cuando el reloj ya no decide** Las calles estaban casi desiertas. **Solo el ruido lejano del tráfico y el parpadeo de las luces de neón** rompían la calma artificial de la madrugada. Alejandro avanzaba con paso firme, las manos en los bolsillos de su chaqueta, sintiendo el peso del viejo reloj de bolsillo. **Solo quería llegar a su auto.** Pero entonces, **escuchó los gritos**. Voces ásperas, cargadas de burla. **Un golpe sordo.** Aceleró el paso. **Giró la esquina y los vio.** Cuatro tipos rodeaban a una joven en el suelo. **Su rostro estaba hinchado, la nariz rota, sangre escurriendo por la comisura de sus labios.** Uno de los agresores tenía un bate de madera; los otros tres reían, dándole patadas al cuerpo encogido de su víctima. **Alejandro no sacó su reloj.** Su mente ya cansada hizo click, por primera vez en un largo tiempo sus emociones lo dominaron. Exhaló lentamente. **Lo que venía ya era decisión suya.** Avanzó sin hacer ruido. El del bate fue el primero en notar su presencia, pero **cuando quiso reaccionar, Alejandro ya estaba sobre él.** El puñetazo lo tomó de lleno en la mandíbula, haciendo que tropezara hacia atrás. **El bate cayó al suelo con un golpe seco.** Los otros reaccionaron al instante. **No eran matones de poca monta; sabían pelear.** El segundo intentó acuchillarlo. Alejandro logró esquivar el tajo, pero no del todo: **la hoja le rozó el costado, abriendo su chaqueta y la piel debajo.** El ardor fue inmediato. Ignorándolo, atrapó la muñeca del tipo y **le estampó la frente en la nariz con un golpe seco**. Sangre caliente le salpicó la cara, pero el tipo aún tenía fuerzas para forcejear. **No tenía tiempo para una pelea larga.** Alejandro metió la mano en su chaqueta y sacó su pistola. El tercero intentó correr. **Disparo a la pierna.** El tipo cayó de bruces en el pavimento, aullando de dolor. El cuarto, que hasta ese momento solo había observado, se lanzó sobre él desde un costado. **El impacto fue brutal.** Alejandro sintió cómo el aire le abandonaba los pulmones cuando su espalda chocó contra un poste de luz. Un puño se estrelló en su costado herido. **El dolor le arrancó un gruñido.** Pero había peleado herido antes. **Con la rabia impulsándolo, clavó el cañón de la pistola en el estómago del agresor y disparó.** El cuerpo se desplomó sobre él, ensuciándole la chaqueta con sangre. **Alejandro lo empujó a un lado y se obligó a ponerse de pie.** El que quedaba, el primero que golpeó, **había logrado recuperar el bate.** Respirando con dificultad, Alejandro se obligó a mirar el reloj de nuevo. **Giró la corona.** Las manecillas se detuvieron… **en la negra.** El tipo temblaba, sosteniendo el bate con ambas manos. Alejandro lo miró por un largo instante, el pulso aún acelerado, el cuerpo dolorido. Luego, sin decir nada, disparo, exhalando giró sobre sus talones y comenzó a caminar. El Mustang estaba donde lo había dejado. **Sus piernas protestaban con cada paso, pero no se detuvo.** Abrió la puerta, se dejó caer en el asiento y cerró los ojos un momento. **La adrenalina empezaba a desvanecerse, dejando el cansancio en su lugar.** **Y el dolor.** La herida en su costado palpitaba. **Nada grave, pero jodidamente molesto.** Apoyó la cabeza en el volante y exhaló lentamente. La pelea había terminado. **Pero la sensación en su pecho no era alivio.** Por primera vez en mucho tiempo, **se había dejado llevar antes de mirar el reloj.**
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  • Shiori Novella ¿qué tipo de jugo es éste que me diste?Me hace sentir tan rara. ¡Quiero confesar mi amooooor!
    [specter_copper_horse_768] ¿qué tipo de jugo es éste que me diste?Me hace sentir tan rara. ¡Quiero confesar mi amooooor!
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  • — "Es fascinante saber que puedo acabar con vidas solo con desearlo. No cuesta nada. Es más difícil multiplicar que matar"
    — "Es fascinante saber que puedo acabar con vidas solo con desearlo. No cuesta nada. Es más difícil multiplicar que matar"
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