Se siente tan real, ¿verdad?
El aire todavía huele a pasto recién cortado, pero ya no es verde.
Ahora es rojo.
Y aunque tu mente titubea, vacila entre la vigilia y el sueño, tú avanzas; Típico.
Crees que puedes jugar con lo irreal. Te repites que es solo un sueño, que nada puede hacerte daño aquí.
Yo sonrío.
Lo que no sabes… es que te observo desde el resplandor de la ventana. Ahí donde la luz tiembla, donde nada enfoca bien.
Mis ojos parpadean sin párpados.
Te miro sin ser visto.
Te huelo.
Te siento.
Cada paso tuyo alimenta el pulso de este lugar. No es un simple sueño.
No.
Es un terreno compartido. Un pacto sin firma, sellado con el temblor de tu respiración y mi magia trabajando en tu interior, una corrupción dulce, invisible, inevitable...
La tela entre este mundo y el tuyo se deshace con cada suspiro que das, con cada paso que avanzas.
Y todo lo que ocurra en esta pequeña y deliciosa pesadilla…
transcribirá consecuencias en la realidad.
Tu miedo.
Tu herida.
Tu grito que nadie oirá.
Todo.
¿Lo sientes ya?
El cambio.
El peso.
El calor de algo que se acerca y no tiene forma, algo que quiere tocarte desde dentro hacia afuera.
Sí. Te tengo.
Y ya no importa si estás despierto o dormido.
Se siente tan real, ¿verdad?
El aire todavía huele a pasto recién cortado, pero ya no es verde.
Ahora es rojo.
Y aunque tu mente titubea, vacila entre la vigilia y el sueño, tú avanzas; Típico.
Crees que puedes jugar con lo irreal. Te repites que es solo un sueño, que nada puede hacerte daño aquí.
Yo sonrío.
Lo que no sabes… es que te observo desde el resplandor de la ventana. Ahí donde la luz tiembla, donde nada enfoca bien.
Mis ojos parpadean sin párpados.
Te miro sin ser visto.
Te huelo.
Te siento.
Cada paso tuyo alimenta el pulso de este lugar. No es un simple sueño.
No.
Es un terreno compartido. Un pacto sin firma, sellado con el temblor de tu respiración y mi magia trabajando en tu interior, una corrupción dulce, invisible, inevitable...
La tela entre este mundo y el tuyo se deshace con cada suspiro que das, con cada paso que avanzas.
Y todo lo que ocurra en esta pequeña y deliciosa pesadilla…
transcribirá consecuencias en la realidad.
Tu miedo.
Tu herida.
Tu grito que nadie oirá.
Todo.
¿Lo sientes ya?
El cambio.
El peso.
El calor de algo que se acerca y no tiene forma, algo que quiere tocarte desde dentro hacia afuera.
Sí. Te tengo.
Y ya no importa si estás despierto o dormido.